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Los mundos de Coraline cartel reducidoLos mundos de Coraline(Coraline)
Dirigida por Henry Selick
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Dos hombres con mucha imaginación, el director Henry Selick (Pesadilla antes de Navidad) y el novelista Neil Gaiman (Sandman) han unido sus fuerzas en Los mundos de Coraline, una aventura llena de suspense que honra y vuelve a definir dos tradiciones cinematográficas. Es la primera película de animación stop-motion concebida y rodada en estereoscopía 3-D.

Con las voces de Dakota Fanning, Teri Hatcher, Jennifer Saunders, Dawn French, Keith David, John Hodgman, Robert Bailey Jr. e Ian McShane. Montaje, Christopher Murrie y Ronald Sanders. Música, Bruno Coulais. Fotografía, Pete Kozachik, ASC. Producida por Bill Mechanic, Claire Jennings, Henry Selick, Mary Sandell. Basada en la novela de Neil Gaiman. Guión y dirección, Henry Selick.


La génesis de Los Mundos de Coraline
La historia de Coraline y su aventura en el Otro Mundo ha seguido muchos caminos, de un padre a una hija, de la pluma al papel, del libro a la película, del decorado a la pantalla 3-D.

El autor Neil Gaiman recuerda que a principios de los años noventa su hija tenía "cuatro o cinco años. Cuando volvía del colegio, me encontraba en casa escribiendo. Se subía a mis rodillas y me dictaba pequeñas historias acerca de una niña llamada Holly cuya madre era raptada por una bruja mala que se parecía a su madre".

El escritor sigue diciendo: "Se me ocurrió buscar un libro con una historia parecida, pero no encontré ninguno y decidí escribirlo yo".

La hija del escritor, Holly Gaiman, recuerda: "Mi padre me leía partes de Coraline cuando era niña. Era una historia que él había empezado para mí y que nadie sabía ni había leído antes. Es un cuento precioso, y desde entonces ha estado conmigo".

Después de terminar unos cuantos capítulos, la carrera de Neil Gaiman despegó, y transcurrieron cinco años antes de que pudiera volver a dedicarse a Coraline. "Entonces pensé que Holly ya era mayor para una historia como ésta".

Pero tenía una hermana pequeña, May. El escritor era consciente de que si no terminaba el libro pronto, su otra hija también se haría mayor. Acababa de firmar un contrato para un libro, y se le ocurrió un plan para conseguir acabar Coraline: Durante los siguientes dos años, en vez de leer en la cama por la noche, escribiría Coraline".

Tenía un cuaderno al lado de su cama y, antes de dormirse, escribía entre cincuenta y cien palabras, unas cinco o seis líneas cada noche. "Fue un proceso muy lento", reconoce. "Equivale aproximadamente a una página en seis días. Pero al hacerlo cada noche, conseguí acercarme al final". Por fin, en 2000, dispuso de una semana entera para acabar la novela.

Una de las piezas clave de la historia se basa en un recuerdo del autor: del mismo modo que muchos niños están convencidos de que sus juguetes cobran vida cuando ellos se duermen, el joven Neil Gaiman sospechaba algo muy diferente. Vivía con sus padres en una casa muy antigua. Dice: "Había una puerta en el salón que daba a una pared de ladrillos. Pero yo estaba seguro de que no era siempre así. Lo intenté todo para sorprender a la puerta. Me apoyaba contra ella, aparentando hacer otra cosa y la abría de golpe para ver. Creía que si lo conseguía, encontraría un pasillo. Incluso llegué a soñar que abría la puerta y había un túnel. En el libro, Coraline descubre una puerta sellada igual que la mía, pero un día la abre y ve un pasillo".

Coraline se adentra en el pasillo y llega a Otro Mundo, donde empieza a acomodarse. Decide no tener en cuenta que la Otra Madre y el Otro Padre tienen botones negros en vez de pupilas. "Es una metáfora que da pie a muchas interpretaciones", dice Neil Gaiman. "Y todas son correctas. Los ojos son las ventanas del alma. Los romanos tapaban los ojos de los muertos con monedas".

Pero al descubrir a tres niños fantasma apresados desde hace mucho tiempo por la Otra Madre, comprende que sólo ella puede ayudarlos y que su familia en el mundo real también corre peligro. El autor explica: "Quería escribir un libro acerca del valor. La protagonista estaba aterrorizada, pero hacía lo que debía, a pesar del miedo y de los obstáculos".

"También quería expresar que, a veces, las personas que más te quieren no siempre te prestan toda la atención necesaria, y que las personas que más se ocupan de ti no son necesariamente las que más te quieren", sigue diciendo.

Su segunda hija, Maddy Gaiman, dice: "Es una historia que atrapa, engancha. Quieres que Coraline lo consiga".

El libro, ilustrado por Dave McKean, colaborador habitual de Neil Gaiman, fue publicado en 2002. "Cuando Harry Potter estaba en la cima de la fama", dice el autor. "Pero también fue el primer año en que J.K. Rowling no respetó el plazo. Los medios de comunicación se fijaron más en nosotros de lo que suelen hacer con los libros infantiles, y la novela entró directamente en la lista de superventas del New York Times".

Los escritores Philip Pullman (la trilogía La materia oscura) y Daniel Handler (Lemony Snicket. Una serie de catastróficas desdichas), entre otros, alabaron el libro. Neil Gaiman explica: "Gracias a los premios y a que Coraline está escrito en un idioma muy simple, además de ser una historia interesante, se usa como libro de texto en los colegios".

Entre los muchos premios que ha recibido, destacaremos el de Mejor Libro para Jóvenes Adultos de la Asociación de Bibliotecas Americanas, y Mejor Libro de la revista Publishers Weekly. El audiolibro, narrado por el autor, fue escogido como Mejor Nuevo Audiolibro por Publishers Weekly.

El libro ha servido de inspiración para un cortometraje realizado por tres cineastas italianos; un espectáculo de marionetas de una compañía irlandesa; una obra de teatro de una joven compañía sueca; una novela gráfica de tapa dura, y un musical off Broadway que se estrenará esta primavera.

Se han vendido más de un millón de ejemplares en todo el mundo. El autor dice: "De todo lo que he escrito, Coraline es el libro que ha sido traducido a más idiomas, un total de treinta".


La visión del director
Mientras escribía Coraline, Neil Gaiman seguía con interés la carrera del director y animador Henry Selick. Vio Pesadilla antes de Navidad (1993) la semana de su estreno; tampoco se perdió James y el melocotón gigante (1996). Recuerda: "Henry siempre me pareció una notable fuerza creativa. Mi agente estaba convencido de que nos caeríamos bien. Por eso, cuando acabé de escribir Coraline, le pedí a mi agente que se lo mandara a Henry. Eso ocurrió unos 18 meses antes de que se publicara el libro".

Henry Selick dice: "Al leerlo, me sorprendió la yuxtaposición de dos mundos: el mundo donde todos vivimos, y ese otro donde la hierba siempre está verde. Neil, como Stephen King, describe el mundo actual, nuestro mundo. Abre la vida cotidiana para encontrar la magia".

"Coraline me atrajo", sigue diciendo el director. "Espero que los niños que vean la película sientan lo mismo. Es valiente, imaginativa y siente una curiosidad desbordante. Si ve algo interesante, quiere saber más. Me gustó que su mundo perfecto se convirtiera en algo aterrador. Y si Coraline, una niña de lo más normal, es capaz de triunfar sobre el mal, Neil tiene razón, significa algo".

Y añade: "Neil invita el lector a ser parte de la aventura. Quise hacer lo mismo en la película".

Neil Gaiman recuerda: "Al cabo de una semana, Henry dijo que quería hacer la película. Bill Mechanic, un productor que ya había trabajado con él, compró los derechos. Henry empezó inmediatamente a escribir el guión. Ha conseguido sacar la película adelante porque nunca se rindió".

"Neil estuvo dispuesto a ayudarme y aconsejarme desde el principio", dice Henry Selick. "Pero sabía retirarse para permitir que me concentrara en el guión. En una adaptación, es importante respetar las partes principales de un libro, pero también hay que inventar y hacer cambios".

Después de decidir que la estética de la película no seguiría el estilo de las ilustraciones de Dave McKean en el libro, el director se puso en contacto con el ilustrador y dibujante Tadahiro Uesugi: "Quería la estética clásica del libro de cuentos realzada por un potente grafismo. Tadahiro se inspira en los ilustradores estadounidenses de finales de los 50 y principios de los 60".

Tadahiro Uesugi desarrolló el concepto en Japón durante más de un año antes de trasladarse a Estados Unidos para reunirse con Henry Selick y el ilustrador Michel Breton. Los dos ilustradores siguieron en contacto a pesar de los miles de kilómetros que les separaban.

Una vez aprobada la última versión del guión, la preproducción de LOS MUNDOS DE CORALINE empezó en 2005. El primer paso fue ocuparse de la dirección artística y del storyboard. Chris Butler, supervisor del storyboard, se encargó de guiar a los grafistas en cada escena de la película.

El storyboard es de vital importancia en la animación. Chris Butler dice: "Aquí no podemos usar varias cámaras ni repetir tomas. Los animadores trabajan fotograma a fotograma, por eso hay que saber con exactitud de qué toma se trata antes de rodarla. El storyboard nos permite trabajar a partir del guión, planear toda la película en imágenes – a veces incluso incorporamos nuevas ideas – y entregar el material directamente al departamento de cámara".

Esta fase de la preproducción hace posible plasmar en la pantalla las imágenes que el director tiene en mente.

Chris Butler y su equipo realizaron un storyboard del siglo XXI, y abandonaron los lápices para usar monitores LCD Cintiq, de Wacom, sobre los que se aplica un lápiz interactivo directamente a la pantalla. La punta del lápiz y la goma tienen unos mil niveles de sensibilidad para obtener un control preciso, y las pantallas pueden moverse para conseguir el ángulo más cómodo.

Chris Butler se entusiasma al describir el proceso: "Con Cintiq, construimos toda la película a partir de los paneles del storyboard, con música, audio y diálogos. Henry pudo verlo para asegurarse de que todo estaba correcto".

Ahora bien, ¿qué era lo mejor para animar la aventura de Coraline? La animación stop-motion siempre estuvo en el pensamiento del director, aunque él y Bill Mechanic consideraron la posibilidad de la animación digital e incluso usar actores de carne y hueso. Pero Henry Selick decidió que "era la historia perfecta para la animación stop-motion".


Los Comienzos
La animadora Amy Adamy describe el arte del stop-motion como "mover marionetas sin cuerdas".

El encargado de animación Travis Knight añade: "Cada toma es pura acrobacia".

"Se puede hacer cualquier cosa con stop-motion", añade el grafista Ean McNamara, "es como esculpir con luz".

El proceso de animación stop-motion es muy especializado. Los animadores manipulan fotograma a fotograma los objetos (personajes, atrezo, decorados, etcétera) en una plataforma de trabajo. Se fotografía cada fotograma para la cámara de cine. Cuando se ensamblan y proyectan las miles y miles de fotografías, los personajes se mueven con fluidez y continuidad. Es magia cinematográfica hecha a mano.

Filmar una película de animación stop-motion tiene muchos parecidos con un rodaje convencional: hay que construir decorados; se debe peinar a los personajes, maquillarlos, vestirlos, iluminarlos... y dirigirlos.

Pero el mundo de la película nace de la imaginación, especialmente de la imaginación de los animadores que mueven a los personajes milímetro a milímetro, dándole ese estilo tan particular.

Henry Selick explica: "El milagro del stop-motion, y una de las razones por las que me parece mágico, es que los personajes actúan de verdad a través de las manos de los animadores".

El primer ejemplo de animación cinematográfica en stop-motion remonta al año 1898, con el corto "Humpty Dumpty Circus", realizado por los emigrantes británicos Albert E. Smith y James Stuart Blackton, los pioneros del género que dieron vida a un circo de juguete con sus animales y acróbatas.

Los animadores europeos fueron los primeros en usar muñecos y otros objetos para contar una historia coherente, pero el californiano Willis Harold O’Brien refinó la técnica. Además de realizar cortos, también es suyo el largo El mundo perdido (1925) y, con el escultor Marcel Delgado, el primer King Kong (1933). Obtuvo un Oscar por su trabajo en El gran gorila (1949).

Uno de los ayudantes de O’Brien en esta última película era Ray Harryhausen, quien mejoró las técnicas de su mentor e inventó la "Dynamation", que inspiró a generaciones de animadores entre los que está Henry Selick. Supo combinar a la perfección actores y animación stop-motion para acercar seres humanos y criaturas en películas como El monstruo de tiempos remotos (1953), La bestia de otro planeta (1957), Simbad y la princesa (1958) y Jasón y los argonautas (1963).

El animador húngaro George Pal (György Pal Marczincsak) llegó a principios de los 40 a Hollywood, donde produjo una serie de cortos "Puppetoon" para Paramount Pictures. No usaba la técnica de O’Brien ni de Harryhausen, sino la animación de sustitución, por lo que llegaba a necesitar hasta 9.000 muñecos o piezas diferentes, cada uno con una mínima variación, que se rodaban fotograma a fotograma para dar la impresión de movimiento. También es animación stop-motion, pero desde otra perspectiva.

Varios de sus cortos fueron nominados por la Academia. Pal recibió un Oscar honorífico en 1944. Produjo y dirigió largos de animación como The Great Rupert (1950), tom thumb (1958) y The Wonderful World of the Brothers Grimm (1962).

Millones de adultos y niños conocen el trabajo de Arthur Rankin Jr. y Jules Bass. Usando una técnica de stop-motion a la que bautizaron "Animagic", regalaron a los telespectadores clásicos navideños como "Rudolph the Red-Nosed Reindeer" (1964) y "Santa Claus is Comin’ to Town" (1970). Bass dirigió los largos El soñador aventurero (1966) y Mad Monster Party? (1967), realizados con el mismo proceso.

En 1982, Tim Burton, entonces grafista conceptual en Disney, realizó el corto "Vincent" con el animador Rick Heinrichs, rodado en blanco y negro, y narrado por Vincent Price.

Una década después, Tim Burton escogió a un equipo de grafistas y animadores para crear el innovador musical en stop-motion Pesadilla antes de Navidad, a partir de una historia original suya. Le pidió a su amigo y compañero Henry Selick que lo dirigiera: "Fue un proyecto muy difícil, pero sabíamos que sería una película genial. Llevamos el stop-motion a otros niveles en cuanto a movimiento de cámara, iluminación, ambientación, etcétera".

Han pasado diez años, y ahora Henry Selick ha hecho lo mismo con LOS MUNDOS DE CORALINE en el estudio de animación LAIKA Inc., instalado en Oregón.

Este estudio, que emplea a 500 personas, se especializa en la producción de largometrajes, anuncios, vídeos musicales y otros, usando una amplia gama de técnicas: digital, stop-motion, 2-D y 3-D. La primera vez que el director trabajó con LAIKA fue para el corto de animación digital "Moongirl" (2005). La empresa también participó en La novia cadáver, nominada por la Academia, dirigida por Mike Johnson y Tim Burton, rodada en Inglaterra.


Con las voces de...
Dar vida a un personaje de animación requiere varios elementos, y la voz es uno de ellos. Al contrario de lo que puede creerse, en este caso sólo era el principio del personaje.

Henry Selick dice: "Primero grabamos las voces. Luego rodamos a alguien leyendo los diálogos para conocer los movimientos de los labios. Finalmente los animadores encajan los movimientos de la boca de los muñecos con los diálogos que han grabado los actores".

"Puede ser difícil para los actores porque carecen de decorados, atrezo y vestuario. Tampoco han visto a los personajes, sólo se trata de un trabajo de voz. Además, deben grabar numerosas versiones por si cambio de idea en una escena", explica el director.

Y añade: "La interpretación que el animador comunica al personaje se basa en la interpretación vocal".

Henry Selick y Bill Mechanic empezaron a buscar actores. Para Coraline, escogieron a Dakota Fanning, que entonces tenía la edad del personaje, pero mucha experiencia como actriz.

La joven actriz, hablando de Coraline dice: "Coraline siempre busca aventuras. Colecciona objetos que no atraen a nadie, pero para ella son un tesoro".

Las sesiones de grabación de Dakota Fanning eran filmadas con cámara digital. Explica: "Si hacía cualquier cosa, un gesto, un movimiento, podrían añadirlo al personaje de Coraline". En ese aspecto, el trabajo del actor puede influir en el trabajo del animador.

Dakota Fanning entendió el personaje desde el primer momento: "Debía comunicar miedo y calma al mismo tiempo con la voz. Coraline está aterrorizada, pero sabe que no puede entregarse al miedo. Ya que es la única persona con ojos en el Otro Mundo, comprende que los demás ya no son humanos y carecen de alma".

Neil Gaiman se quedó asombrado ante la joven actriz: "Dakota comunica el valor y la energía del personaje. Pone un acento del medio oeste que no es suyo. Al escucharla, nadie puede negar que es Coraline".

Henry Selick añade: "Es una buena intérprete que ha sabido aportar profundidad emocional a Coraline. Entiende el personaje y lo hace creíble".

La relación clave es la que une a Coraline con su madre o, mejor dicho, a sus madres, la de verdad y la Otra Madre. Los cineastas vieron a muchas actrices para encontrar a una capaz de dar voz a las dos madres. El director dice: "Ya habíamos escogido a Dakota. Vi y escuché a unas 70 actrices para ver si su voz funcionaba con la de Dakota. Teri Hatcher se colocó en primera posición. Tiene una voz cálida, preciosa".

En su primer papel como "voz", la actriz se enfrentó a un difícil trabajo, interpretar a la cansada madre de Coraline, y a la alegre Otra Madre. Pero en realidad son tres voces. Teri Hatcher explica: "La última es la voz de la Malvada Madre, así la llamo, cuando la Otra Madre se muestra tal como es realmente. Es una fuerza diabólica que lleva muchos años existiendo y alimentándose del alma de los niños. Para conseguirlo, tuve que olvidar mis inhibiciones y lanzar auténticos alaridos".

Sigue diciendo: "Según avanzaba el proceso, empecé a sentirme más segura, podía ser más divertida, más sarcástica, más malvada. Pero lo asombroso es cuando vi imágenes rodadas y descubrí cómo los animadores habían usado mi voz para imprimir realismo al personaje. Son auténticos genios".

Los actores no suelen grabar sus sesiones juntos, pero en este caso, dos intérpretes sí lo hicieron, Dawn French y Jennifer Saunders, el conocido tándem cómico británico que lleva 30 años en los escenarios, en el papel de la Srta. Forcible y la Srta. Spink, respectivamente.

"Son las vecinas de Coraline", dice el director. "Viven en un mundo de fantasía, siempre hablando de su pasado como grandes actrices, cuando lo más seguro es que fueran vedettes de revista. Son muy amables, pero la Sra. Forcible es muy dramática".

A propósito del momento en que los cineastas empezaron a buscar voces para la pareja de solteronas, Neil Gaiman dice: "Hice mi gran y única sugerencia para el casting. Dawn French había participado en la versión inglesa del audiolibro de Coraline y había estado genial".

El director se desplazó a Londres para las sesiones de grabación: "Durante todo un día trabajamos con Dawn haciendo de Srta. Spink, y con Jennifer, de Srta. Forcible. Estaban bien, pero no era espléndido. Les pedí que intercambiaran sus papeles. Se miraron y asintieron. Muchos actores se habrían ido. A partir de ese momento, fue fantástico".

Jennifer Saunders dice: "Es extraño, pero somos muy intercambiables. La Srta. Spink y la Srta. Forcible tienen por costumbre meterse la una con la otra, como ocurre a menudo con las personas mayores. Una dice algo, y la otra, lo contrario. Un poco como en ¿Qué fue de Baby Jane?"

Dawn French añade: "Siempre compiten, incluso cuando cantan. Una siempre intentará superar a la otra con una octava".

En cuanto al vecino de arriba de Coraline, posiblemente sea la elección más singular del reparto. "El Sr. Bobinsky es un gigante ruso de 2,40 metros con los ojos azules", explica Henry Selick. "Siempre lleva remolacha cruda en el bolsillo porque lo considera saludable y dice tener un circo de ratones saltadores".

Sin embargo, el escogido para darle vida fue el actor británico Ian McShane, que mide 1,73 metros y no tiene los ojos azules. "Supongo que Henry debió verme y escucharme en ‘El ala oeste de la Casa Blanca’", dice el actor, riendo, a modo de explicación y refiriéndose a su papel de negociador ruso en la popular serie. "Siempre he disfrutado imitando acentos y doblando a personajes. Hay un contacto directo con el realizador para crear algo concreto".

Henry Selick sólo tiene palabras de elogio para el actor: "La voz de Ian es como un pozo sin fondo. Consigue hacer que el Sr. Bobinsky sea imponente, cómico, triste, distante y, en el Otro Mundo, incluso malvado".

En ambos hogares de los Jones, "John Hodgman presta su voz al cansado padre de Coraline", explica el director. "Le había visto en "The Daily Show", y pensé en él para el papel. Cuando se le escucha con Dakota y Teri, encaja a la perfección".

Y añade: "Gracias a su fantástica dicción y a su sentido de la improvisación, John da vida a un padre divertido y simpático. La madre está más estresada, pero él hace chistes malos y siempre le canta la misma canción a Coraline. Canta con mucho amor, pero canta fatal. Cocina con mucho amor, pero cocina fatal, etcétera."

En el Otro Mundo, el Otro Padre es elegante, no mete la pata. Henry Selick dice: "Le dije a John que fuera Dean Martin, aunque sabía que nunca sería Dean Martin, pero salió bien. Más que Dean Martin, es Bing Crosby".

Durante su visita al Otro Mundo, Coraline conoce a un gato negro con el que ya se había cruzado en el mundo real. El enigmático animal tiene el don de poder moverse en ambos mundos, pero sólo habla en uno. El director explica que "el gato es, muy a su pesar, el ángel de la guarda de Coraline porque tiene ojos, no botones como los demás habitantes del Otro Mundo". El actor Keith David, premiado por los Emmy, presta su voz al sabio felino.

Wybie Lovat es un personaje que Henry Selick ha añadido en la versión cinematográfica: "Coraline piensa mucho y necesitaba a alguien con quien pudiera compartir esos pensamientos. Wybie es un chico que vive en el barrio; es listo, pero se siente solo. Se ha fabricado una bicicleta eléctrica con la que explora los bosques de los alrededores".

Sigue diciendo: "La abuela de Wybie, otro personaje que he añadido, es la dueña de la casa donde vive Coraline. Wybie ha oído cosas acerca de los secretos de la casa, pero no sabe mucho. Cuando descubre la verdad, demuestra ser un amigo de verdad".

Robert Bailey Jr es la voz de Wybie. A pesar de su corta edad, es un actor veterano.