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Carta blanca cartel reducidoCarta blanca(Hall pass)
Dirigida por Bobby Farrelly, Peter Farrelly
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"Carta blanca", una comedia de los hermanos Farrelly, está protagonizada por Owen Wilson en el papel de Rick y Jason Sudeikis como Fred. Jenna Fischer es Maggie, la esposa de Rick, Richard Jenkins interpreta a Coakley, un amigo de ambos y soltero vocacional, y Christina Applegate es Grace, la esposa de Fred.

"Carta blanca" ha sido dirigida y producida por Peter y Bobby Farrelly a partir de un guión de Pete Jones, Peter Farrelly, Kevin Barnett y Bobby Farrelly basado en una historia de Pete Jones. Los productores Bradley Thomas y Charles B. Wessler vuelven a trabajar con los Farrelly una vez más así como Marc S. Fischer, productor ejecutivo que ya trabajó con ellos en sus exitosas comedias "Algo pasa con Mary" y "Amor ciego". El listado de productores ejecutivos se completa con Toby Emmerich, Richard Brener y Merideth Finn, mientras que Mark Charpentier y John Rickard han co-producido la cinta.

El equipo creativo incluye al director de fotografía Matthew F. Leonetti, el diseñador de producción Arlan Jay Vetter, el editor Sam Seig y la diseñadora de vestuario Denise Wingate. Tom Wolfe y Manish Raval se han encargado de supervisar la música.


CARTA BLANCA: Una semana libre del matrimonio para hacer lo que quieras, sin preguntas
Rick y su amigo Fred se ven como dos maridos del montón, o incluso de la parte alta del montón. Afables, fiables y con un buen empleo, son el tipo de hombres que no tienen problemas para arrimar el hombro en casa de vez en cuando, o pasarse por el tinte… el tipo de maridos que no se atreverían a engañar a sus esposas.

Pero bueno, en realidad sí lo hacen. No las engañan exactamente, pero fantasean con ello. Todos los días. Con todas las mujeres que ven.

"Rick está felizmente casado, tiene hijos y ama a su esposa. Tiene un buen trabajo, lleva una vida agradable pero, como les ocurre a muchos hombres, no puede evitar fijarse en las mujeres y eso irrita mucho a la suya", comenta Peter Farrelly, quien, junto con su hermano Bobby, ha dirigido y producido "Carta blanca". Los Farrelly también firman conjuntamente el guión, además de Pete Jones y Kevin Barnett. Todos pensaron que este escenario tan idílico era el caldo de cultivo ideal para llevar a cabo un análisis franco e irreverente.

"Lo primero que me llamó la atención de la historia fue el gran potencial cómico que tenía. Si Dios viniera y me dijera, 'Pete, tienes a la mujer más explosiva del mundo, es la mejor y no hay ninguna como ella', probablemente siguiera queriendo comprobarlo por mí mismo", admite Peter. "Incluso si estás felizmente casado y comprometido, no quiere decir que dejes de mirar por ahí. La cuestión es ¿hasta dónde estás dispuesto a llegar?"

Owen Wilson, que da vida a Rick, un distraído padre de familia que vive en un barrio de las afueras, está de acuerdo. "La mayoría de los hombres no puede evitar fijarse cuando pasa una mujer hermosa, pero hay quien sabe disimular mejor que otros. En el caso de Rick, como en el de muchos otros, parece que su cabeza girara movida por un resorte".

Una de las ideas subyacentes a "Carta blanca" es que los hombres – y las mujeres también – no pueden evitar mirar. Y, en ocasiones, tampoco pueden evitar hacerse preguntas del tipo ¿qué ocurriría si no estuviera casado/a?, ¿qué podría estar haciendo ahora?, ¿y con quién? Puesto que se trata de una comedia de los hermanos Farrelly, era previsible que unas preguntas tan profundas y filosóficas tomaran caminos peligrosamente resbaladizos

En palabras de Bobby Farrelly: "Mucha gente hace chistes sobre la crisis de los siete años y esto no es más que una revisión del mismo tema. Cuando estás hablando de la sagrada institución del matrimonio, estás jugando con fuego, por lo que sabíamos que teníamos que hacerlo bien. Pero no nos daba miedo afrontar el tema y sin duda no nos íbamos a cortar con los chistes o las tentaciones y esas cosas. Cuando pensamos que algo es divertido, Pete y yo nos lanzamos de cabeza. Nos encanta probar los límites".

Fred, el mejor amigo de Rick, trata de ser un poco más disimulado cuando acecha, adelantando un poco su mirada con respecto a la presa, pero con esa estrategia no engaña a nadie, y mucho menos a su esposa. Jason Sudeikis, en el papel de Fred, observa que "Rick y Fred no son los tíos más molones del mundo, pero eso no lo saben. Me hace mucha gracia cuando la gente se cree que es muy lista y actúa como si lo supera todo cuando en realidad no es así".

La conclusión es que los dos están fuera de control y sus esposas se han cansado. La gota que colma el vaso llega cuando la mujer de Rick, Maggie, y la esposa de Fred, Grace, quedan humilladas en público en una fiesta gracias a un comentario subido de tono de sus maridos sobre las demás invitadas. Ambas se dan cuenta de que ha llegado el momento de actuar de forma drástica para reavivar sus matrimonios si es que merece la pena hacerlo. Ha llegado el momento de enseñarles a los sinvergüenzas de sus maridos lo que tienen en casa concediéndoles una semana de libertad para hacer realidad sus fantasías y que se den cuenta de lo que realmente se están perdiendo… o que se queden tranquilos de una vez por todas.

Ha llegado el momento de jugar la "carta blanca".

Sin duda se trata de una apuesta atrevida pero, después de una década de ser sutiles, es un riesgo que las dos mujeres están dispuestas a asumir, especialmente porque la idea viene de alguien en quien confían: su buena amiga y popular psiquiatra la doctora Lucy, un personaje secundario clave interpretado por Joy Behar, de "The View's". Animadas por el aval de la doctora, Maggie y Grace no sólo proponen, sino que también insisten en ello, que Rick y Fred se tomen un tiempo de libertad para poner en orden sus ideas.

"Puesto que creen que si no fuera por sus esposas estarían viviendo una vida totalmente diferente, ¿por qué no darles un poco de cuerda para que se topen de bruces con la cruda realidad?", sugiere Peter.

Jenna Fisher, que encarna a Maggie, lo corrobora. "Todos hemos tenido alguna relación a la que ha habido que poner algo de picante y quizás hayamos probado con algo inesperado, lo que sea. La 'carta blanca' es una medida un tanto extrema, pero la idea es que resulta creíble, y yo creo que estos personajes proceden de un lugar real y familiar".

"¿Quién sabe? Puede resultar algo sano cuando la relación no funciona porque un miembro de la pareja siente que se está perdiendo algo", comenta Christina Applegate, quien da vida a Grace, la esposa de Fred. "Cuando dos personas llevan mucho tiempo juntas, pueden llegar a este punto. Personalmente yo no le daría carta blanca a mi pareja. ¡Que ni lo sueñe!", concluye divertida.

Rick y Fred sienten como si hubiera llegado Navidad, su cumpleaños y la Super Bowl todo junto y a la vez: es un regalo tan increíble que sus envidiosos amigos se quedan sin palabras. No saben ni por dónde empezar.

"Pero no va a resultarles tan fácil como creían", les advierte Bobby.

"Se trata de un caso clásico de 'ten cuidado con lo que deseas'", afirma Bradley Thomas, uno de los productores del film junto a Charles B. Wessler, y uno de los colaboradores más antiguos de los Farrelly. "Creo que el sueño de que te den carta blanca supera la realidad. Imagínate estar sentado en casa pensando 'Me encantaría estar en uno de esos clubes llenos de mujeres hermosas. No iba a haber quien me parara. Si estuviera soltero…' Luego, imagínate que vas a uno de esos clubes y es un desastre y nadie habla contigo. Una de las cosas que he aprendido es que mis amigos solteros mienten como bellacos en este tema. Ser libre como un pájaro, poder hacer lo que te venga en gana todo el tiempo... no es tan estupendo".

De todas formas, a nuestros chicos les va el honor en ello. Como proclama apasionadamente Fred cuando un exhausto y desalentado Rick está dispuesto a tirar la toalla al tercer día, 'si no echan toda la carne en el asador ante esta gran oportunidad, no sólo se habrán fallado a ellos mismos sino a todo el género masculino'.

"Era muy arriesgado, pero también muy divertido", comenta el guionista Kevin Barnett a propósito de este experimento social poco convencional y los disparatados Casanova que lo protagonizan. "Lo cierto es que muchos hombres piensan con la bragueta, y queríamos explorar ese tema".

"'Carta blanca' es sin duda una comedia", añade el guionista Pete Jones. "Pero no hay que olvidar en ningún momento que lo que los personajes hacen tiene sus consecuencias".

Sudeikis cree que el dilema le llegará al público porque "Puedo imaginarme las conversaciones cuando la gente salga del cine. Te has reído y te lo has pasado bien pero, después, terminarás preguntándole al otro: '¿Y tú qué harías si tuvieras carta blanca? ¿La aprovecharías?' Creo que esto puede sacar a la luz muchos trapos sucios".


Comienza la cuenta atrás
De hecho, estas 'vacaciones matrimoniales' podrían salirles muy caras a Rick y Fred, especialmente teniendo en cuenta que su nueva soltería ha convertido también en solteras a su vez a sus esposas. Al mismo tiempo, podría tener consecuencias mucho más positivas de las que prevén en un primer momento.

Bobby Farrelly comenta a propósito de ambos: "Son las distintas emociones de Rick las que conducen la historia, por lo que es importante que le guste al público. Y ese fue uno de los motivos por los que elegimos a Owen Wilson, porque tiene un aura de credibilidad y honestidad inherente. Es muy divertido, pero es alguien que cae bien y al que querrías ayudar". En un papel potencialmente tan polarizado como éste, ser capaz de transmitir esa noción de honestidad es clave.

Wilson, que nos pinta a un Rick como "la antítesis del metrosexual", explica: "No es que el matrimonio tenga nada de malo, sólo es que resulta bastante predecible, y él tiene esa ilusión de que si todavía estuviera en el mercado, soltero, tendría mucho éxito. Pero eso no es necesariamente así. En realidad no tiene ni idea de cómo son las cosas ahora. Además, cabe preguntarse si acaso se le ha dado bien en algún momento de su vida".

Como Rick, Wilson ha tenido la oportunidad de interpretar a un personaje que no tiene tanto éxito con las mujeres como él se imagina, en contraste con algunos de sus papeles más conocidos. Peter afirma: "Owen es normalmente 'don Molón' en pantalla, un tipo encantador y guapo, pero también puede ser un tontorrón. Pensamos que resultaría interesante verle en un papel en el que le costara destacar".

Al mismo tiempo, Fred es libre de actuar como comodín y ser el instigador—o, en palabras de Bobby , "el aliado perfecto. A diferencia de Rick, Fred puede decir lo que quiera y mostrar un comportamiento mucho más osado porque no se le mide por el mismo rasero. En primer lugar, porque no tiene hijos y, además, porque su mujer también es mucho más alocada, a diferencia de Rick y Maggie, que tienen los pies mucho más en el suelo como pareja y como familia".

Comparando su personaje con el de su cómplice en la cinta, Sudeikis señala: "Rick se lo piensa más, se hace preguntas del tipo '¿Debería estar haciendo esto?, ¿Es una buena idea?', mientras que Fred está más exaltado. Fred es el que le dice ¡Vamos!', es el tipo de persona que si estuviera discutiendo sobre una estrategia para el campo de batalla se lanzaría a la acción antes de que se lo hubieran explicado del todo. Sería el primero en asomar por encima de la trinchera".

Al mismo tiempo, acompañando a Rick y Fred, encontramos a sus amigos, Gary, Hog-Head y Flats, interpretados por los consumados cómicos Stephen Merchant (quien también ha sido galardonado con un Emmy como guionista de "The Office"), Larry Joe Campbell ("El mundo según Jim") y JB Smoove ("Noche loca"). Considerado como "un grupo variopinto de memos creíbles" por Peter Farrelly, "todos ellos están dispuestos a darlo todo por estar cerca de un tipo que tiene carta blanca".

"Todos conducen los mismos monovolumen y viven en la misma callecita y acuden a los mismos restaurantes familiares que Rick y Fred, por lo que están muy interesados en ver qué ocurre y vivirlo indirectamente", señala Sudeikis.

Juntos componen una especie de "coro griego de las malas ideas", por no hablar de sus consejos. Y no es que a Rick y Fred les haga falta ninguna ayuda para tener malas ideas. Esa parte ya la tienen cubierta, desde frases tan cuestionables como "¿No te parece que las servilletas de este bar huelen a cloroformo?" hasta el casco que lleva Fred "porque a las chicas les vuelven locas las motos".

Evidentemente, lo que los dos necesitan es una orientación experta que los vuelva a poner en el mercado. Cuando a su gran semana sólo le quedan unas pocas horas y todavía no han estrenado su marcador particular, eso es precisamente lo que encuentran de la mano de su viejo amigo Coakley, "esa mano amiga que les cae como llovida del cielo", comenta Wilson.

"Coakley es un personaje legendario, eternamente soltero, que viaja por todo el mundo en busca de chicas: Sudamérica, Islandia, Dubai, las finales de los concursos de belleza… Allí donde haya mujeres hermosas, allí está él", explica Peter. "Es el tipo de persona que se hubiera apuntado al Club Med en los 80. No deja pasar ninguna oportunidad. Es el único soltero del grupo de amigos y sienten una especie de adoración por él porque es el que vive su sueño compartido".

Este perpetuo "rey del mambo" es interpretado por Richard Jenkins, un rostro habitual en la filmografía de los Farrelly. Para él, "Coakley es el 'doctor Amor', quien les va a enseñar de qué va todo esto. Y se lo toma muy en serio; las fiestas son una ciencia, no un mero entretenimiento para los fines de semana. Los lleva a uno de sus clubes favoritos, el Enter the Dragon, y hábilmente les enseña a leer las señales de las mujeres, sus reacciones, un aprendizaje fruto de años de observación".

El actor supuestamente encontró una inspiración extra en el departamento de vestuario ya que trabajó en los detalles del aspecto de Coakley con la diseñadora de vestuario Denise Wingate. Wingate, que había pensado en un look tipo rockero cuarentón, describe la ropa que Coakley usa para salir como "esas botas negras de punta y esos vaqueros ajustados cuya cremallera no termina de subir. La teoría es que, a pesar de que ya no le entran, es su uniforme de batalla y no va a cambiar una fórmula que le funciona".

Ya sea gracias a los consejos de Coakley, o a pesar de ellos, nuestros amigos finalmente consiguen pasar a la acción en el club. Ahí es donde Rick alcanza su "punto de no retorno" mientras está ligando con una australiana asidua de los bares y de mentalidad abierta, Leigh, la tentación con mayúsculas, interpretada por la actriz australiana Nicky Whelan. Ahí es también cuando el extremadamente posesivo compañero de trabajo de Leigh Brent, apodado Wannabe, camarero con ambiciones de DJ, al que da vida Derek Waters, pierde la cabeza ante su presunto rival en una pelea en la que termina envuelto todo el bar, el monovolumen de los protagonistas y que culmina en una frenética persecución policial.

Atravesando todo el espectro desde la euforia hasta la incomodidad durante su semana de libertad, Rick empieza a barruntar lo que Wilson describe como "el duro despertar a lo que supone volver a entrar en el mercado tras haber estado fuera de él durante dos décadas. Las reglas han cambiado. Creo que en todo momento es consciente de que es afortunado por haber encontrado a Maggie, pero no sabe hasta qué punto".


Entonces, si sus maridos tienen la semana libre…, ¿con quién están casadas exactamente ellas?
Concebida inicialmente como una historia en la que dos maridos disfrutan de una semana de "vacaciones" mientras sus esposas esperan impacientes sus noticias, "Carta blanca" tomó otro derrotero cuando los Farrelly dieron otra vuelta de tuerca al guión y los personajes. Ahora, además de seguir a Fred y Nick durante su "semana loca", la historia también se ocupa de lo que ocurriría si Maggie y Grace se tomaran las mismas "vacaciones".

"Es un camino de ida y vuelta. Eso es clave para el desarrollo de la historia, para que resulte algo justo y abierto a todo el mundo", comenta Peter Farrelly.

Y no era sólo cuestión de justicia, sino de honestidad, como apunta Bradley Thomas. "Hacer una película sobre dos tipos a los que se les da carta blanca mientras sus esposas se quedan en casa esperándoles y rezando para que no les pase nada malo era una tontería. Estoy seguro de que si estos dos están mirando a otras mujeres es porque otros hombres les dan un repaso a las suyas también".

Para que Rick y Fred tengan su propio espacio durante esa semana, y ellas mismas también, las dos se van a la casa de los padres de Maggie en Cape Cod. Dos días después, bronceadas y relajadas en las gradas de un partido de béisbol de la Minor League, Grace atrae la atención de Gerry, un joven base robusto y seguro al que interpreta Tyler Hoechlin, mientras que a Maggie se le acerca el meloso entrenador del equipo, que también se llama Rick, encarnado por Bruce Thomas.

Pero las chicas no se dan cuenta de que la carta blanca puede jugarse en los dos sentidos hasta que les invitan a tomar una cerveza…

"Para Maggie, todo empieza a girar entonces en torno a cómo se siente ella en su matrimonio", confiesa Jenna Fischer. "Cuando le da una semana de libertad a su marido porque cree que es lo que él quiere, de pronto se da cuenta de que ella tampoco está bien del todo. Y entonces conoce a un hombre dispuesto a ayudarle a disfrutar de esa carta blanca".

"Owen y yo nos concentramos mucho en la dinámica de la relación de Maggie y Rick para que, cuando surgieran las complicaciones, los personajes tuvieran algo de peso. Creo que tienes que estar convencido de que los dos están hechos el uno para el otro", prosigue Fischer. "Ése es uno de los motivos por los que me gustó el guión".

Pero si Maggie está buscando algo de apoyo moral en este momento crucial, Grace no es la persona indicada. "Grace es la voz en su cabeza que le empuja hacia el lado oscuro", comenta Christina Applegate.

De hecho, es Grace quien señala que si Rick y Fred tienen una semana de libertad, ellas también están solteras durante siete días y deberían comportarse como tales. En palabras de Applegate: "Grace lo ve como una cuestión de igualdad. La mejor forma de volverse a fijar en su marido es hacer lo mismo que él. Y este joven de 22 años le resulta una gran tentación y está a punto de cometer un grave error. Grace se siente frustrada por que las cosas hayan llegado hasta ese extremo, y cuando uno está frustrado no siempre toma las mejores decisiones".

Al lanzar a las esposas a la "vida loca" además de a sus maridos, "Carta blanca" no sólo multiplica por dos las posibilidades cómicas del film, sino que también eleva la carga emocional de la historia.

"Mientras están fuera, las dos redescubren en cierto modo su propia juventud. Cuando les tiran los tejos, en un primer momento piensan, 'Está bien, vamos a salir con ellos', pero luego el ambiente empieza a caldearse de improviso", comenta Bobby.

"En lugar de ser una simple fantasía sobre tener carta blanca", concluye Applegate, "se convierte en una historia sobre lo que hay que esforzarse para poder estar seguro de que tu relación va a durar toda la vida. Hay muchos momentos de apertura de miras y la gente alocada hace locuras, pero también hay muchas otras personas que 'se curran' las cosas, y eso les permite disfrutar algunos momentos hermosos y llenos de ternura".


Enter the Dragon
Localizada a las afueras de Rhode Island y en Cape Cod, Massachusetts, "Carta blanca" se rodó en estos lugares y en torno a Atlanta, Georgia. La Avondale High School del condado de DeKalb fue utilizada para las escenas de béisbol en las que Maggie y Grace descubren de pronto que todavía están en el mercado.

Al mismo tiempo, el campo de batalla elegido por Coakley es un animado club llamado Enter the Dragon, que ofrece tequilas a 20 dólares y cuenta con una bailarina que actúa con una serpiente de Borneo de 6 metros. Allí, en su elemento natural, Coakley les enseña a Rick y a Fred a aprovechar las oportunidades que les rodean.

Los exteriores de Enter the Dragon pertenecen a un edificio de tipo loft situado en el distrito artístico de las afueras, pero sus interiores se rodaron en The Gold Room, un local de 1.500 metros cuadrados con dos barras, una cabina de DJ flotante, espacios VIP y mucha historia. Antiguamente era conocido como The Gold Club, y fue uno de los clubes de strip-tease de más éxito y más elegantes del país hasta que el FBI lo hizo objeto de una redada por su vinculación con la familia Gambino que llevó a su clausura en 1991. Reabierto con una nueva dirección en 2009 es en la actualidad uno de los clubes de baile más de moda de Atlanta, pero The Gold Room cerró sus puertas durante una semana para que el diseñador de producción de "Carta blanca", Arlan Jay Vetter, pudiera convertirlo en uno de los principales escenarios de la cinta.

"Añadimos mucho color, tonos naranja y amarillos, algunos elementos de iluminación interesantes y lámparas de araña para dar vida al ambiente; también diseñamos todo el motivo del dragón que rodea el podio de Wannabe", explica Vetter. "Queríamos que fuera un ambiente totalmente ajeno a nuestros protagonistas. Está claro que no están en su salsa por mucho que se esfuercen para encajar".

"Carta blanca" utilizó otras muchas localizaciones prácticas en la zona de Atlanta para situar las excursiones extramatrimoniales de Rick y Fred, sobre todo el Druid Hills Golf Club de la ciudad, en el que se celebró el partido menos convencional de su historia. El campus de la Emory University fue el marco elegido para un extraño encuentro entre Rick y la canguro de sus hijos, Paige, interpretada por Alexandra Daddario; y Johnny's Hideaway se convirtió en el bar en el que Rick y Fred intentan sin éxito aplicar su lista de frases infalibles extraídas de Internet y donde a Fred le roba el reloj el tipo más alto que haya visto nunca en un cameo de Igor Vovkovinskiy, con sus 2,34 metros de altura que le convierten literalmente en el hombre más alto de EE.UU.

Sin embargo, la mayor parte del tiempo, Rick y Fred están cuidando sus monovolumen y sanando de sus golpes, magulladuras y decepciones en las camas gemelas en el Days Inn Hotel al que se han trasladado para pasar su gran semana. Aunque no está del todo mal, queda a años luz de la acogedora calidez y el relativo lujo que compartían con sus esposas.

"La casa de Rick, por ejemplo, es un ejemplo perfecto del sueño americano; se trata de una casa típica en la que cualquiera se sentiría cómodo, una casa en la que criar una familia y en la que una pareja puede perfectamente envejecer en compañía", comenta Vetter. "Si te fijas en dónde ha pasado los últimos 15 años de su vida te parece el perfecto padre de familia. Y en realidad, lo es".

El diseñador, que colabora con los hermanos Farrelly en todos sus trabajos desde "Dos tontos muy tontos", describe la estrategia de contrastar ambas localizaciones "para mostrar la diferencia entre el estilo de vida que llevan y el que creen que quieren".

El enfoque de los Farrelly, comenta Peter, consiste en "no mostrarse in a favor ni en contra de la carta blanca. Nos limitamos a pensar en hacia dónde queríamos ir y tratamos de mantenernos fieles a ese concepto, con todo lo bueno y lo malo. No se trata de la historia de un hombre que vive infeliz en su matrimonio; estamos hablando solamente de un hombre casado que se pregunta en voz alta las cosas que la gente suele plantearse como, por ejemplo, qué pasaría si no hubiera tomado determinadas decisiones".

"La carta blanca supone una liberación con respecto a las distintas responsabilidades y limitaciones que tiene en su vida habitual, una semana de libertad para vivir sus sueños. Pero al final sólo dura una semana y tiene que volver a la realidad", afirma Bobby. "En última instancia, es una historia sobre el amor, sobre redescubrir el amor y apreciar a tu pareja. En cierto sentido, es como jugar con fuego pero, al final, no creo que nadie termine quemado".