Cinemanía > Películas > De-mentes criminales > Comentario
Destacado: Timothée Chalamet y Zendaya protagonizan 'Dune: Parte Dos'
De-mentes criminales cartel reducidoDe-mentes criminales(Masterminds)
Dirigida por Jared Hess
¿Qué te parece la película?

Comedia protagonizada por Zack Galifianakis (la franquicia Resacón), Kristen Wiig ("Saturday Night Live", La boda de mi mejor amiga), Owen Wilson (Midnight in Paris, Zoolander (Un descebrado de moda)) y Jason Sudeikis ("Saturday Night Live", Cómo acabar con tu jefe). El reparto también cuenta con Devin Ratray, Kate McKinnon, Mary Elizabeth Ellis, Ken Marino, Leslie Jones, Jon Daly y Ross Kimball.

De-mentes criminales (Masterminds) está dirigida por Jared Hess (Napoleon Dynamite, Super Nacho) y el guión es de Chris Bowman, Hubbel Palmer y Emily Spivey. Lorne Michaels ("Saturday Night Live", Mamá de alquiler) y John Goldwin (La vida secreta de Walter Mitty) son los productores. Ryan Kavanaugh, Dana Brunetti, Kevin Messic, Jody Hill, Danny R. McBride, Erin David, Jill Messik, Tucker Tooley, Kenneth L. Halsband, Brett Dahl y Brent Almond ejercen de productores ejecutivos. D. Scott Lumpkin co-produce.

El equipo creativo incluye al director de fotografía Erik Wilson (El doble), el diseñador de producción Clayton Hartley (Los amos de la noticia) y la diseñadora de vestuario Sarah Edwards (Michael Clayton).


Sobre la historia
Como director de la comedia nerd de culto de 2004, que marcó una época, Napoleon Dynamite y Super Nacho de 2006, que está protagonizada por Jack Black como un incomprendido monje mexicano que de forma anónima se dedica a la lucha libre, Jared Hess ha demostrado su talento para generar carcajadas gracias a héroes de capa caída. Así que parece algo natural que este robo de 1997, que demuestra que la realidad es más extraña que la ficción, intrigara a este cineasta nacido en Utah. Hess dice que tuvo una extraña conexión con esta peculiar historia, en concreto con su protagonista, un conductor de un furgón blindado convertido en ladrón.

"La primera vez que vi una entrevista con David y oí su versión de la historia, de cómo ocurrió todo, me pareció que todos siempre le subestimaban", dice Hess. "Me di cuenta de que era una buena persona que cometió un crimen por amor. La mayor parte de la gente son reacios al riesgo. Tienen miedo de fracasar así que no se arriesgan, viven vidas tranquilas porque es más fácil. Pero cuando la gente toma grandes riesgos, fracasen o no, es interesante verles intentarlo".

Mucho antes de que Hess firmara para dirigir el proyecto, el legendario productor de "Saturday Night Live" Lorne Michaels pasó años luchando por una película basada en este infame robo, inspirado por lo que vio en la revista de actualidad 20/20 de la ABC. "Vi el metraje del robo cuando ocurrió en Carolina del Norte y originalmente quería desarrollar la historia con la idea de que Amy Poehler interpretara el papel de Kelly", dice Michaels. Después de una serie de problemas con el calendario y revisiones de guión, incluyendo la reescritura de Jody Hill y el nativo de Carolina del Norte Danny McBride, la historia acabó llegando a Hess.

Owen Wilson, que ha protagonizado una gran cantidad de comedias extravagantes, empezando por su debut en el cine en la película de Wes Anderson Ladrón que roba a otro ladrón y después sátiras como Zoolander (Un descerebrado de moda) y Starsky y Hutch, apreció el desternillante e imperfecto plan de la historia. "Es sobre un robo llevado a cabo por los peores criminales que puedas imaginar", dice. "En Fuego en el cuerpo Mickey Rouke le dice a William Hurt: ‘Cada vez que cometes un crimen, hay 50 maneras en las que puedas fastidiarlo. Si puedes pensar en 37 de ellas, eres un genio.’ Nuestros personajes ni siquiera pueden pensar en tres maneras de equivocarse, así que ese es su problema".

Kate McKinnon, que interpreta a la prometida de David, Jandice, se sintió atraída por el entusiasmo de esta panda desventurada. "La historia es genial porque trata de personas que valientemente intentan hacer algo y creen que están haciendo un gran trabajo", comenta. "De hecho, no podían estar haciéndolo peor, pero su entusiasmo es enternecedor y esa es una historia americana".

Mientras Hess y compañía inventaron algunas secuencias con fines cómicos, había bastantes hechos reales asombrosos con los que podían trabajar. "Me sorprendió descubrir que realmente contrataron a alguien para que fuera a México a matar a David", dice Wilson. "La película es un poco como Fargo en el sentido de que hay algunos elementos oscuros y aún así pueden ser graciosos. La mayor parte de las cosas que ves en esta película realmente ocurrieron, y todo es loco y ridículo, pensé que si respetábamos eso todo saldría bien".


Convertirse en De-Mentes criminales
Una persona clave a la hora de traer a David Ghantt y su historia a la gran pantalla resultó ser un miembro del reparto que creció cerca de la escena del crimen: Zach Galifianakis. "Cuando empecé a investigar acerca de la historia, Zach me vino a la mente incluso antes de que supiera que era de Carolina del Norte", dice Hess. "Cuando me enteré de que había vivido a unas horas de donde tuvo lugar el robo, con más razón pensé que tenía que ser el que interpretara a David. Realmente aportó un aspecto local al acento y a la manera en que interpretó al personaje".

Galifianakis, que nació en Wilkesboro, a una hora al norte de Carolina, sintió una simpatía inmediata hacia el mundo de De-mentes criminales (Masterminds). "Crecí con tipos como David", dice. "Así que meterme en el personaje me resultó bastante natural. No tuve que investigar mucho".

El actor desarrolló un cariño genuino hacia este personaje después de conocer al David Ghantt real en Los Ángeles. "Salí a comer con David y me pareció un hombre dulce y delicado e incluso algo inocente", dice Galifianakis. "Se vio confundido y tomó una mala decisión, pero creo que todos somos culpables de eso. David me dijo que solía ser revoltoso durante sus veinte cuando ganaba ocho dólares la hora. Hablamos de la tentación y del hecho de que tuvo este comienzo duro en la vida. David tomó una decisión terrible, lo que le motivó nunca fue el dinero. Creo que robó porque siguió a su corazón".

Interpretando a la mujer fatal con un sueldo mínimo, junto a Galifianakis, Kristen Wiig aportó una empatía innata en su alocada interpretación de Kelly Campbell. "En nuestra versión de la historia, son gente que no tiene idea de nada con grandes corazones", dice Wiig. "No es que tengas que robar un banco porque estés aburrido, pero creo que Kelly realmente encontró algo que buscaba. Ella es la razón por la que David pone su vida en riesgo. Él está enamorado de ella, y ella se enamora de él. No podía creerme que fuera una historia real".

La química en pantalla entre Galifianakis y Wiig es lo que da a De-mentes criminales (Masterminds) ese aspecto surrealista con unos cuantos momentos cálidos. "He trabajado con Kristen antes en otros proyectos pero tuve ocasión de conocerla realmente en De-mentes criminales (Masterminds)", dice Galifianakis. "Es la mujer más payasa, en el buen sentido, y valiente a la hora de hacer cosas. Conectamos de verdad, ¡gracias a Dios! Porque es lo peor cuando no es así".

El que incita a David y a Kelly a cometer este acto criminal, que de otro modo ni se les hubiera ocurrido, es Steve Chambers, AKA Gepetto, el autoproclamado líder del grupo. "Steve se ve a sí mismo como un macho alfa que lleva las riendas del grupo", dice Owen Wilson. " Puede ser bastante persuasivo pero no es una persona muy agradable. Sólo quiere parecer guay. Para mí, los personajes que resultan ser los más divertidos de interpretar cometen por lo menos uno de los siete pecados capitales y Steve Chambers definitivamente es culpable de unos cuantos".

Wilson, que ha co-escrito varias películas con Wes Anderson, aportó su estilo cómico al reparto. "Owen es el contrapunto perfecto porque su atención al lenguaje y cómo dice las cosa es tan distintivo", comenta el productor Lorne Michaels. "Si sólo se juzga a estos personajes por sus acciones se considerarían idiotas, así que cuando los haces comprensibles y muestras lo que piensan, como hace Owen por su inteligencia, hace que la historia sea más interesante".

El veterano de "Saturday Night Live" Jason Sudeikis inicialmente tenía sus reservas con la idea de interpretar al asesino a sueldo Mike McKinney. "Es un matón que ha hecho ese tipo de trabajo muchas veces con gran entusiasmo", dice Sudeikis, que ya había trabajado junto a Galifianakis en la sátira política En campaña todo vale. "Cuando leí el guión inicialmente no pensé que yo fuera la persona adecuada para el papel porque tiendo a ver a los personajes de una manera muy literal". Pero Sudeikis empezó a apreciar la extraña amistad que surge en México entre el matón y su objetivo. "David enseña a Mike cosas acerca de Dios, amor, Buda, las cosas importantes que alguien que se gana la vida liquidando a otros no suele tener en cuenta".

Incluso los personajes de reparto en De-mentes criminales (Masterminds) tienen salidas raras e inesperadas, algo que Devin Ratray aprendió investigando para su papel como el secuaz Runny. "No quería que sus huellas digitales acabasen en los fajos de billetes así que (y esto es real) Runny manejaba el efectivo con sus muñecas", dice Ratray, el que fuera uno de los niños actores en Solo en casa, que recientemente ha aparecido en el drama de Alexander Payne nominado al Oscar Nebraska. "Runny retrasó el transporte del dinero 45 minutos porque se le caía todo el rato".

Rudimentario pero eficaz, la manera de mover el efectivo de Runny acabó evitando que los agentes del FBI (interpretados en la película por Leslie Jones y Jon Daly) pudieran seguir el rastro de los sospechosos del robo a través de sus huellas digitales. "Practiqué levantando bandejas en la cafetería con mis muñecas", ríe Ratray. "Ese es el tipo de esfuerzo que dedico cuando investigo. Ahí es donde entra el trabajo real y lo divertido de mi trabajo".


Buenas vibraciones y momentos surreales
Aunque los cineastas viajaron a Puerto Rico para algunas de las secuencias en las que David se esconde en México, la mayor parte de De-mentes criminales (Masterminds) se rodó en localizaciones en y los alrededores de Asheville, Carolina del Norte. "De todas las películas que he hecho, creo que ésta tenía el mejor ambiente en set", dice Michaels, cuyos méritos en la gran pantalla incluyen Mamá de alquiler, MacGruber, Chicas malas, Tommy Boy, Tres amigos y Wayne’s world ¡Qué desparrame!. "Zach y Kristen quizá sean los personajes protagonistas pero también estaban presentes mientras rodaban los demás. Había unas sensación de que todos apoyaban a todos".

"Si hubieras visto nuestro set, no había nada que fuera demasiado elaborado, lo cual es maravilloso", añade Galifianakis. "Esto dio rienda suelta a más libertad y creatividad. Recuerdo trabajar con Kristen hasta la una de la mañana cuando nos empezó a dar la risa floja, como cuando atiendes una misa y se supone que no tienes que reírte. Tengo 44 años y no es profesional reírse a la una de la madrugada con los demás actores, así que intenté ser disciplinado. Le dije a Kristen ‘Intenta ser profesional’, pero no podía parar de reír según lo decía. No suelo partirme de risa de esa manera, pero este set era realmente divertido. Al mismo tiempo, es trabajo. Quiero decir, vas y dices tus líneas y esperas que a la gente le guste".

Desde el punto de vista de Hess, las buenas vibraciones crean buenas comedias. "Había tantos buenos sitios para salir a comer, así que todas las noches después de rodar nos juntábamos todos. Fue la monda".

Los miembros del reparto y del equipo tuvieron tiempo de sobra para aprovecharse de los restaurantes y la vida nocturna de Ashville, porque el tiempo en muchas ocasiones no acompañó al calendario del rodaje. Debido a retrasos por lluvia, tardaron nueve días en rodar la secuencia crucial que tiene lugar en la lujosa mansión de David Chambers y su mujer Michelle, interpretada por Mary Elizabeth Ellis.

"Tuvimos muchos momentos Salvador Dalí", recuerda Ratray. "En una ocasión estaba tirado en el barro cubierto de cinta aislante con la lluvia cayéndome en un ojo, porque el otro estaba cerrado con cinta. Parece que me está dando un ataque, mientras Zack está de pie a mi lado en un smoking blanco, gafas de sol y un rifle. Leer el guión es una cosa, pero rodarlo durante horas y horas es otra, haciéndolo una vez tras otra, a veces mirabas a tu alrededor cubierto de cinta aislante y pensabas: ‘¡Qué movida!’ Todos los días había algo nuevo".


Ese look de los 90
Al ser una película basada en hechos reales ambientada en un pasado no tan lejano, De-mentes criminales (Masterminds) ocupa una época inesperada de la cultura popular: finales de los 90. La diseñadora de vestuario Sarah Edwards se metió en la labor de vestir a todos los personajes para un periodo que aún no ha sido tratado con nostalgia. "Fue un reto encontrar ropa porque no es una moda suficientemente lejana como para estar en los sitios de alquiler, así que no podíamos alquilarla", dice. "Al mismo tiempo la gente todavía tiene esa ropa en su armario, así que tampoco están en tiendas vintage. Pasamos mucho tiempo en tiendas de ropa de segunda mano".

Aunque De-mentes criminales (Masterminds) tiene lugar en 1998, los personajes de Carolina del Norte estaban algo anticuados en lo que a la moda se refiere, según Edwards. "La gente todavía llevaba cosas de los 80s", dice la diseñadora, cuyos trabajos anteriores incluyen dramas contemporáneos como La vida secreta de Walter Mitty y Michael Clayton. "Ese periodo fue divertido de recrear, quiero decir, la gente todavía llevaba hombreras en los 90".

Edwards disfrutó especialmente vistiendo a Owen Wilson como Steve Chambers, el jefe de la banda. "Owen no tuvo miedo y se metió de lleno en el periodo", dice. "Ahora estamos con pantalones pitillos de corte bajo, pero cuando tiene lugar De-mentes criminales (Masterminds), se llevaba ropa amplia. Steve Chambers lleva unos pantalones gigantes con estampados y camisetas sin mangas. La última vez que vi alguien vistiendo así fue Joey Buttfuoco. Y cuando Steve y su mujer Michelle van al centro comercial con todo su dinero y salen conjuntados con forros polares rojos, blancos y azules, con unos vaqueros con cinturas altísimas, para mí ese fue en un gran momento".

Edwards basó la estética general de la película con referencias nada chic. "Estos personajes no tienen mucho gusto", dice. "Sus referencias las encuentran en la televisión de las mañanas y probablemente la mejor tienda local sea J.C. Penney. A Jared le encanta ese periodo y realmente quería meterse en él, así que nos fijamos en catálogos de Sears de mediados de los 90. Antes de Internet. Es antes de que todo el mundo tuviera acceso a todo lo que ocurre en el planeta, así que las modas llegan un poquito más tarde al Sur y queríamos reflejar eso".

En cuanto a Galifianakis como David Ghantt, el estilo que define al personaje tomó la forma de un peinado tazón ridículo. "Es un look muy desafortunado", ríe. "No sé cómo lo pudo llevar nadie. David Ghantt no tiene ese aspecto en la vida real. Es mucho más malote, eso seguro, así que le hicimos algo más andrógino. Nunca he interpretado a nadie obviamente sexual. Tengo que tener una apariencia tonta, pero el peinado se lleva la palma".

Los cineastas dieron un giro cómico al vestuario de Ghantt para la escena en la que huye a México. "David se metió 30.000 dólares en sus botas de cowboy en la vida real, pero en la película decidimos poner el efectivo en su ropa interior porque, ¿a quién no le gusta ese tipo de humor?"

Para interpretar a Kelly Campbell, la mujer que inspira la criminalidad de David en primer lugar, Wiig trabajó con Edwards para que su personaje vistiera en trajes absolutamente demodé. "Vimos muchos retratos de gente en centros comerciales en los 90, incluyendo retratos tomados en el estudio de fotografía de Sears", cuenta. "Kristen realmente quería meterse en eso y llevar cosas que no fueran muy bonitas".

Uno de los trajes más estrafalarios de la película pertenece al personaje de McKinnon, Jandice, cuando se pone un vestido inspirado en una telenovela para posar para fotos de boda con David. "El look de Jandice fue diseñado por un equipo de profesionales que están bien versados en cosas horribles", ríe McKinnon. "Los peores peinados, la peor ropa, el maquillaje podía haber sido peor, pero también podía haber sido mucho mejor. Realmente no dista mucho de cómo visto en la vida real, así que me siento muy cómoda en esta ropa".


De casas móviles a mansiones
Para crear las casas de Steve y Michelle Chambers antes del robo, el diseñador de producción Clayton Hartley y el diseñador del set David Smith usaron como referencia el increíble mal gusto de la pareja real. Como pieza insigne, los diseñadores reformaron una mansión honrando la sensibilidad hortera de estos nuevos ricos criminales. "Les dije a todos mis amigos que son decoradores de set, ‘¿Sabéis qué? Este guión tiene una pintura de Elvis Presley en terciopelo negro y, no sólo eso, también fotografías desplegables de conejitas Playboy’", dice Smith. "Porque en la casa real de los Chambers había todo un baño lleno de posters desplegables".

De hecho, los cineastas acabaron suavizando el gusto decorativo inaudito de los Chambers, según Smith. "Incluimos un retrato de Elvis Presley sobre un fondo de terciopelo negro, pero elegimos no meter los conejitos Playboy. Tampoco pudimos pintar las paredes de rojo chillón como lo hizo Steve Chambers porque los dueños no lo permitieron. No podían creerse del todo lo que estábamos haciendo con su casa".

"Para mí, personalmente", añade Smith, "es mucho más divertido trabajar con ambientes determinados por los personajes como estos que hacer algo inmaculado y bonito, que parezca salido de revistas como Elle Décor o Architectural Digest".

La enorme casa nueva y los flamantes coches de los Chambers causan sospecha entre los snobs que son sus vecinos, a quienes les cuesta creer que el perdedor que conocieron en el instituto pueda haberse hecho con millones de manera honesta. "La prueba de fuego para los personajes fue que no debían gastarse nada de dinero durante un tiempo", comenta Michaels. "Se suponía que tenían que esperar. Pero después ves cómo Chambers y su mujer empiezan por comprarse ropa en el centro comercial pensando ‘Igual simplemente compro una cosita.’ Y van de mal en peor. Todo lo que tenían que hacer estos personajes era seguir con sus vidas como si nada, pero no fueron capaces".

En contraste con el barrio suburbano estéril y rico donde eligen vivir Steve y Michelle, están las calles mexicanas donde David acaba huyendo de los agentes de la ley y de un sádico matón a sueldo. Las escenas de México realmente se filmaron en Puerto Rico, donde los cineastas construyeron un gran mercadillo de nueva planta. "Inicialmente, sólo iba a ocupar un bloque pero creció y creció hasta que ocupó dos bloques", dice Smith. "Todo se consiguió en la localización. Intentamos montarlo rápido pero llovió duramente y tuvimos que cambiar nuestro calendario. Aún así nos divertimos mucho".


Historia verdadera, diversión real
El humor físico y los personajes modestos de De-mentes criminales (Masterminds) ofrecen una alternativa fresca al humor socarrón que caracteriza muchas de las comedias de verano, según Galifianakis. "Las comedias americanas pueden ser de muy mal gusto, con lenguaje rudo, y a la gente le encanta, pero creo que todo el tema de las palabrotas y groserías ahora se ha convertido en un recurso fácil", dice el actor. "Jared y yo estuvimos de acuerdo en que podíamos idear chistes sin recurrir a eso".

A pesar de toda la maldad, De-mentes criminales (Masterminds) conserva cierta inocencia que pocas veces se ve en comedias de Hollywood. "Con Jared, siento que nunca estamos muy lejos de un dibujo animado de Warner Bros., con un elemento a lo Bugs Bunny o Pato Lucas. Si te gusta ese rollo, te va a encantar esta película porque es divertida, va a durar menos de dos horas y te vas a reír un montón. Además, no va a menospreciar tu inteligencia y la historia te atrapa".

En cualquier caso, De-mentes criminales (Masterminds) debe su capacidad de entretenimiento a la aproximación brillante que tuvieron los cineastas hacia los acontecimientos de unos criminales aficionados ocurridos hace 18 años. "Si todo hubiera ido como lo habían planeado, todo hubiera funcionado a la perfección, probablemente estaría en Europa ahora", dice Ghantt, que trabajó como asesor en la película. "Probablemente viviría en Irlanda, donde una persona como yo no sobresaldría mucho, excepto por mi acento". Por otro lado, si todo hubiera salido perfectamente, el público no tendría la oportunidad de disfrutar esta comedia desternillante que es De-mentes criminales (Masterminds).