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La guerra del planeta de los simios cartel reducidoLa guerra del planeta de los simios(War for the planet of the apes)
Dirigida por Matt Reeves
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Mirando atrás en la franquicia
Hace catorce años un experimento científico que salió mal dio lugar al ORIGEN de una especie de simios inteligentes... y de un virus que estuvo a punto de erradicar la raza humana. La gripe simia, como se la conoció, llevó a la humanidad al borde de la extinción. Los supervivientes, los pocos que eran inmunes al virus, llegaron a envidiar a los muertos... mientras los simios seguían desarrollándose en la seguridad de los bosques del norte de San Francisco...

Con el AMANECER de su creciente civilización, los simios florecieron en ausencia de contacto humano... hasta que fueron descubiertos por un pequeño grupo de supervivientes desesperados que trataban de establecer una nueva colonia propia. Los colonos y los simios lucharon por coexistir. Pero su frágil paz llegó a su fin por culpa de Koba, un simio que no pudo resistirse a vengarse de sus antiguos captores. César, el líder de los simios, intentó restaurar el orden. Pero ya no había vuelta atrás de la brutal lucha que ya había comenzado.

Los colonos asediados enviaron frenéticas llamadas de socorro sin saber si había alguien ahí fuera que pudiera escucharlos. La señal se recibió unos 1.300 km al norte, en la base militar Lewis-McChord, donde cientos de soldados se refugiaron después del apocalipsis viral. Estos hombres y mujeres eran todo lo que quedaba de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos. Como respuesta a la llamada, envían una curtida división de combate, encabezada por un coronel condecorado de las Fuerzas Especiales, para unirse a la batalla. César y los simios se retiran a los bosques, pero las fuerzas humanas los persiguen, decididos a destruir a los simios de una vez por todas. Durante dos años, los soldados han estado buscando a César en vano, que se rumorea que está comandando a sus simios desde una base escondida en lo profundo del bosque.


Sobre la producción
Con más simios que nunca, incluyendo una docena de personajes clave, cuando todo se vuelve contra el Homo sapiens, la película también por primera vez incorpora la captura de movimiento en las escarpadas y congeladas montañas y un mundo de nieve; todo capturado en una espectacular 65 mm bajo el ojo magistral del director de fotografía Michael Seresin, y acompañado de una conmovedora banda sonora del ganador del Oscar® Michael Giacchino.

Para el director Matt Reeves, que regresa a la franquicia para dar el siguiente paso después de El amanecer del planeta de los simios, la ambición a gran escala de la tercera película era clara: seguir la historia de los simios, cada vez más capaces y verticales -aunque también más perseguidos y cuestionados- no sólo durante la espectacular guerra total, sino en un agitado territorio psicológico, mientras César lucha para mantener sus instintos más humanos.

Reeves se dió cuenta más que nunca de que la trayectoria de los simios refleja los mitos arquetípicos de la humanidad. "En el momento en el que empieza esta historia, ya no hay más paz con los seres humanos, lo que empuja a César a un conflicto profundamente emocional y universal", describe Reeves. "César siempre ha sido único, ya que es parte mono, parte humano, pero ni uno ni otro. La esperanza siempre residió en si podía ser capaz de unir las dos sociedades, pero ahora está claro que no ocurrirá nunca. Lo que es realmente emocionante es que al explorar los dilemas internos de César en este momento tan profundo, tenemos la oportunidad de ver una batalla que todos conocemos: la guerra entre nuestra inteligencia, nuestra empatía y nuestro instinto, y la manera en la que todo eso define nuestra humanidad. Además de ser un camino muy oscuro, también es una historia muy espiritual".

El productor, Peter Chernin, que ha sido fundamental en el legado del Planeta de los simios desde el inicio mismo de la trilogía, afirma: "Desde el principio, siempre pensamos en esto como una historia de tres partes, que comenzó con el nacimiento de César; después le vimos convertirse en un inocente héroe como líder de los simios y en un líder inteligente y compasivo; y ahora se le pone a prueba, tiene que crecer y convertirse en un héroe aún más grande. En un mundo en el que nacen simios inteligentes, sabíamos que inevitablemente se produciría este conflicto final con los humanos. Hemos llegado a un momento increíble de la historia. Es la apoteosis del viaje de César, en el que podremos verle luchar y en el que veremos su alma. Eso es lo que siempre quisimos hacer con esta saga: explorar el abanico completo de una manera que nos inspire y nos ayude a pensar en lo que significa ser humano".

El productor Dylan Clark, que trabaja conjuntamente con Rick Jaffa y Amanda Silver, resume: "La guerra del planeta de los simios es parte road movie, parte película de guerra, parte western y parte aventura épica, pero en el fondo es una exploración emocional de un líder al que queremos. Vemos a César luchando contra demonios oscuros, pero también encuentra nuevas señales de luz. Puede ser tanto la parte más oscura como la más esperanzadora de la historia de los simios".


Un líder a prueba: El guión
En el núcleo de La guerra del planeta de los simios hay una historia que trata no sólo de la llegada de la batalla definitiva entre los crecientes simios y los humanos en declive, sino también de una noche oscura del alma para el noble líder de los simios, César. Ahora se enfrenta a su momento más peligroso y legendario, y a un dilema moral urgente, ya que comienza a desconfiar de sus principios como simio y de cualquier esperanza de paz con una especie humana que le ha herido de la manera más profunda posible. A medida que el terror de la guerra se extiende al corazón de su propia familia, vemos un César que entra en guerra con los humanos, pero también con él mismo, y cuya ira, que se enciende ante el sufrimiento que ha visto, debe dar lugar a una nueva visión si desea que su especie progrese y salga del caos en el que está inmersa.

"En esta película, sometemos a César a la prueba definitiva", explica Mark Bomback, coguionista junto a Reeves. "Desafortunadamente para César, esa prueba es desagradable. Los simios están en problemas y él sabe que van a tener que ganarse su sitio como la especie dominante del planeta".

Reeves añade: "César se somete a unas pruebas que creemos que son emocionantes y épicas, y le dan un empujón a la película. La escala de esta película es enorme. Cuando los simios abandonan Muir Woods, encuentran un mundo más grande".

Para conseguir inspiración para la escala panorámica y la atmósfera mítica de la película, Reeves volvió a ver muchas de las películas con más acción y más radicales del cine, desde las épicas películas de samuráis de Kurosawa hasta los westerns de Clint Eastwood, películas con las que La guerra del planeta de los simios comparte una mezcla-masterización de los conflictos y la comedia junto con las temáticas de la perseverancia, el sacrificio, la lealtad, el salvajismo, el heroísmo y la búsqueda a través de zonas grises morales en tiempos de total incertidumbre. "Parte de la emoción de hacer estas películas es tener la oportunidad de traer nuevas tecnologías y nuevas formas de cine a los mitos clásicos, creando algo único en estos tiempos", explica Reeves.

La clásica interacción de los elementos claros y oscuros, de la lealtad probada y del coraje encontrado se manifiestan en el épico viaje de César, en el que desciende a las profundidades del sufrimiento cuando se ve obligado a sopesar su sueño personal de venganza por sus propios familiares contra la difícil situación de una posible derrota de toda su especie.

"En esta tercera historia, queríamos llevar a César al único lugar al que nunca pensamos que podría llegar", explica Bomback. "Es totalmente sorprendente, porque nadie podía pensar que César fuera capaz de cualquier cosa parecida al odio o de romper completamente con la humanidad. Pero ahora se encuentra en esa situación, en la que por primera vez puede entender el odio que vio en Koba, el antiguo chimpancé de laboratorio. Es aterrador para todos los que están a su alrededor, porque César siempre ha sido el centro moral del grupo. Y si César pierde el control de la moralidad, ¿qué pasará con toda la sociedad de simios? De eso trata la película en el fondo".

Reeves señala que el guión les empujó a él y a Bomback a sumergirse profundamente en la psique interior de César como nunca antes, pero al mismo tiempo, a expandir enormemente la historia hacia un atronador enfrentamiento con los frenéticos humanos, que están decididos a acabar con los simios antes de que sea demasiado tarde. El resultado es una película con una majestuosidad técnica que es también testimonio de la bondad más simple.

"En esta trascendental coyuntura, César se embarca en un viaje diferente a cualquier otro porque está luchando contra sí mismo", comenta Reeves. "Pero aunque la historia nos conduce dentro de César hasta llegar al nivel emocional más íntimo, también pensamos que la película tenía que ser inmensa, de una magnitud diferente a cualquiera de las películas anteriores, porque es a la vez una película épica de guerra y una historia de migración".

Se trata del capítulo final de la trilogía y del punto final de una extensa historia que comenzó con el virus simio, que hizo a los simios inteligentes y desembocó en un conflicto entre especies en el que sólo puede haber un vencedor. Bomback señala: "lo que estamos presenciando en la Guerra (del planeta de los simios) no es simplemente la historia de César; es el amanecer de una civilización. Lo que vemos que pasa ahora será parte de una mitología futura que conocerán todos los simios, ya que César trata de llevar a su pueblo a una nueva Tierra Prometida".

La escala titánica llevó al reparto y al equipo de producción a un nuevo territorio en todos los sentidos: tecnología, diseño y en las fronteras de compasión por otra especie. Al igual que El origen del planeta de los simios fue una innovación que mostró el potencial de este tipo de cine, La guerra del planeta de los simios muestra lo lejos que se ha llegado.

"Ha sido un proceso evolutivo", señala Peter Chernin. "Durante la primera película tuvimos muchísimas dudas, ya que nunca habíamos visto nada parecido a este tipo de captura de movimiento, pero luego empezamos a ver unas actuaciones reveladoras realmente creíbles y emocionalmente ciertas. Todo cambió cuando terminamos la primera película. Cuando vimos que éramos capaces de crear simios realistas y sensibles, pudimos llegar a una capa más profunda. Una de las cosas liberadoras de esta saga es que podemos explorar la narración emocional de nuevas maneras, porque estamos creando nuestra propia visión de una sociedad que nunca ha existido, pero que pretende ser real, no fantástica, y eso ha sido muy divertido".

Para Chernin, Reeves ha sido esencial a la hora de darle un impulso a la saga. "El nivel de acción, efectos, actuación y escala global fue un gran salto para Matt en esta película, pero esta vez, tuvo el tiempo y el espacio para planear la película que él imaginaba. En esta película tenemos algunas de las mejores secuencias de acción que he visto nunca, pero lo más importante es que Matt estaba totalmente obsesionado con el lado emocional de la película, y quería hacer de este viaje de simios una historia muy humana".

"La película ofrece al público más espectáculo, más intensidad, más humor y lo lleva en el viaje más espectacular hasta el momento", concluye Dylan Clark. "El poder y la aflicción que aportaron Matt y Mark al guión nos inspiró a llevar las cosas aún más lejos".


Evolución y mito: Andy Serkis como César
En La guerra del planeta de los simios, César, el rey de la nueva raza de primates que han desarrollado rápidamente su capacidad de pensar, hablar y ver el mundo en términos complejos y emocionales, asume el fabuloso papel de un líder verdadero que debe hacer frente a su origen para poder ayudar a su pueblo. Al terminar El amanecer del planeta de los simios, César ya se encontraba en un precipicio. Había roto su principio moral más fundamental y había matado a otro simio, su muy querido amigo Koba, tirándolo al abismo.

Ahora han transcurrido dos años, pero las preguntas que surgieron tras la muerte de Koba persiguen a César más que nunca, especialmente cuando la angustiosa e insoportable guerra se cierne sobre su propia familia. Con la comunidad de simios diezmada por los seres humanos, y con un número cada vez mayor de desertores, los simios renegados que se pasan al bando humano, César ve que las cosas han llegado a un punto de inflexión. Si no hay paz con los seres humanos o con los simios que hacen lo que quieren, ¿dónde trazan las líneas que no se deben cruzar? Y si hay un límite, ¿puede César encontrarlo dentro de sí mismo ahora que tiene unos dilemas emocionales tan intensos?

Andy Serkis retoma el papel del majestuoso César, el cual le ha hecho recibir el reconocimiento mundial, para adentrarse en las zonas más arriesgadas y con más matices psicológicos que jamás se haya intentado en un híbrido de interpretación humana y creación digital. Serkis se ha convertido en la principal celebridad de la forma de arte conocida como captura de movimiento, una técnica conocida también por dar vida a Gollum en El Señor de los Anillos, pero nunca se ha dormido en los laureles.

Serkis afirma que interpretar a César durante el torbellino personal por el que tiene que pasar, a través de dolor y fuego y reuniones sorpresa, para encontrar su autoridad y nobleza como líder, "ha sido el reto interpretativo más gratificante de toda mi vida". El actor añade: "Ser capaz de desempeñar un personaje tan complejo y completo como César desde la infancia hasta el punto más profundo de su vida como líder ha sido increíble".

En La guerra encontramos a un César, que siempre se ha caracterizado por ser perspicaz, comedido y de principios, en una pérdida de equilibrio moral. Tiene una cuenta personal que saldar, pero sabe que los otros simios aún le ven como su última oportunidad para encontrar una vida segura y libre. Para conseguir estos matices -en la piel de un chimpancé- fue necesario aumentar el concepto completo de captura de movimiento. Serkis se tomó como un desafío personal ser capaz de transmitir una verdad visceral, tal vez incluso "humana", con un personaje que es un misterio y que, a la vez, sufre unos dilemas con los que el público humano se puede sentir muy identificado, independientemente de la forma física de César.

Su primera tarea fue la de mostrar la profunda vulnerabilidad que se esconde tras la fuerte musculatura de primate de César. "A medida que comienza La guerra, la comunidad simia se rompe", explica Serkis. "César aún intenta mantenerla unida, a la vez que tiene que soportar las pesadas y dolorosas cargas de un líder que lucha por impulsar un pueblo dividido. César siempre ha estado en medio de los dos mundos: humano y simio. No quiere ver la destrucción de ninguna de las dos especies. Pero es un simio y su supervivencia está claramente en juego".

Entonces, César experimenta el peor momento de su agitada vida, y llega a la triste conclusión de que humanos y simios nunca podrán convivir. Serkis continúa: "Es un camino colosal el que debe recorrer César desde ese momento. Cruza la línea hacia un mundo de venganza de la que parece ser que no puede librarse. Contra todas las células de su cuerpo, cae en un lugar de oscuridad y rabia, un lugar del que teme que no pueda volver a escapar. Después de todo lo que ha visto, se ha vuelto más triste pero también más insensible, hasta casi perder la mejor parte de sí mismo. Hubo un tiempo en el que César era un simio que prefería destruir armas que usarlas. Pero de repente comienza a conciliar la idea de usar cualquier medio necesario para vencer a los humanos, impulsado por su vendetta personal contra el coronel".

A medida que los simios han evolucionado rápidamente para convertirse en una inteligencia superior, cada película ha llevado a Serkis aún más lejos en sus exploraciones de las capacidades de expansión de César hasta llegar a su punto más alto en La guerra. La creciente elocuencia de César le ha permitido a Serkis crear más y más matices.

"En la primera película, hubo un origen del lenguaje y se trató de explorar cómo se desempeñaron los simios al comienzo de su evolución. En la segunda película, comencé a pensar en César más como un humano y él comenzó a utilizar una lingüística más compleja, que le permitía expresarse de manera intelectual", explica Serkis. "Ahora, César puede hablar con fluidez, lo que cambia su visión de las cosas, cómo piensa de sí mismo y de los demás".

Serkis continúa: "Ha sido realmente increíble poder entrar en la mente de un ser que se transforma en cada nivel. En esta nueva película, físicamente, César está mucho más erguido y utiliza mucho más sus manos, por lo que es más como un ser humano en la piel de un simio. Pero a medida que su inteligencia y habilidades crecen, las cosas que siente y recuerda se vuelven más desalentadoras".

Los realizadores quedaron impresionados por la manera en la que Serkis aportaba su propia personalidad al personaje de César en sus tiempos más difíciles y por la cantidad de sentimientos conflictivos de tormento y anhelos que era capaz de evocar en un instante, a la vez que sacaba partido del proceso de captura de movimiento de manera impecable. Una vez más, Serkis parecía estar traspasando todos los límites inimaginables.

Chernin apunta: "Andy es tanto el corazón como el alma de la saga. Él sabía desde el principio que existía el peligro de que los simios fueran muy teatrales, así que cuando apareció el primer día empezó con una seriedad aún mayor. Nunca dejó de estudiar el comportamiento de los simios y las expresiones faciales, por lo que ahora es capaz de mantener el mismo nivel de majestuosidad en César en las tres películas. Con una actuación casi shakesperiana, Andy es una parte importante a la hora de crear el poder emocional de la película".

"Éste es el trabajo más complicado y conmovedor que ha hecho Andy", añade Clark. "Gracias a sus excepcionales habilidades, ha creado a César como un personaje que parece mitológico a la vez que conmovedor".

Serkis asombró al propio Woody Harrelson, que interpreta al coronel que se bate en duelo con César en múltiples niveles. "Andy es uno de los actores más talentosos con los que he trabajado", comenta. "Me quedé asombrado al ver la cantidad de potencia pura que es capaz de transmitir sin decir una palabra. No creo que haya visto nunca una manera tan extrema de ser capaz de expresar emoción a través de los ojos. Como actor, ni siquiera sé a quién compararlo... es único. A veces era tan conmovedor que rompía en aplausos al final de la toma".

Serkis apunta que todo esto fue posible gracias al entorno que creó Reeves, en el que comprender las emociones internas de César tenía la misma prioridad que la creación visual del personaje.

"La pasión que siente Matt por esta historia no tiene fin", asegura Serkis. "Tiene un ojo increíble para el uso de la cámara, pero la clave es que nunca sacrifica la interpretación. Se trata de llegar a las emociones verdaderas en cada momento. Incluso en el ambiente más despiadado, busca el corazón de los personajes".

Tal vez lo que más ha inspirado a Serkis a la hora de crear a César sea la idea de que, al igual que un animal majestuoso de una fábula, César es una creación que refleja la esencia de la humanidad. Eso quedó bastante patente en La guerra, en la que César atraviesa un momento de conflicto global parecido a muchos momentos de la historia de la humanidad, pero con la interesante diferencia de que se ve desde el punto de vista revelador de los animales que una vez fueron salvajes.

"Creo que quizás la representación de nuestras luchas humanas más fundamentales vista desde ojos de los simios permite al público conectar con las emociones humanas en un nivel más visceral", comenta. "Sabemos que los grandes simios son nuestros primos más cercanos -son un 97 por ciento iguales a nosotros- y sin embargo percibimos este mundo de diferencias. Tal vez, al darles una voz y ver el mundo a través de sus ojos diferentes, podamos salir de nuestros cuerpos y vernos realmente bajo el microscopio como nunca antes lo hemos hecho".


El último guerrero de la humanidad: Woody Harrelson como El Coronel
Puede que sea la última, feroz y desesperada esperanza para la humanidad, pero el coronel J. Wesley McCullough es el enemigo más temido de los simios. El renegado coronel es un guerrero curtido y sin piedad, prácticamente mítico, que cree que él y su grupo de soldados humanos están justificados para adoptar cualquier medida mortífera para preservar lo que queda de la raza humana y terminar la ascensión de los simios mientras aún pueden.

Parte de lo que impulsa el coronel es el presentimiento que tiene de que a medida que los simios evolucionan, el virus simio tiene el efecto contrario en los seres humanos, es decir, hace que involucionen, perdiendo el habla, una situación impensable para la especie que llegó a dominar el mundo. Por eso tiene una misión crucial: derrocar al líder de los simios. Y cuanto más conoce el interior y el pensamiento profundo de César, más teme que los días de la raza humana estén contados si no detiene a los simios ya.

Matt Reeves explica: "César ha adquirido un aura de leyenda y misterio entre los humanos y los simios, y el coronel llega a creer que si los humanos son capaces de encontrar y destituir a César, los simios se derrumbarán y le darán a la humanidad la oportunidad de recuperarse".

El coguionista Mark Bomback añade: "Pusimos el listón alto para el coronel, porque queríamos que fuera tan convincente como cualquier simio de la película. Ha conseguido crear algo de culto a su alrededor y ha llevado la noción de la supervivencia a cualquier coste a un lugar peligroso. La filosofía del coronel es que como tienen la responsabilidad de salvar a la raza humana sobre sus hombros, tienen excusa casi para cualquier acción".

Para asumir el papel, los cineastas sabían que necesitaban un actor con un carisma fuera de lo normal, capaz de enfrentarse a la majestad de los simios con una mezcla volátil de determinación humana y desesperación. Acudieron a uno de los actores más versátiles de nuestros tiempos: Woody Harrelson, dos veces nominado al Oscar, al que veremos este mismo año en papeles muy diferentes en Three Billboards Outside Ebbing, Missouri y en The Glass Castle. Harrelson adoptó un enfoque inconmensurable para el coronel. "El coronel es un tipo que realmente sólo piensa en términos militares. La guerra es lo único que entiende", explica Harrelson. "Después de ver cómo los simios se están apoderando del mundo tras la gripe simia, siente que es su deber como ser humano con esas habilidades hacer todo lo que pueda para salvar a la humanidad".

Peter Chernin afirma: "La forma en que Woody interpreta al coronel no lo hace parecer un villano, sino un hombre que cree que está luchando en una guerra santa para salvar a la humanidad. Podemos ver que admira a César, le respeta profundamente y que, al igual que César, él también busca en la oscuridad de su alma".

Aunque el coronel es el feroz enemigo de los simios, Harrelson señala que como en cualquier guerra, todo depende del lado en el que te posiciones. Para algunos seres humanos que son testigos de la destrucción de su civilización, el coronel es la personificación de la esperanza. "Fácilmente se puede ver al coronel como el malo de la película, pero yo lo veo como un tipo que se siente llamado a hacer algo grande y crítico en esta época oscura en la que se encuentran los humanos", explica Harrelson.

El compromiso total de Reeves con el proyecto fue una chispa de ánimo constante para Harrelson. "Matt tiene una visión extraordinaria y no se cansa nunca. No va a dejar de hacer algo hasta que crea que está bien hecho. Me quitaba el sombrero ante él cada día porque me encanta la manera en la que busca la excelencia".

Al igual que Harrelson se conmovió con la actuación de Serkis, este se motivó con la interpretación de Harrelson del coronel. "Uno de los mayores placeres de esta película para mí fue trabajar con Woody", comenta Serkis. "Nos hicimos muy amigos. Es una persona totalmente honesta y, por lo tanto, un actor muy auténtico; vive y respira de su propio credo y es embriagador. Tenemos unas escenas muy emotivas, en las que tenemos que interactuar entre nosotros, y creo que Woody estuvo impresionante".

Serkis continúa: "Woody y yo realmente nos metíamos en la cabeza del otro, y sabíamos lo que teníamos que hacer cuando actuábamos juntos. César y el coronel tienen cierta conexión entre ellos, a pesar de que son los líderes de las especies que van a luchar. Hay un extraño respeto entre ellos que Woody también entendió. Woody me ayudó a encontrar la ambivalencia de César porque su coronel no es el villano directo que podría haber sido. Woody aporta una emoción tan honesta que es capaz de crear un coronel bastante seductor, y César tiene que aceptar sus similitudes".

Entre los seguidores del coronel, dispuestos a hacer cualquier cosa para proteger a la raza humana, está su fiel soldado Preacher, siempre con su ballesta. Gabriel Chavarria, que saltó a la fama gracias a la serie de Hulu East Los High, interpreta este personaje clave. Chavarria podía entender perfectamente por qué Preacher permanece fiel al Coronel, sin importar lo caótico o trascendente que sea el momento. "Preacher sigue al coronel porque en esta época postapocalíptica el coronel es el único humano que queda capaz de superar la situación", afirma. "Pero César tiene tanta humanidad que es confuso para él. Preacher sigue siendo leal al coronel, pero está indeciso porque César no es un simio ordinario y tal vez todos quieran lo mismo".


La niña perdida: Amiah Miller como Nova
Uno de los personajes más sorprendentes de La guerra del planeta de los simios no es ni un simio ni un hombre... sino una pequeña niña con un coraje asombroso. Se trata de una niña humana muda azotada por el virus, conocida como Nova, y se convierte en una parte esencial del viaje de los simios hacia su nuevo hogar.

La fascinante Nova no pasó desapercibida para Reeves y Bomback. "Es una niña pequeña, aparentemente huérfana que vive con simios. Matt y yo pensamos que parecía un personaje sacado de un cuento de hadas. Desde Ricitos de Oro hasta Caperucita Roja, hay toda una tradición de historias sobre niñas pequeñas que viven en el bosque con animales peligrosos que se convierten en sus protectores. Eso es parte de la inspiración para Nova. Y el nombre Nova, por supuesto, tiene un poco de un huevo de Pascua de la película original", explica Bomback.

"Una de las cosas más bonitas de Nova es que incluso en este mundo dividido, ves que hay simios y seres humanos que son capaces de formar profundas relaciones emocionales", afirma Peter Chernin. "En este momento en el que César se encuentra en el lugar más oscuro de su vida, y en el que quiere odiar a todos los seres humanos, Nova llega a él de una manera que nadie más puede. En Nova, también podemos ver el progreso del virus simio y lo que significa la supervivencia para los humanos".

Para interpretar el papel, especialmente exigente y complejo para un niño, tenemos a Amiah Miller, de 12 años, en su primer papel principal. Como Nova desarrolla un fuerte vínculo con el orangután Maurice, quien insiste en llevarla con ellos durante el largo viaje de los simios, Miller pasó un mes trabajando con Karin Konoval, que interpreta el papel de Maurice. "Amiah y yo necesitábamos tener una conexión muy fuerte, muy real", explica Konoval. "Así que Amiah y yo llegamos a conocernos sin decir nada, igual que Maurice y Nova, antes incluso de tener conversaciones. Afortunadamente, nuestra conexión fue inmediata y orgánica y creció a partir de ese momento. Fue realmente mágico que los directores nos dieran la oportunidad de desarrollar este vínculo tan verdadero".


El fugitivo: Steve Zahn como Bad ape
Otro personaje nuevo de la historia representa la realidad cambiante de los simios en todo el planeta a medida que se extiende el virus simio: un chimpancé inteligente que se escapa de un zoo y que ha de abrirse su propio camino a través de un mundo cambiante, adquiriendo un idioma rudimentario por sí mismo. Se trata del autodenominado Bad Ape, interpretado con su característica agudeza cómica por Steve Zahn (Dallas Buyer's Club, Rescate al amanecer).

Matt Reeves afirma: "Bad Ape es un personaje muy importante que transmite la amplitud de la historia. Es muy gracioso, pero también gracias a él te das cuenta de que el virus se ha extendido a muchos otros, y que hay todo un mundo de simios inteligentes ahí fuera, un mundo que va camino de convertirse en el original de El planeta de los simios de 1968. Como personaje, Bad Ape es uno de nuestros favoritos".

"La creación de Bad Ape fue sin duda lo más divertido", añade Mark Bomback. "A veces teníamos que detenernos para no ir demasiado lejos con él, ya que es un personaje tan guay que fácilmente podríamos haber terminado el guión sólo con él. Pero también nos pareció importante mostrar que hay otros simios ahí fuera con sus propias historias".

Peter Chernin explica que la inspiración para Bad Ape surgió de una fotografía de un chimpancé que estaba perdiendo el pelo, con orejas en forma de jarra y una traviesa sonrisa. "Queríamos añadirle tanto un poco de humor como un rasgo conmovedor al personaje de Bad Ape", explica Chernin. "Es un personaje conmovedor del que te enamoras rápidamente, pero también nos dio la oportunidad de mostrar interacciones no sólo con César, sino también con Rocket y Maurice, algo muy importante".

A Zahn le encantó crear una persona que emerge de su caparazón cuando descubre la emergente comunidad simia. "Cuando lo conocemos, ya han pasado años desde que Bad Ape ha visto por última vez a uno de su especie", explica Zahn. "Ha estado viviendo en soledad, como un hombre de montaña. Posee el poder del habla porque lo aprendió de sus adiestradores del zoo, y de ahí su nombre: Bad Ape (Simio Malo). En realidad es todo lo contrario, pero es un Simio Malo porque en el zoo era bastante travieso. 'Simio malo, simio malo', le decían. Así que se le quedo el nombre".

La guerra del planeta de los simios supone el primer papel de captura de movimiento de Zahn, al cual se adaptó de inmediato. "Pensaba que iba a ser mucho más técnico, pero lo he encontrado bastante teatral", explica. "Me recordó al teatro. Interpretar a Bad Ape era un poco como una realidad aumentada, en la que debes unir la parte física y la emocional".


La conciencia de César: Karin Konoval como Maurice y Terry Nonary como Rocket
A medida que César comienza a entrar en su dilema moral, los monos más cercanos a él tratan de mantener su fe en él como líder. Uno de ellos es Maurice, que intenta despertar el simio justo y recto que sabe que hay dentro de César. Karin Konoval retoma por tercera vez el papel del inquebrantable orangután.

Konoval ha llegado a sentir un profundo respeto por Maurice, a pesar de que el personaje le obliga a pasarse tanto a otro género como a otra especie. "Los orangutanes tienen una integridad muy fuerte por lo que son, y creo que así es Maurice en el fondo. Es muy observador, y cuando hace algo, lo hace por algún motivo. Creo que es la conciencia de César. Ha sido su asesor desde hace mucho tiempo, y su compromiso y dedicación a César son totales", comenta la actriz.

Aunque no es nuevo para ella interpretar a Maurice, Konoval ha seguido sumergiéndose cada vez más en su personaje. Para prepararse para La guerra, pasó tiempo con Tewynn, posiblemente el orangután macho más viejo del mundo, en el Woodland Park Zoo de Seattle. Es un simio al que le encantaba pintar, y que le permitió ver lo extraordinarios y complejos que realmente son los primates en sus propios mundos. Lamentablemente, Tewynn murió días después de que concluyera el rodaje de La guerra del planeta de los simios.

Konoval recuerda lo que le enseñó: "Me aportó el Maurice interior que tengo", asegura. "Nunca podría agradecérselo lo suficiente. La oportunidad de observar orangutanes y de llegar a conocerlos a ellos y a parte de la comunidad de conservación del orangután ha sido uno de los regalos más magníficos que he tenido nunca. El nombre de Towan se traduce como Maestro, que es lo que él era. Cuando miraba a los ojos, no había nada que pudiera compararse a esa sensación. Y eso es lo que me ha inspirado para llegar al alma de Maurice".

En La guerra, el alma de Maurice va en una dirección inesperada cuando le coge cariño a la niña humana huérfana, Nova, que conecta con ella más allá de las palabras. "Me lo he pasado muy bien como un ser humano conociendo a los orangutanes; ha sido maravilloso darle la vuelta e interpretar a un orangután que establece una estrecha relación con un ser humano", reflexiona Konoval. "Interpretar a Maurice ha sido una experiencia muy rica".

Andy Serkis señala que la interpretación de Maurice de Konoval ha sido una inspiración para él a la hora de interpretar a César. "Karin le pone todo su corazón y su alma cuando interpreta a Maurice, y tiene unos conocimientos tan profundos del comportamiento simio, que su personaje parece realmente auténtico", apunta. "Para ella, no se trata de copiar a un animal, se trata de entender su mundo interior, y te das cuenta de que es lo que hace que cobre vida".

El consumado actor y coreógrafo Terry Notary también regresa como la mano derecha de César, Rocket, además de desempeñar el trabajo de entrenador coreográfico para todo el reparto de primates. Notario apunta: "Rocket siempre será el confidente y mejor amigo de César. Pero en esta película, creo que encuentra su verdadero propósito en la vida, que es mantener a César a salvo. Rocket ya ha pasado por lo que le ocurre a César en esta película, y ahora está ahí para asegurarse de que César lo supera también y para protegerlo cuando se pierda".

"Rocket también cree que le debe dar César el espacio necesario para luchar con su conciencia", continúa Notario. "Rocket sabe que la rabia ciega de César es peligrosa, pero también sabe que César tiene que pasar por esto, a su manera, por lo que debe mantener la distancia a la vez que se asegura de que César puede seguir siendo el líder. Es un viaje profundo y complicado para los dos".

Serkis se vio reforzado por su relación con Notary. "Rocket tiene un papel fundamental en esta historia; se convierte el amigo del alma César, el cual confía en él como se hace con los mejores amigos". Notary señala: "Lo sorprendente de Andy es su capacidad para dejar que las emociones puras fluyan por él sin forzar nada en absoluto. Podía sentir cómo salía el alma de César salir de muchas maneras distintas, y eso impulsa a los demás".


Subiendo el listón de la captura de movimiento
El desarrollo de la tecnología de vanguardia de captura de movimiento -una tecnología que puede transmitir hasta los matices más diminutos de movimientos, gestos y emociones de los personajes animados a través de los actores humanos- ha dado lugar a la creación de algunas de las personalidades más memorables del cine, como los simios vistos en El origen del planeta de los simios y El amanecer del planeta de los simios.

Pero la combinación de esta tecnología con la interpretación humana no se ha mantenido estática; el listón sigue subiendo. Andy Serkis cree que ha habido un avance reciente en la manera en la que los actores enfocan un papel de captura de movimiento, como César, que sale en la película y que por el que están dispuesto a seguir creciendo.

"Los actores están comenzando a entender que cuando se hace la captura de movimiento, no sólo te quedas parado esperando que luego se realice toda la magia. No estás representando el personaje, sino que te conviertes en el personaje", explica. "En mi opinión, no hay ninguna diferencia entre interpretar un papel en un traje de captura de interpretación y un papel con un vestuario y maquillaje normales. Ninguna en absoluto".

Serkis recuerda que al principio habló con Woody Harrelson acerca de cómo esperaba que trabajaran juntos; un actor con el mecanismo de captura de movimiento y el otro sin él, pero ambos igual de comprometidos con sus personajes. "A un actor le puede llevar algo de tiempo acostumbrarse a actuar frente a otro actor con un traje de captura de movimiento", explica. "Pero una vez que empieza la comunicación, uno se da cuenta de que a pesar de que uno lleva una cámara montada en la cabeza y puntos en la cara, los dos son criaturas de la imaginación".

El nuevo desafío para Serkis esta vez fue expresar todos los rasgos de la complicada situación de César, una situación muy humana a pesar de su forma no humana. Para ello, tuvo que ir un paso más lejos y mostrar un nivel de emoción primario y total propio de un verdadero ser humano.

"Literalmente, cada escena de César tiene un trasfondo emocional oscuro", señala Serkis. "Para mí, la clave era ir a esos lugares oscuros y temibles como lo haría si estuviera actuando sin un traje de captura de movimiento. No se trataba de hacer una pantomima o de imitar a un simio. Si realmente quieres llegara a las profundidades de la mente de una persona - algo que tiene que hacer cada uno de los actores que interpreta a un simio en esta película- tienes que estar dispuesto a desnudarte de una forma increíble".

Mark Bomback afirma que por muy impresionante que sea la tecnología, por sí sola no sería nada sin un actor de la talla de Serkis. "Me rompe el corazón que la gente piense que gran parte de la interpretación se crea con el ordenador, porque en realidad es lo contrario", revela. "La tecnología está a merced del talento de Andy, no al revés".

Sin embargo, la tecnología ha tenido que complementar las habilidades Serkis y a la narración, y ha tenido que innovar en repetidas ocasiones para conseguirlo. Peter Chernin ha sido testigo de la transformación. "Cuando rodamos El origen del planeta de los simios, nunca antes se había utilizado la captura de movimiento en un entorno abierto, fuera de un estudio de sonido; nosotros fuimos los primeros en rodar en un bosque", recuerda. "Ahora vamos a cimas de montañas y a la nieve. La gente no sabe lo extraordinariamente complejo que es. El pelo mojado es una de las cosas más difíciles de hacer digitalmente, y la nieve en el pelo está incluso otro nivel por encima. Lo divertido es que un montón de personas que trabajan en efectos especiales consiguió trabajo gracias a la película original de El planeta de los simios, a pesar de que se hizo con maquillaje y vestuario; y ahora están impulsando la tecnología de la animación generada por ordenador para crear imágenes como la de un simio a caballo en la nieve, lo cual es extraordinario".

Ésa es la razón por la que los realizadores volvieron a contar una vez más con los expertos magos del estudio de efectos visuales de Nueva Zelanda Weta Digital. "Weta nos ha permitido hacer cosas que antes sólo podían existir en la imaginación", comenta Dylan Clark.

"Weta son los mejores", añade el coproductor y productor de efectos visuales Ryan Stafford, que también trabajó en los últimos películas de El planeta de los simios. "Son los mejores con los personajes, son los mejores con el pelo y son los mejores colaborando creativamente con los realizadores".

El supervisor de efectos visuales de Weta, Dan Lemmon, que recibió nominaciones al Oscar por sus contribuciones a El origen del planeta de los simios y El amanecer del planeta de los simios, explica que la tecnología de captura de movimiento ha evolucionado, al igual que los simios, desde que se rodó la primera película. Las limitaciones cada vez son menores. Las herramientas de animación facial en tiempo real permiten ahora a los artistas realizar acciones de animación facial en el momento, lo que les permite recrear cualquier expresión que ven en la interpretación de un actor, y que sirve para cientos de personajes en una escena.

"En El origen del planeta de los simios fue la primera vez que sacamos la captura de movimiento a nuevos entornos exteriores. Aprendimos mucho de eso y, como resultado, nuestra tecnología de renderizado ha mejorado considerablemente. Todos nuestros sistemas de pelo y la manera en la que modelamos la forma en la que se mueve la luz y otros materiales en una escena son cada vez más sofisticados. El nivel de realismo que se verá en esta película es mucho más alto que cualquier otro", afirma Lemmon.

Para dar a Weta un nuevo reto, La guerra cuenta con una docena de personajes clave que son simios, más que en las películas anteriores, y que también hablan con más sofisticación. "Conseguir expresiones faciales convincentes y sincronización de labios fueron los nuevos retos. Hacerlo para uno de los personajes es bastante complicado, pero como nuestro reparto ha aumentado, hemos tenido que mejorar nuestras técnicas faciales para que la película resultara creíble para el espectador", explica Lemmon. "Hemos realizado mejoras no sólo en la tecnología sino en el arte de la misma".

La guerra marca otro punto de partida para la captura de movimiento; es la primera vez que se ha utilizado en condiciones climáticas extremas, incluida una nevada. Lemmon explica cómo se realizó la complicada tarea: "Hemos tenido que tomar un proceso que ya era bastante complicado y lo hemos calibrado con temperaturas bajo cero y ráfagas de nieve. Es emocionante, porque hemos abierto la posibilidad de utilizar la captura de movimiento en cualquier lugar, interactuando con cualquier entorno y seguir teniendo la plena confianza de que ha capturado todos los matices del actor".

Entre tanto, Ryan Stafford estaba a cargo de unos 50 trabajadores de efectos visuales y supervisaba una unidad de cámaras de 10 personas con un total de 35 a 45 cámaras de captura de movimiento, así como un ejército de buscadores de datos, encargados de localizaciones y fotógrafos que recopilaban información sobre todos los detalles de cada uno de los escenarios. Sólo la búsqueda de localizaciones fue un trabajo enorme. "Como mientras grabamos no sabemos los elementos que podremos crear después con el ordenador, teníamos que asegurarnos de que se estudiaba cada pulgada de nuestros escenarios. Se necesita un gran equipo para asegurarse de que se fotografiaba cada accesorio, cada escenario y cada piedra del suelo. Escaneábamos en 3D cada pulgada del escenario", explica.

Stafford continúa: "Luego tuvimos un enorme banco de ordenadores al que llamamos Control de la misión, que tenía varios operadores humanos. Ellos son los que se ponen en funcionamiento la captura de movimiento, enfocan las cámaras y se aseguran de que todos los datos que obtenemos están limpios. Fue un esfuerzo monumental. Tuvimos que rodar cada toma dos veces, a veces cuatro veces, y luego tratar de encajar todas las complejidades en un día de rodaje estándar".

Uno de los éxitos más gratificantes para el equipo de captura de movimiento llegó en la escena en la que Maurice conoce a Nova. "Su interacción con los simios es tan delicada que trajo consigo una serie de complejidades: desde la manera en la que su pelo interactúa con el pelaje de Maurice hasta la forma en la que su ropa presiona su vientre. Todo esto se orquestó cuidadosamente para crear algo convincente y, en última instancia, muy emotivo".


Los efectos: Avances en VFX
Los avances en la captura de movimiento eran sólo el comienzo de Weta, que también se adentró en un nuevo territorio de efectos digitales para diseñar la totalidad de las 1.400 tomas de efectos de alta complejidad de la película. El equipo, que trabaja bajo el supervisor sénior de efectos visuales Joe Letteri y el supervisor de efectos visuales Dan Lemmon, se centró especialmente en la creación de interacciones altamente realistas entre los simios y el entorno, desde su fortaleza oculta hasta la prisión del coronel. Entre los nuevos conceptos introducidos en La guerra se incluyen:

- Un nuevo software de crecimiento orgánico de árboles llamado Totara: esta herramienta de simulación de última generación permitió al equipo de Weta diseñar el bosque de los simios con una precisión que llegó al nivel de las hojas. El software emula inteligentemente los patrones de crecimiento propios de la naturaleza, permitiendo que los árboles se adapten a la vida de las plantas que les rodea y produce incluso cambios en la forma y el color causados por el envejecimiento; cuando empieza a crecer es de color rojo, luego se pone verde y después de color marrón cuando decae. Weta considera que esta herramienta es un primer paso de la emocionante dirección que llevarán las herramientas de efectos orgánicos en la próxima década.

- Cuidado avanzado del pelo: la tecnología del pelo usada en La guerra supera a todas las utilizadas anteriormente. Aporta nuevos niveles de complejidad a la manera en la que el pelo digital se comporta e interactúa con el mundo. La necesidad particular de mezclar nieve fresca con pelo fue el impulso de la innovación, ya que el equipo de efectos visuales trabajó la manera en la que la nieve se pega al pelo, cómo se forman los copos, cómo se cae y cómo se comporta cuando los simios caminan a través de paisajes nevados.

- PhysLight: esta nueva herramienta modela con gran precisión la manera en la que las cámaras recogen y responden a la luz. El resultado es que el equipo de La guerra fue capaz de iluminar a los simios de manera muy similar a cómo lo haría un director de fotografía, con las mismas reglas de la fotografía que se utilizan en el estudio.

- La creación de una avalancha por ordenador: Weta investigó de manera especial cómo crear la espectacular avalancha de la película; realizaron estudios en física de la dinámica de fluidos para recrear con precisión las nubes de nieve cayendo por una montaña.


El campamento simio con Terry Notary
Antes de que comenzara la producción, el actor y coreógrafo Terry Notary organizó lo que bautizaron como el Campamento simio, un lugar en el que los actores podían empaparse del comportamiento de los simios, afinando sus movimientos, ritmos y tempos. Tanto los veteranos como los nuevos actores tuvieron que hacer frente a la nueva realidad de los simios: son criaturas que andan cada vez más erguidas y que están perdiendo su naturaleza salvaje y su manera de ver el mundo.

"Los simios siguen evolucionando y a medida que evolucionan, también tenemos que hacerlo los actores, lo que hace que seamos más conscientes de la creación de una nueva cultura", desarrolla Notary.

El Campamento simio comienza, no obstante, estando 20 minutos sentado. Notary explica que él cree la transformación de seres humanos a simios intelectuales requiere un proceso de meditación: "Es curioso, porque los actores nuevos siempre me preguntan: '¿Qué tengo que hacer ahora? ¿Y cómo lo hago?' Pero lo primero es lo primero, es decir, no hacer nada. Sino todo lo contrario, deshacemos todo. Ésa es la clave. A lo largo de estas películas, me he dado cuenta de que no se trata de intentar imitar a un simio. Se trata de dejarte caer en ti mismo, suavizando y ampliando tu percepción, a la vez que tratas de ser muy abierto y vulnerable. Interpretando a Rocket he aprendido que se trata de ser el yo más honesto posible".

El actor continúa: "También es importante recordar que como seres humanos, ya somos del género de los simios, así que no tenemos que hacer mucho para llegar ahí. Sólo tenemos que quitarnos de encima toda condición humana. Se trata de pensar: 'Vale, ¿y si me simplifico y soy realmente honesto, primario y abierto?'"

Notary ha realizado una amplia investigación en la que ha visto infinidad de vídeos de gorilas, chimpancés y orangutanes en estado salvaje y en cautividad. Pero él está convencido de que cuando se trata de moverse como un simio, la imitación no es el mejor enfoque. "Es increíble cuando ves a los grandes simios, y es una herramienta muy útil, pero siempre y cuando no intentes imitarlos. La imitación no parece real. En vez de eso, hay que buscar la base y luego improvisar con tu personaje. La sutileza es la que realmente le da la seriedad a los personajes".

Andy Serkis considera que las enseñanzas de Notary tuvieron un valor incalculable. "Sin Terry, los simios no parecen tan vivos", musita. "Él te enseña destrezas de movimiento, pero más que eso, te enseña a ser un simio y a que no sientas que tienes que sobreactuar". Steve Zahn añade: "Si finges ser un simio, queda horrible. Pero si te conviertes en el simio que llevas dentro, de la manera más simple posible, es increíble lo rápido que te transformas".

Para el recién llegado Michael Adamthwaite, que interpreta el crucial papel de Luca, el gorila de espalda plateada, el Campamento simio fue una experiencia única. "Pasamos días trabajando simplemente la manera de correr. Corríamos a través de arroyos y sobre las rocas una y otra vez. Las instrucciones eran simplemente hacerlo, no pensarlo. Ser un simio. Fue un verdadero privilegio poder trabajar con Terry y adquirir su infinita energía".


Arquitectura simiesca: El diseño
En el momento en que los simios atraviesan California y se establecen en Sierra Nevada, La guerra del planeta de los simios traslada a los primates hasta un territorio visual cinematográficamente muy potente. El director Matt Reeves colaboró con su equipo de confianza para componer un viaje emocionalmente realista por este mítico mundo, equipo que incluía al director de fotografía Michael Seresin, al diseñador de producción James Chinlund y a la diseñadora de vestuario Melissa Bruning.

Para capturar la vasta panorámica y los torrentes de acción de la película en los entornos más extremos –reflejando simultáneamente la naturaleza salvaje, el debilitamiento de la civilización humana y el desarrollo estético de los simios–, Seresin decidió filmar en el formato 3D original, utilizando para ello la nueva cámara digital Arriflex de 65 mm. "El objetivo era crear una grandiosa épica visual del período de guerra", afirma Reeves. "Las imágenes que logró Michael eran realmente maravillosas".

Mientras tanto, Chinlund emprendió su propia aventura, erigiendo algunos de los sets más complejos que ha diseñado nunca, lo que incluye la imponentemente gigantesca prisión de Tower Rock, una fortaleza secreta de los simios y el fascinante refugio de montaña rodeado de hielo. "James creó para este filme una estética muy poderosa y que yo diría que está muy conectada con la ciencia-ficción. No es fácil imaginar un Estados Unidos post-apocalíptico donde ahora es una sociedad de simios la que crea sus infraestructuras, pero James ha estado a la altura de esta extraordinaria tarea", dice Dylan Clark.

Chinlund señala que la película también le ofreció la ocasión de crear la mayor cantidad de sets especialmente singulares. "Matt estaba muy interesado en desarrollar una sensación de road movie", afirma. "Así que tuvimos que hallar la manera de proporcionar el mayor número de entornos visuales posibles –desde el océano a las montañas o al desierto– al mismo tiempo que componíamos el arco dramático de los simios a lo largo de su viaje. Otorgarles a los simios diferentes tipos de personalidad era algo que nos interesaba mucho desde el principio, y, definitivamente, aquí teníamos que explayarnos en eso".

También había una oportunidad enorme de explorar las distintivas formas arquitectónicas de los simios. "Los simios han ido desarrollando su propio sistema de construcción, que está diseñado alrededor de trípodes", profundiza Chinlund, "y en este filme podemos apreciar eso con más detalle".

Asimismo, Chinlund tuvo la gran satisfacción de crear la nueva fortaleza de los simios, diseñada para protegerse contra los asedios, que, junto a su equipo, construyó sobre una ladera arbolada de una mina de grava perteneciente a la compañía Lafarge, ubicada en la ciudad de Coquitlam, cerca de Vancouver. "Fue muy emocionante imaginar cómo sería el aspecto de la fortaleza. Utilizamos un agresivo muro de contención que permite una defensa máxima", dice el diseñador. Posteriormente, se enfatizó la imagen de la fortaleza con un intensivo trabajo de técnica digital, creando uno de los sets híbridos más complejos de la saga hasta el momento.

La misión de crear uno de los sets más colosales y perturbadores del filme –la horripilante prisión de Tower Rock, una remodelada instalación militar dirigida de manera implacable por el Coronel– fue una aventura épica en sí misma. El equipo dedicó cinco meses enteros a la elaboración y construcción del set en un terreno cercano al río Fraser, en Richmond, justo a las afueras de Vancouver. "El set de la prisión de Tower Rock era algo extraordinario de ver", dice Andy Serkis. "El primer día que penetras en el set –con toda su inmensidad y sus malos augurios– te parece tan tenebroso como entrar en el infierno. El set era fantástico para la historia, pero trabajar en él resultaba un poco inhumano. Estuvimos allí durante, aproximadamente, 40 días y, desde luego, te hacía sentir un poco alterado y desesperado, por otro lado, como estaba previsto que debía ser".

Chinlund coincide en que la prisión estaba creada para dar precisamente esa sensación lúgubre y mugrienta, pero también intentó que el set resultara estimulante. "La prisión es un mundo difícil en el que encontrar textura y emoción visual", observa. "Sin embargo, nosotros queríamos aportar algo con una presencia verdaderamente cautivadora. También la diseñamos para darle a Michael Seresin y a su equipo muchas opciones creativas a la hora de realizar los movimientos de cámara y encontrar ángulos visuales interesantes".

En contraste con la deprimente prisión se halla el refugio de esquí ubicado en las montañas, oculto en el interior de un deslumbrante palacio de hielo, que proporcionó al equipo de diseño la oportunidad de crear algo luminoso y mágico en medio de la guerra. El set fue meticulosamente construido en los estudios Mammoth, sitos cerca de Vancouver.

"El set del refugio de montaña era muy importante para Reeves", explica Chinlund. "A Matt le atraía la idea de ver a los simios en el interior de un congelado palacio de hielo. Yo siempre intento incorporar la particular forma de moverse de los simios, de manera que el refugio lo diseñé más como un espacio vertical. La concepción de un set en plano vertical en lugar de horizontal es una situación tan poco habitual que dio lugar a mucha creatividad. Me encantó jugar con esa idea, así como con la imagen de los simios aferrándose al borde de ese acantilado, mientras que ese bello paisaje invernal se desborda a su alrededor".


Ataviarse para el post-apocalipsis: El vestuario
Para la diseñadora de vestuario Melissa Bruning, responsable también del atuendo en El amanecer del planeta de los simios, la película La guerra del planeta de los simios le supuso una serie de raros desafíos: desde trabajar con los simios hasta vestir a un enorme ejército de humanos y plasmar elementos fantásticos y de cuento de hadas en una abrasadora época de guerra.

Vestir al Coronel y a sus soldados le proporcionó a Bruning la oportunidad de explorar áreas fascinantes, y le hizo pensar en todo lo que habían experimentado los seres humanos desde que la denominada "gripe simiesca" empezó a extenderse por todo el mundo. "Pensé que cualquier uniforme militar que apareciera en el filme tendría que haber sido fabricado en 2012, el último momento en el que la sociedad humana todavía permanecía intacta. Así que los coroneles, comandantes y sargentos llevan un camuflaje más moderno en comparación con los soldados rasos, que llevan un diseño que en ese momento ya se ha quedado anticuado. El Coronel lleva lo que en el ámbito militar se conoce como uniforme MultiCam [un patrón de camuflaje a siete colores, multi-entorno, que fue utilizado en la guerra de Afganistán] y el Predicador lleva un uniforme DigiCam [un patrón de camuflaje pixelado que ya no se emplea]. Puede que una persona corriente lo desconozca, pero quien está en el ejército sabe que resulta muy eficaz".

Uno de los diseños de vestuario favoritos para Bruning en La guerra del planeta de los simios es el de Nova. "No había ningún esquema previo de cómo hacer el vestuario de Nova", recuerda Bruning. "Matt me dijo que él pensaba que Nova era un verdadero rayo de esperanza, así que inmediatamente pensé en ella como algo etéreo y mágico; ese pequeño ser humano que se ganó el corazón de los simios. A Matt le encantaba la idea de evocar un moderno cuento de hadas, de manera que intentamos incorporar un poco de fantasía a este mundo tan real y emocional".

Tras realizar una minuciosa investigación, Bruning le mostró a Reeves una tanda de personajes femeninos que pertenecían a cuentos infantiles, y después creó su propia y moderna interpretación sobre esas figuras. Bruning nos describe, "Nova lleva pololos y una falda que recuerda la época del Dust Bowl (tormentas de arena que azotaron EE. UU. durante los años 30). Lleva una sudadera con capucha, pero está hecha de un tejido tan nudoso que tiene aspecto de viejo peluche. Sus botas rojas añaden ese toque especial; Nova es muy luminosa y etérea, pero luego tiene esas botas rojas que la conectan con el mundo real. No pertenece a ninguna época, así que su carácter es atemporal".

Una vez finalizada la fotografía principal, la naturaleza épica de la producción convirtió el montaje en un proceso igualmente épico, transformando lo que se había filmado en una tirante trenza de acción, emoción y temas legendarios. El montador William Hoy, también responsable del montaje de El amanecer del planeta de los simios, trabajó muy estrechamente con Matt Reeves.

"Matt buscaba los momentos más íntimos y emotivos, que son los que hacen que la gente sienta afecto por estos personajes, tanto los humanos como los simios. Todo era una cuestión de equilibrio", dice Dylan Clark.

Uno de los últimos complementos de la película es una de sus más potentes herramientas narrativas: la banda sonora de Michael Giacchino, que vira desde lo más delicado a lo más lírico y colosal, a través de escenas de escaso diálogo. "La naturaleza de la historia implicaba que la banda sonora tenía que impulsar verdaderamente la acción y la emoción, así que la música era extraordinariamente importante", señala Chernin. "Michael y Matt mantienen una profunda relación creativa, y Michael posee un extraordinario conocimiento del mundo de los simios y de cómo intensificar las emociones de esta aventura".

Para Reeves, la película resultante es una que, independientemente de en qué transmuten humanos o primates, habla de los ideales básicos de la humanidad; humanidad no en el sentido de algo relacionado con el ser humano, sino en el sentido de buscar las cualidades más edificantes, como la sabiduría y la bondad.

"Lo maravilloso de estas películas es que nos proporcionan la oportunidad de explorar la naturaleza humana en toda su esencia, pero de una manera que puede resultar tremendamente apasionante y diferente", concluye Reeves.