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La seducción cartel reducidoLa seducción(The beguiled)
Dirigida por Sofia Coppola
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Thriller de la guionista / directora Sofia Coppola.

Una presentación de Focus Features de una producción de American Zoetrope. Colin Farrell, Nicole Kidman, Kirsten Dunst, Elle Fanning. LA SEDUCCIÓN. Música de Phoenix, basada en "Magnificat", de Monteverdi. Diseño de vestuario: Stacey Battat. Montaje: Sarah Flack, ACE. Diseño de producción: Anne Ross. Director de fotografía: Philippe Le Sourd, AFC. Productores ejecutivos: Roman Coppola, Anne Ross, Fred Roos, Robert Ortiz. Producida por Youree Henley, Sofia Coppola. Escrita y dirigida por Sofia Coppola.

Tras hacernos vivir historias de personajes del siglo XVIII, XX y XXI en momentos cruciales de sus vidas, la directora Sofia Coppola viaja en esta ocasión al siglo XIX con LA SEDUCCIÓN, para la que ha escrito el guión adaptado a partir de la novela homónima The Beguiled de Thomas Cullinan.

Para esta nueva aventura, la oscarizada cineasta cuenta con nuevos y habituales colaboradores, tanto entre el reparto como tras las cámaras. Coppola vuelve a reunirse con dos de sus protagonistas favoritas, Kirsten Dunst y Elle Fanning, y dirige por primera vez al ganador de un Globo de Oro Colin Farrell y la oscarizada Nicole Kidman. Estos veteranos de la gran pantalla cuentan en este caso con el respaldo de un elenco de actrices adolescentes que buscan dejar huella en la industria.

El equipo de profesionales de la cineasta incluye a la diseñadora de producción Anne Ross, la editora de montaje Sarah Flack y la diseñadora de vestuario Stacey Battat, todas ellas colaboradoras de varios de sus anteriores proyectos; y el director de fotografía Philippe Le Sourd, nominado al Oscar, en su primer proyecto con Coppola.

La trama, salpicada de elementos propios de un tenso thriller psicológico, se desarrolla en 1864, a los tres años del comienzo de la Guerra de Secesión, y gira en torno a un internado femenino del sur de Estados Unidos, en Virginia, donde deciden acoger a un soldado herido de la Unión.

Intrigada por la trama de la película de 1971 El seductor, dirigida por Don Siegel y protagonizada por Clint Eastwood, Geraldine Page, Elizabeth Hartman y Jo Ann Harris, Coppola quería explorar el tema de las mujeres aisladas durante dicho conflicto. Para escribir la adaptación cinematográfica, volvió al libro con la intención de contar la historia en su película desde el punto de vista de los personajes femeninos.

Aunque se palpa la tensión (y no solo sexual) a lo largo de toda la historia, Farrell se sintió atraído por lo que él califica de un guión "extraordinario" porque "analiza cómo se puede llegar a perder la inocencia mantenida en tiempos de guerra. Además, explora cómo se pueden despertar los aspectos más animales del comportamiento humano y hacer que lo impregnen todo, pese a no estar en el frente combatiendo.

"La violencia del corazón humano es una temática atemporal, independientemente del periodo en el que tenga lugar una historia".

Dunst señala: "Se trata de una historia gótica sureña, con aspectos que se esconden bajo una aparente calma... hasta que llega el punto de ebullición y se produce la explosión. No es terror, pero se percibe un cierto grado de horror en la historia, con intensidad y destrucción, una receta que resulta aún más irresistible al darse entre mujeres.

"Cuando Sofia me habló de la idea hace un par de años, me dio la impresión de que lo que más le atraía del tema era la soledad colectiva de todas ellas".

Kidman comenta: "Me pareció muy emocionante trabajar con un grupo de mujeres y luego meter a Colin en la ecuación".

"También me encanta apoyar a Sofia como directora; siempre me ha parecido que crea películas muy atmosféricas con un estilo totalmente personal. Eso es lo que más me atrajo a la hora de decidir trabajar con ella".

Fanning añade: "Además de volver a trabajar con Sofia, ese fue uno de los motivos que me hizo querer ser parte de LA SEDUCCIÓN: las mujeres son quienes tienen el poder en esta historia, aunque se desarrolle durante la Guerra de Secesión".

La vida de las mujeres del internado en plena guerra está, cuando arranca la historia, muy ritualizada. Fanning señala: "Se levantan por la mañana, trabajan en el jardín un rato... Rezan, tocan instrumentos, reciben clases de francés, cenan y se acuestan. Así transcurre su existencia hasta que todo cambia radicalmente al acoger a un soldado herido. En ese momento la envidia empieza a hacerse presente".

Ross nos explica: "No abundan las historias sobre mujeres en tiempos de guerra, y sobre cómo interactúan entre sí; en LA SEDUCCIÓN, Sofia explora tanto la camaradería entre ellas como su aislamiento".

Dadas las restricciones de la sociedad en la que las mujeres se han desarrollado o estén en proceso de hacerlo, hubo que investigar mucho en la fase de preproducción. Ross nos cuenta: "Necesitábamos saber al menos qué era lo históricamente correcto antes de hacer concesiones para contar una historia adaptada a la ficción.

"La cosa es que Sofia y yo comenzamos a hacer lo que acostumbramos para todas las películas: compartir fotos, reunir material que nos inspiraba, realizar composiciones de collage y planificar el alcance de la película". Los elementos de inspiración van desde el drama australiano Picnic at Hanging Rock a los artísticos retratos del pintor John Singer Sargent.

Le Sourd comenzó a prepararse para el rodaje de LA SEDUCCIÓN "un año antes de que comenzara el rodaje. Lo que me impactó de la investigación, que incluyó la observación de daguerrotipos, fue la escasez de colores potentes en el material de ese periodo histórico.

"Sofia y [el productor] Youree Henley tomaron la decisión de rodar en celuloide, lo cual agradecí, y luego optamos por una relación de aspecto de 1:66/1 para destacar más el lenguaje corporal".

El director de fotografía trabajó codo con codo con Battat y Ross en la paleta de la película, así como en la implementación práctica de la misma. Como la historia se desarrolla más de una década antes de que se generalizara la iluminación eléctrica, se empleó la luz del día como recurso escena tras escena. Otra fuente de luz natural fueron las velas, que en el internado tendrían siempre a mano e incluso elaborarían artesanalmente. De forma ocasional, se emplearon además focos de estudio.

Ross destaca: "Cuando McBurney [interpretado por Farrell] aparece por primera vez, el mundo en el que se adentra es más suave; dominan los tonos pastel. A medida que pasa tiempo con las chicas, todo se vuelve más oscuro, reflejando el cariz de la historia".

"Me encantó lo contenido que resulta el drama, y que haya también elementos melodramáticos", cuenta Farrell, que desde hacía tiempo quería ponerse a las órdenes de Coppola.

Casualmente, cuando la cineasta le propuso al actor trabajar en LA SEDUCCIÓN, este acababa de completar la producción de otra película con Kidman. Farrell bromea: "Ahora Nicole y yo tenemos en común un pequeño repertorio de películas.

"Es un placer trabajar con Nicole. ¡En cuanto llega al plató, todos nos ponemos las pilas, desde los actores a los técnicos de iluminación!".

"Todo el mundo se pone firme", añade Fanning. "Sobre todo cuando Nicole hace de la Srta. Martha".

Una vez decidido el reparto que se encargaría de encarnar a las protagonistas sureñas, se procedió a preparar una amplia red de investigación. Recibieron clases de escritura en cursiva, con una pluma que había que mojar en tinta. También hubo demostraciones de cómo realizar vendajes o torniquetes. Los ensayos anteriores al rodaje se realizaron con los actores totalmente vestidos de época.

Fanning revela: "Soy del estado de Georgia, así que me siento muy vinculada a los valores en los que se educan estos personajes. Estoy familiarizada con el comportamiento supuestamente propio de una dama.

"Sin embargo, durante los ensayos, tuvimos que recurrir a la ayuda de un asesor de etiqueta y un profesor de danza que nos enseñó los bailes de la época".

Farrell destaca: "Las interacciones entre el hombre y las chicas del internado están marcadas por la etiqueta social... hasta que alguien se sale de lo supuestamente aceptable. En ese momento, deja de ser un entorno emocionalmente restringido. En un principio, no veía que mi personaje requiriese tanta etiqueta, pero Sofia me pidió que me dejara aconsejar por el experto en la materia, así que accedí".

Varias de las actrices tuvieron que practicar acentos del estado concreto que se les había asignado durante una hora al día, admiradas entretanto por cómo Kidman era capaz de mantener la forma de hablar de la Srta. Martha. "Utilicé un acento sureño muy particular que, en ocasiones, intentaba mantener antes y después de las tomas", nos aclara Kidman.

Oona Laurence, Angourie Rice, Emma Howard y Addison Riecke recibían el calificativo colectivo de "las menores" porque, pese a estar ya consagradas profesionalmente, ninguna alcanzaba (ni alcanzan) los 18 años de edad. Las cuatro se hicieron inseparables a raíz de las sesiones escolares a las que tenían que asistir juntas durante la producción. Además, compartían coche para ir diariamente a las localizaciones de rodaje.

Para estrechar los lazos entre ellas y crear un puente entre la investigación y la imaginación, Coppola les pidió a las jóvenes actrices que escribiesen todos los días un diario desde la perspectiva de sus personajes, reflexionando sobre su pasado, las familias de las que tuvieron que separarse y, cómo no, sobre su presente en la escuela. La cineasta proporcionó también material al cuarteto detallando cómo hubieran vivido unas jovencitas de su edad durante la Guerra de Secesión.

Dunst nos lo detalla: "La Srta. Martha no solo es la directora del centro, sino la líder de lo que se ha convertido en un hogar. Mi personaje, Edwina, es algo así como la canguro de las chicas. Sin embargo, dada la extensa duración de la guerra, acabamos siendo como madres para ellas.

"Tener a actrices fuertes en todos los papeles hace que la historia sea aún más significativa y las relaciones más enrevesadas, y eso da mucha vida a cada escena".

Farrell nos cuenta, maravillado: "Me he sentido rodeado de actrices de un talento extraordinario. Como durante gran parte de la historia, mi personaje está convaleciente, fue como tener un asiento en primera fila desde el que admiraba lo bien que lo hacían".

El papel de McBurney consiguió intrigar al actor con cada giro emocional y físico. En palabras de Farrell: "Tiene un punto narcisista, pero sabe juzgar bien a la gente, en el sentido de que es capaz de leer sus necesidades. Percibe lo que aquellas mujeres podrían considerar despreciable y huye de eso, atacando en cambio sus puntos débiles, sea en forma de una palabra amable o manteniendo una actitud reservada.

"Es probable que solo muestre sinceridad con el personaje de Oona, Amy. Es muy generosa con él desde el principio, pero incluso esa inocencia está condenada a la perdición".

"Hay una muerte en la historia, pero también refleja cómo muere alguien por dentro. Intenté darle a Edwina una vida interior muy rica, emocionalmente completa. Su sensibilidad era todo un desafío interpretativo para mí, y personalmente, es lo contrario que yo", reflexiona Dunst.

Fanning cuenta: "A mi personaje, Alicia, ver a un hombre de cerca le hace despertar. Está en una edad en la que se ha aburrido de la rutina y se siente estancada. Cuando empieza a soltarse el pelo y a enseñar un poquito el corsé, se está atreviendo a algo muy inapropiado, pero sin pensar en las consecuencias que puede tener esa actitud de coqueteo.

"Me ha gustado rodar la evolución personal de alguien de esa época; es una ambientación de la que nunca antes había formado parte".

Estas dos estrellas de películas anteriores de Coppola se han hecho grandes amigas. Dunst revela: "Elle y yo sabemos literalmente lo que va a decir la otra antes de que termine la frase. He descubierto a un alma gemela".

"Adoro a Kirsten. ¡Algunas de las escenas nos costaron mucho, porque no podíamos mirarnos sin echarnos a reír!", dice Fanning.

La producción tuvo lugar principalmente en Luisiana, para deleite de Riecke, que nació y se crió en ese estado pese a encarnar a Marie, un personaje con acento de Misisipi.

Coppola, como en anteriores filmes, prefirió rodar en localizaciones reales. Así fue como, para representar en la gran pantalla el internado femenino, el Seminario de Farnsworth, eligió rodar en Madewood Plantation House, una finca que es posible que muchos reconozcan del vídeo musical "Sorry" de Beyoncé, un tema de su álbum Lemonade.

A dos horas de coche de Nueva Orleans, Madewood es un lugar diseñado y construido en el siglo XIX, aunque la Guerra de Secesión precisamente retrasó su finalización. Al igual que sucede en LA SEDUCCIÓN, la propiedad se mantuvo al margen del conflicto. Además, está situada en un enclave privilegiado contra desastres naturales. Su propietario y gestor Keith Marshall asegura que "los muros son de ladrillo sólido de más de 6o centímetros de grosor".

"Es una de las mansiones neoclásicas más perfectas de Estados Unidos". Además de aparecer en producciones televisivas y cinematográficas, Madewood ha sido escenario de presentaciones de colecciones de diseñadores, festivales de música, e incluso aloja visitantes como establecimiento hotelero. La mansión está contemplada en la lista oficial de Hitos Históricos Nacionales (National Historic Landmark).

Muchos momentos clave de la película se rodaron en las inmediaciones y el interior de Madewood, como las secuencias en la cocina y el comedor que reunieron a los ocho actores, y las escenas del cobertizo. La fachada del edificio ha permanecido intacta, aunque la unidad de Ross añadió vegetación y cierta decoración en el frontal para insinuar el abandono ocasionado por el desgaste de la guerra y la reducción del número de ocupantes de la escuela.

Con todo, Ross nos cuenta que el proceso de producción exigió "dar con otra casa que nos permitiese trabajar más su interior y llevar a cabo cambios en la decoración y los muebles, algunos retoques de pintura y otras modificaciones logísticas"...

"... asegurándonos en todo caso de no ocasionar daños", asegura Fanning. "Todos tuvimos que ser muy cuidadosos y respetuosos. ¡La escalera era espectacular!". La casa escogida, de propiedad privada, se encuentra en Nueva Orleans, y su interior se convirtió en el salón de la escuela, la sala de música y sus dormitorios, entre otras localizaciones del guión.

Aunque el edificio en sí de la escuela consta de dos localizaciones, Madewood y la casa de Nueva Orleans, el equipo de producción realizó alguna toma adicional en Evergreen Plantation y New Orleans City Park, así como en sus inmediaciones. Este último lugar era el enclave idóneo para la secuencia de apertura en la que Amy descubre a McBurney, para la que Coppola y Le Sourd se inspiraros en las escenas de bosque del clásico del cine Rashomon.

Para los interiores en ambos edificios, la unidad de Ross tuvo que poblar el Seminario de Farnsworth con todo tipo de objetos, desde biblias a candelabros, pasando por instrumentos musicales. Para las escenas de comidas, el departamento de atrezo se hizo con cubertería vintage que hubo que deslustrar para el rodaje, dado que el reducido personal y número de alumnas de la escuela en tiempos de guerra no habría dejado tiempo para tareas no esenciales, como pulir la plata.

El arma de la casa, que la Srta. Martha tiene como medio de protección, es un revólver Whitneyville Dragoon de calibre 44, una pistola fabricada años antes de la Guerra de Secesión y, por tanto, apropiada para el contexto como herencia del padre de la Srta. Martha. La referencia general para todo el departamento de atrezo era encontrar elementos "de principios del XIX", para representar que eran objetos conservados de hace tiempo y heredados. Los libros de la época son reimpresiones, para no aparentar su edad real.

Si el reparto de por sí podía viajar al pasado en esas localizaciones y con ese atrezo, el departamento de Battat se aseguró de sumergir a los actores aún más en la historia con trajes hechos a mano. Enfundarse las prendas ayudó mucho a todos a meterse en sus personajes. "Corsé todos los santos días", nos confía Fanning. "Tenían que medirnos el talle a diario porque preparaban las faldas a medida. Había tantos botoncitos minúsculos que era imposible vestirse o desvestirse sin ayuda.

"Llevar corsé te obligaba a caminar y mantener una postura totalmente distinta. Stacey hizo un gran trabajo con esas faldas suaves y ceñidas. Las lavaron para que quedaran desgastadas, porque queríamos transmitir que nuestros personajes tenían un vestuario limitado disponible, en aquel entonces". Por si no era suficiente, se consiguió un acabado aún más desvaído para los vestidos dejándolos expuestos al sol del mediodía.

Kidman nos cuenta, maravillada: "Me fascinó el modo en que Sofia compuso el look de LA SEDUCCIÓN; tenía ideas muy contundentes sobre el aspecto que quería que tuviese todo, incluidos atuendos y sets, todo ello ciñéndose a los parámetros de un presupuesto ajustado".

El proceso de producción solo se extendió 26 días, y el rodaje tuvo lugar a finales de octubre de 2016. Le Sourd operaba su propia cámara, a menudo con Coppola al lado para poder hablar directamente con los actores mientras estos realizaban múltiples tomas de una escena. Como resultado, "realizábamos cambios en las escenas juntos", destaca el director de fotografía.

"Organizamos una fiesta cuando llegamos al rollo número 100. Hacía mucho que no trabajaba en una película rodada en celuloide", recuerda Fanning.

"Con nuestro director de fotografía Philly y Sofia trabajando en tándem, diría que LA SEDUCCIÓN es la película más estéticamente rica en la que he participado", destaca Farrell. "El nuevo mundo es extraordinaria visualmente, pero es naturaleza en estado puro. LA SEDUCCIÓN recurre mucho más a interiores y diseño".

Le Sourd señala que "estuviésemos rodando tanto en interiores como exteriores, nos centrábamos en los personajes y no en el entorno".

Farrell añade: "La tensión es nula en un set con Sofia Coppola. Genera un ambiente pacífico e incluso lúdico".

Kidman revela: "Sofia habla siempre con suavidad y es muy dulce y agradable estar en su compañía. Todo el mundo la respeta muchísimo".

Dunst va más allá: "En el mundo del cine, no hay sets como los de Sofia. Crea una buena energía para que su visión cobre vida; no se complica y confía plenamente en los actores".

Fanning reflexiona: "Sofia está al cargo de todo. Sabe perfectamente las tomas que necesita para una escena, pero el set transmite seguridad cuando sabes que puedes improvisar y probar cosas nuevas".


Siempre hay misterio entre hombres y mujeres; entrevista con la guionista y directora Sofia Coppola

P: Dices que intentas crear películas personales. ¿Qué tiene de personal para ti LA SEDUCCIÓN?

Sofia Coppola: Como con cualquier película, no me doy cuenta hasta más adelante. Cosas que he visto, gente que conozco que ha vivido algo así...

En este caso, siempre me ha intrigado la interacción entre mujeres, y he observado que, en ocasiones, todo cambia cuando hay un hombre cerca.


P: Entonces, ¿LA SEDUCCIÓN es tu vuelta al tema de los colectivos o las comunidades de mujeres que han evolucionado o están en evolución? En Las vírgenes suicidas, las hermanas forman una comunidad; en María Antonieta, hay una corte que es un mundo en sí mismo; y en The Bling Ring, hay una hermandad que termina rompiendo las reglas.

SC: Sí, siempre me ha interesado observar la dinámica de los grupos, especialmente si están formados por mujeres. Siento que la dinámica que hay entre nosotras puede ser muy solapada y sutil, mientras que los hombres son más abiertos.

Esta historia me atrajo en principio porque era sobre un grupo de mujeres, y me recordó un poco a Las vírgenes suicidas, con chicas aisladas del mundo. Además, nunca había hecho una película sobre mujeres de diferentes edades en distintos momentos de su vida, y sobre cómo se relacionan entre sí. En esta historia, cada una de ellas se relaciona de un modo único con el hombre.


P: Están representados cuatro grupos de edad: la Srta. Martha, Edwina, Alicia y las chicas.

SC: Y cada uno de ellos se relaciona con McBurney de una forma distinta.


P: ¿Cuándo y cómo entraste en contacto con la novela de Thomas Cullinan que inspiró la película, The Beguiled?

SC: Mi amiga y diseñadora de producción Anne Ross me habló antes de la película El seductor; yo no la había visto, pero sabía que estaba bien considerada. La vi y me quedé dando vueltas a la historia, por lo extraña que era y los giros inesperados. Ni se me pasó por la cabeza hacer un remake, pero me picó la curiosidad y me hice con el libro que la había inspirado.

Fue entonces cuando pensé: ¿y si contase la historia desde un punto de vista femenino? Por eso, LA SEDUCCIÓN es una reinterpretación; la premisa da de sí porque la dinámica de poder entre hombres y mujeres es algo universal. Siempre hay misterio entre hombres y mujeres: "Ay, ¿por qué habrá dicho eso?". [Se ríe]


P: ¿Se te pasó por la cabeza cambiar la ambientación del libro?

SC: Hubo gente que me animó a ello, diciéndome que podía ambientarla en cualquier otro tiempo y lugar. La cosa es que me sentí fascinada por la época de la Guerra de Secesión en el sur de Estados Unidos, y por cómo a las mujeres las criaban entonces para resultar atractivas y delicadas de cara a los hombres, y para ser buenas anfitrionas. Su rol giraba totalmente en torno a los hombres, pero cuando se vieron sin ellos... ¿cómo debió de ser sobrevivir por sí mismas y mantenerse?


P: Es decir, que no es un remake, sino más bien una adaptación, cosa que ya habías hecho antes. ¿El libro está narrado desde el punto de vista del hombre?

SC: No, está escrito por un hombre, pero contado desde el punto de vista de las mujeres. Cada capítulo es una mujer contando su historia.


P: ¿Qué cosas de la novela decidiste destacar o, por el contrario, eliminar de la trama?

SC: Había unos cuantos elementos que me parecían excesivos; aunque es una historia bastante intensa, quería que pareciese lo más realista posible y que la gente se pudiera identificar con ella.

En el libro, el soldado es irlandés. Cuando me reuní con Colin Farrell y escuché su acento irlandés natural, pensé que sería fabuloso mantener eso y hacer así a McBurney aún más exótico para las mujeres. También hacemos referencia a que es un soldado mercenario pagado para ocupar el lugar de otro hombre [como soldado de la Unión]. Pero quería que fuera encantador, que no resultara obvio que solo venía a traer problemas. Desde el punto de vista de la mujer, es un "quiero creer en él". Y con Colin, eso sale solo.


P: Cierto; observándolas con él en pantalla, se percibe una sensación de... si no calmada esperanza, al menos de que quizás las cosas no saldrán mal ni acabarán estallando.

SC: Las mujeres necesitan sentir esperanza, especialmente Edwina, el personaje de Kirsten Dunst. En lo que a McBurney respecta, él llega allí y se encuentra en el paraíso. Todas le cuidan y se ponen guapas para él.

Y, sinceramente, ¿tíos encantadores de lo que no deberías fiarte aunque te gustaría hacerlo? Creo que todas podemos identificarnos con eso. ¿Quién no ha conocido a alguien así?


P: En la película de 1971, había un personaje afroamericano: Hallie, interpretada por Mae Mercer. ¿Consideraste su línea argumental para esta historia?

SC: No quería que la esclavitud apareciese reflejada en LA SEDUCCIÓN, porque es un tema muy serio y no quería tratarlo a la ligera. Esta película es sobre un grupo de mujeres dejadas de la mano de Dios durante la guerra.


P: Y hay menos chicas en la escuela de tu película que en El seductor…

SC: La idea es que muchas de ellas ya se habían marchado.


P: La Srta. Martha menciona que ya ha mandado a muchas a casa.

SC: Sí, y eso hace que se respire más esa atmósfera de abandono.


P: Has dicho antes que la historia es intensa. ¿Disfrutaste ahondando en los elementos de thriller de la trama?

SC: Me acordé mucho de Misery, en la que el hombre es el invitado-prisionero de la casa, una película de 1990 que vi cuando estrenaron. Esa idea me rondaba la cabeza... Pero fue un desafío, porque nunca había hecho nada parecido a esta historia; tuve que salir de mi zona de confort, pero sin dejar de hacer las cosas a mi modo. Forcé un poco los límites, porque normalmente soy contenida. Fue divertido combinar ese argumento con una bonita ambientación poética, ¡toda una novedad en mi caso! [Se ríe]


P: Ya habías creado otras películas ambientadas en el pasado. Como querías conservar el marco de la Guerra de Secesión del libro, ¿qué te sorprendió de esa época que descubrieses en la fase de investigación?

SC: Me sorprendió el modo en que vivían con la escasez reinante. Trajimos a un experto en la Guerra se Secesión para que nos enseñara los cuidados médicos de la época. Nicole Kidman aprendió a hacer vendajes. Y las labores manuales, los bordados... Se habían quedado sin suministro de papel y escribían en los márgenes de los libros.

Nos leímos manuales de modales de esos años; por ponerte un ejemplo, se supone que las mujeres de aquel entonces no debían aceptar cumplidos para no volverse vanidosas. Teníamos que representar ese rol de dama y acentuarlo. Lo que pasa es que las protagonistas se hartan de aguantar…


P: Había muchas formalidades, como dirigirse la una a la otra como "señorita" seguido del nombre. Hace que el diálogo resulte más lírico…

SC: Sí, y me encanta eso incluso hacia el final de la película, cuando traman… cosas [se ríe]. Nunca pierden esa capa de gentileza femenina y esa forma de hablar de pequeñas cosas.

Aún perdura gran parte de la etiqueta del Sur hoy en día. ¡Pueden llegar a hablar de un modo muy florido!


P: ¿Cuáles fueron tus inspiraciones visuales?

SC: Siempre es una mezcla de elementos, cosas de aquí y de allá. Nos fijamos en retratos de la Guerra de Secesión, pero también en fotos de grupos de chicas de William Eggleston de los años 70. La película Tess. Las películas de Hitchcock, para el suspense.


P: Cuando el proyecto fue tomando forma, ¿cómo te decidiste por Philippe Le Sourd como director de fotografía? Es la primera película en la que trabaja contigo.

SC: Ya había trabajado con él en unos cuantos anuncios. Es un absoluto artista, y pensé que podría aportar belleza a LA SEDUCCIÓN.

Además, me encantó poder rodar en celuloide con lentes vintage, porque cada vez es menos común. Queríamos que la película tuviera un look suave y traslúcido, pero también absolutamente impregnado de sol en un entorno cálido y con mucho humo. Los personajes se sienten sofocados, también por la represión sexual.


P: El enclave es muy tangible.

SC: Sí, es un lugar real con robles y musgo español. Madewood Plantation House es un lugar precioso, pero también oculta un carácter oscuro, porque fue una plantación.

Quería que los espectadores experimentaran los insectos, la exuberancia... El grupo ya no puede mantener la finca en condiciones porque no son suficientes y quienes cuidaban las tierras se han ido. Por eso vemos enredaderas invadiendo todo verticalmente, y confiriendo así una sensación de peligro a todo, aunque en el interior haya cortinas de encaje y cosas bonitas- Existe un contraste claro: la casa es muy refinada, mientras la naturaleza en el exterior lo ha invadido todo y crece de forma salvaje.

Y existe ese contraste entre McBurney y las mujeres: ellas llevan vestidos de color pastel, mientras que él llega sucio y harapiento. Se visten con muchas capas y pasan calor, pero no les está permitido llevar ropa de verano más fresca. Siempre van abotonadas hasta arriba con una temperatura asfixiante.

Stacey Battat [diseñadora de vestuario] y yo decidimos que nuestras protagonistas no llevarían esas faldas enormes con armazón; simplemente vestidos, sin eso. Por eso, los vestidos que salen podrían llevarse hoy en día; la intención era que el vestuario resultase auténtico respecto a la época, pero además cercano; reales, pero atractivo para el gusto actual.

Todo está tan difuminado que las paletas se funden unas con otras, y así las mujeres transmiten un aspecto de unidad. Stacey nunca había trabajado en una película de época, así que fue novedoso para ella.


P: Como Anne Ross, ha compartido varios proyectos contigo...

SC: Anne y yo preparamos composiciones de collage que Stacey y Philippe pudieran consultar para que todos estuviéramos en la misma onda. Al trabajar con un equipo que conozco de hace tiempo, entienden mis ideas y la comunicación es muy directa.


P: Es uno de los motivos por los que pudiste rodar esta película en 26 días.

SC: Eso y contar con un buen equipo local en Luisiana.


P: ¿Tu editora de siempre, Sarah Flack, empezó pronto a trabajar en el montaje?

SC: Sí, Sarah recibía las tomas sobre la marcha, e iba cortando mientras nosotros rodábamos. Hubiera estado bien disponer de más tiempo. Pero cuando manejas un presupuesto modesto, hay que ir lo más rápido posible.


P: Has hablado de los mosquitos de la finca, y hay que destacar que son parte del diseño de sonido de LA SEDUCCIÓN. Hay poca presencia musical; es como si la banda sonora fuera el repiqueteo de las explosiones que resonaban a kilómetros de distancia, aunque no enormemente lejanas.

SC: Las vidas de los personajes están tan desprovistas de accesorios y lujos que no tendría sentido adornarlo con una gran banda sonora. Quería mantener ese aspecto al mínimo.

Me pareció que transmitiría más tensión al público sentir cómo vivían asediados por el sonido de las chicharras casi constante y esos cañonazos en la distancia. Hacía varios años del comienzo de la guerra y eso es lo que oyen; se han llegado a acostumbrar a ello.


P: Al igual que los personajes, los espectadores nos percatamos de esos sonidos un tiempo y luego dejamos de oírlos de forma constante, y solo los percibimos a ratos. Sucede porque es así a diario y...

SC: Se ha convertido en su normalidad, en parte del entorno.


P: ¿Qué hizo que Nicole Kidman fuera la elección perfecta para la Srta. Martha, tal y como habías concebido al personaje?

SC: Me encanta la forma de interpretar de Nicole, especialmente cuando es un papel un poco retorcido, como en Todo por un sueño. Siempre había querido trabajar con ella, y cuando estaba escribiendo el guión me la imaginaba a ella, y eso me ayudaba. Sabía que le aportaría mucho a la Srta. Martha; humor y emoción, entre otras cosas. Nicole sabe interpretar el papel con tanta autoridad que no deja lugar a dudas sobre quién manda en todo el grupo.


P: Totalmente. En algunas de las escenas con McBurney, es como si la Srta. Martha fuera un general y él, un soldado de visita.

SC: Sí. Pero tampoco quería que interpretara el cliché de la directora temible. Las mujeres de todas las edades de esta película son bellezas sureñas, aunque los años de esplendor de la Srta. Martha hayan pasado y ya no haya fiestas a las que asistir. Se ha convertido en la protectora de las muchachas; tiene que ser fuerte en tiempos difíciles.


P: Has vuelto a unir fuerzas con Kirsten Dunst, y todas tus películas en las que ha participado se desarrollan en el pasado.

SC: Nunca lo había pensado hasta ahora, pero es verdad.


P: Aunque hace una breve aparición en The Bling Ring.

SC: Un cameo; eso no cuenta. Me encanta trabajar con Kirsten, así que tenía ganas de que volviéramos a hacer algo juntas.


P: ¿Qué la hace tan idónea para retratar a mujeres de diferentes épocas y lugares?

SC: Kirsten tiene una cualidad que la hace creíble como personaje de antaño. Con eso no quiero decir que no valga para papeles contemporáneos, pero cuando lleva vestuario de época, me resulta totalmente de otro tiempo.

Para LA SEDUCCIÓN, quería que interpretase a Edwina, la profesora vulnerable, precisamente porque ella no es así para nada. Edwina es una mujer reprimida y frágil, todo lo contrario a Kirsten.

Lo mismo pasa con Elle Fanning, que es superdulce y generosa; por eso, quería que hiciese de "chica mala". Pensé que sería una experiencia divertida. Me gusta ver a las actrices interpretando algo totalmente contrario a lo que esperas de ellas.


P: ¿Ves a Elle más capaz ahora desde el punto de vista interpretativo que la última vez que trabajaste con ella, hace siete años, en Somewhere?

SC: Apenas tenía 11 años cuando hicimos Somewhere, y me parecía alucinante pensar que ya tenía 18 cuando rodamos LA SEDUCCIÓN. Ahora tiene la misma personalidad y es la misma persona..., solo que en versión adulta. Sigue teniendo esa chispa infantil; es toda naturalidad. Me impresionó mucho como actriz entonces, y ahora más aún.

Elle aporta mucho al papel de Alicia, retratando a una chica vanidosa y egocéntrica. Alicia es perfectamente consciente de cómo se presenta, como cuando extiende su falda y todas se sientan con McBurney, y ella le mira. En el libro, es una chica criada para pescar marido.


P: Elle aparece a menudo rodeada de las otras actrices adolescentes de la película. ¿Cómo diste con las cuatro y las seleccionaste como grupo?

SC: Conté con la ayuda de un gran equipo de casting. Era importante para mí tener a chicas de la edad de los personajes. Quería ser meticulosa a la hora de escoger; hay muchísimas actrices jóvenes en ese rango de edad.

Pusimos fotos de actrices en una pared para ver cómo quedarían juntas, por si había alguna muy similar a otra y podían confundirse. También era imprescindible que tuvieran mucha personalidad y fueran muy diferenciables. Comenzamos a poner juntas a nuestras favoritas, para ver la imagen conjunta que proyectaban, y las cuatro elegidas fueron las que más nos gustaron.

Dos de ellas, Oona Laurence y Emma Howard, habían actuado en Broadway en la obra Matilda; Oona cantaba, al igual que Amy; y Emma, como Emily, parece un retrato de la época en la que se desarrolla la trama.

Angourie Rice es de Australia, y tiene un talento increíble; quería que interpretase a Jane, la remilgada. Addison Riecke, la que hace de Marie, es superdivertida. No me di cuenta hasta más tarde que salía en la serie de televisión The Thundermans, que a mis hijas les encanta.

Trabajaron muy bien juntas. En la película, creo que trasmiten la sensación de grupo.


P: En pantalla, subrayas aún más esta cercanía mostrando a varias de las chicas compartiendo cama.

SC: Sí, imaginamos que, estando lejos de sus familias, compartirían habitación y que invadirían mutuamente sus camas, porque una casa tan grande puede dar miedo. Son niñas, al fin y al cabo, que se aferran unas a otras.


P: ¿Trataste de cultivar eso entre ellas, de fomentar la cercanía?

SC: Sí. Hubo un periodo de ensayo, y tuvieron que ir a clases de baile y etiqueta, y aprender costura, cosas que las niñas de esa época estudiaban. Al pasar tanto tiempo juntas durante esas actividades, hicieron piña.

Durante el rodaje, sobre todo cuando estuvimos en Madewood, estaban juntas todo el rato, y se hicieron amigas. En Halloween fueron juntas a pedir golosinas por las casas del pueblo en el que estábamos.

Cuando se trabaja con un reparto reducido y un presupuesto ajustado, creo que existe cierta camaradería o sensación de campamento, como cuando estás con otra gente en un sitio y sabes que por la noche no vas a volver a tu vida habitual.

En LA SEDUCCIÓN, nos alojábamos todos en un hotel llamado Hampton Inn, y bajábamos al vestíbulo en pijama. Cuando rodamos en interiores en la casa de Nueva Orleans, había un porche con una mesa redonda grande que acabó siendo el punto social de reunión. O si no, el jardín de la parte de atrás. Había muy buen ambiente.