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El muñeco de nieve cartel reducido finalEl muñeco de nieve(The snowman)
Dirigida por Tomas Alfredson
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MICHAEL FASSBENDER (la franquicia X-Men) encabeza el reparto estelar con REBECCA FERGUSON (Misión: Imposible - Nación secreta), CHARLOTTE GAINSBOURG (Independence Day: Contraataque), CHLOË SEVIGNY (American Horror Story), VAL KILMER (Heat) y el oscarizado J.K. SIMMONS (Whiplash) de EL MUÑECO DE NIEVE, un thriller dirigido por TOMAS ALFREDSON (Déjame entrar, El topo) basado en la novela superventas de JO NESBØ.

EL MUÑECO DE NIEVE está producida por TIM BEVAN y ERIC FELLNER, de Working Title (La teoría del todo, Los miserables), así como por PIODOR GUSTAFSSON (Millennium: Los hombres que no amaban a las mujeres, La buena esposa) y ROBYN SLOVO (El topo, Las dos caras de enero).

El equipo que acompaña al realizador Tomas Alfredson está compuesto por el oscarizado director de fotografía DION BEEBE (Memorias de una geisha, Al filo del mañana); la diseñadora de producción MARIA DJURKOVIC (The Imitation Game/Descifrando Enigma, Mamma Mia! La película); las oscarizadas montadoras THELMA SCHOONMAKER (Infiltrados, El aviador, Toro salvaje) y CLAIRE SIMPSON (Platoon, El jardinero fiel); el diseñador de vestuario JULIAN DAY (La pesca del salmón en Yemen), y el compositor MARCO BELTRAMI (En tierra hostil, El tren de las 3:10). Los guionistas son PETER STRAUGHAN (El topo, La deuda) y HOSSEIN AMINI (Las alas de la paloma, Drive) y SØREN SVEISTRUP (la serie "Forbrydelsen/The Killing").

Producido por Working Title, en asociación con Another Park Film, la producción ejecutiva del thriller corre a cargo del oscarizado MARTIN SCORSESE (Infiltrados, Gangs of New York, Toro salvaje), Tomas Alfredson, AMELIA GRANGER (El topo, La deuda), LIZA CHASIN (Love Actually, Baby Driver) y EMMA TILLINGER KOSKOFF (Infiltrados, El lobo de Wall Street).

EL MUÑECO DE NIEVE se rodó íntegramente en Noruega, en las ciudades de Oslo y Bergen, así como en la región de Rjukan.


La primera nevada: Empieza El muñeco de nieve
El muñeco de nieve es la séptima novela superventas de la serie Harry Hole, escrita por Jo Nesbø, que cautiva a los lectores desde que se publicó el primer capítulo en 2007. Con esta novela, el atribulado detective y su creador llegaron a otro público, además de encabezar la lista de superventas del The New York Times en Estados Unidos y convertirse en la novela más vendida en el Reino Unido, lo que situó a Jo Nesbø entre la élite de los escritores de novela negra. Hacía tiempo que los noruegos ya sabían que era un gran autor, pero el resto del mundo tardó unos años más en descubrirlo.

"En algunos países, la novela me abrió todas las puertas", reconoce Jo Nesbø, que ha vendido la increíble suma de más de 34 millones de libros en todo el mundo. "Con mi tercera novela, Petirrojo, conquisté a un público culto, pero El muñeco de nieve fue un éxito absoluto".

La mayoría de lectores de habla inglesa descubrió al protagonista con dicha novela, y se pensó que Jo Nesbø había saltado a la fama de un día para otro. "La verdad es que ya hacía unos diez años que mis novelas se traducían al inglés", dice, riendo. "Pasó un poco lo mismo con Tom Waits y el tema 'Swordfish Trombone' cuando un periodista le preguntó: '¿Qué hizo para alcanzar el éxito?'. Y él contestó: 'No hice nada fuera de lo normal. Llevo 15 años haciendo esto. No he ido hacia vosotros, vosotros habéis venido a mí'."

Efectivamente, el mundo del detective Hole es muy conocido en Escandinavia, y su creador está considerado como un miembro de la realeza cultural. Hoy en día, seguidores del mundo entero visitan Noruega para seguir los pasos del personaje de ficción por las calles heladas, visitar sus rincones favoritos, como el icónico Schroder's Café, en un intento por meterse en la mente del más esquivo de todos los investigadores.

Hole es para Oslo lo que Sherlock Holmes es para Londres y ha dado pie a la creación de una pequeña industria que incluso ofrece giras Harry Hole. "Harry ya es una institución", comenta el productor Robyn Slovo. "No cabe duda de que este personaje lacónico, difícil, introvertido, que rehúsa trabajar en equipo, aunque es un formidable e intrépido policía, se ha convertido en un icono. En este caso, no parece estar muy dispuesto a participar en una investigación que inició otra persona".

Gracias a la adaptación cinematográfica de El muñeco de nieve surge la posibilidad de que Europa tenga su propio héroe en una serie de detectives. De hecho, en el viejo continente no ha habido un héroe semejante desde Sherlock Holmes. En comparación con Estados Unidos, la caza del asesino en serie no es algo que se dé en el cine europeo; hasta la fecha ha sido un tema más reservado a la televisión.

Pero ¿qué tiene el investigador para que cautive al mundo entero? Como muchos otros héroes literarios, es un hombre imperfecto cuya vida personal está plagada de oscuras grietas y sombríos rincones. Alcohólico, desorganizado, es incapaz de comprometerse. Pero a pesar de todos sus defectos, es un detective perfecto, metódico, decidido y creativo, que no se detendrá ante nada hasta llegar al culpable. Es un antihéroe de pies a cabeza, un ser imposible por el que es imposible no sentir afecto.

"Está lleno de contradicciones", dice Jo Nesbø. "Cree en el sistema legal, cree en el modelo de democracia escandinava, pero no encaja en la sociedad nórdica. Le importan las personas que le rodean, aunque no quiere a nadie demasiado cerca. Intenta vivir como un hombre que ama a las mujeres, sobre todo a una, pero que ha decidido vivir solo. No quiere ser uno más en el rebaño, pero tiene profundos reflejos sociales, como muchos de nosotros, que le impulsan a ayudar al prójimo".

Harry Hole es tan brillante como imperfecto, leal, rebelde e inconformista, admirado por sus compañeros de ficción y sus seguidores en el mundo real. Todo lo anterior se traducía en otros tantos obstáculos para llevarle a la gran pantalla.

"El reto para adaptar una historia de Harry Hole al cine, aparte de mantener las características que le convierten en único, residía en evitar caer en el tópico del policía lleno de defectos que siempre resuelve el crimen", explica la productora Robyn Slovo. "Nos hemos esforzado en que Harry sea impredecible, con ideas originales, antisocial y poco carismático. Es un detective que reflexiona y que debe enfrentarse a situaciones difíciles y peligrosas".

Una historia en torno a un asesino en serie no es exactamente lo que se espera de cuatro productores que tienen en su haber películas que van desde Atrapa el fuego y Los miserables hasta El topo y Love Actually, pero su atracción por el material surgió a partir de la proposición del director Tomas Alfredson.

El realizador recalca que hace cine para ofrecer y guiar al espectador por una historia, pero que en ningún momento decide lo que cada uno debe sentir o pensar: "Mis películas quieren entretener, aunque no se limitan a eso. Necesito que sean algo más, que hablen de la gente, de la sociedad o de una parte del mundo que el espectador desconoce. Me gusta que el público tenga una reacción física, que se asuste, ría, transpire. Cuantas más reacciones diferentes, mejor. Me encanta hablar con los espectadores y descubrir que tienen opiniones muy diferentes. Solo entonces sé que he atinado".

Semejante entrega obliga al cineasta a escoger cuidadosamente las historias que desea contar, pero Tomas Alfredson no duda en reconocer que el antihéroe creado por Jo Nesbø le cautivó desde el primer momento: "Cuando leo una historia, intento buscar un animal para cada personaje. ¿Es un conejo, un lobo, un perro, un gato? No me refiero a visualmente, pienso en el alma del animal. Y para mí, Harry es un búho porque no se le ve, pero él lo ve todo. Es muy inteligente, silencioso, sabe cuándo debe hablar y participar. Pero tampoco encaja en el mundo. Su vida personal se ha desmoronado, y solo le queda la intuición que le convierte en un investigador fuera de serie".

Robyn Slovo sigue diciendo: "La interpretación de Tomas es particular y nos permitió convertir una novela thriller superventas en algo totalmente inesperado. Transcurre en Escandinavia, y Tomas es escandinavo, pero su punto de vista se aleja del habitual género negro nórdico. Nos interesaba colaborar con un realizador que había demostrado controlar el terror a la perfección. Todos estos elementos nos convencieron de que íbamos por el buen camino".

"En EL MUÑECO DE NIEVE hay un elemento que no existe en las novelas anteriores, y es el toque de terror", explica Jo Nesbø. "El mismo título comunica una imagen ingenua, inocente, sacada de contexto, trasladada a otro contexto. Cuanto más cómoda y familiar es la imagen, más miedo da".

Hablando de lo que sintió al entregar una obra suya para que la transformara otro equipo creativo, el escritor dice: "Escogieron a un director que sabe narrar historias y que no se limitaría a hacer una mera versión de la novela, sino que la usaría como hilo conductor de su propia historia. Como narrador, me pareció la solución ideal. Tomas entiende al personaje y yo confiaba plenamente en él, por lo que fue fácil decirle: 'Aquí está lo que escribí, úsalo para la historia que tú quieres contar'".

Además de Robyn Slovo, y Tim Bevan y Eric Fellner, de Working Title, se unió al equipo de productores Piodor Gustafsson, que ha trabajado con Tomas Alfredson durante los últimos seis años. Para el productor, lo más importante es la profunda sensibilidad que demuestra tener Harry Hole: "El hecho de que sea vulnerable hace de Harry un personaje mucho más interesante que el típico detective duro de pelar. Nos vemos reflejados en él. Los casos le afectan y no puede deshacerse de la maldad que le ha tocado después de resolverlos. No quiere seguir trabajando, el trabajo de detective le hace daño, pero es el mejor. Mientras no aparezca alguien mejor que él, no le queda más remedio que seguir".


Buscando al antihéroe: Fassbender sube a bordo
Todos sabían que escoger al protagonista de EL MUÑECO DE NIEVE sería una tarea compleja. Cuando corrió la voz de que una historia del detective Harry Hole iba a adaptarse a la gran pantalla, los rumores se dispararon y se especulaba acerca de quién interpretaría a la sensación literaria. "Debimos tener en cuenta muchos factores", explica la productora. "No solo para complacer a los lectores, sino a los posibles espectadores".

Sin llegar a decir que el personaje estaba hecho para Michael Fassbender, pero teniendo en cuenta la descripción que hace Jo Nesbø de su protagonista, un hombre alto, atlético, delgado, "de pelo rubio muy corto", es verdad que el parecido físico con el actor nacido en Alemania es notable.

"Cuando me enteré de que Michael daría vida a Harry, me pareció una elección brillante", dice Jo Nesbø. "Shame fue una de las grandes películas de 2011 y Michael, el mejor actor de aquel año. Me pareció una gran decisión. No existe el perfecto Harry, pero no puedo imaginar a un actor con el talento de Michael que se acerque más a Harry".

"Disponíamos de un material de primera, desde el libro de Jo hasta un guion muy trabajado. Esto, más un gran director, siempre atrae a buenos actores", explica Robyn Slovo. "Cuando surgió el nombre de Michael como una posibilidad, a nadie se le ocurrió una razón para que no interpretara a Harry. A todos nos pareció el actor ideal... siempre que él quisiera hacer el papel".

Thomas Alfredson admiró la total falta de vanidad con que el actor se enfrentó al papel: "Es muy consciente de la cámara, no solo desde su perspectiva, sino de lo que hace la cámara en general y de cómo el director encuadra la escena. Michael es un actor de cine muy abierto que se desnuda ante el objetivo. Confía plenamente en su intuición, pero se deja dirigir. Es perfecto para el papel".

Para Michael Fassbender la duda nunca se planteó. Hacía tiempo que deseaba trabajar con Tomas Alfredson, pero hasta entonces no había tenido la oportunidad de hacerlo. El problema era coordinar las agendas de todos. No ha parado de trabajar desde 2009 y fue necesario encajar EL MUÑECO DE NIEVE entre dos superproducciones, Assassin's Creed y Alien: Covenant, muy poco tiempo para permitirse cualquier error.

El actor estaba decidido a no perder la oportunidad de trabajar con Tomas Alfredson: "Lo primero que me atrajo fue la idea de colaborar con Tomas", recuerda. "Luego leí el guion y me pareció interesante. Me gustó el personaje y el género".

Era la primera vez que el actor iba a interpretar a un detective. "Cuando recibí el guion, no sabía nada del personaje", reconoce Michael Fassbender. "Era un mundo totalmente nuevo para mí. Entonces empecé a leer las novelas y entré en el mundo de Harry. Ahora siento un gran cariño por el personaje".

Sin embargo, el actor no estaba convencido al principio de si debía leer la novela en la que se basa el thriller: "Un guion es independiente de una novela; no quería echar de menos cosas que están en los libros y que no aparecerían en el guion. Me limité a leer el principio para sentir la versión de Jo. Me interesaba ver cómo describía al personaje físicamente".

"Es difícil mejorar la experiencia de leer una novela cuando se interpreta un personaje", sigue diciendo el actor. "El lector se imagina todo mucho más completo en su mente. La descripción de los asesinatos puede ser mucho más cruel debido a que nuestra imaginación no tiene límites y nuestra visión acaba siendo mucho más aterradora y retorcida que las imágenes en una pantalla".

Tanto el protagonista como el realizador quisieron alejarse de los tópicos que suelen acompañar a los policías de cine. "Hay muchas trampas, y los detectives cinematográficos tienden a caer en ellas", dice el intérprete. "Hemos intentado evitarlas y hemos construido un personaje icónico y original a la vez".

Michael Fassbender aprecia las extravagancias de Harry que esconden su ineptitud social: "Es un tipo atractivo, pero no intenta serlo, es muy suyo. Harry hace lo que hace porque va a su aire. Le da igual lo que piensen los demás de él. Es sensible, pero tampoco le interesa ser aceptado socialmente, ni siquiera en el lugar de trabajo. Es un solitario y obliga a sus compañeros a trabajar más horas de las que ellos quisieran".

Aparte de su tremenda entrega al trabajo, la personalidad de Harry está construida a base de capas complejas y una de ellas es su afición por el alcohol. "Se engancha fácilmente, pero no se sabe qué le empuja a ello", dice Michael Fassbender. "¿Le viene de nacimiento, se debe a su trabajo? Se dice que los seres humanos a veces tendemos a odiar lo que mejor se nos da. Es un hombre sensible que bebe para aturdirse y no recordar lo que ha visto. Tiene muchas vertientes interesantes y complejas para un actor".

Sabemos, por una novela anterior, que mientras conducía bebido, Harry fue responsable de la muerte de otro policía en un accidente de coche. "El departamento se encargó de taparlo todo y en el informe se colocó al otro policía detrás del volante. Pero Harry no ha superado el incidente, se avergüenza", dice el actor. "No pudo contárselo a nadie. Es una sombra que le persigue, siempre lleva ese peso encima que le empuja a beber, a la autodestrucción".

Pero cuando Harry encuentra unas pistas que llaman su atención, vuelve a centrarse, y su necesidad por la bebida disminuye sensiblemente. Empieza un periodo de sobriedad, pero sigue siendo vulnerable, basta con rascar un poco. "Cuando se enfrenta físicamente a sus adversarios, suele tener todas las de perder", dice Michael Fassbender. "Comparada a muchas películas en las que el policía siempre parece invencible, Harry es vulnerable. No solo tiene heridas internas, también acaba con cicatrices físicas después de cada historia".

Al oírle hablar así, los productores quedaron convencidos de que solo Michael Fassbender podía interpretar a Harry Hole. "Michael está fantástico en la película", dice Robyn Slovo, encantada. "Está asombroso. Es obvio que disfruta interpretando el papel, pero también es verdad que se esforzó muchísimo para darle a Tomas lo que este quería".


Las mujeres en la vida de Harry: Rebecca Ferguson y Charlotte Gainsbourg
Hay dos relaciones centrales en EL MUÑECO DE NIEVE; una entre Harry, el protagonista, y Rakel Fauke, a la que da vida una de las actrices fetiche de Lars von Trier, Charlotte Gainsbourg, y la segunda, la creciente amistad con su joven compañera Katrine Bratt, interpretada por Rebecca Ferguson, de las entregas de Misión: Imposible.

Harry está solo, ha roto con su novia Rakel a pesar de seguir queriéndola, cuando conoce a una preciosa policía asignada a su comisaría. "Lo interesante es que la relación no acaba como todos esperamos", explica la productora Robyn Slovo. "Parece que el triángulo debería ir en cierta dirección, pero no es así, algo inesperado en la gran pantalla. La historia refleja las complicaciones de la relación, así como dos estilos de investigación totalmente opuestos".

Al igual que el protagonista, tanto Rakel como Katrine son muy complejas, con un pasado que las ata a Harry; en el caso de Katrine, ese pasado se revela poco a poco, a medida que avanza la historia. La película tiene algunas historias desconocidas que, en gran parte tienen que ver con la relación entre Katrine y Harry.

Conocemos a Harry cuando vuelve al trabajo después de resolver un caso y de varios días de borrachera. "Al principio de la historia vemos a Harry regresar después de pasar un periodo solo, en el campo, curándose las heridas que un caso anterior abrieron en su alma vulnerable", dice Piodor Gustafsson. "Katrine acaba de llegar cuando él vuelve a Oslo, a la comisaría. Ella tiene intenciones muy concretas y él se siente atraído por su energía y entusiasmo".

"A Harry le fascina Katrine porque la joven detective siente pasión por su trabajo", sigue explicando el productor. "Está muy centrada en unos casos que ha estudiado, concretamente de mujeres que desaparecen siempre que hay una nevada.

Dicho así, parece una mera coincidencia y una teoría algo rebuscada, pero Harry está interesado y la idea no le parece descabellada. Entre los dos descubren más pistas acerca de un asesino en serie que firma con un muñeco de nieve que siempre mira hacia la casa de la víctima".

El veterano detective y la recién llegada no solo están unidos por la trama, también tienen rasgos comunes. "Harry se reconoce en ella", dice Robyn Slovo. "Cuando se ven por primera vez hay una inmediata conexión entre los dos, sencillamente porque se parecen. Para ellos, relacionarse con otras personas es un esfuerzo. Tampoco voy a decir que Katrine sea una paria, pero tiende a no mezclarse con los demás y hace ciertas cosas por razones muy concretas. Algo la impulsa a ser policía y cree en lo que está haciendo".

"A Harry le inspira ella", añade Michael Fassbender. "Katrine siente pasión por su trabajo, y Harry cree que es un rasgo cada vez menos presente entre sus compañeros de profesión".

Se ven por primera vez en la sala de fumadores de la comisaría; es el primer día de trabajo de Katrine en la ajetreada comisaría central de Oslo. Ella se le queda mirando sorprendida, le ha reconocido pero le cuesta creer que realmente está delante del legendario Harry Hole. Su decepción queda patente, parece que la relación no irá más allá, pero a medida que la historia progresa la conexión se hace cada vez más profunda.

"La relación es totalmente inesperada y eso la hace más interesante", explica Rebecca Ferguson. "Imaginen al hombre que supuestamente, es el mejor detective de Europa, pero se encuentran con alguien medio borracho. La idea del héroe se derrumba de golpe. Ella ha estudiado sus casos. Su fe en la policía nació por él, pero Katrine tiene una agenda propia. La conexión entre ellos es cada vez más bonita, hombre-mujer, padre-hija. Son muchas relaciones en una".

¿Tuvo algo que ver el hecho de que la actriz naciera en Suecia? "No negaré que nos atrajo la idea de que Rebecca fuera sueca", reconoce Robyn Slovo. "Además, siempre quisimos permanecer dentro de los parámetros que nos permitieran ser una producción escandinava y, por lo tanto, nos gustó la idea de darle uno de los papeles principales. Por encima de lo anterior, ella tiene algo muy especial que era de suma importancia para Tomas y la película, aparte de ser una actriz brillante".

Al igual que Michael Fassbender, la intérprete tenía muchas ganas de dar vida a Katrine. Rebecca Ferguson estaba decidida a obtener el papel desde el momento en que la llamó su agente, y tampoco le costó mucho convencer a Tomas Alfredson.

"Sentí algo muy extraño cuando me llamó mi agente y dijo: 'Tomas Alfredson va a rodar una película basada en una novela de Jo Nesbø, buscan a la actriz para encarnar el personaje femenino principal junto a Michael Fassbender', recuerda la actriz. "Era como encontrar uno de los billetes de Willy Wonka. Me encantan las novelas de Jo, admiro profundamente a Michael y siempre he deseado trabajar con Tomas. En mi opinión, es uno de los cinco mejores directores de la actualidad. Aquel día había quedado, pero cancelé la cita y subí a un avión para ir a Estocolmo a conocer a Tomas".

"A veces, hablando del director, decimos que es 'un realizador visual' o 'un director de actores'", sigue diciendo Rebecca Ferguson. "Nos gusta etiquetar a la gente, pero ninguna etiqueta funciona con Tomas. Su atención por los detalles es impecable, y no me refiero solo a las elecciones de los personajes, también con el decorado. Por ejemplo, el ángulo de una rama rota es algo en que nadie piensa, pero para Tomas un ángulo representa una medida dorada. Se sentaba para hablar de mi flequillo. Quería que fuera lo suficientemente largo para que molestara un poco y la gente sintiera el deseo de apartármelo de la cara, pero tampoco debía taparme los ojos. ¡Me parece extraordinario!"

¿Y qué vio Rebecca Ferguson en la interpretación de Michael Fassbender? "Ahora ya no puedo imaginar a otro actor en el papel de Harry", dice. "Michael sabe comunicar la sutileza del personaje y lo convierte en un gran detective absolutamente vulnerable. Juega con auténticas emociones. Su interpretación funciona a muchos niveles, deja elegir al espectador. Es un fenómeno".

Hay un tema común en todas las entregas, la complicada relación de Harry y Rakel. Él la necesita, pero cuando conocemos a Harry en EL MUÑECO DE NIEVE, ella le ha dejado, sintiéndose incapaz de superar la oscuridad que habita en Harry. "Pero él desea con todo su ser estar con Rakel", explica Michael Fassbender.

Para dar vida a Rakel, los productores y el director necesitaban a una actriz de una edad equiparable a la de Harry, cuya presencia justificara que el protagonista no puede olvidarla. "Esto presentaba un reto porque, tal como funciona la industria cinematográfica actualmente, no era fácil encontrar a una actriz madura que convenciera al público de que Harry sigue amándola", explica Robyn Slovo. "Pero Charlotte Gainsbourg es la intérprete ideal para un papel semejante. Es guapísima y muy carismática. ¿Cómo puede alguien dejar de amarla?"

Hija de la actriz y cantante Jane Birkin y del músico francés Serge Gainsbourg, la actriz nació en Londres y creció en París. Sus raíces europeas la convertían en la mujer perfecta para el universo de Harry.

"Charlotte es sumamente europea y se hizo fácilmente con el papel", sigue diciendo la productora. "Aporta una cierta gravedad, mucha clase y elegancia al proyecto. Es una gran actriz, y el triángulo que forma con los personajes de Rebecca y Michael funciona de maravilla. Las relaciones entre los tres son complejas y ninguno hace un papel rutinario".

Charlotte Gainsbourg ha trabajado en unas 35 películas, desde el drama de época Jane Eyre, de Franco Zeffirelli, hasta la más reciente y muy controvertida Nymphomaniac: Volumen 1 y 2, de Lars von Trier. Es una de las actrices más provocadoras del cine actual y muchas de las mujeres a las que ha dado vida en la pantalla están familiarizadas con la violencia, tanto como víctimas como perpetradoras.

Rakel es una figura de gran fuerza y quizás la que también corre el mayor peligro. Es como el núcleo moral de la historia. "No forma parte del thriller ni del dilema central", explica Charlotte Gainsbourg. "Está entre dos hombres. Sigue teniendo una maravillosa relación con Harry, algo persiste entre los dos, y disfruto interpretándolo. Esa parte me interesaba. El aspecto de thriller está detrás de mí, no lo toco... hasta el final".


Polis y sospechosos: Los actores secundarios
Queda claro que Tomas Alfredson es un respetado y apreciado realizador viendo la cantidad de grandes talentos que no dudaron en aceptar roles de menor importancia en EL MUÑECO DE NIEVE, si los comparamos a los papeles en que solemos verlos.

"Esta película puede vanagloriarse de algo muy especial - se lo debemos completamente a Tomas -, y es haber contado con actores extraordinarios para papeles secundarios", reconoce Robyn Slovo. "Me refiero a Val Kilmer, Chloë Sevigny, J.K. Simmons, David Dencik, Sofia Helin y Toby Jones, que solo estuvo tres días con nosotros, pero aportó un enorme humor y mucha presencia a su personaje. Estos actores no hicieron cameos, sino auténticos papeles para los que fueron escogidos especialmente. Todos aceptaron sin dudar porque querían trabajar con Tomas, por el guión y el material existente. Vinieron a interpretar y estuvieron fantásticos".

Un actor al que recurrió Tomas Alfredson es Toby Jones, que ya había trabajado previamente con el realizador en El topo. "Tomas me escribió una carta encantadora en la que me preguntaba si estaría dispuesto a hacer un pequeño papel. Me lo pedía como favor, pero sinceramente, haría cualquier cosa con tal de trabajar con él", dice el actor. "En muy pocas ocasiones he sentido que aprendía trabajando con un director, y es debido a su sensibilidad. Me parece que solo un tonto no aceptaría la oportunidad de trabajar con él, por muy poco tiempo que sea".

Toby Jones estaba convencido de que, incluso si el papel era pequeño, Tomas Alfredson exploraría lo más recóndito de él. "Aunque estoy en un rinconcito de la historia con Val, sabía que Tomas daría importancia a dicho rincón. Para él no existe un rincón que no merezca ser explorado hasta el fondo, y eso sorprende a muchos de mis compañeros. Cada escena ofrece la posibilidad de tener una perspectiva diferente. Es lo que hace de Tomas un director excepcional".

"Sabe perfectamente cómo estructurará la escena antes de rodarla, pero a la vez da suficiente información a los actores para que se sientan libres, a pesar de ser muy específico en cuanto a lo que quiere. Lo hace porque entiende cada matiz de la historia", sigue diciendo Toby Jones. "No es una actitud habitual en un director. Tal vez se deba a su experiencia en teatro, pero puede abrir una secuencia y rodarla desde un ángulo totalmente inesperado, lo que le permite investigar distintos comportamientos entre los personajes. Construye extrañas relaciones espaciales que abren emociones muy diferentes a las que estamos acostumbrados a ver en cine".

Hablando de dedicación y ganas de trabajar con Tomas Alfredson, aunque solo fuera unos cuantos días, un actor se sacrificó más que muchos otros al participar en el rodaje durante el periodo físicamente más complicado por las condiciones meteorológicas. Nos referimos a uno de los grandes iconos del cine actual, el gran Val Kilmer.

En EL MUÑECO DE NIEVE se investigan varios asesinatos, pero no todos transcurren en la misma época. En uno de los tres periodos temporales, la trama se centra en un detective llamado Gert Rafto, que no tiene nada que ver con Harry Hole, pero que en los años setenta investigó a un asesino en serie con todas las características del actual Muñeco de Nieve. En palabras de Tomas Alfredson, "Rafto es un personaje único parecido en ciertos aspectos a Harry; y este podría seguir sus pasos si sigue bebiendo demasiado".

"Escogimos a Val Kilmer porque sabíamos que aportaría el dramatismo y el carisma necesarios para el papel", reconoce la productora con admiración. "Es un papel pequeño, pero de suma importancia para la historia. Val solo estuvo en el rodaje unos cuantos días, pero dejó huella con su admirable trabajo. Es la joya en el centro de la historia. Además, es un actor emblemático y una persona maravillosa".

Cuando llegó el momento de rodar, Val Kilmer estaba convaleciente de una grave enfermedad, pero decidido a rodar con Tomas Alfredson. En comparación a lo que debieron hacer los demás actores, su papel fue el más duro físicamente. Hay una secuencia en la que su personaje debe estar de pie en una montaña por encima de la ciudad de Bergen. El día que se rodó la escena, solo acompañó al actor el equipo imprescindible debido al mal tiempo. El viento y la nieve decidieron participar, pero no asustaron a Val Kilmer, que se mantuvo imperturbable al borde del precipicio para que el director consiguiera el plano deseado.

Otro actor realmente impecable es el oscarizado J.K. Simmons, que también tiene un pequeño papel de gran significado. "Su personaje recorre toda la historia", explica la productora. "Es un político, un empresario, un líder de opinión que da color a muchos momentos de la película. J.K. aportó algo totalmente inesperado al papel; estuvo fantástico y tiene una voz realmente maravillosa. Interpreta a un personaje muy poderoso en Oslo, y su increíble voz, impregnada de dignidad y clase, subraya una interpretación perfecta".

"El género del asesino en serie no es el cine que más me atrae", reconoce el actor, "pero esta película alza el género a otro nivel. Los crímenes son complicados, intrincados, además de sorprendentemente inteligentes, horribles y truculentos. Pero lo que más me interesó fueron los personajes y las relaciones entre ellos".


El diseño de Noruega: La construcción de EL MUÑECO DE NIEVE
La diseñadora de producción Maria Djurkovic trabajó por primera vez con Tomas Alfredson en El topo y ambos se dieron cuenta rápidamente de que eran espíritus afines buscando diseños extraordinarios e ideas cinematográficamente poco convencionales.

"Tomas es el realizador más visual que conozco, y trabajar con él es un placer para mí. Pone el listón muy alto, pero es el único por el que lucharía físicamente para hacer una película", reconoce la diseñadora. "Con él puedo ir mucho más lejos de lo que me permito normalmente; al contrario, anima a que florezca la osadía".

Lo que se nota claramente en EL MUÑECO DE NIEVE. Un diseño visualmente poderoso sirve de telón de fondo a este tenso y oscuro thriller, un género que no suele tocar una diseñadora de producción renombrada por su trabajo de época (por ejemplo, The Imitation Game/Descifrando Enigma). "Sabía que al diseñar películas contemporáneas con Tomas tendría las mismas oportunidades porque sus ideas son muy atrevidas, diferentes de las de cualquier otra persona", dice Maria Djurkovic.

La producción transcurre íntegramente en Noruega y permitió a la diseñadora controlar el entorno de principio a fin. Todo debía tenerse en cuenta, desde el detalle más ínfimo, como una señal de tráfico, pasando por los coches y la ropa, hasta lo más grande, como puede ser la arquitectura. "Con Tomas nos preocupamos y hablamos de todo, por muy pequeño que sea", explica. "Visualmente, se puede manipular a mayor escala".

La creación del entorno empezó en 2014, cuando Tomas Alfredson y Maria Djurkovic viajaron a Noruega para explorar la ciudad en busca de decorados. "Tomas jamás pensó en rodar EL MUÑECO DE NIEVE en otra ciudad que no fuera Oslo", sigue diciendo la diseñadora. "La ciudad tiene muchas caras. Recorrimos Oslo y Bergen para verlo absolutamente todo. Tomas me explicó su visión e intenté que encajara con la mía. Visitamos galerías de arte, museos, edificios para hacernos con una paleta visual".

Pero hasta que entraron en el famoso Ayuntamiento de Oslo no empezaron a encajar las piezas para Maria Djurkovic: "Llegamos al Ayuntamiento y descubrí una serie de murales increíbles, fue una revelación. De pronto, entendí lo que quería hacer Tomas con la película".

La diseñadora se refiere a dieciséis frisos que describen los mitos fundacionales escandinavos. Obra del pintor y escultor noruego Dagfin Werenskiold (1892-1977), las atrevidas y coloridas imágenes cuentan las vidas de los dioses, así como historias de amor y sabiduría, guerra y odio, además de mostrar visiones futuras tejidas en la cultura escandinava. Los impresionantes bajorrelieves se encuentran en la misma entrada del edificio, construido según los principios de la funcionalidad, y contrastan fuertemente con toda la decoración.

El funcionalismo se basa en la practicidad y la utilidad, por lo que no suele haber mucho sitio para el arte. Pero basta con entrar en el edificio para descubrir paredes decoradas llenas de color a pesar de la gran funcionalidad del edificio. "La osadía arquitectónica y las severas líneas del exterior contrastaban fuertemente con estos increíbles frisos en el interior", recuerda la diseñadora. "Es un edificio exuberante, una mezcla de depuración con un gran colorido en el interior, y de pronto lo entendí. Son murales increíbles con colores profundos, saturados, que dieron el tono a toda la película".

Basta con entrar en el Ayuntamiento de Oslo para entender lo que sintió Maria Djurkovic. Los paisajes nevados incoloros pueden compararse a los suelos monocromos de mármol plateado y grisáceo, que contrastan con los exuberantes murales de colores saturados que decoran las paredes. "Salí del Ayuntamiento llevándomelo a modo de ancla visual", reconoce Maria Djurkovic. "Las escenas de EL MUÑECO DE NIEVE son totalmente monocromas o saturadas de color. Carecen de colores primarios, solo hay tonos densos muy profundos".

Intuitivamente, el diseñador de vestuario Julian Day decidió que los monótonos grises eran perfectos para el look de Harry Hole. Los primeros diseños que mostró a Tomas Alfredson eran principalmente grises y verdes, muy naturales.

"Le mandé a Tomas unos dibujos de carbón y de un árbol. El carbón era interesante, se limitaba a tonos de grises, y así es como viste Harry", dice Julian Day. "Tomas fue muy específico, la película debía dar la sensación de ser escandinava. Me esmeré en crear el look adecuado, pero desde un punto de vista internacional. Recurrí a ropa de diseñadores basados en Suecia, Noruega y Dinamarca. Por ejemplo, la chaqueta de Harry es del ejército sueco, y sus pantalones fueron hechos en ese mismo país. Harry no lleva ropa que pertenezca a un periodo de tiempo específico; puede ser de los años cuarenta, de ahora o de dentro de diez años".

Al igual que sus colegas cinematográficos más cerebrales, Harry no se preocupa por las apariencias. No suele destacar, más bien se funde en el paisaje donde trabaja, donde caza a los asesinos en serie, y no suele ser un despacho.

Para la comisaría, el realizador dejó claro que quería un entorno totalmente opuesto a Harry, un lugar donde alguien como el detective se sintiera inmediatamente fuera de lugar, incómodo, al que no le apeteciera ir. Los sentimientos de Harry, sus estados emocionales impregnan toda la película. Michael Fassbender debe comunicar el temperamento del personaje a través de su interpretación, pero el ambiente depende totalmente del equipo de decoración. La comisaría es el perfecto ejemplo de lo anterior.

"La comisaría es el lugar menos convencional que jamás se haya visto", dice Maria Djurkovic con una gran sonrisa. "Era muy importante para Tomas porque solo así Harry podía sentirse fuera de lugar". El equipo de la diseñadora se dedicó a crear un espacio de trabajo cómodo y de lo más acogedor.

"Es lo opuesto a las oficinas habituales", sigue diciendo. "Es un sitio amigable diseñado específicamente para que los empleados se sientan bien. Harry es el único que no está cómodo. Hay una mesa de pimpón, bolas gigantes de gomaespuma en las que recostarse, zonas para relajarse. El diseño tiene un toque irónico. Pero cuando se descubre el despacho que Harry comparte con Katrine, vemos que ha instalado una estantería entre las dos mesas y ha puesto carteles para alejarse de tanta tontería. Va más allá del propio entorno del personaje, se trata de lo que puede hacerse con el ambiente de un espacio para conseguir que se sienta realmente incómodo".

En oposición a la energía positiva de la comisaría central, el domicilio de Harry es austero y vacío. "A Harry no le interesa rodearse de objetos bonitos", explica la diseñadora. "Tiene un piso genial al estilo Bauhaus, pero no hay nada dentro. Las posesiones personales no son importantes para él".

Lo más importante del piso para el realizador era la situación; debía estar en una última planta y tener vistas a los tejados de Oslo. "Tomas quería que pareciera un búho sentado en el nido contemplando Oslo debajo de él", añade Maria Djurkovic. Por lo que su equipo construyó el interior del piso en un edificio de oficinas con ventanas periféricas que daban a toda la ciudad. Pero el edificio estaba en construcción, con obreros trabajando en otras zonas y rodeado por enormes grúas. Nada de todo esto molestó a Tomas Alfredson, que incluso aprovechó a los operarios de grúas para que, comunicándose con ellos por radio, hicieran aparecer las plumas en el encuadre.


"Utilizamos las ventanas, la vista y los cambios de luz; el esfuerzo realmente valió la pena", reconoce la diseñadora. "Cuando trabajo con Tomas, el diálogo es constante, un poco como un partido de tenis, nos lanzamos ideas de forma muy productiva. Siempre se le ocurre algo para obligarme a ir un poco más allá. Me parece fantástico que los elementos visuales sean tan importantes para él".

"Es un verdadero autor, y hoy en día quedan muy pocos autores en el cine, todo depende de comités", añade Julian Day. "Tomas controla absolutamente todo lo que se ve en la pantalla".


En busca de la nieve
Desde la condensación en una copa de champán, a las escenas en paisajes nevados, Tomas Alfredson estaba empeñado en que todo fuera real. "Tomas no quería falsos muñecos de nieve ni nieve falsa", explica el atrecista CHRIS CULL. "La nieve artificial tiene otro aspecto, no comunica la misma impresión y reacciona de otra forma".

Para garantizar que todo fuera auténtico, se contrató a JOHAN HARNESK, un experto en nieve cuyo trabajo consistió en asegurarse de que el realizador rodaba con nieve auténtica en los decorados pertinentes.

La película empezó a rodarse en Noruega en invierno, con abundante nieve, pero pasaron las semanas... y llegó la primavera. Algunos exteriores necesitaron nieve fresca adicional, pero donde realmente se requirieron los servicios de Johan Harnesk fue para los decorados en el estudio. Después de filmar durante semanas en exteriores bajo las inclemencias del duro invierno noruego, todo el equipo se frotaba las manos con la idea de pasar dos semanas trabajando en un estudio caliente y seco. Pero este rodaje no tenía nada de normal y, de hecho, los productores habían alquilado un almacén refrigerado para las escenas de estudio en las que el realizador aún necesitaba nieve fresca.

"Llevamos nieve auténtica y bajamos la temperatura a cinco grados bajo cero para que se mantuviera y se viera la respiración condensándose", explica el supervisor de nieve.

Empezaron a llegar grandes camiones repletos de nieve recogida en Holmenkollen, una famosa estación de esquí cercana a Oslo. No era la primera película para Johan Harnesk, pero reconoce que jamás había trabajado así: "No es lo habitual, nunca había hecho algo parecido. Pero Tomas quería trabajar con nieve auténtica, y eso hicimos".

Pero en cuanto se carga nieve en un camión en grandes cantidades, se endurece. Por lo tanto, al llegar al estudio, primero había que orearla con tractores y horcas antes de poder llevarla al plató.

Y ahora preguntamos, ¿de verdad hay tanta diferencia entre la nieve auténtica y la artificial? "Depende de donde esté", contesta el experto. "En el suelo, la nieve artificial parece muerta, sin vida, no brilla. La nieve auténtica vive, refleja la luz, sus colores son matizados, la artificial carece de color. Hay mucha diferencia cuando se ve de cerca".


Paisaje invernal: Los decorados del thriller
Oslo es a Harry Hole lo que Londres a Sherlock Holmes. La ciudad y el detective son inseparables, sus identidades se mezclan, por lo que era absolutamente necesario que la película se rodara en la ciudad. El realizador tenía muy claro que debía rodarse en Noruega para dejar patente la fuerza de los silencios, el ritmo de la tranquila ciudad escandinava y su aspecto único.

Los productores decidieron respetar el telón de fondo de las novelas protagonizadas por Harry Hole y que merecía la pena enfrentarse al frío para llevar al público al corazón del mundo del detective. "La novela transcurre en Oslo y en Bergen", dice el productor Piodor Gustafsson. "A todos nos pareció un elemento importante. Tomas empezó a buscar localizaciones muy al principio de la preproducción, buscaba un ADN de Oslo con el que pudiera comunicar. El decorado natural del parque Frogner es un ejemplo claro de la relación que Tomas desarrolló primero con Oslo y, posteriormente, con Bergen. Hablamos con las autoridades municipales para obtener los permisos necesarios y debo reconocer que la colaboración con ambas ciudades fue perfecta. Nos ayudaron en todo, cerrando calles, preparando lugares para aparcar e instalar las caravanas. Fueron un gran apoyo".

Para el director era de suma importancia rodar en Noruega por respeto a la historia y al país en el que transcurre. "Los noruegos están obsesionados con los paisajes donde se han criado", explica. "Necesitan las montañas y la enorme desproporción que uno siente cuando está allí. Forma parte de ellos. En esta película quise que la naturaleza adquiriese estas proporciones, que fuera un personaje más. Solo así nos damos cuenta de lo pequeños que somos. El paisaje de Noruega cambia mucho, pero nunca carece de interés".

Al preguntarle cómo fue rodar en Noruega, la actriz Charlotte Gainsbourg contesta: "Me interesaba saber por qué Tomas estaba empeñado en rodar en Oslo. Me explicó que para él, los silencios y el ritmo eran muy importantes, y es algo que intenté mantener en toda la película".

La ciudad se utilizó de forma óptima, sacando provecho de sus diferentes aspectos. "Mostramos la ciudad", dice la jefa de localizaciones CAMILLA STEPHENSON. "Rodamos en casi todos los barrios, desde el más moderno como la zona Barcode, que sigue construyéndose, hasta los más antiguos, como puede ser el del Ayuntamiento".

"EL MUÑECO DE NIEVE transcurre en Noruega, los personajes son noruegos y debía rodarse en paisajes típicamente escandinavos", añade la productora, "aunque tratándose de una adaptación literaria, cualquier productor siempre deja abierta la posibilidad de rodar en otro lugar".

Se consideraron más posibilidades antes de decidirse por Noruega, como por ejemplo Estados Unidos, Suecia y Londres. "Estudiamos otros decorados sobre todo porque es caro rodar en Noruega y pensamos que el presupuesto no daría para tanto", reconoce Robyn Slovo.

Sin embargo, después de largas negociaciones, EL MUÑECO DE NIEVE acabó siendo la primera película internacional rodada en Noruega con la ayuda de los fondos de un nuevo programa nacional diseñado para atraer coproducciones de cine y televisión. Es más, también es la mayor producción jamás rodada íntegramente en Noruega.

Durante las doce semanas que duró el rodaje, los productores y el director aprovecharon los magníficos decorados naturales que ofrece Noruega, desde el elegante estilo urbano de Oslo, hasta la ciudad de Bergen, declarada Patrimonio Mundial, pasando por los vastos paisajes nevados de la región de Telemark y la emblemática carretera Atlántica que sique la accidentada costa. La casa de madera de Rafto, situada en una pequeña península barrida por los vientos, es uno de esos decorados naturales. Pertenece a una mujer mayor, y el realizador la encontró localizando decorados para otra película. "Es como si el departamento de arte la hubiera colocado para la ocasión, pero siempre está allí. Era perfecta para nuestro propósito", dice Camilla Stephenson.

La casita era perfecta y el paisaje no podía ser más cinematográfico. Encaramada sobre unas grandes rocas que dan al mar, la casa está rodeada por un inmenso y agreste paisaje. Alejada del mundo, no se puede llegar a la casa por carretera, solo por mar, y eso cuando está tranquilo. Lo más sencillo era llegar en helicóptero para rodar, pero con el inconveniente de no poder aterrizar debido a los tremendos vientos.

"No se puede aterrizar cerca del decorado", explica la jefa de localizaciones. "Hubo que encontrar una alternativa con vehículos y planearlo todo milimétricamente con el fin de transportar el mínimo equipo posible por el peso".

Llevar cámaras y focos a este desolado lugar no fue fácil. Por muy cerca que pareciera estar la casa, se debía cruzar un terreno rocoso y escarpado. Incluso con las manos vacías, se tardaba casi una hora en llegar a la zona de rodaje. Solo se usó un helicóptero para transportar equipo de gran tamaño en contenedores que se depositaron y recogieron desde el aire. Todo el mundo llegó andando, incluso el protagonista, que según dijo, disfrutó mucho ese día de rodaje.

"Tuvimos suerte de conseguir el permiso para rodar en aquel paraje de una remota zona de Noruega. Habría sido imposible en el Reino Unido. Los dueños no tenían problema en que pasáramos un par de días allí preparando y filmando. Al contrario, aman esa tierra y se sienten orgullosos de que queramos mostrarla al mundo", concluye Camilla Stephenson.