We must fight

We must fight (Double Back Records) es un disco de The Pepper Pots que llega después de 10 años y 6 discos, varias gira mundiales con paradas en Estados Unidos, Japón, Inglaterra, Francia, Rusia o Alemania y colaboraciones con algunos de los artistas más interesantes del soul actual (Binky Griptite, Eli 'Paperboy' Reed) y pasado (the Impressions, Maxine Brown).


Nota promocional
"We must fight" es un disco con muchos cambios, el más evidente lo encontrareis en las voces, por primera vez en la historia del grupo lo forman un dueto, Adriana Prunell y Aya Sima, quien se encargan de las voces, multiplicando su efecto emocional a lo largo del disco hasta cotas muy altas. Quizá ayuden algunas de las letras más personales del grupo hasta la fecha, unas letras que reflejan los problemas sociales que tienen alrededor y reflejan su necesidad de cambio contra la injusticia social, sin dejar de lado la diversión, la alegría, la vitalidad y el amor, la otra gran inspiración del disco. Del mismo modo que las letras y voces, el sonido del grupo ha seguido evolucionando, combinando el sonido Motown que les ha convertido en uno de los grupos imprescindibles del nuevo soul, con el deep soul de finales de los 60/ principios de los 70, con espectaculares arreglos de cuerdas, percusiones, teclado y guitarras, dotando a su sonido de una profundidad que ya se apuntaba con "Train to your lover".

Para grabar el disco, the Pepper Pots han vuelto a trabajar en su propio estudio, equipado con material analógico de la época dorada del soul, y han vuelto a contar para la co-producción de las voces con Binky Griptite de the Dap Kings, uno de los nombres más importantes de este nuevo soul que ha trabajado, entre otros, con Amy Winehouse, Janet Jackson, Sharon Jones, Lee Fields, Lily Allen, Ghostface Killah, Nas o Robbie Williams. Fuera de esta lista interminable de nombres, the Pepper Pots tienen el honor de haber coincido en innumerables ocasiones a lo largo del último lustro, estableciendo lazos desde Girona a Nueva York hasta poderlo considerar casi un Pepper Pot Honorífico.

Existe un momento para todo, un momento para cantar al amor, un momento para incitar al baile del pollo descabezado, un momento para mirarse uno mismo y repasar que ha sido de tu vida, un momento para el flirteo y la alegría de vivir. En 2013, en el sur de Europa es difícil encontrar un grupo de amigos donde todos tengan un contrato o una familia donde ningún miembro haya visto recortado su salario o vea peligrar su puesto de trabajo. La población observa impotente como disminuyen sus derechos sociales. La injusticia aflora, más visible que nunca, y mientras la clase política esconde la cabeza bajo el brazo firmando recortes en la educación, la sanidad o la cultura, la gente inventa nuevas formas de protesta para no caer en la frustración y la apatía.

El año 2013, un artista de soul no puede permanecer indiferente ante toda esta injusticia sin eliminar de su música el elemento que mejor la define: el alma, dejarse el alma y despertar el alma de sus semejantes. Una aspiración muy alta para una canción de apenas 3 minutos pero algo básico para separar la música real del simple ejercicio de estilo; el sonido retro del sonido old school, una diferencia que define a la perfección Binky Griptite, guitarrista de los Dap Kings y productor de las voces del disco que tienes entre manos: retro es una moda, old school es una actitud, hacer las cosas como se supone que deberían hacerse.

Otros tomaron esa responsabilidad antes de ellos, la historia del soul está llena de ejemplos: Marvin Gaye, Curtis Mayfield, Sly & the Family Stone, the Staple Singers, Gil Scott-Heron o más recientemente Sharon Jones cantando sobre los desmanes de Wall Street. Una responsabilidad con el tiempo en que vivió y cantó cada uno de esos artistas. El tiempo de the Pepper Pots es hoy, después de más de 10 años en los escenarios tocando sus canciones, o al lado de maestros como the Impressions y Maxine Brown, madurando su propuesta hasta este We must fight. Un disco donde el grupo de Girona encuentra su voz más personal y profunda, tanto en lo lírico como en lo musical, llenando de vida cada acorde, cada arreglo de cuerda, golpe de conga o palabra. Un viaje en el tiempo en dos direcciones: hoy y siempre, con ustedes... ¡the Pepper Pots!