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Diario de una niñera cartel reducidoDiario de una niñera(The nanny diaries)
Dirigida por Shari Springer Berman, Robert Pulcini
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La producción
La novela satírica "Diario de una niñera" se publicó en 2002, recibió muy buenas críticas, vendió millones de copias y consiguió algo de mala fama. El punto controvertido del libro era que las autoras, Emma McLaughlin y Nicola Kraus, habían trabajado de niñeras en Manhattan para más de treinta familias durante una etapa combinada de ocho años. Al leer este retrato mordaz y cómico de una familia increíblemente adinerada de Park Avenue, los medios empezaron a susurrar la gran pregunta, "¿Sobre quién trata el libro en realidad?". Mientras las autoras insistían en que su libro era todo ficción, el estilo era tan realista que prácticamente invitaba a este tipo de especulaciones.

Meses antes de lanzar el producto con bombo y platillos, los derechos cinematográficos del libro fueron comprados por el productor Richard N. Gladstein (DESCUBRIENDO NUNCA JAMÁS, LAS NORMAS DE LA CASA DE LA SIDRA) y su asociado Gary Binkow, para Miramax. "Supimos que era una buena idea en cuanto cayó en nuestras manos”, dice Gladstein, "pero ahora lo ha leído mucha gente y como realizadores tenemos mucha más responsabilidad porque la gente tiene grandes esperanzas puestas en la película. Eso sí, tuvimos claro desde el principio que queríamos llevarlo al cine".

Gladstein entabló amistad con los guionistas/directores Shari Springer Berman y Robert Pulcini cuando se reunió con ellos para hablar de un guión que habían escrito. Tras ver un primer pase de su aclamada película AMERICAN SPLENDOR, les propuse escribir el guión de The nanny diaries (Diario de una niñera), para dirigir posteriormente la película.

Podría parecer un tanto extraño que tras retratar la vida rutinaria y aburrida del administrativo de Cleveland, Harvey Pekar, en AMERICAN SPLENDOR, Springer Berman y Pulcini se sumergieran en una investigación sobre la creme de la creme de los triunfadores de Nueva York con The nanny diaries (Diario de una niñera). "Nos encantó que las historias fueran tan diferentes”, comenta Pulcini. "La verdad es que fue una gozada pasar a un mundo tan completamente diferente".

"Yo nací en Nueva York", dice Springer Berman, "y sabía que las mujeres que escribieron el libro también eran neoyorquinas. Se nota que no es una fantasía escrita por alguien de fuera. Es muy realista, un retrato interesante de una subcultura que me fascina".

La novela también hacía referencia a una temática que a los directores les ha interesado durante toda su carrera. "Es una novela sobre el trabajo, un tema que nos atrae", apunta Springer Berman. "Harvey Pekar habla mucho de su aburrido trabajo, e incluso nuestros documentales, como THE LAST DAYS OF CHASEN'S, retratan los ambientes laborales. Las niñeras a veces son invisibles y, al ponernos con el guión, pensé que podríamos centrarnos en ese aspecto”.

La propia Springer Berman pasó una etapa de su vida bastante parecida a la de la estrella de The nanny diaries (Diario de una niñera). "Nada más salir de la universidad, estuve trabajando con una pareja –marido y mujer– de guionistas/escritores", dice. "Trabajaba en su casa y acabé demasiado involucrada en sus vidas. No era su niñera, pero me encontraba muchas veces en situaciones muy parecidas a las de una niñera. Para mí, era un momento en el que quería esconder la cabeza y no tomar decisiones. Cuando leí la novela, sentí la necesidad de escribir un guión sobre una etapa –que creo que pasan muchos jóvenes– en la que no estamos seguros de quiénes somos todavía". Para representar la conexión personal de Springer Berman con la historia, los directores decidieron que el personaje principal, Annie Braddock, acabara de licenciarse, y no estuviera todavía estudiando como en el libro.

En el libro, gran parte de la historia se narra a través de los pensamientos de Annie y ése fue uno de los mayores retos a los que tuvieron que enfrentarse Springer Berman y Pulcini a la hora de trasladar la novela al cine. Los directores mantuvieron parte de esta narración, pero también aplicaron estrategias más cinematográficas. Dado que Annie se siente como espectadora, a la que simplemente le interesa ver la vida pasar, aprovecharon este elemento y lo exageraron, convirtiendo al personaje en licenciada en antropología. Cuando Annie observa a los diferentes personajes de la película –casi todas mujeres profesionales–, fantasea como si las viera dentro de las vitrinas del Museo de Ciencias Naturales. "Es como si saliera de su propio cuerpo", dice Pulcini, "y se convirtiera únicamente en observadora”. En el libro, muchos de los personajes –sobre todo los más adinerados– reciben nombres genéricos como el Sr. y la Sra. X, el vecino guapo de Harvard, etc. Quizá las autoras del libro querían que los retratados mantuvieran su anonimato, pero Springer Berman y Pulcini lo mantuvieron en la película porque encajaba perfectamente con la perspectiva antropológica de Annie. Por otro lado, cambiaron el nombre del personaje principal –que en el libro es Nanny– para convertirlo en Annie. Queríamos que perdiera su nombre y su identidad cuando llegara a trabajar con los Sres. X", aclara Springer Berman.

Springer Berman y Pulcini también hicieron un guiño a "Mary Poppins", la película sobre niñeras más icónica de todos los tiempos, a través de las secuencias fantásticas en las que Annie flota por encima del cielo de Manhattan agarrada a un paraguas rojo. "Queríamos captar la sensación caprichosa de "Mary Poppins" y "Sonrisas y lágrimas", pero también queríamos oponerlo con la realidad de Nueva York", dice Pulcini. "Nos encantó la idea del utilizar el paraguas rojo como el símbolo de su deseo de libertad y de escapar de su vida y de sus problemas".

Quizá la diferencia más relevante con la novela es que se ha magnificado el contraste entre la vida familiar de Annie y los Sres. X. "En la novela, la diferencia de clase es bastante sutil", dice Pulcini. "Shari y yo pensamos que si fuera una chica de clase baja sería más interesante, dado que así el mundo en el que se sumerge le chocaría aún más".


Casting
Springer Berman y Pulcini le propusieron a Scarlett Johansson, una de las jóvenes actrices americanas más importantes del momento, encarnar a Annie. "Scarlett ha hecho magníficos papeles interpretando a mujeres glamorosas o mujeres con aspecto de arpía, pero hasta rodar SCOOP creo que nunca había podido demostrar su gran habilidad cómica", dice Springer Berman. "La gente subestima lo bien que se le da hacer de persona corriente con inseguridades. También es muy buena con la comedia física, sus caídas han sido antológicas. Scarlett tiene un sentido del humor buenísimo, y un gran sentido de la oportunidad, pero también es una buena actriz dramática", dice Pulcini. "Siempre la hemos admirado mucho y nos parecía perfecta para el papel".

"Annie no se parece a ninguno de los personajes que he interpretado hasta ahora", dice Johansson. "Está un poco perdida –ese elemento sí lo he trabajado antes–, pero tiene bastante confianza en sí misma como mujer. Creo que ahí reside la diferencia entre ella y alguien como Charlotte de LOST IN TRANSLATION. También tiene una juventud que no han tenido mis personajes anteriores".

Una gran actriz nominada dos veces a los Oscars, Laura Linney (UNA HISTORIA DE BROOKLYN, KINSEY, PUEDES CONTAR CONMIGO (YOU CAN COUNT ON ME)) se unió al reparto para dar vida a la Sra. X, una mimada ricachona. "Fue genial coger a Laura para interpretar un papel que la permite ser súper glamorosa", comenta Springer Berman. "El personaje le va que ni pintado, pero no le han dado muchas oportunidades de interpretar ese papel". "Laura es muy buena actriz, pero no es la primera intérprete que se le viene a uno a la cabeza para este papel", dice Pulcini. "Se le suele asociar con personajes más campechanos, pero en realidad creció en esta parte de Manhattan". "No crecí en el mundo de la Sra. X, pero era muy consciente de él, desde luego", dice Linney. "Mi colegio estaba lleno de niñas que podrían haber sido hijas de la Sra. X. Ahora lo percibo mejor que cuando era más joven, pero incluso entonces era consciente de la situación".

Otra elección poco convencional fue contratar al actor de AMERICAN SPLENDOR, Paul Giamatti, para dar vida al Sr. X. "Paul siempre ha interpretado a unos personajes que han hecho que los espectadores piensen que es un tío de clase trabajadora sin formación", dice Springer Berman, "pero en realidad es hijo de A. Bartlett Giamatti, que fue Rector de Yale y presidente de la federación de béisbol. Paul estudió en un internado y tiene varios títulos de Yale. Siempre se ha movido en esos círculos, y además es un actor estupendo, de hecho, en mi opinión, es uno de los mejores actores que tenemos hoy en día. Una de las cosas que nos gustan a Bob y a mí es hacer que los actores interpreten papeles en los que no estamos acostumbrados a verlos. También es interesante ver a Paul haciendo un personaje un tanto desagradable, porque siempre se le conoce por los papeles tan simpáticos que interpreta… En esta ocasión demuestra lo buen actor que es".

"La verdad es que me ha encantado hacer de malo", dice Giamatti. "Es divertido. Aparezco de vez en cuando y pego un par de gritos, o hago algo un poco raro. El Sr. X es tremendamente desagradable e insoportable… además durante gran parte del filme no se le ve la cara, con lo que hay mucha expectación por ver qué aspecto tendrá… ¡y luego resulta que tiene mi cara! No es el típico tío agrio que la gente espera que sea".

Giamatti y Laura Linney frecuentan los mismos círculos sociales desde hace mucho, pero nunca había actuado juntos (aunque ambos participaron en EL SHOW DE TRUMAN) antes de participar en The nanny diaries (Diario de una niñera). "Es una de esas personas que te hace sentir mejor simplemente con su presencia", comenta Giamatti. "Es una de las mejores actrices que tenemos ahora mismo, y además es muy graciosa".

Uno de los elementos más importantes de la historia de The nanny diaries (Diario de una niñera) es el amor que Annie llega a sentir hacia el niño que tiene a su cargo, Grayer X, interpretado por Nicholas Reese Art, un chaval de siete años. Para que la historia funcionara, el público tenía que poder sentir esa conexión, tenía que entender que a Annie se le hace imposible dejar al chico, a pesar de que para seguir con él, también tiene que seguir en ese puesto tan opresivo. "Cuando Scarlett leyó el guión con Nick, queríamos estar absolutamente seguros de que había química entre ellos", dice Pulcini. "La primera vez que conocí a Nick", cuenta Johansson, "vi que tenía algo y sentí enseguida una conexión. Es un chaval normal, pero cuando llega el momento de rodar se concentra muchísimo". "La verdad es que Scarlett y Nick se enamoraron durante el rodaje y se volvieron inseparables", dice Springer Berman. "No me podía creer lo bien que conectaron". A los realizadores les impresionó mucho la profesionalidad del joven actor. "Cuando Nick está trabajando se está quieto, escucha las instrucciones y realmente quiere saber qué tiene que sentir en cada escena", dice Pulcini, "pero en cuanto dejábamos de rodar, volvía a comportarse como un chaval".

Los realizadores se dirigieron a una estrella de Broadway, Donna Murphy, para el papel de la madre de Annie, Judy, una mujer que espera mucho de su hija. "Judy intenta empujar a Annie hacia el mundo de las finanzas, pero en el fondo Annie sabe que ese mundo no es para ella. El problema es que sabe que le hará mucho daño a su madre si le dice la verdad. Judy es un personaje muy importante para la película porque es el catalizador de todo lo que Annie hace durante el film", comenta Pulcini. "Por eso la persona que interpretara a Judy tenía que ser muy fuerte, pero también comprensiva. Necesitábamos que hubiera una dualidad de fuerza y culpabilidad. Donna no es así en la vida real, pero en cuanto leyó el guión se convirtió en la persona que estábamos buscando. Nos convenció al 100%".

"Judy se pagó la escuela de enfermería, y trabajó horas extras para que su hija tuviera las oportunidades que ella no tuvo", dice Murphy. "Quiere que Annie tenga una carrera que le garantice seguridad económica, pero no es exactamente lo que quiere Annie, y por eso tienen alguna que otra pelea".

Alicia Keys, ganadora de varios Grammy y de discos de platino, se unió al reparto para interpretar a Lynette, la luchadora amiga de Annie. "Lynette está loca y tiene mucha fuerza. Si tuviera que usar una adjetivo para describirla, diría que es ruidosa", comenta Keys. "Es estrafalaria y la ropa, la bisutería, los accesorios y los colores que lleva son también muy estrafalarios. Cuando entra en una habitación, todo el mundo se da cuenta de que está allí. Quizá no sepa adaptarse a lo que hace la mayoría, pero es muy divertida".

Aunque Springer Berman siempre supo que quería que Keys interpretara el papel, ninguno de los dos directores sabían si sería buena actriz. Keys, cuya madre es actriz, empezó su carrera como actriz de teatro cuando era pequeña (e incluso salió en "El show de Bill Cosby"). "Siempre me ha encantado la interpretación", dice Keys, "pero con la edad me di cuenta de que la pasión que siento por la música es mayor, así que escogí esa vía. Siempre he amado la forma en la que uno puede ir al cine, o al teatro, y meterse completamente en la vida de gente que no existe. Los espectadores sienten su dolor, su placer, su alegría. Yo siento lo mismo con la música. En mi opinión, el canto y la interpretación son como hermanos". "Alicia está llena de vida", comenta Johansson. "Consigue ponernos a todos de buen rollo. Es muy buena actriz y desde luego que se le da mucho mejor la improvisación que a mí".

Springer Berman y Pulcini hicieron más de cien audiciones para dar con el actor que interpreta al chico guapo de Harvard, el atractivo pijo que intenta enamorar a Annie. "Queríamos dar con un tipo que derritiera el corazón de Scarlett", comenta Springer Berman. "Chris Evans nos dejó impresionados. Hizo una prueba fantástica y tiene un aspecto físico increíble, creo que es el Robert Redford de esta época".

"El personaje de Harvard conoce a Annie y tienen una conversación agradable", apunta Evans, "pero cuando vuelven a encontrarse en un bar unas semanas más tarde, sus amigos hacen el idiota y él quiere demostrarle que no es uno de esos pijos imbéciles. Ella comienza rechazándole, pero él no ceja en su empeño y al final consigue que salga con él".

"Annie cree que hay demasiadas diferencias sociales entre ellos", comenta Springer Berman, "y la verdad es que es cierto. Aunque para el chico guapo de Harvard ése no es un problema, la verdad es que él es de clase alta, así que no tiene nada que perder". "Annie también es consciente de que su contrato de trabajo estipula que no se le permite tener vida propia", dice Pulcini. "Sabe que perderá su empleo si se le ve con este tío en el edificio".

"Creo que el atractivo chico de Harvard entiende la situación de Grayer, que es un reflejo bastante certero de la suya", comenta Evans. "Es el tipo de vida en la que hay que madurar muy rápido y se pueden coger unos vicios bastante horribles por el camino. Por eso el personaje de Scarlett siente que tiene que evitar que el chaval acabe siendo como su padre".

Al reparto le encantó poder trabajar con el equipo de directores. "Me ha impresionado lo armoniosa que es su relación", comenta Johansson. "No sé muy bien cómo se reparten las tareas", dice Giamatti. "Se alimentan el uno del otro", apunta Linney. "Uno toma una perspectiva más sentimental y el otro una más física. Se cubren muy bien y los actores sentimos que trabajamos con el pack completo, nos dan el análisis femenino y masculino del personaje", comenta Johansson. "Son buenos directores de actores porque son muy claros y directos a la hora de decir lo que hay que hacer. Saben hablar con cada actor de la manera que ese actor necesita que le hablen", dice Giamatti. "Hay que reconocer que son un matrimonio que se comunica muy bien y se complementan de una manera maravillosa", dice Linney.