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El paraíso de Hafner cartel reducidoEl paraíso de HafnerDirigida por Günter Schwaiger
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Comentarios del director

Acerca de la película
El paraíso de Hafner es un viaje por el oculto mundo de los nazis en España que llega a un histórico enfrentamiento entre víctima y verdugo.

Un hecho histórico
Hasta ahora apenas hemos escuchado hablar a los autores y encubridores de la barbarie más grande de nuestra historia – el Holocausto. Sólo en muy contadas ocasiones pudimos entrar en ese mundo tan cerrado y vetado. Esta película es una propuesta novedosa que nos brinda la posibilidad de descubrir la vida y la mentalidad de un antiguo oficial de las temibles Waffen-SS que aún hoy parece vivir en el mundo de Himmler y Hitler, anclado en el pasado, 60 años atrás.

Paul María Hafner, el protagonista de este film, encontró en España, donde vive muy a gusto, bajo el franquismo (e incluso en la democracia) una cómoda protección ante las pesquisas de la justicia internacional. Aunque él cumplió condena después de la guerra y no tiene personalmente cuentas pendientes con ningún tribunal, está en estrecho contacto con gente que sí está buscada o condenada en otros países por sus actos y manifestaciones antisemitas o por la negación del holocausto. También fue amigo del criminal de guerra León Degrelle.

Verdugo y víctima...
A lo largo de la película Hafner nos introduce en su mundo oscuro y grotesco, no exento de humor e ironía, hasta enfrentarse en el momento crucial del film al superviviente del campo de concentración de Dachau, el internacionalmente conocido interbrigadista Hans Landauer. Ambos estuvieron allí el 20 de Abril 1945, el día del cumpleaños de Hitler – pero Hafner como oficial-SS, y Landauer como preso…

El principio
Conocer el mundo interior de un nazi es desde luego apasionante porque enseña muchas cosas sobre los abismos del ser humano.

Pero el acceso a este mundo no es fácil. He pasado muchos meses leyendo, estudiando, haciendo entrevistas y acercándome paso a paso a este mundo tan cerrado y hostil para cualquier persona que no es afín a sus ideas. Finalmente, después de hablar con mucha gente, y creando una cierta confianza acerca de mi persona me presentaron a Paul María Hafner, que en seguida se convirtió en el protagonista de esta película.

Pero "El paraíso de Hafner" no es sólo un retrato psicológico de un extremista, la película también evidencia la relación tan estrecha que tenía el franquismo con lo el 3º Reich, sobre todo cuando después de la segunda guerra mundial, España sirvió como refugio a tantos nazis huidos.

El protagonista
Paul María Hafner no es un marciano, ni un ser diabólico, sino aparentemente un señor respetable que vive en un barrio señorial de Madrid y, a sus 84 años, podría pasar por un simpático abuelo lleno de bondad y cariño. Y, paradójicamente, esa visión no es del todo desacertada. Hafner te estrecha la mano y te sonríe muy conciente de que tiene cierto charme y gracia. Habla del bien y del mal como cualquiera, juega al ajedrez, nada 600 metros todos los días y cuando va a la compra a uno le entran ganas de llevarle las bolsas a casa.

El ser humano es tremendamente complejo y camaleónico. Como ya sabemos, un vigilante de un campo de concentración podía besar a sus niños por la mañana y matar a palos a un preso por la tarde. Era todo cuestión de "perspectiva".

¿Pero cómo es posible esto? ¿Cómo pueden vivir en la misma persona sentimientos tan encontrados? ¿En qué valores morales se fundamentan semejantes contrasentidos? ¿Cómo fueron estos jóvenes que se entregaron a Hitler con tanta pasión? ¿Cómo pensaban y cómo actuaron? ¿Qué efectos tuvo ese lavado de cerebro en ellos y como afrontan la realidad de sus actos desde la perspectiva de hoy día?

Hafner fue un joven que entró en las SS con entusiasmo y totalmente convencido de que era un cuerpo de élite que representaba lo mejor del ser humano. Luchó en la segunda guerra mundial durante la cual ascendió a oficial. A consecuencia de su entrega fue elegido para formar a otros jóvenes en las escuelas de élite de las SS. Al final de la guerra estuvo destinado en varios campos de concentración de los cuales recuerda sin embargo "muy poco", negando con ahínco los terribles crímenes que en ellos se cometieron.

La derrota del 3º Reich supuso para Hafner un enorme trauma del que todavía no se ha recuperado. Sin embargo sus convicciones no han hecho más que reforzarse. No le importan los relatos de las víctimas, ni que el nacionalsocialismo haya llevado al mundo al desastre. Su fanatismo sigue hoy en día tan intacto como hace 60 años. En eso le ayudó el hecho de que durante el franquismo no tuvo que esconderse ni abnegar de sus ideas. Por eso Hafner considera la España de Franco "el paraíso terrenal".

El tema
Pocas veces en la historia la idolatría, el fanatismo y la irracionalidad han causado tanto daño para tanta gente como lo que hizo el nacionalsocialismo.

Miles de testimonios de víctimas nos han dejado una imagen nítida y real de lo que fue el Holocausto y la brutal maquinaria nazi. Ahora bien, hay muy poco material en el cual se analiza a la psicología de los verdugos. Ejemplares son las aportaciones de Gitta Sereny y Claude Lanzmann aunque el enfoque de sus impresionantes trabajos se centra más en la figura del nazi arrepentido.

Pero Hafner no se arrepiente de nada. Sigue siendo hoy mismo igual que hace 60 años. Viendo a Hafner uno tiene la sensación de verse trasladado en el tiempo, enfrentándose a un joven SS del la primavera del año 1945.

La pregunta que surge entonces es: ¿por qué Hafner habla ahora, cuando la mayoría de sus "camaradas", que aún viven, se niegan a hacerlo?

Por una parte Hafner es sin lugar a dudas un gran narcisista. Le gusta ser el centro de atención y jugar al héroe, ya que varios de sus amigos están perseguidos por la justicia.

Por otra parte creo que, ahora que llega al final de su vida, hay algo en el interior de Hafner que quiere salir, algo que le empuja a hablar aunque sea sólo para dejar constancia de sus convicciones y recuerdos. Si detrás de ello se esconde una mala conciencia reprimida o ganas de ajustar cuentas, no lo sabremos, pero en cualquier caso su decisión nos ofrece una ocasión única de asomarnos a una visión del mundo, tan oscura como escalofriante, tan grotesca como latente en muchas personas.

La forma
La puesta en escena del documental no la componen entrevistas sino situaciones cotiadianas de la vida del protagonista. Hafner nos invita a acompañarle en todos los momentos de su vida –desde cuando se levanta y se cepilla los dientes postizos hasta cuando se reúne con sus amigos nazis. Hafner nada, canta, se desnuda, hace gimnasia, escribe, lee y fanfarronea...

Aunque la investigación para la película duró más de un año, durante el cual hablé con casi todos los historiadores y periodistas que han trabajado sobre la temática de los nazis en España, la película no utiliza más material de archivo que el que la propia dinámica del rodaje produce. Sólo aparecen las fotos que nos enseñan Hafner o algún personaje, o los documentos, filmaciones o grabaciones que los protagonistas o las situaciones producen y ofrecen.
De esta manera se crea la sensación de una película que se nutre sólo de que engendra por sí sola. Ya que la película no pretende manipular, sino retratar con sensibilidad una dura realidad que, lo queramos o no, forma parte del ser humano.

Conclusión
Esta película se me presentó al vez como un desafío y un duelo.

Desafío porque me enfrenté al triste pasado de mis orígenes, es decir, con el pasado oscuro de mi país, Austria. Pero lo hice desde la perspectiva más distante y fresca de mi nueva vida en España, donde llevo viviendo diez años.

Y es un duelo porque enfrentarse a quien desprecia lo que uno más valora resulta muy duro. Hablar, incluso en ocasiones sentir simpatía por alguien que no tiene ninguna compasión por el dolor ajeno, se hace insoportable. Hafner lo sabía y jugó con ello. Quiso mermar mi voluntad de resistir durante todo el rodaje pero al final su silencio lo dice todo...