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  Las delicias del jardín  Dirigida por Fernando Colomo
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En este film dirigido, coescrito y protagonizado por el realizador, guionista, actor, productor y arquitecto madrileño (Al sur de Granada, Los años bárbaros, La banda Picasso), Colomo, referente de la comedia en España e icono de la comedia madrileña de la Movida, retoma el tono autobiográfico con sentido del humor usado previamente en sus dos películas favoritas: La línea del cielo (1983) e Isla bonita (2015).

"Con LAS DELICIAS DEL JARDÍN quiero volver a repetir esa experiencia contando con un equipo más completo, pero tratando de preservar lo fundamental: la libertad a la hora de enfrentarme con el guion y la capacidad de improvisar con unos personajes que conozco muy bien".

El guion, coescrito por Colomo y su hijo Pablo, muestra la visión que tiene cada uno de ellos sobre temas tan controvertidos como la política, el feminismo, el amor, las relaciones sentimentales o la complejidad del mundo del arte y su mercado especulativo. Según declaraba el director, "quiero que los diálogos gocen de una cierta libertad buscando siempre la verdad y manifestando, con ironía, las contradicciones de los personajes".

En él se narra la historia de un padre y un hijo que viven y trabajan juntos. Ambos son pintores, abstracto el padre (heredero del grupo El Paso) y figurativo el hijo (heredero de Antonio López).

LAS DELICIAS DEL JARDÍN es una producción de Comba Films y Telespan 2000, productora del grupo Squirrel Media, que cuenta con la participación de Prime Video y ha recibido la ayuda de la CAM al desarrollo.


Sobre la película
En LAS DELICIAS DEL JARDÍN, y al igual que en su exitosa Isla Bonita, el director Fernando Colomo dirige y encabeza el elenco de esta comedia inspirada en la convivencia con su hijo pintor -y en sus grandes diferencias-, coprotagonizada junto a Carmen Machi, a quien ya dirigió en La tribu (2018), por la que ganó el premio a mejor actriz en el Montecarlo Film Festival, que también galardonó a la película.

Además, secundan a los protagonistas Antonio Resines, Brays Efe, María Hervás, Luis Bermejo y Pablo Colomo, que realiza en la película un singular debut cinematográfico, al ser también coguionista junto a su padre. "Es el guion que más he trabajado; ha salido bastante elaborado y hemos intentado que parezca que está improvisado", asegura Fernando Colomo sobre el guion del film.

Referente del cine español de las últimas décadas, el director madrileño retoma en LAS DELICIAS DEL JARDÍN el tono autobiográfico con su personal sentido del humor que remite a sus dos favoritas, La línea del cielo (1983) e Isla bonita (2015), Premio Sant Jordi a la mejor película española del año y por la que Colomo fue nominado a los Goya como mejor actor revelación.

Pintor en paralelo a su carrera como cineasta, con varias exposiciones realizadas, y también pintor su hijo, los Colomo sitúan la película entre el mundo del arte contemporáneo y las azarosas relaciones padre-hijo, con la cariñosa ironía que le caracteriza al director de Bajarse al moro. El "toque Colomo" está presente en esta comedia de nuevo en todo su esplendor.

LAS DELICIAS DEL JARDÍN es la 27ª película de la filmografía de Fernando Colomo, quien, en 2009, al exponer su obra en la Galería Kreisler de Madrid declaró: "La pintura es mi primer amor; la arquitectura, mi esposa oficial y el cine, mi amante, mi eterno compañero de viaje".


Nota del director (por Fernando Colomo)
Dentro de los veintiséis largometrajes que llevo realizados antes de LAS DELICIAS DEL JARDÍN, hay dos, ambos muy autobiográficos, que son mis favoritos: La línea del cielo, que rodé en 1983 en Nueva York, e Isla bonita, rodada entre 2014 y 2015 en Menorca.

En la primera, solo había un actor profesional, Antonio Resines, que era mi alter ego. En la segunda, yo asumí el papel protagonista junto a un grupo de actores naturales que se interpretaban a sí mismos.

LAS DELICIAS DEL JARDÍN tiene partes autobiográficas y otras ficcionadas a fin de conseguir una unidad dramática. He contado con actores "naturales" como mi hijo Pablo, que es realmente pintor (además de coguionista); la multifacética Carolina Verd; Javier de Juan, cuya obra inunda la película, ya que hemos rodado en su estudio, y el gran Antonio López. Y junto a estos actores naturales están también otros actores profesionales amigos míos como Carmen Machi, Antonio Resines, Luis Bermejo, Brays Efe, María Hervás o Cumelén Sanz. Y entre unos y otros, yo mismo haciendo de nexo de unión.

He tenido, en la figura de José Luis Alcaine, el director de fotografía, un colaborador extraordinario. Él me propuso rodar la película entera con móviles de alta gama. Pasé de mis dos cámaras habituales a tres, cuatro, cinco y hasta seis cámaras en algunos casos. Ello permitió que los actores no tuvieran que repetir el texto, muchas veces improvisado, desde distintos ángulos para conseguir los distintos tamaños de plano necesarios en la sala de montaje. Las escenas salían de un tirón sin cortes ni retomas. Los actores nos podíamos mover con total libertad por el espacio, sin marcas para el foco ya que Alcaine conseguía una profundidad de campo total para que el espectador pudiera elegir dónde centrar su mirada.

Los móviles, además, nos permitían rodar por la calle o en el metro pasando totalmente desapercibidos. Hay una secuencia en la inauguración de una exposición en que los actores nos teníamos que mover entre una multitud y nadie reparaba en las cámaras-móviles que nos seguían (rodando en horizontal), confundidos con la cantidad de teléfonos móviles que grababan al mismo tiempo (en vertical).

El guion ha sido, sin duda, el más elaborado que he rodado en toda mi carrera, escrito a lo largo de tres años con muchísimas versiones. Pero a la hora de rodar hemos estado abiertos a momentos de improvisación, especialmente con los actores naturales, y siempre colocando la técnica al servicio del actor. Y a la búsqueda de la verdad.

LAS DELICIAS DEL JARDÍN, que nace de las discrepancias reales de la convivencia con mi hijo pintor, tiene como telón de fondo el mundo del arte moderno que, al igual que pasara en los tiempos del Bosco, sigue unido irremisiblemente al poder del dinero.

Muchas veces, lo más bonito de una obra o una película son los defectos. Parece contradictorio, pero hay cosas tan perfectas que nacen muertas... Para que no me ocurra esto, intento que cada película sea muy diferente a la anterior.