El fascinante y lúcido Al Lewis (el entrañable abuelo de "Los Monster") aparece sentado en una silla del departamento de maquillaje frente a un gran espejo.

El nonagenario actor relata con amena pasión su sorprendente pasado como activista político de izquierdas.

Lewis rememora con una memoria de la que se siente orgulloso su infancia en el mísero barrio judío de Brooklyn y la figura de sus padres, también activistas, así como las penurias económicas de la familia en la época de la depresión.