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  Asfixia  (Choke)
  Dirigida por Clark Gregg
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"Si piensas leer esto, ni te molestes. Después de un par de páginas, no querrás estar aquí. Así que olvídalo. Vete de aquí. Márchate mientras sigues aún de una pieza. Sálvate a ti mismo" - Chuck Palahniuk, Asfixia

Escrita y dirigida por Clark Gregg, sobre la base de una novela de Chuck Palahniuk. Los productores han sido Beau Flynn, Tripp Vinson, Johnathan Dorfman y Temple Fennell. Como productores ejecutivos figuran Mike S. Ryan, Derrick Tseng, Gary Ventimiglia y Mary Vernieu.

Sam Rockwell, Anjelica Huston, Kelly Macdonald, Brad William Henke y Jonah Bobo encabezan un reparto coral del que también forman parte Heather Burns, Paz De La Huerta, Clark Gregg, Joel Grey, Viola Harris, Gillian Jacobs, Matt Malloy, Bijou Phillips e Isiah Whitlock, Jr.

El equipo de realización de la película está integrado por exitosos veteranos de la industria independiente como el director de fotografía Tim Orr (SNOW ANGELS), la diseñadora de producción Roshelle Berliner (EL HIJO DEL MAL), el montador Joe Klotz (JUNEBUG), la diseñadora de vestuario Catherine George (UN CRUCE EN EL DESTINO), el compositor Nathan Larson (EL LEÑADOR, BOYS DON’T CRY) y los supervisores visuales Lyle Hysen (LOVE, LUDLOW) y Ken Weinstein. La banda sonora incluye temas del adorado grupo indie Radiohead, además de canciones de Clap Your Hands Say Yeah, the Fiery Furnaces, Ben Kweller y the Twilight Singers.


Adaptando la novela de Chuck Palahniuk
"Todo lo que hacemos es un intento de engañar a la gente para que nos quiera o se enamore de nosotros, y así mis personajes no son muy diferentes de la gente común y corriente" - Chuck Palahniuk

Asfixia, la cuarta novela de Chuck Palahniuk es un alocado e inexorablemente satírico vistazo al mundo del sexo, el trabajo, la identidad y los más insondables anhelos en la América contemporánea. Casi como en su anterior novela, El club de la lucha, que se convirtió en un fenómeno de culto y en una exitosa película aclamada por la crítica y protagonizada por el actor Brad Pitt, Asfixia es una historia que aborda un tabú tras otro. Habla de los padres que no saben serlo y del sexo degenerado, el consumismo y la adicción, la historia colonial y las reliquias sagradas, las atrocidades médicas y los timos más flagrantes, de la sensación adulta de fracaso y el extraño poder trascendente del amor. Al igual que su autoasfixiante personaje protagonista, el libro trata de gente que está bloqueada y que de repente se ve alejada de las normas y modelos a seguir de su pasado.

Rehuyendo su espinoso tono y sus temas desinhibidos, Clark Gregg sintió la necesidad de intentar adaptar el libro cuando el productor ejecutivo Gary Ventimiglia le mostró a este actor y novel director el manuscrito de Asfixia. No sólo eso, sino que además aportó su propia atrevida e insólita visión en la versión cinematográfica de ASFIXIA: una malvada desvirtuación estilo Palahniuk de ese viejo género reconfortante, el de la comedia romántica.

"Nunca en mi vida había leído nada tan doloroso y al mismo tiempo tan divertido", dice Gregg de la novela. "Sé que Chuck es normalmente visto como ese escritor oscuro y nihilista, pero yo veía mucho más que eso en ASFIXIA. Pensé que la historia era realmente romántica y esperanzadora, a su propia manera perversa y postmoderna".

Continúa: "Palahniuk tiene un montón de brillantes e inteligentes ideas satíricas y sabe perfectamente lo que funciona y lo que no en los Estados Unidos. El libro me llegó tan dentro que pensé: ‘Tengo que hacer esto; nadie me va a dejar hacerlo pero tengo que encontrar el modo’".

Más conocido por su trabajo como actor, director de teatro y miembro fundador de la compañía del Atlantic Theater de Nueva York, Gregg había hecho anteriormente su debut como guionista en el thriller de terror LO QUE LA VERDAD ESCONDE, una película protagonizada por Harrison Ford y Michelle Pfeiffer. También ha aparecido en docenas de producciones teatrales, películas y, más recientemente, en la comedia de situación "The New Adventures of Old Christine" con Julia Louis-Dreyfus. Pero Gregg nunca había dirigido con anterioridad una película y sabía que había que estar un poco loco para embarcarse en su primer proyecto como director con un material tan provocador.

Empezó por obtener el beneplácito de Palahniuk. "Chuck fue sumamente paciente, porque me llevó un año y medio, quizás dos, escribir un par de borradores antes de que pudiera cogerle el tranquillo y llevar este mundo tan surrealista y satírico de la novela al campo más tridimensional de la película", recuerda Gregg. "Afortunadamente, Chuck, como muchos de los novelistas más inteligentes que conozco, era plenamente consciente de que, para que funcione una adaptación a la gran pantalla, tienes que dejar de lado en un momento determinado el libro. Ya la primera vez que hablé con él me dijo: ‘No te muestres demasiado fiel al libro, no te ajustes plenamente a él’. Y realmente tenía que hacerlo así, porque hay demasiada brillantez en las palabras de Victor; si me hubiese haber limitado a trasladar el libro a la pantalla no hubiera funcionado nunca. No importaba lo que me hubiese dado el libro o hubiera sacado de él, tenía que hacer que ya no fuera un libro y se convirtiera en el guión de una película".

Para lograr esto, Gregg siguió la estela de sus propias reacciones emocionales ante la novela. "Mi madre no es Ida y nunca he trabajado en un pueblo de la época colonial, pero había algo en la historia que siempre me ha resultado dolorosamente familiar", señala. "Junto a los temas de la sexualidad y la obsesión, encuentro que es una historia realmente desgarradora sobre la forma en la que la gente se recupera de los traumas emocionales en su vida para poder dar y recibir amor".

También tomó la maestra mezcla de tonos opuestos de Palahniuk. "Una de las cosas que más me atraía del libro era cómo lograba construir escenas que resultaban tan rabiosamente divertidas al estilo de una comedia negra y luego, dos minutos más tarde, había un cambio tremendo y la cosa se ponía triste y desgarradora como si fuese una obra de Chejov. Mirando atrás, no me di cuenta de lo difícil que iba a resultar hacer malabarismos para que funcionase a esos niveles tan enérgicamente dramáticos y aún así siguiera pareciendo divertida. Fue un reto maravilloso".

En las primeras fases del proceso de desarrollo, Beau Flynn y Tripp Vinson de Contrafilm, entre cuyos anteriores trabajos figuran películas tan exitosas como THE GUARDIAN con Kevin Costner y SALVAJE (THE WILD) de Disney, se incorporaron al proyecto con gran entusiasmo, listos para hacer todo lo que estuviera en su mano para llevar esta ambiciosa e intimista historia a la gran pantalla. Los dos eran amigos de Gregg desde hace tiempo, habiéndole conocido primero como consumado actor, y habían sido también testigos de su talento como floreciente escritor. "Desde hace largo tiempo siempre habíamos pensado que Clark era en el fondo un director y cuando nos trajo ASFIXIA, le dijimos que íbamos a hacer esta película con él", recuerdan Flynn y Vinson. "Creíamos tanto en Clark y en la película que no íbamos hacer otra cosa que tirarla adelante".

Sabían que se iban a presentan impresionantes desafíos a la hora de trasladar al cine el trabajo de Palahniuk, especialmente después de la adaptación casi icónica que David Fincher hizo en EL CLUB DE LA LUCHA, pero las posibilidades que ofrecía el material hacía que mereciera la pena correr esos riesgos. "Creo que le llegó tanto a Clark porque hay un montón de Victor en él. De hecho, hay un montón de Victor en todos nosotros. Una vez que resumes todas esas salvajes experiencias y situaciones cómicas presentes en la novela, se convierte realmente en una historia sobre una madre y un hijo y sobre un hombre que se enamora, y Clark lo entendió así", afirma Flynn.

Más tarde, cuando el guión ya estuvo acabado, Johnathan Dorfman y Temple Fennell de ATO Pictures se incorporaron al equipo y ayudaron a encontrar la financiación necesaria. ATO, que está dirigida por Dorfman, Fennell y el aclamado cantante y letrista Dave Matthews, sólo se embarca en una producción cuando los tres jefes de la compañía se enamoran perdidamente de un guión, que es exactamente lo que les ocurrió con ASFIXIA. "Temple, Dave y yo nos llevamos cada uno el guión a casa y justo al día siguiente nos llamamos por teléfono para decirnos que íbamos a hacer esto", recuerda Dorfman. "Ninguno de nosotros había leído el libro. Nos enfrentamos al guión sin ideas preconcebidas y nos pareció extremadamente bueno".

ATO también estaba deseosa de correr riesgos con un director debutante y un material de tan alto voltaje. "Un montón de películas independientes tratan de arriesgar con el director", ofrece Dorfman. "Nosotros ya habíamos hecho una película con un director novel en EL HIJO DEL MAL, que había resultado bien, y nos gustaba que Clark fuera ya un guionista de cierta fama, que fuera un adulto y no un crío, y que se mostrara tan elocuente y apasionado con respecto al proyecto. Ya desde las primeras etapas tenía una visión muy completa acerca de cómo enfocar el filme, hablando de cómo iba a equilibrar la comedia con la mordacidad y el patetismo".

Dorfman continúa: "Sobre todo, sabíamos que con esta película corríamos el riesgo de imitar o ir a la estela del estilo de David Fincher en EL CLUB DE LA LUCHA y estuvimos encantados cuando Clark nos espetó: ‘No, voy a intentar hacer algo bastante diferente’. La película suponía un curso acelerado muy intenso en realización cinematográfica para él, pero Clark actuó con gran inteligencia y nosotros estuvimos a su lado todo el camino".

Dice Chuck Palahniuk: "Es ya un clásico instantáneo, perfecto. Como EL GRADUADO o HAROLD Y MAUDE (JOVEN CHALADO MILLONARIO SEDUCE A VIEJA CHIFLADA), el trabajo de Clark Gregg es divertido y trágico al mismo tiempo. No podía estar más feliz con esta película".


Los personajes
"En realidad quería encontrar un modo de engañar a Victor para que pensara que podía ser mucho mejor de lo nunca se había imaginado y sintiera el empujón de este legado de bondad. Tiene que reinventarse a sí mismo de acuerdo con lo que otra gente quiere que sea" - Chuck Palahniuk

Cuando llegó el momento de elegir a los actores para ASFIXIA, los realizadores sabían que todo giraba en torno a encontrar intérpretes que pudieran ofrecer el tono adecuado. Les ayudó sobre manera Mary Vernieu cuando ésta se incorporó a ASFIXIA como productora ejecutiva en las primeras fases del proyecto. Vernieu es una directora de casting muy respetada que ha trabajado con directores de personajes tan importantes como Quentin Tarantino, David O. Russell y Darren Aranofsky. A la postre, el casting fue tan exitoso que la película obtuvo el Premio al Mejor Reparto Coral en la edición de este año del Festival de Cine de Sundance.

Lo primero que necesitaba la película era un actor que no sintiera ningún miedo al interpretar el papel del descaradamente imperfecto Victor Mancini. Tenía que estar deseoso de mostrarse excéntrico, neurótico, necesitado, lujurioso, manipulador y desengañado. Al mismo tiempo también tenía que resultar encantador, divertido, desgarradoramente vulnerable y ser capaz no sólo de enamorarse como un loco de forma inesperada sino también de adoptar una visión radicalmente distinta de lo que podría ser en la vida. En otras palabras, tenía que ser un alma diabólica con potencial suficiente para la redención.

Para poder hacer frente a tamaña papeleta, Clark Gregg pensó en inmediato en Sam Rockwell, con quien había trabajado en una obra de teatro hacía muchos años. Rockwell ha recibido críticas muy elogiosas por diversos papeles memorables nada convencionales, desde el desquiciado Chuck Barris del filme de George Clooney, CONFESIONES DE UNA MENTE PELIGROSA, al lunático doble asesino "Wild Bill" Wharton de LA MILLA VERDE, pasando por sus recientes papeles en el thriller de terror EL HIJO DEL MAL, el western revisionista EL ASESINATO DE JESSE JAMES POR EL COBARDE ROBERT FORD y el drama contemporáneo SNOW ANGELS.

"Creo que Sam es una de las pocas personas que trabajan hoy en día en el cine en los Estados Unidos que pueden mezclar el drama más comprometido con la comedia más absurda", dice el director. "Siempre me pareció adecuado para el personaje porque en ASFIXIA se producen muchos cambios de estilo y necesitaba a alguien como Sam; alguien que puede correr riesgos sin que los espectadores duden de su realidad ni un instante. Sabía desde el comienzo que era la persona perfecta para encarnar a Victor".

Gregg continúa: "Y además contábamos con el añadido de su generosidad de espíritu y su compromiso. Nadie trabaja más duro que Sam. Se pasó escuchando la narración del libro en una cinta sin fin, una y otra vez, a lo largo de toda la producción. Luego, cuando veía las tomas al día siguiente de haber sido rodadas me daba cuenta de que sus ‘aportaciones’ incluían a menudo sus frases favoritas de la novela".

Palahniuk también estuvo encantado con su elección. "Tan pronto como me dijeron que iba a ser Sam Rockwell el protagonista me pareció perfecto porque es muy divertido y también muestra una vulnerabilidad fantástica. Ya lo demostró en filmes como LA MILLA VERDE o CONFESIONES DE UNA MENTE PELIGROSA; no podía pensar en alguien que lo pudiera hacer mejor".

A Rockwell le cautivó el guión al instante. "Pensé que no se podía comparar a otros guiones que he leído y que Clark había hecho un gran trabajo a la hora de captar el tono tan específico y atípico de Chuck Palahniuk, el cual es una especie de Ken Kesey encontrándose con John Irving", señala el actor.

Sobre todo, Rockwell no podía resistirse a la idea de intentar encarnar a Victor con todas sus impresionantes debilidades, su incontrolada adicción al sexo y su altamente improbable destino como Mesías en un hospital psiquiátrico privado. Cariñosamente, considera a Victor "un Casanova altamente disfuncional".

Rockwell continúa: "Veía a Victor como una especie de amalgama de todos los antihéroes de las grandes películas. Pensaba en el Jack Nicholson de MI VIDA ES MI VIDA, en el Paul Newman de LA LEYENDA DEL INDOMABLE y el Albert Finney de TOM JONES; e incluso en el John Travolta de FIEBRE DEL SÁBADO NOCHE y el Billy Bob Thornton de BAD SANTA. Es un tipo sencillamente fascinante y resulta casi una especie de Hamlet moderno con todo su complejo de Edipo. Es un gran papel, aunque creo que su historia es la de un hombre intentando de algún modo convertirse en un adulto; y también hay una historia de amor; una historia de amor que se mete sigilosamente en ti".

Para profundizar en su papel, Rockwell confiesa que acudió a varias reuniones reales de un programa de terapia en doce pasos para curar la adicción al sexo. "Al principio, no me podía identificar con ciertas cosas que le pasan a Victor", admite, "así que fui a unas cuantas reuniones de terapia y vi un documental fantástico sobre los adictos al sexo, además de leer el libro de Chuck una y otra vez, y así fue como empecé a encajar todas las piezas. Entre tanto, Clark se mostró muy concreto respecto a lo que quería y me mantuvo en el buen camino dentro de la trayectoria vital que vive el personaje".

Rockwell también tuvo que aprender un raro arte que nunca espero tener que dominar: ahogarte a voluntad propia. Para Rockwell, clave de este inusual requerimiento artístico era la determinación fundamental de Victor. "Creo que es muy interesante lo que hace, esa asfixia", dice. "Al dejarse humillar de esa forma y poner en peligro su vida, babeando y llorando, Victor ofrece a la gente un gran servicio. Saca el héroe de la gente normal, les devuelve la aventura a sus vidas. Y él también saca tajada, porque es un solitario, un descerebrado y se odia a sí mismo, y esa intensa necesidad de ayuda y cuidado se ve así parcialmente satisfecha".

Rockwell usó trozos de sandía en lugar de cosas como el sushi para las escenas de la asfixia, pero aquéllos que estaban en el set de rodaje se quedaron sorprendidos por hasta dónde estaba dispuesto a llegar. "Desde el momento de la primera asfixia fue a por ello", recuerda el productor Johnathan Dorfman de las dramáticas asfixias. "Estábamos todos listos para hacerle las maniobras de Heimlich".

El productor Beau Flynn añade: "Tripp y yo estuvimos a punto de gritar ‘corten’ porque pensábamos que se estaba ahogando de verdad. Sam es un actor tan fantástico y estaba tan entregado a su papel que, como productores, estábamos ahí sentados pensando ‘mi actor protagonista se va morir’. Hay que reconocerle a Sam el mérito de que nos lo creyéramos. Llegó hasta el filo del abismo y podías ver la extenuación en su cara cuando acababa cada una de esas escenas. Pero todos sabíamos que si no parecían absolutamente reales esas escenas, los espectadores se iban a desenganchar del resto de la historia".

Mucho menos exigentes para Rockwell fueron sus escenas con Anjelica Huston en su papel de Ida, la muy complicada y poco sincera madre de Victor. "Anjelica es un monstruo de la escena", comenta Rockwell. "Es fuerte y vulnerable y era la elección perfecta para la película".

Huston, ganadora de un Oscar® por la película EL HONOR DE LOS PRIZZI, ha interpretado varios papeles de madres insólitas en aclamados filmes, como la madre artista y convicta de John Cusack de LOS TIMADORES (por la que fue nominada al Oscar®) o su reciente trabajo como la progenitora (convertida en monja) de Owen Wilson, Adrien Brody y Jason Schwartzman en el largometraje de Wes Anderson, VIAJE A DARJEELING. Pero este papel iba a suponer un giro en el amor maternal.

Chuck Palahniuk describe a Ida como "alguien que ha estado tan preocupada por destrozar todo a su alrededor que nunca ha tenido el poder de crear realmente algo, ni siquiera de crearse a sí misma", – y Clark Gregg sabía que a Huston no le iba a dar ningún miedo explorar eso con honestidad. "Ida puede resultar terrible, pero Anjelica nunca rehuyó esos aspectos de su personaje. Ella es muy valiente y encontró ese gran punto de partida central para Ida: el abrumador amor por su hijo incluso cuando se expresa a través del prisma del daño causado", declara Gregg. "Aportó un tremendo rigor intelectual a todo el proceso y a la postre convirtió a Ida en una de las caras del tema coral poliédrico de la película, la de que los que baqueteados por la vida y los que han sufrido pueden también dar y recibir amor, de un modo que no había previsto del todo".

El interés de Huston vino inicialmente espoleado por su sobrino. "Me había gustado muchísimo la película EL CLUB DE LA LUCHA pero no había leído demasiado a Palahniuk. Mi sobrino vio que tenía el guión de ASFIXIA y dijo ‘Vaya, es una novela fantástica, – ¿vas a hacer esto?’ Y luego leí el guión y lo encontré sumamente extraño y alocado y también muy divertido y entretenido, y cuando lo leí de muevo me gustó mucho más. Y a la tercera vez pensé: Obviamente tengo que hacer esta película".

A pesar de los temas tan procaces y a veces blasfemos que toca el guión, compartía el enfoque de Gregg respecto a plantear la película como una historia de amor. Continúa: "Creo que la historia de ASFIXIA va en gran parte sobre el amor, lo que esperas del amor, la perversión del amor y lo que realmente es el amor. Hay un gran amor entre Victor e Ida aunque no sea claro y sencillo y se muestre a menudo de manera tortuosa y retorcida. Pese a ello, creo que al final Victor va a ser capaz de entender la vida de una forma que no podría haberlo hecho de no haber tenido que lidiar con esa madre demente".

Por esto, Huston también se sintió completamente subyugada por Ida. En tiempos feroz revolucionaria y cuyas facultades para la maternidad dejaban mucho que desear, se encuentra ahora sumergida en una niebla demente de alocadas fantasías. "Ida es una mezcla de alguien muy dura y artera con alguien bastante vulnerable y sensible", señala Huston. "Es un compendio de cosas y eso me gusta. Tenía también una maravillosa oportunidad con este papel de interpretar a un Ida tanto en su juventud como en su madurez".

Lo que le hizo realmente decidirse a Huston fue que sintió de inmediato que podía poner toda su confianza en Clark Gregg, pese a que fuera la primera incursión de éste en la dirección cinematográfica. "Descubrí que Clark era una persona muy sensible, perspicaz e increíblemente segura para ser un director debutante", afirma. "Nos dio la red de seguridad que necesitábamos". Huston estaba también encantada de trabajar con Sam Rockwell. "Sam me recuerda a Humphrey Bogart, pero a un Bogart moderno", dice. "Creo que es un actor muy ingenioso e interesante, dinámico y llenó de energía".

Los problemas de Victor Mancini con las mujeres empiezan ya con su madre, pero ciertamente no se acaban ahí. Aunque las mujeres han sido durante mucho tiempo una fuente de tentación para Victor por no llamarlo obsesión, nunca había pensado que pudiera llegar a enamorarse, en especial de la doctora que atiende a su madre. Y pese a ello, eso es lo que parece pasar cuando conoce a la doctora Paige Marshall, la médico que está dispuesta a hace cuanto esté en su mano ir más allá de la confidencialidad médico-paciente en su intento por salvar a Ida Mancini de su declive total.

Para interpretar a Paige, una vez más, los realizadores necesitaban encontrar a alguien que pudiera moverse por una fina línea entre la diversión y la sinceridad, que pudiera decir mentiras dejando al descubierto un cierto grado de verdad humana – todo de una manera tímidamente sexy. El nombre que salió a relucir para lograr eso fue el de Kelly Macdonald, la actriz escocesa que se dio a conocer en la exitosa comedia realista de Danny Boyle, TRAINSPOTTING y que ha interpretado diversos papeles con gran reconocimiento de la crítica, habiendo recibido recientemente una nominación a los Globos de Oro por su papel como protagonista en LA CHICA DEL CAFÉ, de la HBO, y encarnando a una despierta esposa del Oeste de Texas en la oscarizada adaptación de los hermanos Coen de NO ES PAÍS PARA VIEJOS.

"He sido un gran fan de Kelly desde TRAINSPOTTING", reconoce Gregg. "Cuando estaba próximo ya el inicio de la producción, ella se encontraba en los Estados Unidos con una visa de trabajo para hacer NO ES PAÍS PARA VIEJOS y pensé que era perfecta para el papel. Kelly tiene esa contención volcánica de fuerza silenciosa que un personaje como el de Victor necesita para poder liberarse de su pasado. Su actuación es invisible y la única cosa en torno a la cual gira la película es que los espectadores crean que Paige no se parece a ninguna otra persona de las que pueblan el mundo de Victor".

Para Macdonald, lo que primero le atrajo de la película (y algo que no pudo pasar por alto) fue el humor de la cinta. "Me moría de risa leyendo el guión", recuerda. "Estaba con una amiga mientras lo leía y ella entró en la habitación para preguntarme: ¿qué es eso tan divertido?", porque me estaba oyendo reírme desde la otra habitación. Me gustó de veras el humor y lo estrafalaria que era, y muy especialmente además los sentimientos y la emoción que generaba".

Naturalmente, se sintió intrigada por Paige, la doctora con un oscuro secreto con quien Victor comienza una nada convencional relación. "Paige se parece mucho a Victor en que es duro para ella mostrar sus sentimientos y tiene problemas para intimar, y en muchos sentidos son muy diferentes; por eso lo hermoso de su historia de amor", reflexiona. "Surge de forma totalmente inesperada y ambos se abren al modo de ver las cosas del otro".

Aunque Macdonald estaba encantada de compartir algunas escenas con su ídolo Anjelica Huston, la mayoría de su interacción en la película es un cara a cara con Sam Rockwell, quien reconoce a Macdonald el mérito de haber hecho de Paige un ser completamente incomparable. "Lo que me gustaba de la interpretación de Kelly es que le aportó una inesperada dulzura y calidez a su personaje. Paige está descrita como un mujer muy fuerte y brusca, pero Kelly hizo de ella una persona sencilla y campechana", reconoce.

Otro actor que aportó algo nuevo a su personaje fue Brad William Henke, que ha intervenido en películas independientes tan celebradas como TÚ, YO Y TODOS LOS DEMÁS (YOU AND ME AND EVERYONE WE KNOW) y EN TIERRA DE HOMBRES (NORTH COUNTRY). Pero el papel de Denny – un masturbador crónico e insignificante colono que descubre que la vida puede cambiar por el poder del amor – no se parecía a ningún otro que hubiera encarnado.

Clark Gregg siempre vio el personaje como un gran catalítico. "Denny parece que va a seguir siendo toda su vida esa especie de idiota de pueblo que se masturba a todas horas, el colega de Victor con el que éste pone a prueba sus ideas y testa sus teorías, pero resulta ser todo un pionero, y rápidamente supera a Victor en su desarrollo emocional ayudando además a que Victor progrese".

Continúa: "Siempre supe que quería que Denny fuese una persona grande, una especie de gigante amable que acompaña al mucho más pequeño Victor a todas partes, porque me gustaba esa imagen visual. Pero con Brad también encontré a alguien capaz de crear lazos con Sam y que sabía estar a su altura sin perder comba. Tiene unas sinceridad tremenda y era capaz de captar esa parte buena de Denny".

Johnathan Dorfman comenta: "Creo que Brad se ganó ser el centro de atención robando escenas. Supo expresar algo del personaje que no habíamos visto que estuviera antes en él".

El reparto se completó con otros cuantos excepcionales actores en papeles secundarios, incluyendo al oscarizado Joel Grey (el suegro de Clark Gregg) en el papel de Phil, otro adicto al sexo; Heather Burns como la mujer que contrata a Victor para que la viole; Jonah Bobo como el joven Victor; Viola Harris como Eva, una paciente con demencia; Bijou Phillips como Ursula, la criada que hace de lechera en el pueblo de las colonias; Matt Malloy como el detective que interroga a Victor después de que éste sea arrestado; y Gillian Jacobs como la inesperadamente formal novia de Denny, la stripper Cherry Daiquiri.

"Hay que quitarse el sombreo ante Clark y reconocerle su habilidad para trabajar con actores a los que supo sacar unas interpretaciones tan memorables en sus papeles", confiesa Dorfman. "Creo que todos esos maravillosos y excéntricos personajes son los que hacen la película".

Además, el propio Gregg se reservó un papel como su Alteza Lord Charlie en la villa de la época colonial en la que trabaja Victor, con lo cual se pasó gran parte de la película dirigiendo vestido con un hinchado traje de la época colonial. Gregg admite que "era un poco duro lograr que la gente me tomara en serio cuando me dirigía a ellos en calzas y con una camisa de chorreras".


El diseño de la película
"Incluso la persona más común y corriente podría tener una vida privada, secreta, fantásticamente rica y esa idea me parece realmente divertida" - Chuck Palahniuk

Al verdadero estilo indie, ASFIXIA se rodó en tan sólo veinticinco vertiginosos días, principalmente en el condado de Essex, en Nueva Jersey, un lugar que por casualidad contaba con todos los inusuales elementos que se necesitaban para la historia, incluyendo un hospital psiquiátrico abandonado, una villa de la época colonial bien conservada y un zoo, gran parte de los cuales pudieron ser usados por los productores sin pagar un centavo. Incluso pudieron aprovecharse y emplear a parte del equipo de la serie de la HBO de "Los Soprano", que había dejado ya de rodarse. "Fue cosa del destino", dice el productor Tripp Vinson, "porque no nos podríamos haber permitido crear o siquiera rodar en todas esas localizaciones sin ese golpe de suerte".

A pesar de las limitaciones presupuestarias y las difíciles localizaciones, Clark Gregg les sacó el máximo partido a todos los recursos creativos, especialmente a un equipo artístico encabezado por el director de fotografía Tim Orr y la diseñadora de producción Roshelle Berliner. "Tim y Roshelle hicieron un trabajo fantástico a la hora de crear el exuberante mundo de ASFIXIA con un presupuesto tan ajustado", reconoce Gregg.

Orr fotografió la película en 16 mm, pero pretendió evitar el típico look oscuro y granuloso de una película independiente, optando por un contexto más brillante y más fantástico para Victor y sus amigos. "Tim tiene una sensibilidad que encaja a la perfección con la película", dice Beau Flynn. "Clark no quería hacerla realista, sucia y apagada – quería que la película tuviera una apariencia de energía, colorido y vida; y Tim fue capaz de encontrar precisamente el equilibrio adecuado en su trabajo".

Gregg añade: "Tim fue capaz de iluminar la película de una manera que hizo posible que nos moviéramos entre tonos extremos. En un momento dado es alegre, y se torna más realista y sucia cuando te mueves de la risa a la angustia. Además trabaja increíblemente rápido".

Al mismo tiempo, Roshelle Berliner tenía ocupadas las manos con dos difíciles localizaciones: el Dunsboro colonial, la falsa villa histórica en la que Victor trabaja como siervo y campesino; y St. Anthony’s, el amplio hospital psiquiátrico en el que su madre Ida es tratada con el dinero que él gana asfixiándose en los restaurantes.

Palahniuk señala que originalmente creó el divertidamente intolerante mundo del Dunsboro basándose en las experiencias que algunos de sus amigos habían tenido trabajando en Disneyland – donde los empleados nunca dejan de ser su personaje; creando en respuesta un lugar de trabajo en el que la insubordinación puede ser castigada con un día en el cepo. Para hacer que este parque de atracciones histórico cobrara vida, Berliner tuvo la suerte de contar con el ya cerrado parque de la época colonial de Nueva Jersey que, hasta su cierre en 2006, era un museo viviente repleto de casas coloniales, tiendas y un molino de grano. Los emplazamientos perfectamente conservados de la villa aportaban un toque perfecto de autenticidad a los extraños acontecimientos que se desarrollan allí.

"Roshelle hizo un gran trabajo con las localizaciones de la villa colonial y no sólo logró que pareciera viva y real sino que también le dio esa apariencia casposa que era tan importante", afirma Vinson. "Encontró el tono preciso".

Para el St. Anthony’s Hospital, Berliner también pudo partir de otra extraordinaria base: el ahora abandonado Hospital Psiquiátrico del Condado de Essex en Cedar Grove, Nueva Jersey, que fue construido entre finales del siglo XIX y principios del XX (conocido entonces como el Asilo para Dementes del Condado de Essex) y que se convirtió en una populosa institución mental de 1,4 km2 repleta de edificios victorianos de ladrillo rojo, con su propia central eléctrica, su lavandería y su cine en los años cincuenta y sesenta, antes de que los tratamientos psiquiátricos cambiaran radicalmente con la llega de los medicamentos farmacéuticos. En 2007, con la apertura de un nuevo hospital en sus cercanías, la institución cerró sus puertas definitivamente, estando predestinada a ser demolida para construirse viviendas en sus terrenos.

El lugar resultaba arquitectónicamente sorprendente, amén de aportar una extraña y cáustica sensación de decadencia que se añadía a la intensidad de la atmósfera de la película. Sus pasillos estaban tan llenos de historia que varios miembros del equipo de realización afirmaron haber visto fantasmas. Los antiguos pacientes también habían dejado las paredes cubiertas de murales extrañamente lúcidos y alegres, los cuales habían pintado como terapia, que sirvieron de fuente de inspiración para Berliner, quien encargó varios murales más, algunos relativos a la adoración que suscitaba el inesperadamente mesiánico Victor.

Otro importante escenario resultó ser la extraña casa de piedra que construye Denny, piedra a piedra, en un terreno desocupado con su nueva novia Cherry Daiquiri. "Las piedras se convirtieron en una especie de símbolo del abrumador peso que soportamos, y Denny es el único que ve un modo de buscarle alguna utilidad a esa carga, de convertirla en algo de provecho", dice Gregg. "Lo que intentamos mostrar con la casa que levanta es que nunca pretende determinar cuál va a ser su aspecto. Simplemente le deja que cobre su propia forma".

La forma también estuvo en la mente de la diseñadora de vestuario Catherine George, quien a pesar de tratarse de una comedia contemporánea tuvo que emprender la investigación intensiva propia de una película de época. "El diseño de vestuario para la villa colonial fue especialmente importante", señala Vinson. "Los trajes tenían que ser fiel reflejo de un periódico histórico pero también tenían que transmitir esa sensación de destartalado parque temático. No quisimos abrumar tampoco a los espectadores con un exceso de preciosismo, pero sí que los trajes tuvieran el aspecto adecuado".

También ayudando a que una producción tan trepidante saliera adelante estuvo el productor ejecutivo y productor de campo Mike Ryan. Dice Flynn: "Mike fue la única persona que se acercó a nosotros y nos dijo: ‘Puedo hacer que lo logréis’. Dijo que ‘iba a ser como una batalla y que tendríamos que usar a mucha gente joven pero que podía hacerlo’. Y vaya si lo hizo, y además tremendamente bien".

La atmósfera de ASFIXIA empezó con las imágenes pero se completó con el sonido, incluyendo la partitura del compositor Nathan Larson (antiguo guitarrista de la influyente banda Shudder to Think) – quien colaboró con Clark Gregg a través del teléfono y el correo electrónico desde su estudio privado sin llegar a conocerse ambos en persona. También clave es la banda sonora de estilo indie de la película que cuenta con una canción que fue todo un tanto para los realizadores: el tema "Reckoner", de una de las más aclamada e iconoclasta de nuestros días, Radiohead.

Chuck Palahniuk señala que incluso mientras se encontraba escribiendo la novela escuchaba intencionadamente a Radiohead; y más tarde, de forma independiente, Clark Gregg buscó la inspiración en los sonidos melancólicos de la banda mientras escribía la adaptación de ASFIXIA y sólo posteriormente se enteró de que Palahniuk había escrito la novela mientras escuchaba el clásico "Creep" de la banda. Así que fue un momento excitante cuando, a través de una serie de afortunadas conexiones, los realizadores lograron conseguir el plácet de la banda para usar su tema. "Todos nosotros somos grandes fans de Radiohead y nos llenó de satisfacción que estuvieran en esto", dice Dorfman de Radiohead, "y pudimos construir una bonita banda sonora de estilo indie en torno a su participación".

Cuando Contrafilm y ATO Pictures unieron fuerzas en ASFIXIA con Clark Gregg, los productores declararon de manera ambiciosa que la producción daría comienzo en julio de 2007. Sólo unos pocos meses después, la película ya había sido aceptada en el Festival de Sundance y los realizadores tuvieron que trabajar a brazo partido para lograr terminar la película a tiempo. "Terminamos la película un jueves y al lunes siguiente mostramos la película con una gran respuesta de público", dice Vinson. "Fue bastante alucinante. Era como si no hubiera podido ocurrir otra cosa".

A lo largo de la producción y hasta el final, Palahniuk se mostró como un gran apoyo, pasando tiempo en el set de rodaje y apoyando la cinta con su presencia en Sundance. "Fue un tipo encantador y de lo más simpático y su presencia nos dio mucho ánimo", dice Dorfman.

Para Clark Gregg, tener tanto a su lado a Palahniuk le permitió no olvidar nunca aquello que era su inspiración para la película: su visceral reacción original ante la novela. Gregg concluye: "Creo que todo el mundo en ASFIXIA, desde Denny y Cherry Daiquiri a Ida y sobre todo Victor, son personas que se han sentido heridas pese a tener un montón de amor que dar, y que están intentando encontrar un modo de hacerlo, pero sin duda alguna de maneras nada usuales".