Sobre la producción
Una historia humana sobre el amor familiar, la paternidad, la diferencia y la aceptación, Una Función Inesperada se embarca en la tradición de la divertida comedia road-trip estadounidense para luego dejarla atrás en busca de algo más fresco y conmovedor a través de sus cautivadoras representaciones de la vida de un niño en el espectro autista, de un padre y un hijo en una búsqueda rebelde para hallar una conexión más cercana, y de una familia frágil que aprende a mantenerse unida en medio de una caótica persecución.
Ezra es un niño de 11 años agudo y carismático cuyo diagnóstico de autismo es mucho más importante para sus padres que para él. Claro, siempre dice precisamente lo que está pensando, lo que parece causar estragos casi constantes en la escuela y en otros lugares. Pero también sabe exactamente lo que necesita para sentirse seguro. Mientras tanto, su padre Max, un escritor de comedia reconvertido en cómico de stand-up, se preocupa por todo, incluido el hecho de que Ezra no esté lo suficientemente seguro. Cuando sus ansiedades aumentan, Max hace lo que encuentra natural: complicar aún más la vida. En medio de la noche, Max trepa apresuradamente por la escalera de incendios de su ex y mete a un somnoliento Ezra en el coche hacia paraderos desconocidos. Sin un destino claro, Max lleva a Ezra a una aventura tan hilarante como desastrosa mientras padre e hijo comienzan a aprender a apreciarse mutuamente tal y como son.
El galardonado director (y actor) Tony Goldwyn (A Walk on the Moon, Conviction, la serie de televisión Scandal) da vida a su viaje transformador de forma realista, a menudo divertido, con un elenco de pesos pesados de la actuación liderados por el dos veces ganador del Emmy, Bobby Cannavale, en su papel más emocionalmente expuesto hasta la fecha como Max; y el debutante William Fitzgerald asumiendo el rol de Ezra. Junto a ellos están la leyenda de la pantalla Robert De Niro, como el amoroso pero cerrado abuelo de Ezra, Stan, Rose Byrne, como la ex de Max y la devota madre de Ezra, Jenna, junto con un reparto secundario lleno de estrellas como Vera Farmiga, Rainn Wilson, y Whoopi Goldberg.
Llevando a Ezra a la pantalla
Todo comenzó con un guion del guionista y dramaturgo Tony Spiridakis (Queens Logic) que iba dando vueltas. Padre de un hijo en el espectro autista, Spiridakis había escrito un drama familiar profundamente arraigado a sus propias experiencias, uno que sigue el curso de un padre que descubre cómo dejar de darse cabezazos contra la pared y darse cuenta de que la neurodivergencia de su hijo no es algo que necesite "arreglar" urgentemente, sino algo que puede abrazar.
Tras resistirse durante mucho tiempo a escribir directamente sobre su hijo Spiridakis dio en 2013 una charla TED audazmente personal y popular titulada Comportamiento inapropiado: paternidad y autismo. Ahí Spiridakis admitió abiertamente sentirse desconcertado y desafiado, de maneras tanto hermosas como perturbadoras, por un hijo a quien amaba y admiraba, pero que a veces escapaba a su comprensión. Fue la reacción a esa charla de otras familias como la suya lo que impulsó a Spiridakis a concebir Una Función Inesperada.
"Hice la charla TED realmente para abordar mi propia disfunción", confiesa. "Me di cuenta de que el problema no era de mi hijo en absoluto. Era mío. Pasó mucho tiempo para que esa bombilla se encendiera en mi cabeza, que como padre no se suponía que debía encontrar una solución a esto, que mi hijo simplemente estaba hecho de manera diferente y de una manera maravillosa. Y eso lo cambió todo. Quería compartir esa historia y quería ser real al respecto, hacer que la audiencia viajara con Max a medida que llega al punto en el que se da cuenta de que probablemente nunca dejará de preocuparse por Ezra, pero Ezra va a estar bien, Ezra lo va a sorprender de maneras que nunca imaginó, y encontrarán su camino juntos".
El guion llegó por separado, pero casi simultáneamente, a las manos de dos de los productores independientes más avispados de Estados Unidos, el ganador del premio Emmy, William Horberg, y el nominado al Oscar(r), Jon Kilik, cada uno conocido por virar hacia los trabajos más humanos y artísticamente ambiciosos para cine y televisión.
"Como padre de un hijo de 18 años con autismo, la historia casi hacer caer de la silla", recuerda Horberg. "Era tan honesta y real, y podías sentir que estaba escrita desde dentro por alguien que había vivido esta experiencia y estaba dispuesto a examinarla con sinceridad. Era muy singular en la forma en que evitaba por completo tratar el autismo de forma mágica o "alienante". Me gustó mucho como padre y como productor".
Horberg acababa de asociarse con la empresaria Zhang Xin para crear Closer Media, una productora de cine y televisión destinada a acercar a las personas mostrando historias significativas. Una Función Inesperada era la candidata natural para esa misión. "Mi primera llamada fue a Xin", dice Horberg. "Hablamos sobre cómo este era el tipo de proyecto que más queríamos respaldar como empresa y cuánto podría significar esta historia".
"El guion fue una lectura muy emotiva"- Dice Kilik.- "Siempre me ha atraído cultivar historias que exploran vidas humanas que de otro modo no estarían representadas. También hay una responsabilidad real que viene con eso. Es un reto hacerlo bien. Y teníamos que hacerlo bien, porque sabíamos que muchas familias y niños se iban a sentir identificados con Ezra y Max".
Wayfarer Studios, de Steve Sarowitz, también se sumó con tenacidad y dedicación. "Wayfarer intervino de la noche a la mañana y se unió a nosotros para hacer efectivo la película, pero también nos permitió estar en el asiento del conductor", dice Kilik. "Eran un gran socio con una gran actitud. Les encantó la película y realmente dieron un paso adelante".
El enfoque de Tony Goldwyn
La historia exigía un director capaz de enhebrar una delicada aguja. Alguien capaz de trabajar con sentimientos crudos, pero bueno con el humor improvisado. Alguien abierto a aprender sobre temas complejos de representación, pero capaz de cambiar entre los registros de la comedia, la ansiedad y el amor. Goldwyn tenía todo eso, así como un vínculo intensamente personal con la historia. Amigo cercano de Spiridakis, también es el padrino del hijo de este. Tan pronto como leyó el primer borrador del guion, Goldwyn sintió una atracción irresistible para dirigirlo.
Goldwyn es reconocido como un actor popular de cine, televisión y teatro, a menudo interpretando a villanos inteligentes, más recientemente como presidente Fitzgerald Grant en la exitosa serie Scandal de Shonda Rimes y apareciendo en la mundialmente aclamada Oppenheimer de Christopher Nolan. Pero también es el director de un puñado de películas muy aclamadas, como A Walk on The Moon, The Last Kiss, Someone Like You y Conviction. No dirige a menudo, pero cuando lo hace, solo acepta proyectos que significan tanto para él que no puede rechazarlos.
"Sabía que Tony había querido escribir algo sobre este tema durante muchos años", comenta Goldwyn. "Y siempre me ha encantado la escritura de Tony: en las cosas más oscuras que escribe siempre hay un toque de comedia escandalosa. Así que me alegré de que finalmente lo hubiera logrado. Pero cuando lo leí, me conmovió mucho. Me conmovió la forma en que te lleva al interior de una familia que se esfuerza tanto por hacerlo bien, incluso en momentos en los que se equivocan.".
Kilik de Goldwyn dice: "Entiende a los actores implícitamente y, con esta película, pudo sostener las manos de nuestro elenco en momentos extremadamente delicados y desafiantes. Teníamos un protagonista en William Fitzgerald, que fue un hallazgo increíble, pero nunca antes había estado en un set de filmación ni había hecho algo así. Y Tony, tanto por la persona cariñosa y gentil que es, como por sus astutos instintos cinematográfi cos, fue capaz de sacar lo mejor de William".
Max intrigó especialmente a Goldwyn como un hombre que bajo un barniz de cinismo ruidoso y ácido ingenio revela una capa de cruda vulnerabilidad y los miedos honestos de la paternidad.
"La forma en que la historia reconoce plenamente los defectos y debilidades de Max fue esencial para mi forma de verlo. Profundiza en lo que todos compartimos como padres: todos tenemos nuestros defectos, todos nos preocupamos por nuestros fracasos y todos estamos tratando de encontrar nuestro camino". observa Goldwyn.
Tres generaciones de incomunicación: Max, Ezra y Stan
A medida que Max y Ezra, seguidos por Jenna y Stan, salen a la carretera, la película alterna sin problemas entre la libertad caótica de una road movie y el retrato interior de tres generaciones de hombres que luchan por acercarse unos a otros. Para crear las líneas confusas de comunicación perdida, los cineastas primero tuvieron que forjar una familia realista.
El núcleo del trío era Max, el hombre que lucha por hacer lo correcto por un hijo que elude su ya tenue sentido de control paterno. Max es parlanchín y divertido, pero también impulsivo y propenso a tomar decisiones precipitadas, lo que lleva al viaje en carretera en primer lugar. Pero también está en un punto en el que está listo para intentar cualquier cosa para ser el padre que siempre quiso ser.
"Max rebosa de ilusiones", reflexiona Spiridakis. "Tiene que aceptar muchas cosas como padre, como compañero y como persona en general, pero sobre todo tiene que dejar de luchar contra todo lo que le ocurre.
Cuando empieza la película, no está en un buen momento. Vive con su padre, cobra 50 dólares por noche por actuar en el Comedy Cellar y pende de un hilo. No es hasta este viaje con Ezra cuando empieza a enfrentarse a dónde y quién es. A veces hay que dar un paso atrás y afrontar las cosas con más amor y bondad, incluso para uno mismo, lo que no es fácil para los padres, y eso es gran parte de la historia de Max".
En el papel está Bobby Cannavale. "Siento que la gente todavía no sabe todo lo que Bobby puede hacer y eso fue muy emocionante para mí", dice Goldwyn. "Siempre ha habido una volatilidad maravillosa en su trabajo y una calidad impredecible, pero cuando lo conoces personalmente, sabes que también tiene una profunda sensibilidad, un corazón gigante y una inteligencia aguda".
Cannavale también había estado fascinado durante mucho tiempo por el arte y el oficio de la comedia stand-up. Fue a él a quien se le ocurrió el estilo de comedia característico del protagonista y vio que el humor de Max emergía directamente de la forma autocrítica en que examina su propia vida. El humor es tanto su escondite como su salida para examinar por qué su matrimonio y su sentido de la paternidad se tambalean al borde del abismo. "Originalmente, pensamos que tendríamos a un comediante que escribiera chistes para Max", recuerda Spiridakis, "pero después de hablar con varios comediantes diferentes, Bobby dijo 'esto se siente como un error'. Bobby habló de Max haciendo su propio tipo de autoanálisis primitivo en el escenario, un acto que puede ser emocionante y provocar risas, pero también puede descarrilarse fácilmente.
Spiridakis observa: "Creo que ése es el estado de la paternidad. Intentas reírte de ello mientras estás muerto de miedo. Y en esa mezcla de alegría y miedo es donde Bobby brilló de verdad. Tuvimos mucha suerte con la forma en que Bobby y William se compenetraron, con lo naturalmente divertida y poderosa que era la conexión entre ellos".
El casting de Ezra fue clave en el éxito de la película. Tenía que ser alguien que entendiera exactamente lo que es ser Ezra: preferir que no le toquen, evitar el contacto visual, hablar sin filtro social, amar intensamente las cosas que ama. No había duda de que sólo una persona neurodivergente podía captar realmente la cruda verdad del autismo. Pero los cineastas buscaban igualmente a alguien con el carisma, la concentración y la inteligencia emocional necesarias para dar al papel algo especial.
En el último momento imaginable, William Fitzgerald, un recién llegado de Maplewood, Nueva Jersey, se presentó a la audición. Antes de que leyera una palabra, ya se respiraba emoción en el aire. Los realizadores se dieron cuenta de que, a primera vista, se parecía mucho al hijo de Spiridakis. Las apariencias engañan, pero cuando William leyó con Cannavale, nadie dudó de que habían encontrado a Ezra. "Encontrar a William fue como una intervención divina", reflexiona Kilik.
El hecho de que William nunca hubiera actuado antes no nos preocupó porque era tan correcto, tenía tanto carisma y, sobre todo, entendía realmente lo que estábamos haciendo. Descubrí que la mejor manera de dirigirle era, sobre todo, no interponerse en su camino y dejarle que se las arreglara solo", dice el director.
Tan afortunado como encontrar a Fitzgerald fue descubrir su mutua compenetración con Cannavale y De Niro. "Bobby y Bob ya se conocían, pero en cuanto estaban con William, era como si siempre hubieran sido familia. Los lazos se establecieron al instante", dice Goldwyn.
"Gracias a la aportación de Bob (De Niro), Tony creó una relación mucho más profunda entre los tres hombres, porque por mucho que se quieran, la comunicación emocional les resulta difícil", señala Goldwyn. "Bob siempre nos empujaba hacia los bordes más oscuros. Y luego Bob construyó el personaje de Stan de una forma tan completa en su interpretación que sientes por él a través de muy poca exposición. Puedes sentir el enorme agujero que hay que cerrar entre él y Max".
"Stan cometió muchos errores y ahora teme que su hijo esté a punto de repetirlos", dice Spiridakis. "También tiene ideas bastante anticuadas sobre el autismo, en las que piensa 'por qué querrías decirle a alguien que tu hijo es autista', lo que surge de una mezcla de vergüenza e ignorancia. Pero también es un hombre que nunca ha hablado de nada, y mucho menos de autismo. Bob se esforzó mucho por retratar a Stan con una transparencia que te permite ver sus remordimientos como padre. Hizo de Stan un proyecto de reivindicación muy conmovedor, un hombre que intenta ser mejor persona".
El ancla de la familia es la ex de Max, Jenna, que en medio de su divorcio hace malabarismos con las necesidades de Ezra, el comportamiento errático de Max y su propia relación incipiente con un hombre que Max desprecia. El papel lo interpreta Rose Byrne, que también es la pareja de Cannavale en la vida real, lo que significa que la conexión entre ellos era incandescente, de esa manera que sólo puede venir de la confianza y el afecto de larga duración.
"La interpretación de Rose fue quizá la más difícil de la película", sugiere Goldwyn. "Podría haber hecho de Jenna un papel bidimensional para Max, pero en lugar de eso, creó una mujer rica y real. Tiene tanto corazón y sensibilidad que sientes una gran empatía por lo que Jenna está pasando como alguien que se ha dedicado tanto a Ezra y que todavía quiere lo mejor para Max, incluso si él la está volviendo loca."
En la carretera
A medida que se acercaba el momento de la producción, Horberg y Kilik recurrieron a sus amplios conocimientos para reunir un equipo de primera categoría que apoyara las interpretaciones, que son el corazón palpitante de la película. El tema se convirtió en un gran atractivo. "Todo el mundo llegó al plató con muchas ganas de formar parte de esta película, y comprometiéndose con la importancia de la misma, lo que condujo a una maravillosa unidad en el plató", dice Kilik.
El director de fotografía Daniel Moder, conocido por su trabajo en Secret In Their Eyes y nominado a un Emmy por The Normal Heart, acababa de trabajar con Horberg y Kilik en Flag Day e inmediatamente pensaron en él para la película. Goldwyn y Moder se fijaron en una amplia gama de dramas paterno-filiales y road movies, desde Kramer contra Kramer y Pequeña Miss Sunshine hasta Midnight Run. Pero pronto se decantaron por un estilo visual que surgía orgánicamente de la compenetración entre Max y Ezra, con un toque ligero y desenfadado pero con una cámara tan inquieta e íntima como la historia.
"El objetivo era que cada momento pareciera espontáneo y que hubiera sorpresas. Danny rodó mucho a través de siluetas porque Max carece de claridad. Fue realmente creativo en cada escena, haciendo mucho con la cámara al hombro y manteniendo el mundo real en la película tanto como fuera posible." comenta Goldwyn.
El diseñador de producción Dan Leigh, cuyo innovador trabajo abarca desde ¡Ólvidate de Mi! hasta John Wick, junto con la diseñadora de vestuario Donna Berwick, que colaboró con Spike Lee en Da 5 Bloods, añadieron más toques a este mundo en rápida transformación. "Dan y Donna hicieron que todo pareciera desordenado, reveladoramente personal y completamente vivido", describe Goldwyn.
Una vez terminada la producción, Horberg sugirió que Goldwyn podría hacer buena pareja con la veterana editora de cine independiente y profesora de cine Sabine Hoffman. Mientras trabajaban en la sala de montaje, la película encontró su forma de odisea, un viaje elíptico que nunca es directo, sino que se adentra en las profundidades. Al mismo tiempo, Goldwyn empezó a colaborar con Carlos Raphael Rivera en la lírica y sobria partitura de la película. Rivera, compositor ganador de un Grammy y dos Emmy y conocido por la arrolladora serie de Netflix Gambito De Dama, tomó una nueva vía. "En un principio habíamos pensado en una partitura desenfadada, pero luego vimos que era un error", dice Goldwyn. "Carlos siguió buscando en el pozo hasta que se le ocurrió un hermoso tema para piano y de base clásica que parecía una fuga. Una fuga era perfecta porque eso es lo que está pasando en la cabeza de los personajes".
Inclusión
El equipo se propuso garantizar la inclusión de personas con experiencia personal o familiar cercana con la neurodivergencia en todos los niveles. Los cineastas también contrataron a varios asesores externos, entre ellos, el activista del autismo y actor Alex Plank (The Good Doctor), que dirige WrongPlanet.net, una popular comunidad para personas con síndrome de Asperger y autismo; y Elaine Hall, fundadora de The Miracle Project, un programa de teatro, cine y artes expresivas para personas con autismo.
Mucha gente nos ayudó generosamente a ser lo más reales posible sobre la vida con autismo. Incluso después de tener un primer corte, lo mostramos a gente de la comunidad, incluidos jóvenes, para que nos dieran su opinión sincera. Recuerdo que un chico se me acercó y me dijo: 'esta es mi vida en la película', lo que lo fue todo para mí".
Se incluyó a miembros de la comunidad neurodivergente hasta los momentos finales de la película, ya que la escuela de artes digitales para jóvenes autistas de Los Ángeles, Exceptional Minds, elaboró los créditos finales. "Vimos que teníamos una oportunidad única de implicar a la comunidad autista en el núcleo de esta película, y estoy agradecido de que los productores y todos los implicados pensaran: hagámoslo de verdad", resume Spiridakis.
Al hacerlo, sin dejar de ser sincero y conmovedor, Spiridakis cumplió lo que siempre quiso dar a su hijo y a los demás al escribir Una Función Inesperada. Es una historia que tal vez sacuda un poco emocionalmente a la gente", dice, "pero también lleva la esperanza de que todos podamos ser más conscientes, más cariñosos y más abiertos a la belleza que las diferencias aportan al mundo".
El gran desafío: crear un set accesible para los actores y el equipo neurodivergente
El autismo está mucho más presente a nuestro alrededor de lo que pudiera parecer. De Niro se lanzó a interpretar a Stan en parte porque uno de sus siete hijos también es autista. "Es algo que entiendo en cuanto a tener un hijo en la situación de Ezra. Me gustó todo el sentimiento de la película, las personas involucradas... Tenía todos los sentimientos y el corazón correctos" comenta De Niro en una entrevista.
Los productores, el ganador del premio Emmy William Horberg, padre de un hijo con autismo y el nominado al Oscar© Jon Kilik, tocados también personalmente por el tema, se propusieron garantizar la inclusión de personas con experiencia personal o familiar cercana con la neurodivergencia en todos los niveles, y contrataron también a varios asesores externos, entre ellos, el activista del autismo y actor Alex Plank (The Good Doctor), que dirige WrongPlanet.net, una popular comunidad para personas con síndrome de Asperger y autismo; y Elaine Hall, fundadora de The Miracle Project, un programa de teatro, cine y artes expresivas para personas con autismo.
Al poner en pie UNA FUNCIÓN INESPERADA, sin dejar de ser sincero y conmovedor, Spiridakis cumplió lo que siempre quiso dar a su hijo y al público: “Es una historia que tal vez sacuda un poco emocionalmente a la gente», dice, “pero también lleva la esperanza de que todos podamos ser más conscientes, más cariñosos y más abiertos a la belleza que las diferencias aportan al mundo”.
