Escrita y dirigida por la nominada al Oscar al Mejor Guion Original por 'Vidas Pasadas', Celine Song, producida por David Hinojosa, Christine Vachon, Pamela Koffler y Celine Song y protagonizada por Dakota Johnson, Chris Evans y Pedro Pascal.
Sobre la producción
Hace una década, cuando todavía estaba empezando como dramaturga, Celine Song vivía la típica encrucijada de todo artista en Nueva York: encontrar un trabajo que le diese para vivir, algo más difícil de lo que se imaginaba. No conseguía trabajo de camarera ni como dependienta, pero tras un consejo que le dieron en una fiesta, acabó haciendo realidad los deseos más íntimos de la gente cuando empezó a trabajar como casamentera.
Su película de segundo año de carrera, un análisis lúcido y sensible, pero sobre todo dolorosamente honesto, de las contradicciones del amor y las citas modernas, se inspiró en parte de la reveladora y a menudo frustrante experiencia buscándole a gente su pareja perfecta.
Lucy (Dakota Johnson), la protagonista de MATERIALISTAS, trabaja en una empresa de citas de élite, igual que hizo Song en su día, en la que profesionales adinerados contactan con ella para que les empareje con otros solteros del mismo nivel social. Lo que buscan abre una estremecedora ventana hacia los deseos más oscuros de la gente a la hora de imaginarse sus vidas.
"Siento que en esos seis meses aprendí más sobre la gente que en cualquier otro periodo de mi vida", dice Song.
Cuando los clientes contactaban con Song le contaban sin ningún tapujo las más oscuras expectativas que tenían sobre la persona con la que querían pasar el resto de su vida: sueldos de seis cifras, alturas mínimas de metro ochenta y otros requisitos que revelaban su idiosincrasia más materialista. El jefe de Lucy se lo deja claro desde el principio: se adquiere más intimidad con alguien que te busca pareja que con un terapeuta.
"La película está basada en una verdad que aprendí: que existe una oscura y muy divertida cosificación de las personas a la hora de buscar pareja en la que se trata a la gente como mercancía", dice Song. "Aunque se supone que es en aras de encontrar el amor".
En su trabajo conoció a personas desesperadas por encontrar a la persona que les completase, pero también completamente superficiales con los requisitos que pedían. La idea de pareja se reducía a una transacción comercial.
"Todo giraba en torno a conseguir el mayor valor posible en este mercado, así que yo era una especie de corredora de bolsa", recuerda Song. "Está bien no buscar de primeras a la persona con la que acabar enterrados juntos, pero por la forma que tenían de hablar de su futura pareja parecía que se estaban comprando un coche o una casa. El lenguaje era exactamente el mismo. Todo era muy contradictorio".
Lucy tampoco acaba de comprender esta contradicción, tanto que cuando se pone a buscar al hombre con el que casarse prefiere emplear el frío método que usa trabajando que confiar en su instinto. El hombre perfecto acaba reducido a una lista de requisitos y, sobre todo, a lo que gana. Es ese pragmatismo el que la convierte en una casamentera tan buena.
Cuando se cruza con Harry (Pedro Pascal) en la boda de dos exclientes, sabe que ha encontrado oro, algo único, como un unicornio. Es alto, guapo, elegante y muy muy rico. Todo lo que buscan sus clientes. Pero Harry está más interesado en Lucy.
Este tierno encuentro durante la ostentosa boda se ve interrumpido por John (Chris Evans), un camarero pobre y actor en ciernes, cuya presencia parece romper la cuidadosa fachada que Lucy se ha construido. Es obvio que hay algo de historia entre los dos. Lucy ayuda a sus clientes a encontrar el amor, pero es John el que la ayudó a entender qué era el amor en primer lugar.
La película de Song no es un triángulo amoroso entre dos pretendientes, más bien es una mirada sincera a la complicada experiencia que tenemos todos a la hora de abordar el tema de la pareja definitiva. Es una continuación de la nominada al Óscar Vidas Pasadas que confirman a Song como una atenta observadora de las más profundas e indescriptibles contradicciones y sentimientos de la vida actual.
"Quería hablar sin tapujos sobre lo que es tener citas, sobre el amor", dice Song. "No dar vueltas sobre el tema o crear una ficción escapista".
MATERIALISTAS se convierte por tanto en una aproximación moderna y casi terrorífica de una historia de amor, una que sigilosamente deconstruye el género y rearma a su imagen y semejanza. La mayoría de comedias románticas nos han enseñado a creernos el sentimentalismo prefabricado del amor de la gran ciudad, mientras que series como Sexo en Nueva York han intentado desenmascarar la realidad de las citas. Aunque MATERIALISTAS es probablemente la obra más subversiva de todas ellas por definir claramente una línea entre las dos aproximaciones y dejar en evidencia lo paradójico de la situación.
"La película trata sobre la búsqueda de un amor que perdure en mitad del mercado de las citas", dice Song. "¿Cómo se sobrevive a eso?".
Es el amor en época de Raya -aplicación de citas para ricos-, en la era de la optimización personal. Si esta película está inspirada en la experiencia de Song de hace una década, hoy en día el problema se ha agravado, cuando el amor se busca entre miles de perfiles deslizando a izquierda y derecha. Puede que el matrimonio siempre haya sido una asociación mercantil, pero en la actualidad es mucho más sórdido.
"Las matemáticas, las recetas, no funcionan en el amor, una contradicción que resume el tema central de la historia", dice
Song. "La película trata sobre este imposible, esta misteriosa cosa que llamamos amor". Probablemente lo más espectacular de MATERIALISTAS sea la respuesta de Song a esta incongruencia: aún con sus despiadadas observaciones sobre cómo buscamos el amor, la película se resiste a ser pesimista y se aferra a nuestras creencias más tiernas sobre el amor.
"Como dice el padre de Harry en la boda: 'Es la última religión, el último país, la última ideología en pie'", dice Song, en referencia de una de las primeras escenas de la película. "Todo el mundo piensa algo sobre su vida amorosa. Me parece la conversación más interesante que se puede tener. Si quieres conocer a alguien, pregúntale por su vida amorosa".
Amor moderno
Aunque Song ha buscado hacer una película sincera sobre las citas modernas, sus mayores referencias han sido mucho más tradicionales. "Los romances victorianos han sido mi mayor inspiración", admite. "Están más en sintonía con las realidades prácticas de una pareja y el amor, ya que casi todos ellos hablan de clase social. La fantasía de Orgullo y Prejuicio reside en que el amor de tu vida sea la misma persona que puede resolver tus problemas más prácticos".
Lucy es lo suficientemente sabia como para reconocer esta fantasía por lo que es, aunque sus clientes no puedan. Por eso se le da tan bien su trabajo. "Ella no juzga nada", dice Dakota Johnson sobre su personaje. "Solo quiere hacer bien su trabajo y que la gente se enamore, aunque ella está bastante bloqueada en ese aspecto".
"Lucy admite abiertamente que el amor la desconcierta, pero se le dan muy bien las dinámicas del mundo de las citas", añade Song.
Lucy es una persona que ha acabado protegiéndose con una armadura. "Ha descubierto formas de aparentar ser más valiosa de lo que ella piensa que es", dice Song. "Ella no piensa que valga mucho, pero se presenta ante todo el mundo como su mejor versión posible".
De alguna forma, simplemente está reaccionando a la realidad actual, en la que las citas están cada vez más dominadas por la lógica y la necesidad de autosuperación, "que se suponía que era un concepto budista", comenta Song. "Hemos corporativizado el concepto y eso da miedo. Ahora parece que hay que invertir en tu cuerpo y en tu mente. Tenemos que aumentar lo que valemos para ser suficientes. El amor se ha basado tanto en ese concepto que parece imposible escapar de ello".
MATERIALISTAS va a resonar sobre todo con los solteros y solteras actuales que están hartos de esta visión de la pareja (ideas reforzadas por el cine) además de reducir a las personas a meros datos, algo que acaba con la sensación abstracta del ser.
"Es un tipo de deshumanización que nunca debería existir en tu dormitorio o en una cita, ese tipo de deshumanización con la que tenemos que lidiar en el trabajo y otros entornos. Ahora encima debemos soportarlo en nuestra vida privada", dice Song.
Esa deshumanización es la que motiva un punto de inflexión en la película, cuando la exitosa carrera de Lucy se tambalea cuando dos clientes suyos tienen un incidente.
"La realidad es que siempre aparece algún tipo de violencia cuando hay deshumanización", dice Song. "Siempre ocurre algo al final. Cuando pasas por un proceso intenso de deshumanización y cosificación, eso siempre desencadena en algún tipo de consecuencia real".
La trama de la película navega entre el conflicto de Lucy mientras intenta alejarse de esta dinámica de deshumanización y cuando se da cuenta de que "no eres un objeto, eres una persona", dice Song. "Aunque eso se hace muy complicado de imaginar cuando todo el mundo te trata como un objeto".
Esta corrosiva forma de pensar se hace evidente cuando Lucy y Harry hablan claramente sobre qué se pueden ofrecer el uno al otro, debatiendo el valor de la inversión que haría cada una de las partes.
Lucy no piensa gran cosa sobre su valía, pero "también le ve a él como un objeto", dice Song. "Es a través de los ojos de ella que le vemos a él como una persona de gran valor, algo único, como un unicornio". Él ha sabido jugar bien sus cartas y ha llegado hasta límites insospechables para optimizarse como persona. Aunque esta superficialidad no es algo que la película critique o caricaturice, sino que muestra cómo puede llegar a ser algo completamente razonable para alguien como Lucy.
"Harry aspira a convertirse en su versión más valiosa, algo que comparte con Lucy", dice Song. "Son muy abiertos sobre el valor que ven en sí mismos, aunque también dejan espacio para la mejora. Creo que por eso Harry y Lucy se respetan tanto".
En un momento crucial, Harry le ofrece lo que ella lleva queriendo tanto tiempo: casarse con alguien rico. John, por otro lado, es completamente pobre, firme en su convicción de luchar por conseguir su sueño de ser actor de teatro.
"Tiene 37 años y está algo atascado en la vida", dice Chris Evans. "Vive con compañeros de piso, lleva una vida de universitario y está muy a gusto con ello, o al menos en apariencia. Aunque también está completamente enamorado de Lucy".
En esta forma calculadora de ver las citas "él sería como un billete negativo", dice Song. Pero aún con la forma tan fría que tiene Lucy de abordar las citas, sabe que él le da algo diferente.
Es aún más inexplicable cuando vemos a Lucy, una mujer hecha a sí misma con una armadura de hierro, cruzarse con John por primera vez y vemos como toda esa fachada se derrumba y aparece su parte más genuina. Vemos entonces la conexión que tienen, algo incomprensible para ella.
"No tengo claro qué le atrae a John de Lucy, ni a la inversa", dice Evans. "Creo que es algo magnético, son esa gente que te encuentras en la vida que te sirve de espejo".
El casting
A Song le pareció imprescindible que los tres actores protagonistas pudiesen capturar esa breve sensación de bajar la guardia, de enamorarse de otra persona a pesar de la armadura que se ha construido.
"Un casting es como enamorarse, hay que fiarse del instinto: tienes una primera sensación y luego tienes que confirmar que es cierta", dice Song. La directora nunca crea personajes con alguien en mente: "Los personajes viven en mi imaginario y luego busco al alma gemela que interprete al personaje que he creado".
Ese instinto fue instantáneo cuando conoció a Dakota Johnson. "Cuando la conocí me llamó la atención lo vulnerable que se presenta, aunque también es divertida e ingeniosa. Recuerdo salir de ahí pensando que ella era Lucy", recuerda Song.
Cuando Johnson leyó el guion se enamoró de la complejidad del personaje.
"El papel me atrajo por las muchas capas que tiene", dice Johnson. "Lucy tiene facetas muy diferentes en la película, como si hubiese muchas Lucys. Es una persona distinta con cada persona con la que esta, como una especie de camaleón. Entonces te preguntas quién será ella de verdad, algo muy divertido con lo que jugar".
Johnson reúne esa versatilidad innata que buscaba: alguien con fuerza y frialdad con la habilidad de hacer que se desvanezcan en un instante, dejando ver su humanidad y fragilidad. "Esa persona que cuando la conoces no te la puedes quitar de la cabeza", dice Song.
"Cuando conocí a Dakota hablamos sobre lo vulnerable que te siente cuando buscas pareja y en lo mucho que creemos en nuestro trabajo, en lo universal que es esa sensación".
Para Song el momento fue algo cósmico, comparar la Lucy que había escrito años antes con la persona que tenía sentada delante. "No escribo papeles para ningún actor en particular, pero cuando la conocí sentí que lo había escrito para ella. Es alucinante lo sensible y delicada que Dakota es, además de ser una increíble mujer Alpha".
En otras palabras, Lucy tiene una profunda vulnerabilidad que enmascara con su habilidad de interpretar para un mundo que siempre la está observando. Johnson detectó y comprendió desde el principio está forma de ser.
"Lucy es preciosa, pero puede ser muy vulnerable cuando se refiere a su propia intimidad, a su forma de verse y cosificarse. Creo que Dakota entiende eso por estar siempre bajo el escrutinio público", comenta Song.
El siguiente paso fue buscar a John, alguien que dejase intuir que tiene algo de historia con Lucy y que encaje con ella. "Para su historia lo que buscamos es mucha química", explica Song. "Fueron pareja en la universidad y durante la veintena, cuando él ya perseguía su sueño de ser actor. Ella también probaba suerte como actriz, pero lo acabó dejando. Entonces sus valores cambiaron y ya fue imposible seguir juntos".
Para John buscaron a alguien sensible, pero también algo terco, alguien capaz de seguir por el mismo camino aun si eso implica que sea pobre y se quede atascado.
"Es un personaje con un matiz de hombre de las cavernas; simple en algunos aspectos", dice Song. Mientras a Lucy se le dan de maravilla las citas, John es un desastre, aun teniendo la suficiente intuición para saber dónde se encuentra él.
Al igual que pasó con Johnson, Song salió de su encuentro con Evans convencida de que había encontrado a John. "En esa reunión me cautivó su humildad, su pasión y dedicación al oficio. Hubo algo cautivador en la forma en la que me hablaba del amor, de su trabajo, sus ambiciones, los sitios en los que se sentía seguro y en los que no. Me conmovió mucho y una impresión así te queda para siempre".
Evans se interesó por el proyecto desde un principio. "Quería trabajar con Celine", admite. Vidas Pasadas le impactó mucho y veía en MATERIALISTAS el mismo sello característico de Song.
"La gran habilidad que tiene Celine es coger una escena aparentemente sencilla y darle un trasfondo profundo y complejo", dice Evans. "Hay escenas que hemos visto mil veces en el cine romántico, pero que ella es capaz de hacer que sintamos lo mismo que en la vida real, una sensación especial, personal, relevante, compleja y duradera".
Tras encontrar al John idóneo, Song se puso a buscar a Harry, el otro pretendiente de Lucy. "Llevo conociendo a Pedro un tiempo y tenemos una gran relación. Un día tuvimos una conversación que se puso intensa, hablando del amor, las dificultades que surgen y el reto que supone, y entonces me di cuenta de que estaba hablando con Harry", comenta Song.
El personaje llamó la atención de Pascal y le hizo pensar en todos esos actores icónicos que han interpretado papeles parecidos: "Me vino a la cabeza Harrison Ford en Armas de Mujer, el George Clooney de los últimos 30 años e incluso Carey Grant", recuerda Pascal.
Aunque lo que realmente le llamó la atención de Song es la dulzura innata que emana de Pascal, algo que contrasta con la cuidadosa y galante fachada creada por el personaje.
"Era importante que Harry no diese una impresión de villano ni fuese un personaje esperpéntico", dice Song. "Necesitaba a alguien completamente encantador".
"La razón es que con alguien aparentemente tan perfecto, la gente va a tender a odiarle. La realidad es que Pedro aporta al personaje vulnerabilidad, algo que hace que quedemos completamente embelesados y enamorados de él. Es como una herida abierta".
La última religión
Celine Song ha creado MATERIALISTAS para aquellas personas curiosas por ver el mundo de las citas y el amor por lo que es, lo que viene a ser todo el mundo. Es una premisa que siempre mantiene cuando le habla a alguien.
"Da igual dónde estés, quién seas, la edad que tengas, si digo que me dedico a buscar pareja a otros a la gente se le iluminan los ojos", dice Song. "Es porque las citas y el amor es un misterio para todo el mundo. Lo primero que dicen siempre es, '¡Tienes que ayudarme! Ayúdame a hablar sobre ello, a pensar en ello. ¿Puedes ayudar a mi amigo?".
Sin embargo, así como nuestras actitudes y expectativas (llenas de obstinación y materialismo superficial) en torno al amor están totalmente en desacuerdo con lo que esperamos que el amor sea (ciego, incondicional y para toda la vida), ignoramos esa disonancia y restamos importancia a las ideas que la refuerzan.
Poco después de que Lucy se entere del incidente que le ha ocurrido a un cliente, John se da cuente de su desasosiego. Le dice que no se preocupe. "Solo son citas", le dice. "No es algo tan serio".
A Lucy le molesta que le afecte tanto: "Solo es una chica, ¿verdad?".
"Hay formas en las que hablamos del amor y las citas que parecen completamente inocentes", dice Song. "Tratamos todo el cine romántico como frívolo y banal", dice Song. "No nos parece lo mismo una película bélica o una de época. Así que, ¿por qué nos parece que el cine romántico no es un género serio?".
"Son las obras que nos afectan más profundamente, que hablan sobre verdades y experiencias universales", continúa. "Una cosa que aprendí en el trabajo de celestina es lo mucho que la forma en la que se habla del amor en el cine ha corrompido nuestros cerebros y corazones", dice Song. "Le da forma a lo que piensas sobre ti mismo y lo que se debería esperar de la pareja que tendrás para el resto de tu vida, sobre el tipo de vida íntima que te mereces".
MATERIALISTAS es la forma que tiene Song de retar estos ideales. Al fin y al cabo, el amor sí es nuestra última religión, ¿por qué no debería existir una obra completamente honesta sobre lo que el amor debería ser?
Aunque la película de Song quiera que nos miremos al espejo y dejar en evidencia los clichés del género romántico, nunca reduce el amor a una búsqueda vacía. ¿Cómo puede ser que Song, quién ha tenido acceso de primera mano a los deseos más íntimos y expectaciones en el amor de tanta gente, siga creyendo en él?
"Igual todo se reduce a que sé lo que es", dice ella. "Creo en él porque lo conozco, lo he experimentado. Y aunque el amor que tengo acabe, siempre voy a saber que el amor es posible. Existe, así que ¿cómo podría no creer en él?".
