Tras ‘Las cosas que decimos, las cosas que hacemos’ y ‘Crónica de un amor efímero’ el director Emmanuel Mouret sigue perfeccionando el arte de la comedia romántica en ‘Tres amigas’, candidata al León de oro y una de las grandes revelaciones del pasado Festival de Cine de Venecia.


Entrevista con Emmanuel Mouret
por Anne-Claire Cieutat
P: 'Tres amigas' está impregnada de un nuevo sentido de la tragedia, pero que se entremezcla con notas más ligeras, dulces y suaves.

R: Lo que quería hacer con esta película era construir la historia en torno a un personaje trágico (Joan/India Hair), otras situaciones y personajes que contrarrestaran el estado de ánimo general y los puntos de vista dominantes encarnados por sus dos amigas (Alice/Camille Cottin y Rebecca/Sara Forestier). La dimensión trágica de Joan se arraiga en sus propios sentimientos y dilemas, así como en una concepción del amor basada estrictamente en la honestidad, una virtud que ella antepone a todo. Por mucho que quiera a Víctor, con quien vive, se da cuenta de que, en el fondo de su corazón, ya no está enamorada de él. Al revelarle esta verdad, provoca una ruptura que conduce a una tragedia, ya que Víctor muere en un accidente y Joan se siente culpable de ello. Pero la película no es un mero melodrama. La trama de Joan está conectada con la situación simétricamente invertida de Alice, para quien estar en pareja no tiene que ver con la pasión, que causa sufrimiento, sino más bien con la estabilidad y la seguridad. Todo ello permite un vaivén entre concepciones opuestas, pero también entre diferentes tonos. La tercera amiga, Rebecca, insegura tanto en el amor como en el trabajo y en busca de más estabilidad, ofrece otro punto de vista y un registro aún más caprichoso. Creo que 'Tres amigas' es una comedia dramática, en el sentido de que la tragedia y la comedia se entrelazan constantemente, de principio a fin.

P: Tu escritura tiene una fuerte musicalidad. Reúne diferentes tramas y habla del cambiante clima emocional que hay dentro de cada personaje...

R: El cine en su conjunto me parece musical, en el sentido de que una película es como música que resuena a través del tiempo, jugando con una miríada de contrastes y repeticiones que generan ciertos efectos. Los contrastes pueden provenir de todos lados: del reparto, los escenarios, las atmósferas, los distintos ritmos, etc. El contraste también se puede encontrar en las percepciones de los personajes, la forma en que se relacionan con la sociedad, con sus deseos, así como en sus expectativas, que pueden verse frustradas o cumplidas. Las diferentes historias de la película se hacen eco unas de otras, como si fueran líneas melódicas que generan contrapuntos. Estas tres amigas difieren no solo en sus ideas, sino también en su forma de sentir la vida. Como espectador, me gusta dejarme llevar por los diferentes matices narrativos y pasar de uno a otro. Así es como se estimula el pensamiento, comparando historias entre sí, sopesándolas, por así decirlo.

P: ¿Puedes contarnos algo sobre el origen de los tres personajes masculinos que rodean a estas tres mujeres?

R: Víctor, el compañero de Joan, desaparece, solo para reaparecer como un fantasma. Él es el narrador de la historia. Víctor desarrollará un profundo cariño por los seres vivos que le son queridos. El tono amable que mencionabas tiene mucho que ver con este personaje y con la interpretación de Vincent Macaigne, que aporta a Víctor gran parte de su bondad. Una vez fallecido, Víctor se libera de cualquier tipo de acritud y resentimiento. Su muerte le hace pensar mucho, lo que lleva a confesiones y arroja una nueva luz sobre la historia. De hecho, él mismo: es como si al morir hubiera completado un psicoanálisis, liberándose de su conflictiva relación con el mundo. Esta fantasía fue un gran impulso durante el proceso de escritura: me gustaba la idea de que la persona que nos introducía en la historia ya no estuviera allí.

Thomas (Damien Bonnard) se encuentra en una situación muy cruel. Al ayudar a Joan a "salir adelante" moralmente, se enamora de ella y cae preso de ese amor. Lo que me gustó de este personaje fue la configuración de los elementos que lo acercaban a Joan: él también es profesor, de hecho sustituye a Víctor en el instituto donde solía dar clases, vive en el apartamento justo encima del de Joan, su hija se lleva muy bien con la hija de Joan, etc. Todo le acerca a Joan y, sin embargo...

En cuanto a Eric (Grégoire Ludig), está enamorado de Rebecca, una de las mejores amigas de su pareja, Alice. Me interesó mucho este efecto espejo, en el que cada miembro de una pareja está convencido de que el otro está profundamente enamorado, ¡pero en realidad todos están fingiendo!

P: A diferencia de 'Lady J', no hay sed de venganza entre sus personajes. Al contrario, se revela una cierta magnanimidad en algunos de ellos en momentos cruciales...

R: Me gusta confrontar a mis personajes con dilemas morales, pero no son héroes. Pueden ser poco fiables, egoístas, caprichosos, pueden reaccionar de forma torpe, pero también son capaces de ser reflexivos y tener escrúpulos. ¿Cómo manejan los demás este tipo de situaciones? Quizás esto es lo que buscamos en el cine, al igual que en la ficción escrita. En las narrativas, buscamos respuestas, modelos, formas de comprender nuestras propias dudas. Por eso es importante para mí intentar encontrar una forma de grandeza en mis personajes, por mínima que sea, por grotescos que puedan parecer a veces. Personajes que son a la vez hermosos y un poco ridículos, ¡esa es una combinación que me gusta mucho! Luchan con su propia conciencia, pueden estar un poco perdidos o completamente perdidos, hacer hacen sufrir a otras personas, pero siempre tienen consideración por los demás e intentan hacer lo correcto.

Me gustan los personajes que se equivocan, vuelven a empezar y vuelven a equivocarse. Pensemos en Buster Keaton, que se cae, se levanta y vuelve a caerse. Caída tras caída, sigue adelante sin mirar atrás, sin culpar a nadie. Me gustan los personajes que se pierden en sus sueños, en su obsesión, que pierden el rumbo, pero encuentran otro, y luego otro otro, y así sucesivamente. Siento especial cariño por los personajes que quisieran ser mejores de lo que son, pero no lo consiguen realmente. No del todo, o quizá solo a veces.

'Tres amigas' plantea la pregunta: ¿cómo puedes ser honesto contigo mismo sin herir a los demás? Hay momentos en los que este dilema es simplemente irresoluble, y eso es precisamente lo que atormenta a Joan a lo largo de la película. Es esta esencia de intimidad lo que me interesa. La ausencia de resentimiento donde uno podría esperarlo siempre me conmueve. Es una elección deliberada por mi parte crear personajes que nunca se vuelven unos contra otros.

P: La amistad y el amor van de la mano en tu película...

R: La amistad permite variaciones interesantes y delicadas en las situaciones: implica dilemas morales y de responsabilidad, preguntas sobre cómo dar consejos, un interés exacerbado por los intereses de los demás y, a veces, recurrir a la mentira para no herir a los demás. En esta película, la amistad que une a estas mujeres nunca entra en crisis, aunque sus vidas amorosas están en crisis. Aunque las historias de amor las perturban, los cimientos de su amistad permanecen intactos.

P: Tu historia, coescrita con Carmen Leroi, da un lugar privilegiado a lo irracional. En primer lugar, está la presencia espectral de Víctor y, además, la porosidad del sueño de Alice, que influye en la realidad...

R: Bueno, los sueños también son narrativas que pesan sobre nuestras emociones, y nos pareció interesante jugar con eso. Forma parte de la dimensión de aventura inherente a la película. Me gusta mucho la fantasía y las posibilidades que ofrecen esas incursiones irracionales u oníricas, que no restan profundidad a la película, sino todo lo contrario. Que un excompañero fallecido pueda volver para hablar con la mujer que llora su muerte y consolarla es racionalmente imposible, pero también es hermoso.

P: ¿Cómo estructurasteis la narración, que comienza con un bucle temporal y luego se desarrolla dando la impresión de ser una historia interminable?

R: La historia abarca más de dos años. La voz en off nos introduce en la historia en un momento concreto del tiempo, que abandonamos para volver al pasado, antes de regresar de nuevo al presente. La película se desarrolla alternando marcos temporales condensados y dilatados, con matices radicalmente diferentes. Fue muy complejo y estimulante de escribir.

Estos hilos narrativos entrelazados también requirieron mucha atención en la edición. Con Martial Salomon, el montador de la película, nos divertimos imaginando la película como una especie de miniserie con un solo episodio. Me encantan las historias y quería hacer una película que fuera "hipernarrativa". Y, al mismo tiempo, lo que me gusta del cine, a diferencia de las series, es la dimensión de cuento, con un punto de partida y un final. Amo el cine porque entramos en una historia y, cuando salimos de la sala, podemos volver a ver la película en nuestra cabeza.

P: La música de 'Tres amigas' combina hábilmente los temas originales compuestos por Benjamin Esdraffo con una amplia gama de composiciones clásicas...

R: La música ha sido una parte importante de este proyecto, ya que la película tiene muchas escenas y personajes diferentes. Por lo tanto, era necesario contar con una amplia gama de temas. Con Martial Salomon, intercambiamos muchas ideas sobre nuestras respectivas referencias musicales. Siento un cariño especial por muchos compositores clásicos, algo que quizá hayáis notado en mis películas anteriores. En esta, sin embargo, fue la primera vez que trabajé con Benjamin Esdraffo, que compuso la banda sonora de los momentos clave de la película. Conocer a Benjamin fue una experiencia maravillosa. Conversamos largamente sobre quiénes nos inspiran, navegando de Shostakovich a Howard Shore, pasando por Poulenc, Mozart, Beethoven o Bernard Hermann. Benjamin ha conseguido crear temas que son realmente coherentes con la música que Martial y yo habíamos seleccionado para la película. Ha sido un verdadero placer trabajar juntos.

P: Al igual que los personajes de 'Crónica de un amor efímero', los personajes de 'Tres amigas' van al cine para disfrutar de los clásicos...

R: Todo lo que pones en una película promueve lo que amas. Por eso me gusta mostrar a gente que va al cine. Quería que mis personajes solo fueran a ver películas que se considerarían naturalmente "clásicos". Me gusta esta cita de Jean-Louis Comolli, que fue mi profesor en la escuela de cine Femis de París: "A menudo olvidamos que los espectáculos o las películas que vemos no son solo historias, ficciones, personajes y aventuras, sino que también representan, lo queramos o no, modelos de comportamiento, de cómo relacionarnos y considerar a los demás". Este tipo de pensamiento ha sido fundamental en la manera en cómo doy forma a mis personajes y dirigir mis películas. Al igual que Jean-Louis Comolli, creo que hacer una película también consiste en promover reflexiones que nos importan y que definen la práctica cinematográfica por encima de todo.


Críticas
"Deliciosa película (…) es lo más parecido a un Woody Allen de la época dorada, algo así como un «Hannah y sus hermanas» iluminado por el sol otoñal de Lyon" - Sergi Sánchez: LA RAZÓN.

"Delicada, divertida y andarina" - Luis Martínez: EL MUNDO.

"El reparto consigue encantar en todo momento y mantener la simpatía del público" - THE GUARDIAN.