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Ciudad sin sueño cartel reducidoCiudad sin sueñoDirigida por Guillermo Galoe
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Actores: Antonio Fernández Gabarre, Bilal Sedraoui, Jesús Fernández Silva, Luis Bertolo.


Notas del director
Los personajes de la película se enfrentan a la pérdida de un modo de vivir, al desvanecimiento de un mundo que, pese a haber sido completamente desplazado, mantiene con orgullo y dignidad sus valores, a veces casi de una forma quijotesca. Unos personajes fuera del tiempo, invisibles a ojos de una sociedad ansiosamente capitalista y globalizada, y que sin embargo la miran desde muy cerca, pidiendo compasión y al mismo tiempo poniéndola en cuestión. La película quiere retratar desde lo íntimo a estas personas con nombre y rostro que, o no son representadas en imágenes, o se suelen representar desde la estigmatización. Y lo hace desde los ojos de Toni, cuya mirada todavía conserva la magia de la infancia, un lugar de leyendas y fantasmas, un lugar libre de juicios y donde todo es posible todavía.

La Cañada Real, en Madrid, es el asentamiento ilegal más grande de Europa, que tras décadas creciendo a la sombra de la capital, está en proceso de desalojo. Comunidad estigmatizada como “uno de los mayores mercados de drogas duras de Europa”, desde hace ya cinco años se cortó el suministro eléctrico a gran parte del asentamiento, donde viven miles de familias de población gitana y marroquí sin vistas a tener unas condiciones de vida dignas. Se ha convertido, así, en uno de los asuntos socio-políticos más controvertidos en el contexto europeo, donde El Consejo de Europa ha resuelto contra España por vulneración de derechos fundamentales.


Conversación con Guillermo Galoe
P: ¿Cómo describiría Ciudad Sin Sueño en pocas palabras?

R: La película nace de una imagen: un niño reclama su infancia mientras ve que esta se escapa volando en la noche. Los personajes de la película se enfrentan a la pérdida de un modo de vivir, al desvanecimiento de un mundo que, pese a haber sido completamente desplazado, mantiene con orgullo y dignidad sus valores, sus mitos, a veces casi de una forma quijotesca. Unos personajes fuera del tiempo, invisibles a ojos de una sociedad ansiosamente capitalista y globalizada, y que sin embargo la miran desde muy cerca. La película quiere retratar desde lo íntimo a estas personas con nombre y rostro que, o no son representadas en imágenes, o se suelen representar desde la estigmatización. Y lo hace desde los ojos de Toni, cuya mirada todavía conserva la magia de la infancia, un lugar de leyendas y fantasmas, un lugar libre de juicios y donde todo es posible todavía.

P: ¿Es la continuación de su cortometraje Aunque es de noche?

R: No diría que es una continuación de Aunque es de noche, pero sí el resultado de un proceso vital y cinematográfico, del que el cortometraje es parte también y que ha durado seis años de forma prácticamente continuada. La película es fruto de una relación que establecí a través del cine con una comunidad que está a diez minutos de mi casa: La Cañada Real, en la periferia de Madrid, que tras décadas creciendo completamente al margen de la sociedad, sin importarle a nadie, ahora se enfrenta a la desmantelación y el desalojo.

Cuando sentí que iba a hacer una película allí, y cuando imaginé cómo sería, entendí que para hacerla como estaba imaginán-dome, llevaría bastante tiempo: el tiempo para poder hacer una película junto a la comunidad, no una película sobre la comunidad. Al principio básicamente iba allí, conocía a familias, compartía el tiempo. Luego comencé a hacer unos talleres de cine con niños y adolescentes, incluyendo a veces a sus padres también, en los que hacíamos pequeñas películas con teléfonos móviles.

Siempre dejé claro que tenía la idea de hacer una película, pero no saqué una cámara hasta pasados dos años, cuando sentí que había suficiente confianza para hacerlo y cuando sentí que no sería violento para la comunidad ponerse frente a una cámara. Filmé bastante material, documentando el paso del tiempo, sobre todo desde que, a finales del 2020, fue cortado el suministro eléctrico allí y las familias pasaron a vivir en la oscuridad, a la luz del fuego y de generadores de corriente. Este material me sirvió como notas fílmicas para la elaboración del guión de la película. Mientras tanto, decidí hacer un cortometraje donde empezara a probar los elementos artísticos con los que me interesaba trabajar, y también sirvió para que la comunidad hiciera suyo el hecho de hacer cine. Después de todo esto llegó el largometraje.

Durante todo este tiempo, me pareció bonito que el cine pasó a formar parte de la vida de las familias allí, de una forma cotidiana. Hacer películas se convirtió en algo bastante normal y habitual en La Cañada. Si hay una forma de crear desarraigo, desmantelar y fragmentar una comunidad o una sociedad, es negarle el acceso a la cultura. Además de la luz, los espacios culturales han sido eliminados de La Cañada Real. Y yo creo que el cine, durante todo este tiempo, ha ocupado ese espacio que había sido vaciado.

P: ¿Cómo se le ocurrió la idea de seguir al joven Toni?

R: Recuerdo cuando conocí a Toni: estaba arreglando su bicicleta en la puerta de su casa. Estábamos haciendo unas pruebas de casting para el cortometraje con unos vecinos suyos, que me dijeron que se sentirían cómodos haciéndolas con un amigo, y me llevaron a él.

Cuando se lo propusimos, me sorprendió la naturalidad y la valentía con la que se sumó al plan sin pensárselo dos veces: era un niño ávido de aventuras. Acabó siendo el protagonista del cortometraje y demostró ser un actor natural impresionante. Cuando escribía el largometraje, siempre pensaba en un protagonista anclado todavía rotundamente en la infancia, y el guión estaba impregnado por esa energía. Pero claro, cuando estábamos listos para filmar el largometraje, Toni había crecido. Lo suficiente para tener una energía distinta ala que tenía el guion. Él estaba, además, entrando en la nebulosa de la adolescencia y nos enfrentábamos a varias semanas de rodaje. Fue un momento complejo en el que hubo que valorar muchas cosas, y al final tomé la decisión basándome en los sentimientos. Tenía que ser él: aparte de ser un gran actor que por supuesto sostendría un largometraje, nos habíamos hecho amigos y los dos queríamos hacer la película juntos.

Adaptamos el guión a Toni en el último momento antes de comenzar el rodaje, y creo que es de las mejores decisiones que he tomado nunca. Luego hay algo que me gustó mucho que es la idea de sentir el paso del tiempo a través de las películas, materializado en este caso en el cuerpo y el rostro de los actores. Viendo aquel cortometraje y ahora Ciudad Sin Sueño, siento cómo he crecido junto a Toni y hemos compartido unos años muy importantes en nuestras vidas gracias al cine.

P: Escribiste el guion tú mismo, ¿cuáles fueron las etapas clave en su desarrollo y cómo elegiste a los actores que rodean a Toni? ¿Qué guió tus decisiones de casting?

R: Escribí el guion junto con Víctor Alonso-Berbel, cineasta y amigo. El proceso de escritura fue muy evolutivo y se extendió durante seis años. Cambió en paralelo con mi relación con La Cañada, y también creció conmigo con el paso del tiempo. En un constante juego entre la realidad y la ficción —en el papel y en la vida— comenzamos a escribir desde un lugar de distancia respecto al mundo que estábamos retratando. Esa distancia se fue cerrando gradualmente a medida que conocíamos el territorio más íntimamente.

El guión es completamente ficticio. Pero, por supuesto, lo escribimos basándonos en las personas que conocí durante ese largo período inicial en el que compartía la vida cotidiana allí. Los conflictos que atraviesan los personajes, sus emociones, sus formas de hablar, las cosas que ocurren, la leyenda que cuenta la abuela de Toni... son cosas que vi y escuché allí. Y aunque las transformé libremente para construir un guion de ficción, sucedieron o podrían haber sucedido.

El concepto de Verdad, en general, me genera desconfianza—pero dentro de una película se puede crear una ilusión de realidad muy poderosa. La idea era encontrar, en un lugar tan específico, una perspectiva diferente a la que suele construirse en torno a él. Estamos acostumbrados a ver imágenes de La Cañada y de universos similares que supuestamente muestran la "realidad" del barrio, pero las personas que viven allí no se sienten representadas por esas imágenes—y a veces incluso se sienten dañadas por ellas. Así que, aunque esta sea una película de ficción, está vinculada a un mundo muy real y concreto.

Antes incluso de comenzar los ensayos centrados en el guion, hicimos mucho trabajo preparatorio relacionado con la actuación—juegos, ejercicios físicos. No solo nunca habían hecho nada relacionado con el cine ni contaban con herramientas previas, sino que, en algunos casos, viven en condiciones muy difíciles, trabajando largas jornadas físicas solo para salir adelante. Así que parte del proceso consistía en crear espacios seguros, saludables y relajados, incorporando rutinas como la meditación, la preparación física y emocional.

En cuanto al trabajo con los actores, nadie leyó ni una sola línea del guion. Construimos las escenas a través de ensayos donde establecíamos las reglas del juego—un marco dentro del cual había espacio para reelaborar lo que habíamos escrito. Con cada persona el trabajo fue distinto, adaptado a su personalidad, intentando siempre no alejarnos demasiado de quienes son en la vida real.

En general, funcionó muy bien esa línea bressoniana: no cargar a los actores con pensamientos, sino crear mecanismos y un ritmo en el que pudieran dejar de sentirse observados y trabajar más desde lo físico. También hay material en la película que fue grabado con un teléfono móvil, y ese proceso fue distinto. Toni, Bilal y yo pasábamos días solos en La Cañada, creando escenas—e incluso reescribiendo partes del guión mientras se editaba.

P: Ha vuelto a rodar en la Cañada Real... ¿Cómo se interesó por este lugar? Imagino que hay que hacer un largo trabajo de acercamiento antes de poder introducir una cámara en un entorno así...

R: Comentaba antes cómo fue construyéndose mi relación con La Cañada y cómo conseguimos colocarnos a través de una cámara frente a las personas que viven allí, sin crear dinámicas violentas y de poder. Me había interesado por ese lugar tanto por razones políticas como estéticas. Creo que poner la mirada en lo que sucede en los márgenes tiene el potencial de cuestionar a esta sociedad ansiosamente capitalista, globalizada, que sufre problemas de identidad y pertenencia. Por un lado, hay una tendencia homogeneizante, que elimina la diversidad y los rasgos identitarios, y por otro lado no aprendemos y se siguen perpetuando discriminaciones de clase, raza, género... que hacen sangrar más y más las heridas del mundo. Y si el cine tiene el poder de ver allá donde algunos simplemente están mirando, de captar lo invisible, como arte será capaz de desafiar a la sociedad, y hacerla mejor. Sin querer romantizar lo que sucede en la periferia, sí quería reivindicar en la película ese sentido de comunidad y pertenencia que se reafirma en los entornos más desplazados. En cualquier caso, no creo que sea solo una cuestión entre los márgenes y el centro, creo que el cine puede explorar la complejidad humana en cualquiera de los ámbitos de una sociedad, pero sí me interesa el cine que pone en cuestión y ofrece preguntas más que respuestas.

Y quise retratar todo eso a través de los ojos de Toni, a un paso de convertirse en adulto, pero cuya mirada todavía conserva la magia de la infancia, libre de juicios y donde todo es posible todavía. Una mirada poética a través de la cual nos sumergimos en un universo crudo y complejo, con personajes que bien podrían haber salido de un noir o de un western, interpretados en su totalidad por las personas con nombre y rostro que viven allí, pero retratados desde la piel y la intimidad más que desde las tramas propias del género. Y allí, en el extremo más radical de mi sociedad, encontré en la comunidad de los gitanos de Extremadura muchos lugares comunes con el mundo de mis abuelos, que caminaron las mismas tierras, cazaron con los mismos perros, contaron las mismas leyendas.

P: ¿Tomó decisiones particulares como director? ¿Tenía un método de trabajo específico relacionado con el tema?

R: Me interesaba la idea de dar valor a lo que se desvanece a través de la belleza y la magia que cualquier realidad puede tener. Y lo que es inherente al cine es precisamente su capacidad para la magia y el asombro –como la mirada de un niño. La película, como Toni, clama libertad, vibra como su mirada. Hasta tal punto que incorpora su propio gesto fílmico: Toni se filma a sí mismo y lo que lo rodea con un teléfono móvil. Hace unas imágenes libres, extremas como su entorno, y los colores estallan en la pantalla inspirados en los cuentos y leyendas que escucha en su casa en boca de sus abuelas: quería darle importancia a la palabra, al relato, y en el trabajo con los actores hicimos énfasis en conservar su forma de hablar, con todos sus matices y peculiaridades.

A nivel estético, quisimos que hubiera espacio para encontrar imágenes nuevas, libres, y espacio para el misterio, sin alejarnos de los personajes ni poniéndonos por delante de ellos. Mi método de trabajo es bastante intuitivo, me pide libertad, y está muy vinculado al mundo real que está frente a mis sentidos y a mi interacción con él. Creo que mis películas hasta ahora son el resultado de una exploración por el mundo que, como todo buen viaje, se convierte en introspección: una forma de encontrarme a mí mismo en el Otro, y viceversa. Y, por otra parte, me pregunto cómo construir imágenes nuevas, me pregunto cómo es el futuro de las imágenes y cómo hacer avanzar el cine.

P: ¿Ha encontrado dificultades particulares durante el rodaje? ¿Tiene alguna anécdota que contar?

R: Si el estado natural de las películas es que no se hagan, esta película era imposible de ser producida por muchos motivos, como decía antes. Hemos encontrado enormes dificultades para producirla, pero prefiero quedarme con lo que hemos conseguido. Sin duda ha sido un renacer para mí como cineasta y como persona.

P: ¿Qué espera de esta selección para la Competición de la Semana de la Crítica? ¿Es Cannes un buen marco para una película?

R: Ciudad Sin Sueño es el resultado de seis años haciendo cine junto a una comunidad que está en los márgenes más extremos de la sociedad, y presentar la película en el Festival de Cannes, el centro del cine mundial, nos hace sentir muy satisfechos. Presenté mis anteriores cortometrajes en la Sección Oficial a Competición y en la Quincena de Cineastas, y lo que les ha sucedido a esos trabajos después ha sido muy bueno. Y ahora estoy muy contento de presentar mi primer largometraje en La Semaine de la Critique. La Semaine es una sección que ha marcado el comienzo de grandes cineastas y es un lugar único donde desde el momento de la selección siento que se cuida mucho a las películas, a los cineastas y a los equipos. Es un espacio perfecto en Cannes para que la voz de esta película florezca.


FESTIVALES Y PREMIOS
Festival de Cannes 2025 – Ganadora del Premio a Mejor Guion en la Semana de la Crítica de Cannes 2025
Festival Internacional de Cine de Bruselas 2025 – Mención Especial del Jurado
Festival Internacional de Cine de Munich 2025
Festival de San Sebastián 2025 – Perlak


CRÍTICA
«‘Ciudad sin sueño’: la Cañada Real grita orgullosa y se muestra en el festival de Cannes» - Gregorio Belinchón, EL PAÍS.

«Guillermo Galoe derriba la frontera entre ficción y documental con una película que mira a la comunidad del asentamiento madrileño sin condescendencia ni miserabilismo» - Javier Zurro, ELDIARIO.

«Galoe compone un western realista, vibrante y nuevo que navega entre la ficción y la fabulación, entre lo que se cuenta y lo que nos cuenta» - Luis Martínez, EL MUNDO.

«Guillermo Galoe dignifica la resistencia de la Cañada Real en la fantástica ‘Ciudad sin sueño'» - Pepa Blanes, LA SER.

«Está llamada a cosechar premios por doquier, al ensanchar las fronteras del llamado cine social» - Philipp Engel, CINE CON Ñ.

«Hermosa y poderosa» - LE MONDE.

«Un prometedor debut» - VARIETY.

«Política y poesía se fusionan con un efecto memorable. Vibrante, melancólica e inmersiva» - SCREENDAILY.