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La dalia negra cartel reducidoLa dalia negra(The Black Dahlia)
Dirigida por Brian De Palma
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El narrador cinematográfico Brian De Palma (Los intocables de Elliot Ness, El precio del poder, Atrapado por su pasado, Carrie, Vestida para matar, Impacto), dirige esta adaptación de la conocida novela negra de James Ellroy (autor de L.A. Confidential).

Encabezan el reparto Josh Hartnett (Hollywood: Departamento de Homicidios), Aaron Eckhart (En compañía de hombres, Erin Brockovich), Scarlett Johansson (Lost in translation, La joven de la perla) y la dos veces galardonada con el Oscar Hilary Swank (Million Dollar Baby, Boys don't cry).

Detrás de las cámaras De Palma tiene el apoyo del compositor Mark Isham (Crash), el montador Bill Pankow (Atrapado por su pasado), el diseñador de producción Dante Ferretti (Cold Mountain) y el director de fotografía Vilmos Zsigmond (El cazador). Los productores de La Dalia Negra son Art Linson (El club de la lucha), Avi Lerner (The Wicker Man), Moshe Diamant (Tristán + Isolda) y Rudy Cohen (El despertar).

Sobre la producción
Elizabeth "Betty" Short nació el 29 de julio de 1924 en Hyde Park (Massachussets). Al igual que muchas otras aspirantes a actriz en la época dorada de la posguerra, perseguía un sueño: triunfar en Hollywood. A los 19 años se dirigió a Los Angeles (California), pasando antes por la casa de su padre en Santa Bárbara.

Su historia en la ciudad se parece a la de muchas otras ingenuas jóvenes. Se presentó a varias pruebas, vivió durante un tiempo en los apartamentos Chancellor Arms y se dice que frecuentaba clubes nocturnos como el Pig & Whistle en Hollywood Boulevard, el Café Formosa en Santa Monica Boulevard y el Hotel Biltmore en Grand Avenue. Fue en este mismo hotel donde, el 9 de enero de 1947, Betty supuestamente había quedado con un amigo. Fue la última vez que se la vio con vida.

Debido a su pelo negro, la costumbre de vestirse de negro, llevar una flor prendida del pelo y al estreno en 1946 de la película La dalia azul – protagonizada por Alan Ladd y Verónica Lake – adquirió el apodo de La dalia negra que la perseguiría incluso después de su muerte. Su truculenta historia fascinaba a la gente porque parecía algo sacado directamente de una novela de Raymond Chandler o Dashiell Hammett. Y la verdad es que la mayoría de las personas que se vieron implicadas en el caso llegaron a obsesionarse con salvar o destrozar la reputación de la Dalia.

El espeluznante asesinato de la joven cautivó a Hollywood y al país entero en 1947. La capital del entretenimiento estaba llena de mafiosos, corruptos ejecutivos de del mundo del cine, policías comprados y gente muy dispuesta a aprovecharse de una joven...y de los jugosos detalles de su muerte. Durante meses, tanto el L.A. Examiner, el Los Angeles Times como cualquier periodicucho llenaron sus portadas de titulares acerca de Betty, desde "¿Quién mató a Betty Short?" a "Bolso y zapatos negros: La Dalia arrasa". Su historia se convertiría en una leyenda de Hollywood y llenaría la imaginación de un chico para toda su vida.

Betty entró en la mente del novelista James Ellroy cuando aún era niño. Tenía solo 11 años cuando su padre le regaló la antología de crímenes titulada The Badge y le fascinó el resumen de Jack Webb sobre la malograda Elizabeth Short. Su madre – Joan Hilliker – había sido estrangulada pocos meses antes en un brutal ataque aún sin resolver y la incapacidad de Ellroy de llorar su muerte se convirtió en una obsesión con la Dalia.

Al igual que muchos otros antes y después, seguiría la historia de este icono de Hollywood durante largos años. Recuerda que iba a la Biblioteca Central, donde vería el microfilme sobre el caso, y se hartaría de una ciudad de Los Angeles ya desaparecida: "Viajaba en el tiempo de 1959 a 1947" explica el autor. "Convertía la actual Los Angeles en la de entonces. Empecé a vivir en una ciudad dual en la que he permanecido desde entonces".

De hecho, Ellroy no escribiría La dalia negra - su séptima novela y la primera de su cuarteto sobre Los Angeles - hasta 1987, tras acumular experiencia con obras como Réquiem por Brown, Sangre en la luna y La colina de los suicidas. El autor señala que tenía que prepararse para la vida en Los Angeles de 1947.

Para Ellroy, la Dalia no descansaría al terminar el libro. Escribió a continuación la novela Mis rincones oscuros, una memoria del asesinato de su madre en 1958. "Tuve que emprender un viaje muy largo con Elizabeth Short antes de que pudiera llegar a escribir sobre mi madre", explica el autor. "Elizabeth Short siempre fue la sustituta en la ficción de mi madre. Y mi madre y ella metamorfosearon. Fue una mezcla muy potente. Durante mucho parte del tiempo fueron en mi mente una sola persona".

El guionista Josh Friedman recibió de los productores Rudy Cohen y Moshe Diamant el encargo de adaptar las más de 300 páginas de la novela de Ellroy para el director David Fincher, que en 1997 iba a dirigir el proyecto inicial. Director y guionista trabajaron juntos durante varios años, alternando con otros proyectos.

Al final Fincher abandonó y, según Friedman, "Brian De Palma entró y fue como una locomotora. A instancia de Brian y Art Linson (productor), efectuamos unos cambios significativos en el guión y se puede decir que estábamos preparados para comenzar".

Con respecto a la novela original, el guionista afirma que no la ve como una novela de género sino de ficción histórica: "Me encantó la forma de contarla de su autor porque tiene un talento único para entrelazar historias distintas. Seguí su estructura y me mantuve fiel a la actitud de sus personajes".

"James crea un mundo negro y su forma de contar las historias es muy compleja", constata el director Brian De Palma. "Tiene un lenguaje muy rico y Josh supo calcular muy bien lo que se podía o no hacer con la obra. Vivió y respiró el material oscuro y complejo de Ellroy durante una década y nunca optó por el camino fácil. Y después Art y yo trabajamos con él durante casi un año para llegar al guión que buscábamos".

De Palma reconoce que no sólo quería contar la historia de la Dalia sino también explorar el mundo de Los Angeles de 1947, el mundo de esos personajes profundamente afectados por el crimen. Le gusto especialmente la interpretación de Friedman del triángulo entre Bucky, Lee y Kay: "Hay una historia entre Bucky y Lee que arranca con los disturbios conocidos como los Zoot Suit Riots y que culmina cuando Bucky amaña un combate de boxeo con el fin de conseguir dinero para ingresar a su padre en una residencia".

Conocido por sus giros y golpes inesperados en la trama, a De Palma también le gustó el hecho de que todos los personajes mintieran: "En cualquier escena dramática donde crees que alguien revela algo, es muy probable que confiesen exactamente lo contrario de lo que dijeron antes. Todos están comprometidos y vemos cómo Bucky desciende a un infierno del que no consigue escapar".

Con un guión aceptable y financiación de la venta de los derechos en el extranjero, el director y los productores empezaron a buscar un socio en el mercado estadounidense. Tras una reunión con Marc Shmuger, entonces vicepresidente y actualmente presidente de Universal Pictures, llegaron a un acuerdo sobre los derechos domésticos.

En opinión del productor Art Linson, "las películas ‘oscuras’ son tradicionalmente difíciles de hacer en Hollywood. Lo que distinguió ésta de un asesinato tradicional es el efecto que tuvo en todos los implicados. No es sólo un filme sobre quién lo hizo sino que trata además de la obsesión y el impacto que tuvo en los detectives y en las mujeres relacionadas con ellos. Hay pocos directores que entiendan lo que es el cine negro, pero Brian lo domina completamente y tiene el gran estilo visual que Dalia necesitaba".