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La noche de los girasoles cartel reducidoLa noche de los girasolesDirigida por Jorge Sánchez-Cabezudo
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La película también es conocida como Angosto.

Jorge Sánchez-Cabezudo (guionista y director)
Historial profesional
Guionista y director junto con Eduardo Grojo del cortometraje en 35 mm La gotera (1996), protagonizado por Dominique Pinon (Delicatessen), y subvencionado por el Ministerio de Cultura (mayo de 1995?septiembre de 1996). Nominado al Mejor Cortometraje de Ficción en los XI Premios Goya (1997), ha participado en la Sección Oficial de más de treinta festivales nacionales e internacionales durante el año 1997 (Sitges, Hamptons -Nueva York-, Tampere, Toronto, Londres, Comicità -Roma-, Ginebra, Kélibia -Túnez-, Alcalá de Henares, etc.) donde ha cosechado cinco importantes premios.

Guionista, director e intérprete del cortometraje en 35 mm Mustek (1996), subvencionado por el Ministerio de Cultura (mayo de 1995 - septiembre de 1996). Al igual que el anterior, ha sido seleccionado en varios festivales nacionales e internacionales entre 1997 y 1998 (Charleston, Houston, Madrid, etc.) donde ha recibido cuatro premios.

Autor del guión de largometraje Relojes, al que le fue concedida la ayuda para el desarrollo de guiones del Ministerio de Cultura (1997-1998).

Colaboración en el guión del largometraje Código natural, dirigido por Vicente Pérez (1999).

Dialoguista de la serie de Boca Boca para Telecinco Al salir de clase (2000?2001).

Autor del guión, Angosto (título inicial de la película) es su primer largometraje como director.

Historias cruzadas
ANGOSTO es la ópera prima como guionista y realizador de largometraje de Jorge Sánchez-Cabezudo. Después de la realización de dos cortometrajes, La gotera y Mustek, abordados con la lógica vocación de experimentación visual y técnica, ANGOSTO nace de la necesidad de afrontar un primer gran reto narrativo.

El guión plantea seis historias vertebradas por una trama de continuidad. Se trata de aunar el principio de historias cruzadas con el desarrollo de una trama que podría calificarse de cine negro en entorno rural o de relato sacado de la crónica de sucesos. Cada nueva historia plantea el punto de vista de un personaje diferente, sumándose sucesivamente cada uno a la narración. Así, los protagonistas de una historia se convierten en secundarios de la siguiente sin perder por ello la intensidad del relato ya que las historias no resultan divergentes de las demás, sino que se acumulan y complementan las anteriores hasta llegar a la conclusión, que sirve también para cerrar cada una de las partes.

Esta estructura permite, por un lado, potenciar la intriga, y por otro, dosificar la información y que se mantengan algunas incógnitas mientras avanza la trama. La violencia se aborda desde un punto de vista poco habitual. Es la violencia que surge del instinto humano más primitivo, mostrada en toda su crudeza y absoluto sinsentido, que lejos de justificarse como venganza o castigo al culpable (cosa que deja muy tranquilos a los espectadores acostumbrados a consumirla como espectáculo), resulta una bofetada presentada como lo que es: un hecho absurdo, irracional, cruel, angustioso y trágico.

Los protagonistas de ANGOSTO son personajes cotidianos enfrentados a situaciones extremas a los que se les plantean disyuntivas entre sus principios morales y sus condicionantes emocionales y afectivos. También es la historia de cómo las vidas de los demás determinan las nuestras y de cómo nuestra vida podría ser cualquier otra.

Notas del director
La noche de los girasoles es una película de cine negro en un entorno rural de montaña pero también es una película de personajes. Mitad thriller, mitad drama, cuenta la peripecia de ocho personajes principales en torno a un hecho dramático que se irá complicando a lo largo de la historia y que irá implicándoles sucesivamente a cada uno de ellos. Se ha querido dar tanto peso a la trama de suspense que recorre toda la película de principio a fin, como a desarrollar los personajes para poder entender sus reacciones ante las disyuntivas que va planteando la historia.

La película está estructurada en seis capítulos: “El hombre del motel”, “Los espeleólogos”, “El hombre del camino”, “La autoridad competente”, “Amós el loco” y “El Caimán”. Las seis partes están recorridas por una trama de suspense que se resuelve en la última historia cerrando a su vez cada una de ellas. Cada parte adopta el punto de vista de uno o varios personajes principales que pasan a ser secundarios en las demás historias. Esto permite seguir sus recorridos personales hasta que tropiezan con la trama principal permitiéndonos entender mejor de dónde vienen y por qué hacen lo que hacen. No podría hablarse entonces de película de un protagonista y varios secundarios, ni siquiera de película coral, es más bien una historia en la que se suceden los protagonistas que se van pasando el relevo de una historia a otra. Sus decisiones y reacciones harán que la película vaya tomando rumbos tan inesperados como inevitables.

Son personajes corrientes enfrentados a situaciones extremas, y quizá uno de los grandes objetivos de la película sea precisamente el de plantear cómo esa gente corriente puede llegar a provocar una situación tan complicada y dramática; cuáles son las circunstancias, y los mecanismos psicológicos, personales y emocionales que les llevan a hacer lo que hacen y sobre todo a justificarse en sus acciones para seguir viviendo. No es una película de buenos y malos, es una película de personajes muy humanos, con sus virtudes y sus miserias; y cómo algunos, creyéndose portadores de las mejores virtudes, pueden llegar a justificar el comportamiento más miserable. No se trata de justificarlos, pero tampoco de juzgarlos; no es una película moralista pero sí trata de describir una cierta atmósfera moral, un cierto estado de las cosas. No pretende dar respuestas, ni lecciones de moral, pero sí quizá hacernos reflexionar un poco.

La película también aborda el tema de la violencia, una violencia que surge del instinto más primitivo o causada por la incapacidad de comunicación y de asunción de puntos de vista ajenos al propio; una violencia mostrada de forma cruda como un hecho absurdo y sin sentido, que lejos de justificarse como venganza, o de resultar un espectáculo gratificante para el espectador, se convierte en un acontecimiento desagradable y dramático en sus consecuencias ya que marca irreversiblemente la vida de todos los personajes.

Pero la película también habla de la soledad, de la incomunicación del abandono y de la infelicidad que provoca desear una vida diferente a la propia. Habla de la lenta agonía del mundo rural, de nuestra indiferencia ante ello y de las falsas esperanzas en la economía del ocio y el turismo para conservarlo pero que no podrán impedir la irremediable pérdida de esa forma vida.

Jorge Sánchez-Cabezudo