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Destacado: Llega a las salas de cine 'Cazafantasmas: Imperio helado'
Y tu que sabes! cartel reducidoY tu que sabes!(What the bleep do we know)
Dirigida por Mark Vicente
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Ficha artística
Marlee Matlin - Amanda
Elaine Hendrix - Jennifer
John Ross Bowie - Elliot
Robert Bailey Jr - Reggie
Barry Newman - Frank

El concepto
¿Quiénes somos?,¿De dónde venimos? ¿Qué debemos hacer? ¿Adónde vamos? ¿Por qué estamos aquí?¿Qué es la realidad? Estas son preguntas que plantean cómo percibimos el mundo, si existe diferencia entre cómo percibimos al mundo y cómo es realmente. Cada época, cada generación, tiene sus ideas preconcebidas: que el mundo es plano, que es redondo…

Hay cientos de suposiciones veladas, cosas que damos por hecho y que pueden o no ser verdad. Casi siempre, la historia revela que esas cosas son falsas. Si nos guiamos por la historia, mucho de lo que asumimos sobre el mundo, simplemente es falso.

El cerebro procesa 400 mil millones de bits de información por segundo, aunque sólo estamos conscientes de 2 mil. Esos 2 mil bits de información sólo se refieren al medio ambiente, a nuestro cuerpo y al tiempo. Vivimos en un mundo en el que sólo vemos la punta del iceberg.

Se ha visto en experimentos científicos que si se examina el cerebro de una persona mediante tomografías o técnicas computadas y se le pide que mire un objeto, al mirarlo se iluminan ciertas áreas del cerebro. Luego se le pide que cierre los ojos y que imagine el mismo objeto. Cuando lo imagina, se iluminan las mismas áreas del cerebro, como si lo estuviera viendo realmente. Esto hizo que los científicos se preguntaran: "¿Quién ve?"

Copiamos patrones que ya tenemos dentro debido al condicionamiento. Una magnífica historia, es que cuando llegaron las naves de Colón a las islas del Caribe, los indios americanos no pudieron verlas, pues nunca habían visto nada parecido. No podían verlas.

Cuando la flota de Colón apareció en el Caribe, ningún nativo podía ver las naves. Aunque estaban en el horizonte. No las veían porque su cerebro no tenía el conocimiento ni la experiencia de lo que era una carabela.

Sin embargo un chaman empezó a notar que se forman ondas en el mar, pero no veía ningún barco, y se preguntó cuál era la causa de ese efecto. Todos los días miraba y observaba. Hasta que un día, consiguió ver las naves. Y cuando las vío, les dijo a todos que allí había naves. Y como todos le creían y confiaban en él, también vieron las naves.

Siempre percibimos las cosas una vez las refleja el espejo de la memoria. Así que aún estamos limitados por lo que llega al cerebro humano, que nos deja ver y percibir lo que hacemos.

Los científicos siempre han considerado la materia como la máxima expresión de lo que es estático y predecible. De todo el espacio que hay dentro de los átomos y moléculas, las partículas son una mínima parte del volumen de ese átomo o molécula. Las partículas fundamentales. El resto es vacío.

Parece ser que las partículas aparecen y desaparecen todo el tiempo. ¿Adónde van cuando no están aquí?

Más bien hay que reconocer que incluso el mundo material que nos rodea, las sillas, mesas, cuartos, alfombras, hasta la cámara, no son más que movimientos posibles de la conciencia. Y yo elijo en cada momento uno de esos movimientos para que mi experiencia real se manifieste.

La física cuántica lo dice muy claramente.

Según Heisenberg, codescubridor de la física cuántica, los átomos no son cosas; sólo son tendencias. La física cuántica sólo calcula posibilidades. Pero si aceptamos esto, en seguida nos preguntamos: ¿Quién o qué elige de estas posibilidades aquella que será la experiencia misma?

Cuando piensas en las cosas, haces que la realidad sea más concreta de lo que es. Por eso nos atoramos. Nos atascamos en la misma realidad de siempre. Pues si la realidad es concreta, es obvio que yo soy insignificante; en verdad no puedo cambiarla.

Pero si la realidad es una posibilidad de la mente, de la conciencia misma, enseguida surge la pregunta, ¿cómo puedo cambiarla?¿Cómo la puedo mejorar?¿Cómo la hago más feliz?

¿Ves cómo expandimos nuestra propia imagen? Según el pensar viejo, no puedo cambiar nada, pues no cuento para nada. La realidad ya existe. Son objetos materiales con su propio rumbo regidos por leyes deterministas.

Y las matemáticas determinan lo que harán en una situación dada. Yo, la experiencia, no cuento en absoluto. En la nueva visión las matemáticas nos brindan las posibilidades que pueden asumir todos estos movimientos.

Cuando el cerebro dispara sus pensamientos, el panorama se parece a una nube de tormenta. El cerebro parece una tormenta cuando formula un pensamiento. Nadie ha visto nunca el pensamiento. Lo que ve la neurofísica es una tormenta que arrecia en distintos cuadrantes del cerebro. El cerebro está hecho de pequeñas células nerviosas llamadas neuronas. Las neuronas tienen pequeñas ramas que se estiran y conectan con otras neuronas para formar una red neuronal.

En cada lugar donde se conectan se incuba un pensamiento o un recuerdo. El cerebro construye sus conceptos mediante la Ley de Memoria Asociativa.

Las ideas, pensamientos y sentimientos se construyen e interconectan en esta red neuronal. El concepto y el sentimiento del amor, por ejemplo, se almacena en esta gran red neuronal.

Pero construimos el concepto del amor a partir de muchas ideas diferentes. Algunas personas conectan el amor con la decepción. Cuando piensan en el amor, experimentan el recuerdo del dolor, la pena, el enojo e incluso la ira. La ira puede estar ligada al dolor, que puede estar ligado a una persona concreta, que a su vez se conecta con el amor.

Construimos modelos de cómo vemos al mundo fuera de nosotros. Y cuanta más información tenemos, más refinamos nuestro modelo según corresponda.

Lo que hacemos es contarnos una historia de lo que es el mundo exterior. La información que procesamos, los datos que tomamos del entorno siempre están coloreados por las experiencias que hemos tenido, y por nuestra respuesta emocional ante los mismos.

¿Quién está al mando cuando controlamos nuestras emociones o respondemos a ellas?

Sabemos fisiológicamente que las células nerviosas que se disparan entre sí se conectan entre sí. Si algo se practica repetidamente, las células nerviosas establecen una relación a largo plazo. Si te enfadas a diario, si te frustras a diario, si sufres a diario, Si encuentras motivo para el victimismo en tu vida, reconectas y reintegras esa red neuronal a diario. Las emociones están diseñadas para reforzar algo químicamente en la memoria a largo plazo. Por eso las tenemos.

Las emociones no son más que sustancias químicas impresas holográficamente. Hay una zona del cerebro llamada el hipotálamo. El hipotálamo es como una minifábrica. Allí se fabrican ciertas sustancias químicas que corresponden a ciertas emociones que experimentamos.

Hay sustancias químicas para la ira y para la tristeza. Hay sustancias para el victimismo. Hay sustancias para la lujuria. Hay una sustancia química para cada estado emocional que experimentamos.

La mayoría de la gente no entiende que su adicción a las emociones no es sólo adicción psicológica, también es bioquímica. Piensa en esto. La heroína y nuestros químicos emocionales usan los mismos receptores en las células.En general, la psiquiatría no le da a la gente la suficiente libertad de acción.

Muchos problemas que son tildados de "psicológicos" se deben a que la persona tomó una pésima decisión. Y hay que enseñarle a tomar otras.