Un relato de gente modestísima que habla de la crisis local, de la pobreza creciente, del problema del empleo, de la política corrupta que asfixió a un país próspero... etcétera, etcétera. Freddy Flores (que es Freddy Flores: la persona y el actor) aterriza en Buenos Aires dejando atrás, en Bolivia, lo que más ama: su familia. Llega como ilegal pero tiene el propósito de encontrar una vida más digna para él y para los suyos. Después de dar tumbos, consigue un puesto de parrillero en el bar de Enrique (Enrique Liporace: otro espontáneo), un nativo de Argentina que se propone ayudarlo. En su pequeño rincón, Freddy atiende a la clientela habitual: el Oso (Oscar "Oso" Berte), un taxista al que ahogan los problemas; su amigo Marcelo (Marcelo Videla), también taxista; y Hector (Hector Anglada), un vendedor ambulante cordobés. Allí irá conociendo a la mesera (Rosa Sánchez, que antes pasó, ¡caso único en "Bolivia"!, como actriz televisiva): una mujer solitaria, venida de Paraguay, con la que estrechará un vínculo especial. Pasan los días en este pequeño bar y crece la tensión contra Freddy. Oscar "El Oso", preocupado porque las deudas le pueden costar el taxi, va descargando su miedo sobre Freddy hasta un punto insoportable. De fondo, Argentina es el drama. Un drama físico, tangible, real; y no un decorado de bambalinas.