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Talk to me cartel reducidoTalk to meDirigida por Kasi Lemmons
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Una película de Kasi Lemmons. Don Cheadle, Chiwetel Ejiofor. Talk to me. Cedric The Entertainer, Taraji P. Henson, Mike Epps, Vondie Curtis Hall y Martin Sheen. Música de Terence Blanchard. Vestuario: Geisha Phillips. Montaje: Terilyn A. Shopshire, A.C.E. Diseño de producción: Warren Allan Young. Director de fotografía: Stéphane Fontaine, A.F.C. Productores ejecutivos: William Horberg, J. Miles Dale, Joel Rappa, Bruce Toll, Don Cheadle. Producida por Mark Gordon, Sydney Kimmel, Joe Fries, Josh McLaughlin. Historia de Michael Genet. Escrita por Michael Genet y Rick Famuyiwa. Dirigida por Kasi Lemmons.


Sobre Ralph Waldo "Petey" Greene Jr.
Carismático. Hilarante. Controvertido. Atormentado. Pasional. Elocuente. Auténtico. Real.

Como locutor de radio, personalidad televisiva y activista, Ralph Waldo "Petey" Greene Jr. (1931-1984) fue uno de los motores más importantes de la comunidad negra de Washington D. C., también conocida como "Ciudad chocolate" o "el otro Washington". Petey denunció las injusticias sociales y espoleó el orgullo racial durante una época de cambios, sin precedentes en la historia americana.

Petey, nació y creció en uno de los barrios más pobres de Washington D.C. Criado por su abuela materna, Maggie "AŽnt Pig" Floyd, acudió a la escuela Stevens Elementary School. Los problema de Petey con la ley empezaron pronto,. Su coqueteo con las drogas y con los hurtos a pequeña escala lo llevarían al reformatorio. Siendo todavía un adolescente, se alista en el ejercito americano y más tarde serviría en la guerra de Corea. Tras su regreso a casa, Petey tuvo problemas con el alcohol y en 1960 terminaría en la cárcel tras un atraco a mano armada.

En la prisión de Virginia la vida de Petey empieza a dar un giro para mejor. Potencia su habilidad como disc-jockey en un programa de rehabilitación de la prisión. Su abuela le envía discos a la cárcel, pero muere cuando Petey continua en ella. A Petey se le permitía hablar a sus compañeros de prisión durante 20 minutos a través de los sistemas de megafonía en turnos de mañana y de noche. Así descubrió su gran potencial como DJ. Tras disuadir a un compañero de prisión que intentaba suicidarse, la pena de Petey de 10 años se conmutó por otra de libertad condicional. Petey volvió a su Washington natal con la firme idea de dar un cambio radical a su vida.

Dewey Hughes, jefe de contenidos de la emisora WOL-AM, le dio una oportunidad a Petey. Dewey había conocido a Petey en prisión y conocía bien el increíble talento potencial de su amigo. El programa "Rapping with Pete Greene" se convierte pronto en un estandarte de la comunidad afroamericana, no sólo de Washington, si no también de Maryland y Virginia, ciudades a las que también llegaban las ondas de la WOL-AM.

Petey no fue solamente un apasionado locutor de radio, fue un dedicado y visible ciudadano que espoleaba las conciencias de su comunidad para pensar y transformar la ciudad en un lugar mejor, para conseguir empleos (a través del programa de empleo de la ciudad de Washington), una educación digna ("si no puedes leer, no podrás hacer nada" solía decir) y pidiendo a los ciudadanos que se registraran para ejercer su derecho al voto.

Justo después de dejar la cárcel, Petey ayuda a fundar un programa de ayuda a los presos para que consigan reintegrarse en la sociedad. Por ejemplo, aconseja a los presos por robo buscar trabajo en la prevención de estos delitos

Además de su trabajo en la radio, la televisión también fue un medio habitual en la carrera de Petey. Uno de sus programas "Where itŽs at" se encargaba de conseguir empleo a la gente con problemas, pero fue "Petey GreeneŽs Washington" el programa que le dio mayor popularidad televisiva ya que fue un éxito durante años, siempre con su humor característico y con el compromiso con su comunidad. "Ajuste el color de su televisión" era su introducción al programa.

El impacto que provocaron los programas de Petey son perceptibles en muchas estrellas actuales de la televisión y la radio, entre ellos el popular disc jockey Howard Stern, cuya vida fue llevada al cine en la película Partes privadas. En una entrevista Stern se confiaba con Petey "he aprendido de tu show, he copiado mucho de tu programa", Peter respondió "tal vez no les gustamos, pero no cambian el canal"

Petey ganó dos premios Emmy en los años 70, y su programa "Petey GreeneŽs Washington" fue posteriormente emitido para toda América en el nuevo canal de cable "Black Entertainment Television" (BET).

En sus últimos años Petey se volcó en la religión, y finalmente dejó el alcohol. Murió de cáncer en enero de 1984. A pesar de las bajísimas temperaturas, su entierro se recuerda como uno de los más concurridos en la historia de la ciudad de Washington.


Sobre la Producción
Después de 15 años de la muerte de Ralph Waldo "Petey" Greene, el productor de Pelagius Film, Joe Fries, escuchó la historia de Petey a través de su amigo Dewey Hughes, que habÌa sido durante mucho tiempo compañero de trabajo de Petey. Fries "vio en esta historia un gran proyecto". La idea no se vendió, pero el proyecto siguió adelante como una película.

Como Fries explica, "me sentí muy ilusionado con la historia, contacté con el guionista Michael Genet que es el hijo de Dewey Hughes, todavía sin ningún apoyo para el proyecto".

Genet recuerda, "Joe Fries y Joey Rappa (productor ejecutivo) me llamaron y me dijeron que ellos querían hacer una película sobre Petey y Dewey. Joe me habló de la historia, con la que rápidamente me sentí cercano ya que mi padre y su mejor amigo solían hablar de D.C apasionadamente. Con Dewey revivimos este periodo de Petey; todos los altibajos, y retos y triunfos".

Unos años después, el guión consiguió un tono que gustó al productor Josh McLaughlin, quien se había unido a la Mark Gordon Company. Él escribió: "Joe Fries es de D.C. como yo. A finales de los sesenta y principios de los setenta, cuando Petey Greene era alguien, esta ciudad era uno de los mejores sitios en el mundo donde estar. Escuchando el nombre de Petey, recuerdo que había un Centro Comunitario dedicado a él.

Fue muy complicado encontrar una película sobre una gran ciudad a finales de los sesenta y principios de los setenta que recordara el tema de la non-blaxploitation"
. Están las películas de Sidney Poitier y Bill Cosby, como Uptown Saturday Night, que representan este periodo, y por supuesto, el documental Wattstax. Había también muchas fotografías sobre el tema de los derechos civiles. Pero éstas se referían más a temas sureños. Todas son buenas películas, pero ese periodo de grandes cambios a nivel mundial, cuando se solía decir que "lo negro es bello", ha quedado en gran parte inexplorado. La historia de Petey, sobre alguien que habla con franqueza, nos traslada hacia aquella realidad.

Genet señala, "mientras escribía el guión tenía muy presente la historia de todos aquellos hombres. No haberlo hecho hubiera sido una deshonor para todos ellos. Dewey tenía algo especial que otros hombres no poseían. Trabajó conmigo, igual que lo hacía con Petey, bajo los mismos planteamientos éticos; donde por encima del trabajo y el negocio está la vida".

"Y Petey vestía siempre con un look afro perfecto. El era contundente, con una voz poderosa. Siempre que hablaba, yo quería replicarle. Incluso de un niño tenía ya ese tono profundo en su voz. Incluso aunque no siempre entendiera de qué estaba hablando, era imposible cambiar de dial. Nos tenía a mí y a la ciudad entera hipnotizados"

Lo esencial en la película es la relación que mantuvieron en la vida real Petey Greene y Dewey Hughes. McLaughlin dice; "La amistad entre ellos es la idea sobre la que se sostiene Talk to Me".

Genet apunta, "Encontré en este relato una historia de amor sobre un hombre de color que nunca había oído. Y que no se puede encontrar en ningún libro, pues solo existe en la realidad".

McLaughlin añade, "La película es un drama pero con mucho humor en la relación de estos dos hombres con diferente carácter".

Gordon comenta, "Vamos a encontrar momentos muy auténticos entre estos dos personajes extraídos directamente de sus experiencias vitales reales. Por eso me gusta tanto esta historia".

El guionista Rick Famuyiwa comenta bajo otro punto de vista, "Petey fue un iconoclasta, un símbolo de la tradición oral, que es parte de la cultura afroamericana. Para mi, el representa el nexo entre los agitadores del movimiento por los derechos civiles y los de hoy en día, como serían los cantantes de hip hop. Como un cantante de rap, él fue la voz de la gente que no tenía la oportunidad de expresarse. Trataba temas incómodos de los que la gente no quería a veces oír hablar, tanto dentro como fuera de la comunidad afroamericana, pero que por su crudeza debían tocarse. El se hubiera sentido cercano a la generación de la música hip hop".

Si Petey fue el agitador que despertó mi interés, Dewey fue un personaje más reflexivo. El tenía la capacidad de ver lo mejor de Petey, en un sentido amplio, lo mejor en todos nosotros. Ambos se complementaban. Me gustaría destacar, que aparte de su amistad, sus ideas influyeron a la comunidad afroamericana, sobre lo que se considera "mantener el sentido de realidad". Dewey, que venía del mismo barrio que Petey, fue tan auténtico como Petey, eligiendo luchar desde dentro del sistema, como Petey que encontró la fama con el gran público.

Con Famuyiwa trabajando en el guión, Talk to Me pasó al departamento de desarrollo de la Mark Gordon Company. Otro ilustre productor independiente, Sidney Kimmel, también se incorpora a la película, "para mí la historia es original y emocionante", dijo tras leer el guión. Tras esta incorporación y con Mark Gordon y Pelagius Films en el proyecto, la película pasa a los estudios y comienza el casting.

El interés de Don Cheadle en el personaje le llevó a encargarse de un cargo en la producción e la película. Cheadle se embarcó en el proyecto ya que, según sus palabras, "trabajas duro para encontrar este tipo de personajes que te conmueven profundamente. Para mí, la película es un honesto retrato de un hombre importante. Petey nunca tuvo miedo de la controversia, o de estar en la primera línea de juego. Se interesó por los derechos civiles y habló libremente sobre este tema… su historia es aún hoy más relevante ya que nuestro gobierno no está trabajando por el pueblo. Necesitamos gente que se revele como lo hizo Petey en su momento".

"Talk to Me sufrió un proceso de transformaciones. Con nuestro presupuesto nadie va a hacerse rico; todo el mundo hizo la película porque amaban la historia y querían formar parte de ella. La primera vez que oí hablar de ella fue través de un amigo, el cineasta Ted Demme (Beautiful girls). Finalmente, Kasi Lemmons se hizo con el material, y pasó mucho tiempo trabajando en el guión para hacer la película coherente con su visión de la historia".

Kasi Lemmons dice, "no tienes porque ser de Washington, o afroamericano, para apreciar a alguien como Petey. Aquí tenemos la historia de un hombre que fue la voz de su comunidad, y que dijo cosas que a muchos les hubiera gustado decir. Petey no fue siempre correcto, pero siempre fue una persona honesta. Lo que también vi fue el potencial para que este biopic evolucionase en algo extraordinariamente entretenido y universal".

"Petey fue una persona real, pero como cineasta me adentré libremente en el personaje, no quería sentirme acartanoda por un que-pasó-cuando. Para mí lo importante es ser fiel al espíritu y la verdad emocional de los personajes". Para mantenerse fiel a la historia, Lemmons tuvo como asesor a Dewey Hughes, pieza fundamental en los acontecimientos. El equipo estaba completo.