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Resistencia cartel reducidoResistencia(Defiance)
Dirigida por Edward Zwick
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Resistencia está dirigida por Edward Zwick ("DIAMANTE DE SANGRE", "TIEMPOS DE GLORIA") a partir de un guión de Zwick y Clay Frohman, basado en el libro de no ficción "Defiance: The Bielski Partisans", de Nechama Tec. Sus productores son Zwick y Pieter Jan Brugge. El equipo encargado de recrear el refugio en el bosque incluye al director de fotografía, candidato al Oscar en dos ocasiones, Eduardo Serra ("DIAMANTE DE SANGRE", "LA JOVEN DE LA PERLA"), el diseñador de producción Dan Weil ("DIAMANTE DE SANGRE", "EL CASO BOURNE") y la diseñadora de vestuario ganadora del Oscar Jenny Beavan ("GOSFORD PARK", "UNA HABITACION CON VISTAS").


"Aunque nos den caza como a animales, no nos convertiremos en animales. Todos hemos elegido esto: vivir libres, como seres humanos, mientras podamos. Cada día de libertad es una victoria. Y si morimos intentando vivir, al menos moriremos como seres humanos" - Tuvia Bielski, Resistencia.

En el verano de 1941, los ejércitos de Hitler avanzaban por Europa y el viejo continente no tardaría en caer ante su arrolladora fuerza. Para millones de personas, eso suponía una muerte segura pero, para los hermanos Bielski, tres jóvenes granjeros judíos de clase trabajadora de la remota campiña de Bielorrusia, se convirtió en algo más: una llamada a las armas que no podían ignorar, que pondría a prueba los límites de su valor, de su fraternidad y de su voluntad para rebelarse contra el mal que los rodeaba, hasta llegar a dirigir a miles de personas en una desesperada lucha por la supervivencia ante dificultades insalvables.

Edward Zwick, alabado director de "TIEMPOS DE GLORIAS" y "DIAMANTE DE SANGRE", lleva a la gran pantalla esta extraordinaria historia no contada hasta la fecha, convertida en un drama de acción sumamente emocionante sobre la complicada naturaleza de la venganza y la salvación, el poder de la comunidad y las ansias de vivir cuando no queda esperanza alguna.

Rodada en Lituania con un entregado equipo técnico y artístico encabezado por Daniel Craig y Liev Schreiber, los responsables del filme buscaron recrear minuciosamente una historia que no es solo excepcional por sí misma, sino que también arroja nueva luz sobre un importante hecho histórico acaecido durante la 2ª Guerra Mundial. Al igual que Zwick nos descubrió anteriormente un capítulo oculto de la Guerra de Secesión norteamericana y su regimiento afroamericano en su película ganadora del Oscar "TIEMPOS DE GLORIA", ahora explora una conmovedora realidad que ha quedado básicamente ignorada en el cine: la valerosa resistencia de aquellos que se negaron a morir sin luchar.

Comenta Zwick: "La iconografía popular del Holocausto se ha referido fundamentalmente a las víctimas. Es importante añadir complejidad a ese concepto, comprender que hay una diferencia entre pasividad e impotencia, que el impulso a resistirse siempre estuvo presente. RESISTENCIA trata de aquellos que lograron resistirse, pero también trata del eterno conflicto entre el deseo de venganza y el deseo de salvar a otros. Es una historia que nos lleva a preguntarnos: ¿Qué habría hecho yo en esas circunstancias? Y de ese modo, creo, se convierte en una experiencia sumamente personal".


Tras cinco generaciones de vidas salvadas, una historia de valor épico que sale al fin a la luz
La historia de los hermanos Bielski y de la comunidad que crearon en los oscuros y glaciales bosques de la Europa Oriental ocupada por los nazis, sigue siendo a día de hoy una de las historias más apasionantes que ha habido y, sin embargo, pocos la conocen. La historia salió inicialmente a la luz, si bien por poco tiempo, cuando, en 1944, en las postrimerías de la Guerra, gentiles del lugar presenciaron un hecho increíble, casi surrealista: más de 1.200 judíos surgieron de repente de las profundidades del bosque. Al principio, los lugareños pensaron que se trataban de fantasmas. Cómo, se preguntaban, podían haber sobrevivido estos pocos cuando tantos otros habían acabado en los campos de exterminio.

Entre cuchicheos y rumores, empezaron a conocerse distintos aspectos de la historia. En una época de creciente antisemitismo, los Bielski se habían criado en la granja familiar de Stankevich, en lo que hoy se conoce como Bielorrusia, pero entonces estaba en poder de los soviéticos. Físicamente imponentes y carismáticos, los hermanos eran conocidos como luchadores, rebeldes con fobia a la autoridad. Cuando se produjo la invasión nazi en junio de 1941, arrollando la región con un masivo ataque terrestre y aéreo, los tres hermanos fueron pronto identificados como probables alborotadores y se convirtieron en objetivo de las SS, así como de la policía local.

Tras ello, se sucedieron rápidamente una serie de devastadoras tragedias, los padres de los hermanos Bielski y muchos de sus seres queridos (incluidas la mujer e hija pequeña de Tuvia) fueron asesinados en una ejecución en masa de 4.000 judíos en el gueto de Novogrudok. Para salvar sus propias vidas, los hermanos escaparon a los bosques locales, una vasta y tupida zona que conocían desde su infancia. Allí, al poder ocultarse de sus perseguidores, formaron un improvisado grupo de partisanos, decididos a luchar contra la ocupación nazi y sus colaboradores. Pero, lo que empezó como una lucha por la supervivencia y una búsqueda de venganza, se convirtió pronto en algo que transcendió ambas cuestiones: un compromiso por salvar a todos los judíos posibles, jóvenes y viejos, ricos o pobres. Dirigidos por Tuvia, su misión tuvo un éxito que ninguno podría haber imaginado.

Con el tiempo, los Bielski se atrevieron incluso a aventurarse de nuevo en los guetos, para ofrecer una oportunidad de escapar a aquellos judíos que se enfrentaban sin remedio a la deportación y la muerte en campos de concentración. Tras meses de implacable persecución, obligados a menudo a trasladarse sobre la marcha en una interminable búsqueda de refugio seguro, acabaron por crear una improvisada aldea en el bosque de Naliboki, viviendo en refugios subterráneos (llamados zemlyankas), donde llegarían a construir un improvisado hospital, un molino, un taller, una panadería, unos baños públicos y hasta teatro y sinagoga. Entre el horror que se cernía a su alrededor, este campamento secreto creció y se llenó tanto de vida que lo bautizaron "la Jerusalén de los bosques".

A medida que se corría la voz sobre lo que allí ocurría, aumentaron considerablemente en número, hasta incluir a refugiados de todas las profesiones y estratos sociales, desde Doctores y Abogados, a Granjeros y Carpinteros, con mujeres trabajando y luchando junto a los hombres. Pese a sufrir innumerables penurias, desde desnutrición, enfermedades contagiosas, luchas con patrullas enemigas y discordias internas, lucharon por mantener un asomo de normalidad en su vida, que les permitiera conservar su esperanza y, lo que es más importante, su humanidad. Los niños acudían a clase, las parejas se enamoraban y casaban.Todos, jóvenes y viejos, contribuían en lo que podían. Y así nació una comunidad.

Mientras, los nazis ofrecían sustanciosas recompensas por las cabezas de los hermanos, con la esperanza de atajar de raíz lo que no tardaría en convertirse en una historia inspiradora que se extendía entre aquellos que necesitaban desesperadamente un mínimo de esperanza. Aún así, la comunidad creció y prosperó. Sus luchadores eran fundamentales para su supervivencia, una improvisada banda que protegía la comunidad a toda costa, saqueaba aldeas enemigas para conseguir comida, suministros y armas, sin las cuales sin duda perecerían. Aunque sus métodos pudieran resultar un tanto extremos y letales, también eran efectivos. El grupo de los Bielski, conocido entre los demás partisanos que se ocultaban en el bosque Naliboki como la "otriad Bielski", se convirtió en el mayor grupo de partisanos judíos de toda la guerra, que logró más bajas alemanas y más vidas judías salvadas que ningún otro (se estima que más de 20.000 judíos participaron en unidades de partisanos por toda Europa Oriental y, aunque hubo otros que sobrevivieron en los bosques, como las otriads Zhukov y Zorin, se trataba de grupos mucho más pequeños).

No obstante, cuando la guerra terminó, la historia de los Bielski quedó prácticamente relegada al olvido. Tuvia y Zus se trasladaron primero a Israel y luego a Nueva York, donde llevaron vidas tranquilas como americanos corrientes y trabajando como taxistas y camioneros. Siempre se mostraron reticentes a hablar del pasado, incluso con sus hijos, pero otros supervivientes comenzaron a hablar de cómo los habían salvado. Sulia Rubin, eternamente agradecida por haber formado parte de su comunidad en el bosque, declaró al periódico The New York Times en el año 2000: "No habría sobrevivido sin los Bielski. ¿Eran perfectos? No, todos cometemos errores. Pero son míos, son mi familia y los quiero".

Tras la muerte de Tuvia en 1987, fue cuando los investigadores empezaron a revisar de nuevo la historia, y sus actos empezaron a conocerse mejor. La más destacada de estos historiadores fue la Dra. Nechama Tec, profesora emérita de Sociología de la Universidad de Connecticut que, en 1993, publicó su galardonado libro "Defiance: The Bielski Partisans". Las exhaustivas entrevistas de Tec a los supervivientes permitieron por primera vez conocer bien su extraordinaria experiencia. El periódico Los Angeles Times calificó el libro como: "una de los historias más inspiradoras y ejemplares en la crónica de muerte y desesperación que es el Holocausto".

Cuando el guionista Clayton Frohman leyó el libro de Tec, no alcanzó a comprender cómo esta historia de tenaz resistencia y valor judíos no era más conocida. La gente había oído hablar del infortunado alzamiento del gueto de Varsovia y de salvadores gentiles como Oskar Schindler, pero se desconocía cualquier otro testimonio de resistencia judía.

"Me crié en la tradición judía, leí mucho sobre el Holocausto, y mi padre fue uno de los soldados americanos que luchó en la 2ª Guerra Mundial, así que creía haber oído gran parte de las historias más interesantes de entonces. Pero nunca había oído hablar de los Bielski", recuerda Frohman. "Enseguida sentí que era necesario contar esta historia, sobre la gente que se resistió, que no se rindió. Toda mi vida había oído de los judíos que fueron víctimas. Indefensos, resignados, condenados. Y ésa era la intención de los alemanes, que solamente los viéramos así. Y casi lo consiguen. Lo que hace tan importante esta película para mí es que cuenta otro aspecto de la historia que estaba casi perdido".

Durante un partido de béisbol, Frohman le dio el libro de Tec a su buen amigo, Edward Zwick. "Como cineasta, Ed posee esa capacidad de combinar lo íntimo con lo épico, de mezclar un profundo desarrollo de personajes con la intensidad de las situaciones a vida o muerte. Era una gran oportunidad de hacer el tipo de drama de acción épico que ya prácticamente no se hacen".

Una sola lectura bastó a Zwick para comprender la pasión que sentía Frohman por la historia, y decidió hacer cuanto estuviera en su mano para trasladarla al celuloide. Así se inició una colaboración que tardaría más de diez años en llegar a la gran pantalla.

"Uno de los grandes impulsos humanos es el de ofrecer testimonio, mantener vivos los recuerdos", comenta Zwick. "Con RESISTENCIA, pretendía crear un espectáculo rico y emocionante, pero también sentía la obligación de respetar a aquellos a quienes sucedió. No es solamente una historia emocionante, sino que también plantea muchas preguntas, anima a los espectadores a pensar en lo que habrían hecho ellos en semejante situación, y también a comprender cómo encaja todo ello en nuestro mundo actual. Por desgracia, en las circunstancias actuales, en lugares como Bosnia o Darfur, seguimos siendo testigos de los horrores del genocidio".


Condensar años de lucha, contrucción y supervivencia en un guión con una sólida estructura
El proceso de elaboración de un guión sobre "RESISTENCIA", que permitiera conseguir una narración cinematográfica a partir de la saga real de los hermanos Bielski, exigió mucho tiempo y cuidadosas consideraciones. El guión pasó por numerosas versiones.

"Escribir esta película siempre fue un acto de fe", comenta Clayton Frohman. "Nunca imaginé que acabaríamos un día en Vilnius, donde nació mi abuelo, haciendo esta película con un reparto tan increíble. Para mí, ha supuesto hacer realidad un viejo sueño".

Uno de los mayores retos a la hora de hacer que la historia cobrara vida era buscar un modo de condensar tres años de angustiosa lucha, rivalidad entre hermanos y penurias físicas en una película de dos horas. Aún respetando los hechos reales, Edward Zwick comenta que nunca fue su intención ofrecer un documental. "Siempre la he visto como una historia sobre gente apasionada que logró aferrarse a su humanidad en las circunstancias más funestas", explica. "Además de identificarse con los personajes, quiero mantener a los espectadores en vilo, una sensación que únicamente una película es capaz de crear. Y, sorprendentemente, para lograrlo no hacía falta que expurgáramos la historia, porque la emoción ya estaba toda allí, en los hechos reales".

No obstante, Zwick no quería suavizar la violencia cometida por los partisanos en nombre de la supervivencia. "Los Bielski no eran santos", afirma Zwick. "Eran héroes con imperfecciones, que es lo que los hace tan reales y tan fascinantes. Aun así, creo que descubrieron en sí mismos algo inesperado y magnífico. Al crecer su comunidad, se vieron obligados a convertirse en auténticos líderes, a asumir una enorme responsabilidad y descubrir lo mejor de sí mismos. Tuvieron que afrontar gran cantidad de complicados dilemas morales, que la película pretende dramatizar: ¿Es necesario convertirse en un monstruo para enfrentarse a monstruos? ¿Es necesario sacrificar la propia humanidad para salvar a la humanidad?".

Otras cuestiones que tuvieron que afrontar en el bosque eran de naturaleza más íntima. "Incluso en los momentos más duros, sobre todo en tiempo de guerra, el amor y el deseo nunca faltan. La gente que lo ha perdido todo necesita aún más consuelo y compañía", comenta Zwick. Los que han perdido seres queridos suelen consolarse mutuamente de esa pérdida. Surgieron los conceptos de "marido del bosque" y "esposa del bosque", las relaciones surgían a veces tanto por aspectos prácticos como por romance.

"Muchos de ellos no sabían dónde estaban sus antiguos cónyuges, ni siquiera si estaban vivos. Es natural y humano que buscaran consuelo entre ellos", dice Zwick. "Es algo que podemos entrever en la relación entre Zus y Bella".

Para Zwick, captar la visceral realidad de lo que podría haber sido vivir perseguido resultó clave para su visión del filme. "Me pareció importante que el público comprendiera cómo sería vivir en esa situación", explica, "para gente acostumbrada a la civilización, tener que vivir en condiciones tan duras y sucias, soportar frío y hambre, con miedo constante y permanentemente escondidos, y descubrir así su naturaleza más primitiva y básica".

El hecho de que, ante semejante presión, tantos individuos supieran dar la talla y descubrieran un valor y una compasión inesperados, también se pone de relieve en el guión. Lo cierto es que Zwick cree que el personaje más importante de la película no es un único individuo, sino más bien la comunidad que crean entre todos. "Tuvia, Zus y Asael tienen cada uno sus propios puntos fuertes, pero el grupo es lo que los hace invencibles", explica Zwick. "La propia comunidad es un personaje que empieza a manifestar su propia voluntad e identidad; se desarrolla una fascinante dinámica entre la expresión de las necesidades de un individuo y la supervivencia del grupo en su conjunto".

El productor Pieter Jan Brugge, candidato al Oscar por "El dilema", que ya había trabajado antes con Zwick en "Tiempos de gloria", ve una alusión a los westerns americanos en ese tema. "Hay algo en la historia que tiene elementos de las viejas películas de John Ford, esa idea de que no eres solamente un individuo duro y aislado, sino que es importante dónde te encuentres en relación a los demás y a tu comunidad", comenta. "Creo que es una historia que sigue teniendo una gran resonancia hoy día porque todos queremos formar parte de algo más grande de lo que somos individualmente".

Brugge quedó impresionado con el guión de Zwick y Frohman. "Era una lectura emocionante, que contenía elementos grandiosos y, al mismo tiempo, auténtica intimidad emocional. Tenía una riqueza que rara vez encuentras", comenta.

También percibió una afinidad entre Zwick y el material hasta un punto que no había visto antes. "Creo que ésta es la película más personal de Ed en muchos aspectos", afirma Brugge. "Y eso me encantó, porque creo que para hacer mejor tu trabajo como productor es imprescindible que el director tenga gran claridad de visión y sienta una necesidad personal de contar al mundo esta historia concreta. Ed aportaba ambas a RESISTENCIA".


Crear hermandad mediantes la selección de actores
Los Bielski eran, en muchos aspectos, los típicos hermanos, afectuosos pero competitivos, leales pero fuertemente individualistas. Zwick esperaba conseguir que surgiera una dinámica similar entre los actores elegidos para encarnarlos.

"Daniel y Liev desarrollaron una estupenda relación con cierta competencia amistosa y llena de bromas fuera de la pantalla que aportó un humor y un sentimiento inesperados a sus escenas juntos", señala. "También surgió una estrecha relación entre Daniel y Jamie, en la que Daniel asumió un papel casi de mentor y hermano mayor, tanto delante como detrás de la cámara".

La película empezó realmente a cobrar forma cuando Craig aceptó interpretar el papel de Tuvia, el hermano que asumió el liderazgo de la comunidad de los bosques. El trabajo más conocido de Craig es su alabada y dura interpretación del agente 007 en las entregas más recientes de la popular serie de películas de James Bond, pero también ha ofrecido un amplio abanico de intensas interpretaciones que le han granjeado el favor de la crítica en filmes como "Layer cake" (CRIMEN ORGANIZADO) y "Munich". Fue precisamente su capacidad de interpretar personajes tan distintos lo que atrajo a Zwick.

Comenta el director: "Daniel es en el fondo una persona muy modesta, pero con carácter. Sabe reírse maravillosamente de sí mismo y, al mismo tiempo, proyecta una auténtica sensación de fuerza. Es una persona enternecedora, pero no se abre desde un primer momento. También resulta físicamente imponente y, si en algo coinciden todos los que conocían a Tuvia Bielski, es en que era fuerte y carismático. Sobre todo, sé que, aunque Daniel es ahora una gran estrella de cine, siempre será un actor valiente e inquisitivo".

Craig tuvo la capacidad de crear a un hombre de acción que a la vez se cuestionara dichas acciones. Como dice Mickey, hijo de Tuvia, de su padre: "Era un hombre lleno de contradicciones. Siempre lo vi como alguien que tenía una terrible fuerza y una gran bondad conviviendo en su interior. Representaban partes igualmente importantes de su persona y, a veces, me parecía percibir ambas cualidades enfrentándose entre sí".

Craig ve a Tuvia como una especie de héroe por accidente, un hombre forzado por las más terribles circunstancias a convertirse en algo más grande, pero señala que también lo ve como una representación de muchos otros que no lograron sobrevivir. "Me sentí inmediatamente fascinado con la capacidad de Tuvia de actuar y su disposición a asumir enormes riesgos por otros", comenta, "pero también creo que no era tan distinto a muchos otros de entonces. Simplemente logró sobrevivir, de modo que ahora podamos contar su historia".

No obstante, a Craig le conmovió la decisión de Tuvia de salvar a otros en lugar de buscar venganza. "Tomar esa decisión, decir: ‘muy bien, hay que hacer algo, y yo voy a ser quien lo haga’, es algo que me resultó impresionante. Evidentemente, había algo en su interior tan vital, lleno de vida y afectado por la tragedia que lo rodeaba, que tuvo que buscar un modo de asumir el control de la situación", explica, "y eso supuso el mayor reto a la hora de interpretarlo".

Prosigue: "Creo que, para Tuvia, su motivación pasa a ser algo más que simplemente contraatacar, sino más bien crear una familia y una comunidad. Eso se convirtió en su razón para vivir. Para mí, ése es el tema fundamental de la película".

La admiración de Craig por Tuvia está clara, pero su retrato está matizado por los conflictos internos y los defectos del personaje, incluida su tendencia a mandar con mano de hierro. "Era todo un dictador en el campamento", señala Craig, "pero puede que sus normas y reglas los ayudaran a seguir con vida, así que plantea muchas cuestiones interesantes. Trataba todo muy agresivamente y parte de lo que hizo no es justificable, aunque quizá sí comprensible, en el contexto de lo que estaba pasando".

Pero Tuvia también escondía un lado sensible, que solo puede apreciarse en su relación con su "esposa del bosque", Lilka, con la que llegó a tener una frágil confianza. "Tuvia no está buscando amor, desde luego", explica Craig sobre la reticencia inicial de su personaje a llegar a una verdadera intimidad, "de modo que, cuando Lilka entra en su vida, lo coge completamente desprevenido... lo que creo que en cierto modo lo hace todavía más romántico. En la historia real, Tuvia y Lilka siguieron juntos el resto de sus vidas, lo que me parece increíble. Creo que, en una situación así, tu pareja se convierte en algo más que una simple amiga o amante, se convierte en alguien que te mantiene humano e impulsa tu instinto de supervivencia a un mayor nivel".

Si la fuerza y firmeza de Tuvia lo convertían en líder nato, el carisma de su hermano menor Zus y lo imprevisible que era lo convertían en el perfecto hombre de acción. Zwick siempre vio el viaje de Zus, de ira a responsabilidad, como uno de los elementos temáticos centrales de "RESISTENCIA". "A veces la gente descubre su verdadero yo en las peores circunstancias, y Zus es alguien para el que este horrible momento resulta liberador", explica el director. "En vez vivir el resto de su vida con una sensación de cólera y dolor ocultos, encuentra un modo de expresarse mediante la violencia, y Liev dota a ese viaje de una profundidad y una emoción extraordinarias".

Schreiber es tanto un actor de teatro, galardonado con el premio Tony, como una versátil estrella de cine, cuyos papeles van desde "EL AMOR EN LOS TIEMPOS DEL CÓLERA" a la producción de estreno en 2009, "X-MEN ORIGINS: WOLVERINE". Decidió abordar el personaje explorando el marcado contraste entre Zus y Tuvia. "Zus siempre se siente impulsado a luchar", explica el actor. "Empieza creyendo que lo más importante es hacer pagar a alguien por la pérdida de su familia y por todo lo que ha sufrido".

En última instancia, el deseo de luchar de Zus lo aparta de su familia y amplía la historia de la película para poder así incluir los campamentos de partisanos rusos. Pero allí, aunque tiene su oportunidad de vengarse de los alemanes, Zus encuentra prejuicios inesperados. "Son momentos muy alienantes para Zus", comenta Schreiber. "Se va dando cuenta poco a poco de que su hogar está con sus hermanos, y de que debería estar con su familia".

Con su ira a veces incontenible y su tendencia a la violencia, Zus puede resultar una figura que cause división de opiniones, pero Schreiber aconseja no juzgar al personaje desde la perspectiva segura de nuestras vidas modernas. "En la guerra no hay moralidad", observa, "y eso es lo que tenían que afrontar todos los partisanos. Es lo que tenía que afrontar Zus, y lo que tenía que afrontar Tuvia, y desde luego lo que tenían que afrontar los Aliados. El horror y el sufrimiento que tuvo que pasar esta gente para sobrevivir siempre formará parte de la historia tanto como su heroísmo".

La intensidad del papel se compensaba a menudo con la camaradería que desarrollaron los miembros del reparto tras la cámara. "Daniel adoptó una actitud muy divertida, y ensayamos mucho juntos", recuerda. "Y esa es la mejor parte, cuando cuentas con un grupo de personas que te permiten intercambiar ideas. El personaje de Zus fue creciendo a medida que avanzábamos y eso fue un verdadero placer".

En el papel del tercer hermano Bielski, Asael, se encuentra Jamie Bell, el joven actor inglés que saltó a la fama con su impresionante interpretación del papel principal de "BILLY ELLIOT", y que más recientemente ha ofrecido dos interpretaciones muy distintas en la película independiente de humor extravagante, "HALLAM FOE" (MISTER FOE), y en el thriller de ciencia ficción, "JUMPER". A Bell le encantó el realismo de las relaciones entre hermanos de "RESISTENCIA". "Tuvia y Zus siempre tienen opiniones encontradas y Asael se ve constantemente atrapado en medio, como suele ocurrir en las familias", explica. "Me gustó que Asael está muy centrado en unir a la familia, en la lealtad, y pasa de ser el que siempre se ve atrapado en medio a convertirse en un hombre con opiniones propias".

Asael también ayuda a Tuvia a aceptar la carga de su responsabilidad para con el grupo. "Asael idolatra a su hermano, como hacen muchos hermanos pequeños, pero cuando lo ve flaquear, tiene la fuerza de decirle: ‘Tienes que afrontar esto. Tienes que volver por el buen camino y convertirte en la persona que dijiste que serías".

Bell señala que sus interpretaciones se beneficiaron de una química casi instantánea. "Resultó fascinante con qué rapidez Liev, Daniel y yo desarrollamos una dinámica de hermanos. Aunque solo estuviéramos pasando el rato en el plató, Daniel adoptó una especie de actitud de hermano mayor conmigo. Y a mí también me resultó fácil respetarlo de esa manera. Es un actor fantástico, que parece no inmutarse por su ascenso a la fama, y es un tipo en la cima de su carrera, que lo lleva fenomenalmente. Es más, le encanta hacer cine".

Al igual que sus hermanos, Asael también se encuentra inesperadamente con una "esposa del bosque". "Me resulta interesante de Asael que empiece siendo muy ingenuo y no se sienta nada cómodo con las mujeres, así que su evolución hasta el matrimonio es realmente encantadora", comenta Bell.

Bell disfrutó como parte integrante de un grupo que parecía más unido a cada día de rodaje que pasaba, no solo entre el reparto principal, sino también con los lituanos que interpretaban papeles menores o hacían de extras. "Todos estaban muy entregados y trabajaban increíblemente duro", explica, "daba la sensación de formar parte de la auténtica otriad Bielski".

Aun así, Bell señala, había una grandísima diferencia: "Cada noche volvía a la habitación del hotel, donde me esperaba un baño caliente y pensaba, esta gente nunca tuvo ocasión de hacer algo así. Estaban allí día tras día, con una humedad terrible y un frío que pela, cubiertos de nieve y barro. Estaban allí hasta que terminara la guerra, centrados en todo momento en sobrevivir. Eso desde luego ponía claramente en perspectiva cualquier dificultad que pudiéramos sufrir durante el rodaje".


La vida en el bosque: Las "esposas del bosque" y la comunidad
En el bosque, los Bielski iniciaron una vida peligrosa e impredecible, que, sin embargo, acaba convirtiéndose en algo mucho más rico de lo que habrían esperado. Al crecer su comunidad e integrarse en ella no solo luchadores, sino también maestros, doctores, niños y ancianos, se encuentran dirigiendo una aldea muy diversa que, a pesar del constante peligro, también está rebosante de vida.

Como muchos otros en el bosque, cada uno de los hermanos Bielski conoce a una mujer que tendrá un profundo efecto en su vida. Para Zwick, elegir correctamente a estas "esposas del bosque" era tan importante como la selección de los hermanos. Para interpretar a Lilka, la esposa de toda la vida de Tuvia, una mujer sofisticada que cursó estudios de música en la universidad, pero que no tarda en descubrir un lado duro y sumamente independiente de sí misma en el campamento, Zwick escogió a Alexa Davalos, la joven actriz en alza a la que se ha podido ver en los últimos años en la película de Robert Benton, "EL JUEGO DEL AMOR", y en "LAS CRÓNICAS DE RIDDICK".

Zwick comenta de Lilka: "Su historia de amor no es convencional, porque creen que lo que están haciendo es mucho más importante que cualquier sentimiento que puedan albergar el uno por el otro. Pero las escenas de Daniel y Alexa juntos son hermosas, en la manera en que él se resiste a ella, hasta que la necesidad de conectar termina por superarlo".

Davalos se sintió inmediatamente atraída por la gran fuerza interior de Lilka. "Creo que es su capacidad de defender lo correcto lo que atrae a Tuvia de ella", comenta. "Lucha por aquello en lo que cree, una rara cualidad en una mujer de esa época, y es algo que tienen en común". Son escenas como aquella en la que Lilka y Tuvia yacen juntos en su lecho de paja, lejos de la violencia y el miedo que los rodea, las que Davalos considera que otorgan a la película una humanidad que la convierte en mucho más que una simple historia de guerra. "Daniel y yo hablamos mucho sobre cómo representar su relación", recuerda. "Luego nos metimos de lleno. Es maravillosamente abierto y libre. Creo que son momentos como éstos, de los que simplemente pasan en la vida, los que otorgan a la película la alegría que tiene de fondo. La verdad es que no es una película sobre la muerte, sino sobre sobrevivir y vivir tan plenamente como sea posible".

Otra extraordinaria joven estrella que se incorporó al reparto de "RESISTENCIA" es Mia Wasikowska, en el papel de Chaya, una chica de ciudad de la que se enamora Asael cuando tienen que esconderse durante días en un estrecho sótano. Para preparar el papel, Wasikowska, actriz australiana que ha ofrecido recientemente una sobresaliente actuación como una gimnasta adolescente con problemas en la serie de la cadena HBO In Treatment (En terapia), se metió de lleno a documentarse en los hechos históricos, leyendo libros, viendo películas y estudiando la cultura judía de Europa Oriental. "He aprendido mucho al hacer esta película. Me ha abierto realmente los ojos", dice.

Escondida con Chaya en el sótano también se encuentra Bella, que acabará estrechando lazos con Zus e influirá significativamente en su cambio de actitud. Para interpretar a Bella, Zwick eligió a la galardonada actriz danesa Iben Hjelje, conocida fuera de su país fundamentalmente gracias a su papel frente a John Cusack en "ALTA FIDELIDAD". Como sus compañeros de reparto, Hjelje quedó cautivada por la historia de "RESISTENCIA". "Uno de los aspectos más interesantes para mí fue que se desarrollara en parajes naturales", comenta. "Piensas en lo difícil que debía ser simplemente sobrevivir en el bosque pero, aun así, en muchos aspectos, también debía resultar sumamente estimulante estar allí. Porque, si ibas a morir, como sabían que podía suceder, creo que todos creyeron que sería mejor morir disfrutando de la libertad que otorgaba la naturaleza".

La comunidad sigue cobrando vida gracias a una amplia variedad de personajes secundarios. Dos de los más fascinantes son Shimon Haretz e Isaac Malbin, dos intelectuales enfrascados en una disputa existencial sobre la vida espiritual frente a la secular, discusión que continúan incluso cuando el combate arrecia en torno a ellos.

Shimon, que fue profesor de Tuvia y es un hombre sumamente religioso, personifica otro de los temas de la película: el intento de comprender el lugar que ocupa Dios en un mundo con semejante sufrimiento y destrucción. Este papel está interpretado por Allan Corduner, el galardonado actor británico teatral y cinematográfico, más conocido por su papel en la película de Mike Leigh, "TOPSY TURVY". Para Corduner, se trataba de un papel con especial resonancia, pues su abuelo murió en Auschwitz. "Hubo muchas más historias como ésta de las que recoge la historia", explica Corduner. "Hubo muchos actos de rebeldía, así que me resultaba muy importante que se contara esta historia. También me gustó cómo el guión lograba ser impactante sin resultar sentimental. Se dejan muchas cosas sin decir, lo que permite que sea más personal para el público".

Tras reunirse con Zwick, Corduner sabía que quería formar parte del proyecto. "Aquí tenemos, pensé, a un director lleno de energía, intelecto, pasión y emoción, y todo está ahí, a simple vista. Qué emocionante va a ser hacer algo así con él, me dije", recuerda el actor.

También le atrajo la relación entre Shimon y Tuvia. "Shimon y Tuvia comparten algunos momentos muy profundos", señala Corduner. "Está hecho sin sentimentalismos, a veces incluso con comicidad, pero que estos dos hombres se tiendan la mano, conecten y se consuelen uno a otro resulta bastante emotivo".

Junto a Shimon se halla su amigo Isaac Malbin, interpretado por Mark Feuerstein ("El Ala Oeste de la Casa Blanca" y "EN QUÉ PIENSAN LAS MUJERES"). Según Feuerstein: "Shimon y Malbin son como Estragon y Vladimir en Esperando a Godot. Representan una dialéctica central de la vida intelectual judía: mentes brillantes que intentan encontrarle sentido al sobrecogedor horror de lo que estaba sucediendo. Y tienen una relación como la de cualquier relación familiar judía, donde gritar, reñir y discutir es una forma de expresar su amor. En cierto sentido, se mantienen vivos uno a otro gracias a sus discusiones".

Prosigue: "Para ellos lo más duro es que, en el mundo real, se sentían valiosos. Eran pensadores que podían ayudar a otros a comprender el universo. Pero, en el bosque, es algo que tiene escaso valor. Lo que allí se necesitan son hombres que sepan construir, que sepan usar armas, así que estos hombres tienen que redefinirse, tienen que aprender a trabajar con las manos, a luchar, a hacer lo que sea necesario para sobrevivir".


Recrear el campamento de los Bielski en los bosques de Vilnius
Edward Zwick sabía desde un primer momento que "RESISTENCIA" iba a exigir una producción complicada y elaborada para reflejar plenamente la escala y los matices de ese terrible momento de la historia. Desde coreografiar la acción y diseñar los platós y el vestuario hasta captarlo todo con la cámara, el proceso sería, en sí mismo, épico. Fue el compromiso colectivo por hacer la película de todos, desde el director, al productor, pasando por los actores principales y de reparto, los jefes de departamento y el equipo técnico, lo que lo hizo posible. Zwick se rodeó de un equipo artístico de mucho talento, con muchos de los cuales había trabajado antes, incluido el director de fotografía candidato al Oscar en dos ocasiones, Eduardo Serra, el diseñador de producción Dan Weil y la diseñadora de vestuario ganadora del Oscar, Jenny Beavan.

"Ed reunió a buena parte del mismo equipo con el que trabajó en "DIAMANTE DE SANGRE", incluidos Dan Weil y Eduardo Serra, ambos artistas de extraordinario talento", explica el productor Pieter Jan Brugge. "El intenso sentimiento de la película surge no solo de las interpretaciones, sino también de la acumulación de pequeños detalles, la suma de los personajes, el vestuario, el atrezo y el diseño, todos los cuales contribuyen a transportar al público a un mundo que no han visto nunca antes y del que no sabían nada".

La primera cuestión a resolver era dónde rodar la película. Dado que Bielorrusia es una dictadura, quedaba descartado rodar allí. En vez de eso, buscando por los países circundantes de Europa Oriental, Zwick y su equipo creativo llegaron a Vilnius, Lituania, que ofrecía tanto un paisaje auténtico como una pequeña pero entusiasta comunidad de creadores de cine.

"Los bosques de Lituania son absolutamente extraordinarios", dice Brugge. "En cuanto los vimos, supimos que no encontraríamos otro entorno más adecuado para rodar la película. Y resultaba muy útil poder acceder a estos escenarios desde una ciudad situada a menos de una hora de distancia".

La ciudad también contenía muchos recordatorios estremecedores de lo que sufrieron los judíos de Vilnius cuando las tropas alemanas tomaron la ciudad en junio de 1941; a su llegada mataron a 21.000 y reunieron al resto en dos guetos como prisiones en el barrio judío tradicional. Luego, en 1943, desmantelaron el gueto y enviaron a los que quedaban con vida a campos nazis en Estonia y Polonia, o los asesinaron y enterraron en tumbas sin nombre en los bosques de alrededor. De una comunidad estimada en un momento dado en 60.000, en la actualidad queda en Vilnius un número muy reducido de judíos, pero los supervivientes se sentían especialmente entusiasmados por la película. Muchos de los que habían estado en el bosque como refugiados visitaron el plató y se maravillaron ante su autenticidad. Algunos incluso trabajaron como extras.

"Resultó emocionante para todos nosotros encontrarnos en un lugar donde habían sucedido muchos de estos hechos", comenta Zwick. "No puedes evitar percibir fantasmas. Sientes la presencia del pasado a tu alrededor y quieres respetarlo. Quieres crear una historia que se pueda contar a generaciones futuras para evocar ese espíritu y ayudar a mantenerlo vivo".

Al trabajar con Serra, que ha sido candidato al Oscar por su labor en las películas de época "LA JOVEN DE LA PERLA" y "LAS ALAS DE LA PALOMA", Zwick quería que el estilo visual pusiera de relieve una sensación de inmediatez visceral, más que de historia pasada. "Queríamos que el público sintiera que estos hechos están sucediendo en ese momento. No queríamos que pareciera antiguo, ni demasiado moderno o llamativo, que pudiera distraer de la historia", explica Zwick. "La débil luz del norte nos proporcionó una especie de desaturación natural que resaltó la oscuridad de los bosques, la humedad del musgo, la ausencia de cielo, lo que debía de haberse sentido al estar en ese lugar durante meses y meses".

Se invirtieron muchísimas horas revisando archivos fotográficos rusos, que estaban plagados de impresionantes imágenes de los partisanos locales que habían logrado documentar su experiencia. "Había muchas imágenes provocadoras, no solo de Bielorrusia, sino también de Lituania, Ucrania, Polonia. Era una auténtica mina", recuerda Zwick.

Aunque querían que la acción resultase moderna, Serra y Zwick se resistieron a estilizarla exageradamente con movimientos de cámara, para que la atención siguiera centrada en la historia y los personajes. "A veces necesitas que la historia se cuente por sí misma y mantenerte al margen", observa Zwick. "Nos sentíamos todos insignificantes ante las vidas de la gente cuya historia pretendíamos contar y sentíamos el deseo de honrarlos".

Una sensación similar imbuyó el trabajo de Dan Weil, entre cuyos créditos recientes se incluyen diseños memorables para "SYRIANA" y "EL CASO BOURNE". Weil construyó el campamento del bosque básicamente a mano, clavo a clavo, tal como hiciera la otriad Bielski décadas antes, hasta llegar al punto de excavar búnkeres subterráneos, llamados zemlyankas, en los que los miembros del campamento dormían en literas de paja.

"Dan se puso literalmente a cortar leña y construirlo todo tal como lo hubieran hecho entonces en el bosque", reflexiona Brugge. "La intención era ofrecer a la gente una experiencia lo más parecida posible a cómo debió de ser para los que lo vivieron".

La diseñadora de vestuario Jenny Beavan, candidata en 8 ocasiones al Oscar, que ganó en una ocasión por el clásico de Merchant-Ivory "UNA HABITACIÓN CON VISTAS", se enfrentó a desafíos similares al intentar que su trabajo cobrara vida mientras se esforzaba por insuflar carácter a una ropa que a menudo era poco más que harapos. Comenta Zwick: "Jenny logró, con un presupuesto minúsculo, trasmitir una sensación de cómo debió de ser la vida de cada persona antes de llegar al bosque, de quiénes fueron antes y de cómo se habían adaptado a vivir en sus nuevas circunstancias".

Los actores descubrieron que la ropa de Beavan les ayudaba a tener presente todo lo que sus personajes habían pasado. Comenta Alexa Davalos: "Jenny es una artista que comprende muy bien que está dando al actor una segunda piel, y su ropa se siente auténtica hasta en las costuras. En el caso de Lilka, puede apreciarse en su ropa cómo se aferra al recuerdo de quién era antes, aunque ahora lleve una chaqueta de hombre, pantalones y cinturón. Su vestuario fue una verdadera maravilla".

Al rodar casi enteramente en exteriores, la producción tuvo que afrontar toda una serie de dificultades, desde la lluvia helada del Báltico, al frío, la humedad y la nieve de las tierras bajas de Lituania. Pero ni el equipo técnico ni el artístico se quejaron apenas. En vez de eso, todos comentaban la extraordinaria resistencia de los personajes de la historia real, y cómo un simple asomo de lo que ellos debieron pasar para sobrevivir servía para mantenerlos motivados.

Resume Brugge: "Lo que pasamos como equipo técnico y artístico únicamente era comparable en una mínima medida a lo que esta gente tuvo que soportar durante años viviendo en el bosque como fugitivos. Para todos nosotros, fue una verdadera lección de humildad poder apreciar de manera personal cómo debió ser y lo significativo que es que vivieran para contarlo".


La música de "Resistencia"
El último elemento para crear el mundo de "RESISTENCIA" era su música. "A menudo pienso al crear una película como si se tratara de música", explica Zwick. "Para mí, el filme tiene partes que son allegro, andante o adagio. La narración tiene un ritmo, sobre todo si tratas de dar al público tiempo para experimentar plenamente ciertos momentos antes de pasar a otra cosa".

La musicalidad resuena en la austera y cautivadora música de James Newton Howard, candidato al Oscar en siete ocasiones, que se reencuentra con Zwick tras trabajar juntos en "DIAMANTE DE SANGRE". Howard y Zwick decidieron reclutar al joven y dinámico violinista Joshua Bell para tocar los evocadores e inquietantes solos de la partitura, en parte como tributo a los numerosos artistas perdidos de Europa. "Quería tener una música que no solo fuera históricamente adecuada, sino también emocionalmente adecuada", dice Zwick. "El sonido del violín es fundamental para la cultura judía de Europa Oriental; es el sonido de lo que se ha perdido. Y, así, se convirtió en el elemento central, en torno al cual giraba todo lo demás".

Zwick y Howard empezaron a hablar de la música desde las primeras fases del proceso. "Fue un enorme placer ver a James lidiar con los temas, y maravillarme a medida que componía la partitura", afirma el director. "James es muy prolífico y a la vez enormemente autocrítico. La melodía simplemente fluye de él, pero nunca se siente satisfecho. Seguramente desechamos tanta música estupenda como usamos en la partitura final".

Como en el caso de Zwick, Howard sentía una relación personal con la historia. "Ha resultado una experiencia conmovedora, muy significativa y también ha sido un verdadero placer componer esta partitura. Mi padre era judío, así que tengo en mi interior, creo, un alma judía que sale a la luz en la música", explica.

Disfrutó centrándose en la versatilidad musical del violín. "El violín puede expresar todo el registro de emociones humanas. Puede ser alegre y divertido, o puede sonar como si gimiera y llorara. Es capaz de expresar un gran añoranza y pérdida, que tan fuerte es en esta historia", dice. "El violín es tan emotivo que la clave era contener la música para no caer en excesivos sentimentalismos. Opté por un enfoque minimalista, con las melodías de la partitura basadas en armonías sencillas".

Howard disfrutó especialmente trabajando con el violinista de renombre, Joshua Bell, que desempeñó un papel similar como solista de "EL VIOLÍN ROJO", ganadora del Oscar. Comenta Bell: "No hago muchas bandas sonoras de películas, pero esta historia me pareció muy interesante. Tengo antepasados judíos, de hecho, mi abuela vivió muy cerca de donde se desarrolla la historia, y me sorprendió no saber nada de esta historia. Me resultó revelador y, cuando me enviaron parte de la música de James Newton Howard, me pareció tan hermosa, que me sentí encantado de que me pidieran tomar parte en ella".

Bell está de acuerdo en que el violín parece encajar con los personajes de RESISTENCIA por su fuerza y pasión. "El violín es fundamental para la tradición judía de esa parte de Europa y es, además, un sonido que va directo al corazón", observa. "James y yo nos esforzamos por buscar un equilibrio y conseguir el tono adecuado, con fuerza pero sin resultar melodramático". A Howard le emocionó cómo Bell consiguió justamente eso. "Es uno de los grandes violinistas vivos y creo que cogió la partitura y la hizo mil veces mejor", opina el compositor.

Una vez terminada la partitura, la sutileza siguió siendo el principio rector para integrar la música en la película. El montador Steven Rosenblum, candidato en 3 ocasiones al Oscar, explica: "James Newton Howard maneja su música como si fuera un escalpelo, en lugar de un machete, y eso es justo lo que necesitaba esta película. A Ed y a mí nos gusta tanto su música que seguramente habríamos tendido a excedernos con ella, de no haber estado James para resistirse. Comprendió que esta película tenía su propio ritmo, que la banda sonora debía respetar".


Un legado perdurable para la siguiente generación de Bielski
A lo largo de la producción, Zwick mantuvo un estrecho contacto con el clan familiar Bielski, sobre todo con los hijos de primera generación de Tuvia y Zus, para quienes la película se convirtió en una oportunidad de conservar el legado de sus padres para generaciones futuras.

Esos miembros de la familia Bielski llevaban toda una vida luchando para que se contara la historia de sus padres. Recuerdan que, de jóvenes, habían tenido que rebuscar tenazmente para conseguir el más mínimo detalle sobre lo sucedido antes de que nacieran. Mickey Bielski, hijo mayor de Tuvia, recuerda que fueron otras personas las primeras en comentar los increíbles secretos del pasado de su padre. "La verdad es que oí a otros supervivientes hablar de ello antes que a él. De repente, alguien me dijo algo dramático como ‘tu padre me salvó la vida’", comenta. "No tenía ni idea de lo que hablaban, pero desde luego me picó la curiosidad".

Como muchos supervivientes del Holocausto, a Tuvia Bielski le costaba hablar del pasado y prefería centrarse en crear un futuro mejor para sus hijos en América. Mickey comenta: "Creo que mis padres querían ser simples ciudadanos corrientes que se ocupaban de su familia, pero todos empezamos a darnos cuenta de que tenían una historia muy especial".

Fueron los hijos los primeros que animaron a sus padres a abrirse más, aunque nunca les fue fácil. Otro de los hijos de Tuvia, Robert Bielski, recuerda: "Mi padre se emocionaba mucho cuando contaba historias de esa época y, cuanto mayor se hacía, más se emocionaba. Así que costaba mucho sacarle las historias completas. Empezaba con fuerza, pero luego empezaba a emocionarse y llegaba un momento en que no podía seguir".

Pero, poco a poco, los hijos lograron hacer progresos con su interés. "Cuando se dieron cuenta de lo importante que nos resultaba saberlo, empezaron a contar la historia y nos quedamos sobrecogidos. Todavía lo estoy", afirma Ruth Bielski, hija de Tuvia.

Zvi Bielski, uno de los hijos de Zus, apunta que su padre se mostraba algo más comunicativo que su hermano mayor, siempre más taciturno. "Siempre recalcaba cómo se vengaron de los nazis. Estaba muy orgulloso de ello, pero estaba especialmente orgulloso de toda la gente a la que habían salvado", recuerda. "El verdadero legado de los Bielski es que hay mucha gente en este mundo que podría no haber existido".

A los hijos de los Bielski les entusiasmaba la idea de una película, no tanto porque tratara de sus padres, como porque supondría que esta importante historia no moriría con sus recuerdos. Comenta Ruth Bielski: "Mi padre siempre supo que no viviría para ver la historia contada. Y resulta agridulce que ya no esté, pero creo que esta película hará justicia y honor a todos sus recuerdos. Ahora queda en nuestras manos la responsabilidad de transmitir esta historia a nuestros hijos, y esperar que nuestros hijos se la transmitan a los suyos. Creo que esta película se asegurará de que eso suceda".

Robert Bielski recuerda que, la primera vez que Edward Zwick se reunió con la familia en Nueva York, pareció colmar todas sus esperanzas. "Nos ofreció su visión de lo que iba a ser la película", explica, "y nos pareció que había dado en el clavo: el sentido de sobre qué trataba realmente la historia, el sentido de quiénes eran realmente los hermanos. Lo que también comprendió fue la enormidad de lograr que sobrevivieran tantos, ese monumental concepto de 1.200 personas que salían de los bosques para crear cinco generaciones más".