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RocknRolla cartel reducidoRocknRollaDirigida por Guy Ritchie
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De Guy Ritchie, guionista/director de "Lock & Stock" y "Snatch", llega "RocknRolla", una historia de sexo, matones y rock n' roll.

RocknRolla cuenta con la participación de Gerard Butler (300, P.D. Te quiero) como Uno Dos, un estafador callejero que trata de nadar y guardar la ropa. Tom Wilkinson (Michael Clayton, En la habitación), nominado dos veces a los Óscar, interpreta al implacable mafioso Lenny Cole, que forma parte del viejo régimen del crimen londinense y que está perdiendo terreno a favor de la mafia extranjera con más dinero a pasos agigantados. Thandie Newton (Crash, En busca de la felicidad) interpreta a la chica de Uno Dos, Stella, una contable inteligente y sexy que sirve de vínculo entre ambos mundos. Mark Strong (Red de mentiras) interpreta a Archy, la mano derecha de Lenny Cole. Idris Elba (La cosecha, Bajo escucha) es Murmullos, la pareja de Uno Dos en el crimen y su mejor amigo, y Tom Hardy (Layer Cake: Crimen organizado) es Bob el Guapo, otro de sus hombres. Toby Kebbell (Control) interpreta a la estrella británica del rock Johnny Quid, al que se daba por muerto, y Jeremy Piven (El séquito) y Chris Ludacris Bridges (Crash) son, respectivamente, Romano y Mickey, dos estadounidenses que tratan de abrirse camino en el panorama musical de Londres.

Guy Ritchie ha dirigido RocknRolla a partir de su propio guión. La película ha sido producida por Joel Silver (de las sagas Matrix, Arma letal y Duro de matar), Susan Downey (La extraña que hay en ti), Steve Clark-Hall (Revolver) y Guy Ritchie. Steve Richards y Navid McIlhargey son sus productores ejecutivos.

El equipo creativo está liderado por el director de fotografía David Higgs, el diseñador de producción Richard Bridgland, la diseñadora de vestuario Suzie Harman y el editor James Herbert. Steve Isles ha compuesto la música.


Organización
El guionista/director Guy Ritchie, que ya había explorado la peor cara de Londres en el éxito con el que hizo su debut "Lock & Stock", y más tarde en su película "Snatch", quedó fascinado con la entrada de grandes cantidades de dinero desde el extranjero, principalmente de los países del antiguo bloque del Este, al lumpen londinense. "Quería ver de forma humorística las consecuencias de la llegada de esta nueva escuela al territorio de la vieja escuela", comenta Ritchie, que también ha sido productor de "RocknRolla". "Esta película trata de introducirse en el mundo del sector inmobiliario, como tanta gente ha tratado de hacer, especialmente en los últimos años, debido a los enormes beneficios que ofrecía. Todos quieren participar y, por su puesto, también están los que se quedan por el camino".

Con la construcción de nuevos edificios prácticamente todos los días, la ciudad se ha convertido en una gran obra y el perfil de Londres se ha transformado tanto que cuesta reconocerlo. "Si te subes a lo más alto de cualquier edificio elevado, todo lo que verás será grúas", describe Ritchie. "Las grúas crecen como setas. Y el precio de los edificios construidos no deja de subir. No hace falta decir que es tanto el dinero que está en juego que muchos quieren aprovecharse de la situación".

Todo el mundo quiere estar presente en la acción – desde el cerebro del crimen cuyos días están contados hasta los ambiciosos criminales del Este que ocultan sus actividades tras una pantalla de respetabilidad o los contables y funcionarios que cuentan el dinero y, por último, los rateros de poca monta que están buscando un atajo al éxito. "Lo que he tratado de hacer es integrar todos estos personajes y trayectorias dispersos en una imagen de conjunto", explica Ritchie. "Es inevitable que existan conexiones, pero van por su propio camino desde lo más alto hasta abajo y vuelta a empezar. Queríamos representar las distintas facetas de nuestra sociedad que participan en este chanchullo a gran escala".

El productor Joel Silver se sintió inmediatamente atraído por los elementos interconectados de humor y acción presentes en la tensa fábula de Ritchie. "Siempre habíamos hablado de trabajar juntos en una película y 24 horas después de leerla, sabía que quería hacer 'Rocknrolla'", recuerda Silver. "La visión de Guy es única e integra este mundo dinámico poblado de gánsters, estrellas del rock, políticos corruptos, criminales de las guerras del Este y todo lo demás".

La productora Susan Downey añade: "'RocknRolla' tiene todo lo que a la gente le gusta de las películas de Guy, esa combinación ecléctica de personajes, las historias entrelazadas que encajan entre sí sin que te des cuenta, un fantástico reparto, la energía, su estilo visual tan particular, etc. Pero también tiene un nivel emocional imprevisto que creo que diferencia a este film".

Ritchie, comenta Silver, toma el pulso al hampa criminal en el que transcurren sus historias. "Esta película nos presenta a los gánsters de la vieja escuela como Lenny Cole y a los chicos listos prometedores del Grupo Salvaje. Pero lo que se están encontrando con la llegada de los nuevos hombres de negocios del Este es totalmente nuevo. No respetan la antigüedad, y tienen dinero y agallas suficientes para cambiar cómo se hacen las cosas en Londres. Y, de este modo, la vieja escuela tiene que adaptarse para sobrevivir. Esto hace que la historia resulte muy dinámica y que cuente con muchos elementos "comodín" que envían la acción a territorios totalmente nuevos".


El grupo salvaje
Cansado de codearse solamente con rateros de poca monta, el Grupo Salvaje siempre está buscando su gran oportunidad. Gerard Butler interpreta a su líder de facto, un estafador de la calle llamado Uno Dos, que quiere nadar y guardar la ropa. Butler quería trabajar con Ritchie desde que vio "Lock & Stock". "Cuando abrí el guión de 'RocknRolla', era todo lo que podía pedir", comenta el actor. "La película da que pensar, pero también tiene humor, violencia y estupidez".

Ritchie comenta que el actor poseía todas las cualidades que buscaba cuando creó el personaje de Uno Dos. "Gerry tiene esa mezcla intangible de encanto y peligro, de sinceridad y astucia. Una vez en el rodaje, el director alabó su instinto diciendo: "Gerry entendió inmediatamente lo que estábamos haciendo, lo que me ha facilitado mucho el trabajo". "Prácticamente sólo tenía que rodar una toma".

Butler, por su parte, atribuye su comprensión al director. "Guy sabía exactamente lo que quería y nos facilitó mucho a los actores el poder seguir su forma de pensar. Es un director increíble".

Uno Dos y su gente — incluido Murmullos, al que interpreta Idris Elba, y Bob el Guapo, recreado por Tom Hardy — quieren introducirse allí donde está el dinero de verdad: el sector inmobiliario. "Son todos amigos", comenta Butler. "Llevan años juntos, han pasado por buenos y malos momentos juntos. Y al mismo tiempo quieren vivir la vida. Y eso presenta sus propios desafíos, lo que incluye a amigos que resultan no ser cómo creías".

Elba describe el Grupo Salvaje como un grupo de "emprendedores". Son oportunistas que merodean por Londres tratando de hacerse con un trozo del pastel de siempre"
, comenta. "Murmullos y Uno Dos se complementan muy bien porque los dos son unos buscavidas. Siempre que hay una oportunidad de hacer dinero, allí están ellos. En esta película, tienen una especie de club para caballeros de los bajos fondos, un antro donde se dejan caer todos. Allí se sientan, se echan unas risas y toman decisiones, '¿Qué coño hacemos hoy, chicos?' es su lema. Guy tiene un sentido del humor muy interesante".

Pero en su primer intento de especulación inmobiliaria terminan perdiéndolo todo y debiendo una gran suma de dinero a Lenny Cole, un hombre de negocios de Londres corrupto que controla tanto el dinero como el mercado inmobiliario. Lenny, interpretado por Tom Wilkinson, respalda con su dinero al Grupo Salvaje en un negocio inmobiliario…, pero sólo lo suficiente como para robárselo. "Están tratando de meter la cabeza en este mundo", comenta Butler. "Quieren introducirse en el mercado inmobiliario, pero no lo hacen bien. Lo fastidian todo en el mayor negocio que hayan hecho nunca y creen que ha sido sólo cuestión de mala suerte. Y, de forma fiel al perverso sentido del humor de Guy Ritchie, terminan teniendo una deuda con quien les ha estafado".

Y lo que es peor: a Bob el Guapo sólo le quedan 24 horas antes de empezar una condena de cinco años por otro delito. Su personaje tiene un secreto muy particular que se desvela cuando se enfrenta a una larga condena. Como los demás personajes de la película, Tom Hardy dice que su personaje "tiene muchas conchas". Prosigue: "Son personajes reales, pero se trata de una especie de realidad mejorada. Los gángsters realizan actividades criminales y son violentos, pero estos chicos siempre se están riendo y haciendo el ganso. Tienen muchas facetas, así que no debes infravalorarlos".

La vieja escuela vs la nueva escuela
Cuando el Grupo Salvaje trata de prosperar, el puesto al que aspiran lo ocupa Lenny Cole, interpretado por Tom Wilkinson, nominado a varios Óscar y premios BAFTA. Se trata de uno de los mafiosos del antiguo régimen londinense que ha se creado una cómoda red de funcionarios y políticos corruptos para que le ayuden, y que ahora trata de mantener su puesto entre los gángster extranjeros más ricos que se están haciendo rápidamente con su territorio.

"Guy Ritchie ha creado un mundo que moralmente se mueve en una escala de grises", explica Wilkinson. "No es exactamente el hampa: es algo a caballo entre lo legal y lo criminal. Lenny Cole es un empresario oportunista con importantes conexiones criminales. Representa la forma tradicional de hacer las cosas. No entiende bien que si quiere mantenerse por delante de sus rivales va a tener que hacer algo, porque ellos son tan despiadados y están tan bien relacionados como él".

Lenny dirige el hampa con apuestas amañadas y sin piedad ayudado por su mano derecha, Archy, que le ha servido fielmente durante 20 años. "Lenny y Archy son descendientes directos de los gángsters de los años 50 y 60", aporta Mark Strong. "Son elegantes, son presentables. Son sutiles, delicados pero también amenazadores. Y, cuando es preciso, extremadamente violentos".

En medio de este crisol del lumpen londinense aparece el oscuro bimillonario ruso Uri Omovich (Karel Roden), que pone los ojos en las orillas del río para construir un nuevo centro comercial. Pero, para asegurarse el éxito de la operación, tendrá que prepararlo todo rápidamente y evitar que surja ningún problema, y para eso va a necesitar a Lenny Cole.

"El problema con Lenny es que le viene demasiado grande", explica Wilkinson. "Se está enfrentando a gente que es tan malvada como él y, probablemente, más inteligente. Su problema es que no valora adecuadamente a sus rivales".

Lenny y su gente son "en gran medida un tributo a los gánster de siempre de Londres, pero eso es precisamente lo que les va a dar muchos problemas", comenta Strong. "De donde vienen se respeta y entiende quién manda y creen que nadie en su sano juicio se va a atrever a meterse con ellos. Pero se encuentran con dos grupos de criminales que no les tienen ese respeto y miedo tradicionales: Uno Dos, Murmullos y los suyos, que tienen una visión más moderna, y el grupo de los rusos que han hecho dinero siguiendo la estela del nuevo capitalismo en Europa Oriental y que pueden ser unos matones mucho más sanguinarios".

Ritchie está de acuerdo en que Uri y su gente no siguen las mismas reglas. "La diferencia es que con todo ese dinero que está viniendo del Este, creo que Lenny y los suyos pierden terreno porque hay mucha otra gente — posiblemente mejor adaptada para el nuevo mundo — que les ha robado su posición de autoridad. Sencillamente no están preparados, no están cualificados para seguir trabando en ese entorno".

Y para dar una vuelta de tuerca más está la espectacular contable del ruso, Stella, que decide maquillar los números en beneficio propio.


Y comodín
Thandie Newton es Stella, la inteligente y sexy contable conectada con los bajos fondos. "Stella es muy buena en lo suyo", describe Newton, "tan buena, en realidad, que creo que se ha aburrido y empieza a jugar para divertirse un poco. Y, claro está, nada más divertido para una contable puritana que mezclarse con el hampa".

Su habilidad con el dinero la ha introducido en el círculo más cercano de Uri Obomavich, el billonario ruso que quiere invertir en el sector inmobiliario londinense. "Stella le gusta a Uri en todos los sentidos", explica Karel Roden, que interpreta a Uri. "Representa la sofisticación y confía en ella implícitamente con su dinero, pero no hace bien. En cierto sentido, puede dominar fácilmente ese nuevo mundo en el que está entrando, pero no lo tiene tan fácil en asuntos del corazón".

Con el inminente pago de Uri a Lenny Cole — dinero para tratar de facilitarse el camino de cara al nuevo megacomplejo que quiere construir – Stella ve una oportunidad para introducirse en un campo de actividad totalmente nuevo… y conoce al hombre perfecto para que le ayude. "Uno Dos se convierte en su marioneta, o eso cree ella", explica Newton. "Pero se enamora de él, lo que compromete su situación".

Aunque en un primer momento sólo son socios en un negocio de los grandes, Uno Dos y Stella — la cara y la cruz de la moneda – se atraen como un imán. "Me gusta mucho la dinámica que existe entre nuestros personajes", comenta Butler. "Compartimos algunas escenas desentonadas muy divertidas. Son definitivamente sexy, pero existe una energía poco habitual entre nosotros y creo que eso es lo que hace que no sea la típica relación chicochica de los thrillers".

Para Newton, la colaboración con Butler y Ritchie fue una de las experiencias más interesantes de la película. "Gerry es una fuente inagotable de energía", explica. "Quiere probar distintas formas de hacerlo todo. Y no importa la hora del día que sea, siempre tiene algo nuevo que aportar. Es genial porque Guy confía tanto también en el material y en nosotros como actores que nos da libertad para aportar nuevas ideas y ser espontáneos. El hecho de poder dar nuestras propias ideas e integrarlas en nuestros personajes fue disfrutar de lo mejor de ambos mundos. Guy no quiere la superficie del personaje, quiere sacar toda su verdad y profundidad".


La estrella del rock
Lo que impide que Uri Obomavich haga el trato es su "cuadro de la suerte" que presta a Lenny hasta que se cierre el acuerdo. Cuando desaparece el cuadro, pronto aparece en la casa de una estrella del rock drogadicta, Johnny Quid. Para encontrar el cuadro de Uri, Lenny Cole debe encontrar a Quid, quien, al final, resulta estar relacionado también con el mundo del hampa londinense: es el hijastro de Lenny Cole.

Ritchie comenta: "Cuando Johnny era joven, probablemente tenía mucho talento y fue a una buena escuela. Pero tiene un gángster de padrastro, y por eso ha pasado mucho tiempo tratando de encajar el bien y el mal en su vida. Se hace preguntas y constantemente trata de poner a prueba los límites del poder, lo que le causa problemas".

Toby Kebbell interpreta a Johnny Quid, la última sensación en el escenario musical alternativo londinense, del que actualmente se rumorea que está muerto. "Como músico y cantante, se da cuenta de que estar muerto puede ser mucho mejor a la hora de vender discos", explica Kebbell.

El choque del interés de Lenny por encontrar a Johnny y la desaparición de éste no hace sino causar problemas a Romano y Mickey, los dos estadounidenses que produjeron el último disco de Johnny, interpretados por Jeremy Piven y Chris "Ludacris" Bridges. Lenny aprieta las tuercas a Romano y Mickey para localizar a Johnny… o tendrán que afrontar las consecuencias.

"Nuestros personajes son los buenos de la película si se comparan con los demás personajes", explica Bridges, que es Mickey. "Romano y Mickey han ido a Londres para meterse en el mundo de la música, pero no se esperaban algo así cuando se mezclan con Johnny Quid".

Los dos actores disfrutaron mucho trabajando dentro del mundo único creado por Ritchie en "RocknRolla". "Lo que me encanta de la película es que cada uno tiene su propia historia individual que se mezcla con las demás al final", concluye Bridges.

"Cuando leí el guión, me perdí en el mundo de los personajes", confiesa Piven. "A Guy le encanta el idioma e hizo a cada uno increíblemente específico. Le gustan sus matones y no son planos ni desganados. Como estadounidense, me permitió conocer de verdad este mundo. Resultó muy interesante hacer esta película. Aunque es muy colaborador y está dispuesto a escuchar a todo el mundo, Guy tiene una idea muy clara de lo que quiere: le gusta que haya un buen ritmo en el plató. El rodaje fue muy corto, lo que te obligaba a estar a tope para no perderte".


Un Londres desconocido
Para Guy Ritchie, la acción y la intriga de "RocknRolla" es un reflejo de los importantes cambios que se están produciendo en su ciudad, Londres, donde el cristal, el acero y el hormigón son omnipresentes en las calles y estructuras históricas, añadiendo una nueva capa brillante a la ciudad, aunque sin enmascarar del todo lo antiguo. "'RocknRolla' tiene que ver en realidad con las consecuencias de que Londres se esté convirtiendo en un fenómeno internacional", destaca. "Londres está en medio del mundo en el sentido de que a menudo es el último lugar al que se va de camino a EE.UU. y el primer lugar al que se llega en Europa".

Ahora que los países del Este han ido acumulando dinero e influencia en las últimas décadas, la entrada de los hombres de negocios rusos y de Europa del Este en el mercado inmobiliario de la ciudad ha tenido un efecto dramático en el panorama urbano. "Han transformado totalmente las reglas de juego", señala Ritchie. "Si quieren algo, no regatean el precio, pagan el doble. La competencia ha desaparecido completamente porque ¿quién puede competir con eso? Las reglas del compromiso también han cambiado. Londres está en constante evolución, y eso puede verse en los nuevos edificios que se construyen. Ahora es una metrópolis en ebullición".

Para el director de fotografía David Higgs, mostrar la ciudad tal y como es hoy en día era un aspecto clave dentro de la visión de Ritchie para la película. "Desde que hizo 'Lock & Stock', el East End londinense se ha transformado de raíz", explica. "Ahora es moderno, ya no es gris. Es mucho más lujoso y ostentoso".

Pero ahora que Londres se está reinventando, Ritchie quería mostrar la ciudad en una forma nunca vista en el cine, lo que representaba todo un reto para su equipo de rodaje. "Era cuestión de encontrar rincones de la ciudad que fueran totalmente nuevos y que se estuvieran reconstruyendo, y concentrarse en ellos", explica el diseñador de producción Richard Bridgland. "Guy estaba buscando espacios a gran escala. Quería localizaciones que tuvieran esa tipo de magnificencia y enormes espacios abiertos a su alrededor".

"En comparación con los rodajes en la mayoría de las ciudades de EE.UU., rodar en Londres es difícil", añade el productor Steve Clark-Hall. "En EE.UU., las carreteras son todas paralelas y están ordenadas. Aquí van en cualquier dirección y el tráfico es muy difícil de mover por Londres. Encontramos muchos retos logísticos, pero lo mejor es la propia ciudad: los edificios, las imágenes, las interesantes formas arquitectónicas que encuentras en Londres".

Con un papel tan destacado de la ciudad en la historia, el equipo no sólo tuvo que vérselas con la complicada infraestructura londinense, sino también aprovechar todos los recursos a su alcance para obtener los permisos necesarios y poder filmar en algunos de los referentes más icónicos de la ciudad. Entre estos iconos se incluyen la central de Battersea, construida en los años 30 por Sir Giles Gilbert Scott y que se va remodelar en breve; el Mercado de Frutas y Lana de la ciudad de Londres junto a la torre Swiss Re Tower (llamada la torre Gherkin) y la torre Nat West; el muelle de las Indias Occidentales, atrapado entre la Cúpula del Milenio y el Canary Wharf, con sus elegantes y modernos complejos de oficinas de elevada altura y el modernismo de los 60 del Barbican Centre.

"Guy insistió mucho en representar un Londres muy concreto, nuevo y cambiante, y que se está modernizando en lugar de la antigua imagen victoriana de la ciudad que solemos ver en las películas", comenta la directora de localizaciones Claire Tovey. "Logramos una buena combinación de lo ultramoderno de Wembley y la torre Gherkin y ese sentido de cambio y constante evolución que se puede ver en la remodelación de la central de Battersea".

Para el lugar en el que el inversor ruso Uri hace negocios con Lenny Cole, Ritchie y su equipo encontraron el increíble nuevo estadio de Wembley con su prominente arco. "No te puedes imaginar a Uri con una oficinita en un edificio normal o algo así", explica Bridgland. "Así que nos fuimos directamente al Wembley Arena e hicimos que su oficina dominara el campo. Uno sí se imagina a un magnate inmobiliario como propietario de algo así. Wembley era uno de los lugares en los que nos apetecía especialmente poder filmar debido a esos grandes y magníficos espacios y su maravillosa calidad fílmica".

"Wembley fue un golpe maestro", añade Tovey, "porque éramos los primeros en poder utilizarlo. Tuvimos que insistir mucho para poder hacerlo, pero creo que al final se cansaron de nosotros y cedieron", comenta entre risas.

La estación de Battersea es una estructura que se hizo famosa en todo el mundo por su aparición en la portada de un álbum de Pink Floyd. Bridgland y su equipo lograron convertir parte de sus espacios cavernosos en distintos escenarios de la película, incluido el club, la guarida del Grupo Salvaje. El diseñador de producción hizo su propia investigación de los bajos fondos para crear el espacio. "Tuvimos que investigar a escondidas para saber cómo eran. Se trata de lugares privados para ellos, lejos de la policía, por lo que tratamos de recrear ese ambiente".

La estación de Battersea también ofrecía la inmensa sala de la vieja turbina, llena de maquinaria antigua, donde Lenny Cole lleva a sus informadores para descubrir qué saben. "Battersea nos ofrecía verdadera gran escala, y la sala de la turbina era una localización maravillosa", afirma Bridgland. "Tenía unos 3 o 4 pisos de alto, y estaba llena de todo tipo de metales viejos y oxidados, así que era un lugar increíble para rodar".

Otra localización clave era el Hospistal de Middlesex. "El Hospistal de Middlesex es un referente de Londres", describe Bridgland. "Ha estado ahí durante todo un siglo y lo abandonaron hace unos años, por lo que pudimos entrar y modificar algunas habitaciones. Encontramos una docena de localizaciones allí. Lo que hicimos fue elegir unas cuantas habitaciones y espacios y decorarlos de acuerdo con nuestras necesidades".

Bridgland y su equipo transformaron el interior del antiguo hospital en un fumadero de crack, e incluso la elegante oficina de Lenny Cole. "Creamos el fumadero de crack, que tenía que tener exactamente el mismo aspecto que este edificio viejo y desatendido, y luego, con unos pocos divisores, construimos la biblioteca", recuerda. Y luego, una semana después, la unidad volvió a hacer acto de presencia y lo convirtió en la oficina de Lenny en su casa, que es un hogar con elegantes paneles lleno de cuadros ecuestres y mobiliario de calidad".

Para el yate de Uri y la oficina del concejal era esencial encontrar telones de fondo que resultaran nuevos y modernos. Canary Wharf ofrecía el marco ideal para el yate de Uri y el Barbican Centre fue la oficina del concejal. "Puesto que la idea de Guy era mostrar un Londres que no se hubiera visto nunca antes, queríamos actualizar la imagen de las autoridades locales de Londres, y el Barbican Centre es un edificio muy espectacular construido en los años 60", comenta un Bridgland entusiasmado. "Tiene esas reminiscencias del 'Dr. No' con todas las luces del techo y todo lo demás. Su aspecto es espectacular y no tuvimos que hacer gran cosa. Cambiamos los carteles, pero básicamente sólo lo equipamos como una oficina y el resultado fue genial".

Gerard Butler, que había vivido en Londres durante años, estaba encantado no sólo de poder volver a la ciudad sino también disfruto con la visión particular que Guy Ritchie tenía de ésta. "Me encantó poder volver a hacer una película en Londres, especialmente con Guy, que se considera la autoridad definitiva del Londres moderno con su cultura y su humor", explica. "Guy tiene un estilo visual increíble para combinar lo moderno y lo antiguo, integrándolo todo, y aportando carácter a la mezcla".


Rodaje rápido y limpio
Una de las características más destacadas de las películas de Guy Ritchie es el estilo con el que las rueda. En parte gracias a las grandes dimensiones del equipo y en parte para que la producción resultara lo más eficiente posible, el de "RocknRolla" fue un rodaje rápido de seis semanas de duración. El uso de cámaras de alta definición facilitó mucho las cosas y aumentó la eficiencia.

"Guy trabaja rápido", comenta Steve Clark-Hall. "Le gusta crear energía en el plató y hacer que ésta fluya. Y logró hacerlo sin crear tensión durante un rodaje tan corto, lo que demuestra sus grandes dotes de director".

Mark Strong, que ya había colaborado con Ritchie en "Revolver", conocía muy bien los métodos de trabajo del director. "Crea un entorno divertido e inventivo, y hace que quieras que todo salga bien", explica. "Rodamos una escena en medio de Cambridge Circus, un cruce muy concurrido en el Soho, y los cámaras estaban ocultos en una pequeña tienda de trabajo al otro lado de la calle. Nos limitamos a grabar la escena con la gente cruzando la calle. Fue un caos. Pero rodar así también es muy divertido porque te hace mantener la guardia; llegas, ruedas y te vas. No tienes mucho tiempo para pensar, y eso es lo mejor muchas veces".

Una de las escenas más memorables de Butler es una carrera épica a través de los patios traseros de un barrio, las vías del tren y los almacenes en la que Uno Dos y Murmullos están siendo perseguidos por dos matones rusos. "Es una escena de acción muy larga y tensa, pero también resulta muy divertida porque los dos tipos que nos persiguen no se detienen ante nada", comenta Butler riéndose. "Les disparamos, les pegamos, les apaleamos, les tiramos el coche encima, y no se paran. La escena representa fielmente la increíble estética y energía de Guy. Es una de las escenas de persecución más únicas que haya visto nunca, o en la que haya participado".

Silver concluye: "Guy ha hecho una película que desafía los límites de la comedia de acción o la película de gángsters. Es muy divertida porque se trata de una fábula en medio de toda la acción. Uno de los personajes compara la vida con una cajetilla de cigarrillos, que tiene un aspecto muy sofisticado por un lado pero que por el otro te dice con toda crudeza que te va a matar. Buscando siempre el camino más corto a la buena vida, estos personajes se mueven por el afilado borde de la navaja que separa la vida de la muerte. Eso es 'RocknRolla'".