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Piccolo & Saxo cartel reducidoPiccolo & Saxo(Piccolo, Saxo & Cie)
Dirigida por Marco Villamizar
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La música original de la película ha sido grabada en los estudios de Radio France por la Orquesta Filarmónica de Radio France bajo la dirección de Jakub Hrusa. La Canción de Piccolo y Saxo está interpretada por Jean-Baptiste Maunier y Bonnie Lener (letra y música de André Popp). La Canción del Docteur Marteau está interpretada por L’oiseleur des Longchamps, barítono (letra y música de André Popp).


El trabajo del dirctor
Para Marco Villamizar se trata de su primera experiencia en el largometraje de animación aunque ya había trabajado en la animación 3D con anterioridad en compañías como Médialab, Ex Machina et Cube o en Seenk (su propia empresa). Cuando los productores de Piccolo & Saxo buscaban un director, Villamizar trabajaba en Millimages validando la factibilidad de la película en 3D. Así es como Roch Lener y Carole Scotta le dieron la oportunidad de co-dirigir la película con Eric Gutierez.

Aunque la realización se situó en lugares distintos, la cadena de fabricación funcionó a la perfección. Para cada secuencia, se colocó un sistema de bandejas 3D sobre las cuales se ponían las cámaras cinematográficas. Construían un decorado y alrededor se colocaban los dibujos en mate para no tener que modelar cosas demasiado complicadas. Aquellos dibujos eran enviados a Bucarest para colocar allí el diseño. En Bucarest, cada equipo se formó de la misma manera que en París, con un responsable para cada etapa de fabricación: modelado, diseño, animación, textura, luz, composición... Todo se hizo en paralelo.

Más que está división entre París y Bucarest, la dificultad estuvo en dar alma y vida a los instrumentos musicales. No fue fácil, pues no era nada evidente. Hubo que determinar características para cada familia de personajes: los de cuerda, que están sobre una aguja tienen que saltar; los de metal ondulan más bien sobre las partes bajas del cuerpo... Rápidamente crearon a un personaje para cada familia; después, el equipo de animación, dirigido por Virgil Toader, presentó diferentes proposiciones para todos los demás miembros de cada familia.

En cuanto al grafismo, tuvieron unos dibujos base que había que convertir a 3D. A nivel de luz, de textura, conservaron un aspecto 2D. De esta forma el resultado es una película 3D con un aspecto muy fuerte y marcado.

Para el colombiano Marco Villamizar supuso una verdadera alegría trabajar en este proyecto ya que sus padres le ponían la música Piccolo & Saxo cuando era niño. En sus propias palabras: "Si logramos acercarnos a niños, pequeños y grandes, con un mensaje que sea a la vez lúdico y educativo, entonces lo habremos conseguido".


Las guionistas
Tanto Isabelle de Catalogne como Juliette Sales conocían la obra de André Popp antes de escribir el guión de la película. Aunque sólo sea de oídas no hay niño en Francia que no sepa quienes son Piccolo & Saxo. No obstante el trabajo fue duro ya que la música creada por Popp carecía de narración, era una historia feliz pero no tenía conflictos ni personajes desarrollados, así que el guión se trató de una nueva creación.

La obra tiene claros fines pedagógicos. El tratarse de una orquesta ayudó a este propósito ya que sus características (el reparto en familias, las normas, el trabajo en equipo, etc.) pueden adaptarse a la vida común y transmitir valores e ideas a los niños. Sin embargo, el reto fue hacer que esa obra educativa fuera a su vez una película de aventuras. Para ello las guionistas añadieron personajes que no existían en la obra de Popp como las notas que no sirven para nada y son salvajes o las herramientas cuya única utilidad es reparar, fabricar, pulir, lustrar y preparar los instrumentos para la gran orquesta.

Otro de estos nuevos e importantes personajes es el Dr Martillo que desempeña el papel del antagonista, el que provoca el conflicto y así origina la historia. Con él, se acaba la paz que reinaba en el disco. Pero el Dr Matillo también es un personaje complejo: como otros, su deseo es hacer música pero no puede conseguirlo. Su frustración le conduce a querer esclavizar a los instrumentos.

En cuanto a los personajes principales, definieron claramente sus dos caracteres: Saxo, el mal estudiante que siente dificultades para vivir sobre su planeta, en una familia con reglas muy estrictas y Piccolo, un buen alumno, un cándido con un fuerte sentido de las relaciones, un genio de la escala musical, que al conocer a Saxo, encontrará el coraje y la fuerza para llevar a cabo su búsqueda.

Las guionistas decidieron también incluir otra temática en la película: la lucha entre los jóvenes y los viejos, la disputa entre lo antiguo y lo moderno. Al final Isabelle de Catalogne y Juliette Sales pueden presumir en este Piccolo & Saxo de haber sido fieles al tono y humor del disco de André Popp y a la vez de haber creado una historia propia y original.


Andre Popp
Andre Popp creo Piccolo & Saxo hace más de 50 años partiendo de una obra ya existente pero creando algo completamente original al final. El objetivo era claro: idear un álbum que permitiera a los niños reconocer los sonidos de los instrumentos de una orquesta.

Popp no estuvo solo en esta aventura, como en otras ocasiones, contó con la ayuda de su amigo Jean Brousolle. Juntos encontraron la idea principal de su obra en el índice de un tratado de orquestación, donde los instrumentos estaban catalogados por familias. A partir de ahí se imaginaron que los instrumentos vivían en familias en el reino de la música. Fue Jean quien inventó a Piccolo & Saxo, los instrumentos solistas a los que plasmó rápidamente en un guión del que no hubo que cambiar nada. Con esa base a Andre Popp la inspiración le llegó fácilmente y un mes más tarde, todo estaba escrito y listo para grabar. Fue el propio Popp quien dirigió en un estudio la orquesta de más de sesenta músicos…y ¡era la primera vez que dirigía una orquesta! Un mes más tarde, obtuvieron el Gran Premio de la Academia de la Música...

El éxito fue inmediato. Funcionó perfectamente el boca a boca; hasta tal punto, que Philips encargó a Popp un segundo álbum. Pronto las obras fueron adaptadas a las principales lenguas: inglés, español, italiano, alemán y hasta japonés... y Piccolo & Saxo desde entonces ha sido representado no sólo por toda Francia sino también en Alemania, España, Austria, Países Bajos, México, Colombia, Australia...

Para Popp la adaptación cinematográfica ha sido un acierto. Nada más ver las primeras maquetas de los personajes de la película y los decorados se enamoró de todo ello enseguida. Por supuesto él ha compuesto la música original de la película manteniendo el tema principal e inventando otros, como la canción del Dr Martillo.

Resumiendo, Popp se siente feliz con el resultado y sobre todo por haber acercado la música a los niños durante muchos años.


Entrevista con el director

P: ¿Es su primer largometraje de animación como director?

Marco Villamizar: Sí, pero ya tenía una larga experiencia en la animación 3D. Comencé hace una quincena de años en casa de Gribouille, en un proyecto que no siguió adelante, 20.000 lieues sous les mers. Después trabajé en compañías como Médialab, Ex Machina et Cube, donde pude realizar dos cortometrajes. También creé mi propia empresa, Seenk, en 2001. Pero llevaba mucho tiempo queriendo realizar un largometraje. Cuando los productores de Piccolo y Saxo buscaban un director, yo trabajaba en Millimages validando la factibilidad de la película en 3D. Así es como Roch Lener y Carole Scotta me dieron la oportunidad de co-dirigir la película con Eric Gutierez.


P: La realización de la película ha estado dividida entre París y Bucarest. ¿Cómo se han repartido las tareas?

M.V.: La pre-producción fue en Millimages bajo la dirección de Marco Dhrami y Magali Bion, las post-producción en Mikros bajo la dirección de Christina Crassaris y una parte del compositing se hizo en París, el resto, es decir, esencialmente la fabricación de la imagen 3D, en Bucarest, en el estudio Dacodac dirigido por Camelia Nicolae. Los equipos fueron bastante restringidos, solamente trabajó una decena de personas en el 3D en París. En Dacodac, eran sesenta y cinco aproximadamente. Por otra parte, hay que subrayar que cuando comenzamos la película, Dacodac tenía una gran experiencia en la animación 2D, pero muy poca en 3D. Hizo falta montar un estudio 3D y formar a los animadores. También era el primer largometraje en el que trabajaba. Aún así, se adaptaron increíblemente bien. Era una coacción suplementaria, pero, después de todo, la aventura fue magnífica.


P: El hecho de que la realización se situara en dos lugares distantes, ¿no acarreó ningún problema?

M.V.: No, al contrario, todo fue muy bien. La cadena de fabricación funcionó a la perfección. Para cada secuencia, colocamos un sistema de bandejas 3D sobre las cuales se ponían las cámaras cinematográficas. Construíamos un decorado y alrededor colocábamos dibujos en mate para no tener que modelar cosas demasiado complicadas. Aquellos dibujos los enviábamos a Bucarest para colocar el diseño. En Bucarest, cada equipo se formó de la misma manera que en París, con un responsable para cada etapa de fabricación: modelado, diseño, animación, textura, luz, composición... Todo se hizo en paralelo. El director de animación, Huges Cazelles, estuvo tres meses en Dacodac para construir cada personaje. Todos los jefes de equípo: Valérie Gabriel, Frédéric Lafitte-Matalas, Nathalie Perre, Gaston Marcotti, así como nuestro director técnico, Didier Kwak, se desplazaban al estudio en función del adelanto del proyecto. Personalmente, yo estuve una semana al mes allí.


P: ¿Cómo se consigue proporcionar vida, una alma, a unos instrumentos musicales?

M.V.: No fue fácil, pues no era nada evidente. Nos encontramos ante un verdadero reto. Hubo que determinar características para cada familia de personajes: los de cuerda, que están sobre una aguja tienen que saltar; los de metal ondulan más bien sobre las partes bajas del cuerpo... Rápidamente creamos a un personaje para cada familia; después, el equipo de animación, dirigido por Virgil Toader, presentó diferentes proposiciones para todos los demás miembros de cada familia.


P: ¿Cómo definiría usted el grafismo de la película?

M.V.: Fue Eric Gutierez, co-director- quien se ocupó de la búsqueda gráfica al principio. Mattoti fue nuestro referente. Teníamos unos dibujos base que había que convertir a 3D. A nivel de luz, de textura, queríamos conservar un aspecto 2D. Creo que raramente se ha visto una película 3D con este aspecto tan fuerte y marcado. En este sentido, pienso que la experiencia del estudio Dacodac en materia de animación tradicional 2D, nos ayudó mucho. Daniel Muntean, nuestro jefe de texturas en Dacodac, siguió perfectamente nuestras referencias gráficas.


P: ¿Conocía usted la obra original de André Popp?

M.V.: Sí. Yo nací en Colombia y cuando era niño, mis padres me ponían Piccolo y Saxo en español. Para mí, fue una verdadera alegría poder trabajar en este proyecto. Si logramos acercarnos a niños, pequeños y grandes, con un mensaje que sea a la vez lúdico y educativo, entonces lo habremos conseguido.