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Las aventuras de Tintín: El secreto del unicornio cartel reducidoLas aventuras de Tintín: El secreto del unicornio(The adventures of Tintin: Secret of the unicorn)
Dirigida por Steven Spielberg
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"En cuanto leí mi primer libro de la serie, Tintín jamás se alejó de mis pensamientos y mi corazón. Supe que Tintín y yo estábamos destinados a colaborar de alguna forma... y a un viaje de descubrimiento" - Steven Spielberg, director

De la mano del director ganador del Oscar® Steven Spielberg y del productor ganador del Oscar® Peter Jackson, dos de los contadores de historias más visionarios de nuestro tiempo, llega el gran evento del cine en 3D: una odisea épica a lo largo de todo el globo con misterios ocultos, amenazadores criminales y antiguos secretos; trasladando a la gran pantalla, de forma deslumbrante, las clásicas aventuras que han cautivado generación tras generación con su mezcla única de acción, humor y chispeante narración en Las aventuras de Tintín, el secreto del Unicornio.

Columbia Pictures y Paramount Pictures presentan, en asociación con Hemisphere Media Capital y Amblin Entertainment, Wingnut Films y Kennedy/Marshall Production de Steven Spielberg Film, Las aventuras de Tintín, el secreto del Unicornio. La película está dirigida por el ganador del Oscar® Steven Spielberg con un guión de Steven Moffat, Edgar Wright y Joe Cornish basado en "Las aventuras de Tintín, el secreto del Unicornio" de Hergé. Producida por Steven Spielberg, Peter Jackson y Kathleen Kennedy, con Ken Kamins, Nick Rodwell de la Fundación Hergé y Stephane Sperry como productores ejecutivos. Los coproductores son Carolynne Cunningham y Jason McGatlin. A Spielberg se le han unido sus colaboradores premiados con el Oscar®, el montador Michael Kahn, A.C.E. y el legendario compositor John Williams.

El aclamado reparto de la película está encabezado por Jamie Bell (Billy Elliot) como Tintín, Andy Serkis (la trilogía de El Señor de los Anillos [The Lord of the Rings]) como el capitán Haddock, Daniel Craig (007: Quantum of Solace [Quantum of Solace]) como Sakharine, Nick Frost (Zombies party (Una noche de muerte) [Shaun of the Dead]) y Simon Pegg (Star Trek) como Hernández y Fernández, Toby Jones (las películas de Harry Potter) como Silk, Mackenzie Crook (trilogía de Piratas del Caribe [Pirates of the Caribbean]) y Daniel Mays (The Bank Job) como Tom y Allan, y Gad Elmaleh (El juego de los idiotas [La Doublure]) como Ben Salaad.

El equipo ganador del Oscar® de Weta Digital incluye al supervisor senior de efectos visuales Joe Letteri, supervisor de efectos visuales Scott E. Anderson y el supervisor de animación Jamie Beard, junto con los directores artísticos Andrew Jones y Jeff Wisniewski.


Una aventura de todos los tiempos se encuentra con dos maestros contemporáneos
Hergé, Steven Spielberg y Peter Jackson

Con una serie de aventuras emocionantes a lo largo del mundo, Tintín, el personaje de la novela gráfica se convirtió en una gran sensación mundial. El intrépido periodista con el gracioso tupé y el valor de hacer siempre lo correcto en las situaciones de mayor suspense, se ha convertido en héroe mundial de los jóvenes lectores y una verdadera inspiración para los artistas. Las novelas gráficas de Tintín, escritas e ilustradas por Georges Remi bajo el seudónimo de Hergé, han llegado a diferentes culturas, múltiples generaciones e incluso a fronteras arrasadas por la guerra. Un fenómeno de la cultura pop perenne y de gran magnitud, que ha sido traducido a más de 80 idiomas y ha vendido más de 350 millones de copias... y sigue vendiendo.

A pesar de que Tintín ha viajado a los lugares más remotos –desde Perú al Tíbet y de allí a la luna- aún hay un sitio en el que no se ha aventurado: la gran pantalla de cine actual. Pero eso cambia con Las aventuras de Tintín, el secreto del Unicornio, que no solo lleva el cómic al público de todo el mundo por primera vez sino que lo hace en una forma innovadora y única, con el envoltorio creativo de la narración del siglo XXI, pero, a la vez, permaneciendo fiel al inimitable y eterno estilo visual de Hergé.

La fuente del continuo poder de la serie siempre ha sido la forma en que sus desaliñados y adorables personajes, sus pasaportes a lugares exóticos y sus valerosas batallas contra los malos han unido a la gente que viven sus aventuras y se sienten parte de algo en común.

Eso es lo que ocurrió con Steven Spielberg y Peter Jackson, que se han unido por primera vez como colaboradores gracias a la pasión de ambos por las tentadoras narraciones de Hergé. Cada uno se topó con Tintín en un momento diferente y de forma completamente divergente. Aunque el entusiasmo de ambos por las amplísimas posibilidades cinematográficas de los personajes es el mismo. Ninguno de ellos se pudo resistir a la excitación de tratar de fusionar la desenfrenada gracia de las ilustraciones de Hergé con lo último de la tecnología cinematográfica y la inspiración de enriquecedoras interpretaciones para crear una película única merecedora del vasto legado de Tintín.

"Tintín es un periodista entusiasta que está a la caza de pequeñas pistas y claves que súbitamente estallan y se transforman en esas increíbles aventuras alrededor del mundo", describe Spielberg. "Lo que le hace tan interesante es su inagotable búsqueda de la verdad, aunque ello siempre lo lleva a algunos caminos traicioneros. Con frecuencia se ve atrapado en situaciones muy complicadas, pero de alguna manera encuentra la salida. Desde la primera vez que lo leí, supe que Tintín y yo estábamos destinados a colaborar de alguna forma".

Peter Jackson creció con Tintín y sus aventuras han ejercido una gran influencia sobre él. De niño en Nueva Zelanda, mucho antes de comenzar con su carrera cinematográfica que incluye la trilogía de fantasía más aplaudida de la historia del cine: la saga de El Señor de los Anillos (The Lord of the Rings), Jackson devoraba cada libro de Tintín que podía conseguir, incluso se las apañaba como podía con las ediciones francesas. "Cuando eres un chiquillo, fácilmente te puedes imaginar a ti mismo en las aventuras en las que Tintín se ve envuelto", apunta Jackson. "Porque apelan al primitivo sentido de la aventura que todos llevamos dentro".

Ambos vieron el potencial cinematográfico impreso en el ADN de Tintín. "A todos nos impresionó el hecho de que Hergé contara sus historias a través de lo que eran, en alguna medida unos hermosos storyboard simples y con una clara fuerza narrativa", asegura Kathleen Kennedy, socia desde hace años de Spielberg, y finalmente productora junto a Jackson.

Spielberg contactó por primera vez con Hergé hace mucho tiempo, en el año 1983; y descubrió que el artista belga estaba verdaderamente entusiasmado con la idea de poner a su astuto personaje en manos del realizador. Pero lamentablemente, Hergé murió antes de que pudieran conocerse. Más tarde, su viuda, Fanny Rodwell, cumplió con sus deseos y le cedió los derechos a Spielberg. "Hergé eligió a Steven como el único director que, según él, podía hacer una película basada en su trabajo", cuenta el productor ejecutivo Stephane Sperry, que ha estado involucrado en la propiedad de Las aventuras de Tintín durante décadas y ha sido fan de la serie aún desde hace más tiempo. "Y Steven ha sido siempre respetuoso con eso".

Los realizadores trabajaron muy estrechamente con Nick y Fanny Rodwell, los cuidadosos guardianes del legado de Hergé y expertos en todo lo relacionado con Tintín. "Lo más importante era honrar a Hergé y acercarnos lo más posible a su sentido de la tonalidad y de sus retratos. Cada una de sus piezas cuenta una historia en términos cinematográficos", observa el director. "Había una gran energía de movimiento en cada pose y cada acción, casi parecía que había tratado de comprimir 24 fotogramas en uno solo, y lo había conseguido. Creo que esa era, en mi opinión, la genialidad de Hergé. Cada una de las historias tiene la esencia de una película, y ahora podemos ser fieles a eso".

Spielberg se convenció inmediatamente de que Jackson era el socio ideal. "Peter me dijo: 'Si estuvieras ahora mismo conmigo podrías ver que detrás tengo la colección completa de los libros de Hergé, y me encantaría formar parte de esto'", recuerda Spielberg. "Y así comenzó nuestro proceso de encontrar la forma de capturar el estilo artístico tan característico de Hergé y Tintín, y llevarlo a la pantalla".

Jackson estaba ansioso por comenzar la tarea. "Estaba encantado con que Steven me hubiera invitado a formar parte del proyecto", cuenta. "Steven se parece bastante al personaje de Tintín", reflexiona Jackson. "Tiene un corazón joven. Es muy curioso. Es un amante de la aventura y su sentido del humor es similar al que Hergé le dio a Las aventuras de Tintín. Es la combinación perfecta".

Además de ser el productor de la primera película de la serie, Spielberg le preguntó a Jackson si dirigiría la segunda entrega de la saga. Jackson accedió, y con la aprobación y cooperación de Fanny y Nick Rodwell, y la Fundación Hergé, comenzó la aventura. Fanny, que ahora es presidente de los Hergé Studios en Bruselas, explica: "Fue un verdadero honor para nosotros estar asociados a estos creadores excepcionales que cuentan con nuestra total confianza en que llevarán a Tintín a sus mayores aventuras y a las mayores pantallas. Hergé una vez dijo: 'Considero a mis historias como películas'. ¡Qué profético!"

Después de consultarlo con la Fundación Hergé, los realizadores ficharon a los guionistas Steven Moffat y el equipo formado por Edgar Wright y Joe Cornish para darle forma a la adaptación. Para presentar a Tintín y sus varios aliados y enemigos al mayor público posible, los realizadores decidieron combinar sus tres libros favoritos de Tintín: "El cangrejo de las pinzas de oro" (The Crab with the Golden Claws), "El secreto del Unicornio" (The Secret of the Unicorn) y "El tesoro de Rackham el Rojo" (Red Rackham's Treasure) en un solo argumento que estimulara a los espectadores de cine de hoy en día.

Los libros fueron la estrella guía de los guionistas. "Las historias de Hergé te llevan a un mundo vibrante de color y aventura, pero son mucho más que eso: están llenas de conceptos morales, de viajes y exotismo a la vez que presentan la grandeza del mundo y los ideas científicas del momento. Creo que esa es una de las razones por la que es tan importante en la imaginación de millones de niños, y queríamos llevar todo eso al guión", resume Cornish.

También los guió el enfoque conceptual de Spielberg y Jackson, que vieron los elementos de cine negro, suspense hitchcokniano y efectos especiales escondidos bajo las pícaras líneas de los dibujos de Hergé, y los llevaron a un primer plano.

"El resultado", explica Spielberg, "es en parte misterio, en parte una historia de detectives y también una intensa y provocadora aventura, y todo gira en torno a una gran historia de amistad, lealtad y fe entre el capitán Haddock y Tintín".


Diseñando el mundo de Tintín
Los primeros pasos del papel a la pantalla

Steven Spielberg y Peter Jackson no solo comparten una imaginación fértil sino también el impulso por explorar nuevas fronteras. Desde los extraterrestres a la Tierra Media, han forjado personajes inolvidables en mundos tan originales que quitan el aliento y que jamás podrían haber sido experimentados fuera de una sala de cine. Y aún así, ninguno de los dos ha utilizado sus habilidades y arte en la animación en 3D.

Desde el primer día, el voto de fidelidad de Spielberg y Jackson fue en primera medida al legado de Tintín, a su pasión compartida por trasladar el estilo visual de Hergé y su inspiración, al diseño, desde el primer día, de una película completamente de animación en CG.

En un principio, mientras se escribía el guión, se puso en marcha el departamento de arte y el equipo de animación, y colaboradores a ambos lados del Pacífico comenzaron a trabajar con lluvia de ideas para dar singularidad a los personajes y elegir atractivos escenarios para Las aventuras de Tintín. Una de las grandes decisiones que se tomaron y que daría forma a todo lo que siguió después, fue mantener la época y la textura de la historia libre de temporalidad, como si estuviera suspendida en un especie de eterno universo "noir", con oscuras sombras acechando en cada esquina.

"Estas historias podrían haber transcurrido en los años 30, los 50, los 80 o ahora mismo", se explaya Spielberg, "y esa es parte de la belleza que queríamos conservar. Lo que no queríamos en nuestra película eran teléfonos móviles, aparatos de televisión o coches modernos. Las indicaciones acerca del diseño provenían en primer lugar de Hergé, y no de ninguna presumible época o lugar". Jackson agrega: "Queríamos que la película diera la sensación un poco retro y de tensión de un drama policial. Ese no es Tintín pero sí el mundo en el que Tintín habita. Había tanto suspense en la historia que vimos que podíamos incorporar personas con largas gabardinas, sombreros bajo la lluvia, faroles nocturnos que arrojaran sombras en el asfalto mojado; ese es el mundo que creamos para que Tintín viviera en él".

Después, los artistas, diseñadores y animadores comenzaron a visualizar cómo se hubiera visto el arte de Hergé si hubiese existido en el espacio tridimensional. "A pesar de haber sido dibujadas hace ya muchas décadas, las ilustraciones tenían algo de orgánico", asegura Richard Taylor, uno de los dueños de Weta Workshop y supervisor de diseño y efectos de la película. "Cuando miras los dibujos hechos a pluma negra con la acuarela lavada en la página plana, todo lo que tienes que hacer es entrecerrar los ojos para empezar a imaginar el mundo de Las aventuras de Tintín. No puedes evitar verlo en 3D", murmura.

Funcionó tan bien en parte porque Hergé desde el primer día en que comenzó a dibujar las aventuras de Tintín dejó claras las reglas de que la realidad se encontraba en estado puro. "Las líneas de lo que Hergé dibujó no son necesariamente precisas", afirma el supervisor de efectos visuales Joe Letteri. "No trataba de dibujar exactamente lo que veía; y nosotros quisimos mantener esas exageradas cualidades de la misma forma que él. Una gran parte del trabajo consistió en el estudio del diseño, mirar lo que hizo y entonces imaginarlo desde diferentes puntos de vista. Esto nos permitió empezar a construir un vocabulario de cómo queríamos armar su mundo en un entorno completamente de animación 3D".

Para dar vida al mundo de Hergé y que el público pudiera sentir el viento a través del aire virtual, el departamento artístico investigó en las imágenes y localizaciones que representarían los diferentes entornos en los que se encuentran Tintín, Milú y Haddock: desde las aguas calientes de alta mar, el océano durante una tormenta, a las cambiantes arenas rosas del desierto del Sáhara. Una de las localizaciones favoritas de los diseñadores fue la ciudad imaginaria de Hergé, Bagghar, Marruecos, un seductor reino de la intriga de oriente. "Estudiamos diferentes estilos de estructuras del norte de África, diseños y pasadizos", explica el diseñador conceptual Rebekah Tisch, "y pudimos utilizar colores y formas fascinantes para crear Bagghar. Me contagió una verdadera pasión por ir y ver ese mundo, y espero que la gente que vea Las aventuras de Tintín pueda experimentar la misma fusión de excitación y color".

Respondiendo a una invitación de Fanny y Nick Rodwell de la Fundación Hergé, el principal diseñador conceptual Chris Guise viajó a Bruselas para investigar de cerca el lugar natal de Tintín, y sumergirse en la atmósfera que dio como resultado la creación del piso en la calle Labrador, 26 y la silueta del capitán Haddock en el castillo de Moulinsart. "Chris se sumergió completamente en el mundo de Hergé y buscó sus primeras imágenes inspiradoras, luego volvió rebosante de plenitud con la idea completa de cómo era ese lugar", apunta Richard Taylor.

El supervisor de maquetas digitales Marco Revelant aportó todavía más, gracias a su pasión por las maquetas de barcos que es una de las claves de la aventura. Revelant viajó al Museo de la Marina en París para diseccionar visualmente los navíos en los que Hergé basó "El Brillante" y "El Unicornio". "Los diseños de Hergé eran un poco más elaborados aunque de dimensiones más reducidas", ilustra Revelant. "Realizamos esos mismos ajustes a nuestros modelos digitales".

El director de arte de los efectos visuales Kim Sinclair buscó por todos los sitios vehículos auténticos como el Ford de 1937 que se ve en los libros que fueron escanearon en el ordenador para ser recreados digitalmente. "Hergé realizó una meticulosa investigación del automóvil Ford y del hidroavión, y pudimos saber qué modelo era y de qué año, e incluso hallar la carta de colores original de los fabricantes", puntualiza.

Pero el elemento más crítico de todos en el diseño fue, desde el principio, los personajes mismos. Desde las poses cómicas y afiladas de Haddock, pasando por la textura del cabello en punta de Tintín y la característica silueta de los bigotes de los detectives Hernández y Fernández, hasta las emociones que cruzan por el hocico de Milú, todos los matices fueron a debate, se reimaginaron y se pulieron a lo largo de intensas reuniones. "Miramos a cada uno de los personajes desde todos los ángulos posibles para asegurarnos de que tenían el facsímil de Hergé", relata Spielberg. "Nunca tuvimos miedo de decir: 'este molde en especial del rostro del capitán Haddock no parece estar en la clave del arte de Hergé'".


El intrépido y los malvados
El reparto y los personajes de Las aventuras de Tintín, el secreto del Unicornio

Detrás de cada una de las imágenes cuidadosamente elaboradas hay una inspirada interpretación de talento. La mayor atracción para los actores elegidos fueron los inigualables personajes de Hergé, cada uno con sus inolvidables peculiaridades y flaquezas, que hasta ahora jamás han sido tan profundamente retratadas. Entre ellos se incluyen:

Tintín y Milú
Para interpretar al icónico intrépido y "aniñado" periodista que ha reflejado innumerables sueños de aventura, los realizadores eligieron a Jamie Bell. "La interpretación de Jamie en Billy Elliot me dejó asombrado, no solo por la sutileza de su actuación sino por el tremendo esfuerzo físico que realizó", confiesa Spielberg. "Peter y yo pensamos que tenía las cualidades perfectas para Tintín".

Como creció en Inglaterra, Bell ha sido un fan de Tintín desde la infancia. "Hay algo en el arte de Hergé que deja una huella en ti. Es inolvidable", reflexiona el actor. Pero ahora, él ha tenido la oportunidad de imprimir al personaje emociones humanas tangibles y eso le ha fascinado.

El guionista Joe Cornish afirma que Bell captura a Tintín en el clásico modelo de persona corriente de Spielberg: un joven normal que descubre lo extraordinario que puede llegar a ser cuando la vida se lo exige. "Para mí, es la idea que puede tener un niño de lo que es ser adolescente", asegura Cornish. "Puede hacer cosas fantásticas pero a la vez mantiene su inocencia y su insaciable curiosidad por el mundo, y la sensación de que está en búsqueda del camino para hacer lo correcto en cada situación. Tienes la sensación de que cualquiera puede aspirar a ser Tintín porque todo lo que se necesita es el conocimiento, el interés y la pureza de espíritu que lo conduce a través de esas aventuras".

Para Bell, estas aspiraciones fueron el camino al personaje, para llevarlo mucho más lejos de la marca distintiva que es el tupé de su cabello. "Cuando ves a un joven que es tan arriesgado y aventurero como lo es Tintín, eso es todo lo que quieres ser tú mismo", afirma. "Tintín es un personaje con mucha fuerza, una gran moral y admiro eso. Llegará al fondo del asunto no importa cómo. Pero algunas veces se equivoca, y es entonces cuando tiene que confiar en Milú".

Milú, por supuesto, es el leal fox terrier y, en ocasiones, su salvador. Cornish llama a Milú: "Casi la personificación del subconsciente de Tintín", y el truco estuvo en animar al personaje de tal manera que resultara inteligente pero a la vez un pequeño y gracioso perrito. A pesar de que Hergé con frecuencia pone bocadillos de diálogo en los que expresa los sentimientos del amigo canino de Tintín, Spielberg creyó que podía dar vida a Milú con una rica expresividad sin que fuese necesario un efecto textual. "Creo que en ocasiones Tintín es un gran compinche de Milú en lugar de al revés", asegura Spielberg en cuanto al querido personaje. "Pero decidimos que si había algo de real en Tintín era que el perro no hablase".

Capitán Haddock
Cuando Tintín compra la maqueta del barco perdido "El Unicornio" en un mercadillo, encuentra en su interior un secreto por el que termina secuestrado en un carguero llamado "Karaboudjan", donde conocerá a un personaje que, contra todo pronóstico, se convierte en un amigo para toda la vida: el capitán Haddock. Un malhumorado viejo lobo de mar con agua salada en las venas y una botella de whisky siempre cerca, será el contrapunto de Tintín y se convertirá en su brusco compañero de aventuras, siempre unidos a pesar de vientos y mareas.

El capitán ha sido uno de los personajes favoritos de los seguidores de Tintín, el áspero contraste al idealismo de Tintín con su sinfín de palabras desagradables ("¡Extracto de hidrocarburo!", "¡Palurdo de los Cárpatos!") y sobre todo, el generoso y retrógrado amigo de Tintín. "Haddock en un principio puede parecer el último tío con el que desearías contar en una peligrosa aventura", describe Jackson. "Pero Tintín ve algo más en él. Creo que Tintín ve la bondad en este hombre y sabe en lo que se puede convertir".

Para interpretar a Haddock, Jackson sugirió a un actor que sabía que tenía lo necesario para personificar toda la dinámica del papel: Andy Serkis. "Conociendo a Andy tan bien como yo, supe que sería impresionante, así que arreglé una cita para que conociera a Steven, quien vio inmediatamente lo que Andy podía aportar", cuenta el productor. Spielberg agrega: "Andy y Jamie tienen una química fantástica como esta pareja icónica de jovencito con una moral de hierro y el pérfido viejo capitán de mar. Son completamente opuestos, pero aún así, el capitán Haddock tiene muchas cosas que enseñar de la vida a Tintín, y Tintín realmente le brinda a Haddock la oportunidad de redimirse".

Serkis, quien ha sido un forofo del cómic desde su niñez, decidió darle a su personaje, cuyo origen está abierto a interpretaciones, un acento escocés que establece el tono de su trayectoria. "Parecía apropiado que Haddock tuviera una especie de crudeza y disponibilidad emocional al mismo tiempo", se explaya Serkis. "Es un gran marino y tiene un inmenso potencial como ser humano, pero está sumergido en la autocompasión y es Tintín, este jovencito, quien le ayuda a darse cuenta de que puede volver a conectar nuevamente con los demás".

Sakharine, Hernández y Fernández y más…
El giro de 180º del capitán Haddock llega cuando él y Tintín tratan de escapar de la amenaza del irascible villano de la película: Ivan Ivanovitch Sakharine, quien cree que Tintín sin darse cuenta ha robado el secreto de "El Unicornio" y su viejo perdido tesoro. Quien asume el papel del vil Sakharine es Daniel Craig, mejor conocido por los espectadores por su papel bastante "más noble" como el espía británico James Bond. Craig, que se ha ganado el aplauso por su trabajo dramático en una gran variedad de películas, colaboró previamente con Spielberg en el thriller político Munich. Pero jamás se había puesto en la piel de un personaje como Sakharine. El actor apreció la posibilidad de regodearse en la volatilidad del malo. "Me lo pasé fenomenal con Sakharine, y traté de hacer que fuera lo más malvado, retorcido y extraño que pude", cuenta.

Para agregar algún que otro numerito a Las aventuras de Tintín están Hernández y Fernández, dos detectives reconocibles solo por la ligera diferencia en la forma de sus bigotes y la letra "f" en uno de sus apellidos. Para interpretar al par de patosos investigadores los realizadores tuvieron la misma idea en mente: el dúo cómico integrado por Simon Pegg y Nick Frost, que aportaron su irreverente sensibilidad a éxitos de la pantalla como Zombies party (Una noche de muerte) (Shaun of the Dead) y Arma Fatal (Hot Fuzz).

"Peter y yo sabíamos que queríamos contar con un equipo para Hernández y Fernández", asegura Spielberg. "Entonces Peter sugirió a Simon y Nick, que juntos tienen una gracia sin igual y fueron un gran aporte para el reparto".

Pegg y Frost se dieron cuenta de que podían pasárselo de miedo con el dúo de detectives. "Tenemos una especie de sincronía que se alimentaba en la interpretación de estos torpes socios", confiesa Pegg. "Están en la gran tradición de las estrellas del cine mudo, como Laurel y Hardy, y Charlie Chaplin. Son maniáticos pero finalmente vacilantes y aún así se consideran a sí mismos como los mejores detectives del mundo cuando no hay lugar a dudas que son lo peor. Así que tuvimos que hacer un montón de tonterías".

También tuvieron la oportunidad de hacer lo que mejor se les da: dejar que la compenetración cómica natural que tienen se desplegara de forma natural. "Lo más difícil como actores es pensar qué hacen los Fernández entre viñeta y viñeta", explica Frost. "De allí es de dónde cogimos muchas ideas para la caracterización".

A lo largo de la película Hernández y Fernández se encuentran inmersos en la gran agonía que supone para ellos la persecución para atrapar al carterista Arístides Silk, un papel que asume Toby Jones, quien interpretó a Dobby el elfo en la serie de Harry Potter. Silk, afirma Jones, lo hace por amor no por maldad. "Le encanta el arte del carterismo porque adora las billeteras. Hay algo conmovedor, en cierta forma, en su pasión por ser carterista. Es el clásico ejemplo de la idea de Hergé de que alguien puede parecer una persona terrible pero en realidad no lo es", sostiene el actor.

También dentro de la trama aparece Néstor, el fiel mayordomo del castillo de Moulinsart, a quien da vida el actor Enn Reitel. "Como muchos mayordomos, él conoce los secretos que se esconden, pero también como muchos mayordomos, es increíblemente leal a su amo, que, por el momento, es Sakharine", relata Reitel (quien también interpreta al comerciante que le vende a Tintín la peligrosa miniatura del barco).

Para cerrar el reparto de malvados de la historia hay un par de matones, Allan y Tom, interpretados por Daniel Mays y Mackenzie Crook, y el rico comerciante Ben Salaad, que da vida el actor originario de Marruecos, Gad Elmaleh. El popular artista y comediante francés, cuyo padre era mimo, le da mucha importancia al lenguaje corporal que Spielberg le animó a aportar al papel. "Para mí fue como Comedia del Arte, la época italiana de la comedia escénica", explica el actor. "Crecí en esa cultura y me encanta, y Steven quería que me expresara en esa tradición. Fue un regalo".

"Gad aportó gran energía a la película", afirma Kathleen Kennedy. "Él es un criminal pero, tomando el punto de vista de Hergé, también es gracioso y extrañamente entrañable al mismo tiempo".

Otra parte integral de los libros de Tintín -la imperiosa cantante de ópera que rompe cristales con su voz, Bianca Castafiore- está interpretada por la diva de El fantasma de la Ópera (Phantom of the Opera), Kim Stengel. "A medida que desarrollábamos el guión no tratamos de meterla en la historia deliberadamente", explica Jackson. "Sencillamente ocurrió que había un papel que era perfecto para ella, así que finalmente terminó en la película de una forma que resulta bastante encantadora".

Otros personajes de Las aventuras de Tintín que hacen su aparición en la película incluyen a la casera de Tintín, Mrs. Finch (Sonja Fortag); el teniente Delacourt (Tony Curran); y el único personaje estadounidense de la película, Barnaby, un detective que trata de prevenir a Tintín del peligro en el que se está metiendo, interpretado por el actor cómico Joe Starr.

Un hilo conductor que parece afectar a todo el reparto internacional es el amor incondicional por los libros de Hergé y la pasión de formar parte de esta película. "Todos tenemos algo en nuestra niñez que nos marca", resume Cary Elwes, que hace el papel de un piloto atacante. "Para mí, fue Tintín".


Personajes imaginarios, interpretaciones verdaderas
En la captura de la interpretación en el rodaje

Se necesitaron dos años de investigación intensiva, desarrollo, diseño, preproducción, escritura del guión y elección del reparto, pero finalmente llegó el momento en que los actores, los realizadores y más de 200 técnicos convergieron en los estudios de Playa Vista, la base en California de Giant Studios, para "capturar la interpretación de los actores" y entrar en el mundo de Hergé. Aquí es donde tuvo lugar la mayor alquimia con las conmovedoras y emotivas interpretaciones de Jamie Bell, Andy Serkis, Daniel Craig y todo el reparto, y la grabación del momento con la transformación en la fiel representación del mundo de las historias de tinta y acuarela de Hergé.

Una vez en el set, Spielberg constantemente innovaba tratando de conciliar la tecnología de la captura de la interpretación con sus instintos de narrador, y alentaba a su equipo a pensar en nuevas soluciones para los más desconcertantes problemas visuales que se presentaban. Él y Jackson terminaron liderando una mini revolución en el plató con un sistema verdaderamente innovador –con una cámara virtual doble- lo que permitía al director tener una relación más tradicional con los actores en el momento en que dirigía la película, todo mientras "veía" el mundo animado en 3D. "No quería deshacerme de esos momentos instintivos que ocurren en los rodajes tradicionales, así que se me ocurrió una manera de hacerlo más natural", explica Spielberg.

Totalmente diferente a un set de rodaje tradicional, el proceso de captura de la interpretación se despliega en lo que se denomina Volumen: un set limpio en blanco y gris con más de 100 cámaras montadas en una cuadrícula colgada del techo capaz de cubrir y capturar 360º y renderizar todos esos datos en un espacio tridimensional. En el Volumen, todos los actores (y también la utilería colgada de cables y la decoración) llevan puntos reflectantes que son percibidos por la cámara en menos de 1/60 segundo e interpretados en una película virtual en 3D.

Además, otras ocho cámaras de vídeo de alta definición capturaban las interpretaciones espontáneas en el momento que se daban. Esto más tarde fue utilizado por los animadores como referencia para asegurarse de que cada mueca, sonrisa, temblor y matiz de emoción, desde el miedo a la amistad, fueran plasmados en la creación digital.

Spielberg operaba la cámara utilizando un terminal ligeramente más grande que un controlador de vídeo juegos con un monitor adosado. De esta forma podía caminar a lo largo de todo el Volumen, ver a los avatares de los actores interaccionar con el universo de la película en el monitor de la cámara virtual y componer el plano que quería en tiempo real. También los actores, podían verse a sí mismos en el mundo de la película a través de los monitores posicionados a lo largo de todo el estudio, cosa que les permitió un feedback instantáneo.

"La posibilidad de ver el playback en tiempo real era muy importante tanto para el director como para los actores", explica Joe Letteri. "Trabajamos muy estrechamente con Giant Studios para desarrollar esto, y esa colaboración tuvo un gran éxito porque todo el mundo entendió que las cosas debían ser lo más realistas posibles en todo momento".

Aunque la cámara virtual solo podía ofrecer una baja resolución similar a la de un vídeo juego, fue más que suficiente para darle vuelo a la creatividad de Spielberg y este congenió con la nueva técnica de inmediato, ya que permitió al director pintar con luz e imagen de una forma en que jamás lo había hecho.

Además, una de las primeras innovaciones de Weta –el proceso conocido como "imagen basada en la captura de interpretación facial", utilizado para transmitir el realismo emocional de Gollum en El Señor de los Anillos (The Lord of the Rings) y crear paisajes de otros mundos como el de Pandora de Avatar de James Cameron– fue requisada por Spielberg para agregar riqueza a las interpretaciones de Las aventuras de Tintín, el secreto del Unicornio.

Cuando se utiliza este sistema, los actores llevan un casco parecido al que se usa en el fútbol americano al que se adosa una diminuta cámara que enfoca directamente a sus rostros, permitiendo la grabación digital del más mínimo movimiento de los ojos, labios o músculos faciales. Para Spielberg esto ponía énfasis exactamente en donde él deseaba: en el poder de las interpretaciones emocionales verdaderas.

"Cada uno de los humanos representados en Las aventuras de Tintín es un actor que ha realizado una interpretación total, que resplandece a través del maquillaje digital", explica el director. "Hemos visto renacer a los personajes de Hergé como seres vivos que expresan sus sentimientos y muestran sus almas, y el efecto ha sido asombroso".

El actor con más experiencia en el mundo en captura de interpretación, Andy Serkis, se convirtió en el líder del grupo, ayudando a que los otros actores se aclimataran. Por toda la experiencia que tenía con el medio, Serkis se sintió inspirado por la compenetración que vio en Spielberg y Jackson cuando trabajaban juntos. "Fue alucinante ver como se lanzaban ideas creativas constantemente", cuenta. "Ambos son unos apasionados de la realización cinematográfica y en algunas ocasiones parecía que era la primera película que hacían, esa era la energía que desprendían. Se les ocurrían ideas a tal velocidad que daba vértigo".

El largo tiempo necesario para todo este proceso también era algo nuevo para la mayoría de los actores. Cada mañana, antes del rodaje, los actores tenían que someterse a dos escáneres de "gama de movimiento", uno para el rostro y el otro para el cuerpo. Una vez completados los escáneres, las cámaras podían identificar a los actores en el Volumen y traducir sus acciones a esqueletos en movimiento que podían luego ser cubiertos con las capas del "maquillaje digital" del personaje en postproducción.

A Jamie Bell el Volumen le parecía más una especie de teatro minimalista que un set de rodaje, pero ese aspecto, en realidad, según cuenta, ayudó a realzar su trabajo. "Es una forma de trabajo muy interesante, porque el set de la película está en tu mente", explica Bell. "Estábamos centrados en darle vida a esos personajes y hacerlos respirar. Luego, en ese mundo de animación que crearon, podíamos ver reflejado nuestro corazón, nuestra alma y nuestra rabia. Fue algo extraordinario".

Bell tuvo que interactuar en escenas con distintas "versiones" de Milú: un alambre con la forma del perro, un peluche de Milú e incluso un Milú articulado con ruedas para las escenas de persecución. Todos ellos operados por el jefe de utilería Brad Elliott, que aportó además sus años de experiencia con marionetas en la compañía de Jim Henson y la transformó en pura interpretación. "Esto permite que los actores tengan algo con lo que interactuar", explica Elliot, "y como Milú es una parte importantísima de esta película, fue un verdadero privilegio poder hacer Milú".

Desde el principio al fin, Spielberg cultivó una atmósfera en la que cualquier cosa podía suceder en el estudio de captura. El reparto al completo en ocasiones estaba en el Volumen haciendo escenas de acción, actuando suspendidos en artilugios que representaban aviones, coches o barcos, improvisando con el estímulo y aliento de Spielberg y Jackson.


De lo virtual a lo real
Finalizando la experiencia total de la película en postproducción

Una vez que el emocionante trabajo con los actores en el Volumen se completó, el equipo de animación de Weta comenzó con el proceso de pulido que llevó 18 meses, donde esculpieron y trabajaron en todos los detalles de las 1.240 tomas, antes de someterlas al proceso de renderización final. Fue aquí donde los realizadores comenzaron a jugar con temas visuales, atmósferas cinemáticas y complicados efectos de iluminación en cada una de las escenas para finalizar el look de la película.

Con el estilizado universo creado por Hergé como plantilla, los artistas y animadores se dispusieron a darle vida al mundo de Tintín. "Todo lo creado por Hergé tiene un color y un look único", reconoce Joe Letteri. "Sus trabajos originales dan una sensación de animación tal que pareciera que estuvieran esperando cobrar vida".

Para los supervisores de animación Jamie Beard y Paul Story fue el principio de la realización y animación completa de los personajes de Hergé. "El proceso de captura de interpretación es solo el primer paso para nosotros", aclara Beard. Porque Jamie Bell, Andy Serkis y los demás actores no se parecen a sus personajes en el sentido literal, el equipo de animadores liderado por Beard y Story comenzó con el proceso de trasladar la interpretación capturada en el estudio a los modelos de personajes digitales construidos por el equipo de Weta.

"Lo que tuvimos que hacer es observar la actuación del actor y preguntarnos: '¿Cómo encaja esta interpretación en el diseño de nuestro personaje?'", continúa Beard. "Básicamente comenzamos con un tosco esqueleto sobre el cual hay una forma geométrica en baja resolución dando una idea somera de cuál es la forma del personaje y a partir de allí pulimos los movimiento del cuerpo", agrega Story.

"En una película de animación tradicional, los actores son elegidos por la interpretación a través de su voz y finalmente la manera en que dicen las líneas de los personajes en la cabina de grabación nos dan algunas ideas de animación", explica Letteri.

El proceso de animación de Tintín se apoyó fuertemente en la captura de interpretación para la renderización final del personaje. "Contar con actores para la mezcla nos brinda una cualidad vital que de otra forma es muy difícil de conseguir", continúa Letteri. "La actuación de un actor subraya toda la animación y aporta una continuidad del principio al fin de la película. En la animación tradicional, eso se denomina 'mantener al personaje en el modelo'. Aquí son los actores los que son esenciales para mantener al personaje en el modelo. Por eso nos gusta trabajar con los mejores actores posibles cuando hacemos un proceso como este, porque nos da libertad para expandir esas interpretaciones y agregar una sensación intensificada de realismo, drama, comedia o cualquier idea que aparezca en el camino".

A lo largo del proceso de postproducción, muchos aspectos de los personajes también fueron refinados, siempre utilizando como referencia adicional las tomas de vídeo rodadas en el Volumen para asegurar que cada momento de interpretación digital refleja las opciones emocionales del actor.

Finalmente, Las aventuras de Tintín, el secreto del Unicornio fue renderizada por segunda vez para encajar el proceso digital de 3D. "Debido a que Las aventuras de Tintín fue renderizada por ordenador, hizo que el aspecto tridimensional de la película fuera bastante fácil de hacer", apunta Jackson. "Pero es especialmente llamativo en esta película. Solo pensar en ver Las aventuras de Tintín en la gran pantalla y en 3D me hace sentir que soy un niño otra vez".

Junto con el equipo de Weta trabajó el montador ganador del Oscar® Michael Kahn, colaborador desde hace mucho tiempo de Spielberg. Spielberg y Kahn son conocidos por encontrarse en la lista de los últimos realizadores en Hollywood que aún siguen montando en película, un medio que ambos les encanta por su fase táctil. Aunque Kahn ha editado otros filmes digitalmente, en Las aventuras de Tintín, el secreto del Unicornio es la primera vez que él y Spielberg editan en Avid. Una vez que Kahn finalizó con el montaje de la película, Spielberg se la mostró a Jackson, y entonces, mucho antes en esta ocasión que en el proceso habitual de postproducción, el montaje fue enviado al legendario maestro John Williams, que ha compuesto la música de la mayoría de las películas de Spielberg.

Para el director, la música de Williams se convirtió en el elemento final y crucial de Las aventuras de Tintín, el secreto del Unicornio, el último toque humano que ayudó a combinar todas las interpretaciones humanas con las creaciones digitales para dar forma a una experiencia única de aventura y amistad. "John es el nexo de unión que unifica todos los elementos disparatados y eclécticos de una película, y con su banda sonora, captura la energía y el espíritu de Tintín como solo él puede hacerlo", concluye Spielberg.


El legado de Hergé
En 1929, un ilustrador belga de 21 años creó una nueva tira cómica con un jovencito y temerario periodista y su fox terrier blanco que viajan a la Unión Soviética. El cómic, conocido como "Tintín", resultó un éxito inmediato entre los lectores, pero el inexperto artista con el seudónimo de Hergé (un juego de sílabas de su nombre real, Georges Remi, que pone del revés las iniciales RE-GE) no pudo prever la increíble larga vida de aventuras en la que su personaje se iba a embarcar.

Cinco décadas y dos docenas de novelas gráficas más tarde, Tintín se ha ganado el corazón de millones y millones entre todas las edades en casi todos los países del mundo, convirtiéndose en un punto de encuentro entre los niños de Europa y Asia, y estableciendo un culto de seguidores en Estados Unidos. Cada año, los libros siguen encontrando nuevos fans. Recientemente se ha traducido al hindi. El fenómeno ha originado juguetes y coleccionables, club de fans y publicaciones, así como también adaptaciones al teatro, la radio y la televisión, y ahora, por fin, una película innovadora donde los personajes cobran vida de una forma en que jamás se ha visto.

¿Cuál es el origen del aparentemente interminable atractivo de Tintín? Para muchos se resume en la original conjunción de Hergé de lo simple con lo complejo: sus verosímiles y reconocibles personajes con sus multifacéticas flaquezas humanas; sus extraordinarias aventuras con sus elementos de intrincado misterio, thriller político y ciencia ficción; y la franqueza del estilo de sus dibujos, las líneas que dibujan sus personajes con exuberante detalle y los mundos llenos de color que despiertan la imaginación de todos.

Hay una frase famosa de Hergé: "No podría contar una historia si no fuera a través de un dibujo"; y fueron sus ilustraciones las que aportaron tanto al universo de Tintín. Pero también fue el corazón del personaje lo que superó idiomas, culturas y tiempo, porque casi todo el mundo, no importa donde se encontrara, podía ponerse en la piel de ese joven cuyas investigaciones lo llevaban a esos increíbles viajes, con sus amistades y con su deseo de estar siempre del lado del bien.

Y a medida que pasaba el tiempo y Hergé publicaba uno tras otro sus muy esperados libros de Tintín, la expresividad y el estilo limpio de la ligne claire del artista influenciaría a una creciente lista de artistas pop como Roy Lichtenstein y Andy Warhol, y este último realizó un retrato de Hergé a petición del ilustrador.

En 1983, Hergé murió, dejando el 24º libro de Tintín sin terminar ("Tintín y el Arte-Alfa" [Tintín and the Alpha-Art]). Pero estaba claro que el legado de Tintín solo podía seguir creciendo y continuar atrapando la imaginación de los fans de todo el mundo.

Con Las aventuras de Tintín, el secreto del Unicornio, los realizadores esperan que una nueva generación tenga la oportunidad de descubrir un mundo lleno de inspiración. Kathleen Kennedy resume: "Para nosotros es gratificante que tanto la gente que lo vea por primera vez como los amantes apasionados de Las aventuras de Tintín puedan vivir una nueva y completa experiencia con los personajes y la historia".