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Mongol cartel reducidoMongolDirigida por Sergei Brodov
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Sección Oficial Fantastic fuera de competición del Festival de Sitges 2008. Nominada al Oscar 2008 como Mejor Película de Habla no Inglesa. Nominada a los Premios de Cine Europeo 2008 como Mejor Película.


Notas de producción
Genghis Khan es uno de los líderes más famosos de la historia universal. Fue el creador del vasto Imperio Mongol que conquistó medio mundo.


Como cualquier niño criado en la antigua Unión Soviética, el realizador ruso Sergei Bodrov supo por primera vez de Genghis Khan en la clase de Historia. Rusia fue uno de los muchos países conquistados por los mongoles, pueblo que inició su invasión en 1222 bajo el mando del nieto de Genghis Khan, Batu. "Los rusos vivieron bajo el dominio mongol durante unos doscientos años", apunta Bodrov. "En nuestros libros de texto Genghis Khan era descrito como un monstruo. Los libros eran productos de su tiempo y las descripciones eran bastante horribles y simplistas".

En los años noventa, el director se hizo con The Legend of the Black Arrow, un libro sobre los mongoles y los turcos del eminente historiador ruso Lev Gumilev. La historia de Gumilev ofrecía un retrato de Genghis Khan con más matices, lo que animó a Bodrov a aprender más sobre el hombre nacido con el nombre de Temudgin en 1162. Hacia el año 2000, Bodrov había añadido una película sobre Genghis Khan a su lista de proyectos por hacer. "Siempre me ha interesado elegir a un personaje famoso y escarbar un poco en él; coger un cliché y averiguar lo que ocurrió en la vida real. Quiero saber: si se trata de un hombre tan terrible, acusado de matar a millones de personas, ¿cómo ocurrió? ¿cómo se convirtió en Genghis Khan?", explica. "Su infancia es una historia desconocida. Luego, descubres que era huérfano y esclavo, que todos intentaron matarle, que secuestraron a su esposa y que él la trajo de regreso cuando estaba embarazada. Para mi, se convirtió inmediatamente en el comienzo de una historia apasionante sobre un personaje extraordinario".

Bodrov pasó varios años investigando sobre este tema, leyendo todo lo que encontró sobre Genghis Khan. El conocimiento sobre el gobernante es, hasta cierto punto, especulativo, ya que no existe una biografía mongola contemporánea. La única historia mongola de la época es La Historia Secreta de los Mongoles, un extenso poema anónimo escrito en algún momento posterior a la muerte de Genghis Khan en 1227. Durante siglos, La Historia Secreta de los Mongoles se tenía por un texto extraviado. Una copia que se remonta al siglo XIV, fue finalmente descubierta en China en el siglo XIX.

En 2004, Bodrov comenzó a trabajar en el guión con Arif Aliyev, su colaborador en El Prisionero de las Montañas. Bodrov siguió inspirado por las historias de Lev Gumilev que se aproximaban a La Historia Secreta de los Mongoles como trabajo literario y como referencia histórica. "No digo que Gumilev fuera un escéptico, pero tenía sus propias opiniones sobre La Historia Secreta de los Mongoles", dice Bodrov. "Está claro que el escritor era muy emotivo; algunas partes del texto lo son. Por supuesto, cuando escribes un poema, las palabras son a veces más importantes que los hechos. No puedes confiar en que un poema sea históricamente fiel al cien por cien. Para Gumilev, La Historia Secreta de los Mongoles no era un libro sagrado. He utilizado muchas de sus teorías relativas a los lapsos temporales de La Historia Secreta… Por ejemplo, hay un intervalo de diez años en la historia de Genghis Khan en que de repente, desaparece y nadie sabe lo que ha sucedido ni dónde está. Gumilev especulaba con que quizás fue capturado o encarcelado, lo que pensé que vendría genial a la historia, por lo que en Mongol, Temudgin pasa muchos años en la prisión de Tangut".

El guión de Mongol examina la forja de uno de los hombres más poderosos que el mundo ha conocido, pero también es, y tal vez más que cualquier otra cosa, una historia de amor. En esta película, la historia de amor entre Temudgin y su primera esposa Borte se convertirá con toda probabilidad en una revelación para muchos espectadores, como lo fue para Bodrov. "Es una historia increíble y, una vez más, desconocida. Un niño de nueve años elige a su esposa y, aunque no lo sabe aún, su vida cambia para siempre", reflexiona el director. "Por supuesto, al final Genghis Khan tuvo cientos de esposas, pero la mujer más importante de su vida fue Borte. No sólo fue su esposa, sino una muy fiel consejera; él discutía todas las decisiones importantes con ella. Era como una relación moderna, como una pareja de hoy en día. Las relaciones de ese tipo no son tan comunes ni siquiera en la actualidad, pero, en aquella época, eran algo inaudito".

Cuando Borte dio a luz a su primer hijo, Dzuchi, abundaron los rumores sobre la paternidad del bebé. Muchos creyeron que el niño fue concebido mientras Borte permanecía cautiva de los merkit. Bodrov advierte que Temudgin se comportó de una forma en la que pocos de sus coetáneos lo harían y esto se refleja en la película. "Desde el principio, dijo: ‘Es mi hijo’. Y trató a Dzuchi como tal".

El casting de Mongol tuvo lugar por todo el mundo, incluidas Mongolia, Kazajistán, Kirguijistán, Japón, China, Corea, Los Ángeles y las regiones rusas de Tuva, Buryatia, Tatarstan, Bashkiria, Yakutia (también conocida como Sakha), Volga, Ural y Siberia.

Bodrov escogió al galardonado actor japonés Tadanobu Asano como el Temudgin adulto. Pieza clave del cine independiente japonés, Asano ha participado en una notable variedad de largometrajes, desde la película de samurais de Takeshi Kitano Zatoichi hasta la joya independiente de Pen-Ek Ratanaruang Vidas Truncadas, gracias a la cual Asano ganó el premio Upstream al mejor actor en el Festival de Cine de Venecia de 2003. "Buscaba lo mejor, a alguien que llamara mi atención y que tuviera tal poder. Y Asano, desde luego, es un tío muy especial. Es un actor versátil pero también es músico, artista y diseñador. Sus intereses son muy amplios", advierte Bodrov con aprobación. "Cuando nos conocimos, no formó mucho alboroto. No hubo nada de: ‘Oh, me interesa muchísimo este papel’. Tenía una especie de misterio o respeto por sí mismo y dignidad".

Aunque podría parecer extraño elegir a un actor japonés para interpretar a Genghis Khan, Bodrov explica que el gobernante mongol es considerado por muchos japoneses como uno de ellos. "Los japoneses tuvieron a un antiguo guerrero muy famoso que desapareció y piensan que fue a Mongolia y se convirtió en Genghis Khan. Es un héroe nacional. Los mongoles pueden proclamar a los cuatro vientos que es mongol, pero los japoneses creen que saben quién es. De hecho, esto ocurre en muchos lugares: en Kazajistán, creen que es kazajistano, y en Corea, que es coreano".

El respetado actor chino Honglei Sun (El Camino a Casa, de Zhang Yimou y Siete Espadas, de Tsui Hark) se unió al reparto en el papel de Jamukha, el amado hermano de sangre y mortal enemigo de Temudgin. "El amigo que se convierte en enemigo es un concepto clásico y fascinante", puntualiza Bodrov. "Tuve mucha suerte con el casting porque Honglei Sun aporta una mezcla perfecta de solemnidad y sentido del humor. Temudgin y Jamukha son personas completamente diferentes, pero tienen una relación muy fuerte y albergan sentimientos muy intensos el uno por el otro".

Para el casting, Bodrov trabajó con Guka Omarav, una realizadora kazajistana y gran amiga. "Guka es una gran directora de casting y le pedí que me ayudara en Mongol. Fuimos juntos a Mongolia y pasamos varias semanas allí", declara el realizador. "Ella encontró a este increíble chico, Odnyam Odsuren, que interpreta al joven Temudgin."

Sin embargo, la Borte apropiada se mostró escurridiza. Bodrov quería a una mongola para el papel, pero a falta de dos semanas para comenzar la producción Omarova y él no estaban seguros de su elección. Omarova regresó a Mongolia y telefoneó a Bodrov una semana después. "Dijo: ‘Parece que la he encontrado, pero tienes que venir a verla’. Volé hacia allí y conocí a esta chica, Khulan Chuluun. Era una estudiante que nunca antes había actuado, sin embargo, era muy especial, tanto por su cara como por su comportamiento, por lo tanto decidimos arriesgarnos con una actriz no profesional. Y Khulan ha estado maravillosa", advierte añadiendo: "Tenemos un Genghis Khan japonés y un Jamukha chino; el resto del reparto, tanto los profesionales como los aficionados, es mongol".

La producción de Mongol comenzó en 2005 y el rodaje tuvo lugar principalmente en lejanas localizaciones de China, Mongolia y Kazajistán. Estos fueron los territorios que formaron parte del Imperio Mongol, incluidas las inmensas y desiertas estepas y los densos bosques que fueron el hogar del joven Temudgin. La película captura la forma de vida de las tribus nómadas mongolas en el siglo XII: atravesaban el paisaje a caballo, se mudaban según las estaciones y establecían asentamientos compactos y prácticos con rebaños de ganado.

Este estilo de vida pastoral sigue existiendo hoy en día en algunas zonas de Mongolia, en las que se puede ver a los nómadas con un estilo de vida no muy diferente al de sus antepasados. Bodrov atribuye al artista Dashi Namdakov, que ha trabajado como diseñador de producción en Mongol, el haberle ayudado a navegar por esta cultura tan diferente. Namdakov, escultor aclamado mundialmente, es de Buryat, una región rusa fronteriza con Mongolia y que alberga a mucha gente de etnia mongola. Dice Bodrov: "Dashi lleva la cultura mongola en la sangre y sabe cómo interpretar este material. Para él, Genghis Khan es algo muy serio. Me dijo: ‘Sergei, antes de empezar la película, tenemos que ir a ver al gran chamán de Mongolia y tienes que pedirle permiso para hacerla’. Pensé que era una buena idea porque los chamanes fueron muy importantes en Mongolia en aquella época. Los mongoles creen que Genghis Khan fue uno de los chamanes más poderosos".

Tras ser diezmados en la era soviética, los chamanes han vuelto a Mongolia, donde cohabitan con el budismo que predomina en el país. Bodrov y Namdakov rindieron visita al gran chamán, que reside en la capital de Mongolia, Ulan Bator. "Tiene su tienda en la plaza principal, donde la gente puede ir a hablar con él", informa Bodrov. "Fuimos ante él y le explicamos lo que queríamos hacer. Le llevamos varias ofrendas y lo hicimos todo de forma adecuada. Él nos dijo: ‘Sabéis que mucha gente quiere hacer una película sobre Gengis Khan: los japoneses, los estadounidenses… mucha gente ha pensado hacerla. Habéis sido los primeros en venir a pedirme permiso. Y habéis hecho lo correcto’".

Mongol se rodó en algunos de los parajes más aislados de la Tierra; no era raro que la población más cercana estuviera a doce o incluso a quince horas de distancia en coche por carreteras accidentadas y rudimentarias. El siglo XXI quedaba muy, muy lejos, y los realizadores siguieron adoptando las ancestrales costumbres de los chamanes cada vez que pisaban territorio mongol. En cada localización, visitaban el lugar ceremonial reservado para peticiones y ofrendas. "Hacíamos ofrendas y decíamos: ‘Venimos aquí con buenas intenciones. Rogamos el permiso de los espíritus. ¿Podemos trabajar aquí?’", dice Bodrov. "Creo que era la única manera de hacerlo, porque ha sido una película muy difícil de hacer. No sé cómo logramos sobrevivir en algunos momentos. Creo que porque respetábamos las tradiciones. Como en la expresión: ‘Donde fueres, haz lo que vieres’. Estábamos en otro siglo completamente distinto trabajando con gente totalmente diferente a nosotros. Y éstas son sus creencias. Creo que respetaron el hecho de que siguiésemos sus tradiciones".

Para ayudar a crear las vívidas escenas de batalla a caballo de Mongol, Bodrov contó con decenas de experimentados especialistas de Kazajistán y Kirguijistán a los que conoció mientras rodaba la película épica histórica Nomad en 2004 en Kazajistán. A lo largo de dos meses de ensayos, los especialistas también prepararon a los extras y a los caballos que aparecerían en las escenas de batalla de la película.

Los especialistas profesionales llevaron sus propios animales, al igual que los extras no profesionales: mongoles, kazajos y uyghur, cuyas culturas tienen una fuerte tradición equina. Aunque no había ninguna sociedad protectora local para supervisar el rodaje, tanto los caballos profesionales como los que no lo son fueron tratados con el mayor cuidado. "Soy un amante de los caballos, de niño quería ser jockey, así que me encargué personalmente de que los trataran bien", declara Bodrov. "Ni un sólo caballo sufrió daños durante la película. Hay una frase que el joven Jamukha le dice a Temudgin: ‘Para un mongol, el caballo es más importante que una mujer’. Y eso es lo que piensan los especialistas kazajos y kirguijistanos. Trataron a los caballos con sumo cuidado y fueron muy concienzudos".

Evidentemente, la logística de la producción fue de una enorme complicación. Cientos de personas debían ser transportadas a zonas aisladas, alimentadas, alojadas en tiendas y, en algunos casos, preparadas. "Mi equipo estuvo compuesto por unas seiscientas personas, más mil extras, caballos… ¡todo un ejército! Podrías ir a luchar con toda esa gente e invadir un territorio", dice Bodrov riendo.

El rodaje de Mongol duró aproximadamente veinticinco semanas, divididas en dos periodos a lo largo del verano, otoño e invierno. Bodrov rodó la etapa inicial, que abarca la infancia de Temudgin y algunos años de su vida adulta, con el director de fotografía holandés Rogier Stoffers, cuyos títulos incluyen la ganadora del Oscar Caracter y el reciente éxito Disturbia. Como Stoffers no estaba disponible para la segunda etapa, Bodrov recurrió al cámara ruso Sergei Trofimov, cuyo trabajo en los thrillers sobrenaturales Guardianes de la Noche y Guardianes del Día le impresionó vivamente. "Rogier es un cámara maravilloso. Su trabajo con la iluminación es estupendo y su sentido del encuadre impecable", dice Bodrov. "Sabía que podía confiar en Sergei para la segunda mitad de la película, que incluía localizaciones y planos muy difíciles. Sergei hizo un trabajo brillante con las escenas de acción complejas, tanto que puedes sentir la energía que desprenden".

Tras finalizar el rodaje, Bodrov aceptó una invitación para hacer una visita al presidente de Mongolia en la capital del país, Ulan Bator. Durante su estancia, acudió a algunos conciertos de Altan Urag, una banda de folk-rock mongola formada por ocho personas. "Me enamoré inmediatamente de ellos. Tienen una energía asombrosa", recalca el director. Bodrov pidió al grupo que compusiera música adicional para la banda sonora y sus inconfundibles ritmos vocales dieron una sensación de fuerza sobrenatural a algunas escenas en las que Temudgin se enfrenta a sus enemigos. Para crear una banda sonora orquestal que se adaptara a una película épica del siglo XII, Bodrov recurrió al compositor finlandés Tuomas Kantelinen, que creó un evocador puñado de canciones que complementan los extensos paisajes y las intensas emociones de la película.

Para el montaje de Mongol, Bodrov se mostró encantado de contar con la colaboración de dos innovadores editores de talento, el ganador del Oscar Zach Staenberg (trilogía de Matrix) y el ganador del premio BAFTA Valdís Óskarsdóttir (Olvídate de Mí, Celebración). "Estoy muy orgulloso de haber trabajado con ellos", afirma. "He colaborado con gente fantástica en esta película. El nivel de interés y de entusiasmo ha sido tremendo. A todos les encantó el material. Genghis Khan es un personaje interesante y ésta no es la típica saga histórica".


Equipo artístico
Temudgin - Tadanobu Asano
Jamukha - Honglei Sun
Borte - Khulan Chuluun
Joven Temudgin - Odnyam Odsuren
Oelun - Aliya
Esugei - Ba Sen
Targutai - Amadu Mamadakov