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Wall Street: El dinero nunca duerme cartel reducidoWall Street: El dinero nunca duerme(Wall Street: Money never sleeps)
Dirigida por Oliver Stone
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La terna que realizó la primera película de WALL STREET –el director Oliver Stone, el productor Edward R. Pressman y el actor Michael Douglas– se reúne de nuevo en la ciudad de Nueva York, veintidós años más tarde, para realizar su secuela, WALL STREET: EL DINERO NUNCA DUERME.

El director de la película, Oliver Stone, ganador del Oscar en tres ocasiones, es uno de los realizadores más galardonados y famosos de la actualidad. Para Stone, volver al mundo de "Wall Street" que él mismo reflejó tan memorablemente en 1987 no sólo era acertado sino también una oportunidad de explorar algo distinto. "Pienso que es una historia increíblemente entretenida y amena", dice Stone. "Yo no creo que hubiera disfrutado realizando WALL STREET: EL DINERO NUNCA DUERME si no fuera una historia absolutamente original. Veintidós años suponen una enorme diferencia. La película me pareció tremendamente actual".

Michael Douglas vuelve a interpretar a Gordon Gekko, papel que le valió un Oscar, cuyo simbólico emblema "La codicia es buena", así como sus audaces aventuras empresariales, le convirtieron en la superestrella de los colosos financieros. La sobresaliente labor de Douglas como actor y productor cinematográfico ha sido reconocida recientemente con el premio al logro de toda una vida que concede el American Film Institute.

Uno de los jóvenes actores más populares de la actualidad, Shia LaBeouf, destacó por su trabajo en el éxito del verano pasado "Transformers: La venganza de los caídos". Josh Brolin, recientemente nominado al Oscar por su trabajo en "Mi nombre es Harvey Milk", interpreta a Bretton James, un despiadado adalid de Wall Street que aspira a influir en el personaje que interpreta LaBeouf, Jake Moore. Frank Langella, nominado al Oscar por su interpretación de Richard Nixon en "El desafío: Frost contra Nixon", es Louis Zabel, el jefe de Jake, cuya mala fortuna empuja a Jake a emprender una aventura muy reveladora; Carey Mulligan, que consiguió el reconocimiento y una nominación al Oscar por su papel protagonista en el drama independiente "An Education", interpreta a Winnie Gekko, la distanciada hija de Gordon y novia de Jake; y Susan Sarandon, ganadora del Oscar por "Pena de muerte" y cuatro veces nominada al Oscar, es Sylvia, la madre de Jake, que recurrirá a su hijo cuando su inmobiliaria empiece a tener problemas.

El guión de esta producción de Edward R. Pressman ha sido escrito por Allan Loeb y Stephen Schiff, basándose en los personajes creados por Stanley Weiser y Oliver Stone. Los productores son Edward R. Pressman y Eric Kopeloff. Entre las producciones que ha realizado Pressman destacan la primera película de "Wall Street", "Malas tierras", American Psycho", "Conan el Bárbaro", "Teniente corrupto.", "Gracias por fumar", "El cuervo" y "El misterio Von Bulow". Kopeloff colaboró con Stone en "W" y fue productor ejecutivo de "Más extraño que la ficción". Celia Costas, Alex Young y Alessandro Camon son productores ejecutivos.

Tras el éxito y el Oscar obtenido con "Platoon", un mordaz relato sobre la guerra de Vietnam, Oliver Stone eligió como siguiente proyecto una historia sobre la contienda que se desarrolla en el mundo de los negocios norteamericano. Estrenada en 1987, "Wall Street" narraba la historia de Bud Fox, un joven broker interpretado por Charlie Sheen, a quien, dada su ambición por triunfar dentro del mundo financiero, convierte en corrupto un poderoso y brillante tiburón de las finanzas, Gordon Gekko, interpretado por Michael Douglas.

"Al realizar ‘Wall Street’ lo que yo quería reflejar realmente era la guerra en casa, por así decirlo, la guerra que tiene lugar en la jungla de las finanzas de Nueva York, mi ciudad natal", dice Stone. De hecho, el padre de Stone era broker en Nueva York, por lo tanto, el realizador ya estaba muy familiarizado con Wall Street cuando dirigió la película.

Dada la emblemática conexión de Michael Douglas con el personaje que Stone creó junto a Stanley Weiser, su coguionista en "Wall Street", puede resultar sorprendente que la opción de Douglas para interpretar a Gekko fuera fortuita. Stone señala: "Hasta entonces Michael no había hecho nunca un personaje similar a Gekko, había interpretado sobre todo comedias o personajes románticos, y en ‘Wall Street’ Douglas tenía que dar vida a un personaje que era, francamente, total y absolutamente desagradable".

En la película ‘Wall Street’, Gekko, durante un discurso en una reunión de accionistas, elogia la codicia como fuerza positiva del capitalismo norteamericano. "La codicia –a falta de una palabra mejor– es buena", proclamaba Gekko. "La codicia es conveniente. La codicia funciona. La codicia expresa, absorbe y capta la esencia y el espíritu de la evolución. La codicia, en todas sus formas –codicia por la vida, el dinero, el amor, el conocimiento– ha constituido el auténtico avance del género humano".

Este discurso es uno de los más recordados de la historia del cine y, hasta la fecha, la frase "La codicia… es buena" sigue siendo citada recurrentemente por los medios de comunicación en la incesante cobertura sobre la actual crisis financiera. La actuación de Douglas incorporando a Gordon Gekko le valió el Oscar al mejor actor, además, el personaje de Gekko ha perdurado y se ha convertido en parte de la cultura estadounidense y en uno de los grandes villanos del universo cinematográfico. Dos décadas más tarde –y tras reaparecer Gekko en WALL STREET: EL DINERO NUNCA DUERME–, Douglas se sorprende del prolongado impacto del personaje. "De todos los papeles que he interpretado, Gekko es con el que la gente más me identifica", dice Douglas. "La gente disfruta con Gekko, lo cual siempre me ha asombrado porque realmente es un ser repugnante".

Pero al fin y al cabo, concluye Douglas, "Wall Street" es cine. A la gente le gustan las historias sobre el poder; a la gente le seduce el poder. Por lo tanto, pienso que eso es la razón por la cual Gekko y la película ‘Wall Street’ han conseguido perdurar durante todos estos años".

"Gordon Gekko, a través de innumerables referencias en artículos de periódicos y revistas, se ha convertido en un icono", dice el productor Edward Pressman, que produjo "Wall Street", uno de los diversos filmes que ha hecho con Oliver Stone. "‘Wall Street’ forjó la imagen de la cultura financiera de esta ciudad, por lo tanto, en cierto modo influyó realmente en las personas que trabajan aquí a la hora de comportarse y vestirse".

Efectivamente, el carisma de Gekko, y su actitud de no casarse con nadie ante la posibilidad de hacer negocio y adquirir riqueza, es lo que le ha convertido, sorprendentemente, en un héroe para muchos. Los jóvenes de Wall Street no sólo imitan a Gekko llevando su característico pelo engominado y tirantes, sino que también se han tomado muy en serio su famosa consigna "La codicia es buena".

"La popularidad de la película ha aumentado con los años", añade Stone, que inicialmente se sorprendió de la forma en que el público admitía a Gekko. "Hice ‘Wall Street’ en tono de moraleja, y creo que fue malinterpretada por muchos. Todavía me resulta increíble el número de personas que se me acercaban durante estos años y me decían: ‘Empecé a trabajar en Wall Street debido a su película’. Muchos de ellos tienen ahora unos 30 ó 40 años y lo han hecho bastante bien en Wall Street, son hombres de negocios honestos, debería añadir".

Pero ni siquiera Stone podía prever los acontecimientos que harían parecer a los Gordon Gekko del mundo diminutos engranajes y que, a la larga, llevarían a la peor crisis financiera desde la Gran Depresión. Tras finalizar "Wall Street", Stone siguió dirigiendo muchos e influyentes filmes, tales como "Nacido el 4 de julio", "Asesinos natos", "JFK" y, más recientemente, "W", mientras que los reyes de las finanzas se iban haciendo cada vez más ricos. "Lo que me impactó fue que siguiera manteniéndose el crecimiento exponencial de la riqueza durante los años 90 y la década posterior", dice Stone. "Los números crecían y crecían, por lo tanto, los millones de dólares se convirtieron en miles de millones de dólares. Y la codicia de Gordon Gekko se vio desbordada por la codicia de los bancos".

"En torno al año 2008, la existencia de un Gordon Gekko ya no era posible", prosigue Stone. "Ese personaje, ese tipo de pirata había desaparecido, reemplazado por un tipo de instituciones que tiempo atrás disponían de regulación. En el pasado, un banco era un banco y una compañía de seguros era una compañía de seguros. En el año 2008 todo eso había cambiado. Las fronteras entre ambas funciones se habían destruido a través de la desregulación efectuada durante los años 80 y 90".

Al mismo tiempo que estos acontecimientos ocurrían en la vida real de Wall Street, se comenzó a trabajar sobre una historia y un guión que recuperaría a Gekko años después de los sucesos acontecidos en la primera película, "Wall Street". En esta fase inicial, Stone todavía no se había involucrado en el desarrollo del filme, y no fue hasta principios de 2009, cuando leyó el guión de Allan Loeb de WALL STREET: EL DINERO NUNCA DUERME, que consideró abordar una nueva película basada en los personajes y el mundo que él mismo había dado vida en "Wall Street".

"Allan Loeb tenía experiencia en el mundo de las finanzas y dio al guión un enfoque que resumía lo sucedido durante el último año en Wall Street y en la economía mundial", dice el productor Ed Pressman. "Fue por el guión por lo que Oliver se incorporó al proyecto, porque cuando leyó el borrador de Allan vio lo pertinente y emocionante que la película podía llegar a ser".

"La crisis estalló en 2008 y eso, de repente, hizo a la película más interesante, dado que en ella se aprecian todos los fallos del sistema", indica Stone. "WALL STREET: EL DINERO NUNCA DUERME es realmente un relato cronológico de lo que ha ocurrido".

Michael Douglas añade: "Esta época es aún más interesante para explorar ese mundo que el período en el que transcurría la película original, 'Wall Street'". Y Eric Kopeloff, que produjo 'W' de Stone y se unió a la producción de WALL STREET: EL DINERO NUNCA DUERME junto a Ed Pressman una vez que Stone se comprometió con el proyecto, señala que "Si había algún momento adecuado para volver a hacer lo mismo, es decir, una historia sobre Wall Street, es ahora".

Allan Loeb, acreditado agente de Bolsa y broker, y que se autodefine como "yonqui de las finanzas", fue contratado por Pressman para escribir WALL STREET: EL DINERO NUNCA DUERME a finales de 2008 (después de que el premiado crítico y guionista Stephen Schiff hubiera contribuido al guión con varios borradores), por lo tanto, la mayor parte de su investigación la llevó a cabo en el momento álgido del colapso económico de aquel año. "Mantuve reuniones con importantes autoridades financieras durante el período más crítico de la crisis", recuerda Loeb. "Muchos de estos tipos de Wall Street pasaban por fases de espiritualidad, con lo cual, resultaba muy interesante hablar con ellos precisamente en ese momento".

Para realizar su investigación, Loeb se reunió con ejecutivos de fondos de cobertura y de los principales bancos, y pasó mucho tiempo con un antiguo operador de fondos de una de las firmas más importantes del país. Pero lo que más inquietaba a Loeb era la perspectiva de tener que venderle la historia al propio "Gordon Gekko", a Michael Douglas. Douglas había manifestado su interés por repetir en el personaje que le valió el Oscar, Gekko, pero únicamente si contaba con la historia adecuada.

"En aquel momento me sentía como [el joven protagonista de "Wall Street"] Bud Fox porque iba a encontrarme con el gran Gordon Gekko para venderle su propia historia, por así decirlo", recuerda Loeb. "Era un poco angustioso tener que ir a seducir a Michael Douglas, un impresionante y extraordinario actor al que no conocía en absoluto".

El guión de Loeb y Schiff para WALL STREET: EL DINERO NUNCA DUERME no sólo ilustra sobre lo que pasó en la economía norteamericana a finales de 2008, sino que también contiene una conmovedora historia dramática, en la cual Gekko es un hombre totalmente distinto tras pasar años en prisión e incluso más tiempo ajeno al universo de Wall Street. Impresionado gratamente por el guión, Douglas aceptó.

La historia comienza cuando Gekko sale de la prisión federal en 2001, tras ocho años de condena. Durante su ausencia, su mujer se ha divorciado de él, su hijo ha muerto y el único miembro de su familia que le queda, su hija Winnie, no le habla. Winnie culpa a Gekko de la desintegración de la familia. "Tan poderoso como era Gekko en la primera película, en ésta se muestra cómo comienza desde abajo", dice Michael Douglas.

"Gekko se siente avergonzado", dice Loeb. "Gordon ha perdido a su familia, e igualmente importante para él es que ha ido a la cárcel por ser un jugador. Gekko era el principal jugador de un gran juego, y era el amo. Cuando entró en prisión tenía unos 50 millones de dólares y ha salido a principios de 2000 sin nada, en un mundo que ha cambiado totalmente. Gordon estaba fuera del juego y era absolutamente irrelevante. Y eso era lo más humillante para él".

Gekko ha aprendido muchas lecciones en la cárcel, dice Douglas. "Ha tenido mucho tiempo para pensar. Ahora puede verlo todo con más claridad. Es pesimista en cuanto a lo que ha estado sucediendo en el mundo de las finanzas. Ahora Gekko puede ver los problemas de manera objetiva y darse cuenta de lo fastidiados que nos encontramos".

Cuando sale de prisión, Gekko está decidido a restaurar su condición de poderoso broker de Wall Street. Pero busca algo más que volver a acumular vastas sumas de dinero; "Gekko quiere obtener reconocimiento", explica Douglas. "Es una de las razones por las que ha escrito un libro".

Gekko está resuelto igualmente a recobrar el amor de su hija Winnie, con el fin de reunir a la familia que él mismo se encargó de destrozar. La dicotomía entre la ambición de Gekko y su empeño por recuperar a su hija proporciona algunos de los momentos más dramáticos y emotivos del filme.

Para conseguir ambos objetivos, Gekko une sus fuerzas a las de Jake Moore, el prometido de Winnie. Jake personifica a los inteligentes individuos, tecnológicamente brillantes, que durante el año 2008 estaban haciendo millones antes de haber cumplido los 30 años. Gekko utiliza a Jake para acceder a Winnie y Jake busca el consejo de Gekko para ganarle la partida a Bretton James, un despiadado banquero de inversiones al que Jake responsabiliza de la destrucción de la compañía de su mentor.

Para interpretar a Jake, Oliver Stone eligió a Shia LaBeouf, protagonista de la exitosa saga de "Transformers", así como de la reciente "Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal" y del thriller "Disturbia". "Me recuerda a un joven Tom Cruise [con el que Stone trabajó en "Nacido el 4 de julio"]", dice Stone respecto a LaBeouf, "el mismo instinto, la misma ética de trabajo y energía".

A LaBeouf le atrajo el personaje de Jake por varios motivos, incluyendo su admiración hacia el conjunto de la obra de Stone. "Me gusta ‘Wall Street’, por eso estoy aquí", dice el actor. "Un aficionado al cine aprende mucho viendo las películas de Oliver. Logras saber mucho de lo que sucede realmente y también te entretienes." Además, intervenir en un filme de Oliver Stone supuso un cambio de ritmo para el joven actor. "He estado haciendo películas de género fantástico durante un tiempo", explica. "Quería algo con más carne, y Oliver Stone hace películas con mucha carne".

LaBeouf describe a Jake como alguien de orígenes modestos cuyo empleo como caddie de Louis Zabel, el director del respetable banco de inversión Keller Zabel, le conduciría a tareas mucho más grandes. "Jake es un tipo que procede de la nada, de Long Island, con un padre inexistente", explica el actor. "Jake pasa directamente de la escuela de negocios a ser contratado en Keller Zabel como agente de patentes, empezando a gestionar su propia cuenta. Consigue ascender y convertirse en la mano derecha de Zabel a una edad muy temprana".

"Al principio del proyecto sabía muy poco del mundo de las finanzas, no sabía lo que era un derivado, no sabía lo que eran acciones, bonos", prosigue LaBeouf. "Oliver me dijo: ‘Si quieres hacer esta película más vale que te pongas las pilas [y hagas los deberes]’, y me fui a una agencia de inversiones y pedí que me abrieran una cuenta".

A partir de ahí, LaBeouf se sumergió con entusiasmo en su investigación. Tras asistir a un curso intensivo sobre finanzas en varias compañías de operaciones bursátiles, LaBeouf invirtió una modesta cantidad que creció exponencialmente. También logró aprobar el examen Serie 7, por el cual se convertía en corredor de Bolsa autorizado.

"Shia poseía una increíble determinación, quería aprender tanto como le fuera posible sobre ese mundo", dice el productor Eric Kopeloff. "Y eso impresionó realmente a Oliver".

De hecho, el propio Stone es famoso por llevar a cabo minuciosas investigaciones. "Lo que funcionaba en la primera película era que resultaba convincente hasta para los tipos más puntillosos de Wall Street", dice el productor Ed Pressman. "Yo creo que a Oliver lo que le preocupaba era poder alcanzar un alto grado de autenticidad, que aunque la historia pasara en Nueva York, también pudiera suceder en Peoria".

"Lo que inmediatamente averigüé sobre Oliver fue que es un absoluto militante de la credibilidad", añade el guionista Allan Loeb. "Su insistencia en la autenticidad fue de gran ayuda y condujo al guión y al proyecto en general hasta un nivel superior. Cuando ves la película, dices: 'Es Wall Street, pero tal y como es ahora'".

Como parte de su investigación, Stone y su equipo visitaron entidades de inversión y de fondos de cobertura, y se reunieron con algunos de los más prestigiosos ejecutivos del mundo de las finanzas. "Hablamos con todo el mundo que pudimos, incluyendo algunos de los más destacados políticos y magos del actual mundo financiero", dice el director.

"Examinábamos los periódicos The New York Times y The Wall Street Journal y confeccionábamos una lista con la gente que nos parecía interesante entrevistar", recuerda Kopeloff. "Y fue algo increíble porque la mayoría de la gente estaba más que feliz de sentarse a hablar con nosotros, ya fuera oficial o extraoficialmente, sobre la situación actual de Wall Street. Su sinceridad tenía muchísimo que ver con el aprecio que tenían a la película original de "Wall Street" y al personaje de Gordon Gekko".

En cuanto a la estética de Wall Street en la nueva película, los banqueros de inversión que, trabajando a escala global, obtienen miles –más que cientos– de millones de dólares, sustituyen a los especuladores empresariales de los años 80 tipo Gekko. El personaje de Bretton James, accionista del poderoso banco de inversión Churchill Schwartz, personifica ese tipo de riqueza descontrolada. Stone eligió a Josh Brolin, que había trabajado en "W", el reciente filme del director, para interpretar a James. "Bretton, tal y como lo interpreta Josh, es el principal antagonista en el sentido de que representa a la nueva generación de banqueros en alza que, a los 40 años de edad, se halla en la cumbre" puntualiza Stone. "Es muy rico, muy arrogante, uno de los cuatro o cinco accionistas de un importante banco de inversión".

Brolin, que había trabajado un tiempo como operador intradía, aceptó la oportunidad de colaborar de nuevo con su director en "W", Oliver Stone. "Trabajamos muy bien juntos", dice el actor. "Además, yo había trabajando durante unos años en una agencia de inversiones y creía que tenía algún conocimiento al respecto. Me fascina el mundo de las finanzas".

Su confianza en sí mismo y su talento permiten a James alcanzar el éxito personal y de su compañía, lo que incluye la absorción de Keller Zabel. "James se aprovecha con gran astucia de una muy delicada situación con otro banco de inversión y consigue hacerse con la compañía", explica Brolin.

Tiempo atrás, James tuvo algún encontronazo con Gekko. Y Jake está ansioso por utilizar la aversión de Gekko para descubrir las potenciales debilidades del imponente banquero de inversión, consiguiendo así vengarse por la pérdida de su jefe y mentor, cuya empresa también fue arruinada por las maquinaciones de James. Pero la información en poder de Gekko tiene un precio: quiere que Jake le ayude a reconciliarse con su hija Winnie, enemistada con su padre y actualmente novia de Jake. "Jake trabaja con Gekko en contra de los deseos de Winnie", dice Shia LaBeouf. "Jake sabe que Gekko es muy inteligente y le pide ayuda en algunas maniobras de alto riesgo. Y Jake ayuda a Gekko a reanudar su relación con Winnie".

Para interpretar a Winnie, Stone eligió una cara nueva, Carey Mulligan, cuyo elogiado trabajo en "An Education" causó gran impresión en el director. "Me puse en contacto con Carey y le dije: ‘Me encantaría que leyeras esto. Creo que estarías estupenda en el papel de Winnie’", recuerda Stone. "Y Carey se sorprendió de no tener que presentarse a ninguna prueba para el papel".

"En realidad, Winnie no lo ha tenido nada fácil", dice la joven actriz sobre su personaje. "Su padre era muy conocido, y todo el mundo sabía lo que había hecho y lo que le había pasado. Por lo tanto, todo su desarrollo como persona se vio efectivamente perturbado por los tribunales y la separación de su familia".

La reacción de Winnie fue cortar totalmente el contacto con su padre y convertirse en periodista de una publicación digital políticamente progresista. "Se ha decantado por todo lo contrario que Gekko y ha buscado una forma de vida más altruista, posee unos valores éticos de los que Gekko carecía", explica Mulligan. "Pero todavía posee el coraje de un Gekko, a pesar de no tener ningún interés en ese mundo".

Mulligan alaba el grado de veracidad de la película no sólo a la hora de describir los recientes sucesos acontecidos en Wall Street, sino también al mostrar la vida personal de los personajes. "Existe un equilibrio, de manera que tras un fragmento donde se desarrolla una importante reunión en la sala de juntas, se ve lo que sucede cuando los personajes regresan a casa", dice la actriz. "Eso resulta fascinante cuando lo que plasmamos es el lado emocional y humano; es extraordinariamente veraz".

La otra mujer en la vida de Jake –su madre, Sylvia Moore– se sintió atraída por la vorágine del dinero rápido. "Como era habitual en los 90, Sylvia había empezado a trabajar como agente inmobiliario", dice Stone. "Pero Sylvia termina por estar hasta el cuello de deudas y tener que depender de su hijo para salir adelante". En un principio, Sylvia intenta venderles una casa a Jake y Winnie, pero luego se ve obligada a pedirle dinero a su hijo cuando el valor de sus inmuebles comienza a descender.

Stone eligió a la oscarizada actriz Susan Sarandon para interpretar a Sylvia. "Siempre he querido trabajar con Susan", dice Stone. "La admiraba desde la distancia, pero realmente no la conocía. Y Susan aceptó hacerlo, aportando un alto grado de entusiasmo".

La figura paterna de Jake está representada por su asesor en los negocios: Louis Zabel, el respetable director de Keller Zabel Investments. "Creo que Jake admira lo que Lou significa", dice Frank Langella, que interpreta a Louis Zabel. "Jake era un chico que necesitaba un guía y Louis apareció en su vida justo en el momento adecuado. Mantienen una relación muy afectuosa y, además, muy sinceramente consolidada. Yo creo que da la sensación de que se preocupan el uno por el otro".

Langella describe el guión como "extraordinariamente bien escrito y clarividente en cuanto a lo que está ocurriendo en el mundo". De hecho, Langella piensa que la nueva película impresionará a mucha más gente que "Wall Street" en los años 80. "Ahora todo es más sofisticado que entonces en relación a los operadores, banqueros y compañías aseguradoras de Wall Street. Por lo tanto, creo que la película tendrá más repercusión ahora, en 2010, que ‘Wall Street’ hace veinte años".

Otro veterano del mundo de las altas finanzas es Julie Steinhardt, socio mayoritario de Churchill Schwartz, al cual debe reportar incluso el poderoso Bretton James. Eli Wallach, un actor cuya carrera abarca siete décadas, interpreta a Julie. "Recurrí a Eli porque pensaba que él podría simbolizar a un superviviente de la vieja guardia, tampoco actuando necesariamente de forma legítima", dice Stone. "Con Eli, además, sientes como si el pasado de Julie estuviera marcado por algún acto delictivo".

Eli Wallach ve al personaje como alguien que, tras vivir el crash de 1929, puede ofrecer sabios consejos a sus colegas banqueros. "Yo les hablo sobre lo que ocurrió en el pasado", dice Wallach. "Con el fin de guiarles de forma correcta en el futuro. Pero a veces eso no funciona".

"Yo creo que lo que resulta más extraordinario de esta película es que estamos hablando sobre Wall Street en la actualidad", añade el actor. "Y es absolutamente aterrador lo que está pasando con el dinero y los bancos".


Sobre la producción
El 9 de septiembre de 2009 se inició el rodaje de WALL STREET: EL DINERO NUNCA DUERME en unos estudios de televisión del centro de Manhattan, filmando una secuencia donde unas "cabezas parlantes" daban las noticias financieras de una cadena; fue el único día del total de doce semanas de rodaje que no se filmó en la ciudad de Nueva York. La productora ejecutiva Celia Costas, que había trabajado como responsable de localizaciones en "Wall Street", aprecia una gran diferencia entre rodar en la ciudad en los años 80 y en 2009. "A mediados de los 80, rodar una película en Nueva York era una actividad poco habitual", declara. "Todos y cada uno de los aspectos del filme suponían reinventar la rueda. Filmar la secuencia de la comida en el Club 21 de ‘Wall Street’ supuso un auténtico reto, y rodar en la sala de juntas del entonces edificio AT&T, en Madison Avenue, no tenía precedentes".

Mientras que gran parte de la original "Wall Street" se rodó en exteriores, la principal localización, que era la base de operaciones de la compañía de Bud Fox, tuvo que construirse. "Conseguimos casi 8.000 metros cuadrados en un edificio recién terminado de oficinas y básicamente creamos nuestro propia central de operaciones bursátiles en ese espacio", recuerda Costas. "Entonces ninguna agencia de valores nos habría permitido el acceso".

Al recorrer diversas agencias de operaciones bursátiles en busca de localizaciones para WALL STREET: EL DINERO NUNCA DUERME, Stone y su equipo tuvieron una acogida mucho más cálida que dos décadas atrás. "Empezamos visitando diferentes agencias de valores, y tuvimos una reacción sorprendente", recuerda el productor Eric Kopeloff. "A medida que nos aproximábamos a ciertas zonas –están situadas en las plantas más altas–, se iba haciendo un gran silencio al darse cuenta de que Oliver estaba allí. Y las setenta y cinco personas de una sala se levantaban y empezaban a aplaudirle".

WALL STREET: EL DINERO NUNCA DUERME pudo por tanto conseguir auténticas agencias de valores para rodar sus localizaciones. Como eran grandes admiradores de "Wall Street", los propios operadores bursátiles deseaban aparecer en la nueva película. "Simplemente accedimos a un ilimitado número de sitios reales y rodamos durante los fines de semana, cuando no se utilizaban", dice Costas. "Y empleamos a muchos verdaderos operadores de Bolsa. La impresión de estar en una auténtica agencia de valores fue algo genial".

"Me quedé muy sorprendida cuando empecé a buscar localizaciones y comprobé el gran número de personas que trabajan en el área de las operaciones intradía", añade la diseñadora de producción, nominada por la Academia, Kristi Zea. "Por tanto, lo que realmente quería era buscar las principales agencias de valores, las más importantes y atractivas que pudiéramos encontrar". WALL STREET: EL DINERO NUNCA DUERME se rodó en parqués del Royal Bank de Canadá, del World Financial Center y de Creditex, en el centro de Manhattan, así como en el Knight Capital, de la ciudad de Jersey, New Jersey, entre otros escenarios.

"Los parqués han sufrido un drástico cambio desde ‘Wall Street’", añade Zea. "Los avances tecnológicos que han tenido lugar son increíbles, en términos de velocidad en las transacciones, de demanda de decisiones rápidas e inmediatas y de lo que la informatización ha supuesto para el mundo financiero".

Durante su investigación, LaBeouf descubrió que la tecnología no sólo había cambiado el negocio de las inversiones, sino que también había hecho al mundo financiero más cerrado. "Disponen de cuentas privadas en Twitter y suministran información mediante esa vía", explica el actor. "Por ejemplo, alguien puede enviar un mensaje a través de Twitter contando que una entidad concreta va a subir dos puntos ese día, algo que no puedes obtener en la prensa de forma tan inmediata. Cuando lo lees en un periódicoi, la información ya es vieja".

El interminable flujo de información se ve reflejado también en las ubicuas pantallas de televisión que actualizan constantemente la prosperidad del mercado. Muchos de los más importantes comentaristas financieros de la actualidad aparecen a través de esos "informes" y "comentarios" que se reproducen en la película.

Al igual que LaBeouf, Josh Brolin visitó también varias agencias de valores, incluyendo la Bolsa de Nueva York, que no se puede ver en WALL STREET: EL DINERO NUNCA DUERME; la Reserva Federal ha sustituido a la Bolsa como principal localización de la película.

"Fui a un parqué y hablé con los operadores, y lo más extraordinario fue comprobar cómo es en la actualidad", dice Brolin. "Dado que hoy todo se comunica digitalmente, estar allí les resulta tremendamente aburrido. Por lo tanto, pude escuchar muchas historias sobre cómo solía ser, cuando estos chicos estaban inundados de papeles, escribiendo a mano todas las órdenes y pendientes del teléfono para comprar o vender. Me comentaban que la excitación se podía sentir".

Entre los muchos ejecutivos y expertos financieros de Wall Street que Oliver Stone eligió para llevar a cabo su investigación estaban: Nouriel Roubini, profesor de la Universidad de Nueva York y escritor, más conocido como "Dr. Doom" (doctor Fatalidad) por su predicción de la crisis económica de 2008; el extraordinariamente exitoso inversor George Soros; Sam Waksal, fundador de ImClone; James Chanos, multimillonario director de fondos de cobertura; y Vincent Farrell, Jr., director general de inversiones de Soleil Securities, que también trabajó como asesor in situ para la película.

"Yo no había leído un guión en mi vida, pero pensé que el guión de WALL STREET: EL DINERO NUNCA DUERME era realmente bueno", dice Farrell, a quien le solicitaron asesoramiento tras filmar el primer día de rodaje un papel que le resultaba familiar, el de experto financiero. "Y a mí me pareció muy realista". Farrell fue entonces al plató para responder a algunas cuestiones relativas a secuencias que tenían lugar en los parqués. "¿Cómo es un parqué justamente antes de la apertura de los mercados, cuando ya han abierto y después? ¿Qué tipo de actividades se desarrollan?", Farrell recuerda las preguntas del equipo de realización. "Me quedé muy impresionado por su esfuerzo en hacer que todo resultara creíble".

Para el diseño de vestuario, Stone contó de nuevo con Ellen Mirojnick, cuyos diseños para "Wall Street", y, en concreto, para el personaje de Gordon Gekko, se han convertido en todo un símbolo. Mirojnick ha disfrutado de una larga relación laboral con Michael Douglas, pues también diseñó el vestuario de otras dos películas protagonizadas por el actor: "Atracción fatal" y "Black Rain". Mientras trabajaba en "Wall Street", Mirojnick dice que descubrió el Wall Street real, enemigo de la publicidad y muy tradicional. "Estaban detrás de las puertas", recuerda. "Era un entorno muy, muy aburrido y muy conservador". Para Gekko, sin embargo, Mirojnick imaginó algo muy especial. "Era el villano, y la idea era hacerle tan seductor y poderoso como fuera posible", dice Mirojnick. "Quería que se pareciera algo a Cary Grant. Era una especie de estilo años 30 adaptado a los 80. Por entonces había cierto encanto, elegancia y distinción. Y es que para Wall Street la imagen de Gekko representaba el éxito".

El característico pelo engominado de Gekko en "Wall Street" fue una idea del propio Michael Douglas, según cuenta Mirojnick. "Michael puso sobre la mesa el peinado de Pat Riley [entonces entrenador de Los Angeles Lakers]", dice la diseñadora. "A Douglas le gustaba ese look, y dijo: ‘Dejadme intentarlo’. Y lo hizo. Todo encajó perfectamente".

No obstante, en 2008 Gekko no es el hombre que fue en otro tiempo, ni tampoco su imagen. Delincuente convicto y marginado de Wall Street, Gekko ahora está promocionando su libro, ¿Es buena la codicia?, donde pronostica graves consecuencias económicas como resultado de la galopante especulación de Wall Street. Por consiguiente, el atuendo de Gekko sigue siendo caro, pero es mucho menos formal. "Es una versión relajada de Gordon Gekko", dice Mirojnick. "Es un estilo algo descuidado y confortable. Un tiburón disfrazado de oveja".

Para el personaje de Jake Moore (Shia LaBeouf) y para Bretton James (Josh Brolin), ambos exitosos potentados ganando millones de dólares, todos los trajes se hicieron a medida. "Han pasado 22 años [desde los sucesos de "Wall Street"], y ahora el mundo es todavía más opulento; hay mucho dinero", explica Mirojnick. "También hay un alto nivel de testosterona, por lo tanto, todo lo quieren a la medida. En consecuencia, les confeccionan las camisas y tienen su propio sastre".

Winnie Gekko (Carey Mulligan), por el contrario, lleva ropa menos ostentosa, más apropiada en una blogger progresista. "El vestuario de Carey es sencillo y cómodo", explica Mirojnick. Pero Winnie lleva puesto un traje caro –un vestido de Oscar de la Renta– en una secuencia que tiene lugar en una gala benéfica que se celebra en el Museo de Arte Metropolitano, donde varios de los personajes coinciden inesperadamente, lo que incluye un enfrentamiento entre Gekko y un antiguo adversario que parece haber logrado la fortuna y el éxito que se le ha escapado a Gekko.

Rodada en el Great Hall del antiguo edificio Cunard, en Lower Broadway, un espacio neoclásico con elevados arcos de estilo romano, la jornada benéfica, con asistentes de la alta sociedad de Nueva York, refleja la magnitud que ha alcanzado el gran capital de Wall Street. "Oliver quería que la gala fuera como la fiesta del Titanic antes de hundirse", dice la diseñadora de producción Kristi Zea.

"Lo llenamos de árboles y de hermosas luces resplandecientes, y (el director de fotografía) Rodrigo Prieto tuvo la maravillosa idea de iluminar todas las mesas desde abajo, de forma que daban la sensación de ser burbujas brillantes", describe Zea.

Tras trabajar con Prieto en su película "Alejandro Magno" y en los documentales "Comandante", "Buscando a Fidel" y "Persona non grata", Stone y el director de fotografía consiguieron una colaboración muy fluida en WALL STREET: EL DINERO NUNCA DUERME, según el productor Ed Pressman. "Rodrigo ha inventado de manera discreta algunas formas de coreografiar escenas muy elaboradas, y yo creo que en su colaboración con Oliver se ajusta como un guante", señala Pressman. "Ambos trabajan de manera muy improvisada, lo que aporta al filme una vida y una dinámica muy difíciles de conseguir".

"Creo que en esta película, toda la dirección de Oliver refleja la madurez y experiencia que le han convertido en un verdadero maestro", añade Pressman.

"WALL STREET: EL DINERO NUNCA DUERME no habla únicamente de la codicia sino también de la envidia y el exceso", dice Stone. "Envidia es una palabra importante. Si tú tienes 50 millones de dólares, eso es un montón de dinero. Debería satisfacer tu codicia. Pero si no eres feliz con 50 millones de dólares porque tu amigo está haciendo cientos de millones de dólares, eso ya no es codicia, es envidia".

"Yo creo que la codicia es tan antigua como la Biblia", concluye Stone. "Está incrustada en el hombre. Y lo único que ocurre ahora es que se ha convertido en algo lícito. Forma parte de la vida".