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Resacón en Las Vegas cartel reducidoResacón en Las Vegas(The Hangover)
Dirigida por Todd Phillips
¿Qué te parece la película?

Una película de Todd Phillips ("Starsky y Hutch"), protagonizada por Bradley Cooper ("He's Just Not That Into You"), Ed Helms ("The Office"), Zach Galifianakis ("Algo pasa en Las Vegas"), Heather Graham ("Baby on Board"), Justin Bartha (las películas "La búsqueda [National Treasure]" y "La búsqueda: El diario secreto") y Jeffrey Tambor ("Arrested Development").

La película está dirigida por Todd Phillips ("Aquellas juergas universitarias") a partir de un guión de Jon Lucas y Scott Moore ("Como en casa en ningún sitio"). Todd Phillips y Dan Goldberg ("Aquellas juergas universitarias") son los productores, y Thomas Tull ("Watchmen"), Jon Jashni ("Observe and Report"), William Fay ("Observe and Report"), Scott Budnick ("Escuela de pringaos"), Chris Bender ("American Pie", "Kyle XY" en televisión) y J.C. Spink ("Kyle XY") los productores ejecutivos.

Entre los miembros del equipo técnico figuran el director de fotografía Lawrence Sher ("Como la vida misma"), el diseñador de producción Bill Brzeski ("Ahora o nunca") y la montadora Debra Neil-Fisher ("Baby Mama"). La música es de Christophe Beck ("Algo pasa en Las Vegas").


Por una noche que ninguno de los cuatro olvidaremos nunca
Las fiestas de despedida de soltero tienen una larga tradición. Cada fin de semana, en todo el país innumerables hombres a punto de casarse son llevados por un selecto grupo de sus mejores amigos para un simbólico último ‘hurra’. "Simplemente unos cuantos amigos que se reúnen", dice el director Todd Phillips con indiferencia, como si quisiera quitar importancia a la posibilidad de que algo alocado, peligroso o ilegal pudiera derivarse de un planteamiento tan inocente.

"Es algo tan habitual que ni siquiera quieren llamarle una fiesta de despedida de soltero, porque lo consideran más como un grupo de amiguetes pasando la noche fuera", añade. "Una cena agradable, unas cuantas risas, y un brindis por el novio". Ya sabes, "algo inofensivo".

De acuerdo, esta noche fuera está demasiado cerca del día de la boda de Doug…

Y, sí, su futuro suegro le ha confiado su preciado Mercedes…

Y, por supuesto, Stu tiene que mentir a su novia sobre dónde van a ir…

Y, sí, se llevan con ellos al futuro cuñado de Doug, Alan, un tipo difícil con el que cuesta relacionarse y, en cierto modo, bastante irresponsable…

Pero, aparte de eso, ¿de qué tienen que preocuparse?

Cuando los cuatro se registran en el Caesar’s Palace, se sienten bien y relajados. Cuando salen a la azotea del Caesar’s para empezar la noche con un brindis en medio del brillo envolvente de las luces de Las Vegas bajo el cielo del desierto, brindan por la próxima nueva vida de Doug y "por una noche que ninguno de los cuatro olvidaremos nunca".

Y eso es lo último que recuerdan.


¿Qué fue lo que sucedió?
De lo siguiente que Phil, Stu y Alan son conscientes es que es por la mañana y que están tirados en el suelo, con sus caras sobre el suelo de mármol. El sol entra por las ventanas, dejando ver una suite palaciega que está hecha un basurero.

Pero eso no es tan raro, tal como son las fiestas de despedida de soltero, como admite Phillips. "Emborracharse y despertarse junto a un montón de botellas vacías es lo normal. Para una película sobre una resaca para acabar con todas las resacas, teníamos que exagerar las cosas. Pensamos, ‘¿Cuál sería la noche más alocada que podrías imaginar y aun así vivir para contarla?’."

"¿Y si además hay un bebé en su habitación al que nunca han visto antes, y un tigre en el cuarto de baño?", añade el productor Dan Goldberg, para el que "Resacón en Las Vegas" supone su cuarta colaboración con Phillips, tras "Road Trip (Viaje de pirados)", "Aquellas juergas universitarias" y "Escuela de pringaos".

Muñecas hinchables flotan sobre las burbujas del jacuzzi, una butaca sigue humeando tras lo que parece haber sido un incendio y una silla otomana se balancea en el techo.

Ah, y otra cosa… el novio ha desaparecido.

Mientras los tres juerguistas tratan de recuperar la conciencia, cada uno reacciona ante la situación a su modo. Phil, el líder del grupo, examina los daños con una mirada firme pero borrosa, asume que se lo han pasado estupendamente y que Doug pronto aparecerá. Stu, el apurado, y el único cuya tarjeta de crédito está registrada en recepción, sufre un ataque de pánico que va en aumento con cada nuevo destrozo que descubre en el desastre de su suite de 4.000 dólares por noche. Y Alan, en cierto modo, se lo toma todo con un absurdo sentido de asombro—es decir, una vez que supera el hecho de que estuviera de pie y medio desnudo, a una peligrosa distancia de un auténtico tigre vivo y de tamaño real.

Bradley Cooper interpreta a Phil, "el que toma la iniciativa y el embaucador", dice Goldberg. Phil, el único del grupo que sabe lo que es el matrimonio y la paternidad, se siente un poco limitado por su vida como padre de familia y profesor de inglés de instituto y deseaba hacer este viaje como una rara oportunidad para liberarse con sus viejos amigos de la universidad. No está dispuesto a permitir que este pequeño contratiempo arruine su fin de semana.

"Phil piensa, ‘Tomemos una aspirina y hagamos cada cosa a su tiempo. No es necesario alarmarse’", dice Cooper. "No importa lo incontrolable que se vuelva la situación, él sigue pensando que puede dominarla. Y sigue intentándolo, hasta el momento en el que se le va de las manos".

"Bradley es muy divertido, tanto dentro como fuera de la pantalla, pero me lo imagino más como el protagonista, y en esta película asume el papel de líder de facto. Él es el que resurge del desastre de la mañana siguiente e intenta que los otros dos se centren y poder averiguar lo que ha sucedido", dice Phillips.

Mientras tanto, Stu, el encantador pero reprimido dentista con un acusado sentido de la responsabilidad y con una novia en casa que le tiene muy controlado, dista mucho de estar tranquilo. Lo único que finalmente hace que deje de pensar en el miedo de que su querida Melissa encuentre los recibos de la tarjeta de crédito de esta catástrofe es el hecho de descubrir que, por alguna razón, ha conseguido perder un diente. Un premolar, para ser exactos—justo en la parte delantera, donde ahora hay un hueco sanguinolento que es incapaz de explicar.

"Me sentí encantado de que a los realizadores les gustase para el papel, pero al mismo tiempo un poco molesto, porque Stu es un pardillo, un personaje estreñido, nervioso y afeminado", dice bromeando Ed Helms, que interpreta a Stu, y que viajaba a Las Vegas desde Los Angeles para ajustar su agenda de rodaje con la de "The Office". "Si los consideras como arquetipos, Phil sería el tipo estupendo, Alan sería el raro y Stu sería el ganso. Tengo que preguntarme qué tengo en especial que les hizo pensar en mí para ese papel concreto…"

Tal vez sea porque, como afirma Phillips, "Ed actúa como un calzonazos reprimido, que lleva mucho tiempo al borde del desastre".

De los tres, Alan, interpretado por Zach Galifianakis, es el único cuyo temperamento sea probablemente el más adecuado para la situación en la que se encuentran. Pero eso no significa que sepa tampoco cómo resolverla. Mientras Stu sigue hablando del diente que ha perdido y de la vida que presumiblemente ha arruinado, y Phil trata de centrar la atención de los demás hablando del desayuno y de un plan de acción, Alan, envuelto en una sábana, examina casualmente la basura con la curiosidad de un niño y con una cierta dosis de orgullo, mientras se come trozos de pizza que ha despegado de un cojín del sofá.

Como si las cosas pudieran empeorar aún más, Alan, siguiendo con su tranquila pesquisa, pronto descubre a un bebé aparentemente feliz, saludable y totalmente desconocido, escondido en una esquina.

Phillips, fan del imaginativo sentido del humor de Galifianakis, sabía que bordaría un papel hecho a la medida de su excepcional estilo y creatividad, y por eso lo eligió para el papel de Alan, "un tipo con dos pies izquierdos que siempre toma la decisión equivocada".

"Alan está un poco pasado. No tiene amigos, ni tampoco la idea de que la gente piensa que es un tipo raro, porque cree que todo lo que hace y dice es estupendo y adecuado", explica Galifianakis, que a continuación describe a su personaje como "alguien que probablemente ha tomado demasiados barbitúricos en demasiadas fiestas. Lo bueno de este papel es que no tiene que tener mucha lógica. En general, un actor tiene en cuenta cosas como la motivación y la consistencia de su personaje, pero Alan funciona según su propia y perversa lógica".

"Dice cosas y no sabes de dónde las saca", afirma Goldberg. "Puede ser algo completamente inconexo, pero divertido. Alan es un auténtico perdedor pero indudablemente quiere hacerse amigo de estos chicos, y consigue hacerse querer a su peculiar manera en medio del desastre en el que se ven todos inmersos".

Lo que los tres realmente necesitan, en varios sentidos, es a Doug.

Justin Bartha, que interpreta al futuro esposo misteriosamente desaparecido, dice, "Doug es el miembro razonable del grupo. Quería hacer que fuera la persona que aglutinase la personalidad de los demás. Es el común denominador, y cuando se pierde, la situación se vuelve caótica".

Aunque necesariamente ausente de una parte de lo que sucede, "Doug es imprescindible para la historia. Es el que cataliza a los otros tres, y cuando desaparece los demás parecen, más que amigos, una extraña pareja a tres bandas", comenta Jon Lucas, que, con su socio Scott Moore, escribió el guión de "Resacón en Las Vegas". "Se convierte en el Santo Grial—lo que los héroes necesitan encontrar desesperadamente y lo que nosotros queremos desesperadamente que encuentren".

"Afortunadamente", dice Moore, "les preocupa lo suficiente como para que estén dispuestos a soportar todo lo que se avecine, y se unen como una piña para encontrarlo, a pesar de tener que soportarse los unos a los otros".

Phillips coincide. "El mejor humor sale del corazón. Tienes que creer que estos chicos se preocupan realmente unos de otros y tienen una auténtica conexión, y eso hace que las cosas no se queden simplemente en contar chistes. Se trata de explorar el humor natural y la torpeza de las relaciones entre hombres y del tipo de cosas que les unen".

"En una comedia, los actores suponen el 70%", continúa diciendo. "Sin duda, necesitas una buena historia, pero más allá de eso lo importante es el ritmo, involucrar a excelentes actores cómicos en una situación concreta y dejarles que reaccionen ante esa situación y entre ellos. El guión fue como un punto de partida para Bradley, Ed y Zach, y ellos lo tomaron y lo desarrollaron. Lo mismo se puede decir de cada uno de los actores que elegimos para los papeles secundarios. Cuando en una película cuentas con gente realmente divertida, eso contribuye a mantener el ritmo".


¿Qué hemos hecho?
Vale; están solos y Doug les necesita. ¿Qué pueden hacer Phil, Stu y Alan para dar sentido a lo que hicieron una noche de la que no se acuerdan? Es el momento de vaciar los bolsillos y buscar pistas: recibos, comprobantes bancarios, tickets de parking, esas pequeñas pulseras de plástico que te ponen en el hospital…

La estructura retrospectiva de la película le atraía especialmente a Phillips como realizador. "Empezando desde esa mañana, los tres amigos tienen que tomar juntos una decisión y seguir una posible pista tras otra que les recuerde todo lo que hicieron la noche anterior y, con suerte, llevarles al lugar donde vieron por última vez a Doug. Y los espectadores tienen que seguirles en su proceso. Vas uniendo las piezas al mismo tiempo que ellos. En ciertos aspectos es como una clásica película policíaca", comenta el director.

Excepto que, como sugiere Goldberg, "Estos detectives tienen unas jaquecas insoportables".

"El comienzo de la historia te lleva en una dirección y luego se detiene por completo y cambia de orientación", dice Cooper.

"Nunca sabes lo que va a ocurrir", añade Helms. "Todo es una locura, cada escena es como, ‘¡guau!’, ¿de dónde ha salido eso? Pero todo encaja. No se trata de una serie de escenas inconexas; cada gran escena de acción o de locura hace avanzar la historia y llega hasta un punto en que todo se justifica". Y también, comenta, "Eso le da a Zach Galifianakis la oportunidad de aparecer en tanga".

El propio Galifianakis todavía se cuestiona si eso es una buena idea o no.

"Cuando intervienes en una película y llevas un tanga, sabes que la vas a liar", responde. "Le dije a Todd, ‘Hemos visto a tipos cachas con calzoncillos ajustados en la pantalla con anterioridad; ¿qué te parece ir un poco más allá?’ Por supuesto, accedió. No me puedo creer que yo haya dicho eso. Así que ahora aparezco en tanga y mi pobre madre… Lo siento, mamá".

Cuando nuestros resacosos héroes siguen el rastro de las pistas acabarán en algunos de los lugares "calientes" menos conocidos de la ciudad, como el ER, la jefatura de policía y una capilla de bodas en algún lugar bastante alejado de The Strip. Obviamente, estos no son los lugares de la oficina de turismo de Las Vegas tenía en mente cuando introujo el slogan "Lo que sucede en Las Vegas…"

Entre los principales participantes de esta penosa búsqueda figura Heather Graham, que interpreta a Jade. Graham describe su personaje como "una stripper/señorita de compañía con una buena disposición y un relajado punto de vista sobre el verdadero amor". Jade podría ser también, como desde hace aproximadamente 4 horas, la mujer de un cierto dentista todavía confuso al que le falta un diente delantero.

"Es estrafalaria y estupenda, una stripper hippy. No tiene pretensiones", dice Graham, que también comenta alegremente que el papel le dio la oportunidad de demostrar su habilidad como bailarina en la barra, recientemente adquirida en una clase de fitness en la zona de Los Angeles. También habla de una interesante conversación que tuvo con un taxista de Las Vegas durante el rodaje. "Me preguntó sobre la película y le dije que trataba de tres chicos que se pasan y no pueden recordar lo que hicieron la noche anterior. Y él dijo, ‘Bueno, yo he tenido muchas noches como esas’. Así que me imagino que mucha gente se va a identificar con la historia".

Desgraciadamente, no todas las personas con las que se encuentran los chicos son tan encantadoras como Jade.

Rob Riggle de "The Daily Show" interpreta al agente de policía Franklin, no exactamente uno de los mejores de Las Vegas, pero increíblemente provisto de una pistola inmovilizadora. Ken Jeong ("Superfumados") es el peligroso y completamente desquiciado Mr. Chow, decidido a vengarse de las ofensas que ni Phil, Stu ni Alan tienen el más mínimo recuerdo de haber cometido. Por último, el popular cómico Mike Epps ("Soul Man") implica a los tres en una sub-trama de falsas identidades que podría costarles a los chicos 80.000 dólares que no tienen.

Pero su encuentro más dramático, con mucho, es con Mike Tyson.

Tyson, que se interpreta a sí mismo en la película, bromea con su imponente imagen de malo e interpreta un pequeño número de "air drum" y recuerda a todo el mundo que, retirado o no, sin duda conserva sus dotes.

El veterano humorista Helms reconoce al boxeador como el autor de una de las frases más divertidas de la película. "Todd estaba dando instrucciones a Tyson sobre cómo golpear a Zach en una escena, y decía cosas como, ‘Mike, necesitamos que lo hagas un poco más así, y que muevas un poco la mano. Y Tyson dice, ‘¡No me puedo creer que el capitán del equipo de debate del instituto me enseñe a dar un puñetazo!’ Todo el mundo en el plató se quedó perplejo. ¿Quién podía imaginarse que el chico fuera gracioso?’ Llevo haciendo comedia desde hace 10 años; Entra Mike Tyson y dice, ‘Compruebalo—Soy más gracioso que tú’".

En definitiva, Goldberg lo resume diciendo, "Hay mucha comedia física. Hay magníficas acrobacias, choques de coches, peleas, daños a la propiedad, chicos desnudos y pasados, tigres, tipos golpeados—fue un trabajo duro".

El equipo de producción contrató al famoso coordinador de especialistas Darren Prescott para que se encargase del trabajo duro, pero incluso él tuvo que poner límites en algunas situaciones. En un momento determinado, Cooper recuerda riéndose, "Teníamos que hacer la escena con la pistola eléctrica. A Todd le gusta hacer las cosas de la manera más realista posible, por lo que no nos pareció nada raro cuando nos enteramos de que quería que nos quedásemos realmente asombrados. Decía, ‘Vamos, chicos, no son más que 50.000 voltios’, e inmediatamente me di cuenta de que sin duda estaba bromeando".

Por supuesto, mientras sucede todo esto, Phil, Stu y Alan están desesperadamente buscando a Doug. ¿Recuerdan a Doug? Él es la causa de que todos estén metidos en este lío. "Es casi como una versión cómica de ‘Salvar al soldado Ryan,’" dice Phillips. "Con Doug como el soldado desaparecido estos chicos hacen lo indecible para recuperarlo".

Mientras tanto, controlado afortunadamente a larga distancia, al otro lado de un teléfono móvil está la dominante novia de Stu, Melissa, interpretada por Rachael Harris ("Notes from the Underbelly"), a la que no le hace ninguna gracia el haber perdido el control de su hombre por primera vez en toda su relación. Igualmente, la razonable pero cada vez más frenética novia de Doug, Tracy, interpretada por Sasha Barrese, está totalmente metida en los preparativos de su boda en Los Angeles y también tratando de contenerse al otro lado de un teléfono. No sabe nada de su futuro marido desde hace 48 horas. Cada vez que llama, le sale un buzón de voz o una respuesta apresurada de Phil asegurándole que todo está bien.

El padre de Tracy, Sid, interpretado por Jeffrey Tambor, es el único que permanece relativamente tranquilo, teniendo en cuenta que no es sólo el padre de la novia sino también el propietario de un clásico Mercedes que ha prestado a su futuro—y obviamente desaparecido—yerno. Tambor dice, "Sid está convencido de que Doug está metido en problemas, y si de algo está seguro es de que uno no se levanta de la mesa cuando está malhumorado".

Como si fuera tan sencillo.


Las Vegas a la luz del día: para algunos, una extraña perspectiva
"Resacón en Las Vegas" se rodó en numerosos escenarios reales en Las Vegas y sus alrededores, y en el Sur de California. Según Phillips, "Para mí, la clave para hacer una película como esta es que parezca lo más real posible. El humor está presente en situaciones que transcurren en lugares muy normales que todos hemos conocido. Si vamos a Las Vegas, rodemos en el vestíbulo y los ascensores y los pasillos del Caesar’s Palace".

El equipo de producción hizo exactamente eso, rodar una parte considerable en el famoso hotel, un entrañable símbolo de Las Vegas en permanente evolución desde los años 60. Entre las escenas rodadas en el Caesar’s figuran el brindis en la azotea y la escena del desayuno junto a la piscina a la mañana siguiente.

En el extremo norte de The Strip, otro lugar emblemático de Las Vegas, el Riviera, proporcionó los interiores del casino, junto con miles de fichas falsas que el departamento de atrezo creó para llenar las quince mesas de black-jack visibles en una secuencia clave de juego.

Los actores y el equipo técnico pronto se dieron cuenta de que su presencia no les importaba mucho a los clientes del casino, muchos de los cuales aparecieron en la pantalla como extras. Bradley Cooper recuerda, "A nadie parecía importarle que estuviéramos rodando una película. Todo el mundo estaba más pendiente del juego y la diversión. Tuvimos que trabajar entre los gritos de la gente que había en la mesa de la ruleta. Un individuo ganó 5.000 dólares y a continuación lo perdió todo. Hasta nuestros técnicos le animaban".

La contrapartida de filmar en la Ciudad del Pecado durante más de un mes fue que, como Phillips reconoce, "es difícil desconectar e irte a dormir después del trabajo".

Mientras echaba un vistazo a las mesas de black-jack, craps, ruleta, Bacarrat, fichas y Pai Gow como muchos de sus compañeros hacían durante su tiempo libre, Justin Bartha compartía el interés de Phillips en el Texas Hold’Em póker, y dice, "Para nuestra fiesta de despedida del rodaje, Todd organizó un campeonato de póker para los actores y el equipo técnico. Nos desplumó a todos".

"Después de cinco semanas, te das cuenta de que Las Vegas es un lugar donde la gente va para tomar decisiones terribles", dice Ed Helms, que continúa diciendo burlonamente: "Ésta es una mala decisión. Oh, ésta también. Y, ¡aquí hay algo que podría arruinar toda tu vida! La ciudad está magníficamente montada para eso y nuestra película es su expresión definitiva".

Entre los escenarios adicionales en Nevada figuraban el área de Fremont Street en el centro de Las Vegas, una gasolinera y el lecho seco de un lago en la cercana ciudad de Jean, donde el viento arenoso sopla normalmente a unos 80 kilómetros por hora, como ocurrió en los días de rodaje.

La ficticia Best Little Wedding Chapel estaba en Las Vegas Boulevard, a varias manzanas al sur de The Strip. Aunque parece haber formado parte del vecindario desde hace años, en realidad se construyó en un solar vacío que permitiese el máximo control del espacio a su alrededor para las tomas de acción en exteriores.

Volviendo al área de Los Angeles, el equipo de producción utilizó el Rampart, la antigua sede de la policía situada entre las calles Union y Tercera para representar la jefatura de policía de Las Vegas, confiando en que su estricta gama de azules y grises y su aspecto serio contrastase con el ambiente más claramente alocado que Phil, Stu y Alan han estado experimentando. Pero el contraste más chocante fue entre el caos de Las Vegas y la boda en el club de campo que les espera a Doug y a sus amigos al volver a casa.

"Queríamos crear polos opuestos. Las Vegas es una pesadilla visual: ruidosa, llena de luz, estridente, sin una pizca de suavidad. Mientras tanto, al otro lado del teléfono en Los Angeles, donde Tracy se está preparando para la ceremonia, encontramos belleza y serenidad, música suave, gente bien vestida y un jardín con rosas y magnolias", dice el diseñador de producción Bill Brzeski.

Los fans de la película cine reconocerán en los animadores de la recepción nupcial al irreverente cantante Dan Finnerty y su Dan Band, que ya habían intervenido anteriormente en "Aquellas juergas universitarias" y "Starsky & Hutch" de Phillips.

Brzeski y su grupo crearon un decorado en el plató 15 en los estudios de la Warner Bros., la lujosa—y después lujosamente destrozada—suite del hotel. Trabajando a partir de un plano de las habitaciones existentes en el Caesar’s Palace y hoteles similares, Brzeski diseñó un estilo "con abundantes tonos rojos y marrones, con paneles de madera, mármoles y hermosas telas, para reflejar el lado sensual y lujoso de Las Vegas, tal como lo vive un cierto grupo de privilegiados jugadores".

Pensando en la decisión de construir ese espacio, el diseñador afirma, "No queríamos destrozar una auténtica suite de hotel", y añade que había otra cuestión especial a tener en cuenta: "No puedes meter a un tigre en una verdadera suite de hotel".

Bueno, quizá puedas hacerlo, pero no deberías.

Se entrenó a cuatro tigres para tareas diferentes y concretas en la pantalla, al tiempo que se sometió a los actores y el equipo técnico a un estricto protocolo sobre cómo compatir el espacio con ellos. "Domados o no, trabajar con animales salvajes es un asunto serio y a los tigres, en concreto, no les gustan las sorpresas. La instalación se aislaba totalmente cada vez que estaban presentes y se prescindía del personal que no era imprescindible en el rodaje", dice Brzeski. A los restantes se les avisaba de que evitaran movimientos bruscos o que se apartaran de su campo de visión.

Para ciertas escenas, fue necesario utilizar un tigre animatrónico de tamaño natural proporcionado por el Creature Shop de Jim Henson, que requirió de dos personas para hacerlo funcionar. Treinta diminutos y complejos servomotores controlaban los realistas movimientos faciales del modelo, mientras que una poción hecha a partir del gel K-Y Jelly hacía las veces de saliva en sus impresionantes colmillos.

Brzeski también aprendió algo sobre los grandes felinos: los tigres prefieren caminar por superficies firmes. Por eso, en las escenas que requerían que estuviesen en el asiento trasero del Mercedes de los chicos, se quitaron los cojines de los asientos y fueron sustituidos con material duro y sólido. "Eh, queríamos que los tigres estuvieran lo más cómodo posible", dice bromeando.

El propio coche era una obra de arte: un Mercedes Benz descapotable de 1969, que fue amablemente cedido a Doug por su futuro suegro, Sid, para su viaje. Los productores consiguieron cinco modelos idénticos que fueron utilizados para demostrar los diferentes modos en que el coche es destrozado. Como dice Brzeski, "No podíamos utilizar únicamente un coche y hacerle pasar por el proceso porque estábamos rodando fuera de secuencia. Incluso tuvimos que partir uno por la mitad y ponerlo en un trailer. Fue una de las bromas recurrentes de la película: cada vez que le prestas el coche a tu hijo, algo va a suceder".

Por supuesto, la razón por la que Sid ofreció su coche estaba de acuerdo con su convicción de que Doug se divirtiera con estilo antes de la boda—un punto de vista que no comparte el actor que interpreta a Sid. "Yo soy todo lo contrario a este chico. Él dice que tienes que divertirte y meterte en algunos líos antes de tu boda. Él es así. Yo, digo que me tomo un baño caliente, un yogur, tal vez un Xanax y me voy a la cama porque va a ser un gran día. Eso sería mejor", sugiere Jeffrey Tambor.

Todd Phillips reconoce que llegaron al límite con "Resacón en Las Vegas" en aras de la comedia, pero sigue convencido de que existen verdaderas historias de fiestas de despedidas de soltero que harían que todo esto palideciera en comparación. Teniendo esto en cuenta, ofrece este sabio consejo a los posibles novios o novias que se embarquen en su propia noche de marcha con sus amigos o amigas. "Recurre a los amigos. En una fiesta, cada uno es responsable de la otra persona. Utiliza etiquetas con los nombres si es necesario".