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Imparable cartel reducidoImparable(Unstoppable)
Dirigida por Tony Scott
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El realizador Tony Scott es un maestro en acontecimientos cinematográficos, como "Marea roja", "El fuego de la venganza", "Amor a quemarropa" y "Top Gun", que mezclan una acción trepidante con personajes finamente acabados, y que sumergen a los espectadores aún más en la acción y el drama. Su último ejercicio, IMPARABLE, se suma a ese apreciable legado, demostrando una vez más el formidable talento de Scott para combinar acción, personajes, drama y emoción. "Es una película que comienza a cincuenta kilómetros por hora y termina a doscientos por hora; es velocidad y más velocidad", afirma Scott, quien admite que IMPARABLE ha sido el proyecto más duro, tanto en lo físico como en lo mental, que ha llevado a cabo. Pero Scott se refiere a algo más que a los desafíos de la logística de rodar a bordo de un vehículo lanzado por una vía de ferrocarril a 80 kilómetros por hora, o a las secuencias de especialistas de la película que detienen el aliento. Sentarse en el mismo espacio de dos metros por tres a bordo de la 1206, de color amarillo y azul, durante casi toda la película, fue un obstáculo en sí mismo, y conseguir que los personajes siguieran siendo interesantes dentro de esa caja, fue una de las tareas más duras para el director. "Ésta ha sido la aventura más brillante y exigente con la que me he encontrado puesto que tenía que contar una historia de personajes dentro de algo que se desarrolla muy, muy rápido", cuenta Scott. "Siempre se trata de la interpretación, de cómo veo a estos dos personajes de un modo que no había hecho antes y de ser sincero con lo que son".

Para mantener el tono realista de la película y de los personajes, Scott evitó en lo posible la utilización de imágenes generadas por ordenador, optando en su lugar por la acción real y la destreza de algunos de los especialistas con mayor capacidad inventiva de la industria.

Un gran drama, sumado al talento dramático de Scott y a su maestría visual, sólo puede conducir a un viaje salvaje y cautivador. "El verdadero desafío de IMPARABLE fue captar las evoluciones de los personajes de Frank (Denzel Washington) y Will (Chris Pine) que llevan a cabo este monumental viaje para tratar de detener este tren incontrolado", dice el director. "Aunque antes deben ponerse de acuerdo y resolver sus diferencias".

Antes de que Scott pusiera su inconfundible sello al proyecto, las productoras Julie Yorn y Mimi Rogers presentaron la idea de IMPARABLE al guionista Mark Bomback, que comenzó con el concepto de un tren en el papel del malo de la película. "Al igual que sucede con muchos niños, a mí me gustaban los trenes de pequeño", cuenta Bomback, "aunque realmente no era un fan. Comencé a desarrollar la película desde una perspectiva de completa ignorancia. Los trenes son algo omnipresente, pero nunca te imaginas de hasta qué punto todo el país depende de ellos, por lo que me parecía una situación interesante para una película. No se ha hecho mucho sobre los trenes desde hace bastante, por lo que pensé que esta película sería una nueva manera de presentarlos; los trenes pertenecen a la vieja escuela en tal grado que ahora son una nueva escuela".

El objetivo principal de Bomback al contar la historia era mantener un ritmo sin pausas. "Queríamos que los espectadores pensaran que Frank o Will podrían morir en cualquier momento y que la película aun así seguiría su curso", afirma Bomback, "ya que los espectadores comprenderían que el tren no descarrilaría, como mínimo, hasta el final de la película. De manera que la cuestión era, ¿cómo mantienes ese grado de tensión? Yo hice lo posible para mantenerme dentro de los límites del realismo y no ir demasiado lejos".

Bomback trabajó en el guión a ratos durante dos años antes de que Tony Scott se uniera a la empresa. El director afirma que fue la primera vez, y probablemente la única, en su carrera que un estudio se hizo cargo de su primer borrador sin ninguna nota antes de armar el reparto y el equipo. "El guión de Mark ha sido la trama que más jamás me haya atrapado tanto", cuenta Scott. "Yo volaba por las páginas. Los personajes se hicieron más fuertes a medida que se desplegaba la historia, y la acción se ocupó de sí misma; va cogiendo velocidad y la tensión no disminuye nunca".

Scott se dirigió una vez más a su musa, el oscarizado Denzel Washington, para encabezar su pequeño pero selecto reparto. IMPARABLE es la quinta colaboración entre ellos, después de "Marea roja", "El fuego de la venganza", "Deja Vu" y "Asalto al tren Pelham 123". Scott dice de Washington: "En cada película que hemos realizado juntos Denzel y yo, siempre ha mostrado un aspecto distinto de su personalidad. Dentro de cada uno de nosotros, y en un momento dado de nuestras vidas, todos asumimos personalidades diferentes, y Denzel es brillante en asumir la personalidad exacta para un proyecto dado".

"Yo confío en Tony, que es un gran realizador y disfruto trabajando con él", afirma Washington. "Tenemos buena afinidad; sé lo que persigue y él sabe como me gusta trabajar, y no nos metemos el uno con el otro para realizar el trabajo. Tony es muy entusiasta y a su equipo le encanta trabajar con él, de manera que con él todo resulta sencillo".

Washington descubrió que había mucho que explorar en la enorme distancia, que abarca la edad, la situación económica, la experiencia y la actitud, que había entre su personaje, Frank, y el Will de Chris Pine. "Ésta es también una historia sobre la diferencia de edad", especula Washington, "cuántos negocios hoy en día se ven atrapados en el bajón económico, despidiendo a tipos mayores para coger trabajadores más jóvenes y más baratos para que ocupen el lugar de personal más experimentado. En esencia lo que hace Frank es enseñar al nuevo empleado a hacer su trabajo, para que pueda ocupar su puesto", explica Washington. "No hace falta decir que Frank no está muy contento con ello".

El tipo nuevo es Will Colson, interpretado por Chris Pine. Washington sugirió a Scott que llamara a la estrella de "Star Trek", y Scott estuvo de acuerdo, especialmente después de ver el aclamado trabajo que hizo Pine en la obra "Farragut North". Como hombre joven cuya vida parece no ir a ninguna parte, Will no está seguro de casi nada. A su pesar, entra a trabajar en el negocio familiar como nuevo empleado del ferrocarril AWRV.

"Will proviene de una familia de ferroviarios", afirma Pine. "Al haber crecido a la sombra de una familia que ahora son peces gordos en el ferrocarril, Will decide irse para seguir su propio camino, pero cuando ve que éste resulta más difícil de lo esperado, vuelve su pueblo sólo para darse cuenta de que llegar a casa es aún más difícil. Aun cuando tiene dudas, va a dar lo mejor de sí en su trabajo para el ferrocarril… por ahora".

Separado de su mujer y de su hijo después de que su temperamento le juegue una mala pasada, Will se dirige al trabajo ese fatídico día sin ningún propósito particular. Sólo desea acabar el trabajo. "El viaje de Will es el de un tío egoísta que deseaba encontrar el éxito por sí mismo", afirma Pine. "Se siente como que ha fracasado y por tanto hay mucho de odio a sí mismo. Eso, sumado a la presión de su familia, y al aprendizaje con tipos resentidos que hacen el trabajo lo más difícil posible, se convierte en un volcán".

Con todas sus bravatas sobre las diferencias con la generación más joven, Frank Barnes vive una existencia similar. Alejado de sus dos hijas, con las que quiere desesperadamente volver a conectar, Frank sólo desea dedicar su tiempo al trabajo, mantener la cabeza gacha y terminar la tarea. "Al igual que Will, Frank es alguien que ha dejado de valorar su propia valía, aunque por razones muy diferentes, más profesionales", cuenta Bomback. "Ha acumulado un gran bagaje de conocimientos y habilidades con el correr de los años y de pronto se enfrenta a la idea de que quizá no ha valido la pena tanto como se imaginaba".

"Frank no tiene nada en contra de Will, en lo personal", afirma Washington, "sólo que él y personas como él, son la razón de que los ferroviarios más veteranos sean despedidos. No ayuda mucho que el hermano y los tíos de Will sean personas importantes en el negocio. Como lo describe Frank, Will no es más que un miembro del Club del Esperma con Suerte".

"Frank ni siquiera reconoce a los nuevos empleados", sigue él. "No los ve, no existen. Pero sucede, en este día en particular, que a Frank se le asigna un nuevo chico para que ocupe el puesto de inspector. Cómo mecánico, Frank es sólo el maquinista, pero él siente como si la 1206 fuera su tren".

El día que pasan juntos a bordo del 1206 comienza de manera poco tranquilizadora, con los dos hombres centrados en cuestiones personales en vez del trabajo que tienen que hacer. Pero antes de que pase la mitad del día, se dan cuenta de que deben dejar sus asuntos familiares y entre ellos a un lado y concentrarse en el modo de detener el potente tren que se dirige hacia ellos. A medida que se desarrolla la trama y el peligro es cada vez más aparente, los dos extraños entablan una rápida amistad a un nivel más profundo de lo que hubieran esperado jamás. Aún más inesperado y conmovedor resulta el modo en que cada uno de ellos examina su vida y llega a conocerse como nunca antes. "Frank y Will deben unirse en estas adversas e intensas circunstancias", cuenta Washington. "Descubren más sobre sí mismos porque tienen que tomar decisiones: ¿van a hacer algo con esto o no? Frank sabe que tiene que tratar de ayudar, pero Will, al principio no está seguro, así es que tiene que tiene que ponerse las pilas".

"Estos dos tíos se encuentran en el sitio equivocado en el momento equivocado", dice Bomback. "Se trata de una situación de vencer o morir. El joven inspector tiene experiencia suficiente como para saber que de ninguna manera es seguro ir detrás de la locomotora, pero ¿tiene fe suficiente en alguien que ha estado trabajando en las vías durante treinta años como para creer que pueden llevar a término el plan de Frank? Es ahí donde el conflicto entre ellos alcanza su cenit y los dos se dan cuenta de que tienen que trabajar juntos".

"Cuando Will se ve expuesto a esta situación extraordinaria, tiene que decidir entre hacerse cargo, intentar salvar a estas dos poblaciones y ser desinteresado", dice Pine. "Eso es lo que Frank le enseña realmente. Will está tan envuelto en su propia batalla interior, que hace falta una situación externa que lo obligue a salir de su propia piel, ser activo, dejar de pensar en sí mismo y hacer algo por los demás, que es lo que en realidad termina ayudándole al final".

"Will es bastante obstinado", añade Pine. "Él cree que sabe más, pero vemos que está equivocado y que Frank tiene razón al cien por cien casi en todo. Él descubre que la vieja guardia, que las viejas cabezas, como los auténticos ferroviarios los denominan, sí que saben un par de cosas y al final respeta a Frank y a las mismas cosas que daba por sentado".

Washington no se impresiona fácilmente, pero él describe a Pine como a alguien que va hacia adelante y que tiene un verdadero futuro. Pine, a su vez, aprendió las lecciones observando el trabajo de Washington, y las ha guardado para el futuro. "Denzel te aprieta y te aprieta para que hagas un trabajo mejor", afirma Pine. "Él es complicado en el mejor de los sentidos y aporta tanto a la mesa que cada toma es distinta, cada una tiene una calidad distintiva y si estás presente y prestas atención, puedes captar esas sutilezas que dan al personaje mayor profundidad. Denzel es el mejor en lo que hace, de modo que seguí sus indicaciones".

Mientras Frank y Will se enfrentan al peligro inminente, su único esparcimiento es la voz de Connie Hooper (Rosario Dawson) en la radio. Situada en la Estación Mingo, donde la locomotora sin control empezó el camino como una simple máquina, Connie es la voz de la razón y de la dirección en todo el caos. "Connie representa una cara diferente del ferrocarril", afirma Bomback. "Ella es alguien que con el tiempo podría formar parte de puestos ejecutivos puesto que es extremadamente capaz y ha utilizado el ferrocarril como una oportunidad para coger el timón de su destino".

"Connie es una mujer fuerte", dice la actriz Rosario Dawson. "Tiene confianza en sí misma y es positiva, sin resultar arrogante o pesada, lo que es de absoluta necesidad si quieres tener éxito en un papel tradicionalmente masculino. La estación de trenes de maniobras es un mundo absolutamente para hombres".

"Era un desafío asegurarse de que la voz de Connie pudiera llegar a todos los hombres que se encontraban a su alrededor", sigue ella. "No sólo a los hombres que supervisa, sino también a los ejecutivos de la empresa. Tiene que hacerse oír y ser aceptada ya que en su trabajo siempre hay vidas en juego".

Incluso antes de que Connie se enterara de que un tren había salido de la estación sin control esa fresca mañana de octubre, su día se ha estrenado con un comienzo muy poco estelar. Mientras llega tarde al trabajo, se encuentra con un insípido inspector de seguridad de la Administración Federal de Ferrocarriles enviado para ayudarla a recibir una visita de campo de niños de escuela primaria que van a aprender seguridad ferroviaria, una labor que insume tiempo y por la que ella no tiene ningún entusiasmo. Cuando el asistente de estación descubre algo de humor en su tristeza, ella se descorazona aún más y se da cuenta de que este día va a resultar particularmente largo. Si supiera…

"Ella es la voz de la razón en circunstancias muy dramáticas", añade Dawson. "Aun cuando debe seguir el protocolo descrito en algún manual lleno de polvo, tiene que hacerse cargo, poner los pies en la tierra y salir adelante y tomar decisiones con una confianza que no tiene, necesariamente, cuando se trata de un tren del tamaño del Edificio Chrysler disparado como un misil hacia una densa población".

Los tres actores principales admiten que el tren imparable, el 777, se roba todas las escenas. "El 777 es la verdadera estrella de la película", dice Washington con su característico aplomo. "Es el tiburón de ‘Tiburón’. Es el monstruo de la sala que va a destruir gente, ciudades, cualquier cosa, y todo lo que encuentre a su paso. Chris Pine y yo sólo somos secundarios. Todo gira alrededor del tren, por eso la película se llama IMPARABLE".

"El tren es además representativo de lo que sucede en la vida de Will", añade Pine. "Al principio todo parece que va bien y de pronto todo se rompe en pedazos, cada vez más rápido".

"Nosotros le llamábamos (al tren) ‘La bestia triple 7’, cuenta Tony Scott. "Tiene su propia voz. Es como el tiburón de ‘Tiburón’ o el coche de ‘Christine’ (el cuento de Stephen King de un vehículo encantado que aterroriza a una comunidad). Creamos una voz para La Bestia en la post producción".

Frank, Will y Connie no están solos en su batalla para detener a La Bestia. Connie tiene el apoyo del ayudante de estación, Bunny, interpretado por Kevin Chapman, y a Werner, un inspector de seguridad aparentemente fuera de lugar, interpretado por Kevin Corrigan, que justo se encontraba de visita en la Estación Fuller esa fatídica mañana.

"Connie, Bunny y Werner miran a una pared llena de luces centelleantes", explica Dawson."
Cada una de esas luces representa la casa o la granja de alguien, una escuela, una tienda. Frank y Will están ahí fuera observando cómo las casas y las tiendas de verdad pasan a su lado y quedan atrás. Ellos viajan hacia atrás por la vía en un tren que cruje tanto que parece que va a romperse en pedazos. Pero no les sirve de nada que suframos por ellos; necesitan que les demos información para que puedan tomar decisiones razonadas. Cada uno de los grupos tiene su punto de vista de lo que están experimentando y sólo a través de la comunicación podrán conectarse los dos mundos".

Después de que Connie descubre que un tren mercancías ha salido de la estación, instintivamente decide pedir ayuda a otro ferroviario que tenga los pies en la tierra, el soldador Ned Oldham interpretado por Lew Temple. Ned es una mariposa social al que le encanta entretener a las damas con historias de hazañas, pero cuando se trata de su trabajo, se dedica plenamente a ello.

"Ned es un frustrado mecánico de sofá", según lo describe Temple. "Se conduce con muchas bravatas y con estilo y es propenso a embellecer lo que hace en el ferrocarril, pero cuando aparece una oportunidad en la que realmente pueda salvar el día, su entusiasmo es máximo. Connie le da órdenes y él no para. Pasa por barricadas, conduce por el campo, se convierte en la caballería. Puede pasarse un poco, pero en el momento crítico, está ahí. La capacidad de los humanos de sobreponerse a sí mismos, eso es lo que verdaderamente resulta genial en esta historia".


Acerca de la producción
Ya un veterano de las películas de acción, Denzel Washington sabe exactamente hasta dónde puede hacerse cargo de su trabajo de especialista. Sin nada que probar después de decenas de películas, tiene muy claro lo que hará y lo que no hará, y como director él mismo, sabe lo que hace falta en términos de acción de primeros planos. Pero incluso alguien como Washington no pudo resistirse a tomar parte en el elaborado trabajo de especialistas de la película atraído por el encanto y la pasión por la verisimilitud de Tony Scott. "Debo de estar loco", dice riendo Washington, intentando explicar por qué diablos estuvo de acuerdo en correr por encima de un tren en movimiento para una de las numerosas escenas de acción de plató de la película. "El tren va por la vía a 80 kilómetros por hora, yo corro por el techo, un helicóptero sobrevuela a treinta metros encima de mí, yo estoy colgado a un lado; ¡es de locos! Me puse muy contento cuando mi especialista se fue de la ciudad porque en ese momento supe que Tony ya no me pediría que hiciera su trabajo" dice bromeando.

Scott al principio pidió a Washington que corriera por un vagón de tren de plataforma baja para que pareciera el techo del tren. Poco a poco, pero con seguridad, Washington comenzó a sentirse cómodo con el movimiento y antes de que se diera cuenta de lo que estaba pasando, Scott cambió de la plataforma baja a un vagón de tren de verdad sujeto con un sistema de arneses y poleas. "Tony es muy astuto; no dijo nada", recuerda Washington. "Me fueron preparando y antes de que me diera cuenta, terminé corriendo encima del tren. Los trenes son mucho más altos de lo puedas imaginarte. Y los pilotos de los helicópteros (Alan Purwin y Fred North) estaban haciendo slalom entre los árboles y los vagones de tren, subiendo y bajando y por todos lados". Como cuenta Chris Pine, "esos son momentos incitadores a la micción", dice riendo (el especialista Clay Donahue Fontenot dobló a Washington en las escenas más peligrosas que el estudio –y el seguro– no permitían).

"Cuando lees un guión, olvidas que de verdad tienes que hacer lo que está escrito en las páginas", dice Pine. "Tanto si eso significa que todas las escenas en las que participas tienen lugar en la cabina de un tren, como si tu personaje salta desde la parte de atrás de un camión que va a 80 kilómetros por hora a un tren que va más rápido todavía".

En una escena angustiosa, Will lucha valientemente por enganchar las juntas de dos vagones en movimiento mientras le cae encima grano de un vagón lleno de grano. "El especialista que me doblaba, Daniel Stevens, era increíble", cuenta él. "Se resbaló la primera vez y tuvo que hacer uso de su fortaleza, de la parte superior de su cuerpo, para no ser arrastrado debajo del lastre, ¡pero él lo hizo cinco veces!".

En otra escena, Pine quedó atrapado en el firme de un camión que iba junto a la carretera en paralelo a las vías, simulando el salto de su especialista desde el camión al tren. Aun cuando la producción no permitía que Pine realizara la escena él mismo, sí que tuvo que subir a una caja de herramientas de metal montada en el lecho y simular el salto. "Sólo tuve que fiarme del conductor y colgarme jugándome la vida", recuerda Pine. "Lo pasé fatal, y aun sabiendo que sólo estaba simulando el salto, sentía el estrés de saber que Tony tenía cuarenta cámaras rodando y un helicóptero volando por encima. Desde luego, que yo quería hacer un buen trabajo y hacerlo delante de la cámara correcta, así que hubo un segundo en el que salí catapultado y gracias a Dios el arnés me cogió justo a tiempo".

Obviamente, la exigencia más grande en la interpretación de cualquier escena de especialista, era el tren", cuenta el coordinador de especialistas Gary Powell. "Tanto si se trataba de un especialista como de un actor, tomamos las mismas precauciones porque si alguien se cae, el tren no va a parar. Desde las ruedas de hierro girando delante de tu cara hasta el ruido ensordecedor del metal sobre el metal, cuando tienes un par de toneladas de acero moviéndose a 60 kilómetros por hora por la vía, todo resulta muy intimidatorio. Pero las escenas de especialista que hicimos para esta película fueron reales, lo cual resulta raro en estos tiempos, con tantas imágenes generadas por ordenador. Hicimos la película siguiendo la vieja escuela con auténticos especialistas saltando de un camión a un tren en marcha, corriendo por encima de él y colgando por los costados con el lastre a centímetros de la cabeza de alguien, la verdad es que eran auténticos especialistas".

Washington y Pine, al igual que el director, investigaron a fondo el mundo en el que se iban a sumergir. Los dos actores no sólo pasaron tiempo con Scott y el guionista Mark Bomback discutiendo acerca de los personajes y de la trama, ambos actores pasaron semanas recorriendo estaciones de maniobras de trenes para comprender las diversas ocupaciones, desde el jefe de estación hasta el inspector, aprendiendo de verdaderos profesionales, no simplemente la terminología, sino la experiencia práctica de conducir una locomotora y algunas de las tareas más peligrosas, enganchando y desenganchando vagones individuales.

Después de comprometerse con el proyecto, Tony Scott se dirigió primero al diseñador de producción Chris Seagers y a la directora de localizaciones Janice Polley para que le ayudaran a tejer el tapiz visual. Él comienza el proceso uniendo imágenes que le recuerden el aspecto, la textura y las emociones que desea para la película. Para Scott, que es artista y pintor él mismo, estas imágenes explican lo que las palabras no pueden decir.

La primera preocupación de Seagers era encontrar los trenes adecuados. "Obviamente, había muchas cosas, pero los trenes eran nuestra prioridad", cuenta ella, "el tamaño, el aspecto, el color. Eso, a su vez, nos hizo tomar conciencia de la época del año en que íbamos a rodar, por lo que el color era esencial. Tuvimos que comprobar cómo interactuaban los trenes. Antes de que pudiéramos realmente ver nada desde un punto de vista artístico, tuvimos que considerar las cuestiones políticas dentro del mundo de los trenes puesto que cada empresa tiene su propio look. Luego comenzamos a buscar los trenes, asegurándonos de que tendríamos el tipo de tren correcto. La mayoría de nosotros pensamos que un tren es un tren, pero una vez que estás dentro, descubres la cantidad de tipos y modelos que existen. Cuando los ferrocarriles los compran nuevos a la fábrica, los adaptan según sus deseos para sus propias necesidades específicas".

"Al final terminamos alquilando cuatro 777 y convirtiéndolos a todos en trenes de conducción ciega", continúa diciendo. "Hicimos exactamente lo mismo con uno de los 1206, que tuvo que ser manejado por control remoto tanto si el maquinista estaba o no a bordo del tren. Dado que el 1206 es un modelo mucho más pequeño, más compacto, utilizamos el mismo tipo de pantallas de tela que ponen los anunciantes en los autobuses. Todo lo que ves desde fuera es el trabajo de pintura del anuncio sobre el autobús, no puedes ver nada del interior, lo que resultó muy eficaz".

El equipo de Seagers construyó varias partes de plató que asemejaban lo que él denominó "partes y trozos" de las máquinas del 1206 y del 777. "Fue más o menos como un puzle", afirma él. "Cuando quedó claro que no podríamos realizar ciertas escenas e interpretaciones de especialistas en los trenes reales, tuvimos que fabricar partes de máquinas y diferentes vagones y montarlos en nuestro vehículo de vías altas para que se pareciera al tren, pero teníamos que diseñar cada pieza de modo que funcionara desde detrás del tren o de la locomotora. Nunca podíamos utilizar nada delante de un tren en marcha; siempre teníamos que acoplarlo detrás".

A medida que el equipo de producción llegaba a Canton, Ohio, Seagers y sus pintores trabajaban sin desmayo para que el 1206 y el resto de la flota AWVR quedara listo para empezar a trabajar el primer día de producción. Mientras avanzaba el rodaje, los trenes ya estaban más sucios y mostraban el desgaste normal del viaje, así como las adecuadas etapas de daño descritas en el guión.

"Como primera medida, Tony me mostró imágenes de Montana", cuenta la productora asociada y directora de supervisión de localizaciones Janice Polley, una socia de Scott desde hace mucho tiempo, "las montañas, las rocas escarpadas, las abiertas llanuras, algo así como uno de sus anuncios de Marlboro. Pero luego él vio una foto de la vía elevada de la línea Wheeling & Lake Erie donde hace una curva en Bellaire, Ohio. El resto de las localizaciones evolucionó a partir de ahí".

"También se inspiró en el look del Rust Belt", explica ella, "pero no quería que la vista industrial se alterara mucho. La idea de que el tren pasara por el bello campo y por estos pequeños pueblos que han visto mejores días, era mucho más interesante para él".

Polley y su equipo se sintieron, de alguna manera, limitados en su búsqueda cuando descubrieron que todas las redes de vías grandes no estaban disponibles. Una vez que encontraron vías más pequeñas, en las que se pudieran reordenar los horarios de los trenes, el departamento de localizaciones comenzó a buscar a fondo. Algunas de las secuencias más importantes del guión tienen lugar en una vía muerta, la zona en la que un tren puede salir con seguridad de la vía principal, algo similar a la salida de una autopista.

La fotografía principal comenzó en Brewster, Ohio, en la Estación de Ferrocarril de Brewster, un poco al sur de Canton el lunes 31 de agosto de 2009. Después de una semana de rodaje en la estación de Ferrocarril Wheeling & Lake Erie, el reparto y el equipo se dirigieron al norte, a Pensilvania, estableciendo sus oficinas en Bradford, Pensilvania, a unos ocho kilómetros al sur del límite entre Pensilvania y Nueva York. Todos los días, el equipo viajaba a zonas remotas de la vía de carga del WNYP (Western New York & Pensilvania), algo más de una hora en coche en el campo de Pensilvania, a pueblos como Port Allegany, Eldred, Turtlepoint, Blanchard y Emporium, así como al norte de Olean, Nueva York. El 10 de octubre, la compañía desplazó su base a State Collage (Estado de Pensilvania), donde de la noche a la mañana hacía un frío glacial. Pensilvania Central experimentó una tormenta de nieve a finales de la primera semana de rodaje, lo que interrumpió la producción durante varios días. Hectáreas y hectáreas de sierra de brillantes colores, kilómetros de rojos, naranjas y amarillos que cortan el aliento, se convirtieron en marrón lodo mientras las hojas se congelaban en los árboles y el otoño pasó a ser invierno de la noche a la mañana. Aquí, la compañía utilizó las vías de Nittany Bald Tagle, que va de Tyron a Lock Haven, cumpliendo servicio a Port Matilda, Martha’s Furnace, Milesburg y Bellefonte, Pensilvania. La compañía aprovechó la hospitalidad del pequeño ferrocarril y utilizó cada villorrio disponible. A continuación, hubo un traslado hacia el sur, a varios pueblos fronterizos en el sureste de Ohio, a lo largo del Ferrocarril Wheeling & Lake Erie, como Bellaire, Martin’s Ferry, Mungo Junction y Steubenville. Mientras se rodaba en la zona, la mayor parte del equipo se quedó en Wheeling, Virginia Oeste (algunos en el bello paraje Oglebay Resort), o en las cercanías de St. Clairsville, Ohio, donde se unen Ohio, Virgina Oeste y Pensilvania. La última semana de producción, transcurrió en el espacio del Mogul Mind Studio, en la ciudad de Pittsburg. La producción acabó la fotografía principal el 18 de diciembre.

En Emporium, la compañía rodó un descarrilamiento de tren real, una secuencia con grandes efectos especiales que mantuvo cerrada la intersección principal de la pequeña población durante más de cinco horas.

"Tuve suerte de disponer de todos esos juguetes y poder rodar en una situación lo más real posible", afirma Scott. "También utilizamos varios helicópteros en muchas escenas, dos de los cuales llevaban cámaras rodando todo el tiempo. El rodaje del tren realmente ayuda a que los espectadores experimenten lo que sienten los personajes moviéndose en elementos reales. No es posible conseguir ese tipo de energía rodando en el plató".

La compañía había utilizado ocho locomotoras y unos sesenta vagones de tren individuales para cuando todo terminó, todo lo cual se mantuvo como es debido, con cambios de frenos e inspecciones periódicas, tal como ocurre en esa industria. Trabajar en la película se parecía mucho a llevar un pequeño ferrocarril. Debido a las inclemencias del tiempo, las largas horas de trabajo y todas las exigencias de los trenes para el rodaje, los ingenieros decidieron mantener las locomotoras funcionando veinticuatro horas al día, siete días a la semana.

Cuando la compañía se trasladaba de una localización a otra, también el departamento de trenes trasladaba su pequeño ferrocarril. Al igual que los aviones, los automóviles y los camiones, cada máquina y los vagones individuales tienen su propio número de identificación, no hay dos iguales. Para no confundir a los funcionarios de las reglamentaciones federales con los distintos dobles de las dos locomotoras y algunos de los vagones de carga, el departamento de arte de Seagers creó grandes carteles magnéticos con el número real de cada vagón y su marca de registro de origen.

El director de fotografía, Ben Seresin, estuvo a cargo de la mecánica del día a día del rodaje de la película. IMPARABLE es la primera colaboración de Seresin con Tony Scott, pero quedó claro desde el momento en que se conocieron que Seresin tendría que mantener el intenso paso de Scott. "Las películas de Tony tienen una dinámica muy específica", afirma Seresin. "A él le gustan las grandes imágenes y su estilo de rodaje se presta al tipo de películas que hace. Es muy organizado, entiende de iluminación y muestra un entusiasmo sin límites. Trabaja al cien por cien hasta la última toma, día tras día.

Además se levanta a eso de las dos de la mañana todos los días para dibujar detallados croquis de cada toma"
, dice riendo Seresin, "así que lo bueno para mí es que ya ha tomado un montón de decisiones sobre los aspectos visuales al llegar al plató y ya sabe exactamente lo que quiere. El desafío es cómo poder darle lo que quiere en un tren en marcha".

Todos los días, el equipo de cámara colocaba de seis a doce cámaras en el tren, en las plataformas estacionarias y en las vías. Si la secuencia implicaba una escena de diez minutos, el tren puede que tuviera que viajar ocho kilómetros por la vía, por lo que se necesitarían aún más montajes de cámaras. Cada escena era diferente y había que calibrar cada cámara por separado, de una en una, para poder captar la exposición precisa necesaria por la ubicación específica de la cámara.

"Nos movíamos en seis exposiciones distintas y en seis ángulos diferentes de una toma", cuenta Seresin, "por lo que la escala del campo de rodaje es enorme. Intentar comunicarme con mi equipo, que se extendía por la vía durante kilómetros sólo exacerbaba la complejidad de la situación".

Aunque la mayor parte de las escenas de la película son exteriores, Scott y Seresin siguieron la misma paleta de color natural durante toda la producción, incluyendo los interiores. "No queríamos que nada pareciera demasiado perfecto o estilizado", dice Seresin. "La historia tiene lugar en el mundo real y va desde una estación de trenes pasando por bellos paisajes y por una parte más bien marchita del campo, y pensamos que el look debía mantenerse acorde con cada una de esas localizaciones".

IMPARABLE tiene lugar en un solo día, con algunas de las escenas de acción más arrolladoras desarrollándose en el espacio de dos horas. La compañía realizó el rodaje en tres meses y medio, desde finales del verano y en otoño e invierno, estaciones en las que el tiempo es de los más diverso y errático. "El cambio de estación, obviamente supone complicaciones", admite Seresin. "No hay duda de que la historia comienza con hojas verdes en las calles y hacia el final hay nieve, pero te da una idea de transición", afirma él, "del mismo modo que uno conduce por el campo y de pronto experimenta un tiempo intenso, sólo que más rápido, giras en la esquina y apareces en un valle con una luminosidad radiante. Esto es lo mismo. Como el tren está en marcha, estos cambios realmente ayudan a crear una sensación de distancia y de estar en un viaje".

Junto con sus cámaras en tierra y las cuatro cámaras principales en el tren, Seresin y Scott también utilizaron vehículos de alta velocidad en vías como el coche cámara Pursuit System Porsche Cayenne, equipos de motocicleta, quads, y dos helicópteros pilotados por Alan Purwin y Fred North, supervisado por David B. Novell, ASC, director de fotografía aérea, y su técnico de cámara Scott C. Smith.

Los dos helicópteros estaban equipados con cámaras Cineflex de alta definición. "La extensión de esta película es muy grande para la unidad aérea", explica Novell. "Rodamos todos los días que el tren estaba en marcha, tanto si llovía como si hacía sol. Normalmente rodamos unos días o una semana por aquí y por allí. Estar en el plató todos los días no es algo habitual, especialmente cuando Tony está utilizando los dos helicópteros como cámara o como transporte de imágenes de manera intercambiable. Tanto si rodamos acción para la unidad principal como para cobertura de noticias, o tanto si las cámaras en tierra nos cubren como parte de la propia película, siempre estamos en el aire".

En uno de los momentos más intensos de la película, el tren bordea una curva muy cerrada, pero la vía estaba estrictamente regulada para velocidades inferiores a veinte kilómetros por hora. "Tony se resistía realmente al uso de imágenes generadas por ordenador cuando apareció este tipo de problemas", cuenta Seresin. "Cuando te ves acorralado, a veces se te ocurre una gran idea". Él recurrió a lo que denomina "el viejo truco del humo y los espejos", para aumentar la intensidad de la escena del tren.

Bajo la maestra batuta de Scott, IMPARABLE combina una emoción continua con la interacción entre dos personajes reconocibles, Frank y Will, quienes comienzan su día de la manera más corriente posible y lo terminan como héroes. Y, concluye Scott, la película llevará a los espectadores junto a Frank y Will en su viaje. "Creo que esta película es ésa en la que comienzas acomodado bien atrás en tu asiento y terminas sentado en el borde. IMPARABLE tiene una tensión que nunca te deja respirar".