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Skyfall cartel reducidoSkyfallDirigida por Sam Mendes
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EON Productions, de Albert R. Broccoli presenta a Daniel Craig como el James Bond de Ian Fleming en SKYFALL. También protagonizan Javier Bardem, Ralph Fiennes, Naomie Harris, Bérénice Marlohe, Ben Whishaw, con Albert Finney y Judi Dench como 'M'. Dirigida por Sam Mendes. Producida por Michael G. Wilson y Bárbara Broccoli. Escrita por Neal Purvis & Robert Wade y John Logan. El productor ejecutivo es Callum McDougall. El director de fotografía es Roger Deakins, ASC BSC. El director de producción es Dennis Gassner; el editor, Stuart Baird, A. C. E. La diseñadora de vestuario es Jany Temime. La música es de Thomas Newman. Los coproductores son Andrew Noakes y David Pope. Con la interpretación vocal de Adele del tema "Skyfall". Distribuye el filme Sony Pictures Releasing y MGM en ciertos territorios.


Sobre la película
Al enfrentarse a Skyfall, la vigésimo tercera aventura de James Bond, los realizadores estaban muy conscientes del hecho que el año 2012 coincide con el cincuenta aniversario de James Bond en el cine. Estaban decididos a que esta nueva entrega de la franquicia cinematográfica más longeva de la historia aportara todo lo que ha hecho que Bond sea Bond: es decir trepidante acción, villanos que roban la escena, bellas mujeres Bond, exteriores exóticos, un argumento fabuloso, el Aston Martin DB5… y, por supuesto, el propio agente 007, interpretado por Daniel Craig. Pero una película Bond no es la colección de piezas de un rompecabezas; la suma de estos elementos – como la ginebra y el vermú, agitados, no removidos – sirven para apoyar la historia. En el caso de Skyfall, el hombre que une todos los hilos es el ganador del Oscar® Sam Mendes. "Sabía que Sam lo daría todo", asegura Craig, quien encarna a Bond por vez tercera en Skyfall. "Aporta todo su conocimiento de realización cinematográfica pero además su conocimiento y cariño por Fleming y Bond".

Aunque puede que Mendes sea más conocido por dirigir una clase de película diferente, para él el alto entretenimiento y la integridad artística no son excluyentes. "Yo mantengo mi propia relación personal con Bond. Comenzó cuando tenía unos 9 o 10 años – cuando salió Vive y deja morir", explica el director. "Da la casualidad de que vivimos tiempos en los que es posible hacer una gran, entretenida, glamurosa y escapista película que además tiene algo que decir sobre el mundo en que vivimos. Con las interpretaciones de Daniel en 007: Casino Royale y 007: Quantum of Solace, James Bond aparece nuevamente como un hombre real en una situación real. Me recordó a lo que sentí cuando veía las películas de Sean Connery".

Para los productores Michael G. Wilson y Bárbara Broccoli, el aniversario conlleva expectativas añadidas. "Es nuestro cincuenta aniversario y la vigésima tercera película así que hay más presión que nunca para hacer la mejor película Bond de todos los tiempos. Contamos con un reparto extraordinario, un equipo técnico increíblemente dotado, y un guión cargado de emoción", adelanta Wilson.

Añade Broccoli que la relación y la historia de Mendes con la película Bond le aporta un elemento personal desde el primer momento. "Con su conocimiento y su historia se identifica con los espectadores – sabe lo que funciona y lo que espera el público. Y francamente, es genial verlo en el plató".

A lo largo de estos 50 años ha sido precisamente la familia Broccoli –primero Albert R. "Cubby" Broccoli y el socio de éste, Harry Saltzman, y después los hijos de Cubby, Michael G. Wilson y Bárbara Broccoli – quienes han sido los supervisores y cuidadores de la franquicia cinematográfica de James Bond. "Michael y Bárbara son extraordinarios porque trabajan muy bien en equipo", señala Mendes. "Bárbara tiene una asombrosa capacidad de hacer que las personas sientan que ella conoce sus nombres y cuáles son sus preocupaciones y si en algún momento se produce una crisis, ella es quien la solucionará. Michael aporta una enorme cantidad de experiencia y sabiduría, unidas a su dulce presencia en el plató – nunca intimida ni sermonea. Si tienes una idea y te preguntas: ‘¿Lo ha hecho antes Bond?’ pregúntale a Michael – él tiene la respuesta".

Fue Craig, quien – con el apoyo de Wilson y Broccoli – invitó a su amigo, Mendes, a dirigir la película. "Cuando empezamos a hablarlo sentí una conexión con alguien que tenía el mismo entusiasmo y respeto que sentía yo hacia las películas de Bond", recuerda Craig. "Y por supuesto, respeto profundamente a Sam como director. Le dije: ‘Esto va a ser una nueva experiencia para ti – te lo digo yo, porque yo he hecho dos y fue una experiencia novedosa para mí. No hay nada que te pueda preparar del todo.’"

SKYFALL da la bienvenida nuevamente a los guionistas Neal Purvis y Robert Wade e incorpora al guionista ganador del Oscar® John Logan a la familia escritora de Bond. Explica Logan: "Sam, Bárbara Broccoli, y Michael Wilson me animaron mucho a hacer que el guión fuera tan único como pudiera, haciendo uso de mis virtudes particulares como escritor. Al venir del teatro, para mí lo importante es el personaje y el diálogo. Cuando repasas la amplia trayectoria de Bond, emergen como un rayo cuestiones como grandes momentos de diálogo, grandes momentos de interacción de personajes – sea Bond y Goldfinger, Bond y Blofeld, o Bond y Vesper Lynd. Esas son las asombrosas escenas que hacen que se te detenga el corazón porque esas son las cosas que no te esperas en una película considerada de género".

Claro que, para cada película individual de Bond, es el director el que guía y moldea la película. Dice Mendes que se ha sentido libre de imprimirle su propia seña a la legendaria franquicia. "Me han dado muchísima libertad – y nunca me he sentido cohibido ni limitado por el género ni la franquicia". "En parte gracias a Daniel y Judi Dench, ya que los conocía muy bien a los dos. Francamente me encantaría contar con ellos dos en cualquier película que tuviera el placer de dirigir. Pero parte de ese entusiasmo también se debe a la forma en la que los productores acogían nuevas ideas sobre Bond y M y la franquicia en general".

Dench vuelve por séptima vez como M, y asegura que la relación que mantiene con Daniel Craig detrás de la cámara es un reflejo de la relación entre M y Bond que se ha fraguado en las dos últimas películas. "Bond y M son dos personas que trabajan muy bien juntas. Evidentemente ella le tiene cariño y a menudo le han acusado de tener un trato preferencial hacia él – pero ella también puede ser despiadada con él", explica la actriz. "Daniel y yo hemos forjado una buena amistad desde el primer momento que trabajamos juntos, y ha ido creciendo ya que cada guión requiere un poco más de los dos. Eso es así especialmente en Skyfall".

Bárbara Broccoli explica que Skyfall explora la relación entre Bond y M – tal vez más que cualquiera de las 22 entregas anteriores. "Queríamos indagar en la relación entre Bond y M, porque supone la relación más significativa que tiene él en su vida", asegura la productora. "M es la única persona que representa la autoridad en su vida. Contamos con dos actores extraordinarios y pensamos: vayamos hasta el final. Funcionó de maravilla. Es una historia muy emotiva".

"Su relación se basa en el respeto mutuo", explica Craig. "Ambos saben que cada vez que llega la hora de la verdad, uno de ellos tendrá que ceder – es difícil tener una relación afectuosa con una persona bajo estas circunstancias. Pero a la misma vez – y Sam insistió en eso – Bond siempre tuvo en mente que ahí hay algo más. Es algo que nunca muestra pero la conexión está ahí – y como actor eso me entusiasma, jugar con una vida que no puedes mostrar".

El agente 007 se enfrenta a una peligrosa aventura en Skyfall – una que hará temblar los cimientos de MI6 cuando la agencia es atacada. Mendes dice que al dirigir las secuencias de acción, el personaje tiene la misma importancia que los especialistas y la fotografía. "Si no sientes nada por los personajes la acción no tiene sentido, no importa lo buena que sea", asegura el director. "Lo que hay que hacer es introducir a los personajes en situaciones creíbles, tienes que hacer que sea prácticamente imposible sobrevivir, y a continuación mostrar cómo salen de esa y sobreviven. Ese es el reto".

Javier Bardem interpreta a Silva, el hombre que amenaza el MI6. El actor sabe cómo funcionan los personajes oscuros y complejos, habiendo ganado el Oscar® por su papel como el inolvidable Anton Chigurh en No es país para viejos. "Cuando leí el guión, la historia y las posibilidades del personaje captaron de inmediato mi atención. Trabajar con Sam Mendes y ser parte de este increíble reparto y equipo es maravilloso. No podía decir que no ante una oportunidad así", dice Bardem.

Mendes asegura que la clave para ser un gran villano Bond es hallar cierto equilibrio. "La interpretación tenía que ser lo suficientemente real pero también tener un punto de extravagancia", explica el director. "Los grandes – los Dr. Nos, las Rosa Klebbs, los Goldfinger – son un poquito melodramáticos y sin embargo por ello dan más miedo. Para Silva, Javier se permitió el lujo de ser juguetón y travieso pero nunca perdió el peligro, el misterio, la extrañeza, la alteridad. Creo que ha hecho algo maravilloso".

El público que sigue a Bond espera de una película Bond grandes dosis de acción, y según explica Wilson, 50 años de acción Bond representan un enorme reto a los realizadores: ¿qué puede hacer Bond ahora que no haya hecho antes? "Tenemos a un equipo increíble – entre ellos a Gary Powell (007: Quantum of Solace, 007: Casino Royale), Chris Corbould (El caballero oscuro: la leyenda renace, Origen, la séptima película de Bond), y Alexander Witt (X-Men; Primera generación, 007: Casino Royale, El caso Bourne). Se juntan con Sam y formulan la secuencia más emocionante e interesante que podamos idear sin dejar de contar la historia. Y Daniel aporta muchísimo al diseño de la acción: él es quien la hace en realidad. De hecho hace todo lo posible – creo que una de las razones por las que la acción funciona tan bien es porque él sabe venderla. Esa es nuestra única regla. Tiene que ser real".

Y no hay película Bond sin un tema Bond, y para los productores había una cantante que parecía ser la heredera del siglo XXI del legado establecido en el último medio siglo por Shirley Bassey, Tom Jones, Carly Simon, Paul McCartney, Nancy Sinatra, Madonna y muchos más. "Queríamos a Adele y solamente a ella", dice Bárbara Broccoli. "Llegó. Leyó el guión y se lo tomó muy, muy en serio. Junto a Paul Epworth, ha escrito una canción preciosa que cumple las expectativas en todos los sentidos y por supuesto su voz es extraordinaria. Ha creado un tema Bond clásico. Es un sueño hecho realidad contar con la participación de Adele".


Sobre el casting
A la cabeza del reparto de Skyfall evidentemente, se encuentran Daniel Craig como el agente 007, Judi Dench como M, y Javier Bardem como Silva, un hombre decidido a vengarse.

Marca el rumbo Daniel Craig en su tercera película como James Bond. "Es realmente difícil interpretar a Bond porque habla muy poco y en cuanto haces que hable demasiado, ya no es Bond", explica Sam Mendes. A menudo opera en base a su instinto. Lleva muy adentro sus propios demonios y no los revela a los demás personajes y sin embargo los espectadores tienen que ser conscientes de que existen, especialmente en esta película en particular. En Skyfall los espectadores tienen que verlo derrumbarse, en cierto sentido, y a continuación, reconstruirse, pero ninguno de los demás personajes ven lo que ocurre en realidad detrás del telón. Creo que Daniel lo ha hecho magníficamente".

"Daniel es uno de los mejores actores que hemos tenido", dice Bárbara Broccoli. "Se ha adueñado del papel de Bond y lo ha llevado a lugares insospechados que no creíamos posibles. Comenzando con 007: Casino Royale y después con Quantum, y sin duda en esta película también, realmente nos revela la vida interior de Bond que nunca hemos visto antes, como lo hace Fleming en los libros, donde realmente sientes que comprendes las luchas interiores, la complejidad, los conflictos. Con este guión y de la mano de Sam, hemos desenterrado gran parte de la emoción vinculada al propio pasado de Bond y así hemos aprovechado la tensión dramática que se desprende de la misma".

Dench, quien vuelve en su séptima película como M, ha dejado también una marca indeleble en su personaje – por una parte llenando un papel clásico y por otro, haciéndolo suyo. En Skyfall, la oportunidad de volver a formar equipo con Sam Mendes le resultó sencillamente irresistible. "Estuve bajo las órdenes de Sam en ‘El Jardín de los cerezos’ cuando él era muy joven – creo que pudo haber sido lo segundo o lo tercero que hizo – así que le conozco muy bien y nuestra relación laboral es muy buena. Nos tomamos el pelo el uno al otro".

En cierta ocasión Dench pudo conocer a sus homólogos de la vida real. "De hecho, en una ocasión salí a comer con los del MI6, con Sir David Spedding. Y de repente ahí estaban en la habitación, seis personas reunidas. Pude hacerme una idea de lo que es esta organización y lo que tienen que hacer. Cada vez que paso por la sede del MI6 por la noche y veo las luces encendidas pienso: este es un edificio en el que no dejan las luces encendidas por que sí. Están encendidas porque hay gente trabajando a todas horas".

Javier Bardem describe a su personaje, Silva, como "un ángel de la muerte- una persona muy bien afeitada que casualmente está podrida por dentro".

El actor ganador del Oscar® explica cómo se encuentra al personaje dentro del villano. "Su objetivo es muy personal. No quiere destruir el mundo", explica el actor. "Y él camina en línea recta hacia su objetivo: es un hombre que busca venganza. Se trata de mantenerse centrado en la persona que quiere eliminar".

Prosigue explicando el actor: "siempre se trata de la persona que está detrás del personaje. Para mí sería muy difícil interpretar un papel que entendiera como una especie de símbolo. En este caso, lo que hay detrás es un hombre que está sufriendo, un hombre lleno de dolor y frustración quien sencillamente quiere arreglar la situación. Dentro de ese camino hay lugar para ser gracioso o agresivo pero siempre pude entender perfectamente quién era él y eso me ayudó a representarlo".

Entorno a los tres actores protagonistas se encuentra un reparto de lo más variado y dotado. La reputación de Mendes como cineasta y su pasado en el teatro, sirvieron para atraer a los mejores actores en la industria. El productor Michael G. Wilson le da el mérito a Mendes: "Es un gran reparto y eso se debe a Sam – él atrae a grandes actores porque quieren trabajar con él".

Para Craig, el ingrediente más importante que busca en un compañero de reparto es su compromiso hacia el proyecto. "Tienes que tomarte el tiempo y hacer el esfuerzo de encontrar a la gente adecuada, personas entusiasmadas", explica Craig. "Sencillamente hemos sido bendecidos con todos los personajes, sea Ben, o Fiennes, o Bardem, o Finney, o por supuesto Judi Dench. Y luego el casting de las chicas: Naomie y Bérénice – han dado con dos mujeres excepcionalmente bellas que son dos actrices muy serias e inteligentes y trabajadoras. Para mí ha sido una alegría".

Naomie Harris interpreta a Eve, una agente de campo del MI6. "En los últimos años las películas de Bond han incluido a dos clases de chicas: una más exótica y otra más de la tierra. Naomie logra ser las dos", apunta Mendes.

Eve es una brillante agente de campo. Es muy independiente, inteligente, ocurrente, divertida y valiente", explica Harris. "No le da miedo plantarle cara a Bond y eso le hace mucho más interesante. Interpretar a Eve me ha dado la oportunidad de destacar el lado más aventurero de mi personalidad y me lo he pasado genial".

Para los realizadores fue una agradable sorpresa comprobar todas las capas de profundidad que le aportó Harris a su papel como Eve. Explican Wilson y Broccoli: "El personaje en papel era básicamente una agente de campo con mucho descaro pero hasta que no llegó Naomie no vimos el potencial que tenía el personaje de ser algo completamente novedoso en una película Bond. Es muy ingeniosa, le hace pasar malos ratos a Bond, pero aún así le coges muchísimo cariño y entre los dos surge una coquetería de lo más asombrosa. Ella sabe plantarle cara a Bond. Creemos que los espectadores podrán identificarse con ella. Es una extraordinaria actriz".

La directora de casting Debbie McWilliams empezó a trabajar oficialmente en Skyfall un año antes de iniciarse el rodaje, pero ella siempre está a la búsqueda de nuevos e interesantes talentos a descubrir. "Creo que mi postura es única al poder introducir nuevos talentos en papeles protagonistas sin las usuales ataduras comerciales", explica la directora. "Al público le gusta ser sorprendido y siempre hay mucha expectación. Tenemos el mundo entero para escoger y mi trabajo es salir y encontrar a esos actores especiales de los cuales la gente tal vez no ha oído hablar. Recibieron pruebas de todas partes del mundo e hicieron sesiones de casting en ciudades tan varias como Shanghái, Estocolmo, Madrid, Sarajevo, Atenas, Estambul, y Beijing, entre otras".

Otro papel clave en Skyfall es el de Severine, interpretada por Bérénice Marlohe. "Si podía haber inventado a una chica Bond sería Bérénice", asegura entre risas Mendes. "Quería encontrar a una persona que rellenara todos los componentes clásicos de una chica Bond: voluptuosa, sexy, una mujer y no una niña, misteriosa. Bérénice es de Camboya y Francia. Aporta ese misterio. Y encima da la casualidad de que es una actriz fantástica".

Marlohe explica que sintió motivada a hacer que Severine fuera única, "sentí que podía usar mi propia personalidad e imaginación para crear el estilo de mi personaje. Tenía esa libertad, sabiendo que esta es la clase de película en la que te dan ese espacio".

El guionista Robert Wade describe la idea detrás de Severine, "es una superviviente. Como muchas mujeres en los libros de Fleming, se ha endurecido porque sabe lo que es ser maltratada por los hombres".

Marlohe explica que, "Severine es el vínculo entre Bond y Silva. Es una mujer muy misteriosa. Quería que tuviera mucha profundidad".

Ralph Fiennes interpreta a Mallory, un funcionario de gobierno que supervisa la agencia de M. Explica Fiennes, "A primera vista, Mallory es encantador, caballeroso, pero en realidad es de acero. Es capaz de plantarle cara a M y enfrentarse a ella".

Añade Michael G. Wilson, "En la película no queda muy claro a quién le es leal Mallory o si en realidad ayudará o estorbará a M y a Bond. Al parecer, hace muchas preguntas difíciles y es muy crítico. Es un personaje muy ambiguo".

En Skyfall, Ben Whishaw se convierte en el cuarto actor que interpreta al oficial de intendencia de Bond, conocido cariñosamente como Q, quien vuelve a unirse a la franquicia Bond con una calurosa bienvenida. El papel comenzó con Peter Burton como El Mayor Boothroyd en Agente 007 contra el doctor No, seguido por Desmond Llewelyn (en 17 películas Bond entre 1963 y 1999), y John Cleese (quien apareció como R, el ayudante de Q en El mundo nunca es suficiente y a continuación fue promocionado al papel de Q en Muere otro día).

Los productores Wilson y Broccoli describen porqué Ben Whishaw era el candidato ideal: "Cuando llegó la hora de intentar introducir nuevamente el personaje de Q, comprendimos que naturalmente sería un joven genio técnico y el personaje se escribió con ese perfil en mente. Ben fue la respuesta obvia porque es muy abierto y además inteligente e ingenioso".

Dice John Logan "Cuando Bond conoce a Q, al principio sospecha un poco de él pensando ‘¿Quién es este crío con granos y porqué me está hablando de mi trabajo?’ Pero rápidamente llegan a respetarse mutuamente".

Añade Whishaw, "Q representa uno de los conflictos centrales de la película: lo viejo versus lo nuevo. Es una batalla y un tema que recorre Skyfall, la tensión entre la dirección en la que se dirige el mundo y la forma tradicional de gestionar los servicios de inteligencia".

Esto es especialmente cierto en un momento en el que el espionaje ocurre tanto en el ciberespacio como en entornos físicos. "El nuevo Q es una especie de genio informático, una de tan sólo seis personas en el mundo que tienen esos conocimientos. Es una persona misteriosa con un sentido del humor astuto", concluye Whishaw.

Albert Finney encarna el papel de Kincade, un tierno personaje del misterioso pasado de Bond. "Albert Finney es un hombre de lo más extraordinario; sexy, maravilloso y encantador", explica Broccoli. "Creo que este personaje será memorable por la relación que tiene Bond con ese pasado en común y él aparece en el momento justo. Es maravilloso contar con él en una película Bond porque Cubby desesperadamente quería trabajar con él y por supuesto yo también pero hasta ahora no habíamos tenido la oportunidad de hacerlo. Es una leyenda, un actor fantástico y sencillamente gracioso, encantador, extraordinario y sexy a morir. ¡Que se me acelera el pulso!"


Sobre la dirección de producción
El director de producción ganador del Oscar® Dennis Gassner vuelve en su segunda película Bond, su tercera colaboración con Sam Mendes, y su séptima colaboración con el director de fotografía Roger Deakins. "Creo que la historia siempre ocupa el primer lugar a la hora de diseñar cualquier plató para el personaje en cuestión" afirma el director. "En todo el proceso de diseño de Skyfall, fui consciente del viaje emocional de Bond y de cómo cada entorno le afectaba y vice versa. Construimos treinta y un sets, pero no hay que olvidar los exteriores y Londres, que también jugaron un papel importante en esta película".

"La oportunidad de rodar en Londres fue como un pañuelo rojo para un toro, pero me refiero a Sam y a mí mismo", dice Daniel Craig. "Queríamos mostrar partes de Londres que no hubiéramos visto antes, usar la ciudad de forma que resulta imposible para la mayoría de las películas pero que el nombre de Bond sí que hace posible porque abre más de una puerta. Londres tiene personalidad y eso me emociona porque adoro esta ciudad y creo que rara vez se representa bien en el cine. Nuestra meta fue captar la locura, el misterio, el peligro y el glamur de Londres. Creo que es valiente y maravilloso adentrarse tan de cerca en la ciudad".

Una parte importante de la historia transcurre debajo del nivel de calle de Londres, un entorno basado en lo que se conoce históricamente como el sistema bunker de Churchill. Durante la Segunda Guerra Mundial las oficinas gubernamentales fueron trasladadas bajo tierra para ser protegidas; de igual manera, en Skyfall, cuando la sede del MI6 es atacada, M decide trasladarla.

"Esto responde a la clase de pregunta que todo gobierno debe pensar: en una situación extrema de urgencia, ¿a dónde vas?" pregunta Gassner. "En Londres durante la Segunda Guerra Mundial decidieron ir bajo tierra, debajo de la ciudad. Eso es lo que decide M y ahí van".

Así, incluso un recurso del argumento como lo es trasladar la sede debajo de la ciudad le aporta al filme un aire claramente Británico. Explica Craig, "En las conversaciones que mantuvimos Sam y yo coincidimos en que queríamos que Skyfall llevara arraigados ciertos importantes valores Británicos. Soñamos con que esta película fuera inconfundiblemente Británica".

Gassner ilustra la yuxtaposición entre el ambiente que crea un exterior, como los viejos túneles del Old Vic, y los platós creados en estudios, entre ellos el bunker soterrado de la sede del MI6. "Necesitábamos el plató para controlar las escenas más grandes y además para acomodar la brillante iluminación de Roger Deakins. Fue un placer trabajar en los viejos exteriores del teatro Old Vic y nuestro reconocimiento privilegiado del Londres subterráneo supuso una fuente de inspiración para volver y construir el plató en los estudios de Pinewood. He aquí la gran fusión entre los exteriores y los platós construidos, unos inciden en los otros hasta convertirse en una unidad".


Sobre las escenas y los efectos especiales
Las escenas especiales siempre juegan un papel importante en las películas de Bond y Skyfall no es una excepción. El director Sam Mendes, el director de la segunda unidad Alexander Witt y el coordinador de especialistas Gary Powell trabajaron muy de cerca para crear una aventura física y creíble para Bond. Era importante tanto para Mendes como para Powell acercarse a la película desde un punto de vista más realista. La acción comenzaba ya en las páginas del guión. "Escribir secuencias de acción es uno de los grandes retos y una de las grandes alegrías de ser guionista", asegura el guionista John Logan. "El reto como guionista en Skyfall era encontrar la manera de que la acción se acercara lo más posible al estilo ‘Bond’ – y para mí eso implica que es dura, real, y aumentada".

Claro que, ningún actor tuvo más escenas de acción que Craig. Javier Bardem describe cómo Craig aborda su papel: "El papel requiere cierto esfuerzo físico y sencillamente tienes que estar preparado para ello pero mi papel no tuvo evidentemente nada que ver con el de Daniel. Él hace las escenas de acción con tanta facilidad: al observarlo en acción pensé, ‘Si yo fuera tú, ¡no estaría haciendo eso!’" dice Bardem entre risas. "A ver, yo hice alguna cosilla, pero nada en comparación con lo que hizo Daniel".

"Daniel es un actor extremadamente trabajador, probablemente el más trabajador que haya visto", dice el productor Michael G. Wilson. "Y no sólo me refiero a la preparación mental, sino también a la física. Entrena como un demonio, como un deportista profesional. Está totalmente comprometido con el papel, comprometido con ser Bond".

Aunque Powell, el coordinador de especialistas, agradece el avance en la tecnología digital y la animación por ordenador, prefiere que la acción sea real. "Todos nosotros, especialmente Sam y Gary, sentimos que teníamos que estirar los límites de esta película lo más posible. Y siempre nos hemos apoyado en el hecho de que en las películas Bond lo hacemos de verdad y así es. Si usamos la animación por ordenador sólo es un complemento, no crea la escena. Estar encima de un tren que viajaba a 50 kilómetros por hora, luchando con Ola Rapace mientras atravesábamos un puente probablemente fue un momento destacado".

Añade Broccoli, "Daniel aporta muchísimo al diseño de la acción y a las luchas en particular porque él es quien realmente lo realiza ya que siempre intenta hacer la mayor parte posible. Estábamos en Turquía rodando la secuencia del tren y yo tenía el corazón en la boca todo el rato; él y Ola luchaban sobre el tejado de un tren en movimiento y los gestos que hacían te detenían el corazón. La acción funciona así de bien gracias a Daniel porque él la sabe vender. Es él quien está ahí arriba y creo que los espectadores lo saben".

Aunque la secuencia inicial dura sólo doce minutos en pantalla, llevó tres meses de ensayo y dos meses de rodaje. Powell alistó al campeón de motocross Robbie Maddison, el que fuera el ‘Stig’ Ben Collins de Top Gear, y el campeón de rally Británico Mark Higgins para completar su equipo de especialistas. "Es importante definir la acción paso a paso para que mi equipo se lo pueda aprender como la palma de su mano. Tras meses de ensayo, se te queda grabado en la memoria, por lo que es menos probable que cometas un error", explica Powell.

Aunque la acción tiene un ritmo trepidante, asegura Mendes que el proceso de rodaje no lo es. "Por decirlo de alguna manera: la acción del montaje es mucho más emocionante que la acción del rodaje. La acción en el rodaje es sumamente meticulosa, son pequeños incrementos y piezas. Para mí el reto es crear otra historia de acción paralela para que nunca parezca una persecución lineal. Nunca es: sujeto A persigue a sujeto B, siempre hay otras cosas ocurriendo simultáneamente para que sigas varias historias entrelazadas a la vez".

Añade Neal Purvis, "Puedes incluir cuantas explosiones quieras pero el núcleo dramático tiene que funcionar".

Otro elemento que forma parte innegable de la franquicia Bond es su coche. Con los años el Aston Martin DB5 se ha convertido en un sinónimo de Bond. Explica Wilson que cuando se refiere al vehículo de Bond, hay un coche que grita: ¡James Bond! "Hemos flirteado con otros coches de cuando en cuando pero siempre volvemos al Aston Martin", recuerda Wilson. "Es un coche característico para Bond y un clásico, el suyo personal". Y no hay Aston Martin más íntimamente vinculado a Bond que el DB5, el modelo sesentero que condujo Bond por vez primera en Goldfinger. Para esta historia, esta película, este guiño a la historia de Bond no sólo sería atractivo para los fans, sino que además encajaba en el argumento.

El guionista John Logan estaba encantado con el retorno del coche más icónico de Bond. "¡Estamos enamorados del DB5! Cuando piensas en Bond, piensas en ciertas cosas claramente. Y una de esas es ese coche en particular. Es el coche esencial de Bond y en una película que reconduce a Bond a su pasado y a su futuro, teníamos que utilizarlo – además del hecho que es completamente alucinante".

Daniel Craig también cayó bajo el embrujo del clásico coche Bond: "Me encanta, y esta historia era la plataforma perfecta para reintroducir el DB5. El filme trata de cómo Bond vuelve a sus raíces y se enfrenta a viejos demonios, así que encajó. Además le sacamos partido".


Exteriores

REINO UNIDO:
La producción de Skyfall se basó en los históricos estudios Pinewood en Buckinghamshire, a las afueras de Londres. Con el tiempo Pinewood se ha convertido en un sinónimo de las películas de James Bond, ya que todas salvo tres – Moonraker, Licencia para matar y GoldenEye – se han rodado allí. Se construyeron treinta y un platós diferentes en ocho estudios de Pinewood, entre ellos el interior del bunker subterráneo del MI6, el interior del Golden Dragon Casino, donde Bond conoce a Severine, y el exterior del Dead City, una isla abandonada cercana a la costa de Macao, donde reside Silva.

En el estudio 007 se rodó la espectacular colisión de metro que se produce cuando Bond persigue a Silva. El equipo técnico construyó dos trenes a tamaño real y cada uno pesó siete toneladas. Era demasiado arriesgado permitir que entraran personas al estudio así que instalaron diez cámaras que fueron operadas por control remoto para captar la colisión desde diferentes ángulos.

El tanque exterior de los estudios sirvieron también como el exterior del Golden Dragon Casino. El decorado fue iluminado por tres cientos faroles flotantes y dos cabezas de dragón de nueve metros de altura. Trajeron a doce artesanos de China para crear estas estructuras auténticas hechas de cables de acero enrollados, tejido de seda, y 400 bombillas para iluminarlas.

Muchas de las escenas exteriores de Skyfall se rodaron en las calles del centro de Londres. Para Mendes supuso un gran reto rodar en la ciudad. Explica: "Vivo aquí. Me he centrado en darle una escala mítica. He intentado darle emoción, ambiente, y una sensación de amenaza. Se podría decir que hemos rodado en algunos de los lugares esperados, pero espero que lo hayamos hecho de forma inesperada".

Rodaron en nueve puntos diferentes de la ciudad. Los Túneles Old Vic se usaron como la zona de entrenamiento del MI6, un aparcamiento subterráneo en la calle Great Suffolk cerca del mercado Smithfield sirvió como la entrada de la nueva sede del MI6 y la entrada de la torre Broadgate, el cuarto edificio más alto de Londres, fue embellecido e iluminado para asemejarse a un edificio de oficinas de Shanghái, donde se libra una pelea entre Bond y Patrice (OLA RAPACE). La piscina Virgin Active en Canary Wharf se usó como la piscina del hotel de Bond en Shanghái.

El National Portrait Gallery se empleó como ubicación de una reunión secreta entre Bond y el personaje de Ben Whishaw. El equipo de rodaje trabajó de noche durante las horas de cierre del museo ante una colección de los mejores cuadros del mundo. Al amanecer la unidad se trasladó afuera para rodar cómo entraba Bond desde la emblemática plaza Trafalgar de Londres.

La secuencia inicial del tráiler muestra a Bond en el tejado del DECC – (Departamento de energía y cambio climático). El departamento de exteriores buscó varios lugares pero la vista desde el tejado de DECC supuso el telón de fondo perfecto para esta importante escena.

Con la cooperación y la asistencia de la Alcaldía y la Oficina de Transporte para Londres, la producción pudo acordonar tanto el puente Vauxhall como Millbank para una escena en la que M presencia cómo la sede del MI6 es atacada. La explosión se representó con unos cuantos fuegos artificiales durante el día y después se reconstruyó un modelo del MI6 a una tercera parte de escala en el estudio exterior de Pinewood donde Chris Corbould, el supervisor de efectos especiales y miniaturas, utilizó veintiocho explosivos para recrear el ataque.

En el transcurso de cuatro fines de semana, la producción rodó en la estación de Charing Cross del London Underground. La unidad pudo acceder a una línea que estaba fuera de servicio para rodar secciones de la persecución entre Bond y Silva. La persecución continuó por Parliament Square, pasando por Whitehall, hasta llegar a Trinity Square donde la secuencia llega a su clímax.

También figuran como exteriores ingleses el colegio naval Old Royal Naval College y Hankley Common en Surrey.

ESCOCIA:
En la penúltima novela de James Bond, Sólo se vive dos veces, Fleming le aportó a Bond una pincelada de su trasfondo familiar al escribir que el padre de Bond era de Glencoe, Escocia. Glencoe cuenta con uno de los paisajes más icónicos de Escocia: las montañas contienen algunos de los estratos sedimentarios y volcánicos más antiguos del planeta tierra. Estas montañas sirven de precioso telón de fondo para un paseo por las pintorescas carreteras de Glencoe por las que circulan Bond y M en el icónico Aston Martin DB5.

CHINA:
John Logan describe el importante papel que juega Shanghái en el argumento: "Buscábamos la oposición a Londres. Queríamos exteriores exóticos que fueran totalmente opuestos al mundo en el que él se ha criado, en el que vive, de alguna forma buscando que Bond se sintiera incómodo".

El director de la segunda unidad Alexander Witt y la segunda unidad se trasladaron a Shanghái para rodar planos de establecimiento y secuencias en carretera. El equipo trabajó por las noches en la ajetreada semana previa al Año Nuevo chino para captar la estimulante y cambiante metrópolis que conforma una de las ciudades más dinámicas del mundo. Una unidad aérea pilotada por Marc Wolff contó con la inusual autorización de sobrevolar el espacio aéreo de la ciudad para grabar imágenes de la misma desde un helicóptero prestado por el gobierno chino. Dennis Gasser y el departamento de arte trabajaron para crear el resto del ambiente chino en Pinewood.

TURQUÍA:
La esperadísima secuencia inicial de Skyfall se rodó en Estambul y en Adana. Cuando Bond descubre que le han robado información vital a un agente herido del MI6 persigue al atacante, Patrice, con la ayuda de Eve, por las pobladas y vibrantes calles del centro de Estambul. Bond atraviesa Eminonu a toda prisa. Es una de las plazas más antiguas y magníficas de Estambul y está rodeada por un antiguo Bazar de especies y su fabulosa mezquita Yeni. El departamento de arte y atrezo creó un enorme mercado dentro de la plaza Eminonu con más de dos cientos cincuenta puestos por los que pasa Bond en motocicleta.

La persecución a alta velocidad continuó por los tejados de los edificios y dentro del famoso Gran Bazar de Estambul. El Gran Bazar es uno de los mercados cubiertos más grandes y antiguos del mundo, con 61 calles cubiertas y más de tres mil puestos que atraen hasta a 400.000 visitantes cada día. Debido al riesgo que implica la secuencia, la unidad de cine pudo acceder al bazar sólo los domingos ya que ese día permanece cerrado. Gracias al esfuerzo unido de los departamentos de exteriores, ambientación, arte y atrezo, vistieron el bazar en las madrugadas del sábado para recrear el hervidero de actividad que uno esperaría de ese lugar. Trajeron a unos 500 extras turcos y especialistas al Gran Bazar para recrear el ajetreado y vibrante ambiente que lo caracteriza. Los tejados del Bazar sirvieron de espectacular plataforma en la que disfrutar de la antigua y dinámica silueta de la ciudad de Estambul. La producción se esforzó por proteger y preservar la histórica arquitectura del Gran Bazar, por lo que colgaron paneles flotantes de acero reforzado encima de las baldosas existentes para proteger la estructura original.

La persecución requirió una flota de doce Land Rover Defenders y dieciséis Audis A5, todos ellos modificados y reforzados de distintas formas para satisfacer los requisitos de los departamentos de especialistas y cámara. Dos de los Defenders contaban con pods de conducción que se ajustaron al techo del coche de Eve para permitirle a Naomie Harris concentrarse en su diálogo mientras que conducía el ex ‘Stig’ Ben Collins a 80 km. por hora por las congestionadas calles de la ciudad.

Skyfall es la tercera película Bond rodada en Estambul. La primera fue Desde Rusia con amor (1963) donde el mismísimo Ian Fleming acompañó a Cubby Broccoli, Harry Saltzman y el equipo de rodaje, y la segunda fue una breve visita en El mundo nunca es suficiente (1999).

De Estambul la producción se trasladó a Adana para continuar la persecución donde Bond le sigue la pista a Patrice en un tren de pasajeros turco de alta velocidad.

Adana es una ciudad moderna ubicada en el corazón agrícola de Turquía, próxima a la frontera oriental. Aquí transcurrió una parte importante de la persecución en la que se dan cita: un centenar de vehículos que avanzan a toda velocidad y la colisión de un camión. Es aquí donde se lucen dos motociclistas, los aficionados Lee Morrison y Robbie Maddison, en una persecución que acelera el corazón, y por supuesto, donde se rodó la secuencia a bordo del tren.

La persecución a bordo del tren le supuso varios retos a la producción. Trabajar sobre un tren en movimiento fue uno de los aspectos más complicados y técnicamente exigentes de la secuencia inicial.

El clímax de la secuencia de acción tomó lugar en el imponente puente Varda, a una hora de distancia de Adana. El puente Varda se construyó en 1912 y mide 175 metros de largo y 91 de alto. La lucha llega a su fin cuando Eve accidentalmente le dispara a Bond en vez de a Patrice, y Bond sale disparado del tren y cae en el río. El doble de Bond, Andy Lister, realizó la escena. Los aparejadores montaron una grúa en un vagón del tren para amarrar la línea de seguridad. Andy reacciona al disparo cojeando hacia atrás hasta caerse en un precipicio de 91 metros de profundidad.

Fethiye, un pueblo costero en el sur de Turquía, sirvió como el apartado lugar donde Bond vive su momento más bajo.

El productor asociado Gregg Wilson acompañó al director de producción Dennis Gassner en una extensa misión de reconocimiento para hallar una playa con las características geográficas que imaginó el director Sam Mendes. Optaron por la playa Calis, una remota playa que supuso un gran reto asegurar para el departamento de exteriores. Tuvieron que negociar con los seiscientos trece propietarios de la playa para permitir que rodaran en este precioso paraje de la costa turca.