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Katyn cartel reducidoKatynDirigida por Andrzej Wajda
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Katyn – La historia
El 17 de septiembre de 1939, basándose en los acuerdos incluidos en el Pacto Ribbentrop-Molotov, el Ejército Rojo cruzó la frontera oriental de Polonia.

A finales de ese mes todas las provincias orientales de Polonia habían sido ocupadas y cerca de 18.000 oficiales, 230.000 soldados, y unos 12.000 oficiales de policía habían sido tomados prisioneros. Entre los prisioneros de guerra había funcionarios de todos los grados y una docena de generales. La mayoría de los prisioneros de guerra eran oficiales de la reserva, muchos de los cuales procedían de la intelligentsia polaca; también había capellanes militares de diferentes denominaciones. A finales de octubre los oficiales detenidos habían sido encarcelados en los campos de Kozielsk, Starobielsk, y Ostashkovo. El 5 de marzo de 1940, de conformidad con la propuesta de Beria, el Politburó del Partido Comunista tomó la decisión de fusilar a casi 15.000 prisioneros de guerra detenidos en esos campos. Joseph Stalin firmó la orden. Los prisioneros de guerra polacos fueron asesinados en la primavera de 1940 en los centros de la NKVD, en el Bosque de Katyn, de Tver, y Jarkov.

El ejército alemán que se desplazaba hacia el este descubrió las fosas de Katyn en abril de 1943. Las autoridades soviéticas negaron las acusaciones alemanas de ser los autores del crimen, declarando que el asesinato lo habían cometido los alemanes en 1941.

Durante la existencia del Pueblo de Polonia, la verdad sobre el crimen de Katyn fue inescrupulosamente falsificada. El tema de Katyn se mantuvo prohibido durante todo ese tiempo, y los defensores de la verdad fueron perseguidos y severamente castigados. Las familias de los asesinados no podían encender velas ni siquiera en las tumbas simbólicas de sus parientes.

No fue hasta 1989 que la verdad de Katyn vio la luz del día. En 1990, las autoridades de la URSS admitieron por primera vez que el crimen fue cometido por el NKVD soviético. Dos años más tarde Yeltsin declaró oficialmente que había ocurrido bajo la orden firmada por Joseph Stalin. Desde entonces se ha sabido más y más sobre los acontecimientos de la primavera de 1940 en el Bosque de Katyn y en las cámaras de tortura de la NKVD de Tver y Jarkov. Allí hay cementerios de oficiales polacos, pero muchos hechos no han sido revelados aún y muchas de las tumbas, al este del río Bug, están cubiertas por árboles.


Notas del director
Katyn es una película especial en mi larga carrera como director. Nunca pensé que viviría para ver la caída de la URSS, o que la libertad de Polonia me daría la oportunidad de retratar en la pantalla el crimen y la mentira de Katyn.

Mientras que el crimen de Stalin privó de la vida a mi padre, mi madre fue tocada por las mentiras y la espera en vano de su regreso.

La creación del guión sobre Katyn llevó varios años. El largo y arduo proceso de búsqueda a través de enormes cantidades de recuerdos, diarios, y otras reminiscencias confirmaron mi determinación de basarme, para esta primera película sobre Katyn, en los hechos referidos en estos materiales. Y así es como llegamos a la escena en el puente, al comienzo de la película, como también la escena en que los soldados soviéticos rasgan la bandera polaca. La mayoría de los incidentes descritos en la pantalla realmente ocurrieron y fueron denunciados por testigos presenciales. Si bien es cierto que los detalles del crimen de Katyn se saben ahora, no podía omitir, en esta primera película sobre el evento, la imagen de la muerte; la muerte que terminó con veinte mil oficiales polacos. Ellos fueron asesinados, uno a la vez, hecho que fue registrado en sus archivos personales. Esto es prueba de que la Unión Soviética no reconoció ni respetó ninguna norma internacional, ni siquiera con respecto a los prisioneros de guerra.

Todos los hombres que murieron lo hicieron como miembros de la intelligentsia polaca, lo que allanó el camino para el sometimiento de Polonia ante Stalin.

Un tema paralelo al crimen de Katyn es la mentira sobre Katyn y la postura oficial soviética de que los alemanes habían cometido el hecho en 1941, después de que invadieran territorio soviético durante la guerra.

Esta mentira tuvo su mayor impacto en las esposas, madres e hijas de los oficiales asesinados. Pues estas mujeres fueron quienes, en su lucha por descubrir la verdad, experimentaron la mayor represión del nuevo gobierno después de 1945.

Es por ello que, durante años, Katyn ha sido un proceso abierto, herida enconada en la historia de Polonia que rogaba por una película polaca para abordar este tema. La primera película.

Andrzej Wajda


Prólogo
Luego de muchos intentos y mucho pensar, estoy seguro de que una película sobre Katyn no puede pretender revelar toda la verdad sobre este caso, ya que ahora es tanto un hecho histórico como político.

Esos hechos funcionan, para el espectador actual, a modo de contexto para entender sobre el destino humano y, a diferencia de los relatos de nuestra historia escritos en esa época, actualmente movilizan al espectador al verlos en la pantalla grande.

Por lo tanto, veo a mi película sobre Katyn como la historia de una familia separada para siempre, sobre grandes ilusiones y la brutal verdad sobre el crimen de Katyn. En una palabra, es una película sobre los sufrimientos individuales, que evoca imágenes de alto contenido emocional, más que cualquier hecho histórico, por más crudo que sea. Una película que muestra la terrible verdad que duele, cuyos personajes no son los oficiales asesinados, sino las mujeres que esperan su regreso todos los días, cada hora, sufriendo una incertidumbre inhumana. Leales y firmes, seguras de que con sólo abrir la puerta de casa se encontrarán con el tan esperado hombre, la tragedia de Katyn afecta tanto a las personas que viven como a aquellos que vivieron entonces.

Después de tantos años de la tragedia de Katyn, desde la exhumación alemana en 1943 y el posterior trabajo de investigación polaco en los años ‘90, e incluso a pesar de la divulgación parcial de los archivos, aún sabemos muy poco sobre qué aspecto tenía el crimen de Katyn en abril y mayo de 1940.

No es de extrañar que por años estuviéramos convencidos de que nuestro padre estaría vivo, ya que el apellido Wajda figuraba en la lista de Katyn, pero con el nombre de Karol.

Mi madre, casi hasta el final de sus días, creyó que su marido regresaría. Mi padre Jakub Wajda había sido combatiente en la Gran Guerra, la guerra polaco-soviética, el levantamiento de Silesia, y en la campaña de septiembre de 1939, beneficiario de la Cruz de Plata y de la Orden del Virtuti Militari otorgada póstumamente.

No quisiera que la película Katyn, sin embargo, fuera mi búsqueda personal de la verdad ni una vigilia sobre la tumba del Capitán Jakub Wajda. Dejemos que cuente una historia sobre el sufrimiento y el drama de muchas familias. Sobre la mentira de Katyn, que triunfa sobre la tumba de Joseph Vissarionovich Stalin, que obligó a guardar silencio durante medio siglo a los aliados de la URSS occidental, en la guerra contra Hitler: Gran Bretaña y los Estados Unidos.

Sé que los jóvenes de las nuevas generaciones, muy despiertos y entusiastas, se están alejando de nuestro pasado. Ocupados con los asuntos mundanos, olvidan nombres y fechas, que, queramos o no, son las que nos hacen una nación con temores y recelos saliendo a la superficie en cada oportunidad política.

No hace mucho, en un programa de TV se le preguntó a un estudiante de secundaria con qué asociaba el 17 de septiembre, y respondió: “con un feriado religioso”. Tal vez gracias a nuestra película, cuando a algún joven se le pregunte sobre Katyn, sea capaz de decir algo más que “ese es el nombre de una pequeña ciudad no muy lejos de Smolensk”.

Andrzej Wajda


Acerca del director
Director polaco de teatro y cine. Hijo de un oficial del ejército, realiza diferentes trabajos antes de dedicarse al cine. A la muerte de su padre en 1942, participa en la resistencia contra la invasión nazi. Trabaja como ayudante de pintores y decoradores de iglesias. Ingresa en la Academia de Bellas Artes de Cracovia y en el Instituto de Cine de Lodz, donde realiza tres cortometrajes y se diploma en 1952. Asiste al realizador Aleksandre Ford en La juventud de Chopin (1953) y Los cinco de la calle Barska (1954). Realiza los largometrajes sobre la Segunda Guerra Mundial Pokolonie (Una generación, 1954); Kanal (1956), galardonado en Cannes y Moscú; Popiol i diament (Ceniza y diamantes, 1958), que obtiene el Premio de la Crítica en el festival de Venecia, y Lotna (1959). Durante la década del sesenta hace los montajes teatrales Hamlet (1960), La Boda (1962) e Interpretando a Strindberg (1969). Entre sus películas destacan Niewinni czaeodzieje (Los perversos inocentes, 1960); Samson (1961); El amor a los veinte años (1962); Popioly (Cenizas, 1965); Polowanie na muchy (La caza de las moscas, 1968); Brzezina (El bosque de los abedules, 1971); La boda (1972), Concha de Plata en el festival de San Sebastián; Ziemia obiecana (La tierra de la gran promesa, 1975); Czlowiek z marnuru (El hombre de mármol, 1977); Las señoritas de Wilko (1978); El hombre de hierro (1981); Danton (1983) y Eine liebe in Deutschland (1984). Le siguen Crónica de los sucesos amorosos (1986); Los poseídos (1987); Korczak (1989); Nastasja (1994); Semana Santa (1995); Panna Nikt (1996); Pan Tadeusz (1999) y Wyrok na Franciszka Klosa (2000, para la televisión). En marzo de 2000 se le concede un Oscar honorífico por el conjunto de su carrera.


Premios y Festivales
·Academy Awards, (USA)
2008, Nominada al Oscar como mejor película extranjera.

·Denver International Film Festival (USA)
2008, Premio del público a la Mejor Película

·European Film Awards
2008, ganadora del premio d'Excellence por el diseño de vestuario (Magdalena Biedrzycka )

·Ljubljana International Film Festival (Eslovenia)
2008, Premio de la Audiencia (Andrzej Wajda)

·Polish Film Awards (Polonia)
2008, ganadora del Águila de Oro:
Mejor fotografía (Pawel Edelman)
Mejor diseño de vestuario (Magdalena Biedrzycka / Andrzej Szenajch )
Mejor Película (Andrzej Wajda)
Mejor banda de sonido (Krzysztof Penderecki )
Mejor diseño de producción (Magdalena Dipont)
Mejor sonido (Jacek Hamela)
Mejor actriz de reparto (Danuta Stenka)

·Polish Film Festival (Polonia)
2008, Premio de la audiencia a Andrzej Wajda

·Washington DC Filmfest (USA)
2008, Premio del público a Andrzej Wajda


Ficha artística
Artur Zmijewski - Andrzej
Maja Ostaszewska - Anna
Andrzej Chyra - Lt. Jerzy
Danuta Stenka - Róza
Jan Englert - General
Magdalena Cielecka - Agnieszka
Agnieszka Glinska - Irena
Pawel Malaszynski - Lt. Piotr
Maja Komorowska - madre de Andrzej
Wladyslaw Kowalski - Profesor Jan
Oleg Drach - Comisario
Oleg Savkin - official de la NKWD
Sergey Garmash - Mayor Popov
Antoni Pawlicki - Tadeusz
Agnieszka Kawiorska - Ewa