Burn es un detective que ve como personalidad psicótica y sus poco ortodoxos métodos le han costado el trabajo pese al gran número de casos resueltos. Tras cortarse su propia oreja y ofrecérsela como regalo a uno de sus superiores, Burn es obligado a retirarse. Él vive recluído y perseguido por los fantasmas de su profesión. Sin embargo, él tiene un regalo especial: puede ver la personalidad y los demonios internos de la gente que conoce. Las visiones aparecen frente a él, materializaciones de envidia o gula, violencia o miedo... Estas imágenes actuan de forma extraña, pero le ayudan a resolver crímenes y conocer las intenciones de los criminales. La única persona que cree en él es el inspector Ho, quien acudiará a Burn para pedirle ayuda a resolver un caso complejo...