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En la mente del asesino cartel reducidoEn la mente del asesino(Alex Cross)
Dirigida por Rob Cohen
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EN LA MENTE DEL ASESINO está dirigida por Rob Cohen, producida por Bill Block, Paul Hanson, James Patterson, Steve Bowen, Leopoldo Gout y Randal Emmett, y basada en la novela Cross, de James Patterson. Firman el guión Marc Moss, Rob Cohen y Kerry Williamson.

El equipo creativo está formado por el director de fotografía brasileño Ricardo Della Rosa (que debuta en Hollywood), el oscarizado montador Thom Noble (Único testigo, Thelma & Louise), la diseñadora de producción Laura Fox (Hesher, 500 días juntos) y la diseñadora de vestuario Abigail Murray (Warrior, El coleccionista de amantes).

La película EN LA MENTE DEL ASESINO, que no está basada en ningún libro en concreto de la serie de Alex Cross (aunque está más cerca de Cross, publicado en España por Ediciones B, que de ningún otro), une a dos grandes de la industria del entretenimiento en Estados Unidos: el director, guionista, actor y productor Tyler Perry y el novelista James Patterson.

"Estoy seguro de que mucha gente se quedó desconcertada al enterarse de que Tyler iba a interpretar a Cross después de que Morgan Freeman lo hiciera en las películas anteriores", dice el director Rob Cohen. "Tyler sólo suele protagonizar películas suyas, pero si te fijas en los libros de Jim [Patterson], Cross es un tío de 40 años, fuerte y corpulento; ése es Tyler. En realidad se acerca más al personaje de las novelas que Morgan."

Perry reconoce haber sentido cierta inquietud a la hora de abordar el papel. "Me imponía muchísimo que Morgan Freeman hubiera interpretado el mismo personaje, pero también estaba entusiasmado con la idea de interpretar un papel que antes había aceptado Morgan", declara Perry.

"Tyler resulta perfecto desde el punto de vista físico", dice Patterson. "Y el público va a alucinar al verlo en un papel dramático, porque hasta ahora sólo ha hecho comedia, y un poco de drama, pero nada como esto."

"Jim sabía que esta película era importante, porque explicaba los inicios del personaje. Desde que creó a Alex Cross, hace casi 20 años, la televisión se ha llenado de investigaciones procesales con diálogos entre los personajes yendo y viniendo de un lado a otro, así que teníamos que llevarlo a otro nivel", dice el productor Bill Block.

"La película va más bien sobre la caza de un hombre", opina el productor Paul Hanson, "y, desde el punto de vista visual, hay localizaciones que sería prácticamente imposible recrear, y eso realza la experiencia cinematográfica. Pero para crear ese efecto necesitábamos a alguien que pudiera imaginar cosas que nosotros no podíamos. Tuvimos mucha suerte de que Rob Cohen aceptara el proyecto".

Cohen vio el potencial del guión, pero se dio cuenta de que el personaje de Cross tenía que reinventarse a partir de las novelas y de las películas La hora de la araña (Along Came A Spider) y El coleccionista de amantes (Kiss the Girls). Por su parte, el director, reconocido por sus numerosas películas de acción, se dio cuenta de que la experiencia cinematográfica que quería recrear sólo podría cobrar vida con un reparto verdaderamente original.

Cohen conoció a Perry en 2010, cuando lo vio actuar en Madea’s Family Reunion, una obra teatral escrita y protagonizada por él mismo.

"Quería saber de qué iba el fenómeno de Tyler Perry. Tras la función, cuando nos conocimos, yo estaba impresionado con su gran físico, y le dije: “Tú podrías ser una estrella de películas de acción”. Él se rió y me dijo: “Bueno, podríamos hablarlo”", recuerda Cohen.

"Entonces, resulta que Bill Block me llamó para proponerme una película y me preguntó qué me parecía que Tyler interpretara a Cross. Yo le dije que, con sus dotes interpretativas, su corpulencia y su poderosa voz, era perfecto para el papel."

Eran precisamente esas cualidades de Perry las que Patterson había imaginado cuando creó el personaje de Cross, casi 20 años atrás.

"Morgan es un gran actor. Pero Tyler se parece mucho más al Alex Cross de las novelas, tanto desde el punto de vista físico como el de la edad, teniendo en cuenta sus dotes para la acción", comenta Patterson.

Perry tuvo que someterse a un riguroso entrenamiento para aprender la técnica de defensa personal krav maga, usada por centenares de cuerpos de seguridad de todo el mundo. "Practicaba unas tres veces por semana, y es el entrenamiento más duro que he hecho en mi vida", dice Perry.

El actor también patrulló con la policía de homicidios de Atlanta para vivir la experiencia de primera mano, y recibió instrucción del experto en armas de la película, Darcy Leutzinger.

A la hora de elegir al adversario de Cross, Cohen decidió desmarcarse de las convenciones respecto a qué actor podría hacer mejor de villano. Su idea era elegir a alguien que pudiese haber interpretado al héroe, para acentuar así la ambigüedad del personaje. "Me había entrevistado con Matthew Fox para otra película, y aunque aquella vez no tuvimos la oportunidad de colaborar, me llevé la impresión de que era una persona intensa y me acordaba de él."

"Pensé que sería fantástico que fuera capaz de meterse en la piel de un villano como Picasso, y realmente creo que estuvo a la altura", explica Cohen.

Para elevar la película a otro plano, Cohen consideraba que era fundamental que Fox se transformara en algo con lo que ni el público ni él mismo estaban familiarizados. "Matt se situó a un nivel totalmente desconocido, tanto física como emocionalmente", recuerda Cohen. "Es un villano como nadie ha visto hasta ahora."

Fox perdió 15 kilos para el papel, para conseguir un rostro que le diera un aire demacrado, casi cadavérico, dejando sólo visibles los tendones y los músculos en su cuerpo de 1,90 m.

"Rob es un director increíble, con mucho criterio", opina Fox. "Meses antes de empezar el rodaje, me dijo, y yo estuve de acuerdo, que el papel iba a requerir un gran compromiso a nivel físico. Entendí que tenía que perder mucho peso y quedarme en los huesos para que Picasso pareciera el tipo de persona que podría tener semejantes perturbaciones."

En cierto modo, primero Patterson y luego los cineastas habían concebido a un Cross como la mayoría de los iconos americanos: un sheriff solitario del lejano oeste que hace cumplir la ley y busca justicia como puede.

"Es un hombre civilizado que, a medida que transcurre la película, va perdiendo ese civismo gradualmente hasta acabar en las profundidades, junto a Picasso", apunta Cohen.

En contraste, la retorcida lógica de Picasso le hace infligir dolor a sus víctimas e incluso a sí mismo, ya que cree que ése es el único modo que las personas tienen de ser completamente libres. "Él capta el momento con agónicos esbozos de tipo cubista, porque cada vez está más obsesionado con el momento de la muerte en sí", dice Fox de su personaje. "Según él, concede a sus víctimas la oportunidad de sentirse realmente vivas antes de morir."

"Es un existencialista en gran medida, pues rechaza el concepto de las personas sobre el bien y el mal y la forma en que debería ser el mundo, pero básicamente es el caos personificado."

Para contrastar con la intensidad de los personajes de Perry y Fox, Cohen eligió a Edward Burns para interpretar al lacónico compañero de Cross, Tommy Kane. "Eddie parece uno de esos tíos que han pasado por la vida haciendo el menor daño posible y pasándoselo lo mejor posible", comenta Cohen. "En su familia hay varios policías, entre ellos su padre, y conoce bien la profesión."

"Kane sabe que Cross es el cerebro de la operación, y es posible que éste le haya sacado las castañas del fuego en más de una ocasión", dice Burns.

Una de esas ocasiones es cuando Kane tuvo una relación con su compañera de trabajo, Monica Ashe (Rachel Nichols).

"Lo mejor de Rachel es que es una mujer muy culta, pero con un punto de descaro que me encanta", afirma Cohen. "Para un papel así necesitas a una mujer de aspecto fuerte y vibrante, no alguien que parezca que va a romperse. Rachel tiene una belleza muy auténtica, y era perfecta para interpretar a alguien que tuviera una relación secreta con Kane."

Con cada pieza en su lugar, a Cohen le pareció que para crear unos personajes únicos tenía que meterse en la cabeza del protagonista y del antagonista. Aunque Fox transformó su cuerpo, y tanto él como Perry entrenaron para las escenas de lucha, tenía que haber también una transformación mental.

"No quería que socializaran ni que charlaran entre toma y toma", explica Cohen. "El odio entre sus personajes es tan profundo que quería que los actores fueran un misterio el uno para el otro. Les dije a los dos: “Deja que el otro sea un misterio para ti, así, cuando llegues el estudio, saltarán chispas”."

"Y cuando gritaba “¡Corten!” en sus escenas, era como un combate de boxeo: cada uno se iba a su rincón, y eso me gustaba."

Perry recuerda su único encuentro con Fox fuera de la pantalla: "Nos encontramos en la oficina de producción, y él me dijo: “Soy Matthew”. Yo le dije: “Soy Tyler, y ésta va a ser la única vez que hablemos hasta que acabe el rodaje”. Él me dijo: “Sí, es verdad”. Y luego nos fuimos cada uno por nuestro lado".

El rodaje de la película comenzó el 8 de agosto de 2011 en Cleveland (Ohio). Aunque la historia se desarrolla en Detroit (Michigan), el hecho de que el estado de Michigan hubiera retirado su programa de incentivos fiscales y que el de Ohio hubiera ampliado el suyo hizo que los cineastas rodaran casi toda la película en Cleveland. El hogar de la familia Cross se rodó en la pintoresca ciudad de Cleveland Heights, en el condado de Cuyahoga (Ohio). Otras localizaciones fueron el restaurante XO Prime Steak, en el distrito de Warehouse; una mansión muy chic a orillas del lago Erie, en Bratenahl; una barcaza en el río Cuyahoga; una vieja comisaría cerca del centro; y la célebre mansión de Stan Hywet Hall and Gardens, en Akron, que en la película es la del personaje Giles Mercier. La propiedad, ahora reducida a 28 hectáreas de sus más de 1.200 originales, fue construida en 1915por Frank Seiberling, el fundador de la compañía Goodyear Tire & Rubber.

Una secuencia clave de la película se rodó frente a los juzgados del condado de Cuyahoga, en la avenida Lakeside de Cleveland. El equipo pudo volar durante tres días un helicóptero por las calles de la ciudad y recrear una tremenda explosión (con coches y especialistas volando por los aires) mientras las autoridades locales colaboraban redirigiendo el tráfico para que un buen número de calles permanecieran cerradas para el rodaje.

El rodaje en Cleveland concluyó el 16 de septiembre y se trasladó a Detroit durante dos semanas más. Los edificios de finales del siglo XIX, así como la hermosa decadencia de la ciudad, se mostraron en todo su esplendor en un vertiginoso rodaje de dos semanas en la ciudad.

"Detroit es una ciudad increíble, con una arquitectura impresionante, en parte conservada y en parte ruinosa", observa Cohen. Al reescribir el guión, Cohen hizo deliberadamente que el personaje de Mercier le explicara a Cross cómo en Detroit se había inventado la clase media, que la ciudad en su día había sido el corazón de Estados Unidos, y que él la veía renaciendo como una ciudad industrial del futuro.

"A los del departamento de fotografía y a los realizadores les encanta rodar en Detroit, porque no hay mucho que añadir", explica la diseñadora de producción Laura Fox. "La decadencia de los edificios crea capas y texturas gracias a la luz, que se filtra desde los ángulos más insospechados." Fox y Cohen citaron los libros The Ruins of Detroit y Detroit Disassembled como fuente de inspiración.

El primer día de rodaje en Detroit fue en el General Motors Heritage Center, que tiene una exposición de más de 200 de los coches más innovadores o culturalmente importantes de los últimos 100 años. La incalculable colección, exhibida en un edificio de 7.500 m2 en Sterling Heights, Michigan, dejó maravillados a Tyler Perry, Ed Burns, el director Rob Cohen (que ya sabía algo de coches desde que rodó The Fast and The Furious: A todo gas) y a todo el equipo, ya que tuvieron la oportunidad de pasar un día entero rodeados de aquellas joyas.

La grandiosidad del primer día contrastó radicalmente con la desolación del día siguiente: la fábrica de coches Packard, abandonada en 1958. La planta, de 325.000 m2, es ahora el lugar de esparcimiento de innovadores grafiteros (entre ellos Banksy), aficionados al paintball, gente que busca objetos abandonados y árboles que crecen de la madera lo alto de los edificios.

El rodaje se trasladó entonces al antiguo Teatro de Michigan, ahora un aparcamiento de tres plantas en el que la suntuosidad de la yesería del techo, de la década de 1920, se eleva, intacta en su mayor parte, casi 20 metros sobre los coches. Es uno de los impactantes ejemplos de por qué en aquella época Detroit era considerada "el París del Medio Oeste". Aunque el teatro fue abandonado en la década de 1970, se descubrió que el edificio adyacente era estructuralmente dependiente de éste, y que debía de conservarse junto a él mientras sirviera de aparcamiento. Este escenario es donde se rodó la emocionante lucha entre Cross y Picasso. La secuencia que se desarrolla sobre el edificio (en la pasarela) fue rodada en un decorado que se montó en un almacén de Cleveland. En la década de 1890, aquel espacio sirvió de taller a Henry Ford, que construyó allí su primer coche; posteriormente se convirtió en teatro, y ahora los coches han retomado el lugar.

Pero probablemente el antiguo Teatro de Michigan nunca haya sido escenario de tanta acción como en este rodaje, en el que Matthew Fox, decidiendo no usar doble, se colgó de un cable a casi 20 metros del suelo. "Los especialistas me hicieron sentir muy seguro, y pude relajarme y concentrarme en la escena... fue muy interesante estar a esa altura", comenta Fox.