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Malavita cartel reducidoMalavita(The Family)
Dirigida por Luc Besson
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Malavita está protagonizada por los ganadores del Premio de la Academia Robert De Niro (Toro salvaje, El lado bueno de las cosas) y Tommy Lee Jones (Lincoln, No es país para viejos), la nominada al Premio de la Academia Michelle Pfeiffer (El precio del poder, Los fabulosos Baker Boys), Dianna Agron ("Glee", Soy el número 4) y John D'Leo (El luchador, Los amos de Brooklyn). Está dirigida por Luc Besson (Venganza, Transporter). Con un guión de Luc Besson y Michael Caleo ("Los Sopranos", "Rescue Me") basado en la novela Malavita de Tonino Benacquista.

La película está producida por Luc Besson, Ryan Kavanaugh (Millennium: los hombres que no amaban a las mujeres, Sin límites) y Virginie Besson-Silla (The Lady, Adele y el misterio de la momia). El director de fotografía es Thierry Arbogast (The Patience Stone, The Secret Book). El editor es Julien Rey (The Lady, Adele y el misterio de la momia). Con música original de Evgueni Galperine (Los juegos del hambre, De óxido y hueso) y Sacha Galperine (Eva, The Big Picture). El diseñador de producción es Hugues Tissandier (Venganza, El chef, la receta de la felicidad). El diseñador de vestuario es Olivier Beriot (Venganza, The Lady). Los productores ejecutivos son Jason Beckman (Un lugar donde refugiarse, Movie 43), Jason Colodne (Un lugar donde refugiarse, Movie 43), Martin Scorsese (Uno de los nuestros, Infiltrados) y Tucker Tooley (The Fighter, Sin límites). Los productores co-ejecutivos son Ron Burkle (The Secret Life of Girls, Out of the Furnace) y Jason Colbeck (Blancanieves (Mirror Mirror)).


Conociendo a los Manzonis …Aka los Blakes
Después de que un antiguo capo de la mafia informara sobre sus compañeros, él, su explosiva mujer, su hija, una típica adolescente americana, y su hijo, aspirante a mafioso, se ven obligados a mudarse a un pueblo pintoresco en Normandía, donde darán un nuevo significado a la expresión "familia criminal" en la última y subversivamente desternillante película de Luc Besson: Malavita. El críticamente aclamado director francés ofrece una experiencia hilarante al público, que acompañará a Giovanni Manzoni, interpretado por Robert De Niro, y su círculo íntimo cuando se ven obligados a recurrir a sus antiguos hábitos para poder hacerse a la vida en un pequeño pueblo francés y, al mismo tiempo, protegerse de los asesinos enviados por sus antiguos compañeros, ahora encarcelados.

"Giovanni, ahora bajo el nombre de Fred Blake, ha intentado empezar de nuevo en distintos lugares, primero en los Estados Unidos, y después en París y el Sur de Francia", explica Besson. "Ninguno de esos lugares han funcionado; en gran medida porque su familia no puede resistirse a resolver sus problemas tal y como lo hacían en el pasado. Ahora se encuentran en este minúsculo pueblo francés, donde creen que nunca ocurre nada. Pero se equivocan. Es precisamente entonces cuando empiezan a ocurrir cosas de verdad".

Gran parte del humor viene de los malos entendidos entre la familia Blake y sus vecinos, dice Besson. "Abundan los enfrentamientos entre la familia y los residentes locales en Normandía. En la campiña francesa, si necesitas un fontanero, tienes que esperar unos dos años. Estos tipos son los amos del mundo. Si eres desagradable con ellos, esperarás durante cuatro años. Quienquiera que sea, el cura local, el dueño del ultramarino o el fontanero en este pequeño pueblo, todos están intentando aprovecharse un poco de los americanos, dando por hecho que tienen dinero. Pero no saben con quien están tratando. No le puedes hacer eso a Giovanni Manzoni – o Fred Blake. Si intentas timarle, te mata".

Los cineastas se burlan tanto de los personajes franceses como de los americanos, parten de sus idiosincrasias nativas para crear un gran efecto cómico", dice Besson. "Intentamos reírnos de todos. Conozco a los residentes de ese tipo de pueblo pequeño lejos de París. Me crié en un sitio así. También he vivido en Nueva York y Los Ángeles, así que conozco a muchos americanos y sus particularidades. Fue excitante y divertido para mí el juntarles en un pequeño pueblo y ver qué ocurre".

Para la productora Virginie Besson-Silla, la historia ofrecía un giro nuevo, y muy divertido, en un género clásico. "Todos hemos visto esas películas de mafiosos donde la gente se ve forzada a empezar una nueva vida", dice. "Quería explorar qué ocurre cuando la gente tiene que tomar una identidad falsa. Estos personajes acaban en un pequeño pueblo en Francia donde son como un pulpo en una cacharrería. Es muy divertido ver cómo responden a las costumbres franceses y muy entretenido verles intentar adaptarse".

Besson y Michael Caleo adaptaron Malavita, la novela homónima de Tonino Benacquista. Para arrancar la historia, Benacquista hacía la pregunta: "¿Puede un hombre que ha vivido por y para la violencia cambiar, mantener un perfil bajo y tener una "vida normal"? Hice un poco de investigación sobre el programa de protección de testigos, pero mi novela es sobre todo una comedia sobre un exjefe de la mafia que tiene que enfrentarse con situaciones del día a día muy difíciles. Pensé que el contraste podría ser más interesante si el personaje tuviera que vivir en el extranjero, en un ambiente poco familiar. Se enfrenta a dos retos al mismo tiempo: aprender a vivir como todos los demás mientras tiene que ajustarse a las costumbres de un país que, con frecuencia, le desconciertan".

El autor suma a todo esto las responsabilidades y frustraciones de la vida familiar. "Todos los miembros de la familia tienen que vivir a escondidas, en exilio y con sentimiento de culpabilidad", dice. "Eso nos da una historia familiar y, aunque no sea una familia ordinaria, los personajes tienen que enfrentarse a los mismos retos a los que cualquier padre o hijo tienen que enfrentarse. Cuando los Manzoni llegan a Normandía parecen marcianos y tienen que mantenerse unidos. El afecto que sienten entre ellos se convierte en lo más importante".

Benacquista dice que eligió ceder los derechos de autor a Besson por el respeto que sentía por el trabajo del cineasta desde hacía tiempo. "Recuerdo ver esta película de 1983, Kamikaze 1999, en un cine local y sentir que había descubierto a un auténtico cineasta de mi generación", recuerda el escritor. "Era una combinación maravillosa de poesía y violencia, a pesar del presupuesto ajustado. Más adelante, después de haber visto sus películas de acción, pensé que esta película no podía existir sin esa esencia, Luc es un auténtico maestro del género, además de ser increíble con actores y hablar inglés con fluidez".

Al escribir el guión, Besson apenas cambió elementos de la narrativa. "Añadimos algo de diálogo aquí y allá para que la adaptación fuera más cinematográfica y establecer lazos más fuertes entre la familia" dice. "Pero en lo que se refiere a estructura y personajes, todo estaba ahí".

Besson, en principio, no había pensado dirigir la película, pero según el guión empezaba a tomar forma y los actores, incluyendo a Robert De Niro, Tommy Lee Jones y Michelle Pfeiffer, se sumaban, empezó a cuestionar esa decisión. "Hicimos una lista de directores posibles, pero según pasaba el tiempo y completábamos este reparto fantástico, no quería darle esta película a nadie más", dice. "Robert (De Niro) no dijo nada hasta el momento en que el fruto estuvo maduro y después dijo 'Luc, ¿por qué no haces la película?' ¿Cómo podía declinar?"

Malavita es un homenaje inteligente y cariñoso al género de las películas de mafiosos y parece acertado que se incluya un productor ejecutivo que ha dejado una marca indeleble en el género: el ganador del Premio de la Academia Martin Scorsese prestó su marca a una película de personajes que caben de manera natural en esta galería de señores del crimen y matones afables.

El apoyo de Scorsese fue enormemente gratificante dice Besson. "Soy un gran, gran fan de Scorsese, Coppola y todos esos hombres", dice Besson. "Crecí viendo El Padrino, El precio del poder y Uno de los nuestros. Cuando pensamos en ofrecer el papel a Robert De Niro, decidimos preguntar a Martin Scorsese si quería unirse a nosotros, porque esto en parte es un tributo a él. Incluso le mencionamos en la película. Así que le enviamos el guión, lo leyó y se rió tanto que me dijo 'Estoy contigo, estoy contigo, ¡Estoy contigo!' Fue genial y me pareció que tenía mucho sentido, también. Fue un honor trabajar con Martin".

Luc Besson recuerda que leyendo Malavita, inmediatamente veía al legendario Robert De Niro en el papel de Giovanni Manzoni (aka Fred Blake). Pero antes de compartir esta idea con Benacquista, le preguntó al escritor quién pensaba que debía interpretar el papel. "Dijo que siempre había soñado con que lo hiciera De Niro", dice Besson. "Conocía a Robert desde hacía años, así que le enviamos el libro, que él encontró muy gracioso. Según trabajaba en el guión, se lo mandé también y dijo que se sumaría".

A Benacquista le encantó que su primera elección para el papel no sólo estuviera disponible, sino que era entusiasta de la película. "Cuando estás en tu despacho imaginando una escena, no das por hecho que un día esa línea en particular será leída por actores como estos", dice. "Sin Luc, sé que esta parte de mi sueño nunca se habría hecho realidad".

De Niro dice que se sentía atraído por el humor de la película y por lo original del punto de vista. "Es una aproximación original al género de películas de gánsters con una línea argumental de novela", dice. "Mi personaje era un jefe del crimen organizado en Nueva York, pero traicionó a toda su pandilla. Cuando entró en el programa de protección para testigos con su familia, fueron enviados a Francia, pero en todos los sitios donde se instalaban acababan en apuros. Ahora están en medio de la nada, podría ser Marte. La situación puede parecer un poco surreal, pero el personaje es muy real y es fácil identificarse con él".

Siempre atento a pequeños detalles de autenticidad, De Niro investigó la vida en el programa de protección de testigos antes del rodaje para ver si un ex jefe criminal de la costa Este puede realmente acabar en un pequeño pueblo francés. "Aprendí que la situación podía darse, especialmente si entraban en el programa como testigos políticos de alguna manera".

También consultó con un experto sobre la vida en la mafia. "Cuando empezamos a tratar la historia, había algunos detalles que no me parecieron muy acertados sobre el mundo de Fred", dice De Niro. "Tonino fue el primero en admitir que tuvo que inventarse cosas aquí y allá".

De Niro llamó a un amigo escritor y periodista que ha escrito de manera extensiva sobre el crimen organizado. Pasó unas cuantas horas hablando con De Niro y Besson para aportar detalles verosímiles adicionales a la vida previa de Fred, y resultó ser una fuente de información de incalculable valor.

Un momento crucial en la película es cuando Fred sorprende a los agentes del FBI de los que queda al cargo – e incluso a sí mismo – con su idea de escribir sus memorias donde dejará claro exactamente cómo vivió su vida – y que podría tener consecuencias desastrosas si saliera. "Creo que cuando te haces mayor, si tienes la sensación de que has hecho algo inusual, sea bueno o malo, quieres contar tu lado de la historia", dice De Niro. "Eso es lo que motiva a Fred. Quiere expresar su visión del mundo y por qué hizo lo que hizo. En cierto sentido, está intentado redimirse. Quiere documentar cómo ocurrieron los hechos y justificar sus decisiones para poder apaciguar un poco su conciencia".

Fred también empieza a contar a los lugareños que está trabajando en un libro sobre el desembarco de los aliados en Normandía durante la Segunda Guerra Mundial. En calidad de escritor norteamericano, es invitado a hablar en el club de cine local que, justamente, está proyectando Uno de los nuestros, un ingenioso guiño por parte de Besson a la colaboración de De Niro y Scorsese en Malavita. El entusiasmo del público por la película inspira al ex gánster para compartir algunas de sus propias historias. "Y le gusta la atención", dice De Niro. "Finalmente, está recibiendo la aceptación por todas las cosas que ha hecho, no por parte de la gente de su mundo clandestino, sino por un mundo mayor y legítimo".

Mientras estaba en set, De Niro tuvo que adaptarse al ritmo de rodaje trepidante característico de Besson. "Luc trabaja muy rápido. Lo tiene todo en su cabeza cuando viene al set y está tras la cámara, así que está totalmente todo bajo control. Tiene todo el panorama en su mente. Me gusta mucho su manera de trabajar – no se pierde el tiempo. Es importante para la espontaneidad".

El director dice que estaba un poco impresionado trabajando con el ganador del Oscar. "Quiero decir, vi Malas calles y Taxi Driver cuando tenía 15 años", dice Besson. "Pero al mismo tiempo, simplemente tenía que arremangarme y ponerme a trabajar. ¿Qué sentido tiene contar con Robert De Niro si no haces nada especial con él? Trabajamos duro. Me hacía preguntas todo el rato, llamándome por teléfono, y eso me parecía estupendo. Me puede despertar cuando quiera".

Con un actor icónico como De Niro en el equipo, el resto del casting fue sencillo, según Besson-Silla. "Michelle Pfeiffer era la primera elección para hacer de Maggie. Aceptó enseguida porque la historia es tan atractiva, y también lo era la idea de trabajar con Luc y Robert".

A pesar de que ambos, De Niro y Pfeiffer, protagonizaron las películas Stardust y Noche de fin de año, nunca han aparecido juntos en escena. Aún así, De Niro dice que se sintió muy cómodo trabajando con ella. "Me pareció una buena combinación para nosotros", dice. "Estoy muy feliz de que Michelle estuviera disponible y quisiera hacer esto".

Cuando Pfeiffer se reunió con Besson tenía un montón de ideas para hacer que el personaje fuera más rico, más redondo. "Michelle está muy centrada", dice el director. "Emparejarla con un actor del calibre de Robert De Niro hizo que saliera lo mejor de ambos. No habían rodado juntos antes, así que querían demostrarse el uno al otro que se podía contar con ellos. Para mí fue todo un placer, porque se tienen tanto respeto. Son muy buenos trabajando en equipo".

Pfeiffer dice que llegó al set deseando trabajar con De Niro y no se sintió decepcionada. "Es un icono", dice. "Hay unos cinco actores que son como dioses para mí, y él es uno de ellos. Es muy humilde, muy callado y colaborativo, y tiene un espíritu generoso. Realmente disfruté estando en el set con él y con Luc Besson".

La actriz, que ya había protagonizado la comedia de mafiosos Casada con todos de Jonathan Demme en 1988, admite que tiene cierto cariño a interpretar a mujeres de mafiosos, pero que lo verdaderamente atractivo fue la dinámica de la familia Manzoni-Blake. "Dan un giro nuevo a un género que me encanta. Realmente trata de cómo interactúan entre ellos y con el mundo exterior, que es una de las grandes fuentes del humor de la película. Ellos mismos son sus peores enemigos y son imposibles de proteger porque sencillamente no saben comportarse. Realmente se trata de los lazos familiares que nos dominan a todos, sin importar las circunstancias".

Maggie es el pilar de la familia, según Pfeiffer. "Tiene carácter, pero siempre cae de pie e intenta hacerlo lo mejor que puede para mantener alto el ánimo de la familia. Ha aceptado que ahora ésta es su vida, pero aún tiene algunos problemas y su rabia tiene que salir por algún lado. Se siente humillada por toda la experiencia, especialmente por el sentimiento anti-americano que no deja de encontrar en Francia. Intenta adaptarse, ser buena y respetar la cultura que la rodea, pero se siente que es tratada injustamente".

Pfeiffer disfrutó trabajando a todo ritmo con Besson, aunque a veces fuera todo un reto. "Me gusta eso", dice Pfeiffer. "Tienes que estar alerta en todo momento. Al mismo tiempo, hace que haya muy buena energía en la película. Luc está pensando constantemente, lo cual me encanta. Es colaborativo, pero supe que mis ideas tenían que estar muy claras, porque no pierde el tiempo debatiendo nada que no crea que vaya a funcionar".

Tommy Lee Jones y Luc Besson han sido amigos durante años, colaborando en dos películas, Los tres entierros de Melquiades Estrada de 2005 y la aún por estrenar The Homesman, como director y productor respectivamente. "No se te ocurra meterte con Tom o ¡te matará!" bromea Besson. "Lo observa todo con esos enormes y penetrantes ojos, pero también escucha lo que dices. Si lo que dices es verdadero y te entiende, dice, 'sí, vale, no hay problema'. No le gusta perder el tiempo: es eficiente y eso me gusta, así que nunca tengo problemas con él. Después de producir dos películas que él ha dirigido, sé que es un tipo brillante".

Jones dice que hizo esta película por la alta estima que siente por Besson, pero el hecho de rodar en Francia también le resultaba atractivo. "Me lo pasé de maravilla en Francia. Trabajé en Normandía en la mezcla de sonido de una película que dirigí y siempre me alegro de volver. Además, nunca había trabajado con Bob De Niro antes y eso es algo que es simplemente irresistible. Admiro todo su trabajo, desde sus inicios. Todo el proceso fue apasionante. Siempre está bien preparado, siempre es original y no exige más atención de la necesaria".

Jones dice que él y Besson tienen una aproximación similar a la hora de hacer películas, lo que hace que el proceso le resulte fácil. "Es un director muy fluido. Algunos cineastas y algunos directores disfrutan con el ritual de decir '¡Luces, cámara, acción!' Eso puede ser una distracción. Luc no se lía con todo eso. Simplemente dice 'Vale. Adelante'. Y yo valoro eso. No se pierde energía ni tiempo. Ilumina rápidamente, e ilumina muy bien, con mucha luz natural. No hace que la producción gire siempre en torno a la producción".

El actor también se sintió atraído por el hecho de que el guión aportaba algo nuevo a un género familiar. "Una familia mafiosa ha sido trasladada a Francia dentro del programa de protección de testigos. Tanto lo dramático como lo cómico de la historia viene de sus intentos de encajar con la sociedad francesa. Mi personaje, el agente Stansfield, es el agente del FBI que les vigila. Es una especie de perro guardián e intenta evitar que se expongan. He interpretado a agentes de la ley antes, pero siempre busco maneras de hacer que los papeles sean únicos. Me preocupa más que cada película sea un trabajo individual, que hacer lo mismo una y otra vez".

Encontramos a dos estrellas emergentes compartiendo pantalla con estos veteranos: Dianna Agron, mejor conocida como la animadora Quinn Fabray en la serie de éxito "Glee", y John D'Leo, que ha tenido pequeños papeles en películas tan prestigiosas como El luchador y Los amos de Brooklyn.

"Dianna y John fueron increíbles", dice Pfeiffer. "Empezaron antes que el resto de nosotros, así que estaban totalmente preparados cuando llegamos. Como Luc trabaja rápido y no pasa mucho tiempo atendiendo a los actores, tenían que ser maduros y sofisticados. También es muy divertido estar con ellos. Me lo pasé estupendamente trabajando con los dos".

La hija de Besson es una fan de "Glee", así que le suplico que se reuniera con Agron para el papel de Belle Blake. "Resulta que Dianna estaba en París, así que tomamos un té y tuvimos una reunión de unos tres minutos que me convenció de que sería perfecta para el papel", dice el director. "Tenía la voz y la actitud perfecta, y es muy inteligente".

Agron aprovechó la oportunidad de trabajar con un grupo de profesionales a los que respeta y admira como cineastas e intérpretes. "Luc Besson es alguien a quien he admirado siempre, así que eso fue algo muy atractivo", dice. "Después suma a Robert De Niro, Tommy Lee Jones y Michelle Pfeiffer – había oído hablar de ellos una o dos veces. El poder aprender de estas personas hizo que luchara por este proyecto con todas mis fuerzas".

La actriz también estaba ilusionada con la idea de interpretar a un personaje que se enfrenta a la clásica situación de sentirse fuera de lugar. "Supe que el estar en este pueblo provinciano en Francia y el tener unos ejemplos tan diferentes de lo que es normal sería muy divertido", dice Agron. "Según iba leyendo, podía imaginarlo todo en mi mente. También me gustaba que había un elemento de thriller, y que el tema era único. No sueles ver a familias inmersas en el programa de protección de testigos".

Como cualquier adolescente americana, Belle se está enfrentando a muchas cuestiones relativas a su identidad y a la idea de pertenencia, que empeoran al verse exiliada de todo lo que le resulta familiar. "Quiere enamorarse, sueña con descubrirse en un mundo lejano. Es muy madura, tenaz y observadora a veces, y otras es una soñadora. Hay una escena que se desarrolla a la hora de cenar, donde acabo de consumar mi primer amor y estoy mirando por la ventada totalmente enajenada y ¡olvidé mi diálogo! Luc me dijo que en ese momento realmente era Belle".

El sentimiento de unión que tiene Belle con su familia es muy profundo, dice la actriz. "Está muy orgullosa de su padre. Quiere a sus padres, pero su padre es más un modelo a seguir que su madre. Hay un momento en que él expresa la culpabilidad que siente por cómo han acabado las cosas y ella se niega a aceptar la disculpa porque, para ella, él lo es todo".

Mientras que Agron ya tenía un pie dentro, después de su primera reunión con Besson, encontrar al joven actor para interpretar a Warren fue más complicado. "Organizamos pruebas con varios actores jóvenes geniales", dice Besson. "John D'Leo quería tanto el papel que resultó ser un actor genial. Es brillante en la película".

D'Leo leyó todo el guión de una sentada y se empeño en conseguir el papel. "No son una familia normal y corriente", dice. "Ni siquiera pueden pelearse como una familia normal. Es fundamental que permanezcan unidos porque hay gente que les quiere matar, así que la familia tiene que ser lo más importante".

Relata cuánto su personaje desea ser como su padre, a pesar de que Fred sea el culpable la situación actual. "Pero Warren no le culpa por ello. Su papel es un ejemplo a seguir para él. Quiere superar a su padre y reparar el daño que ha sufrido el nombre familiar, Warren es un personaje muy independiente. Al igual que Belle, hace muchas cosas por su cuenta sin que lo sepan sus padres. Pero a penas tiene 14 años, y, en el fondo, la mayor parte del tiempo tiene miedo".

Trabajar con un reparto de pesos pesados de Hollywood fue una experiencia inolvidable, dice D'Leo. "Fuera del set, todos eran muy amables y estaban muy relajados. Cuando trabajábamos, seguían siendo muy amables, pero también muy profesionales y centrados en el trabajo. Para mí, fue genial poder aprender de toda esta experiencia y soltarme como actor. He aprendido tanto que necesitaría escribir dos libros para explicarlo todo".

Agron dice que ella y D'Leo desarrollaron una relación fraternal en el set, desde la primera vez que se vieron. "Le conocí durante las pruebas de maquillaje y me preguntó si yo era de maquillaje. Le dije '¡Soy tu hermana!' y se puso colorado. Eso automáticamente nos dio algo con lo que bromear, y le tomaba el pelo por ello constantemente".

Completando el reparto de americanos desplazados están Domenick Lombardozzi y Jimy Palumbo, que interpretan a una pareja de agentes especiales atrapados en medio de la nada en Francia, haciendo las veces de canguros a la reticente familia Blake. "Domenick y Jimmy sólo tienen unas pocas escenas, pero estuvieron en el set todo el tiempo", dice Besson. "Son los tipos más graciosos que puedas conocer. Se convirtieron en las mascotas de la película y en mis buenos amigos".

"La historia estaba muy bien atada", dice Lombardozzi, a quienes los fans de "The Wire" conocerán como el Sargento Thomas "Herc" Hauck. "Me encanta cómo lo cómico está presente en todo. El equilibrio entre drama y comedia es muy efectivo. Aunque tengas a alguien a 3 mil millas de los Estados Unidos en el programa de protección de testigos, me encantaba que eso no fuera tan serio".

Con el tiempo, estos agentes se convierten en los mejores amigos de Maggie. Confía en ellos, les lleva comida casera y les suplica por información. "Son como familia para ella", dice Pfeiffer. "La gente busca amistades con las que puede ser uno mismo y esas amistades son muy escasas. Estos dos hombres conocen sus secretos más oscuros y sucios y la aceptan".

Los tres personajes han creado un vínculo a partir del hecho de que ninguno de ellos quiere estar ahí realmente. "Estábamos lejos de nuestras familias", dice Lombardozzi, cuyo personaje tiene el apodo de Mimmo. "No nos gusta especialmente el hombre al que protegemos. Después de todo, mató a mucha gente. Pero tenemos una conexión con Maggie, y básicamente eso es lo que hace que sigamos adelante. Es una relación equilibrada. Hace que ambos lados tengan un propósito. Cuando está con nosotros, puede relajarse y ser ella misma".

"Intentamos no tomarnos a los personajes demasiado en serio", dice Palumbo, quien hace de DiCicco. "No son agentes excelentes. Se trataba más de interpretar un personaje que se cree que es un agente genial".

Lombardozzi dice que él y Palumbo siempre tuvieron en cuenta los consejos iniciales de Besson. "Nos dijo 'Es muy fácil trabajar conmigo, pero cuando digo que rodamos a mediodía, quiero estar gritando acción a mediodía'. Una vez que llegábamos al set, al minuto o dos estábamos rodando. Eso es fantástico porque mantiene la energía".

Malavita se rodó en Normandía, Francia, y en el estudio de Besson: La Cité du Cinéma, un complejo de tecnología punta en las afueras de París. "Nos encantó la idea de contextualizar una película de mafiosos americanos en Francia", dice Besson-Silla. "Fue divertido para todos nosotros, especialmente después de The Lady, una película política ambientada en Burma. Queríamos intentar algo totalmente distinto. Creo que Francia tiene algo muy especial que los extranjeros adoran. A todo el mundo le gusta la idea de venir a Francia, puede que sea por la comida sobre todo".

Los cineastas encontraron un pueblo chiquitín que tenía una casa perfecta para esconder a la familia Blake en un lugar insospechado. "Casualmente, estaba a cinco minutos de nuestra casa", dice el director. "Encontramos a muchos de nuestros lugareños en un radio de 15 millas, así que todos los días conducíamos unos minutos en dirección al set. Era verano y ni siquiera parecía que estuviéramos trabajando. Era más como si estuviéramos divirtiéndonos en Normandía".

Su conocimiento exhaustivo de la región hizo que la búsqueda de localizaciones fuera un proceso más bien sencillo, dice Besson-Silla. "Encontramos la casa para la familia de una manera graciosa. Mi hija estuvo enferma en Navidades y el único médico disponible estaba en un pueblecito al que nunca había ido. Cuando llegamos, me di cuenta de que era el sitio perfecto para rodar una película, así que cuando surgió Malavita y Luc estaba buscando una casa, le llevé a ese pueblecito y ahí fue donde rodamos".

El director y la productora abrieron las puertas de sus casas al reparto, creando una atmósfera familiar y acogedora mientras filmaban en Normandía. "Uno de los mejores momentos para mí fue tener a todos estos americanos en el campo, con nada alrededor", dice. "Teníamos a los miembros principales del reparto, además de los actores secundarios como Dominick Lombardozzi, Jimmy Palubo y Vinny Pastore. El que vinieran y pasaran tiempo en Normandía juntos fue muy agradable".

Trabajar en Normandía fue todo un placer para los actores. "Es precioso", dice Agron. "Y no había paparazzi, lo que hizo que se creara un ambiente maravilloso para trabajar. Hay un pequeño restaurante al que íbamos todas las noches juntos. Contábamos historias y nos pudimos conocer como una familia. Fue idílico".

"Siempre me acordaré de ese restaurante", dice Palumbo. "Sólo hay seis mesas y Tommy Lee Jones se sentó en nuestra mesa seis noches seguidas, mientras Robert De Niro y Michelle Pfeiffer cenaban a nuestro lado. Una noche, entró Harvey Keitel. ¡Fue mágico!"

Fue la primera vez que Pfeiffer trabajaba con un director y un equipo francés en Francia. "El ambiente en el set era claramente europeo", dice. "Fue más ajustado que la típica gran producción americana. El número de personas en el equipo técnico era la mitad, quizá, de lo que normalmente veo en un set, todos trabajando a todo ritmo para que sacar el trabajo adelante".

En París, Besson rodó su película en La Cité du Cinéma, una instalación señera a unos kilómetros al norte del centro de París, que se diseñó para facilitar la producción de películas, desde la fase de escritura de guiones hasta la posproducción y distribución. La productora es un proyecto de largo recorrido y pasión de Besson, el estudio cuenta con más de 60000 metros cuadrados dedicados a vestuario, salas de edición pintura, carpintería, cámaras , iluminación, salas de proyección y salas de recepción; lo cual lo convierten en la mayor localización de este tipo en Europa.

Malavita es la primera película que Besson y Besson-Silla han rodado en estas nuevas instalaciones. "Es un sueño hecho realidad el ver estos estudios abrir finalmente, después de 10 años planeando y construyendo", dice Besson-Silla. "Y tener a tres actores legendarios aquí con nosotros fue bastante asombroso".

Según se acerca la hora de compartir su última película con el público, Besson reflexiona sobre cómo cada una de las películas que ha hecho a lo largo de una carrera de más de 30 años ha sido una experiencia única para él. "Empecé en la industria del cine cuando tenía 17 años y todavía no sé qué es lo que hace que alguien vaya a ver una película", dice. "Una vez estuve en Corea y un chico de 17 años con una cresta rosa se me acercó y me dijo muy seriamente 'Mi película favorita es Subway: En busca de Freddy'. Le dije '¡Ni siquiera habías nacido cuando se hizo!' Si me hubieran dicho hace 30 años que un día un chaval coreano con pelo rosa vería mi película, nunca te habría creído".

"Para mí, es un placer hacer una película y esperar que el público la vaya a disfrutar", comenta Besson. "Queremos que sea divertida, en primer lugar. Aunque la situación sea bastante seria, sigue siendo una comedia, así que era fundamental encontrar el equilibrio adecuado. La mejor manera de evitar que parezca pretenciosa es rodar con humor. Todos los personajes son muy serios con respecto a lo que hacen, pero estamos sonriendo todo el tiempo porque están locos".