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Drácula: La leyenda jamás contada cartel reducido teaserDrácula: La leyenda jamás contada(Dracula Untold)
Dirigida por Gary Shore
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La aventura de acción está dirigida por el realizador novel GARY SHORE a partir de un guión de MATT SAZAMA y BURK SHARPLESS (Gods of Egypt).

Apoya al director un equipo técnico de primer orden encabezado por el productor MICHAEL DE LUCA (Capitán Phillips, el próximo estreno 50 sombras de Grey); el director de fotografía JOHN SCHWARTZMAN (The Amazing Spider-Man, el futuro estreno Jurassic World); el montador RICHARD PEARSON (Maléfica, Iron man 2); el diseñador de producción FRANÇOIS AUDOUY (Lobezno inmortal, Abraham Lincoln: Cazador de vampiros); la oscarizada diseñadora de vestuario NGILA DICKSON (El señor de los anillos: El retorno del rey, Diamante de sangre), y el compositor RAMIN DJAWADI (Pacific Rim, El invitado).

La producción ejecutiva corre a cargo de ALISSA PHILLIPS (Moneyball: Rompiendo las reglas), JOE CARACCIOLO, JR (Lobezno inmortal), THOMAS TULL (Godzilla) y JON JASHNI (Pacific Rim).


El señor de los no-muertos: Drácula regresa a casa
"Hay cosas mucho peores para un hombre que la muerte" - El conde Drácula, en Drácula (1931)

Desde la publicación de la novela Drácula, de Bram Stoker, en 1897, el eterno personaje ha protagonizado películas de acción real y de animación, libros, obras musicales, y sigue tan relevante hoy como el día en que vio la luz hace casi 115 años. A pesar de haber sido el tema de decenas de películas, sorprende que nunca se hayan explorado en el cine los orígenes del rey de los no-muertos.

El personaje al que todos conocemos como Drácula fue un personaje histórico tan aterrador para millones de personas como los vampiros de los mitos antiguos. Las leyendas de las criaturas chupadoras de sangre se remontan a miles de años atrás y están presentes en casi todas las culturas de la tierra, desde la Lilitu babilónica que se alimentaba de la sangre de recién nacidos, al terrible Asasabonsam de dientes de hierro de los pueblos Ashanti de Ghana . Pero la palabra "vampiro" no apareció en el vocabulario hasta el siglo X en la Europa eslava .

El productor Michael De Luca, que ha llevado a la pantalla películas taquilleras como La red social, Ghost Rider: El motorista fantasma y Capitán Phillips, explica por qué decidió desvelar los orígenes del monstruo: "De niño, siempre me pregunté quién había convertido a Drácula en un vampiro. Quería saber si él era el primero, si había más. Era una deliciosa pregunta sin respuesta que nadie había tocado, ni siquiera la novela de Bram Stoker".

Cuando llegó a sus manos un guión de Matt Sazama y Burk Sharpless, el productor no quiso dejar pasar semejante oportunidad. "Me pareció ingenioso", dice, "trataba de la historia jamás contada y de otro capítulo desconocido de un personaje arquetípico".

La película está arraigada en los misteriosos poderes que cientos de años de superstición han añadido al protagonista, pero empieza a partir de una figura histórica auténtica, Vlad III de Valaquia, también llamado Kaziglu Bey (El príncipe Empalador). Los guionistas se han basado en la vida del oscuro gobernante para tejer la fantástica historia.

Vlad III nació en 1431 en Transilvania. Siendo niño, su padre Vlad II le mandó con su hermano pequeño a la corte del sultán Murad II de Constantinopla, donde permanecieron seis años y aprendieron las artes de la guerra . Transilvania se encontraba entre dos poderosos imperios, el Otomano y el Austríaco de los Habsburgo, y el joven príncipe vivió en una época tumultuosa que requería ciertos sacrificios.

Vlad se convirtió en un despiadado conquistador cuyo método favorito de tortura era empalar a personas vivas y dejarlas agonizar durante días. Esta cruel costumbre le valió el sobrenombre póstumo de Vlad el Empalador o Vlad Tepes. Su padre, Vlad II, pertenecía a la Orden del Dragón, una organización de caballeros cristianos que luchaba contra el Imperio Otomano, donde tomó el nombre de Dracul, que en rumano viene a significar algo así como "dragón/diablo"5.

Al morir su progenitor, Vlad III gobernó Valaquia, al sur de Transilvania, desde el año 1448 hasta su muerte en 1476. Al igual que su padre, también perteneció a la Orden del Dragón y ordenó a sus hombres que le llamaran "Drácula" o "hijo del dragón/diablo" en rumano. Se supone que murió en 1476 mientras luchaba contra los otomanos, que le cortaron la cabeza y la exhibieron en Constantinopla para que la población la viera y temblara .

Para Michael De Luca, decidido a producir el guión que cuenta la transformación de Vlad III, el siguiente paso era encontrar la financiación para la película. Universal Pictures fue el primer estudio en llevar el personaje a la gran pantalla en 1931, y para Michael De Luca era lógico que Drácula volviera a casa: "Me pareció natural dirigirme a Universal. Es un estudio con una larga historia de películas de monstruos, y DRÁCULA – LA LEYENDA JAMÁS CONTADA rinde homenaje a todas las películas que se han rodado sobre el personaje con anterioridad".

Pasaron unos pocos años antes de que todo encajara, pero cuando por fin se consiguió, el productor reunió a un equipo que se había ocupado de algunas de las películas más espectaculares de los últimos años, como Batman Begins, Gladiador, El señor de los anillos, así como las entregas de Spider-Man y Harry Potter. Pero la aventura de acción necesitaba un director capaz de plasmar la complejidad del guión y de ofrecer una visión innovadora de la historia del monstruo más popular (y más temido).

Gary Shore, que se ha dado a conocer por sus sorprendentes anuncios y el impresionante corto "The Cup of Tears", se quedó impresionado con el guión. "No esperaba nada igual", recuerda. "Lo que más me atrajo fue la idea de empezar con Vlad el Empalador y usarlo de puente para dar un origen al personaje que inventó Bram Stoker. Nunca había visto algo parecido".

El productor y el director sabían que la dificultad de transformar a Vlad el Empalador en Drácula consistía en encontrar un elemento humano en el personaje. No olvidemos que la historia no ha sido muy generosa con el señor de la guerra que mataba a cualquiera que se cruzaba en su camino. Sin embargo, a Michael De Luca le sorprendió la compasión que Gary Shore mostró por el personaje. Sugirió que se abandonaran los elementos sensacionalistas conocidos por todos y se mirara más allá, a la lucha de un hombre para proteger a su familia. "La visión de Gary en cuanto a lo que debía abarcar la película nos convenció de que era la persona ideal para dirigirla", dice el productor.

Gary Shore explica su idea: "Es una historia de iniciación, pero también gira en torno a la idea del legado. La mitología vampírica se basa en el legado, en pasar algo a la siguiente persona, sea ADN, recuerdos o una responsabilidad. Pensé que el público podría identificarse con la idea de padre/hijo. Me parece la parte más inspiradora de la historia".

Era importante que el personaje tuviera raíces en el mundo verdadero con el objetivo de conseguir un equilibrio adecuado. "Para que la película funcionase, la vida interior de Vlad, así como los lazos emocionales con su mujer y su hijo, debían interesar al espectador", sigue diciendo el director.

Vlad se enfrenta a dos posibilidades, y la decisión de salvar a su hijo encamina al príncipe a realizar el último sacrificio. "Es una historia con mucho humanismo, algo que no se espera en Drácula, pero se deja llevar por sus emociones", dice Michael De Luca. "Nada más conocer a Vlad, nos damos cuenta de que es un hombre con emociones, un hombre que ama, además de tener poder y ser violento. Había que equilibrar todas estas emociones en la película".

La frase clave de la producción fue llevar el personaje de Drácula a territorios sin explorar. "Buscamos formas diferentes para plasmar la mitología vampírica", explica el director. "Es una historia de aventuras; el personaje de Vlad se enfrenta a decisiones complicadas que afectarán a sus seres más queridos, su esposa y su hijo. Quiere proteger a su familia y también a su pueblo".


La exhumación de Kaziglu Bey: A la búsqueda del príncipe
"¿Sabes qué significa que te ame la Muerte? ¿Sabes qué significa que la Muerte sepa tu nombre?" - Anne Rice, en Entrevistas con el vampiro (Crónicas vampíricas)

Los cineastas eran conscientes de que uno de los grandes retos sería encontrar al actor para encarnar a Drácula, un personaje lleno de emociones complejas. Un actor que fuera capaz de hacer olvidar las ideas preconcebidas que todos tenemos de la famosa criatura. Esta vez se trata de un Drácula diferente, un padre cariñoso y marido ejemplar, un guerrero implacable y un hombre culto; el guión mezcla verdades históricas con ficción, la herencia de Vlad III con el folclore de la criatura, Kaziglu Bey con el Príncipe Oscuro.

"El casting de un personaje tan conocido siempre es difícil porque todos pretendemos saberlo todo de Drácula", explica el productor Michael De Luca. "Pasa lo mismo con Spider-Man, Batman o James Bond, pero en este caso es aún más acentuado ya que el personaje forma parte de la cultura popular desde hace siglos".

Los cineastas estaban de acuerdo en que necesitaban un rostro nuevo para encarnar a un personaje tan icónico, una estrella en auge, pero que no representara a uno o más personajes para el público. Luke Evans había llamado la atención del productor con sus recientes interpretaciones de Bard el Arquero en El Hobbit: Un viaje inesperado y del malo Owen Shaw en Fast & Furious 6.

"Luke Evans estaba magnético en Fast & Furious 6", dice Michael De Luca, "Esa fue la razón por la que el estudio pensó en él como una estrella en auge. Luke puede encarnar a Vlad sin que el público tenga en mente a los personajes que ha interpretado antes".

Ya que el actor estaba rodando la primera entrega de El Hobbit en Nueva Zelanda, las reuniones iniciales con los cineastas se realizaron por Skype. "Skype es el mejor amigo de un actor", dice Luke Evans con una gran sonrisa. "Si estás rodando en la otra punta del mundo, es la única forma de comunicarse, y así es como Gary y yo conectamos por primera vez".

"La segunda vez que hablamos", sigue diciendo el actor, "supe que era un hombre apasionado. Lo había pensado todo, la historia, los personajes, la trama, lo tenía todo en la cabeza. Buscaba a alguien capaz de encarnar su visión y que sintiera la misma pasión que él por la historia".

Gary Shore se convenció de que Luke Evans era perfecto para el papel en cuanto se vieron en Los Ángeles. "Empezamos a hablar y sentí que era la persona que buscaba, que haría justicia al personaje. Tiene un rostro increíble, de esos que saben contar historias. Estaba convencido de que nadie se acercaba a la presencia que Luke podría darle a Vlad el Empalador, el guerrero, y mostrar su otra cara, la de padre y marido cariñoso. Además, físicamente era perfecto".

Vlad III tenía muchas facetas: dictador cruel, guerrero sin par, padre, marido y supuesto vampiro. Muy pocos personajes cinematográficos ofrecen emociones tan complejas y cambios tan estimulantes como Drácula. Pero que el público apoye a un personaje con un pasado oscuro y violento, y cuyo destino es aún más oscuro y aterrador, no es nada fácil.

"Si se piensa en Drácula como un personaje arquetípico, es el antihéroe que despierta el cariño del público porque debe enfrentarse a decisiones muy difíciles que le alejarán de todo y de todos", explica Gary Shore. "Es un héroe que no cae bien inmediatamente porque es despiadado, pero se hace respetar. No era fácil encontrar el tono idóneo, pero Luke ha estado increíble".

Según Luke Evans, todo gira en torno al equilibrio: "No escondemos el lado oscuro de Vlad, pero el espectador también descubre sus facetas apasionadas, cariñosas y vibrantes".


Ríos de sangre: Los actores secundarios
"Ningún hombre sabe, hasta experimentarlo, lo que se siente al pasar su sangre a la mujer que ama". - Bram Stoker, Drácula

Cuando Gary Shore empezó a buscar a la actriz que encarnaría a Mirena, la esposa de Vlad, tenía en mente a una mujer que fuera la antítesis de su marido, que encarnara la pureza y la luz. "Mirena representa a la inocencia", explica el director. "Es pura hasta el final, virtuosa y pura, jamás se corrompe".

A pesar de las virtudes de Mirena, es un poco responsable de que su esposo se convierta en vampiro al hacer todo lo posible para que no entregue a Ingeras, el hijo de ambos, al sultán Mehmed.

Sarah Gadon, que encarna a la princesa, está de acuerdo con Gary Shore: "Mirena es el ancla moral de la película. Nunca abandona su fe ni sus ideas. Cada vez que sus principios son puestos a prueba, lucha por ellos y los defiende".

La actriz, conocida por su trabajo en Un método peligroso, de David Cronenberg, y en la taquillera The Amazing Spider-Man 2: El poder de Electro, sabía que su personaje tendría que profundizar mucho para entender la transformación de Vlad. "Aunque la película está basada en la historia, el amor entre los dos es muy contemporáneo", explica. "Él es un guerrero, un príncipe y un jefe que arriesga la vida por su pueblo y su familia. Solo hay que pensar en las esposas de los soldados que van a la guerra hoy en día. Aporta un toque de realismo a la historia".

Durante el casting, la actriz canadiense sobresalió y no hubo duda alguna de que debía encarnar a Mirena. "Sarah tiene algo que recuerda al Hollywood de antes, algo clásico", dice el director. Era perfecta para conseguir el equilibrio que buscaba entre lo tenebroso e inquietante, y la luz y la pureza. Está impecable".

Si Mirena es el luminoso contrapeso moral de Vlad, el sultán Mehmed, al que da vida Dominic Cooper, es su némesis. Mehmed es un adversario peligroso con ganas de vengarse (el sultán no ha perdonado a Vlad que fuera el favorito de su padre) y su codicia hace que Vlad se convierta en una criatura de la noche. "Es muy fácil pasarse con el personaje que representa al enemigo", explica el realizador. "Por eso quería que Mehmed fuera alguien encantador, cautivador e interesante, un hombre maravilloso en un salón, pero del que es mejor no fiarse".

Los cineastas habían visto a Dominic Cooper en El doble del diablo. Se quedaron atónitos ante la facilidad con que mostraba un encanto increíble y un momento después se convertía en un auténtico psicótico. Michael De Luca dice: "Dominic es capaz de ser Howard Stark en Capitán América y pasar al personaje de El doble del diablo. Estábamos empeñados en que hiciera el papel y tuvimos la suerte de que aceptara. Aporta intensidad al personaje y el atractivo de una estrella de cine".

Cuando Vlad vuelve a encontrarse con Mehmed, los dos entablan unas tensas negociaciones que no llegan a ninguna parte. Antaño lucharon codo con codo cuando el joven Vlad estuvo, contra su voluntad, en el ejército del padre de Mehmed, pero ahora se han convertido en enemigos irreconciliables.

Su primera escena juntos es de vital importancia para que el público entienda la relación entre los dos hombres y el terror que todo el mundo siente ante el oscuro pasado de Vlad. "En la escena, mi personaje manipula, molesta, enoja y revela el pasado que les unió", dice Dominic Cooper. "El padre de Mehmed se llevó a Vlad y le educó como a un guerrero. Mehmed y Vlad estaban muy unidos de niños".

Vlad y Mehmet no son las únicas figuras históricas unidas a los orígenes de Drácula. Hay otro personaje inesperado surgido en el siglo XV, el Maestro Vampiro, que origina la maldición del vampiro. "El Maestro Vampiro es el que empieza el juego", dice Gary Shore. "Cuando Vlad va en su busca, sabe que es peligroso, pero desconoce por completo dónde se está metiendo. Al buscar a un actor para el papel, sabíamos que nadie podría hacerlo tan bien como Charles Dance".

El actor, conocido sobre todo por la serie "Juego de tronos" y las películas Underworld: El despertar, Gosford Park y Hilary y Jackie, se enfrentó a la difícil tarea de dar un atisbo de humanidad a su personaje.

Atrapado para toda la eternidad en la Montaña de la Muela Rota, el Maestro Vampiro está alejado del mundo. "Hace siglos que vive solo en una caverna, alimentándose de la sangre de los desafortunados que pasan por ahí cerca", explica el actor. "En una ocasión, Vlad y sus hombres investigan la desaparición de varios turcos, y el príncipe casi no sale vivo de la montaña. Cuando no le queda más remedio, recurre al Maestro para hacerse con el único poder que detendrá a las fuerzas del sultán".

Reconoce que le gustó encarnar a ese primer vampiro y que disfrutó trabajando con Luke Evans. "Luke es tremendamente atractivo, tiene talento y es muy generoso", dice, riendo, "como demostró soportando mi asqueroso maquillaje y mis putrefactos colmillos arrastrándose y lamiéndole el cuello".

El director solo tiene alabanzas para la interpretación del genial actor: "Charles supo aportar peligro y anarquía al papel. El Maestro es el torturador de Vlad, con quien bailará la danza de la muerte durante muchos años, como el Joker para Batman. Hace mucho que espera la llegada de un hombre como Vlad para salir de su cárcel".

La desesperación empuja a Vlad a adentrarse en la montaña y a buscar la guarida del Maestro. Quiere obtener la fuerza para vencer a los otomanos y se adentra en un mundo desquiciante. "Desesperado, pide al Maestro que le ayude a derrotar al enemigo", explica Luke Evans. "Pero el Maestro es una criatura tremendamente narcisista, egoísta, un monstruo, y las cosas no salen tal como Vlad tenía pensado".

Completan el elenco actores tan talentosos como DIARMAID MURTAGH, de Monuments Men, en el papel de Dimitri, uno de los guardias más cercanos a Vlad; WILLIAM HOUSTON, de Sherlock Holmes, como Cazan, el siempre tenso consejero del príncipe; FERDINAND KINGSLEY, de la serie de BBC "Ripper Street", como Hamza Bey, el arrogante emisario de los turcos; ZACH McGOWAN, de la serie "Shameless", en el papel de Shkelgim, el gitano que se mueve entre las sombras dispuesto a servir a un oscuro señor; PAUL KAYE, de "Juego de tronos", en el papel del hermano Lucian, un humilde monje que le revela a Vlad la leyenda del tenebroso ser y cuya misión es proteger a Ingeras; THOR KRISTJANSSON, de Life in a Fishbowl, en el papel de Mirada Brillante, el espadachín más astuto de los turcos, y ARKIE REECE, de John Carter, como el general Ismail, el jefe militar al que el sultán ha encargado arrasar el reino de Vlad.


Narrativa visual: El diseño de producción y de vestuario
"Hay una mecedora cerca de la ventana, en el pasillo. Oigo algo en las sombras, en el pasillo. Oh, eres un vampiro y yo ya no soy nada". -Johnette Napolitano, de Concrete Blonde, "Bloodletting (The Vampire Song)"

El director de producción François Audouy y la diseñadora de vestuario Ngila Dickson, dos creadores cuyo trabajo se ha visto en las mejores películas de aventuras y fantasía, se encargaron de plasmar la visión de Gary Shore para DRÁCULA – LA LEYENDA JAMÁS CONTADA.

El diseño de producción y los decorados
François Audouy se siente atraído por historias que transcurren en mundos envolventes y originales: "Me atraen las películas que nos obligan a imaginar otros mundos, historias que transcurren en decorados fantásticos, extraños e históricos, donde la narración tal vez es más cerrada, pero los telones de fondo nos permiten seguir imaginando a los personajes una vez acabada la historia".

El diseñador trabajó muy de cerca con Gary Shore y Ngila Dickson para crear un entorno que reflejara el progresivo cambio en el carácter de Vlad, al pasar de ser un respetado líder y un padre de familia a convertirse en un guerrero vampírico. "Al leer el guión, lo que más me impactó fue la historia familiar, la relación entre Vlad, Mirena e Ingeras", dice. "Era un dinámica nunca vista en una película de Drácula. Quería reforzar esa parte de la narración y crear una base para el amor que une a esas tres personas".

En Rumanía hay dos fortalezas relacionadas con Drácula, el castillo Bran y el castillo Poenari. Ambos son enormes e imponentes estructuras alzadas en parajes montañosos de difícil acceso. El estilo arquitectónico es típicamente ortodoxo, y sirvió de punto de partida para el equipo de diseño. El castillo de Drácula especialmente diseñado para la película evoca elementos de dicha arquitectura, pero como explica François Audouy ahí acaba toda similitud con la realidad.

"Gary quería hacer algo diferente con el castillo de Drácula", dice el diseñador. "Debía ser exótico, único, por eso nos alejamos del estilo ortodoxo para inclinarnos más hacia el este de Europa, una arquitectura con formas nítidas y triangulares. De hecho, el primer diseño era bastante extraño, pero durante la preproducción se hizo más realista. Es posible creer que ese castillo existió realmente".

El castillo de Drácula empezó a crearse a partir de un Gran Salón. La mayoría del castillo se ha conseguido mediante efectos digitales, pero el Gran Salón es un decorado auténtico construido desde cero. Se prestó una enorme atención a los detalles, como demuestran los bajorrelieves de las paredes, copias exactas de unos bajorrelieves de una iglesia rumana, o el acabado de las paredes, que da una impresión polvorienta, acorde con la idea de que estas grandes estructuras medievales se edificaban con granito.

En el diseño de los decorados, François Audouy jugó con cuatro motivos visuales, algunos de los cuales ocupan un lugar prominente en la entrada, especialmente los colmillos, "En la arquitectura del mundo de Vlad usamos muchos triángulos y formas simétricas con el fin de crear un lenguaje muy específico. Basta con fijarse en los detalles del Gran Salón para descubrir muchos triángulos y colmillos, formas que encajaban con su carácter. Y si se mira la silueta del castillo, se ven colmillos en la parte superior y muchos detalles arquitectónicos triangulares y puntiagudos".

El Gran Salón sin techo y la decoración transmiten de forma subliminal el oscuro pasado de Vlad y anuncian un futuro aún más tenebroso. "El Gran Salón carece de techo en honor al auténtico Vlad III", explica el diseñador. "Siempre recibía a sus súbditos en un inmenso patio donde había unas dos docenas de palos con los cuerpos de sus enemigos. Cenaba entre los cadáveres empalados y, según cuenta la leyenda, bebía su sangre".

A pesar de que no será fácil para el público descubrir estos guiños a la herencia de Drácula y al pasado histórico del protagonista, el director Gary Shore creyó que incluirlas ayudaría mucho a afianzar la película en la realidad.

"Todos los entornos nacen a partir de los personajes y de la historia", dice el realizador. "El Gran Salón de Vlad se diseñó alrededor de la imagen de los palos donde clavaba a sus víctimas el verdadero Vlad III. Que carezca de techo y esté rodeado por esos palos produce pánico sin tener que recurrir a la sangre".

Esto se hace aún más patente en el segundo decorado más grande que se construyó, la cavernosa guarida del Maestro Vampiro en la Montaña de la Muela Rota. Aquí empieza la leyenda de Drácula y acaba la vida mortal del Príncipe Vlad.

El vestuario de la aventura de acción
Una película de época requiere que todos los departamentos trabajen juntos, y DRÁCULA – LA LEYENDA JAMÁS CONTADA no fue una excepción a la regla, sobre todo para el departamento de vestuario, supervisado por la oscarizada Ngila Dickson.

"Hace años que Ngila y yo nos conocemos", dice François Audouy. "Trabajamos bien juntos. Ngila empezó antes que yo con esta película y me enseñó unos diseños estupendos que fueron una auténtica fuente de inspiración para mí. Siempre me han inspirado sus trajes".

La admiración es mutua, y Ngila Dickson dice que también se inspiró en los decorados diseñados por François Audouy y su equipo. "El departamento artístico me mandaba sus diseños; por ejemplo, el interior del castillo, y nos asegurábamos de que las paletas de colores encajaban. Debíamos saber de antemano que los trajes para el banquete funcionarían en el entorno y que nada desentonaría. Fue una colaboración genial porque trabajamos con personas creativas que sienten la necesidad de dar lo mejor de sí mismas".

Para Gary Shore fue una auténtica victoria conseguir que Ngila Dickson se uniera al proyecto. Es una de las diseñadoras más respetadas de la industria, galardonada con un Oscar por su trabajo en la trilogía El señor de los anillos y nominada a un sinfín de premios. "Aportó una elegancia muy especial a la película y un estilo particular", dice el director.

A la diseñadora le atrajo el proyecto por múltiples razones, entre otras su admiración por la innovadora película de Francis Ford Coppola y la oportunidad de dar un nuevo concepto a la historia. "Gary y yo somos verdaderos fans de Drácula de Bram Stoker", dice. "Es una obra cinematográfica impecable. Para una diseñadora siempre es una gran oportunidad poder reinventar algo como Drácula. Es un personaje muy conocido, y para reinventarlo hay que aportar cosas nuevas".

Cuando Gary Shore y Ngila Dickson hablaron de cómo enfocar el aspecto de la película, ambos estaban de acuerdo en que el elemento histórico debía ser parte intrínseca de la idea. Para encontrar los colores adecuados, Ngila Dickson y su equipo se documentaron acerca del Imperio Otomano y de Valaquia, así como de las telas que se usaban en el siglo XV.

"Reunimos una enorme cantidad de información antes de empezar a buscar el look de la película", explica la diseñadora. "Todos coincidíamos en que la película no debía ser oscura, al contrario, queríamos un gran y rico colorido. Cuando tuvimos la base y supimos cómo vestía la gente entonces, empezamos a buscar colores y ver de qué forma podíamos ofrecer algo nuevo al público".

Cada traje cuenta una historia y manda un mensaje acerca del personaje que lo lleva. Cuando vemos a Vlad por primera vez en los jardines del castillo, su traje nos permite saber que es una persona diferente, feliz, que ha dejado atrás un pasado violento. A la mitad de la película, volvemos a Vlad el Empalador, el guerrero, hasta que finalmente se entrega en cuerpo y alma a su destino.

Ngila Dickson diseñó primero el vestuario del final de la película: "Enfrentarme a la parte más compleja y más importante era una forma de meterme de lleno en la película. Siempre me pasa, necesito empezar por lo más difícil, y luego todo encaja".

Para la armadura de Vlad, la diseñadora se basó en un dibujo de 1452 y usó el rojo y el negro del verdadero príncipe, combinándolos con el motivo del dragón desarrollado por el departamento de diseño de producción. "Para definir a un personaje como Vlad no es una mala idea empezar con rojo y negro", dice. "Ya se sabe que Drácula es el dragón, ¿verdad? Fueron mis tres piedras angulares".

La armadura del dragón representa el periodo de la vida de Vlad con los turcos y debía tener paralelismos bastante obvios con la armadura de Mehmed. "Se me ocurrió que fueran como el yin y el yang. La armadura de Mehmed es inmaculada, pulida, esculpida, pero la versión de Vlad es mucho más visceral, más dura".

Gary Shore reconoce que la diseñadora de vestuario influyó en su idea de la historia: "Vlad y Mehmed solo se ven dos veces en la película, la primera en la tienda de este último cuando Vlad intenta razonar con él, y al final cuando Vlad lucha contra él. Es una relación desafiante entre el protagonista y el antagonista, aunque apenas están juntos en la película, un poco como una partida de ajedrez. Representaba un peligro para la narración y era importante que el diseño los conectara. Fue la base del vestuario de Ngila, y esa conexión también abarca la música y el tono de la historia".

La armadura de Mehmed permitió explayarse a la diseñadora. Después del saqueo de Constantinopla, Mehmed II transformó el estado Otomano en un imperio, uno de los más poderosos del mundo en la época.

"En el Imperio Otomano abundaban la riqueza y los tesoros", dice Ngila Dickson, "y decidimos aprovecharnos de eso. La armadura de Mehmed conmemora sus conquistas. En la pechera se le ve a caballo, en medio de una batalla, con Constantinopla en segundo plano. El diseño hace honor a sus logros. Era una forma de añadir un toque de arrogancia a la armadura".

Ambas armaduras se crearon en Nueva Zelanda bajo la supervisión a distancia de la diseñadora, afincada en el Reino Unido. Como Luke Evans, ella también piensa que: "Skype es el gran amigo de las diseñadoras".

El mundo en el que vivían Vlad III y Mehmed II, al igual que el construido para DRÁCULA – LA LEYENDA JAMÁS CONTADA, es un mundo masculino. Reivindicar un aspecto femenino en una historia dominada por hombres no iba a ser fácil, y el vestuario de Mirena quizá fue el que más dificultades le planteó a Ngila Dickson. Al ser el único personaje que ensalza las virtudes femeninas, la diseñadora puso mucha atención en el diseño de su vestuario. "Es la única mujer en la película, por lo que debíamos concentrar toda la belleza femenina en Mirena, algo que no facilitaba el diseño. Vlad representa la masculinidad y Mirena, la feminidad".

Después de leer el guión, la diseñadora pensó en colores pálidos y suaves para Mirena, pero después de hablar del personaje con Gary Shore, cambió de idea. "Fue un cambio radical", recuerda. "Me incliné por colores fuertes, aunque nunca estridentes, que casi podrían calificarse de bíblicos".

La actriz Sarah Gadon agradece la atención que la diseñadora pone en los detalles. "El equipo de maquillaje y peluquería era maravilloso, y la gente de Ngila creó un vestuario realmente asombroso", dice. "Todo esto ayuda a un actor a moldear el personaje. Por ejemplo, aunque Mirena sea una princesa, no tenía por qué estar siempre encerrada en el castillo, queríamos que participara activamente en la historia. Durante los ensayos, Gary yo nos esforzamos en que fuera más activa. Es una mujer que no pierde la feminidad por muy activa que sea".


Lucha a muerte: Entrenamientos y coreografía
"Al no importarles nada, pulverizan la tierra como el grano. Al no conocer la compasión, arrasan a los seres humanos. Vierten su sangre como la lluvia, devoran su carne y chupan sus venas. Son demonios violentos que devoran sangre sin cesar". - El libro de los vampiros"

El joven Vlad creció en la casa real de Mehmed I y recibió la enseñanza de los jenízaros, el cuerpo de élite del ejército de Imperio Otomano. Cada cinco años, los turcos realizaban un reclutamiento, recorriendo la zona en busca de los mejores hijos de los súbditos cristianos del sultán, y Vlad fue uno de ellos. Los niños eran alejados de sus padres y criados en el seno de familias turcas, donde aprendían las costumbres, el idioma y la religión de los otomanos antes de entrenarse para ser jenízaros. Por eso, el estilo de lucha de Vlad reúne dos disciplinas, la de su hogar paterno y la otomana.

"Es una de las razones por las que Vlad brilla como líder y conquistador", dice el actor Luke Evans. "Cuando detiene a los turcos antes de que invadan Valaquia, lo hace usando el estilo de lucha que le enseñaron los turcos. En cierto modo, se equivocaron al entrenarle tan bien porque usó sus estrategias para derrotarlos".

Organizar la complicada secuencia recayó en el coordinador de especialistas BUSTER REEVES (El caballero oscuro: La leyenda renace, el próximo estreno Tarzán), que analizó ambos estilos de lucha para diseñar la coreografía de la película. "Primero me documenté acerca de las artes bélicas transilvanas, básicamente matar a sablazos, mientras que el estilo turco estaba muy influenciado por el Oriente, con espadas curvas", explica el coordinador. "Combinamos los dos para llegar al estilo de Vlad: la fuerza y la agilidad del sable con la fluidez y el estético dinamismo de las cimitarras otomanas".

El ritmo de la película se intensifica a medida que asistimos a la transformación de Vlad. La historia se oscurece y la acción aumenta hasta alcanzar el punto culminante, cuando Vlad y su séquito de vampiros atacan el campamento de Mehmed.

"Cuando lucha con Mehmed, cuando lucha con los vampiros, llegamos a una oscuridad hasta ahora desconocida en Vlad", dice Buster Reeves. "Creamos un estilo vampírico que va mucho más allá de un simple empalamiento. No es solo brutal, es calculador".

Pero transformar a Vlad – y por lo tanto a Luke Evans – en una máquina de matar no fue tan fácil como puede parecer. "Vlad enfrentándose a mil hombres es rabia en estado puro. Es una rabia básica, de hombre a hombre", dice el coordinador. "En la escena final descubrimos en qué se ha convertido su fuerza física y su rapidez".

La lucha contra los mil hombres llevó tres meses de intensa preparación y entrenamiento. "Dividimos la escena en secuencias para unirlas cuando llegara Luke y se hubiera entrenado".

El actor estaba entusiasmado con la idea de trabajar con el coreógrafo: "Buster Reeves es una auténtica leyenda. Tiene el don de diseñar coreografías que apoyan a los actores. Espero que haya hecho honor a su trabajo en las secuencias de lucha".

Al parecer, el actor fue un alumno perfecto. "Luke tiene la insospechada habilidad de aprenderse un coreografía con mucha rapidez. Hubo cambios en la escena hasta el final, pero Luke se adaptó sin problemas", dice Gary Shore.


Legiones de murciélagos: Los efectos especiales y digitales
"Y a su alrededor, la bestialidad de la noche se alza en sus tenebrosas alas. Ha llegado la hora del vampiro". - Stephen King, El misterio de Salem’s Lot

La mayor parte de DRÁCULA – LA LEYENDA JAMÁS CONTADA se basa en los personajes, pero hay unos cuantos momentos que requieren la ayuda de efectos visuales de primer orden. Uno de esos momentos es el asedio turco al castillo de Drácula, cuando Vlad vaporiza literalmente una bala de cañón y crea la ilusión de que el castillo se transforma en un gigantesco dragón, así como, claro está, la bandada de murciélagos. La empresa Framestore, liderada por el supervisor de efectos visuales CHRISTIAN MANZ (Harry Potter y las reliquias de la muerte, parte 1), hizo posible la visión del director Gary Shore.

Vlad controla y dirige la bandada de murciélagos, que crea el caos en el campamento otomano y anuncia la llegada de Vlad y su séquito de vampiros.

La secuencia representaba una dificultad enorme. "Era complicado porque limitándonos a miles de murciélagos flotando en el cielo no conseguiríamos el efecto deseado", dice Christian Manz. Para obtener un mayor realismo, estudió las bandadas de estorninos. "Se mueven con fluidez a pesar de juntarse por miles", añade.

Apoyándose en este concepto visual, el equipo se sirvió de varios métodos de captura de movimientos, efectos digitales y cámaras montadas en cables para crear el punto de vista de los murciélagos estrellándose en las filas turcas. "La bandada de murciélagos debía lanzarse contra los soldados turcos y destripar a unos cien mil, lo que representa mucho trabajo en cuanto a efectos", explica el supervisor. "En realidad, había unas 130 personas en el campo de batalla. Sobrevolamos la escena a unos 40 metros de altura con una cámara colgada de cables y luego colocamos murciélagos digitales encima del ejército en la posproducción".

Vlad salta de la torre del monasterio, transformándose en miles de murciélagos, y ataca el campamento otomano con sus vampiros. "No queríamos repetir lo de Christopher Lee cuando se convierte en murciélago. Buscamos algo diferente y se nos ocurrió mutar a Vlad en miles de murciélagos".

El productor Michael De Luca añade: "La transformación en animal, sea de carga o murciélago, es una tradición muy antigua en la cultura popular. Desde luego, ya se ha visto en muchas películas, pero nuestra idea es original. Es diferente de las transformaciones habituales. En esta película hemos intentado explicar por qué tiene poderes, de dónde vienen, y mostrar cómo los usa de otra manera".

Con el fin de insuflar un nuevo soplo de vida a un personaje tan conocido como Drácula, los cineastas decidieron cambiarle físicamente. Para crear este nuevo aspecto, el equipo estudió las imágenes de vampiros anteriores. "Vlad rompe las reglas cuando consigue escapar de la Montaña de la Muela Rota", explica Gary Shore, "lo que nos daba la oportunidad de explorar una parte de la mitología vampírica aún desconocida".

Al no estar atrapado en la montaña, puede mantener su rostro humano y solo enseña el "ekimu" (demonio) que se esconde en su interior al final de la película. Sin embargo, el Maestro Vampiro lleva miles de años en la Montaña de la Muela Rota. Hace mucho que es una criatura de la noche y que teme a la mortal luz del sol. Su piel es translúcida hasta el punto de dejar ver las venas y los dientes. El departamento de efectos especiales colaboró con el diseñador de maquillaje y peinados DANIEL PHILLIPS (La reina, Closed Circuit) para establecer un paralelismo con la trasformación gradual de Vlad.

"Empezamos con un estilo heroico suave y muy atractivo", explica Daniel Phillips. "A medida que crece la necesidad de Vlad por beber sangre, aclaramos la piel de Luke. Cambiamos los tonos, está más pálido, tiene los ojos más hundidos y la cara más demacrada para comunicar la sensación de que se encuentra en un sitio oscuro y difícil en ese momento. Luego, cuando sacia su sed, los colores normales vuelven poco a poco a su rostro".

"No vemos realmente al ekimu hasta el final, cuando todos lo ven", añade Christian Manz. "Esperamos que sea tan perturbador para el espectador como lo es para los personajes de la historia. Fue un tremendo reto crear un vampiro con el que simpatizar y que, como en Frankenstein o El hombre elefante, tuviera algo grotesco que asustara a los que le rodean".

Michael De Luca, hablando del ser que empezó a intrigarle cuando era niño, acaba diciendo: "El vampiro de esta película da miedo, desde luego, pero es distinto porque también tiene sentimientos y siente dolor; es un alma que se ha entregado a las tinieblas. Su apariencia física y su deformación mental aún dejan entrever al ser humano que fue, y duele ver que se ha perdido. Es la mezcla del hombre y de la bestia, y cuando ataca, es aterrador".


¿Quién era el verdadero Drácula?
Datos acerca de Vlad III, príncipe de Valaquia, el hombre al que la historia dio el sobrenombre de "Drácula". Echemos un vistazo a la vida de uno de los monstruos más célebres de la historia.

Luke Evans (Fast & Furious 6, Immortals) protagoniza DRÁCULA- LA LEYENDA JAMÁS CONTADA, la auténtica historia del hombre que acabó por convertirse en Drácula. La épica aventura de acción está dirigida por Gary Shore y producida por Michael De Luca.

Acerca de Vlad III, príncipe de Valaquia: El verdadero Drácula
· Vlad III nació en 1431 en Transilvania.

· De niños, Vlad III y su hermano menor fueron enviados por su padre como rehenes a la corte del sultán Murad II en Constantinopla, donde permanecieron seis años y aprendieron el arte de la guerra.

· Transilvania se encontraba entre dos imperios, el otomano y el austríaco, entonces regido por los Habsburgo, y Vlad III conoció tiempos turbulentos y violentos.

· El método favorito de tortura de Vlad III era empalar a sus enemigos y dejar que se retorcieran de dolor mientras agonizaban durante días, lo que le valió el nombre póstumo de Vlad el Empalador (Vlad Tepes).

· Su padre, Vlad II, pertenecía a la Orden del Dragón, una organización secreta de caballeros cristianos que luchaba contra el Imperio Otomano musulmán. En esta organización, Vlad II tomó el nombre de Drácula, que significa "dragón o diablo" en rumano.

· Después de la muerte de su padre, Vlad III reinó en Valaquia y Transilvania desde 1448 hasta 1476, año en que falleció.

· Siguiendo los pasos de su padre, también ingresó en la Orden del Dragón, y pasó a llamarse "Drácula", que significa "hijo del dragón o del diablo" en rumano.

· Vlad III era muy creyente y fue un fiel defensor del cristianismo. Estaba convencido de que la caridad y un entierro cristiano bastarían para que sus pecados fueran perdonados y entrara en el Paraíso. Vivió rodeado de sacerdotes y monjes, además de fundar cinco monasterios.

· Se cree que murió en 1476 mientras luchaba contra los turcos, que le cortaron la cabeza y la expusieron en Constantinopla… para que toda la ciudad la viera y temblara.