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Point break cartel reducido finalPoint break(Sin límites)
Dirigida por Ericson Core
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Inspirada en el clásico éxito de 1991, Le Llaman Bodhi, protagonizada por Patrick Swayze y Keanu Reeves.

La película está repleta de escenas deportivas radicales. Las proezas de dichas escenas de acción las realizan atletas de élites que representan a los mejores del mundo en surf, paracaidismo, snowboarding, escalada libre y motocross de alta velocidad.

Dirigida por Ericson Core (Invencible), Point Break (Sin Límites) está protagonizada por Edgar Ramírez (La noche más oscura, El ultimátum de Bourne, Carlos the Jackal) como Bodhi, y Luke Bracey (G.I. Joe: La venganza, La conspiración de noviembre) como Johnny Utah, junto a Teresa Palmer (Memoria de un zombi adolescente), Delroy Lindo (Sahara, 60 segundos) y Ray Winstone (Noé, Infiltrados).

El guión es de Kurt Wimmer (Salt, Un ciudadano ejemplar), la historia es de Rick King, W. Pter Iliff y Kurt Wimmer. Producida por Andre A. Kosove y Broderick Johnson de Alcon, junto con John Baldecchi, David Valdés, Christopher Taylor y Kurt Wimmer. La película se basa en el film Le llaman Bodhi, con guion de W. Peter Iliff, con una historia de Rick King y W. Peter Iliff. Los productores ejecutivos son John McMurrick, Dan Mintz, Wu Bing, Robert L. Levy y Peter Abrams, con los co-productores Henning Molfenter, Charlie Woebcken y Christoph Fisser. Atletas de deportes extremos famosos participaron en la producción de Point Break (Sin Límites) de múltiples maneras, algunos hicieron de dobles de acción o coordinaron las escenas de acción, y otros trabajaron como consejeros técnicos. Entre ellos encontramos a surfistas de renombre como Laird Hamilton, Sebastian Zietz, Makuakai Rothman, Billy Kemper, Brian Keaulana, Ahanu Tson-dru, Ian Walsh, Luarence "Laurie" Towner, Dylan Longbottom, Albee Layer, Bruce Irons, Tikanui Smith, Tuhiti Humani, Mark Healy y Raimana Van Bastolear; los snowboarders Xavier De Le Rue, Iouri Podladtchikov, Louie Vito, Christian Haller, Lucas DeBari, Ralph Backstrom y Mitch Toelderer; los skaters Bob Burnquist y Eric Koston; los motoristas Riley Harper y Oakley Lehman; los paracaidistas y dobles de acción Jon Devore, Julian Boulle, Noah Bahnson, Johnathan Florez, Michael Swanson y Jeb Corliss; y el escalador Chris Sharma, entre otros. Hay cameos de los campeones mundiales de triatlón Faris Al-Sultan y Michael Raelert, además de los DJs Steve Aoki, Seth Troxler y The Art Department, y el comentador deportivo y presentador de televisión Sal Masekela. Además de dirigir la película, Ericson Core también fue el director de fotografía, habiendo trabajado como director de fotografía en películas como Invencible, The Fast and the Furious: A todo gas y Payback. Este equipo creativo de cineastas incluye al diseñador de producción Udo Kramer (Cara Norte, El médico); los editores Thom Noble (Thelma & Louise, Único testigo, por la que ganó un Oscar), Gerald B. Greenberg (ganador de un Oscar por French Connection. Contra el imperio de la droga) y John Duffy (Cosmos: A Spacetime Odyssey de National Geographic); la diseñadora de vestuario nominada al Oscar Lisy Christl (Anonymous, Asalto al poder); el compositor Tom Holkenberg (Mad Max: Furia en la carretera); y el supervisor de efectos visuales ganador del Oscar John Nelson (Gladiator).

Point Break (Sin Límites) está inspirada en el clásico de 1991 protagonizado por Patrick Swayze y Keanu Reeves. Se estrenará en 3D y 2D el 1 de enero de 2016.


Persiguiendo las ocho: El motor tras la acción
La idea para este remake de "Le llaman Bodhi" de 2015 comenzó en el mejor sitio posible: en el corazón de los auténticos fans. "Le llaman Bodhi fue increíble, toda una inspiración. A todos nos encantó y nos influenció", dice Ericson Core, cuya intención es honrar la premisa y temas originales y, al mismo tiempo, forzar los límites todo lo posible … para después llevarla a otro nivel, a uno que no hubiera sido posible hace 25 años. "Queríamos usar esa inspiración para llevar nuestra propia visión de Point Break (Sin Límites) a la pantalla, expandiéndola a una escala global, con los atletas actuales más extremos del mundo llevando toda la acción".

Al mismo tiempo, Core y el equipo de cineastas sabían que una gran parte de lo que hizo Le llaman Bodhi tan emocionante fue la relación entre los dos personajes: el agente del FBI novato Johnny Utah, intentando dejar de lado su pasado y encontrar su lugar en el mundo, y su elusivo objetivo: Bodhi, un hombre carismático con planes inusuales. Este conflicto crucial entre individuos que parecen diametralmente opuestos pero extrañamente parecidos sigue siendo la base de la historia. Además, según Core: "Muchas de las preguntas filosóficas que plantea Bodhi merecen una exploración más profunda, como la idea de ser verdaderamente libre y vivir según tu propio código, así que mantuvimos todo eso".

Lo que es radicalmente distinto es el telón sobre el que el conflicto entre Utah y Bodhi se desarrolla. Los crímenes que Bodhi y su banda cometen ahora son más sofisticados y peligrosos, con implicaciones y motivos muy profundos, y los extremos a los que tiene que llegar Utah para cogerles le llevan a un terreno desconocido.

La historia va más allá de los retos diabólicos de unos surferos que buscan un verano sin fin en la costa californiana, la película pide un escenario mundial. Pasa por 11 países a lo largo de cuatro continentes y ofrece una visión especial del atletismo extremo actual, al incorporar las demostraciones más espectaculares de motocross, caída libre, paracaidismo, snowboarding, escalada y, por supuesto, surf, ejecutados por profesionales que han dedicado (y arriesgado) sus vidas a perfeccionar sus impresionantes hazañas, muchas de las cuales nunca se han visto en cine.

"En una escala del 1 al 10, siendo 10 el máximo, daría a la acción un 45", dice Edgar Ramirez, que interpreta a Bodhi. "Fue una experiencia reveladora. Lo que hacen estos hombres es mucho más que increíble".

En muchas ocasiones, los atletas mismos llevaban cámaras que, junto a vistas aéreas desde helicópteros y lentes estratégicas para primeros planos, llevará al público inmediatamente al caos controlado de lo que es estar al borde del filo.

"Ésta es una película de cámaras" comenta Andrew A. Kosove, uno de los productores de la película y también un triatleta de competición. "Lo que eso significa para el público es que van a ver las escenas de acción tal cual se captaron en cámara, en las localizaciones reales, por atletas reales. No se trata de coreografías sobre un fondo verde; nadie está chocando con un edificio falso, quitándose el polvo y alejándose. Estuvimos en el del Salto Ángel en Venezuela, la cascada continua más alta de la Tierra; en el pico del Jungfrau en los Alpes, en Walenstadt, Suiza, en Teahupoo, Tahití, y en Jaws cerca de Maui, para cazar la ola más grande de la década. Ha sido un rodaje extraordinario y no puedo esperar a que lo vea el público".

Para el productor Broderick Johnson: "Es como estar en el centro de la primera fila, viendo cómo es saltar desde el pico de una montaña o surfeando una ola de más de 30 metros, por el aspecto real que tiene. Sentir esa sensación real de peligro e intensidad fue la parte más emocionante para mí, como cineasta y como espectador de este metraje. Realmente queríamos sumergir al público y llevarles en esta aventura, que de otro modo no tendrían".

Pero además de todo su empeño en la consecución de adrenalina, Point Break (Sin Límites) tiene una historia que contar, y cada secuencia de acción es un eslabón en la cadena de acontecimientos. Por ejemplo, como dice Core, "La escena de paracaidismo, que es impresionante en cualquier contexto, es una parte muy importante en el recorrido de Utah y su conexión con Bodhi y el resto de la pandilla. Es el momento culminante. Las escenas precedentes van in crescendo y lo que la sigue está determinado por lo que le pasa a Utah en ese momento. Todo está finamente articulado".

Con ese fin, la película introduce un reto ficticio llamado "Las Ocho Pruebas de Ono Ozaki", que el director describe como "una manera de beber de todas las energías de la Tierra". Inventados para la película, estos retos, supuestamente ideados por un famoso poli-atleta y ecologista, hacen que el aspirante use las fuerzas naturales del planeta para ejecutar grandes proezas físicas Las Ochos de Pruebas de Ono Ozaki representan un camino particular hacia la iluminación que exige fuerza mental y espiritual, además de gran habilidad física. Su creador supuestamente falleció cuando intentaba superar el tercer reto; y el séptimo y el octavo generalmente se consideran imposibles.

Afrontar estos retos, o "Perseguir las Ocho", es lo que mueve a Bodhi. Ozaki insistía en encontrar la verdadera línea que recorre cada obstáculo y seguirla hasta el final, sobre lo que Core dice: "Es un tema constante en la película. 'Encontrar tu línea’ también hace referencia al camino o la verdad de una persona. Utah está intentando encontrar su línea a lo largo de la historia, y Bodhi está haciendo lo mismo".

Pero Bodhi lo hace a su modo particular. Se propone "devolver" a la Tierra; él y su pandilla, a la que se refiere como su manada de lobos, cometen una serie de atracos y destrucción de minas y otras iniciativas que consideran ecológicamente y moralmente tóxicas, que van creciendo en intensidad.

"Intentamos hacer que las ideas de Bodhi fueran un poco más amplias y menos maniqueas, en cuanto a la filosofía que hay detrás de lo que hace", según Core. "Más allá de estos casos particulares, e independientemente de si la gente está de acuerdo o no con él, lo que intenta hacer es vivir la vida de la manera más plena, en concordancia con lo que le importa – y creo que lo hace desde el principio hasta el final de la película".

Todo esto determinó el retrato que hace Ramírez del criminal/filósofo, "creo que la historia te invita a pensar no sólo más allá de las convenciones, sino a que tires las convenciones por la borda; las destroces, entiendas que no hay convenciones", comenta el actor, añadiendo que es un concepto que comparten ambas películas. "Es un gran mensaje sobre la libertad. Puedes creer que eres libre, pero mira más detenidamente: puede ser que tu espíritu esté prisionero. Es una idea que aprecié cuando vi Le llaman Bodhi y que está muy presente aquí".

La cuestión es: ¿cuán lejos está dispuesto a llegar Bodhi para conseguir sus propósitos? ¿En qué punto la idea de devolver a la Tierra se convierte en una justificación para poner vidas inocentes en peligro?

"Se podría decir que son gente bienintencionada que llevan una idea demasiado lejos", sugiere el productor John Baldecchi. "Estamos hablando de un grupo de atletas que se fuerzan hasta el límite de la capacidad humana, cuando hacen snowboard y paracaidismo, así que están acostumbrados a llevar todo al extremo. Sus vidas giran en torno a la madre naturaleza. Sus atracos son grandes y están pensados como modos de devolver lo que ellos creen que ha sido robado a la Tierra. No se consideran criminales. Pero las cosas acaban saliendo mal y hay personas que salen perjudicadas. Y eso hace que Johnny Utah les persiga".

Luke Bracey, que protagoniza como Johnny Utah, dice: "Ya sea saltar al vacío o decidir lo que realmente quiere hacer con su vida y en lo que cree, Utah sabe que sólo se va a conocer a sí mismo si se pone a prueba. No es que no tenga miedo. Tiene miedo, pero intenta superarlo, y eso es mucho más valiente que no tener miedo para nada. Para mí, esa es una de las cosas de las que trata la película".

El atletismo en Point Break (Sin Límites) no es sólo es de lo más osado y arriesgado por los deportes involucrados, sino que también lo es en como cada secuencia está diseñada para crear el máximo impacto. Por ello, los productores ven un gran mérito en lo que consigue Core, un logrado director de fotografía, que no sólo fue el director de la película, sino su director de fotografía. Core demostró gran valentía subiéndose a picos rocosos y otros puntos peligrosos para capturar cada latido con una cámara en mano.

Fundamentalmente fue la visión de Core y su pasión obvia por el proyecto lo que convenció a los atletas de que podían confiar en él para retratar su trabajo de una manera de la que se sentirían orgullosos: veraz y sin artificio, dejando que lo visual hable por sí mismo. "Fui guía de montaña durante muchos años y me encanta la naturaleza", cuenta Core. "Siempre he sido consciente de este mundo de deportes extremos y me ha fascinado la idea en la qué significa ser un atleta extremo, ¿cómo es su relación con la naturaleza y cómo se sienten a la hora de enfrentarse a ella y protegerla? Estos son algunos de los temas que tocamos".

Los cineastas llamaron a destacados deportistas de una gran variedad de disciplinas, contando con ellos no sólo como actores en lugar de dobles de acción tradicionales, sino también como consejeros técnicos y coordinadores de acción en sus disciplinas particulares, y para hacer una serie de cameos divertidos.

El productor Christopher Taylor comenta "Las escenas de acción son tan importantes para esta película que necesitábamos la cooperación y contribución de personas que realmente practican esos deportes. Lo que va a ver el público es real, y eso supuso que tuvo que ser aprobado por los atletas mismos. Ese era nuestro objetivo y punto de referencia desde el principio".

"Esperamos que la gente conecte con Point Break (Sin Límites) a través de la autenticidad de la acción y las localizaciones y las interpretaciones, así como con el atractivo de las relaciones", dice Core. "El gran logro, para mí, sería que todas las personas que vean la película piensen sobre la existencia de su propia línea y lo que eso significa para ellos… y a dónde la van a llevar".


Encuentra tu límite
Cuando la historia comienza, según Core, "Johnny Utah es una especie de alma perdida. Era un deportista extremo que hizo algunas cosas extraordinariamente osadas y tenía mucha bravuconería, pero con consecuencias trágicas. Está intentando superar eso ahora, entrenando para trabajar con el FBI para poner un poco de orden en su vida, algo que necesita desesperadamente".

"Lo que permanece constante es su actitud de todo o nada", dice Luke Bracey. "Una de las cosas que más me gustan del personaje es su pasión por la vida y su voluntad de enfrentarse a todos los retos, aunque parece que también tiene un deseo de muerte. Definitivamente, hace todo lo que puede para ponerse en situaciones precarias, siempre poniendo a prueba sus límites. Creo que Utah ha pasado toda su vida intentando descubrir quién es y cuál es su lugar en este mundo".

Al principio, parece que su lugar quizá no sea el FBI, dado que su supervisor todavía está observándole con reservas, ya que un hombre con el pasado de Utah puede que no encaje en el FBI. Es entonces cuando el destino intercede.

Sale la noticia de un crimen extravagante en el que unos paracaidistas roban un fardo lleno de efectivo de un avión en pleno vuelo. Rajan el fardo mientras descienden, de manera que llueve dinero sobre pueblos pobres de San Luis Potosí en México antes de desaparecer sin dejar rastro. Esto llama la atención de Utah. Pero no está seguro de lo que significa hasta que lo compara con informes de otros acontecimientos recientes igual de increíbles: tres motoristas con cascos que llevan pintadas caras de presidentes de los Estados Unidos roban un almacén de diamantes en Mumbai y escapan saltando por una ventada a la altura del piso 100, haciendo que caigan piedras preciosas sobre los barrios pobres de Mumbai mientras descienden en paracaídas; un complejo maderero a las orillas del río Congo se quema mientras los culpables huyen por las peligrosas cataratas de Inga. El aspecto de estas personas coincide con el de tres personas fotografiadas haciendo salto BASE desde el Everest.

Para alguien sin experiencia estos incidentes pueden parecer separados, pero para Utah tienen un propósito. "La manera en que estos hombres escapan es milagrosa", dice Kosove. "Utah se da cuenta de que las personas planeando estos crímenes tienen que ser atletas extremos… y van a por Las Ocho".

Si tiene razón, Utah de repente se convertiría en el agente más valioso del FBI.

Utah, con la esperanza de poder usar su reputación como un antiguo atleta extremo que se atreve con todo, se anticipa al siguiente gran reto y de forma encubierta va a encontrarse con estos hombres en su propio terreno. Ahí, en el encuentro por el arranque de la gran ola que casi mata a ambos, se conocen Utah y Bodhi.

"Bodhi es un personaje maravilloso, nuestro anti-héroe", dice Core. "Absolutamente puro en su ideología y su empeño en conseguir las Ocho Pruebas de Ozaki, está comprometido con honrar y dar de vuelta a la Tierra, pero adopta un manera militante y muy dura de hacerlo".

Es esta actitud "sin vuelta atrás" junto con su lado más contemplativo fue lo que intrigó a Edgar Ramírez. "Bodhi está intentando descubrir qué hay más allá de la emoción, más allá de la línea", afirma. "No se trata de conquistar las fuerzas geológicas de la naturaleza, se trata de fundirse en uno con ellas. El espíritu subversivo de Bodhi siempre me ha fascinado. Es un anti-conformista que no quiere creerse lo que le dice la sociedad. Se cuestiona todo. Bodhi a veces puede parecer frío, pero creo que simplemente es pragmático. Cree que todo el mundo es responsable de sus decisiones. Sin escusas, sin remordimientos".

Mucho de todo eso también tiene sentido para Utah, lo cual hace que su trabajo resulte aún más difícil. Inmerso en la esfera de Bodhi, de nuevo vuelve a saborear la libertad de la montaña, el mar y el cielo, y se encuentra conectando con este hombre que en muchos sentidos no es tan diferente a él.

"Luke es muy sabio para su edad y aporta profundidad y emoción al personaje", dice Core. "También es un atleta extraordinario y puede hacer casi cualquier cosa. Fue igual con Edgar, que proporciona a Bodhi un aspecto humano real. Son unos jóvenes actores asombrosos".

"La relación entre Bodhi y Utah es única, y está basada en la película original", comenta Core. "El mundo en el que vive Bodhi es el mismo mundo del que viene Utah, pero cuando se mete en él ahora resulta mucho más intenso. Creo que Bodhi ve algo en Utah y quiere ayudarle a encontrar su camino".

Johnson dice, "Tienen un vínculo fascinante que va más allá del lado de la ley del que estén. Ninguno quiere creer que el otro es el enemigo".

La similitud de espíritu es un elemento esencial que une las dos películas.

Ring King, junto con W. Peter Iliff, trabajó como escritor en la primera película y comparte su acreditación como autor de la historia con Iliff de nuevo, así como con el nuevo guionista y productor de Point Break (Sin límites) Kurt Wimmer. "Todos tenemos amigos que nos aportan algo que nos falta, o que nos retan a que nos superemos", dice King. "Utah y Bodhi combinan estas cualidades el uno en el otro".

"Lo solíamos llamar gente con mentalidad similar en lados opuestos de la ley", añade Iliff. "Es un gran viaje de descubrimiento para Utah, el enfrentarse a sus instintos más primordiales de búsqueda, y Bodhi reconoce este potencial en su adversario".

La nueva película también introduce un personaje femenino potente, Samsara, interpretada por Teresa Palmer, a quien Core describe como "extraordinaria, increíblemente hermosa y osada", igual que el personaje que interpreta. "Samsara parece la más sensata del grupo de Bodhi. Tiene más perspectiva y un entendimiento de las necesidades de los demás. Representa la calma y la paz para Utah – por lo menos, al principio, aunque esa situación pronto cambia".

Mientras viaja con Bodi, y siendo alguien importante en su vida, su búsqueda y, presumiblemente, su corazón, Samsara definitivamente es su propia persona y toma sus propias decisiones. Es más que un poco impredecible.

"Me encanta este personaje", explica Palmer. "Es una mujer fuerte, una guerrera, pero bien asentada espiritualmente. Ericson y yo tuvimos muchas conversaciones acerca de ella y lo veíamos del mismo modo. Seguíamos volviendo al hecho de que ella vive plenamente en el presente y no se esconde tras las apariencias, es abierta y honesta y completamente fiel a sí misma. Creo que el público va a conectar con eso".

Siendo ella también una atleta de élite, Samsara ha perfeccionado ciertas habilidades que hacen que pueda seguir el ritmo de Bodhi y su equipo, lo cual hizo que la actriz tuviera que expandir su repertorio físico. Core bromea diciendo: "Siendo australiana, utilizó la táctica de ensuciarse las manos, dispuesta a todo. Rodó escenas bajo el agua y sobre una tabla de surf, escaló… realmente se metió en el papel en todas sus facetas y corrió junto a la Manada de Lobos".

Mientras el trabajo encubierto de Utah, infiltrado con la pandilla de Bodhi, le llevan de un lugar remoto a otro, su conexión con el FBI se limita a su supervisor, el instructor Hall, interpretado por Delroy Lindo, y su contacto encubierto en el campo, Pappas, interpretado por Ray Winstone. Tanto Hall como Papas ven potencial en el joven recluta y genuinamente quieren ayudarle. Consideran su osadía un plus. Aún así, tienen sus reservas.

"Hay una especie de dinámica paternal sin que sean padre e hijo", dice Lindo. "Hay ciertas características que Hall ve en Johnny Utah con las que él se identifica, y que resuenan con él, y eso hace que Hall esté de lado del joven incluso cuando no le está apoyando".

Aún así, Hall se resiste a darle una placa a Utah. El aprobar o no a este agente en pruebas es decisión suya, y mucho depende de como Utah maneje este caso tan inusual. Si Hall siguiera las normas al pie de la letra, es poco probable que Utah estuviera siguiendo la pista de Bodhi. Sin embargo, como comenta Lindo, "No es el típico agente del FBI. Las ideas de Ericson encajaban con las mías en cuanto a hacer a este agente algo diferente, y lo hicimos sutilmente, desde el pendiente que lleva hasta la manera en que se mueve y su manera de entender su trabajo".

Core dice: "A pesar de su posición respetable, Hall no siempre sigue las normas, normalmente se decanta por seguir su instinto por encima del protocolo, y puede ser el espíritu de renegado que ve en Utah lo que hace que le aprecie. Delroy encontró el equilibrio perfecto entre un agente de carrera que conoce bien los procedimientos pero que todavía sabe cuándo seguir sus instintos y arriesgarse con conocimiento de causa".

Pappas toma una aproximación diferente, aunque similar. Winstone lo explica del siguiente modo: "Pappas no cree lo que le cuenta Utah al principio, pero llega a entender que este joven ha dado con algo y empieza a sentir más respeto por él. Al mismo tiempo, Pappas ve el potencial para equivocarse, quizá cometiendo los mismos que él mismo ha cometido. Es la clásica cuestión padre/hijo – regañas a tus hijos porque esperas que vayan por el camino correcto. Quiere que Utah haga algo con su carrera y su vida, así que es una cuestión de 'No caigas en los mismos errores que yo'".

Winstone hizo el papel suyo al infundir a Pappas con un aire irascible de estar de vuelta de todo, pero con una dosis sana de sarcasmo y encanto. "Ray fue fantástico", dice Core. "Aportó peso dramático al personaje, además de agudeza y sentido del humor".

Según Utah se va infiltrando en el círculo de confianza de Bodhi, Hall y Pappas temen que su lealtad se ponga a prueba. Irónicamente, a pesar de estar interpretando un papel para ganarse su confianza, Utah es más él mismo ahora que desde hace años y vuelve a estar en contacto con una parte de su vida que él, aparentemente, no puede negar ni enterrar lo suficientemente profundo… causando que Pappas le recuerde "Es hora de decidir de qué lado estás".

Completando el reparto internacional como la feroz Manada de Lobos de Bodhi, están el alemán Clemens Schick (Casino Royale) como Roach, el actor sueco Matias Varela (Dinero fácil, Los Borgia de Showtime) como Grommet y el noruego Tobias Santelmann (Kon-Tiki, Hércules) como Chowder. Cada uno de ellos pone su vida en las manos de Bodhi literalmente y rara vez le cuestionan, aunque están menos inclinados que Bodhi a acoger a Utah en su pequeño grupo.

"Hay una pasión y audacia en estos actores que realmente intensifica el suspense y la tensión en sus escenas con Bodhi y Utah", dice Johnson.

Además, los fans de la película de 1991 (Le llaman Bodhi) reconocerán dos cameos estratégicos de James LeGros y Bojesse Christopher. Los actores, que originalmente interpretaron los compañeros de Bodhi Roach y Grommet, ahora aparecen como agentes del FBI ansiosos por capturar a la pandilla. "Estamos del otro lado de la ley ahora", comenta LeGros, que añade que trabajar en la historia re-imaginada fue "una delicia. La original fue una película muy buena pero mucho más pequeña y esta (nueva producción) la lleva en muchas direcciones distintas".

Los cineastas también invitaron a celebridades del mundo del deporte y de la música para popular dos escenas de fiestas: una a bordo de un yate de lujo y otra en un chalet en los Alpes, donde los atletas de la historia se relajan con amigos, patrocinadores y celebridades locales, después de un día de ponerse al límite. Entre las caras conocidas encontramos al paracaidista Jeb Corliss, el snowboarder Xavier De Le Reu y el profesional de escalada libre Chris Sharma, que también aparecen en las escenas de acción; el triatleta alemán y campeón mundial de Ironman de 2005 Faris Al-Sultan, el triatleta alemán y campeón mundial de Ironman 2009/2010 Michael Raelert, el surfero profesional americano Sebastian Zietz, el snowboarder suizo Christian Haller, el skater profesional americano Eric Koston, el snowboarder asutraliano Mitch Toelder y el snowboarder americano Louie Vito, así como Kenny Glasgow, el pionero de música electrónica canadiense; Brett Rosenberg (aka Johnny White), el músico y compositor australiano, y
Steve Aoki, el compositor de música electrónica house americano, que participó en la banda sonora de la película, así como el músico y actor francés Mouloud Achour y el DJ americano Seth Troxler.

También sumándose a la fiesta encontramos al skater americano-brasileño y veterano de X Games Bob Burnquist entre los profesionales del skate que se lanzan al océano desde una rampa curva enorme diseñada por Jeff King y montada en la cubierta del yate. También podemos ver al comentador y periodista deportivo Sal Masekela, cuya larga trayectoria presentando los X Games le van valido un lugar especial entre los atletas a los que cubre.


La única ley que importa es la gravedad: Capturando las escenas de acción
Point Break (Sin límites) empieza con una carrera de motos trepidante al borde del precipicio de un monte , culminando en un salto alocado sobre un desfiladero a una meseta estrecha. El líder de los motoristas es un joven, sonriente y entusiasmado Utah, compartiendo su última hazaña con sus fans de YouTube.

Todo es divertido…hasta que deja de serlo. El segundo motorista erra y cae al vacío. Después de ese trágico día, Utah le da la espalda a la vida al límite. Tres años más tarde está entrenando para el FBI, canalizando solemnemente su concentración y su fuerza en una dirección nueva.

Pero romper del todo no es su destino. Al descubrir una ola de crímenes misteriosos, caracterizados por hazañas físicas increíbles y escapadas imposibles, Utah sabe que estos actos no son las exhibiciones temerarias de unos criminales locos, sino las acciones de una élite de atletas dedicados a un fin superior, él también solía respetar La Persecución de las Ocho Pruebas.

Las ocho pruebas de Ono Ozaki

1.Fuerza Emergente
2.Nacimiento del Cielo
3.Despertar de la Tierra
4.Vida de Agua
5.Vida de Viento
6.Vida de Hielo
7.Dueño de Seis Vidas
8.Acto de Confianza Definitiva

Utah cree que la pandilla ya ha logrado completar con éxito las primeras tres pruebas. ¿Bajar por la catarata de Inga después de lo de la maderera? Fuerza Emergente. ¿Salto base desde el Everest? Nacimiento del Cielo. ¿El robo al avión y la caída a más de 300 metros de altura hasta una caverna llamada el Sótano de las Golondrinas? Despertar de la Tierra.

Tiene que interceptarles cuando vayan a por el número cuatro: Vida de Agua. Sabiendo que las tormentas recientes sobre el Océano Atlántico han dado lugar a algunas de las olas más grandes y agresivas que se han visto en años, Utah cree que no podrán resistirse a surfear esas olas, así que ahí es donde irá a su encuentro.

Vida de Agua – Surf de Olas Gigantes
El surf de olas gigantes sale al principio y al final de la película. La primera secuencia, ambientada en la costa francesa, realmente se rodó cerca de Tahití, en la Polinesia Francesa, en la famosa rompiente Teahupo’o en el Pacífico donde, en septiembre 2014, las olas eran del tamaño de montañas. Es ahí donde Utah lanza su tabla hacia una ola enorme para llamar la atención de Bodhi y hacerle creer que es otro buscador de emociones sumándose a la fiesta de surf más grande del planeta.

En el equipo también encontramos, como director de segunda unidad en la acción con la olas, al respetado cineasta Philip Boston, director de la película documental sobre olas gigantes de 2003 Billabong Odyssey. El campeón de olas gigantes australiano Dylan Longbottom fue el doble de Bodhi, mientras que los surferos profesionales Billy Kemper, Bruce Irons y Laurence "Laurie" Towner fueron los dobles de Utah. También a mano estaba el legendario Laird Hamilton, un pionero del remolque que hace posible surfear olas gigantes, que hace un cameo como el operador de la moto de agua que tira de la tabla de Utah.

"Muchas veces el surf en las películas es terrible y estereotípico", reconoce Hamilton. "En esta película, Ericson se ha esforzado enormemente para hacerlo de la manera más realista posible, al conseguir a los mejores surferos y al ir a los mejores rompientes del mundo. Su objetivo era capturar la esencia de lo que hacen estos atletas y llevarlo a la pantalla, y creo que lo ha conseguido".

Longbottom, que también es un shaper cualificado y que ha hecho las tablas para las escenas de surf, considera Teahupo’o como "uno de los sitios más heavies del planeta", y cuenta cómo los cineastas esperaron hasta que fue el momento apropiado. "Laurie y yo estuvimos esperando durante un año, viendo gráficos. Querían algo tipo código rojo, algo que puede que no ocurra en diez años".

Junto con Towner, y después Irons, Longbottom ejecutó "algunas cosas bastante locas", cuenta. "Nos pidieron que compartiéramos una ola, algo que puede ser súper peligroso. Yo tenía que mirar hacia atrás a Johnny Utah según salía volando de la ola, algo que nunca he hecho en Teahupo’o, y mucho menos en una ola gigantesca. No quería perder la concentración ni mi equilibrio a esa velocidad. Estaba concentrado en la salida del túnel, pero miré hacia atrás y salió bien. Tuve mi línea, y después él desapareció, y después los dos salimos volando. Es una de las mejores cosas que he hecho jamás".

El cierre climático de la historia, que cuenta con los profesionales del surf Ian Walsh y Makuakai Rothman, fue Cortes Bank en la costa del Sur de California, aunque se rodó en el famoso rompiente Peahi, mejor conocido como "Jaws" (mandíbula), en la isla Hawaiana de Maui. Esperando a cazar las olas más altas, los cineastas empezaron a observar el mar en noviembre de 2013 y fueron recompensados con unas olas formidables a finales de enero 2014. Core recuerda: "Eran las olas más grandes capturadas en cámara de la década, de más de veinte metros. Muchos de los surferos nacidos y criados en Maui nunca habían visto olas tan altas".

Vida de Viento – Wingsuit
Para poner a Utah a prueba, Bodhi le invita a su siguiente reto, Vida de Viento, un vuelo que les va a llevar desde la cima de las montañas a campos de hierba.

A la hora de preparar la escena, Core contó con el saltador Jeb Corliss. Descansando por una lesión en aquel momento, Corliss se sumó como consejero técnico, ayudando a juntar un equipo internacional estelar de paracaidistas para el salto en grupo: el galardonado Michael Swanson, que hizo de doble de Bodhi, el campeón paracaidista y operador de camera Jon Devore, que trabajó como coordinador de escenas de acción aéreas e hizo de doble de Utah, y los campeones mundiales Noah Bahnson y Julian Boulle, como dobles de Roach y Grommet.

Jhonathan Florez, que batió el record Guinness con un salto a 11.358 metros de altura en 2012, y el famoso paracaidista y documentalista James Boole, que sobrevivió una fractura de espalda en 2009 y volvió al cielo (a lanzarse), compartieron el trabajo especialmente complejo de volar un paso detrás de la formación con cámaras RED Epic montadas en sus cascos, para capturar la acción a vista de pájaro.

"Realmente forzamos el límite del deporte", dice Core. "No sólo capturamos el vuelo auténtico, pero de maneras que nunca se han visto antes: cinco personas volando en formación, en un espacio tan estrecho, a esas velocidades. Y todas las veces que volaron para crear la secuencia, fue extraordinario".

Corliss, que ha surfeado en el aire de una manera u otra durante 20 años, confirma "Ésta es una secuencia increíblemente complicada. Volar con un traje de wingsuit en general es complicado; volar cerca del suelo a velocidades altas lleva muchos, muchos años de entrenamiento para hacerlo de una manera relativamente segura. Hacer como un grupo al unísono es incluso más complejo. Tuvieron que trabajar con comunicación por radio. El tipo al fondo les decía 'id más rápido, id más lento, a la izquierda'. Realmente creo estos son los mejores pilotos que jamás han existido y éste es la mejor escena de acción que he visto en mi vida. Cuando la gente vea esto en la gran pantalla, se van a quedar de piedra".

Fue idea de Corliss filmar cerca del pueblo de Lauterbrunnen en la región de Jungfrau en los Alpes suizos, así como el famoso "Crack", cerca de Walenstadt (en Suiza) conocido en el mundo del paracaidismo, y combinar el metraje de los dos lugares en una hazaña espectacular.

Devore comenta: "Los personajes en la historia están intentando las cosas más osadas, son paracaidistas que no sólo saltan a tierra, pero bajo tierra, que es lo que tenemos en Walenstadt: una localización con una grieta enorme, en la que pudimos volar de manera que hubiera tierra a ambos lados. Es una situación donde no hay salida, lo que significa que no puedes echarte a un lado y tirar del paracaídas".

Volviendo a uno de los temas fundamentales de la película, añade: "Te comprometes con tu línea y tienes que mantenerte".

Vida de Hielo – Snowboard
Después de su aventura en traje de salto, Utah cree que se ha integrado con la pandilla de Bodhi y está preparado para el siguiente salto de fe, donde y como sea. Esto significa suplicar a Pappas y a Hall que le dejen seguir investigando de manera encubierta, a pesar de las crecientes dudas de estos sobre qué, exactamente, está persiguiendo Utah.

Bodhi pretende superar la siguiente prueba, Vida de Hielo, bajando en una tabla de snowboard una ladera rocosa y helada cerca de Mont Blanc en los Alpes italianos. Para ello, un grupo pequeño de miembros del equipo acamparon cerca de Courmayeur, en Italia.

El siete veces campeón de snowboard Xavier De La Rue, junto con el medallista de oro olímpico Iouri Podladtchikov, Ralph Backstrom, Mitch Toelderer y otros snowboarders profesionales fueron los dobles de Utah, Bodhi y los compañeros de Bodhi cuando se lanzan por la ladera a velocidades entre 48 y 105 kilómetros por hora.

"Nuestro snowboarder principal, Xavier, es uno de los mejores en el mundo bajando montañas altas", cuenta Core. "Nos ayudó a encontrar localizaciones inigualables. También es un cineasta por derecho propio, así que se convirtió en un socio a la hora de situar las cámaras. Al final, cuando quedó claro que nadie podría seguirle, le di una cámara y él capturó bastante de lo que ocurrió en el descenso porque es la única persona que conozco que es lo suficientemente bueno para hacer esas carreras y manejar una cámara RED al mismo tiempo".

De La Rue dice: "Nunca he visto una película de Hollywood que muestre una escena de snowboard realmente creíble, así que el objetivo era tener algo que resultara auténtico para todos – no sólo para el público general sino para snowboarders también".

El estado volátil de la nieve es siempre un problema, y las avalanchas son una amenaza constante. Con la seguridad como preocupación principal, consultar con los guías de montaña locales y con el Consejo de Avalanchas italiano se convirtió en un ritual diario, el horario diario y las localizaciones dependían de sus consejos. Todos permanecieron en alerta a lo largo del rodaje. De las tres semanas y media destinadas al rodaje de estas secuencias, el equipo sólo pudo usar 11 de esos días.

"Rodamos dos veces para la unidad de snowboard y cada vez se enfrentaron a situaciones diferentes", recuerda Core. "Todos estaban atados. Yo estaba operando una cámara, cuando una de las avalanchas más grandes tuvo lugar".

"En las grandes montañas hay muchos tipos de peligros, el primero es la nieve, que es un elemento difícil de controlar", enfatiza De Le Rue. "Puede haber cornisas, grietas y desniveles que te pueden enterrar o hacer que caigas sobre rocas. Así que siempre tienes que pensártelo, además de la gravedad de deslizarse sobre rocas a esa velocidad, hay muchas variables, así que necesitas estar concentrado y pensar muy bien todo lo que haces. No darte prisa y no dejarte llevar con el día alucinante que estás teniendo".

Algo que aumentó el peligro fue el juntar a atletas de dos en dos o cuatro en cuatro por la ladera, algo que casi nunca se hace en las montañas, ya que el primer snowboarder puede levantar nieve de manera que ciegue a los siguientes, así que la comunicación y el orden entre los deportistas fue crucial. "Fue muy técnico", admite De Le Rue, "pero, en general, fue una gran experiencia".

Dueño de Seis Vidas – Escalada Libre
Las primeras seis pruebas de Ozaki trabajan con la gravedad, pero la séptima la desafía – trata de ir hacia arriba en vez de hacia abajo, y por ello no hay mejor ejemplo que el muro de piedra junto a la catarata más alta del mundo: Salto Ángel, en Venezuela. Pero, para cuando llega Bodhi, su relación con Utah ha cambiado drásticamente así que su escalada es más un enfrentamiento que un esfuerzo compartido, haciendo que este ascenso a mano sea aún más peligroso.

Chris Sharma, uno de los escaladores más destacados del mundo, ayudó a hacer realidad la visión del director de esta escalada crucial. Sharma no sólo lideró al equipo, que incluía a Dani Andrada como Bodhi, sino que también dobló a Utah, y seleccionó el sitio. "Cuando hablé con él sobre lo que estábamos intentando conseguir, dijo que el único lugar del mundo para hacerlo era Venezuela, así que ahí es donde fuimos", cuenta Core. "Chris se considera más un alma creativa que un atleta. Cuando observa algo, la línea es lo que hay que descubrir, y eso es algo que se revela a través de la naturaleza. Como él dice, la manera más hermosa de llegar a la cima no es necesariamente la manera más fácil".

Sharma dice de trabajar con Core y los cineastas para asegurarse de que la escena pareciera auténtica: "me dio la impresión de que en Salto Ángel podríamos mostrar la escalada en toda su belleza, porque es mucho más que un deporte. Es un estilo de vida, una aventura, una manera de conectar con la naturaleza y contigo mismo. Como los actores no son escaladores entrenados, les hablé de la mentalidad que hay detrás, intentando compartir mi manera de verlo y transmitirles la esencia del deporte y lo que significa para mi".

Conociendo los peligros de primera mano, Sharma también se involucró en las muchas precauciones que tomó la producción por seguridad, los profesionales dedicados a colocar cuerdas (riggers) llegaron un mes antes que la primera unidad para montar y asegurar las cuerdas.

Los primeros planos de los actores se rodaron en un risco a más de 60 metros de altura con cuerdas puestas especialmente para ellos, a unos minutos de Salto Ángel, y ellos también sintieron la majestuosidad del lugar.

Ramírez, que es venezolano, comenta "Salto Ángel está en un sitio llamado Canaima, que es un parque nacional, probablemente uno de los lugares menos explorados de la Tierra y uno de los más bellos. Es muy especial, ser venezolano y rodar una película en uno de los lugares más bonitos de mi país. Definitivamente, éste es un lugar sagrado, al que han llegado muy pocos seres humanos, y estaba feliz no sólo de estar ahí sino además de tener la oportunidad de mostrarlo al mundo de una manera tan maravillosa".

Acto de Confianza Definitiva
La octava y última prueba, Acto de Confianza Definitiva, es algo que Bodhi y Utah no pueden planear y sólo entenderán cuando ocurra, y los cineastas esperan que pille al público por sorpresa.

Aparte de las secuencias de las pruebas de Ozaki, los motoristas y dobles de acción Steve Haughelstine y Dustin Nowak crearon la alucinante carrera de motos inicial en una remota cresta de montaña en Swingarm City, en Utah. Después los motoristas Riley Harper y Oakley Lehman lo dan todo como Utah y Bodhi en una persecución en motocross ladera abajo y a través de un bosque cercano a Flattach, un pequeño pueblo de montaña en Austria, una localización remota que Core encontró para la detonación de dinamita y el momento en el que todo se tuerce. Harper cuenta: "tuvimos tres semanas para preparar las motos, probar el terreno, construir rampas y reforzar guardabarros para que no nos cayéramos por el acantilado de 300 metros de altura".

"Una de mis cosas favoritas de la película", comenta Broderick Johnson, "es cómo, en medio del espectáculo que son estas escenas de acción, hay un gran conflicto emocional entre los personajes. Tienes a Bodhi y a Utah enfrentados en una carretera de montaña, donde Bodhi planea dinamitar una mina de oro y Utah está intentando detenerle. Es una escena dramática con desprendimientos de rocas y explosiones y persecuciones en moto, pero también es el momento en que la película y la dinámica entre ellos toma un giro".

Aunque no rodaran las increíbles escenas de acción que Point Break (Sin límites) exigía, los actores de ningún modo se quedaron de brazos cruzados. Bracey y Ramirez, en particular, se vieron colgando de la ladera de una montaña, aunque bajo la vigilancia de expertos y sujetados por cuerdas y cables, que luego se borraron con efectos visuales, y practicando snowboard y surf. Teresa Palmer se unió a Bracey a 10 metros bajo el agua para una escena en la que sus personajes se pegan un baño nocturno. Además, la naturaleza remota de las localizaciones supuso que todos tuvieran que hacer senderismo y escalada, simplemente para llegar a sus lugares de rodaje.

Andrew Kosove cuenta: "Para que se pudiera hacer esta película prácticamente sin efectos visuales, como quería Ericson, necesitábamos a actores que estuvieran preparados para remangarse y tomar parte en una producción que era una verdadera aventura. Había días que llegabas al set y estabas hasta las rodillas de barro. Dormíamos en tiendas o en hamacas y nos movíamos por helicóptero. Los actores y todo nuestro equipo fueron fantásticos".

En cada localización y a lo largo de la planificación y ejecución de todos y cada una de las escenas la seguridad era lo primordial. Core dice: "Queríamos conseguir localizaciones geniales y acción trepidante y drama pero, sobre todo, queríamos que todos estuvieran seguros. Ver a gente paseando por el set sonriendo es lo que más me alegró".


Acampando por todo el mundo y regresando a casa
La orden de Core de basar todo en la realidad de la naturaleza implicaba rodar exclusivamente en localizaciones. "También queríamos que los visuales tuvieran algo de bravura y coraje", dice. "Tomamos la vía difícil al hacer esto: ir a sitios reales en vez de sets con fondos verdes, lo cual fue un reto extraordinario, pero también extraordinariamente gratificante".

La fotografía principal comenzó en junio de 2014 en Berlín, Alemania, y acabó en noviembre, en Italia, todos estuvieron viviendo con sus maletas acuestas durante meses. "El mayor reto a la hora de rodar esta película fue intentar no perder mi pasaporte", admite entre risas Bracey.

"Yo fui mi director de fotografía en este proyecto, lo que puede limitar la conversación bastante", bromea Core, "así que nuestro diseñador de producción Udo Krmaer, y Janosch Voss (jefe de iluminación, Europa) fueron socios maravillosos en lo que se refiere a lo visual. Queríamos un estilo y un look muy específico, con todo virando un poco hacia el verde, con mucho contraste. Usamos luces naturales de manera consistente, lo que hizo que la colaboración con Udo fuera muy importante, para evitar llevar una tonelada de luces que manipulasen la realidad".

Una parte muy importante de la ecuación fue la logística. El director destaca "Al estar en las cimas de montañas no podíamos llevar grandes equipos de luces y generadores y pantallas de seda, o no habríamos logrado lo que hemos logrado. En vez de eso, la responsabilidad del trabajo de cámara cayó sobre mis hombros, en mis manos. Rodamos con un equipo pequeño de luces y a veces sin siquiera eso, un pequeño reflector o un LED. La luz natural fue clave, y la madre naturaleza fue un miembro del equipo de luces".

Los retos de Kramer giraban en torno al tiempo y el ambiente que no dejaban de cambiar, y sus esfuerzos para cohesionar una producción que reúne más de 70 localizaciones distintas. En cambio, una de sus tareas más interesantes fue establecer un contraste visual entre la atracción hipnótica del mundo natural en la mente de Utah frente los austeros interiores de su profesión. "Por un lado", dice Kramer, "tienes la naturaleza con sus imágenes impactantes y grandes y, por otro, están las oficinas del FBI, donde borramos cualquier huella de eso. No hay nada verde en la oficina, y no hay exteriores".

Kramer también creó el ambiente para el tiroteo en un banco, que se suponía que tenía que ser al Norte de Italia, pero que en realidad se rodó en Hall, el Tirol, en Austria. El elemento clave fue lo apretado y limitado del espacio que hacía más difícil la huida y generaba más caos. "Adaptamos el diseño para que tuviera un aspecto italiano. La idea era tener un espacio pequeño en una calle estrecha, donde la acción se pone lo más intensa posible y puedes oír las balas volando a tu alrededor".

Core viajó ligero, contratando equipos locales y llevando con él solo los colaboradores fundamentales. Además del productor de Point Break (Sin límites) David Valdés, le acompañaron el diseñador de vestuario y maquillador Thomas Nellen y el jefe del departamento de maquillaje y peluquería Heike Merker, que entre otras cosas se dedicaba a los muchísimos tatuajes del reparto.

Pintar los tatuajes de cada actor protagonista llevaba unos 90 minutos para dibujarlos de manera que las líneas fueran suaves y tuvieran la apariencia de que no eran nuevos, sino algo que era parte de sus pasados. Ramírez trabajó con Merker en el body art de su personaje, y dice: "Bodhi es un activista ecologista, así que era importante tener símbolos de su ideología, los deportes y actividades que practica y los elementos con los que se quiere fundir. Hay un lobo, porque ese es su animal, y en su brazo derecho hay un bosque con pájaros y una cascada".

Para Utah, nombrado así en honor a su lugar de nacimiento, Nellen diseñó una cordillera montañosa, inspirada en esa región, a lo largo de su pecho. Además, Utah lleva los nombres de sus padres en los dedos de cada mano. Los tatuajes de Samsara incluyen una línea delicada de pájaros desde su hombro hasta su codo, sugiriendo su conexión espiritual con Bodhi.

El proyecto le dio la oportunidad a Christl de expandir su repertorio al sumergirse en los distintos deportes que salen en la película y la ropa que requieren. "Siendo un guía de montaña, Ericson sabe mucho sobre la ropa de montaña y aprendí mucho de él. Además, investigué y pregunté a atletas lo que necesitaban antes de probar la ropa con los actores", dice.

"Estos tipos no son atletas sino viajeros, y vienen de muchos países distintos", cuenta Christl. "¿De dónde son? ¿Cuál es su camino? Bodhi estaría influenciado por colores y motivos asiáticos e indios, mientras que Roach reflejaría su proveniencia europea. Todos en la Manada de Lobos llevan collares especiales que hacen referencia a sus viajes juntos".

Vestir a la única mujer del grupo fue lo más divertido para Christl, que le dio al look de Samsara una sensibilidad étnica, reciclando saris y viejas mantas para crear una mezcla ecléctica de texturas e influencias, incluyendo una manta que consiguió en el Himalaya hace 25 años.

Al igual que los otros, Christl se movió al ritmo internacional del rodaje, y cuenta: "mientras estuvimos en Berlín, estaba preparándome para Austria, Italia, Tahití, México y Venezuela".

Fue precisamente este alcance internacional lo que Core se propuso capturar en pantalla, el director recuerda: "era más una expedición que una producción de cine, y estoy enormemente agradecido a todos los que participaron, desde el equipo de producción y el reparto hasta los atletas que nos guiaron a estas localizaciones extraordinarias. Fueron más que dobles de acción, fueron verdaderos compañeros. Conversaciones que tuvimos antes de la producción se convirtieron en parte del diálogo de la película y creo que su interacción con los actores añadió un grado de autenticidad y entendimiento en sus interpretaciones".

"Algunas de las cosas que Bodhi y Utah tienen en común, me gustaría pensar que Edgar y yo también las tenemos", reflexiona Bracey. "Realmente nos esforzamos y nos motivamos el uno al otro para dar lo mejor de nosotros a lo largo del rodaje. Fue un viaje maravilloso. Hemos estado en los Alpes, en Tahití, México, Venezuela… Hubo algunos días duros y ocasiones en las que teníamos frío y estábamos cansados, pero cuando nos mirábamos decíamos 'Esto es alucinante'".

Ramírez añade: "Lo que tienen en común todos estos atletas es que no les importa para nada ser número uno. Se trata de una búsqueda y lo que hay más allá del reto, lo que puedas ganar como ser humano si te empujas más allá de lo que tu consideras tu límite".

Éste es el espíritu que Bodhi encarna, esté bien o esté mal, y con el que Utah lucha a lo largo de la historia, quizá por eso sigue siendo una historia que perdura.

Para Core, que es y siempre será un fan de la historia y lo que representa, "Mirar atrás y ver la ambición y la escala de este proyecto, los sitios en los que hemos estado y los momentos extraordinarios que hemos capturado en la película, es bastante increíble. Y así es como nos sentimos cuando conocimos y trabajamos con estos atletas extremos", reflexiona. "Uno se siente pequeño cuando piensa en ser parte de la naturaleza en vez de conquistarla, y en vivir la vida plenamente. Espero que el público que vea Point Break (Sin límites) queden seducidos y se entretengan, pero también espero que les inspire del mismo modo".