Cinemanía > Películas > Irrational man > Comentario
Destacado: Llega a las salas de cine 'Madame Web' con Dakota Johnson
Irrational man cartel reducidoIrrational manDirigida por Woody Allen
¿Qué te parece la película?

Protagonizada por Jamie Blackley, Joaquin Phoenix, Parker Posey y Emma Stone, "IRRATIONAL MAN" está producida por Letty Aronson, Stephen Tenenbaum y Edward Walson. La película se rodó íntegramente en Rhode Island.

A lo largo de su carrera, Woody Allen ha demostrado una gran fascinación por la filosofía. Le ha servido de objeto de sátira en ensayos cómicos como "Mi filosofía", en obras como "Death Knocks" y "God" y en películas como "La última noche de Boris Grushenko", aunque también ha examinado cuestiones filosóficas con mayor seriedad en filmes como "Delitos y faltas" y "Match Point". "Desde muy joven, por alguna razón, me han atraído lo que la gente siempre llama las 'grandes cuestiones'", explica. "En mi obra, se han convertido en temas con los que bromeo en las comedias o abordo de forma más directa en los dramas".

El interés inicial de Allen por la filosofía tomó cuerpo cuando vio de adolescente las películas de Ingmar Bergman. "Me influyeron mucho", recuerda. "Por aquel entonces, no había leído a Nietzsche ni a Kierkegaard, filósofos a los que Bergman recurría mucho, pero ese material tuvo un efecto muy profundo en mí. Me fascinaban sus películas, las cuestiones que planteaban y los problemas que trataban. Posteriormente, con los años, fui leyendo cierta cantidad de filosofía y fui capaz de entender más claramente quién lo influyó y qué ideas estaba dramatizando. Y acabé por disfrutar leyendo a los filósofos, para compararlos y ver cómo se cuestionaban y refutaban unos a otros sobre sus enfoques contrapuestos a cuestiones incontestables".

El enfrascamiento de Allen con la filosofía ha definido hasta tal punto su filmografía que ha inspirado varios libros serios sobre la filosofía presente en su cine. "Creo que no he escrito ni dramatizado nada que fuera filosóficamente original, soy un simple producto de los filósofos que he leído. Creo que lo máximo que podría decirse es que a lo largo de los años se pueden observar en todas o la mayoría de mis películas ciertos temas filosóficos coherentes. Pero son obsesiones mías que se centran en torno a cuestiones que muchos hombres se han planteado antes. Me interesan realidades deprimentes por las que me obsesiono. Han obsesionado a artistas y pensadores que han llegado mucho más allá que yo en todos los aspectos, pero yo las trato desde mi propio punto de vista".

Los temas que Allen retoma de manera habitual en sus películas suelen ser oscuros. Algo especialmente evidente en historias explícitamente sombrías, como "Match Point", pero incluso sus obras más ligeras tienen toques oscuros. IRRATIONAL MAN es una historia que ofrece un retrato sin adornos de la visión del mundo de Woody Allen.

Abe Lucas (Joaquin Phoenix) es un profesor de filosofía que ha perdido el norte. Su estudio de las grandes mentes no lo ha hecho feliz, ha perdido toda fe en su vocación y toda esperanza de futuro. "Abe es un tipo que siempre ha intentado hacer algo positivo con su vida", aporta Phoenix. "Se ha involucrado en acciones políticas y ha viajado a zonas de desastre por todo el mundo para tratar de ayudar a la gente. Pero le suceden cosas terribles y después de cierto tiempo empieza a tener la sensación de que nada de lo que ha hecho ha supuesto realmente ninguna diferencia. Y aunque anteriormente había disfrutado enseñando, cree que muy pocos de sus estudiantes van a verse transformados de manera significativa por lo que aprendan en su clase. La mayoría vivirán vidas corrientes y no se pararán nunca a plantearse su existencia una vez aprueben su examen final". Allen prosigue: "Lo que le sucede a Abe es que la fealdad y el dolor de la existencia y las terribles flaquezas de la gente han acabado agotándolo. Se considera un fracaso como persona porque no ha sido nunca capaz de dejar huella. Ha escrito toda una serie de trabajos eruditos que han animado a otros profesores y estudiantes a hablar. Pero ha llegado a un punto en el que ya nada de eso podría importarle lo más mínimo".

La reputación de Abe como pensador controvertido con una vida trágica precede su llegada a Braylin, una pequeña universidad de la Costa Este, donde va a dar clases de verano. Se convierte en objeto de cotilleo entre el profesorado y de grandes expectativas entre los alumnos. Aunque Abe se muestra a la altura de su reputación de tipo excéntrico y carismático, la intensidad de su pesimismo resulta inesperada. También sorprende a su clase al informarlos de que gran parte de la filosofía no es más que verborrea inútil que no sirve para dar respuesta a las cuestiones del mundo real.

Poco después de su llegada a Braylin, Abe inicia una relación con Rita Richards (Parker Posey), una profesora de ciencias infelizmente casada. "Rita es una mujer que se siente sofocada y atrapada", comenta Posey. "La enseñanza no la satisface, bebe demasiado, fuma hierba y fantasea con otra vida, algo que despierte su pasión y la haga sentirse más realizada. Se ha creado su propia fantasía sobre Abe en la que, cuando él llegara, se enamoraría de ella y la rescataría". Allen explica: "Deben de haberle contado que es un tipo dinámico al que le encantan las mujeres, así que se cree que él es quien puede sacarla de la ratonera en la que vive. Se muestra sexualmente agresiva con él, mientras él se muestra sumiso e incapaz realmente de hacer nada por ella". Posey observa: "Abe resulta no tener más potencia que su propio marido. Es incapaz de cumplir y se siente mal por ello. Da la impresión de ser distante, pero en realidad está confuso y perdido, no está presente".

Por otro lado, Abe inicia una amistad con una de sus estudiantes, Jill Pollard (Emma Stone), una joven brillante que se ha criado en Braylin, donde sus padres son profesores. "Jill es una chica de aspecto cuidado que siempre ha ido por el camino recto, aunque sin saber realmente hacia dónde", explica Stone. "Lleva toda la vida en esa pequeña localidad, así que le atrae la idea de asistir a ese curso de filosofía que espera que amplíe su visión del mundo. Y Abe, que es un artista poético y atormentado, es el equivalente humano de todo aquello que ha querido explorar en su vida pero no ha sabido realmente cómo hacerlo por su cuenta". Allen agrega: "Abe es un tipo solitario y ve a Jill como alguien con quien puede hablar. No piensa en ella de manera romántica, pero siente una gran conexión intelectual con Jill, que no deja de crecer, hasta que se convierte en la persona con la que pasa la mayor parte del tiempo".

Jill tiene un novio formal, Roy (Jamie Blackley), que tiene que soportar su creciente fascinación por Abe. Pese a que ella no deja de reafirmarse en su compromiso con Roy, prácticamente no para de hablar de las asombrosas cualidades de Abe. "Es algo constante", señala Blackley. "Se pasa el día con 'Abe ha hecho esto, Abe ha dicho lo otro y Abe tiene una fascinante idea'". Stone prosigue: "Una vez que Jill ve a Abe, Roy empieza a parecer un poco como el yogur griego, bueno pero no necesariamente emocionante, y Abe es como el fruto venenoso que remata el yogur griego".

Roy está locamente enamorado de Jill y está dispuesto a aguantar, pese a tener la sensación de que se están distanciando. "Lo realmente asombroso de Roy es lo paciente y comprensivo que es", considera Blackley. "Desde el principio, cuestiona el interés de Jill por Abe, pero intenta no pensar en ello hasta que se convierte en un problema y empieza a interferir en su relación". Stone sostiene: "Al principio, me parece que Jill quiere creer realmente que lo que se está formando entre Abe y ella no es más que un vínculo de amistad, así que está dejándolo todo muy claro. Pero cuando empieza a presionar a Abe para que se involucre, sabe que está mintiendo. Creo que quiere tenerlo todo, porque es joven, está confusa y quiere lo mejor de ambos mundos".

Jill empieza a ver de manera muy clara que Abe tiene problemas graves cuando coge un arma cargada en una fiesta y se pone a jugar a la ruleta rusa, haciendo girar varias veces el tambor. Aunque Jill se siente aterrada, encuentra una forma de disculpar ese acto tan temerario. "Abe lo convierte todo en una lección de filosofía", sugiere Stone, "y Jill está deseando aprender esas lecciones porque intenta convertirse en una pensadora radical, como él. Por asustada que esté, vive en una burbuja, siempre ve el lado bueno de estas situaciones que se producen ante sus ojos". Además, Jill se está haciendo la idea romántica de que ella va a ser la que saque a Abe del pozo en el que se encuentra. "La idea de poder rescatar a alguien que se encuentra sumido en semejante espiral descendente alcohólica y suicida le resulta egoístamente gratificante", sostiene Stone. "Nunca ha vivido la experiencia de ayudar a alguien a salir de un bache, y no se da cuenta de que eso también te puede hacer caer a ti en el bache".

La vida de Abe da un vuelco después de un suceso totalmente inesperado. Está comiendo con Jill en una cafetería cuando escuchan por casualidad una conversación sumamente emotiva en el reservado contiguo. Abe y Jill reaccionan ambos a la conversación, pero Abe se siente rápidamente consumido por lo que escucha. Decide en secreto que ha llegado el momento de involucrarse. "Abe decide coger el toro por los cuernos y actuar", comenta Allen. "No se trata de un acto abstracto, como escribir una carta al New York Times o acudir a protestas inútiles. Se encuentra con un curso de acción que está en su mano emprender y que marcará realmente la diferencia".

La decisión de Abe lo rejuvenece. Pasa de ser alguien sin norte y deprimido a alguien lleno de energía y exuberancia. "Siente un súbito aprecio por la vida", propone Allen. "Vuelve a disfrutar con el vino y el sexo, tomando un desayuno abundante y durmiendo". Quiere vivir. Phoenix agrega: "Abe puede volver a disfrutar de la vida porque al fin tiene un objetivo definido en el que cree. Es exactamente lo que estaba buscando, sin saber siquiera que lo estaba buscando. No sólo cree estar haciendo algo positivo, sino que se ve metido en una aventura al poner en marcha su plan".

Al no saber el verdadero motivo, Jill da por hecho que ella es la causa de la repentina alegría de Abe. "Se ve 100% responsable", apunta Stone. "Fue por lo mucho que lo comprendió y lo mucho que estuvo ahí para él y le dijo lo poético que era. Lo ha salvado al fin".

Naturalmente, el acto que Abe se dispone a llevar a cabo es irracional. Es capaz de racionalizarlo, pero no es un argumento que realmente se sostenga. Allen explica: "Abe encuentra algo en lo que creer, que es una empresa irracional, producto de sus años de distorsión, ira y frustración con cómo funciona el mundo y la gente". Abe considera que puede hacer lo que hace porque cree en cuestionar las normas convencionales. Pero no está siendo para nada el hombre de razón que se considera. Allen plantea: "Como dice la madre de Jill en la película, la obra de Abe no es más que un triunfo del estilo, su sustancia no se sostiene si te paras a examinarla. Se le dan bien las palabras, plantea argumentos brillantes y educados que suenan bien, pero si los examinas a fondo, no se aguantan".

IRRATIONAL MAN se rodó en Newport, Rhode Island, y el campus de la Universidad Salve Regina hizo las veces de la ficticia Universidad Braylin. Los exteriores se rodaron todos en Newport, Providence y alrededores. La banda sonora está compuesta principalmente por temas del Ramsay Lewis Trio, sobre todo "The 'In' Crowd", así como "Wade in the Water" y "Look-A-Here". Allen aclara: "Tiene un ritmo incesante y palpitante que funciona muy bien con el material visual, ya sea gente conduciendo, caminando o portándose mal al compás de la música. Posee un tono animado, que sugiere la tempestuosidad de la personalidad de todos los personajes".

Como muchos de sus dramas íntimos, Allen rodó la película en pantalla panorámica. Allen sostiene: "A menudo creo que las historias más íntimas quedan muy bien en pantalla panorámica, al contrario de la opinión de muchos, que consideran que tiene que ser una película bélica o del Oeste para utilizar una pantalla panorámica". A diferencia del estilo visual más romántico que utilizó en otros de sus títulos más recientes, como "Midnight in Paris (Medianoche en París)" o "Magia a la luz de la luna", consideró que el material pedía realismo. "Es mucho más fácil hacer una película sobre París en la década de 1920, con farolas, adoquines, carruajes de caballos... y hacer que parezca una gran producción", argumenta. "Pero para hacer visualmente atractiva una película así, se precisa mucha planificación y creo que lo hemos conseguido. Pero no quería que una estilización excesiva interfiriera con la historia, porque lo importante es que los espectadores conecten con los personajes y, por suerte, los actores se encargaron de darme eso".

Allen opina que Phoenix posee una "complejidad intrínseca" que le vino bien al papel. "Cualquier cosa que le des para hacer o decir resulta interesante gracias a esa complejidad que proyecta de manera natural", sentencia Allen. "Siempre parece haber algo más de lo que se ve". Stone participa en su segunda película seguida con Woody Allen tras "Magia a la luz de la luna". "Emma proyecta inteligencia", afirma Allen. "Posee un registro tremendo, es muy graciosa cuando necesita serlo y profundamente dramática cuando hace falta".

"Cuando leí el guión", reconoce Stone, "se me plantearon muchas dudas sobre moralidad. Abe no sigue las reglas del resto del mundo y Jill intenta descubrir hasta dónde puede llegar". Stone prosigue: "También me gustó que el guión explorara los temas del azar y el destino que estaban igualmente presentes en 'Magia a la luz de la luna' y tantas otras de sus películas".

El azar es un tema central de IRRATIONAL MAN. Depende de una serie de sucesos fortuitos que tienen consecuencias de vida o muerte. Su historia ilustra una de las creencias filosóficas fundamentales de Woody Allen. "Creo firmemente en la completa aleatoriedad sin sentido de la existencia", asegura. "Es lo que postulaba en 'Match Point' y Abe lo proclama en su clase. Toda la existencia es algo que no tiene el más mínimo sentido. Todos vivimos sujetos a la absoluta y frágil contingencia de la vida. Ya sabes, no hace falta más que tomar el giro equivocado en una calle"...