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El bar cartel reducido finalEl barDirigida por Álex de la Iglesia
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Dirigida por Álex de la Iglesia, con guión del propio director y Jorge Guerricaechevarría, el reparto de EL BAR está formado por Blanca Suárez, Mario Casas, Secun de la Rosa, Jaime Ordóñez, Carmen Machi, Terele Pávez, Joaquín Climent, Alejandro Awada, Jordi Aguilar, Diego Braguinsky y Mamen García.

Con localizaciones en Madrid y alrededores, EL BAR es una producción de Pokeepsie Films y Nadie es Perfecto, con la colaboración de Atresmedia Cine, cuya distribución en España corre a cargo de Sony Pictures.


Tratamiento de la película (por Álex de la Iglesia)

Encerrados
Uno de los temas recurrentes que me preocupan cinematográficamente es el encierro: personajes atrapados en un decorado. En 'La Comunidad', en '800 Balas' en 'Las Brujas de Zugarramuerdi' (los personajes huyen de un encierro y caen en otro) y, por último, en 'Mi Gran Noche', la acción transcurre en espacios únicos, claustrofóbicos, de los que los protagonistas no pueden escapar.

Antecedentes
No se trata, precisamente de un entorno inusual en el ámbito narrativo. Desde Ford, con 'El Dorado', Carpenter en 'Asalto a la Comisarío nº13', Buñuel, con 'El Ángel Exterminador', hasta Mercero, con 'La Cabina' el cine ha encontrado una de sus armas de comunicación más poderosas en el encierro, buscando el mode de expresar visualmente emociones que expliquen el comportamiento humano.

Por qué nos interesa
Esa, y no otra, es en realidad la razón de su efectividad. La vida es un encierro inexplicable del que no encontramos salida. Una serie de circunstancias erróneas, o aún peor, casuales, nos llevan a vivivr una vida que no parece la nuestras, la que deseábamos, y cuando encontramos una puerta que nos saca de ella, siempre es demasido tarde; hemos perdido la llave. Si profundizamos, el encierro es más terrible. No se trata de nuestra vida, sino de nuestro yo. Estamos atrapados en nuestra propia conciencia, encarcelados por nuestros deseos, anhelos, odios y amores. No podemos salir de nuestra cabeza, ni ver las cosas más que a través de nuestros ojos. El infierno es reconocer que sólo podemos pensar con nuestro defectuoso cerebro, ese que filtra la realidad a su antojo, si es que existe algo más allá de nuestra percepción de las cosas.

La solución es racional
En nuestra película, las razones que les detienen en su encierro son de una lógica aplastante: el gobierno ha decidido sacrificarles para evitar un mal mayor. ¿Quién les retiene? ¿Un asesino? ¿La policía? No, la enfermedad de un desconocido, la muerte roja que, como en un cuento de Poe, se ha colado sin ser visto en su castillo de normalidad aparente. Sin embargo, en último término, no es ésta la circunstancia que les mantiene atrapados. No es la peste, o el ébola, lo que les termina matando. Hay algo más.

Una vez superada la prueba de la realidad, una vez que encuentran las respuestas a la situación que les oprime, deben salir de ese segundo encierro, el más preocupante, el verdaderamente angustioso. Siguen encerrados en un nivel más profundo. Han llegado por fin a las alcantarillas del problema. Es la soberbia, la codicia, el secreto deseo de querer ser inmortales, lo que finalmente les destruye. Luchan contra ellos mismos, porque ellos son el problema.

Conclusiones
La llave, por tanto, no se encuentra en la solución del misterio del encierro, sino en conseguir salir de su prisión interior. Sólo Elena, la protagonista, llega hasta ahí superando sus propias contradicciones. La muerte, sin embargo, es insuperable. Forma parte de nosotros. No es algo exterior que se nos impone. El dolor, la violencia, no son pruebas que tenemos que vencer, sino comportamientos que nos definen y que necesitamos asumir. Elena lo entiende y por ellos consigue derrotar a la muerte. Asiste impasible a la propagación imparable de la enfermedad, porque ya no le asusta, la comprende. Elena pierde el miedo, ya no está encerrada.

Comedia negra
Abundando en ello, podríamos decir que el humor se amplifica si el chiste es difícil de asumir, cuando nos reímos de algo de lo que, habitualmente no nos reímos. El humor es serio, igual lo único verdaderamente serio, después del dolor y la muerte. No sólo funciona como mecanismo de defensa, sino como un arma poderosísima. Gracias a la risa colocamos al espectador bajo un punto de vista excéntrico. Éste nos permite ver las cosas con distancia, única manera de entenderlas en su totalidad. Es así como el humor se convierte en un método de conocimiento válido para el mundo que nos ha tocado vivir.

Estilo
Este tema no se puede, a mi entender, tratarse desde otro punto de vista que no sea el de la tragedia grotesca, el esperpento, o por llamarlo de otra manera, la comedia. Estamos hablando de un thriller, no de una pantomima.

Últimas intenciones
Hoy más que nunca tenemos miedo al dolor y a la muerte. No hablamos de ello ni con nuestros hijos, porque ya no tenemos respuestas. No lo entendemos y, sobre todo, no queremos pensar en ello. Eso genera una angustia insoportable que, tarde o temprano se hace presente, como una explosión de violencia incontrolada en el mejor de los casos, o como una amarga presencia constante en nuestra mente, en el peor de ellos.

Si conseguimos resolver esa amargura acompañando al espectador de la mano, contándole la historia de unos personajes que sufren una situación imposible en un mundo de ficción, quizá entienda que su amargura no es necesaria, que puede ser al menos endulzada con eso que llena nuestros fines de semana, ese entretenimiento frívolo e insustancial que se llama cine.