Cinemanía > Películas > Mañana > Comentario
Destacado: Timothée Chalamet y Zendaya protagonizan 'Dune: Parte Dos'
Mañana cartel reducidoMañana(Demain)
Dirigida por Cyril Dion, Mélanie Laurent
¿Qué te parece la película?

Premio César 2016 del cine francés al mejor documental.

Melanie Laurent, reconocida actriz francesa a la que hemos podido ver en películas como Malditos Bastardos (2009), El Concierto (2010), Enemy (2013), Tren de noche a Lisboa (2014) o No Llores, vuela (2014), se une al también actor y activista Cyril Dion en esta aventura - financiada inicialmente mediante una campaña de crowdfunding - para abordar temas clásicos de la ecología y proponer soluciones globalizadas "positivas y necesarias" desde el punto de vista de la economía, la educación o la política.


Entrevista con Cyril Dion y Mélanie Laurent

P: ¿Cómo os conocisteis? ¿Cómo nace el proyecto?

Cyril Dion: La historia se remonta a 2011. En esa época, yo dirigía el Movimiento Colibrí, que había cofundado con Pierre Rabhi y otros amigos. Estábamos montando una operación llamada "Todos Candidatos", cuyo objetivo era movilizar a un máximo de personas para la campaña presidencial de 2012.

Mélanie Laurent: Yo había conocido a Pierre Rabhi en una cena con Danielle Mitterrand. Me habló de la campaña, le dejé mi teléfono y Cyril me llamó unos días después para que participara. Convencí a mi hermano, a mi madre, a mis amigos, a mi pareja, a su hija...

CD: Enseguida, Mélanie quiso que le enseñara iniciativas que "cambien el mundo"... La llevé a la granja de Bec Hellouin, en Normandía, la de Perrine y Charles Hervé-Gruyer (que aparecen en MAÑANA). Por el camino, nos fuimos dando cuenta de que teníamos muchísimos gustos en común. Le hablé de mi proyecto de película que no conseguía montar. A medida que íbamos hablando, me di cuenta de que teníamos que hacerla juntos. No tardó ni un segundo en decirme que sí y se implicó totalmente.


P: La película arranca con un estudio científico publicado en la revista Nature en 2012. Este estudio, bastante devastador, anuncia un hundimiento generalizado de nuestros ecosistemas, lo que provoca el final de las condiciones de vida estables en la Tierra...

CD: Empecé a escribir la película en diciembre de 2010. En esa época, ya pensaba que no bastaba con anunciar las catástrofes. Había que proponer una visión del futuro. Cada uno tiene que proyectarse, un poco como cuando la gente sueña con su casa nueva y hacen planos con el arquitecto. Sólo que planos de arquitecto de la sociedad del mañana no existen. Mi primera intención era transformarlos en imágenes en una película... Pero tenía demasiadas actividades diferentes como para ponerme en serio. En junio de 2012, sufrí un desgaste. Un mes después, descubrí el famoso estudio de Anthony Barnosky y Elizabeth Hadly. Nunca antes un estudio había tenido ese efecto sobre mí. Mi propio hundimiento se veía reflejado en el hundimiento programado de la sociedad. Entonces pensé que había llegado la hora de hacer lo que me parecía más importante, y poner la película en marcha. Dimití de mi puesto en Colibrí y empecé a dedicar al proyecto la mayor parte de mi tiempo.

ML: Leí el estudio durante mi embarazo, me dejó impactada, me pasaba el día llorando y maldiciendo a Cyril por haberme sumido en tal estado de desesperación. Hasta descubrir el estudio, "sólo" se trataba de hacer una película positiva. De repente, se había convertido en una película necesaria y esto había sido un motor formidable. En mi vida de actriz, ya tenía muchos proyectos confirmados, pero anulé algunos para dedicarme a fondo a la tarea.


P: Agricultura, energía, la película aborda los temas clásicos de la ecología. Pero, de repente, nos arrastra en una historia más global y nos habla de economía, educación, política...

CD: Queríamos mostrar que todo está conectado, que no se pueden tratar los problemas por separado. La agricultura occidental, por ejemplo, es totalmente dependiente del petróleo. Cambiar el mundo agrícola significa cambiar también el modelo energético. Pero la transición energética cuesta cara, por eso hay que abordarla desde un punto de vista económico.

Desgraciadamente la economía actual genera desigualdades y es responsable en grado sumo de la destrucción del planeta. Es necesario regularla democráticamente. Pero, para que una economía funcione, tiene que apoyarse en ciudadanos informados, que hayan sido educados para ser libres y responsables...


P: ¿Podemos definir MAÑANA como una película entusiasta, ecologista y humanista?

ML: No es un documental verde, es una mirada sobre la sociedad tal y como podría ser mañana... Estamos exactamente en la era en la que las personas ya no se hablan, ya no se ven, todo el mundo se juzga, casi ya no hay empatía. Y, de repente, la película muestra a personas que actúan juntas, hablan alrededor de un frambueso o de un improbable billete de 21 libras. Estas iniciativas crean pequeñas comunidades a años luz del ecologista alternativo en su cueva. Es importante tener personajes que se parezcan a nosotros, con los que cada uno pueda identificarse.

CD: Queremos que los espectadores deseen vivir en ese mundo, ser como estos nuevos héroes que no son ni millonarios, ni estrellas, sino valientes, hermosos, humanos.... Personas corrientes que crean huertos, abren institutos... ¡Después de haber visto a Charles y Perrine en su granja exuberante de permacultura, hasta nuestro productor - que no tiene precisamente alma de hombre de campo - le han entrado ganas de cultivar verduras!

¡Y lo mismo el distribuidor! Ese era el desafío.

ML: Nadie quiere tener que enfrentarse a cosas aterradoras. Pero tenemos que mirarlas a la cara, no nos queda otra. Entonces, para tener la fuerza necesaria para reaccionar, necesitamos soluciones, accesibles, afortunadas... Por este motivo hemos mostrado a todas esas personas que actúan sin que sea algo doloroso. No hay que dejarlo todo, cambiar de vida, vivir aislado en una granja buscando la autosuficiencia... Todas las iniciativas presentadas están a nuestro alcance, en nuestras vidas y pueden ponerse en marcha mañana.


P: La narración de MAÑANA está calcada de la lección de las cosas. Mélanie es la cándida, Cyril el pedagogo. ¿Era importante ser tan didáctico, estudiar la cuestión desde todos sus ángulos?

CD: ¡No me da la sensación de que seamos sólo didácticos! El primer objetivo era contar una historia. Nos influyó mucho un ensayo de Nancy Huston, "La especie fabuladora" que mostraba hasta que punto los seres humanos se construían en torno a ficciones individuales y colectivas. El mundo de hoy ha nacido del mito del progreso, que es un discurso narrativo con el que todos estábamos de acuerdo. Dar un nuevo empuje exigía, antes que nada, construir un nuevo discurso narrativo.

De ahí el toque de road-movie y todas nuestras aventuras en cada nuevo lugar. Luego, ha habido que hacer accesible y simplificar lo más posible temas a veces áridos como la creación monetaria...

ML: Y para estar seguros de conseguirlo, hemos tenido conversaciones interminables durante la preparación de la película. Yo le decía a Cyril: "¿De verdad vamos a hablar de economía?" Y me contestaba: "Sí, ya verás, es muy sencillo."

Entonces me lo explicaba y cuando yo ya no entendía nada, volvía a empezar, hasta que dábamos con el ángulo adecuado.


P: Las iniciativas que presentáis son interesantes, pero seamos realistas, no es más que una gota en el mar. Frente a los retos existentes, no bastarán para evitar el famoso hundimiento previsto por tantos estudios como el que citáis.

CD: Nuestra intención no era dar una respuesta absoluta al hundimiento, sino contar una nueva historia. Contribuir, aunque fuera modestamente, a la emergencia de una nueva cultura, de nuevas representaciones del mundo. Primero tenemos que cambiar de mentalidad y, en cada época, eso ha sido responsabilidad de los artistas (entre otros), con libros, películas, cuadros, canciones... que describan estos cambios.

ML: Puestas una detrás de otra, las iniciativas como la permacultura, las monedas locales, las energías renovables, dibujan un mundo posible. Lo que resulta desmoralizante es que sólo se trata de iniciativas aisladas, aunque, al mismo tiempo, sólo piden que las juntemos. Ya hay un mundo que funciona, que existe, en donde todo es posible. Ya hay soluciones disponibles en todos los campos, ¡esto tiene que ser inspirador!

CD: Los escépticos actuales verán como de aquí a veinte o treinta años, cuando los recursos sean cada vez más escasos, los refugiados climáticos serán muchos más que hoy, los rendimientos agrícolas caerán en picado, ya no habrá otra vía posible que el cambio. Todas estas iniciativas siguen el curso de la Historia, no tenemos elección. Son las primicias de una nueva civilización y de una nueva cultura. Todos los interlocutores nos han hablado de resiliencia.

¿Qué hacer el día en que todo se vaya a la mierda? ¿Cómo seguir comiendo? ¿Cómo producir energía? ¿Qué hacer para que sobreviva un mínimo de economía? Estas cuestiones preocupan a personas que no se conocen de nada y que viven en diez países diferentes. Todas nos dicen lo mismo. Es uno de los ejes más potentes de la película: la diversidad, el deseo de autonomía, la creación de comunidades humanas para pasar a la acción.


P: ¿Cómo os habéis repartido las tareas?

ML: ¡No fue algo evidente desde el primer momento! Al principio, nos estábamos pisando un poco todo el rato al querer hacerlo todo al alimón. Luego, aprendimos...

CD: Desde un punto de vista operativo, Mélanie quizá haya cogido más las riendas del rodaje y yo del montaje. Sin embargo, cada uno consultaba al otro y enriquecía su trabajo. Acordábamos las directrices generales y validábamos juntos el resultado.

ML: Yo me concentraba en la forma, en la parte artística, el guión técnico de las imágenes. Todas las noches, Cyril nos explicaba lo que íbamos a rodar al día siguiente, las personas a las que íbamos a ver, lo que quería que la película contara en ese momento. Luego, con Alexandre Léglise, el Director de Fotografía, troceábamos las secuencias y reflexionábamos sobre cuál era la mejor manera de poner en imágenes cada iniciativa, en su especificidad. En Escandinavia, por ejemplo, utilizamos una óptica descentrable Tilt&Shift, que aportaba una dimensión onírica y poética. En general, queríamos permanecer pegados a la realidad y, al mismo tiempo, aportar un suplemento de alma, un toque artístico.

CD: Por mi parte, yo tenía tiempo y espacio para entablar una relación con las personas a las que íbamos a filmar, preparar las entrevistas. Teníamos que poder sentir, en la pantalla, que se había producido un encuentro verdadero, algo íntimo. Al mismo tiempo, todo tenía que ser vivo, teníamos que sentir los lugares, las atmósferas. No queríamos que los personajes nos contaran lo que hacían, queríamos ver cómo lo hacían. Por ejemplo, en la escuela finlandesa, más allá de la práctica educativa, sentimos que la gente es feliz, que hay algo distinto.

ML: Filmamos a las personas en su vida real y esperábamos que operara la magia, sin hacer una puesta en escena demasiado marcada. En la granja de Bec Hellouin, pedíamos primero a Charles y a Perrine su itinerario del día para rodar lo que iban a hacer. En la India, hemos acompañado a las personas en su día a día. Y todo era tan hermoso que, a veces, bastaba con poner la cámara en el exterior. La luz, los colores, todo estaba ya allí...


P: Más allá de los personajes filmados, una voz acompaña a la película en su progresión, es la de Fredrika Stahl, autora de 19 piezas en la película. ¿Cómo trabajasteis con ella?

CD: Un amigo común, Jean-Christophe Bourgeois, le habló del proyecto y ella, espontáneamente, nos envió una canción: "World to come", que decía que no había ningún mundo por venir... ¡Estaba exactamente en el polo opuesto a la intención de la película! Pero era tan hermoso que intentamos montar de todos modos la canción justo después del arranque de la película y de ese estudio sin esperanza. Y funcionó tan bien que le pedimos otras tres pruebas a Fredrika. No había visto ninguna imagen y, sin embargo, en cada pieza, daba en el clavo.

Seguimos trabajando a distancia: le enviábamos secuencias, ella nos enviaba piezas. Su voz y su música son como un personaje más, aportan una auténtica identidad a la película.


P: Por otra parte, esta película no es solo vuestra, sino también de miles de personas...

CD: ¡De 10.266 personas, para ser exacto! Para empezar la financiación, lanzamos una campaña en la plataforma de crowdfunding KissKissBank-Bank. Queríamos reunir 200.000 euros en dos meses. ¡Los conseguimos... en dos días! Y al final de los dos meses, teníamos casi 450.000 euros. ¡Es un récord mundial de obtención de fondos para un documental!

ML: El resultado superó nuestros sueños más locos.

La gran fuerza de MAÑANA es que es también la película de miles de ciudadanos que han ayudado a financiarla.

Casi un tercio de los donantes pidieron que, en contrapartida a su donación, se plantaran árboles. No sólo han cofinanciado la película, sino que, encima, no querían nada a cambio. ¡Es aún más impresionante! La operación tuvo tal éxito que, después, todo fue muy rápido.

CD: Se apuntaron otros socios (France 2, Orange Cinéma Séries, la Agencia Francesa para el Desarrollo, la Fundación AKUO, la red Biocoop, la compañía energética Enercoop, Veja, Léa Nature, Distriborg, Hodzoni, Féminin bio...). Queríamos que la financiación fuera lo más "verde", lo más coherente posible. Con un presupuesto de unos 1.200 millones de euros, era perfectamente posible. Y la financiación empezó así, fue mi vecino y amigo, Christophe Massot quien nos dio los primeros 10.000 euros, con los que pudimos filmar las imágenes del teaser y, con él, embarcar en el proyecto a Mars Films. ¡Era un tercio de sus ahorros! Es el inicio de una hermosa historia.

ML: ¡Al principio, la gente a la que veíamos estaba encantada por la idea general de la película pero menos con la de financiarla! Si se quiere hacer dinero en el cine, no es con un documental. Los que decidieron acompañarnos no tenían ni idea de cuál iba a ser el resultado, confiaban plenamente en nosotros. ¡Curiosamente, esto suponía para nosotros mucha más presión! Llegamos al primer lugar de rodaje, a Detroit, al día siguiente de la recogida de fondos. Estábamos todos muy emocionados por haber reunido la cantidad deseada en 48 horas y, al mismo tiempo, nos daba miedo no estar a la altura de las expectativas de nuestros donantes.


P: La película inauguró la Cumbre sobre el Clima de la ONU, la famosa COP21, que se celebró en París del 30 de noviembre al 11 de diciembre de 2015. ¿Qué tal fue?

CD: Cuando sabes que el sistema de la ONU funciona por consensos y que existen puntos de bloqueo (o países, como Canadá y su explotación de arenas bituminosas), esperas que los negociadores consigan superar esas barreras. ¡Digamos que tenemos un optimismo moderado!

ML: En 2009, al día siguiente de la Cumbre de Copenhague, la gente bajó los brazos. Al menos, si no hay ningún acuerdo, espero que haya una reacción inmunitaria, que la gente se dé cuenta de que no se va a conseguir nada a nivel de los Estados, sino a nuestro nivel, al de todos. Los personajes de la película no han esperado a que les venga nada de arriba, actúan, ahí en donde pueden. Punto.

CD: Ahí en donde los Estados Unidos han fracasado, las ciudades pueden tomar el relevo. Es lo que nos dice uno de los tenientes de alcalde de Copenhague en la película: todo lo que han emprendido ha sido como reacción al fracaso de la cumbre de 2009. El modelo de la ciudad "basura cero" desarrollado en San Francisco, se ha exportado a otras diez ciudades americanas. Muchos políticos se han despertado, ya no esperan a que los Estados Unidos tomen la iniciativa. Todos estos modelos cooperativos pueden ser rentables, sólo hay que convencer a los políticos y a los ciudadanos de que es así. Para que la gente acepte tener aerogeneradores cerca de sus casas, hay que implicarles desde el principio, conseguir que les pertenezca una parte y que les proporcione alguna ventaja. Esto es lo que ha supuesto el éxito de la energía eólica en Alemania y Dinamarca.

En Copenhague, el ayuntamiento ha invertido sumas astronómicas para renovar la calefacción colectiva. Al principio, la población no estaba de acuerdo, al final, los habitantes pagan 60 euros al mes para calentar 100 m2, ¡tres veces menos que la media francesa!

ML: En París, veo barrios enteros en los que sólo abren restaurantes bio, vegetarianos o veganos. Cada vez más tiendas venden productos locales, y como son negocios que funcionan, cada vez más gente quiere abrirlas. Podríamos, sin problemas, desarrollar monedas locales. Lo fundamental es tener ganas de hacerlo. En su granja, Charles y Perrine trabajan en un entorno exuberante y frondoso, y aunque esto suponga mucho trabajo, también hay mucho de creatividad, amor, felicidad y recompensas.


P: Con MAÑANA, ¿teníais ganas de compartir una forma de esperanza?

ML: La complejidad de la historia, es que todo está tan jodido, que siempre estamos pensando que no lo conseguiremos. Hacer esta película me ha encantado, he conocido a gente increíble, he acumulado tantos conocimientos que tengo la impresión de estar más abierta al mundo. Y, por esto mismo, soy mucho más radical sobre un montón de pequeños detalles en la vida.

Es algo nuevo para mí ponerme triste tan a menudo.

Por ejemplo, cuando me paseo por un parque y veo basura abandonada por unos que acaban de hacer un pic-nic o cuando veo que la gente apaga las colillas en las plantas...

CD: Soy más consciente que antes de que todo se va a derrumbar y nunca he tenido tanto miedo. Pero aún me entran más ganas de remover un poco las conciencias entre la gente. Me encanta ver lo que la película provoca entre los que la ven: toca ese punto minúsculo, que no está lejos de la superficie y que hace que te entren ganas de hacer mil cosas útiles, de encontrar sentido a las cosas.

ML: El mundo está falto de iniciativas halagüeñas, fáciles de poner en marcha y que aporten ideas. Eso es lo que dicen dos de nuestros personajes, Mary y Pam, las creadoras de increíbles comestibles: tienes que empezar en tu calle, en tu barrio, con tus vecinos y, luego, movilizar a los empresarios, a los políticos locales... Cuando las personas empiezan a hacer algo, ya no se pueden parar, siguen, intercambian ideas, experimentan, comparten. En el metro, si le sujetas la puerta al que viene detrás de ti, se da más prisa y, en el 99 % de los casos, se la sujeta al que le sigue. Y así hasta el infinito. Es lo que más me gusta. Ya no estamos en una zona de confort y, sin embargo, todavía no nos estamos hundiendo. Estamos en una fase particularmente inspiradora: sabemos que vamos a chocar contra un muro y es el momento de movilizarnos. El ser humano ha llegado a la luna, ha abolido la esclavitud, ha erradicado enfermedades, nuestras capacidades son inmensas, ahora nos toca ponerlas al servicio de nuestra supervivencia y de la felicidad colectiva...


Constatación

Anthony Barnosky y Elizabeth Hadly (Investigadores)
Elizabeth Hadly trabaja en la Universidad de Stanford, en el Departamento de Ciencias Medioambientales. Se ha especializado en la evolución de los Ha pasado más de treinta años analizando los cambios climáticos del pasado vertebrados y, en particular, de los mamíferos en el continente americano, a escala planetaria y su influencia sobre la evolución de las especies pero, India y Costa Rica. Estudia la ecología de los vertebrados bajo la influencia sobre todo, le interesan las lecciones que se pueden sacar del pasado. del calentamiento climático.

Su esposo, Anthony D. Barnosky es investigador en paleontología y profesor de biología integrativa en la Universidad de Berkeley, California.

En 2010, Elizabeth Hadly y Anthony Barnosky participan, junto con otros veinte científicos, en un taller de la Universidad de Berkeley, en el marco de una iniciativa de investigación del campus.

De este taller surgirá un estudio firmado por un equipo multidisciplinar de investigadores reconocidos que se publicará en junio de 2012, en la revista científica Nature con el nombre de "Approaching a state shift in Earth's biosphere".

El artículo tendrá un impacto mundial inmediato. La constatación es sencilla: si no cambiamos nuestros hábitos, asistiremos al hundimiento probable de los ecosistemas en el horizonte 2040-2100.

Las causas identificadas son múltiples: aceleración de la pérdida de la biodiversidad, frecuencia cada vez mayor de episodios climáticos extremos, modificaciones rápidas de los flujos de producción y de gasto de energía, etc...

Los investigadores subrayan el hecho de que es posible un cambio brutal y global. La humanidad se ha convertido en una potencia geológica, comparable a un volcán o a un meteorito, si sigue como siempre ha hecho, se está buscando muy malas sorpresas, como desestabilizaciones económicas y políticas que menoscabarán radicalmente nuestra calidad de vida. Por primera vez, un hundimiento global de los ecosistemas parece algo plausible a ojos de los científicos.

Aunque sea difícil prever en qué consistirá el nuevo equilibrio, todo apunta a que la civilización cambiará tal y como las conocemos actualmente. No es cuestión de siglos sino de años, lo que imposibilitaría cualquier adaptación acordada.

A pesar de esta constatación, Elisabeth y Anthony se niegan a renunciar a la esperanza. "Los humanos son bastante inteligentes, y si multiplicamos rápidamente las acciones positivas, podríamos invertir el curso de las cosas."


Agricultura

Vandana Shiva (Escritora, fundadora de Navdanya)
Entre las personalidades que cuentan en la galaxia ecologista, la militante y activista india Vandana Shiva es una autoridad. Desde hace más de treinta años, se dedica en cuerpo y alma a la lucha por la soberanía alimentaria y la defensa de la biodiversidad en todas sus formas. Se dio a conocer en Francia por haber denunciado ferozmente el poder efectivo de las biotecnologías - a través de los OGM - sobre el destino de los campesinos indios. En veinte años, su fundación Navdanja ("nueve granos", en Hindi) ha ayudado a más de 120 comunidades a poner en marcha su banco de semillas y ha formado a más de

500.000 campesinos en agricultura biológica y en la importancia del derecho a las semillas y a la seguridad alimentaria. El programa se moviliza a nivel nacional e internacional para defender la soberanía alimentaria y luchar contra todas las formas de mercadización y de apropiación de los recursos naturales.

Esta científica y filósofa de formación, feminista convencida, defiende a las mujeres, a las que considera como guardianas de los saberes tradicionales y la diversidad. Estas fuentes fértiles y creadoras de vida son las encargadas de mantener su hogar garantizando el abastecimiento de agua y comida. En la India, siempre han sido las responsables de la siembra, la cosecha y la conservación de las semillas. A pesar de su papel esencial de guardianas de la biodiversidad y de los saberes tradicionales, están excluidas de las negociaciones y proyectos sobre el desarrollo.

Vandana Shiva ganó notoriedad internacional al recibir, en 1993, el Right Livelihood Award, considerado como el premio Nobel alternativo en materia de medio ambiente.

Charles y Perrine Hervé-Gruyer (Granja de Bec Hellouin)
Nada predestinaba a Perrine y a Charles Hervé-Gruyer a convertirse en agricultores.

En 2004, esta antigua jurista internacional y este ex-marino se plantaron con sus maletas en un pequeño terreno de la campiña normanda para montar una granja hortícola, la granja de Bec Hellouin.

Paseándose por Cuba, Japón, Estados Unidos y Francia también, la pareja ha combinado una multitud de prácticas de cultivo para recoger los frutos de la abundancia natural, aunque actualmente su granja se ha convertido en una referencia en materia de horticultura bío.

El trabajo de Perrine y Charles Hervé-Gruyer se basa en la permacultura.

Su principio: tomar a la naturaleza como modelo y diseñar instalaciones humanas que funcionen como ecosistemas productivos y parcos en recursos. Esta agricultura se practica sin ningún insumo agrícola, ni petróleo, ni productos fitosanitarios, ni mecanización o motorización. Los resultados obtenidos en la granja de Bec Hellouin, gracias a la energía del sol, hoy dejan atónitos a los agrónomos. Charles y Perrine producen cosechas abundantes y de calidad, creando al mismo tiempo humus, protegiendo la biodiversidad, embelleciendo los paisajes y almacenando carbono en los suelos y en los árboles. Actualmente, la granja de Bec-Hellouin apasiona a los agrónomos, que descubren una productividad sin igual y fascina a los naturalistas, que se sorprenden al ver tantas especies en parcelas cultivadas.

Un programa de investigación desarrollado conjuntamente por Inra y Agro-ParisTech ha validado la dinámica puesta en marcha por Perrine y Charles. Al trabajar manualmente una parcela de 1.000 m2, el volumen de negocios anual obtenido ha sido de 54.000 euros por 1.600 horas de trabajo en los huertos y 2.400 en total. De este modo, una pequeña superficie de horticultura bío, cultivada según los principios de la permacultura, puede crear una actividad a tiempo completo. Una pequeña revolución en el mundo rural que, al final, promete millones de puestos de trabajo.

Olivier de Schutter (Jurista, Profesor de Derecho Internacional)
Olivier de Schutter ha sido durante seis años el relator especial de Naciones Unidas sobre el derecho a la alimentación. Durante su mandato, no ha dejado de alertar hasta la extenuación a Naciones Unidas sobre el modelo agrícola, que mata de hambre a casi 800 millones de personas en todo el mundo y debilita a casi 2.500 millones de individuos. Olivier de Schutter, defensor destacado de la agroecología, una serie de técnicas agronómicas que también tienen en cuenta el desarrollo rural, la salud de la población o el mantenimiento de las granjas familiares, sigue denunciando la fuerza de los lobbies que bloquean cualquier cambio, tanto en el sector agrícola como en el energético. Este luchador de una nueva redistribución de las riquezas afirma que el hambre y la malnutrición son cuestiones políticas, que las soluciones técnicas están ahí pero que los gobiernos miran hacia otro lado. "Con unas pocas decisiones valientes, afirma, el problema del hambre podría estar resuelto."


Energía

Thierry Salomon (Ingeniero energético)
Thierry Salomon, cofundador del Instituto Negawatt, es un promotor infatigable del ahorro de energía. Las palabras clave de su lucha son: sobriedad y eficacia energéticas.

Para este ingeniero, frente a la emergencia climática y el agotamiento de los recursos, el sol o el viento - energías de flujos ilimitados - tienen que tomar el relevo frente a las energías de stock, como el gas, el petróleo o el uranio. Thierry Salomon ha contribuido en gran medida a difundir el concepto de "negavatio", que designa el vatio que no necesitamos producir, puesto que no lo consumimos. Para él, los yacimientos de "negavatios" son tales en Francia, que podríamos ahorrar el 50% de la energía producida.

Dentro de su asociación, Thierry Salomon ha coordinado un estudio que demuestra la posibilidad de no necesitar energías fósiles ni nucleares de aquí a 2050, en todo el país. Participó en los trabajos de la "Grenelle del Medio Ambiente" y en los debates sobre la transición energética de 2013.

Robert Reed (Portavoz de la cooperativa Recology)
Robert Reed es el portavoz de la cooperativa Recology, creada en 1921, y que ha permitido la puesta en marcha de la dinámica "basura cero" de la ciudad de San Francisco. Objetivo buscado: reciclar el 100 % de los residuos en el horizonte 2020. El desafío parece estar al alcance de la ciudad: en pocos años, San Francisco ha conseguido desviar el 80 % de los residuos enterrados hacia la reutilización, el compostaje y el reciclaje.

Los más de 21 programas especializados - para restaurantes, hogares, empresas, oficinas, etc... - han permitido adoptar buenos hábitos en cada sector. Una serie de incentivos fiscales han contribuido a rematar la dinámica: menos residuos significan menos dólares a pagar y los habitantes han seguido el juego ante la amenaza de tener que abonar multas que van de los 100 a los 1.000 dólares. El compost producido por el millón de habitantes de la ciudad hace las delicias de horticultores y viticultores locales.

La ciudad también se ha embarcado en el desafío "despilfarro cero", poniendo en marcha ambiciosas medidas de reducción en origen de los residuos: prohibición de bolsas de plástico en los supermercados, de embalajes de poliestireno y botellas de agua de plástico en los espacios públicos...

San Francisco, ciudad emblemática de la basura cero, muestra no sólo la factibilidad de una dinámica "despilfarro cero", sino también todos los beneficios que de ella se derivan: creación de puestos de trabajo, reducción de la contaminación y de los costes de tratamientos, ingresos extras procedentes del compostaje... elementos suficientes para redinamizar un territorio implicando a todos los niveles.

Jan Gehl (Arquitecto, urbanista)
Para entender lo que hace Jan Gehl, basta con ir a Copenhague, la capital de Dinamarca. Allí, el murmullo de la ciudad es más suave que en ningún otro sitio. ¡Y con razón ! Más de un tercio de los desplazamientos diarios se hacen sobre un sillín de bicicleta (el porcentaje es de uno de cada dos en el centro).

¡Favoreciendo los medios de transporte "suaves", las autoridades municipales evitan a día de hoy 90.000 toneladas de CO2 al año!

Jan Gehl, arquitecto y urbanista, ha puesto la vida local y los hábitos de sus gentes en el objeto de sus reflexiones. Desde que publicó "La vida entre los edificios" hace cuarenta años, Gehl ha realizado varios proyectos reconocidos por la calidad de los espacios públicos en entorno urbano, abogando por el confort y la seguridad de los peatones por encima de todo. Se concentra en la relación entre el medio ambiente construido y la calidad de vida de las personas, poniendo los edificios al servicio de los hábitos de vida, y no al revés. Revitalización de los espacios públicos, peatonalización de los centros históricos de las ciudades, desarrollo de los transportes públicos, intensificando el uso de la bicicleta... Jan Gehl no ha dejado de sembrar su visión por todo el mundo.

Melbourne (Australia), Christchurch (Nueva Zelanda), México DF (México), Estambul (Turquía) o Chongqing (China)... todas ellas han recurrido a sus servicios. En 2007, Michael Bloomberg, el Alcalde de Nueva York consultó a Gehl para la planificación urbana de la gran manzana. La ciudad ha construido 400 km de carril bici, ha cerrado al tráfico partes de Broadway y de Times Square y ha creado nuevos espacios verdes.


Economía
Rob Hopkins (Profesor de permacultura) Creador del movimiento de ciudades en transición
En 2006, una evidencia puso a Rob Hopkins en acción: los gestos diarios más sencillos dependen del petróleo. Para alimentarnos, calentarnos o desplazarnos, recurrimos a una energía que indefectiblemente desaparecerá. ¿Cómo liberarse de esta adicción al petróleo? ¿Qué hacer para que nuestras comunidades sean resilientes frente al doble desafío del pico petrolero y los cambios climáticos?

Precisamente queriendo responder a estas preguntas, Rob Hopkins fundó el movimiento de las ciudades en transición.

Objetivo: reducir la dependencia del petróleo en el horizonte 2050. Para ello, transforma su ciudad, Totnes, situada en la zona de Devonshire, Gran Bretaña, en laboratorio de la transición. Hopkins, formador en permacultura, empieza multiplicando los huertos compartidos en toda la ciudad, incitando a las personas que poseen parcelas a prestárselas a los que no las tienen.

El movimiento se extiende hasta la esfera económica, ya que Totnes crea una moneda local, la libra de Totnes (el totnes pound), adoptada por unas decenas de comerciantes en el centro y que permite redistribuir la riqueza. El movimiento, activo en el campo de la energía y los transportes, cuenta actualmente con unas 1.200 iniciativas en todo el mundo.

Emmanuel Dron (Presidente Director General de la sociedad POCHECO)
"Es más barato producir de manera ecológica". Ese es el leitmotiv del Presidente Director General de Pocheco, una empresa de la región de Nord-Pasde-Calais especializada en sobres. Desde hace veinte años, aplica principios "ecolonómicos" a su actividad, es decir, guiados por los tres pilares del desarrollo sostenible: protección del medio ambiente, respeto por los empleados y el diálogo social y aumento de la productividad.

En realidad, se ha convertido en el maestro en el arte de gastar menos siendo más verde; aúna ahorro y ecología, recursos humanos y actividad generadora de beneficios.

¡Emmanuel Druon es de esos jefes con los que tienes ganas de ir a trabajar!

La fábrica Pocheco parece un escaparate de lo ecológicamente correcto: se recicla todo o casi todo, los residuos se utilizan como recursos, papel, tinta y electricidad proceden de fuentes renovables. El tejado vegetalizado atrae la biodiversidad aislando, al mismo tiempo, los talleres. Al recuperar el agua de lluvia, la fábrica es casi autónoma en lo que a consumo de agua se refiere, también está rodeada de colmenas suspendidas y bordeada por un vergel. Pocheco consume 10.500 toneladas de papel cada año, pero replanta hasta 110.000 árboles al año, en función de los pedidos.

Emmanuel Druon demuestra que una dirección ecológica y social y la participación de todos dan sentido al trabajo de cada uno y permiten una constante mejora de las relaciones humanas, entre las que destaca la eficacia. Es autor de una obra publicada en la editorial Actes Sud, "Le syndrome du poisson-lune", una especie de manifiesto que tira por tierra los estamentos de la dirección y administración de empresas en el que relata su experiencia.

Bernard Lietaer (Economista)
Bernard Lietaer está metido en el meollo de todas las cuestiones económicas desde hace más de 40 años a través de sus puestos sucesivos.

En 1971, mientras que Bernard Lietaer, recién diplomado por el MIT, empieza su carrera en la gestión, la publicación de su proyecto de fin de carrera le propulsa a la primera línea de la escena económica. Un banco americano adquiere la exclusividad sobre los métodos empleados en este proyecto, lo que le llevará a formar a una parte del personal de este mismo banco y, a continuación, a iniciar otra carrera, obligado por una cláusula de no competencia.

Después de haber trabajado para una compañía minera en Perú, y luego para el gobierno peruano tras la nacionalización de la compañía minera, decide volver a su Bélgica natal y acepta el puesto de Profesor de Economía Internacional en la Universidad de Lovaina. Mientras ejerce como docente publicará varias obras, la primera en 1979 anunciando la crisis de la deuda de América Latina que se producirá a principios de los años 80.

Rápidamente, se convierte en el especialista de las cuestiones monetarias internacionales, tanto es así que el Banco Nacional de Bélgica (B.N.B.) le propone un puesto de alta dirección. Durante su carrera en el BNB, participará en la creación del Euro y ocupará también el puesto de Presidente del Sistema de Pago Electrónico de Bélgica.

Tras 5 años en el cargo, Bernard Lietaer llega a la conclusión de que un Banco Central sólo existe para perpetuar un sistema instaurado y no para mejorarlo, por lo que decide dejar el puesto.

A continuación cofunda GaiaCorp y dirige fondos monetarios; uno de ellos, el Gaia Hedge II será reconocido como el más rentable del mundo bajo su dirección de 1987 a 1991. En 1992, Bernard Lietaer es elegido "mejor trader de monedas del mundo" por la revista Business Week.

En 2012, es el autor principal de una publicación del Club de Roma, "Moneda y estabilidad: el vínculo faltante", que anuncia que los años 2007 a 2020 serán un gran período de agitación financiera y de derrumbamiento monetario gradual.

Bernard Lietaer es uno de los mayores defensores de las monedas complementarias y, en particular, de las monedas regionales. También está convencido de la correlación que existe entre la moneda que utilizamos y el paisaje comunitario y ecológico del que formamos parte.


Democracia

David Van Reybrouck (Historiador, escritor)
Todos podemos constatarlo, la vida política contemporánea está en un callejón sin salida. La abstención cada vez es mayor, las filas de los partidos se reducen y las opciones electorales se asemejan a menudo a caprichos circunstanciales. Para desbaratar este "síndrome de agotamiento democrático", como lo llama David Van Reybrouck, el historiador y escritor belga propone un principio que estuvo muy en boga en la Grecia Antigua: el sorteo. Porque introducir un toque de azar en nuestras instituciones representativas no podría tener otro efecto que el de revitalizar la democracia. La deriva oligárquica de las democracias occidentales se viene denunciando desde hace mucho tiempo y no es absurdo achacarla al mecanismo electoral, henchido de clientelismo y de favores debidos. En esta forma de democracia participativa y deliberativa, unos ciudadanos elegidos por sorteo echarían una mano a los elegidos en las urnas. Volviendo a dar un espacio a ciudadanos procedentes de todas las capas sociales y todos los campos profesionales, volveremos a dar voz al pueblo para tomar las decisiones que le conciernen.

Elango Rangaswamy (Ex-alcalde de Kuttambakkam (India))
En el pueblo de Kutthambattam, en el estado de Tamil Nadu, un ex-ingeniero de la industria química ha transformado el destino de sus 5.000 habitantes. Un pueblo que estaba sujeto a la violencia, al comercio ilegal de alcohol y a la contaminación, se ha convertido, a lo largo de los años, en un modelo de democracia participativa. Desde 1996, Elango Rangaswamy preside la Asamblea de los cinco sabios (Panchayat), el sistema de gobierno en vigor en los pueblos indios. Pero ha decidido implicar a todo el mundo en su proyecto de gobierno. Para luchar contra el crimen, ha iniciado la construcción de viviendas para las comunidades más pobres, insistiendo en el mestizaje entre castas. Asimismo, ha pedido a los habitantes de su pueblo que participen en la reparación de los servicios de saneamiento, de carreteras y de alumbrado. Ahora, el 100 % de los niños están escolarizados. Cuando se da cuenta de que el 80 % de los bienes consumidos en el pueblo pueden producirse allí por los propios habitantes, se lanza en una empresa de relocalización de la economía. Junto con siete u ocho pueblos de los alrededores, Kutthambattam constituye una zona de libre intercambio. El dinero se invierte directamente en desarrollo local.


Educación

Kari Louhivuori (Director de la Kirkkojarvi Comprehensive School de Espoo, Finlandia)
Hace unos cuarenta años, Finlandia se puso a trabajar en las reformas necesarias de su sistema educativo en el marco de un plan de salida de la crisis económica y apostó por una escuela pública igualitaria. Pero hasta los años 2000 el país no captó la medida real del éxito de esta empresa, cuando los primeros resultados del PISA (Programme for International Student Assessment), un test que evalúa los conocimientos de los niños de 15 años en diferentes países, revelaron que los finlandeses eran los mejores jóvenes lectores del mundo. Tres años después, eran los mejores en matemáticas. Y en 2006, Finlandia estaba a la cabeza en ciencias, por delante de 47 países.

Kari Louhivuori es el director de la Kirkkojarvi Comprehensive School, de Espoo, en la región de Helsinki.

La filosofía de la escuela es muy simple: enseñar a los niños a aprender, prepararlos para la vida. Si un método no funciona con un alumno, es que el método no es el adaptado para él. Cuando uno de sus alumnos procedente de Kosovo tiene un fracaso escolar completo, después de que los profesores hayan intentado múltiples soluciones, Kari Louhivuori no duda en adoptar medidas extremas para Finlandia: le hace repetir, algo inusual e incluso obsoleto en este sistema educativo. Entonces decide ocuparse de él personalmente, se convierte en "su" estudiante. El joven Besart, cuando no está estudiando ciencias, geometría o matemáticas, está sentado al lado de Kari mientras que éste le enseña; lee lentamente uno a uno los libros que le da, para terminar devorándolos de diez en diez. Al final del curso, este hijo de refugiados de guerra kosovares ha adoptado el idioma local y es consciente de que puede, como todos los demás, aprender lo que se le enseña en el colegio. Este ejemplo individual explica muy bien las razones del éxito del sistema educativo.

En el centro dirigido por Kari Louhivuori, el 43% de los alumnos proceden de la emigración.

Muchos de ellos no hablan finés cuando llegan al colegio. Los profesores de Kirkkojarvi se han adaptado al número particularmente importante de niños que no hablan su idioma. Han creado clases preparatorias, que permiten a los niños empezar un aprendizaje en arte, deporte y trabajos prácticos, mientras van aprendiendo el finés. Más tarde irán integrando progresivamente otras asignaturas, cuando su dominio del finés se lo permita.

De estas clases se encarga un profesor especializado en aprendizaje multicultural.

En Kirkkojarvi, como en todos los centros de Finlandia, no hay exámenes

o controles estandarizados, ni para profesores, ni para alumnos. No hay inspector de educación, no hay examen de fin de curso. El único examen estandarizado es el que marca el final del instituto. Antes de eso, y a partir de 6º de primaria, los alumnos pueden participar en exámenes de fin de curso, si el profesor acepta la participación de su clase, pero es más por curiosidad que por espíritu de competición, ya que no se publican los resultados. A Louhivuori, como al resto de docentes, le cuesta mucho entender la fascinación de los demás países por los exámenes estandarizados, ya que considera que sabe mucho más sobre los alumnos que lo que aportaría ningún examen.

Finlandia constituye hoy en día una excepción en el mundo de la educación e intriga y fascina a partes iguales, con sus métodos pedagógicos y sus excepcionales resultados.