Max (Dani Casellas) ronda la treintena y vive con Emma (Laia Vidal), ​​su íntima amiga. Una noticia inesperada causa una brecha entre ellos y hace que crezcan en Max dudas e inquietudes que le obligarán a salir a la calle y abandonarse a la noche. Yo la busco es el retrato de una pareja, su ruptura y un extraño y transformador paseo por la noche barcelonesa.

Yo la busco podría definirse como una comedia dramática espontánea y sincera. La trama nos adentra en la concreta intimidad del Max y Emma para reflexionar sobre temas tan absolutos como la amistad, el amor, las relaciones y la convivencia. El tono que enmarca la película destaca por su frescura, la naturalidad desenfadada y el carácter absurdo y fantástico de lo mundano. El estilo es aparentemente blanco y amable pero tiene un trasfondo más ácido y descabellado que aparece a medida que el film avanza y cae la noche.

Yo la busco retrata Max y Emma y con ellos un conflicto y una etapa generacional: una relación de amistad, una manera de sentir y este deambular que caracteriza el estado vital de la juventud actual. Es por eso que la película habla directamente a un público de unos 20-35 años y es a la vez seductora para aquellos espectadores con interés para entender las formas de convivencia contemporáneas.