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El misterio del Padre Pío cartel reducidoEl misterio del Padre PíoDirigida por José María Zavala
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Al Padre Pío, uno de los más grandes santos de la Historia, canonizado por San Juan Pablo II, le colocaron micrófonos en el confesonario y le acusaron de mantener relaciones sexuales con sus hijas espirituales. Sufrió una persecución implacable por parte de algunos hombres de Iglesia. La película ofrece, en clave de thriller, testimonios y documentos jamás divulgados sobre el complot urdido contra su protagonista, que tuvo los estigmas de Jesucristo en manos, pies y costado durante 50 años consecutivos; leía el alma de la gente en cualquier idioma; y se "paseaba" por el mundo gracias al don de la bilocación (la posibilidad de estar en dos sitios distintos al mismo tiempo).


Argumento
16 de junio de 2002. Cientos de miles de personas abarrotan la Plaza de San Pedro y los aledaños del Vaticano con motivo de la canonización más multitudinaria en la Historia de la Iglesia: la de San Pío de Pietrelcina, conocido como Padre Pío.

En un estado de patente deterioro y con palabras casi "¿No es precisamente el gloriarse en la Cruz lo que más resplandece en el Padre Pío? ¡Qué actual es la espiritualidad de la Cruz que vivió el humilde capuchino de Pietrelcina! Nuestro tiempo necesita redescubrir su valor para abrir el corazón a la esperanza".

¿Cómo es posible que un "pobre fraile que reza", como parte del planeta al cabo de treinta y cuatro años de su muerte, pendiente de la retransmisión en directo de aquel evento por parte de decenas de televisiones de todo el mundo? Muchos siguen preguntándose hoy, con razón: ¿Quién fue en realidad el Padre Pío…? Él mismo exclamaba, enigmático, en una carta escrita de su puño y letra el 15 de agosto de 1916: "¡Soy un misterio para mí mismo!".

Resulta imposible así iluminar a uno de los hombres más importantes del siglo XX sin indagar en sus profundas raíces. Nacido el 25 de mayo de 1887, miércoles, a las 17 horas en Pietrelcina (Benevento), en la casa familiar de Vico Storto Valle, 27, Francesco Forgione di Nuncio, como se le bautizó en la iglesia arciprestal de Santa María San Francisco de Asís.

A esa misma edad, sabemos por su futuro director espiritual, Benedetto de San Marco in Lamis, que se le apareció el Sagrado Corazón de Jesús en el altar mayor de la Iglesia, indicándole que se acercase hasta él para bendecir con su santa mano la cabeza del pequeño en agradecimiento por haberle consagrado su amor.

Los padres de Francesco, Grazio María Forgione y María Giuseppa di Nuncio, eran campesinos de la Italia profunda que mantenían laboriosamente a sus siete hijos, dos de los cuales fallecieron a temprana edad.

Pero todo empezó en realidad para nuestro protagonista el 20 de septiembre de 1918, a la edad de treinta y un años, cuando recibió de forma visible los estigmas de Jesucristo en manos, pies y costado, sangrantes a diario, hasta su misma muerte acaecida cincuenta años después, el 23 de septiembre de 1968.

Los periódicos de la época se hicieron eco enseguida de aquel prodigio: "El fraile estigmatizado de San Giovanni Rotondo", titulaban sus crónicas. Y desde entonces, arreció la persecución implacable contra el capuchino. El arcipreste Giuseppe Prencipe elaboró informes donde se estafador, ambicioso…". Todas estas calumnias eran consentidas y alimentadas por monseñor Pascuale Gagliardi, arzobispo de Manfredonia, quien llegó a declarar bajo juramento que descubrió en la celda del Padre Pío una botella de ácido nítrico con la que se provocaba los estigmas y otros frascos de colonia para perfumarlos.

En el conciliábulo participaba un médico eminente, el padre Agostino Gemelli, de la Orden de Hermanos Menores Franciscanos, que a su condición de antiguo socialista y de rector de la Universidad Católica de Milán, unía la de que se autolesionaba para provocarse los estigmas. Pero hasta el punto de pedirle perdón al Padre Pío en su mismo confesonario...

El Santo Oficio firmó 5 decretos contra el Padre Pío en 1923, 1924, 1926 y 1931, condenando su apostolado y exhortando a los fieles a que le considerasen un impostor y se abstuvieran de ser dirigidos espiritualmente por él. Finalmente, dispuso que se le encerrase en un convento transformado en cárcel desde el 11 de junio de 1931 hasta el 16 de julio de 1933, período durante el cual se le prohibió celebrar Misa en público y confesar. ¿Qué peor castigo para un sacerdote?.

Entre tanto, los años transcurridos desde la aparición de sus estigmas hasta el primer decreto punitivo del Santo la conversión del doctor Festa, alto grado de la masonería; del marqués Mario de Giacomo, conocido millonario que dejó como heredero de todos sus bienes al fraile; y del vividor y ex cabaretero Emanuelle Brunatto, que acabó convertido en su hijo espiritual predilecto. El Padre Pío llegaba a pasar dieciséis horas diarias en el confesonario. "Te leía el alma en cualquier idioma", asegura hoy fray Carlos Laborde, guardián del convento, en una de las entrevistas grabadas en San Giovanni Rotondo. "Wojtyla –añade fray Carlo- estaba convencido de su santidad", desde que fue a visitarle recién ordenado sacerdote, en 1948, para confesarse con él y asistir a su Misa.

Mientras, el capuchino adoraba a su madre y se deshacía en lágrimas cada vez que Beniamino Gigli, elegido mejor tenor del siglo XX, le cantaba la popular melodía napolitana Mamma, tras su tumbativa conversión por mediación del Padre Pío. "Al morir su madre –comenta otro entrevistado- estuvo tres días enteros velando su tumba".

Al Padre Pío le encantaba también bromear y pasear con sus hermanos por el huerto del convento. Fray Marciano Morra, uno de los últimos frailes aún vivos que convivieron con él, relata divertidas anécdotas de su lado más humano en otra entrevista en exclusiva para la película.

La presencia del Padre Pío se palpaba en todo el mundo, pese a que él no saliese durante cincuenta y dos años consecutivos de su convento. El 13 de mayo de 1981, una hija espiritual suya, Sor Rita del Espíritu Santo (Cristina Montella, de seglar) estuvo en bilocación en la Plaza de San Pedro para impedir que el turco Alí Agcá siguiese disparando contra Juan Pablo II.

En la declaración del terrorista ante el juez Ilario Martella, Agcá se refiere a dos monjas, una de las cuales (Sor Rita) le agarró de la muñeca derecha y le impidió matar al Papa; la otra religiosa, tal y como informaron los medios de comunicación en su día, fue la que se interpuso en el camino de huida del terrorista e hizo posible su detención.

Gracias a la intercesión del Padre Pío, la niña Gemma di Giorgi, que nació sin pupilas, consiguió ver y presta ahora su testimonio estremecedor también en exclusiva para la película.

La persecución contra el Padre Pío arreció a partir de 1960, en pleno Pontificado de Juan XXIII. La visita de Monseñor Maccari, enviado por el Santo Oficio para investigar al Padre Pío, dio rienda suelta una vez más a las calumnias y a los falsos testimonios contra el capuchino. "Al Padre Pío llegaron a colocarle micrófonos en el confesonario", asegura hoy Fray Carlo Laborde; práctica que supuso la flagrante vulneración del sigilo sacramental.

El sistema de escuchas se estableció en la celda número 4, contigua a la 5 del Padre Pío, donde éste entonces recibía visitas y confesaba, dado que pernoctaba en la celda número 1. En la película aparece la fotografía de la navaja con la que el Padre Pío, al descubrir el magnetofón que tenía en su celda, cortó los cables y produjo un cortocircuito inéditos sobre este peliagudo asunto.

En la película se muestra también en primicia una copia diciembre de 1964, asegurando que en ningún momento sufrió persecución por parte de miembros de la Iglesia.

Junto a imágenes y audios inéditos del Padre Pío sobre su vida en el convento, de charla con amigos y hermanos conventuales, o en ceremonias religiosas, ofrecemos también otros muchos documentos desconocidos sobre la público sus Archivos sólo hasta el año 1939. Pero ahora salen por fin a la luz los documentos de la segunda persecución –la más atroz de las dos- desatada en los años sesenta...

Y entre tanto, la historia continúa, al hilo de la promesa del Padre Pío: "Daré más guerra muerto que vivo". Conoceremos los testimonios más impactantes de la Positio a la que también hemos tenido acceso.