La segunda película del noruego Benjamin Ree retrata una historia de amistad conmovedora y tremendamente humana: la que comparten la pintora checa Barbora Kysilkova y Karl Bertil-Nordland, el ladrón que robó dos de los cuadros más valiosos de una de sus exposiciones. Tras conocerse en los juzgados, Barbora insiste en pintar un retrato de Karl, y entre los dos nace una inesperada relación de calidez y confianza que deberá hacer frente a los demonios que habitan dentro de ambos.