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InCubando

Folk

Fecha de publicación del disco: 13 de mayo de 2008

InCubando
Cositas in-solitas
De muy buen ver
El caramelo
Distancia espeluznante
Para Aragón
Agua que ha de correr
Chufla, dragón
25 años
Mediterráneo
La Dolores
Picadillo-mix

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Carmen Paris: InCubando - portada mediana
Los aires de La Habana
El disco te parece que es:

InCubando es el tercer disco de estudio de Carmen Paris. Un álbum intenso, vitalista, luminoso. Una artista que se subleva contra los tristes, los cenizos, los pusilánimes y, por supuesto, contra todos los que aún hoy limitan a la mujer a su apariencia física. Si accedieran a destaparse los oídos, todos ellos podrían sacar sabrosas conclusiones de estos doce temas; una docena de pinceladas que nos retratan a una Carmen corajuda, plena, fértil.

InCubando es el fruto de un año frenético de inspiración y pasiones; pero, sobre todo, de un feliz cúmulo de casualidades. Tras publicar su segundo álbum (Jotera lo serás tú, 2005), la siempre ajetreada agenda de nuestra protagonista entró en fase de auténtica ebullición: a la gira propia se sumaban la aventura de Mujeres con cajones, junto a Susana Baca y Albita; su participación en la zarzuela Gran Vía, de Chueca, y la creación del espectáculo Savia Nueva Danza junto al bailarín zaragozano Miguel Ángel Berna. Y eso, por no hablar de su compromiso afectivo con las mujeres palestinas.

Así las cosas, llegó 2007 y la París no había escrito ni una línea de su nuevo álbum. Ni un miserable compás. Nada. "Confío en mi creatividad, pero no en mi ritmo de vida", argüía si le preguntaban qué tal iba la gestación de la nueva criatura. Hasta que una noche, cenando con un grupo de amigos, les confesó que en el frenesí de su agitada vida de artista comprometida le resultaba imposible componer una sola nota. En ésas, uno de los comensales le lanzó una oferta que nunca habría imaginado: "Yo tengo un apartamento en La Habana. Enciérrate en él y así no tendrás excusas". Así fue cómo esta tarraconense de Zaragoza puso rumbo a la isla caribeña en una aventura que, muy probablemente, le ha cambiado la vida.

No, InCubando no estaba destinado a ser "el disco cubano de Carmen París", ni es el resultado de una profunda reflexión o un largo anhelo. En puridad, su autora supo hacer de la necesidad, virtud. Fueron las leyes del azar quienes abrieron ante ella un prodigioso abanico de vivencias, sonidos y sensaciones. Carmen se empapó de todo ello y supo concebir un disco del que, el primer día, sólo sabía el título.

Corría el 8 de enero de 2007, era la primera vez en su vida que pisaba La Habana y sólo tuvo tiempo de pasear por una feria artesanal, adquirir un precioso cuaderno de ron Havana Club y escribir en su primera página, con letra primorosa: "Carmen París: dragona in-cubando". El disco que hoy escuchas es el fruto de las páginas que siguieron a continuación.

Las canciones fueron naciendo lúcidas, burlonas, vivarachas, empapadas de luz caribeña y de un irresistible buen sentido del humor. InCubando encapsula a una Carmen firme y a la vez serena, inmersa en la plenitud vital de quien el próximo septiembre celebrará su cumpleaños número 42. "Hay que fluir con la vida, como en el Tao, y no estar siempre librando batallas", razona mientras apura un buchito de ron añejo, su nuevo líquido talismán. "Cuando tenía 20 años, me enfadaba a las primeras de cambio y lo mandaba todo a la mierda. Ahora voy aprendiendo...".

Y son muchas, en efecto, las enseñanzas adquiridas para esta tercera entrega. Por ejemplo, que la felicidad también puede ser un magnífico campo abonado para la inspiración. "Me fatiga ese discurso de que las mejores canciones sólo pueden nacer de la negrura, el dolor y la soledad”, objeta. “Yo también he escrito algunas buenas canciones desde el desamor, pero no es condición imprescindible". Por eso InCubando ha nacido así, tan radiante, tan femenino, tan carente de complejos. "Me siento menos temperamental que antaño y ahora soy más práctica y reflexiva", revela una Carmen más madura ("¡gracias a Dios!"), pero que conserva intacto "ese espíritu de la niñez, esas ganas de jugar y disfrutar".

Musicalmente, InCubando continúa con el aliento en la jota aragonesa, pero con tantos matices y transgresiones como en su firmante es costumbre. La presencia de los ritmos cubanos es, desde luego, la principal novedad en esa marmita que Carmen remueve con su sabiduría habitual. La influencia de la isla ya asomaba en su obra anterior, pero ahora se ha multiplicado exponencialmente. "No olvidemos que Fernando I de Aragón envió a Colón hasta sus costas y que José Martí estudió en la Universidad de Zaragoza y se enamoró por esas tierras", anota la París con su proverbial locuacidad. "Las conexiones son evidentes en la cultura y, por extensión, en la música. Ahondar en ellas constituía una oportunidad maravillosa".

De entrada, fueron dos los meses de estancia en la capital cubana, pero Carmen ya se encargó de prorrogarla con dos visitas posteriores, en mayo y octubre. Los versos antes remisos se agolpaban ahora con ritmo feraz en el cuaderno aquel de Havana Club. Así llegó la guasa autobiográfica del tema central, la valerosa reivindicación femenina (¡con rap incluido!) en De muy buen ver, el divertido paren-el-mundo-que-yo-me-bajo de Chufla, dragón o la pasión desbordada en Distancia espeluznante y Agua que ha de correr, dos piezas que ha publicado esta mujer criada entre Utebo y el barrio zaragozano del Gancho. Por no hablar de las casualidades (¿o son causalidades?) que relata Cositas in-solitas, fiel testimonio de un destino que a Carmen no deja, últimamente, de guiñarle el ojo.

Han pasado muchas cosas estos doce últimos meses, sí, y casi todas buenas. Es un gusto poderlas compartir ahora con su protagonista, a la que ya empezábamos a echar de menos en los anaqueles de las tiendas de discos. "Me quedo con la sensación de que podré dormir tranquila con este trabajo", resume su artífice. "Por fortuna, sigo haciendo lo que quiero hacer y diciendo lo que necesito decir. Aunque algunas cosas no gusten, hay que decirlas".

Y dichas quedan.


Los secretos de las canciones

InCubando
La obra dentro de la obra, o un relato en primera persona de cómo se empieza a gestar el álbum: salvando las distancias, algo parecido a lo que Lope de Vega puso en práctica con aquello de "Un soneto me manda hacer Violante...". Carmen ya había recurrido, más tímidamente, a esta técnica en el tema central de Jotera lo serás tú, cuando aquello de "... y con esta tontería / ya he terminado una estrofa". Por lo demás, un magnífico preámbulo de lo que se avecina.

Cositas in-solitas
Una sucesión de episodios asombrosos que, pásmense, tienen base real y se plasman tal y como ocurrieron, sin apenas ajustes literarios. "Pretendía abordar de una manera desenfadada el principio de sincronicidad de Carl Gustav Jung, eso de que las cosas no suceden por casualidad, sino por causalidad, por algún motivo", anota la autora. E insiste: "Los episodios que aquí cuento han sucedido. Son coincidencias insospechadas que deben tener algún significado profundo. No es posible tanto azar...".

De muy buen ver
¿La París, rapeando? Pues sí, y a mucha honra. "A fin de cuentas, se trata de un recitado crítico y de protesta, y me interesaba utilizarlo para que se comprendiera mejor el mensaje". Porque, más allá de la novedad formal, De muy buen ver encierra una crítica demoledora "la constante promoción de modelos femeninos cuya mayor virtud es el canon estético o el glamour". Es un vicio de la sociedad occidental que París pone de relieve. "Me cansa esa tiranía de la mercadotencia y sus mujeres. Ha habido muchas ocasiones en mi vida en las que he ocultado mis atributos físicos, para que sólo valorasen mi trabajo".

El caramelo
Con ustedes, el primer sencillo de este In-cubando, un tema sabroso y pegadizo como el mismo elemento que le da título. Incluye un indudable deje aflamencado en la armonía y la melodía, pero con el aderezo de un ritmo eminentemente latinoamericano y de unas guitarras eléctricas que acentúan todavía más esa sensación de mestizaje. "Esas melodías andalusíes habrían encajado bien con un violín", admite París, "pero preferí las guitarras para acentuar el ingrediente transgresor".

Distancia espeluznante
Un bolerazo, sí. Y, como todo bolerazo que se precie, una incandescente declaración de amor. Ahora bien, su origen argumental proviene de un territorio en principio tan poco poético como la física cuántica. A París le había caído entre las manos un libro curioso, La ciencia antigua y el misterio de la luna, de Christopher Knight, y hojeando distraídamente entre sus páginas se encontró con el siguiente principio científico: cuando dos quarks con el mismo spin o giro se separan, si se cambia el spin de uno, el del otro cambia también instantáneamente sin importar la distancia entre ellos. Einstein llamó a este fenómeno ‘distancia espeluznante’, lo que a mí me pareció un maravilloso título para un bolero", explica su creadora. Por cierto, París se lo mandará en breve a Pedro Almodóvar. Avisados quedan.

Para Aragón
Una colaboración de Carmen con Haydée Milanés –la estupenda cantante cubana, hija de Pablo Milanés﷓ y Ludmila Mercerón, musicóloga, pianista y cantante de Santiago de Cuba que, por aquello de que los círculos siempre se cierran, lleva dieciocho años viviendo en Zaragoza. Ningún otro tema del álbum resume mejor qué es una jota acubanada (o una cubanada maña, como prefieran). La letra es un poema de José Martí, padre del Partido Revolucionario Cubano, que estudió en la Universidad de Zaragoza y tuvo novia aragonesa y al que París ha querido revisar aquí desde la actualidad. "Resultará muy interesante atender a lo que decía hace un siglo, tomar nota y trasladarlo al momento actual".

Agua que ha de correr
Un ritmo de doce por ocho siguiendo la afrocubana "clave del bembé" para generar esa sensación de agua en movimiento y una letra de gran intensidad poética, en la que el amor entre el ser masculino y el femenino se identifica con un cauce (varón) por el que fluye el agua de la mujer. Por lo demás, un trabajo perfecto para comprender el concepto "campo semántico", elaborado aquí con habilidad pasmosa. Y un indicio de por dónde puede París encaminar sus pasos futuros. "Creo que mi cuarto disco seguirá una línea parecida a este tema, o a otros anteriores como El mundo que te rodea, Revelación y Rompiendo la ola. Me atrae mucho esta línea de pop étnico y jazzístico, a la manera de –para entendernos﷓ Peter Gabriel, pero con esencia ibérica".

Chufla, dragón
El título proviene de un chiste baturro (aquel del campesino cuyo burro se queda atrancado en mitad de la vía, y cuando escucha el silbido del tren a lo lejos exclama: "Chufla, chufla, que como no te apartes tú..."). Y la temática es toda una declaración de principios: los de una mujer que, desde hace cinco años, ha renunciado deliberadamentea la tele, la radio, Internet y el correo electrónico. "Soy bastante cavernícola, lo reconozco, pero no me gusta cómo se utiliza la tecnología, siempre dirigida por la idiosincrasia gobernante". Ya puestos, el tema incluye una denuncia a la colonización cultural a la que tantos intérpretes se pliegan (o imitan inconscientemente).

25 años
Un temazo del artista cubano de gran éxito en Francia Raúl Paz que la París interpretó a dúo junto a su creador, en el Grand Rex parisino, en marzo de 2007. La experiencia le dejó tan buen sabor de boca que quiso recuperarlo para este disco y convocar a otro zaragozano ilustre, Santiago Auserón. "En este 2008 tan aragonés y zaragozano, y siendo como somos un buen puñado de artistas maños en el panorama nacional, era una buena razón para proponérselo a Santiago, que también es del barrio del Gancho y tiene vínculo con Cuba en su obra. He cumplido un sueño cantando con él, porque le admiro desde siempre", argumenta Carmen.

Mediterráneo
El clasicazo de Serrat, reconstruido de forma muy personal. "Es un tema maravilloso y tan conocidísimo que para volverlo a recrear debía ser diferente, y aportar tambien la esencia del Mediterráneo de tierra adentro". Las diferencias con el Mediterráneo de 1971 son muy notables, qué duda cabe, pero la emoción permanece. "Aquí también quería cerrar un círculo. Ya había grabado a Sabina en aquel disco homenaje, y la añoranza que le quité a la Calle Melancolía se la he puesto ahora a la canción de Serrat". A fin de cuentas, París es una mediterránea (de Tarragona) que emigró al interior (Utebo, Zaragoza) y sabe bien qué significa la nostalgia del mar. "De niña le daba mucho la lata a mis padres para que me llevaran a la playa, aunque fuera en enero...".

La Dolores
Una nueva incursión de París en el repertorio zarzuelero, después de haberse atrevido con esta Jota de La Dolores en el álbum colectivo La zarzuela + pop. La reconstrucción de la partitura original de Bretón es radical y sorprendente: la melodía que aquí sirve como arranque es la que sostienen las trompas por debajo de los coros, una línea que le puede que pasar del todo inadvertida al oyente poco avezado en la música sinfónica. "Por lo demás", explica París, "comienzo con aires que mueven a la jota por ambiente de aire mexicano y efluvios jazzísticos y de cabaret para desembocar en una atmósfera que preserva el espíritu épico del original, además de incluir guiños finales a Stormy weather y Corazón partío, títulos que le sirven para describir lo que supuso para los aragoneses su resistencia fiera a la ocupación francesa. Ah, y actualicé la letra con ironía: del ‘España y sus regiones’ original paso ahora a ‘España y sus naciones’, que es lo políticamente correcto...". El piropo original, pensado desde la perspectiva masculina, se convierte aquí en "Por una moza del Gancho hay un puñao que se mueren". La París, muy chulica...

Picadillo-mix
Una guasa picante y transgresora, un corte de mangas divertido. Las jotas de picadillo perviven en la tradición oral como alusiones subidas de tono sobre las más variadas e insólitas situaciones. Ahora, este mix novosecular sirve como "burla a la corrección social", en palabras de su autora, que ha tenido que lidiar hasta con la regañina materna. "Es cierto: Mi madre me espetó: ‘Pero Mari Carmen, ¿era esto necesario?’. Y sí, es necesario como una forma de contracultura. Soy mujer universitaria y puedo expresarme con corrección académica y educadas maneras, pero mi naturaleza salvaje no comparte esa imposición social de que es feo e inconveniente que una chica fina y educada llame a las cosas por su nombre cuando es necesario. He sido muy fina y elegante en la selección de coplas y las he tenido que adaptar, pues suelen ser en masculino. ¡Si escucharas la recopilación que realizó el pintor Ángel Aransay grabada en Jotas Guarras(Vols. I y II), eso sí que es fuerte!".

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