Siwel

Fabricado con toda frescura y desnudez, el álbum de Siwel está unido a los sueños de bien entrada la noche. Construído por iniciativa propia de manera minimalista, cada momento rebosa de un moderado y prudente drama de principio a fin. El lánguido acompañamiento de guitarra, con los justos y pragmáticos arreglos de cuerda en algunas de las canciones, dan un toque particularmente evocador a cada uno de los temas. Además, no cabe ninguna duda de que todo autor que se enfrente a un disco con su guitarra y su imaginación tiene conseguida una merecida admiración.

Vale la pena tener títulos de canciones como Call Me Mr. Sad, Dreams, (Still) No Name o No Mistake, si puedes dar algo tan estilista y delicado como lo hace Siwel. Los resultados son imaginativos y su dulce y, en ocasiones, vulnerable voz, son el compañero ideal en este viaje de cotidianas vivencias.

La escurridiza narrativa de Call Me Mr. Sad es interesante, demostrando que acercarse a cualquier drama generacional es positivo. Testigo que hace valer su derecho a relatar los hechos como los respira y siente, dando un vistazo a la obvia dificultad de manejarse correctamente en nuestras relaciones con la vida.