Mendetz, Silly Symphonies

Silly Symphonies es el título del nuevo trabajo de Mendetz que se pondrá en circulación el 6 de diciembre. Como primer videoclip Plasticine, dirigido por Venga Monjas y protagonizado por Miguel Noguera, cómico, ilustrador y agitador intelectual en todos los ámbitos, autor del best-seller (o casi) "Ultraviolencia" editado por Blackie Books.

MENDETZ: "Hace tiempo que somos fans de Venga Monjas y, cómo no, de Miguel Noguera, y poder contar con ellos para un videoclip es un lujo. "Plasticine" se podría entender como una pequeña fábula planteada en lo musical como un crescendo desde una electrónica de juguete a una convulsión final orgánica y épica. No para de crecer, y duele. Los Venga Monjas hicieron una interpretación muy personal, arriesgada y sobre todo, sentida, de ese crescendo. El videoclip nos emocionó en cuanto lo vimos. Amistad, amor, poder... un videoclip cuidado y arriesgado, con un Noguera memorable. No podríamos pedir más".

VENGA MONJAS: "Aceptamos el tema 'Plasticine' porque pensábamos que estaría cantado en francés. Luego descubrimos que no, pero era demasiado tarde. Estamos muy orgullosos de este pequeño malentendido, porque luego la canción terminó encantándonos. 'Plasticine' es un tema muy juguetón, y para ello quisimos contar con el actor más juguetón que conocemos: Miguel Noguera. Lo que nos apetecía esta vez era involucrarlo en un cuento sobre la amistad y la nobleza entre chicos. Aunque las chicas siempre se desarrollan más rápido".

MIGUEL NOGUERA: "En Gavà había mosquitos tigre y cero previsión. Os lo juro: el niño enfermó. Tuvieron que hospitalizarlo por unas fiebres raras. La chica volvió a casa con el culo acribillado (esto suena muy mal), quiero decir que los mosquitos se cebaron con sus glúteos cuando rodamos la escena de los bambúes. El suelo estaba sembrado de caquitas de conejo que terminaron pulverizadas bajo el peso de los pies descalzos de los indígenas (que, por cierto, se hartaron de esperar bajo el sol sin hacer nada). La única zona de sombra del lugar la procuraba una palmera podrida; pero aquello era un nido de condones, compresas y, ¡joder!, ahora me he acordado de la manta guarra de un pobre desgraciado que debía de pasar ahí la noche, un indigente que dormía entre residuos genitales, ¡pobre, pobre diablo! Aunque lo peor de todo, el detalle más feo, es que el pobre niño no lo pasó bien; de verdad, no se divirtió en absoluto, eso sí que habla mal de los Venga Monjas... Y no cobré un duro, ¿eh? Me jodieron fuerte en Gavà. Putas amistades ¡Putos compromisos!"