La película estará dirigida por Paul Feig (Cazafantasmas, La escuela del bien y del mal). Protagonizada por Sydney Sweeney (Immaculate; Cualquiera menos tú), Amanda Seyfried (Mamma Mia! La película; Los Miserables) y Brandon Sklenar (El vicio del poder; Romper el círculo). El poder de la recomendación digital ha conseguido elevar a los tops súper ventas las novelas de Freida McFadden.
Basada en el libro homónimo de Freida McFadden, que encabezó listas de más vendidos en todo el mundo y dejó boquiabiertos con sus giros sorpresa, el director Paul Feig construye un mundo de elegancia de postal sobre tantas capas de engaño que solo pueden desmoronarse espectacularmente. Feig es conocido por clásicos liderados por mujeres como la nominada al Oscar La boda de mi mejor amiga (Bridesmaids; Guion Original y Actriz de Reparto, 2011). Aquí, le da la vuelta al thriller de venganza sombrío con una belleza suntuosa y un sentido del entretenimiento total, aunque afilado.
"La diversión de esta historia viene de lo extrema que se vuelve. Siempre vi LA ASISTENTA como una película de Nancy Meyers que se tuerce horriblemente", explica Feig, aludiendo a las comedias románticas luminosas y en hogares idílicos que caracterizan a Meyers. "Esa idea inspiró todo, desde el diseño de producción hasta la forma de interpretarla. Tensión, sustos y humor se entrelazan constantemente, y fue un sueño darle vida."
Feig se centró en diseñar dinámicas de poder tan patas arriba que el público cambia una y otra vez de bando... y se pregunta en qué cuento tentador está creyendo. "Me encanta una historia que te hace pensar en lo que apoyas y lo que no", dice Feig. "Pone un foco sobre los juicios que hacemos sobre la gente, las situaciones y lo que creemos que queremos. A veces, cuando por fin ves la realidad debajo, vuelca toda tu visión de cómo funciona el mundo."
Sobre cómo controla una narración meticulosamente diseñada para descarrilar, Feig invoca a Hitchcock. "Hitchcock decía que es como tirar de un hilo. Si tiras demasiado, se rompe, y si no tiras lo suficiente, se hunde. Quisimos ver hasta dónde podíamos tirar del hilo de este mundo sin que se rompiera."
Los productores vieron en Feig el emparejamiento perfecto para una historia que exige, a la vez, estilo de cine pop y retorcidos juegos psicológicos. "Paul es genial mezclando géneros, como ha demostrado en Un pequeño favor (A Simple Favor) y Otro pequeño favor. Nos encantó su visión para LA ASISTENTA, y nos encantó cómo convirtió la película en un retorcido relato de empoderamiento", dice el productor Todd Lieberman. "Para quienes no han leído el libro, la historia los va a volar. Y para los fans que sí, les espera un viaje profundamente satisfactorio."
Laura Fischer, socia productora de Feig en Pretty Dangerous Pictures, añade: "Lo que a la gente le encantó del libro y le encantará en la película es que los giros nunca dejan de llegar. Paul jugó con eso de la manera más entretenida posible."
Impulsando esos giros está el trío de interpretaciones descomunales de Sydney Sweeney, Amanda Seyfried y Brandon Sklenar. Sweeney y Seyfried, que también ejercen como productoras ejecutivas, mantienen al público en vilo como dos mujeres en espejo de situaciones de clase muy distintas, mientras Sklenar explora los límites del encanto cegador. La productora ejecutiva Carly Elter apunta que la "emoción de la película reside en la naturaleza cambiante de sus personajes: cada uno, en algún momento, es víctima, villano, testigo y héroe, y los secretos de quiénes son realmente se revelan solo al último minuto."
Sobre la trilogía de novelas de La Asistenta
Sus novelas son adictivas, llenas de impactantes giros y humor negro, con un ritmo vertiginoso y con finales que dejan al lector con la boca abierta. La serie iniciada con La asistenta, a la que se han sumado El secreto de la asistenta y La asistenta te vigila, publicado en en España en el pasado mes de julio, es un fenómeno editorial global que acumula millones de lectores en todo el mundo y arrasa en redes sociales.
La autora Freida McFadden ha visto como La asistenta la catapultaba al éxito internacional más arrollador gracias al entusiasmo de miles de lectores que lo han recomendado encendidamente en Instagram, TikTok y otras plataformas.
Así comenzó un boca a boca imparable que la ha llevado a ser una presencia constante en las listas de best sellers de USA Today, Wall Street Journal, Publishers Weekly o The Sunday Times. La asistenta permanece desde hace más de un año en la lista de The New York Times, donde desde hace tiempo es frecuente que haya hasta cuatro libros de la autora a la vez cada semana.
Contando chismes
Cuando Millie entra en el mundo lustroso de los Winchester, aprende a regirse por las normas de un entorno social basado en el estatus y las apariencias. La reputación lo es todo, el control es primordial, y el cotilleo, incluso entre madres del AMPA, puede ser veneno. Pero cuanto más té humeante se derrama sobre los Winchester, más se pregunta Millie qué está pasando realmente con sus nuevos jefes.
Dice Feig: "Fue magistral cómo en el libro Freida McFadden construyó este mundo seductor y luego te preguntó: ¿crees que quieres todo esto? ¿A que no? No es lo que crees."
Así nació Millie Calloway, que se encuentra en un trabajo emocionalmente extenuante que no puede permitirse perder, pero que quizá no tenga ninguna posibilidad de conservar, mientras intenta satisfacer a la completamente insaciable Nina Winchester. A partir de ese planteamiento, el relato arrancó como un tren de mercancías cargado, desmontando cada expectativa que iba estableciendo. Los giros serpenteantes se multiplicaron y la suerte siguió cambiando de bando al situar McFadden a Millie no solo frente a su jefa hipersensible e hipercrítica, sino dentro de una situación repleta de engaños personales -incluidos los suyos- y un juego astuto y chocante de "a ver quién puede más".
"LA ASISTENTA es, en última instancia, la historia de escapar de una trampa, algo que siempre me ha intrigado", dice McFadden. "Todos sentimos compasión por alguien atrapado, y todos queremos ver cómo podría salir."
Graduada en Harvard y médica especializada en lesiones cerebrales, McFadden empezó a escribir como vía creativa en medio del estrés de la facultad de medicina, publicando varios thrillers independientes. Pero la respuesta a LA ASISTENTA estalló a otro nivel cuando, de la noche a la mañana en 2022, la novela entró en territorio de fenómeno cultural. Con lectores describiendo el libro como una adicción gozosa, se pasó como la pólvora de mano en mano.
La novela vendió más de 3,5 millones de copias, estuvo más de 130 semanas -y contando- en la lista de más vendidos de The New York Times y se tradujo a 45 idiomas. Incluso antes de todo eso, Lieberman y Elter, intuyendo su potencial de taquillazo, se acercaron a McFadden para los derechos cinematográficos. "No vi todo lo que venía", admite McFadden. "Fue surrealista."
Recuerda Sydney Sweeney, que era fan del libro mucho antes de incorporarse como Millie y productora ejecutiva: "Es una de esas historias que toca directamente miedos humanos que todos compartimos. Pero además, la forma en que Freida encajó los personajes, los giros y la tonalidad para que nunca te bajaras del borde del asiento fue realmente especial. No pude soltarlo."
Añade Amanda Seyfried, que también se sumó como productora ejecutiva además de interpretar a Nina: "Es el tipo de libro increíble que te engancha completamente. Es emocionante, es salaz, es oscuro y es divertido. Es todo lo que ansías en un buen thriller y exactamente el tipo de historia que se traduce de maravilla a una vida multidimensional en pantalla."
Para adaptar los juegos mentales de McFadden a un viaje intensamente visceral y visual, los cineastas recurrieron a la guionista Rebecca Sonnenshine. El tono inusualmente vivaz del guion para un thriller psicológico, y cómo la audacia compensaba constantemente la oscuridad, cautivó a Feig en la primera lectura. "No es una comedia, pero el público se va a reír, sobre todo porque pensará 'no me creo que hayan hecho eso' o porque les entusiasma que por fin ocurra algo que esperaban. Y me encantó esa cualidad que Rebecca aportó", dice.
De hecho, Sonnenshine clavó algo que Feig llevaba tiempo buscando: una película al borde del territorio del terror sin deslizarse hacia el abatimiento. Feig se sentía atraído por las emociones creativas del cine de miedo, pero no quería ponerse lúgubre. Este guion clavó la vibración que llevaba tiempo buscando. "Me encantan los thrillers, pero pueden ser muy repetitivos", observa Feig. "Para mí, en el momento en que le restas la diversión a las cosas, se vuelven menos interesantes."
Sonnenshine ya había demostrado un instinto raro para empujar tropos comunes en direcciones desafiantemente frescas y divertidas con la aplaudida serie de superhéroes The Boys, que desenredaba un universo de cómic de acción en un examen deslumbrante y oportuno de cómo funciona el poder. Para LA ASISTENTA, el trabajo de Sonnenshine era transferir los cambios nerviosos de la novela a la pantalla. Pero igual de vital era tocar la universalidad del dilema de Millie, su desesperación por encontrar una nueva esperanza para su vida incluso cuando amenaza con convertirse en una pesadilla.
"¿Quién no ha tenido que lidiar con un jefe tóxico o se ha quedado en un trabajo por pura desesperación?" reflexiona Sonnenshine. "Todos podemos identificarnos con Millie. Pero además, creo que todos hemos tenido a alguien en nuestra vida que parece ser una cosa y, de pronto, todo se da la vuelta y te traiciona. Creo que por eso tantos se sintieron atraídos por este libro. Nos recuerda al mal jefe, pero también a esa persona que te gustaba y se convirtió en tu peor pesadilla."
Mientras organizaba las capas visibles e invisibles de la historia, Sonnenshine se divirtió con los personajes intercambiando papeles, permitiendo que cada uno tuviera su momento para ser profundamente empático e inescrutable. "Al principio, animas a Millie", indica Sonnenshine. "Pero luego empiezas a cuestionar las motivaciones de todos, incluida Millie. ¿Hay algún narrador fiable? Esa es una de las grandes incógnitas de la historia."
Dice Lieberman: "La brillantez del libro estaba en cómo te mantenía pensando sin desvelar nunca. Rebecca destiló esa sensación, junto con los momentos más atractivos y esenciales de la novela, en algo distintamente cinematográfico."
Añade Fischer: "Paul y yo sentimos que nos enamoramos dos veces seguidas de este proyecto: primero de la novela y luego del guion. Había tantos detalles grandes y sutiles en ambos que Paul supo aprovechar."
En la construcción sibilina de Sonnenshine, los potentes temas de la novela -desde la lucha de clases hasta la naturaleza ilusoria de la autoimagen- descansaban en la disposición vertical de la casa de varios pisos de los Winchester, y en su barullo del clásico eje "arriba-abajo". Igual de clave era agujerear lo justo lo que el público cree estar viendo para mantenerlo perpetuamente en guardia.
"El guion debía, primero, construir conexiones emocionales fuertes con cada personaje y fijar las apuestas", señala Sonnenshine. "Pero al mismo tiempo, desde el principio hay sutiles indicios de que nadie revela toda su verdad, lo que mantiene al público en alerta."
Más allá del ámbito doméstico, Millie descubre que los Winchester están rodeados de un círculo social pijo, criticón y chismoso que difumina aún más la historia enrevesada de la familia con su cotilleo especulativo. "En el momento en que Nina sale de la habitación, las otras madres del vecindario son como un nido de víboras", reflexiona Sonnenshine, "y Millie siempre está escuchando, obteniendo nueva información de ellas."
Pero ni siquiera los chismosos del pueblo ven el cuadro familiar completo. "En esta historia, hay que desconfiar de todos y de todo lo que oyes", advierte Sonnenshine.
McFadden apreció el enfoque sigiloso de Sonnenshine para construir la ansiedad, y los resultados la entusiasmaron. "Leyendo el guion de Rebecca, se me puso la piel de gallina. Todos los cambios que hicieron funcionaron", dice la novelista. "Algunos eran tan buenos que desearía que estuvieran en el libro."
Para McFadden, la combinación de Feig con el material era perfecta para imbuir la historia de nuevas capas. Le encantó su visión de inclinarse hacia las superficies suntuosas y las buenas maneras de los Winchester para disolverlas en un caos exaltante. "Me han encantado todas las películas de Paul. La boda de mi mejor amiga, Un pequeño favor y su reboot de Cazafantasmas me dieron gran alegría, y su sentido del humor encaja con mi estilo", concluye. "Lo importante es que Paul sabía exactamente cómo crear un accidente de tren del que no puedes apartar la mirada."
Limpiando: Sydney Sweeney como La Asistenta
Para Millie Calloway, un puesto de asistenta es la oportunidad de su vida. Ha estado viviendo en su coche, tratando de recomponer su vida, y de pronto tiene la oportunidad de reinventarse en una casa deliciosamente lujosa con una familia encantadora y una tarjeta de crédito abierta. Casi un cuento de Cenicienta en ciernes. ¿O no? La relación prometedoramente fácil con los Winchester se descontrola cuando Millie queda cada vez más atrapada en sus asuntos más privados... y en un peligroso laberinto de dudas y luz de gas.
Lo que mantiene a Millie en las curvas pronunciadas es una resiliencia anclada en su propio pasado oculto, una resiliencia fácilmente subestimada. Como la describe la guionista Sonnenshine: "Millie es una persona divertida, aguda y fuerte, que está magullada pero no rota. Ni la traición la detiene, porque es una luchadora."
Encarnando esta fuerza formidable dentro de una persona dulce y afable está la estrella Sydney Sweeney. Ya dos veces nominada al Emmy, Sweeney ha saltado a la fama meteórica con sus papeles en Euphoria, The White Lotus y Cualquiera menos tú (Anyone But You). Pero el papel de Millie, en medio de un laberinto de trucos y revelaciones, sería distinto a cualquiera que Sweeney haya asumido hasta ahora.
"Honestamente, no podía imaginar a nadie más perfecto para Millie", dice Feig. "Es un personaje complicado y exigente porque al principio Millie debe irradiar inocencia y honestidad, hasta que empiezas a descubrir lo compleja que es y cuánto oculta. Sabía que Sydney podía hacerlo por su increíble interpretación de Reality Winner en Reality."
Por suerte, Sweeney ya era una admiradora apasionada del libro. "Desde que leí LA ASISTENTA por primera vez, me enamoré de Millie", relata. "Es un personaje tan crudo y vulnerable, y atraviesa un viaje tan salvaje. Pase lo que pase, Millie es una superviviente."
En el set, Sweeney se fusionó con la personalidad aspiracional de Millie de manera cautivadora. "Sydney creó a Millie brillantemente como una persona inocente en todos los sentidos", dice Fischer. "Puedes sentir todas las razones por las que Millie es contenida y cuidadosa... hasta que deja de serlo."
También desarrolló una estrecha relación con Seyfried, esencial para que ambas protagonistas se empujaran mutuamente a elevar el listón hasta lo más alto. Dice Seyfried de su relación: "Nos gustábamos y apreciábamos mucho. Lo que hace a Sydney tan idónea para este papel es que, como Millie, está tan emocionada por la vida. Cuando miras a Syd, sus ojos siempre están bien abiertos por la curiosidad. Pero Sydney también es una gran actriz, y fue muy divertido verla reaccionar como Millie ante estas circunstancias insanas."
Sweeney atribuye a Feig haberle brindado una red de seguridad tan amplia que se sintió libre para explorar los límites más lejanos de adónde llega Millie. "Aportó una visión intransigente a LA ASISTENTA", dice. "Dio vida a esta historia de una manera que nadie más podría. Cada día en el set dejaba claro cuánto respetaba a los actores, al equipo y también a los fans de la novela."
Los desordenados Winchester: Amanda Seyfried como Nina
En su primera visita al interior de la impecable casa Winchester, Millie ve a Nina Winchester demostrando que se puede tener todo. Es tan pulida. Tan fresca. Tan divinamente conectada con el lujo casual y, sin embargo, una esposa y madre tan impecablemente entregada que apenas parece necesitar los servicios de una asistenta. Pero Nina pronto revela una dualidad escalofriante. Su calidez alegre puede dar paso de golpe a destellos de impaciencia, superioridad y paranoia, convirtiendo el trabajo de Millie en un campo minado psicológico diario.
McFadden describe a este personaje que desafía todo arquetipo de esposa consumada como "frágil pero feroz, manipuladora pero desesperada, evocando lástima en un momento y miedo al siguiente, lo que la hace muy impredecible y muy real."
El papel requería una actriz de rango panorámico. La película encontró ese centro emocional en Amanda Seyfried (nominada al Oscar por Mank, y ganadora de Globo de Oro y Emmy por The Dropout: Auge y caída de Elizabeth Holmes), que disfrutó hundiendo los dientes en un personaje que, a medida que la historia avanza, recorre el péndulo del comportamiento humano.
"Nina es el papel con el que más me he divertido desde Chicas malas (Mean Girls)", asegura Seyfried. "Es tan poliédrica, y hay tantas dinámicas en juego dentro de ella, que me dio una libertad y energía increíbles. Eso fue estimulante. Y no creo haber visto nunca un personaje como este en ninguna película."
Lo que ves no es, definitivamente, lo que obtienes con Nina, lo que exigía un juego de manos. "Todo lo que ves desde fuera con Nina es una danza muy, muy delicada", comenta con modestia Seyfried.
Los instintos creativos de Seyfried dejaron a Feig asombrado. "Amanda quizá tenga la trayectoria más difícil de la película, porque cuando conocemos a Nina, tienes que pensar que es la mejor persona del mundo. Pero a la mañana siguiente la ves perdiendo la cabeza en la cocina, tirando cosas, gritando a Millie. Puede ser yin y yang. Un minuto te ama y al siguiente te machaca psicológicamente. Amanda logró que esos cambios fueran emocionalmente auténticos, lo cual era esencial. Y fue maestra en inquietar a Sydney con sus largas pausas, sonrisas raras y cambios súbitos."
Añade Fischer: "Amanda camina por la cuerda floja en cada momento, con una capacidad increíble para hacer que detestes a Nina y luego vuelvas a enamorarte de ella. Aterriza los extremos de su personaje de la manera más humana."
Seyfried admiraba a Feig desde hace tiempo. "Siempre quise trabajar con Paul", apunta. "Pero pensé que hacer un thriller con él sería especialmente emocionante. Un sentido de la comedia nunca deja de burbujear en su interior, así que la forma en que abordó los elementos de thriller fue algo que no había visto antes. Para cada escena salvaje, encontró ángulos originales. Fue rápido y eficiente, pero siempre apasionado y exacto sobre lo que quería. Mis expectativas eran altas, y Paul las superó todas."
Dice Sweeney de Seyfried: "Amanda sacó tantas capas sorprendentes de Nina. Me encantó cada minuto trabajando con ella, porque igual que nunca sabes qué esperar de Nina, nunca sabías adónde llevaría las cosas Amanda, y fue muy divertido seguirle el ritmo."
A medida que Nina se vuelve inquietantemente inestable, su marido Andrew se convierte en un ancla inesperada de paciencia y amabilidad para Millie. De fiar, de gran corazón, generoso con su buena fortuna y casi ridículamente atractivo, Andrew tiene a toda la comunidad de alto nivel cotilleando sobre cómo un marido tan codiciado puede tolerar una esposa tan caótica. Comenta Sonnenshine: "Andrew parece alguien que vive la versión perfecta de Instagram de la vida exitosa."
Asumiendo las muchas máscaras de Andrew Winchester está Brandon Sklenar, conocido por sus papeles en Emily la estafadora, Romper el círculo y 1923. "En cinco minutos de reunión con Brandon, supe que era Andrew", recuerda Feig. "Es este tipo grande, guapo y carismático, pero también naturalmente divertido, y al mismo tiempo estaba comprometido con examinar las raíces de lo que hay en lo profundo de Andrew. Cuando lo conocemos, es tan dulce y romántico, un poco gastado por los problemas en su matrimonio pero aún entregado."
Sklenar adoptó un enfoque microscópico hacia las partes opacas del interior de Andrew. "Nunca he interpretado a un personaje como este, ni en este mundo socioeconómico", observa Sklenar. "Pero con Andrew todo es dualidad. Se define por sus contradicciones, así que potencié su encanto pulido y juvenil mientras me centraba en movimientos y miradas sutiles que sugieren lo que podría estar pensando realmente. Fue un auténtico malabarismo."
¿El mayor reto? "Todo tenía que encajar como un puzle al final, pero las piezas del puzle en esta historia están cambiando de forma constantemente", señala.
"Andrew es un papel tan difícil de sacar adelante", reflexiona Lieberman. "Pero la forma en que Brandon lo creó hace que nunca veas lo que viene."
Sklenar y Sweeney se retroalimentan en algunas de las secuencias más intensas de la película, basculando de lo seductor a lo despiadado. "En este tipo de escenas es muy importante confiar totalmente en tu compañero", reflexiona Sweeney. "Con Brandon, tenía esa confianza completa. Hablamos de todo juntos y fue liberador sentirse tan segura y cómoda durante el proceso."
Dice Sklenar sobre Sweeney: "Trabajar con Syd es fantástico. Es una gran actriz, hiper-presente, y conoce increíblemente bien a su personaje y esta historia. Como productora, se nota que realmente le importa lo que la película aspira a ser."
Seyfried también vivió un gran cambio en sus escenas con Sklenar. "Andrew tiene tantas caras contrastadas. Me encantó cómo Brandon se inclinó hacia el 'buen tipo' y el 'padre sexy' tan bien que hace que Nina parezca aún más tensa", afirma.
Para Sklenar, trabajar con Seyfried fue como reaccionar a una tormenta. "Colaborar con Amanda fue un placer", dice. "Es muy libre como actriz y lleva a Nina a una montaña rusa tan impredecible... Yo trataba de ser un ancla en esos momentos, viéndola lanzarse al fondo con una visión tan clara de lo que hacía."
Entre los árboles señoriales y los senderos sinuosos de la finca Winchester, otra presencia silenciosa se cierne: Enzo, el taciturno jardinero italiano que sigue la estela de Millie desde su primer día. Aunque su diálogo es escaso y sus motivos inescrutables, su vigilancia añade otro nivel de sospecha de que algo no va bien en la casa Winchester. Describe Sonnenshine: "Enzo es un enigma - la cuestión es si es amenazante, despistado o un aliado secreto."
Feig tuvo en mente a una sola persona para el papel desde el principio: Michele Morrone, el cantante italiano que se convirtió en estrella revelación con el thriller erótico 365 días (365 Days) de Netflix y que también aparece en Otro pequeño favor. "Michele es un tipo tan dulce y divertido, y tan perfecto para Enzo, que le pregunté a Freida: '¿Lo escribiste para Michele?' No lo hizo, pero él era simplemente el indicado. Solo tiene unas pocas escenas, pero son muy importantes y te dejan con ganas de saber mucho más."
Las generaciones de los Winchester incluyen también a la única hija de Nina y Andrew, Cece, interpretada por la debutante de 11 años Indiana Elle (conocida por encarnar a una joven Taylor Swift en el vídeo 'Willow') y a la madre de Andrew, de buena posición, interpretada por la tres veces nominada al Emmy Elizabeth Perkins, que recientemente apareció en Otro pequeño favor.
Aunque apenas tiene edad escolar, bajo el carácter caprichoso y distante de Cece hierven muchas emociones mezcladas. A pesar de estar sumergida en vestidos blancos con volantes, serias clases de ballet y una sala de juegos minuciosa con una casa de muñecas hecha a medida que refleja su propio hogar, parece desconcertantemente fuera de lugar. Elle se lanzó de cabeza a la complejidad del papel con una madurez que impresionó. "Indiana fue increíble al poder interpretar la petulancia y, al mismo tiempo, tener la habilidad de revelar lentamente una segunda capa completamente distinta de Cece", dice Feig.
Añade Fischer: "Indiana está increíblemente asentada como actriz, pero también se divirtió repartiendo algo de descaro en el set. Es la persona más encantadora detrás de las cámaras. Pero como Cece, sacó de verdad a esta chica sabia, consciente, enfadada, que está muy al tanto de lo que sucede en la casa a su alrededor."
Sobre la gélida Evelyn Winchester, dice Lieberman: "Elizabeth Perkins estuvo aterradoramente fenomenal como Evelyn, con su pelo plateado impactante y su esencia de grandeza. Es una intérprete más que consumada, y nos sentimos muy afortunados de tenerla en este papel."
A medida que el impulso de LA ASISTENTA alcanzaba un punto álgido, cada uno de los actores tuvo que prepararse para confrontaciones tan inusuales que no había manual. Feig contrarrestó la tensión estremecedora de la historia cultivando lo contrario en el set: un ambiente calmado y alegre.
Describe Fischer: "A Paul le gusta dirigir un set muy divertido y emocionalmente seguro. Hemos descubierto que la gente es mucho más creativa en un entorno positivo, sin importar el material, y ese es el tono que él disfruta. Las cosas se ponen bastante oscuras por momentos en esta historia, pero la alegría vino de trabajar todos en equipo para sacar adelante estas escenas intensas."
El hogar es donde están los secretos: el diseño
El objetivo de conjurar un caos absoluto en pantalla significó, paradójicamente, que cada elemento de LA ASISTENTA debía ser exquisitamente preciso. Feig colaboró con un equipo de primera, incluyendo al director de fotografía John Schwartzman, a la diseñadora de producción Elizabeth Jones y a la diseñadora de vestuario Renée Ehrlich Kalfus, para utilizar movimiento de cámara, composición y diseño a fin de primero construir y definir las jerarquías sociales de la película y luego invertirlas.
La casa "pieza de exhibición" de los Winchester, con su cordialidad opulenta, simetría agradable, techos altos, pasillos serpenteantes y una gran escalera de caracol que separa la planta de arriba y la de abajo, se convertiría en un personaje tan importante como Millie y Nina. Como la describe Lieberman: "En esta casa todo es inmaculado, todo está en su sitio perfecto... y luego lo deconstruimos por completo. En todos los ámbitos, el concepto fue que si miras justo debajo de la belleza, el peligro acecha. Así son nuestros personajes. Así es la casa. Y eso es lo que queríamos que transmitiera toda la película."
Parte de la diversión fue inventar formas de convertir un ambiente acogedor y amable, desprovisto de sombras, en uno que, sin embargo, hierva de secretos y sustos. Jones, que recientemente diseñó la serie de Amazon Sé lo que hicisteis el último verano (I Know What You Did Last Summer), comenzó con una amplia búsqueda de una casa irresistible.
Finalmente, descubrió una pintoresca finca de seis dormitorios en dos acres, en la codiciada zona alta de Madison, Nueva Jersey. Con su tejado de cuento, su tono azul suave y sus imponentes chimeneas gemelas, tenía un atractivo icónico de "Casa del Sueño Americana".
Fischer señala que "la casa habla no solo de la idea de deseo cumplido, sino del gusto de Andrew, que se inclina por un estilo tradicional, refinado, de 'dinero antiguo'. Pero al mismo tiempo es un laberinto en el que siempre te sientes un poco perdido."
De hecho, por muy señorial que sea, el diablo está en los detalles nítidos y precisos de la casa Winchester, con sutiles pistas de que su estética de lujo confortable es toda una ilusión y que las líneas tan elegantes no acaban de converger. "La casa es muy acogedora al principio, pero si la miras con atención, Elizabeth añadió por todo el espacio sutiles claves de la historia familiar más oscura", dice Lieberman. "Incluso el impresionante arte en las paredes oculta imágenes perturbadoras. Todo nuestro diseño siguió esta filosofía: la casa debería ser un lugar en el que al público le encantaría vivir... hasta que de repente quiera huir."
Incluso las escaleras en espiral, casi de galería, resultan ominosas. Dice Seyfried: "Me encantó esa escalera intrincada y sinuosa. La ves poco después de entrar en la casa y se vuelve muy importante para la historia."
En medio de la decoración interior luminosa, clara y marcadamente blanca, Jones insertó tajos premonitorios de carmín y escarlata. "Elizabeth tuvo la gran idea de que, entre la paleta cremosa y el look curado de la casa, hubiera estallidos vivos de rojo: una puerta de entrada roja, sofás rojos en el salón, sábanas rojas en el dormitorio y, cuando bajas al nivel inferior de la sala privada de proyección de Andrew, la habitación es enteramente roja", describe Fischer.
Jones utilizó la verticalidad de las tres plantas de la casa para agitar aún más los temas de movilidad social, contrastando la amplitud de la planta principal con lo que hay arriba y abajo: en lo más alto de las escaleras está la claustrofóbica habitación del ático con techo abuhardillado de Millie, mientras que en el sótano está la cueva de hombre de Andrew, vasta, indulgente y prohibida. El ático se construyó como set independiente. Siguiendo el libro, la habitación es austera, pero Jones quiso darle el toque justo para que se sintiera como un verdadero salto respecto a vivir en el coche.
"Tenía que ser lo bastante agradable para que Millie deseara el trabajo de verdad", reflexiona Feig. "Es pequeña y apretada, pero le dimos un puntito mono, acogedor, con una sensación 'Laura Ashley'. Y el equipo de Elizabeth construyó piezas de techo desmontables para poder mover la cámara por este espacio tan reducido."
El director de fotografía John Schwartzman, ASC, nominado al Oscar por Seabiscuit y colaborador habitual de Feig en múltiples proyectos, expuso aún más las dos naturalezas de la casa con su encuadre y su iluminación meticulosos. "John eligió ángulos bajos que resultan ominosos y amenazantes. Los ángulos traen un emocionante cambio de perspectiva que revela las capas psicológicas más profundas en las dinámicas", describe Elter.
Para los actores, la filmación cinética de Schwartzman fue una ventaja. "Sentí que podía hacer lo que el personaje necesitara, y la cámara iba a seguirme", señala Seyfried.
Cuanto más pierden el control los personajes, más se degrada el pulido. Explica Fischer: "John incluso cambió la textura del color a lo largo de la película para que estos espacios preciosos, cálidos al principio, empezaran a sentirse más fríos y aterradores. Las distancias entre los personajes parecen mayores y el trabajo de cámara comienza a sugerir una sensación de estar acorralado."
En el modo paradójico de un noir a plena luz del día, Schwartzman y Feig usaron el sol para aumentar la tensión y arrojar luz sobre lo que es, o no, verdad. "Me parece que no hay nada más aterrador que cosas terribles ocurriendo bajo luz brillante", comenta Feig. "Es muy de la vida real. Y no hay dónde esconderse. Con sus muchas ventanas, la casa nos daba eso, y lo aprovechamos al máximo. Me encantó que la casa tuviera chimeneas por todas partes, así que incluso en la oscuridad, siempre hay un fuego encendido."
Para el reparto, la mezcla única de gusto y amenaza que conjuraron Feig y su equipo de diseño resultó absolutamente transportadora. "El diseño de producción trajo el mundo a la vida y se mantiene increíblemente fiel al libro", dice Sklenar. Continúa: "El arte, los muebles, las líneas... La casa es casi exactamente como la imaginé."
Una vez creado el diseño de la casa, Jones lo recreó, hasta los montantes, para la casa de muñecas réplica perfecta de Cece, que desorienta a Millie con sus muñecas colocadas de forma peculiar. Como explica Sweeney: "La casa de muñecas tiene una importancia enorme y perturbadora en la historia."
"La casa de muñecas de Cece actúa como un mapa psicológico secreto de los Winchester", comenta Feig. "Fue toda una odisea crearla porque las casas de muñecas a medida requieren mucha pericia, pero Elizabeth nos dio algo realmente especial que se convierte en metáfora de lo que sucede en esta familia."
El vestuario
Los Winchester se visten para triunfar y la ropa se convirtió en otro medio vital para definir cómo desea ser visto cada personaje. La premiada diseñadora de vestuario Renée Ehrlich Kalfus (Figuras ocultas - Hidden Figures) estaba encantada de reunirse con Feig tras su fructífera colaboración en Un pequeño favor, y le gustaba la idea de que Millie, Nina y Andrew pudieran pensar ellos mismos como diseñadores de vestuario, escogiendo conscientemente looks para construir imágenes muy específicas.
"Las apariencias externas lo son todo para los Winchester", señala Kalfus, "y las prendas ayudan a estratificar la historia."
Millie llega a la casa de los Winchester tratando de fingir hasta conseguirlo, combinando las prendas de segunda mano que puede sacar de su pequeño bolso de viaje. Dice Sweeney: "Nuestros equipos de peluquería, maquillaje y vestuario me ayudaron realmente a construir a Millie desde cero. Se muda a la casa Winchester con solo un vaquero, un par de tops, una rebeca y dos pares de zapatos, y tiene que intentar que eso funcione. Nada es nuevo, nada está impecable. Pero una noche, cuando cena con Andrew, durante un momento se convierte en una versión idealizada de sí misma, y fue muy divertido jugar con esa gran transformación."
Añade Kalfus: "Para la escena en la que Sydney lleva el vestido de Amanda, usamos un conjunto de tweed blanco inspirado en Chanel que refleja cómo Andrew ve a Amanda. En lugar de escoger algo extremadamente sexy, se trataba de ser fiel a lo que desean los personajes."
Para Nina, Kalfus imaginó una paleta elevada "de cremas y blancos, muy monocromática, en telas lujosas de cachemir, seda y satén", describe. "Nina es el tipo de mujer que va a las reuniones del AMPA vestida de blanco impoluto y ni se inmuta. Pero a medida que avanza la historia, notas que ya no superpone capas tan perfectamente como cuando la conocemos, sus pañuelos de Hermès empiezan a torcerse un poco, y cuando ves sus raíces, te das cuenta de que se dirige al tumulto."
El vestuario de Andrew fue igual de particular. Kalfus apuntó a un look de la Costa Este bien criado que podría haber salido de las páginas de GQ, repleto de jerséis de cuello vuelto negros clásicos y ropa de ocio de precio elevado. "La imagen que presenta Andrew refuerza la idea de que es un marido que 'sufre en silencio'. Es muy correcto y limpio y solo un poco desaliñado, de una manera adorable que hace que la gente se sienta cómoda con él", explica.
En cines
A medida que el juego de adivinanzas, en constante cambio, de la película se intensifica, la elegante facilidad del mundo de los Winchester se fractura, luego implosiona, mientras Feig emplea con astucia todos los elementos del cine para invertir la atmósfera que tan meticulosamente había creado. Los visuales deslumbrantes y las interpretaciones más grandes que la vida, junto con una banda sonora matadora y momentos que harán al público jadear al unísono, se combinan para convertir LA ASISTENTA en una película esencial para la gran pantalla.
Resume Feig: "El público se va a divertir mucho viéndola juntos porque esas reacciones comunitarias son algo que no puedes tener en tu salón. Realmente diseñamos esta película para que una audiencia respondiera en vivo y en el momento. Estoy emocionado de que la gente tenga esa experiencia."