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Isaac Delgado, L-O-V-E. Cole Latino Americano

Con 12 canciones, la mayor parte del repertorio tradicional latino que en su día cantó Nat King Cole

Hugo Fernández
08/03/2010 | 00:00 CET

Entre 1958 y 1962, Nat King Cole publicó sus tres discos latinos. Cantados en un castellano aprendido fonéticamente y grabados en Cuba, Brasil y México, en ellos aparecían canciones como Perfidia; Quizás, quizás, quizás; Ay cosita linda; Piel canela; Aquellos ojos verdes; Yo vendo unos ojos negros…

Aquellas canciones viajaron desde América Latina a España, pasando por Japón, Estados Unidos y medio mundo, incrustando en la memoria de millones de personas la voz adictiva y aterciopelada de Cole, sus particulares versiones de clásicos boleros (también de algunos cha-cha-cha, temas brasileños y rancheras) acompañados de grandes músicos como el pianista Bebo Valdés, de orquestaciones suaves y románticas, de percusiones latinas y, alguna vez, de ambientes de rondalla como en su peculiar versión de Yo vendo unos ojos negros.

En la voz sensual de Nat King Cole fueron canciones que animaron bailes, acompañaron melancolías y dieron a conocer en todo el mundo un repertorio que llegaba de manera indirecta y defendido por uno de los grandes de la música de todos tiempos. Según Fernando Trueba, "los discos latinos de Nat King Cole impulsaron la música popular latinoamericana a nivel mundial. Isaac Delgado, una de las voces más destacadas que ha salido de Cuba en tiempos recientes, creció con estas grabaciones y con el repertorio de Cole que acercó el bolero cubano a la balada romántica norteamericana".

Con esta historia detrás como fuente de inspiración, el 8 de febrero de 2010 Isaac Delgado publica a través del sello Calle 54 Records el álbum L-O-V-E. Cole Latino Americano. Son 12 canciones, la mayoría del repertorio tradicional latino que en su día cantó Nat King Cole y que ahora recrea el cantante cubano acompañado de músicos y con la colaboración especial de Freddy Cole, hermano de Nat.

Isaac Delgado ha trabajado en un álbum producido por Nat Chediak y el propio Delgado, con Todd Barkan como productor asociado y Fernando Trueba y Chediak como productores ejecutivos. Grabado en Nueva York en otoño de 2009 por Katherine Miller, "el disco convierte las canciones que en su día lanzó suavemente Nat King Cole a la aldea global en temas esencialmente latinos, con tratamiento jazzy y espacio para la improvisación de músicos que han vivido en carne propia y dominan los dos términos: latino y jazz".

Son canciones que interpretó Nat King Cole, el rey de la canción romántica y excelente pianista de jazz, y que Isaac Delgado convierte en suyas: Perfidia; Quizás, quizás, quizás; Tiernamente; Ay cosita linda; Suas maos, A su mirar me acostumbré; Piel canela; Aquellos ojos verdes; L-O-V-E; Yo vendo unos ojos negros; Hojas muertas; No tengo lágrimas… Como explica Will Friedwald, experto en la música de Cole, en el texto que se incluye en el álbum, "de las 12 canciones, ocho vienen directamente de los tres discos latinos, mientras que las restantes cuatro son clásicos de Nat King Cole interpretados por Isaac en español".

Sin renunciar a su origen cubano, Isaac Delgado transforma estas canciones enraizándolas y regándolas con el jazz, sin olvidar otras tradiciones más continentales como se refleja en el tratamiento de Yo vendo unos ojos negros o de No tengo lágrimas. La voz de Isaac Delgado es quizá más terrenal y austera que la de Cole, pero igual de sugerente, matizada y precisa. Músico carismático y de impecable trayectoria, Delgado convierte clásicos del siglo XX en clásicos del XXI sin empalago, con la misma capacidad de ensoñación y situándolas en un mundo propio, real, fiel a su raíz cubana.

Isaac Delgado nació en La Habana en 1962 y es una de las grandes estrellas de la música cubana. A los 18 años se unió al grupo Proyecto del pianista Gonzalo Rubalcaba, para pasar en 1983 a la Orquesta de Pancho Alonso y sus Kini Kini, después al grupo Galaxia y, tras grabar varios discos en solitario, liderar el grupo NG La Banda en 1988, con el que grabó tres discos y recibió varios premios.

Conocido como "El Chévere de la Salsa", en 1991 formó su propia banda y publicó álbumes como Con ganas (1994), Dando la hora (1995), El año que viene (1996), Otra idea (1997), La fórmula (2000), Versos en el cielo (2003), Prohibido (2005), En primera plana (2007) o Así soy (2008). En estos álbumes, Isaac Delgado ha mezclado sus raíces soneras con nuevos ritmos e influencias musicales que van del pop al jazz pasando por la música urbana contemporánea.

Es el Isaac Delgado que ahora rememora a Nat King Cole con la inapreciable ayuda de unos músicos que saben de qué va la cosa. En primer lugar, y como invitado especial, está Freddy Cole, que nunca había participado anteriormente en ningún disco de homenaje a su hermano Nat. "Una buena canción puede ser el camino más corto entre dos corazones, especialmente cuando nos llevan de la mano los mejores cantantes e intérpretes", dice Freddy. "Isaac Delgado pertenece a esta estirpe, y exitosamente ha reinterpretado para una nueva generación la esencia y espíritu de los clásicos discos latinos que mi hermano grabó a partir del final de los años cincuenta. Ha sido un verdadero honor y un placer ser parte de esta grabación. Esta es la clase de música que nos llena el corazón".

Junto a Freddy Cole, cuya voz aparece en dos canciones, está John di Martino, nacido en Philadelphia (Estados Unidos) en 1959, pianista y arreglista del álbum, que ha trabajado con Ray Barreto, Paquito D’Rivera, Kenny Burrell, George Mraz, Pat Martino, James Moody, Freddy Cole, Patato Valdéz, Eddie Gomez, Diane Schuur y Jon Hendricks. Un currículo de lujo que comparten los demás músicos, la mayoría cubanos, que acompañan a Isaac Delgado en L-O-V-E. Cole Latino Americano.

El contrabajista Charles Flores ha colaborado con Isaac Delgado (con quien grabó anteriormente tres álbumes), Afro Cuba, Arturo Sandoval, Giovanni Hidalgo, Steve Khan o Paquito D'Rivera. En 2003, con el trío de Michel Camilo, ganó un Grammy al Mejor Álbum de Jazz Latino. Con cuatro álbumes como solista, la batería de Dafnis Prieto suena en discos de Michel Camilo, Bebo Valdés, Yerba Buena, Martirio, Eddie Palmieri, Arturo O'Farrill o Kip Hanrahan.

El percusionista Pedro Martínez ha trabajado con Tata Güines, Cassandra Wilson, Bebo Valdés, Eddie Palmieri, Paquito D'Rivera, Yerba Buena, Dave Murray, Merceditas Valdés y Giovanni Hidalgo. El guitarrista brasileño Romero Lubambo, del Trio da Paz, ha trabajado con Dianne Reeves, Michael Brecker, Yo-Yo Ma, Diana Krall, Astrud Gilberto, Dizzie Gillespie, Herbie Mann, Wynton Marsalis, Harry Belafonte, Gato Barbieri, Kenny Barron y Grover Washington Jr. Con 14 álbumes como solista, la trompeta de Brian Lynch también ha estado íntimamente unida a Eddie Palmieri, Phil Woods, Art Blakey, Michel Camilo, Tito Puente, Yerba Buena y… Prince.

El clarinetista Ken Peplowski ha tocado con la Tommy Dorsey Orchestra, Sonny Stitt, Benny Goodman, Woody Allen, Mel Torme, Charlie Byrd, Peggy Lee, Madonna, Rosemary Clooney, James Moody o Cedar Walton. Y el trombonista Conrad Herwig, con más de diez discos como solista, ha colaborado con Miles Davis, Bill Evans, Mingus Big Band, Tito Puente, Eddie Palmieri, Paquito D'Rivera, Marianne Faithfull, Michel Camilo, Jim Hall, Rickie Lee Jones, Quincy Jones y Elvis Costello, entre muchos otros artistas. El plantel de músicos se completa con la gran cantante cubana Xiomara Laugart "La Negra", voz principal de Yerba Buena, e Isaac Delgado Jr. a los coros.

Son los excepcionales músicos que tocan en L-O-V-E. Cole Latino Americano, un álbum que vuela por encima de estilos, homenajes y recuerdos para convertirse en una de las obras capitales de la música latina contemporánea y una referencia fundamental en la carrera de Isaac Delgado. Un disco que nos trae a la memoria las canciones latinas que cantó Nat King Cole de una manera diferente, nueva y original, pero con el mismo corazón. Canciones que pertenecen a la cultura popular y que en la voz de Isaac Delgado se actualizan y refrescan acercándonos a la gran música. A esa gran música en la que cada nota tiene sentido, es insustituíble y vale su peso en oro.

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