De la directora y guionista Petra Volpe ('Traumland', 'El orden divino'). Estreno mundial en la sección Berlinale Special Gala de la selección oficial de la 75º edición del Festival de cine de Berlín - Berlinale 2025.
La película está protagonizada por Leonie Benesch, conocida por su papel en el drama nominado al Oscar 'Sala de profesores', por el que también fue nominada a los premios EFA del cine europeo como Mejor Actriz y ganó el FIPRESCI en el Festival Internacional de Palm Springs.
Con esta película, Volpe se adentra en la actualidad de los desafíos de la atención médica, ofreciendo una narrativa convincente y humanista. Con un toque respetuoso aunque desenfadado, 'Late shift' rinde homenaje al personal de enfermería, subrayando la profunda importancia de una atención dedicada y sensible para todos.
Contexto
Según un estudio de la consultora PwC, en Suiza habrá una escasez de unas 40.000 enfermeras y enfermeros de aquí a 2040. Ninguna otra profesión acumula tantas vacantes sin cubrir. Como consecuencia, cada vez menos profesionales de enfermería tienen que atender a un número creciente de pacientes.
Una gran parte de la población suiza depende del sistema sanitario como paciente: más de un millón de personas son ingresadas cada año, además de más de 4,7 millones que reciben tratamiento ambulatorio.
En Suiza existen 278 hospitales y el país es reconocido más allá de sus fronteras por su sistema sanitario eficaz, que sin embargo corre el riesgo de verse comprometido ante la amenaza de la falta de personal especializado.
Las aproximadamente 465.000 personas que trabajan como personal de enfermería o en hospitales, o que atienden a personas dependientes en residencias y centros de cuidados prolongados, se enfrentan cada día a la crisis de personal sanitario. En las próximas décadas, la población de personas mayores y muy mayores en Suiza -al igual que en muchos otros países occidentales- crecerá de manera considerable. Un factor clave que influye en el aumento de la necesidad de cuidados es también la mayor esperanza de vida. Si el nivel de formación se mantiene como hasta ahora, la creciente demanda de profesionales de enfermería en una Suiza cada vez más envejecida no podrá cubrirse ya en 2029. Para contrarrestar esta tendencia, sería necesario formar alrededor de un tercio más de personal de enfermería.
El 74% de los puestos equivalentes a jornada completa en los hospitales suizos están ocupados por mujeres. Mientras que entre el personal médico la proporción entre hombres y mujeres es casi equilibrada, en enfermería la presencia femenina es muy superior. En las residencias y centros de mayores, ocho de cada diez empleos a tiempo completo están desempeñados por mujeres.
En los últimos años, la cuestión de los cuidados ha ido ganando protagonismo en el ámbito político y forma parte cada vez más del debate público. Dado que la mayoría del personal en este sector son mujeres, la discusión adquiere también una dimensión feminista. El reconocimiento y la remuneración justa del trabajo de cuidados es una de las reivindicaciones centrales en las jornadas de acción y huelga por la igualdad. A las horas trabajadas en condiciones a menudo estresantes y con sueldos bajos, hay que sumar 8.234,9 millones de horas de cuidados no remunerados, la mayoría realizadas por mujeres en el hogar.
Pero no es solo Suiza la que sufre la falta de personal de enfermería: se trata cada vez más de una crisis global. La OMS estima que para 2030 faltarán en el mundo alrededor de 13 millones de enfermeras y enfermeros. Además, la contratación internacional de personal sanitario ha generado una forma de "neo-colonialismo", ya que se recluta a profesionales con experiencia procedentes de países más pobres. Los países ricos externalizan así los costes de formación y obtienen personal cualificado a bajo precio, sin compensar de manera justa. Esto ha provocado consecuencias graves en muchos países, cuyos sistemas sanitarios ya presionados presentan carencias importantes
Los inicios del proyecto
La guionista y directora Petra Volpe lleva tiempo interesándose por el tema del personal de enfermería. Se trata de un asunto de creciente relevancia social que alcanzó gran visibilidad especialmente en los momentos más duros de la pandemia. Como narradora, Volpe tenía el deseo personal de llevar esta realidad a la gran pantalla, no solo para crear una obra capaz de emocionar al público -como en sus trabajos anteriores El orden divino o Laberinto de paz-, sino también para contribuir al debate sobre los retos a los que se enfrentan los y las profesionales de los cuidados y subrayar su importancia. El proyecto se desarrolló desde el principio junto al productor Reto Schaerli de Zodiac Pictures. Volpe colabora desde hace muchos años
con él y con el productor Lukas Hobi. Durante su fase de investigación y primeras conversaciones con colectivos del sector, Volpe descubrió el ensayo "Nuestra profesión no es el problema, son las condiciones", que se convirtió en la fuente central de inspiración para el desarrollo de TURNO DE GUARDIA. Su autora, Madeline Calvelage, participó en el proyecto como asesora del guion. Para documentarse de primera mano, Volpe acompañó durante varios días al personal de enfermería en distintos hospitales suizos. El intercambio con profesionales de diferentes ámbitos fue clave para garantizar que el guion reflejara con precisión los aspectos médicos y los procesos de atención. Para reforzar aún más la autenticidad, se incorporó a la especialista en enfermería Nadja Habicht como asesora. Su papel fue acompañar la producción desde la escritura del guion, pasando por el rodaje y hasta la finalización de la película, ofreciendo apoyo constante durante todo el proceso.
El reparto y el equipo
En la búsqueda de autenticidad, la credibilidad del papel protagonista resultaba fundamental. En TURNO DE GUARDIA seguimos de cerca a Floria en su día a día en el trabajo asistencial, y la historia está narrada en todo momento desde su perspectiva, por lo que cada gesto debía ser veraz. Para la actriz Leonie Benesch era esencial poder prepararse adecuadamente para el papel. Por ello, realizó un periodo de prácticas en el Hospital Cantonal de Liestal, en el servicio de cirugía abdominal, donde acompañó a las enfermeras en su trabajo y pudo ensayar los movimientos técnicos. Otro gran reto fue lograr una representación cinematográfica convincente del entorno hospitalario. Las largas secuencias planificadas, en las que acompañamos a la protagonista por distintas salas y pasillos, requirieron un trabajo de preparación extremadamente preciso. La directora de fotografía Judith Kaufmann (La emperatriz rebelde, La sala de los profesores), una de las más reconocidas de Europa, fue la elección perfecta. TURNO DE GUARDIA supone su tercera colaboración con Petra Volpe, tras Dreamland y El orden divino. El montaje corrió a cargo de Hansjörg Weissbrich (Al descubierto, 3 días en Quiberon, 5 de septiembre), que completó un sólido y experimentado equipo creativo. En cuanto a la música, se abrió una colaboración novedosa y muy esperada con la compositora Emilie Levienaise-Farrouch. Volpe admiraba desde hacía tiempo su trabajo (Desconocidos) y con TURNO DE GUARDIA surgió por fin la ocasión de trabajar juntas en un proyecto común.
Entrevista con la guionista y directora (Petra Volpe)
P: Describes TURNO DE GUARDIA como una declaración de amor al personal de enfermería. ¿Qué fue lo que desencadenó este proyecto y qué era especialmente importante para ti durante la investigación y el rodaje?
R: El tema de los cuidados me interesa desde hace muchos años. Viví durante mucho tiempo con una enfermera y fui testigo cada día de lo que experimentaba en su trabajo -lo bueno y lo malo-, que sobre todo tenía que ver con unas condiciones cada vez más difíciles. En mi opinión, esta debería ser una de las profesiones más valoradas y respetadas de nuestra sociedad. Las personas que cuidan de nosotros cuando estamos enfermos o mayores, cuando somos más vulnerables, asumen a diario una enorme responsabilidad. Por eso quise hacer una película que rindiera homenaje a esta profesión.
P: ¿Por qué la actriz alemana Leonie Benesch era la persona adecuada para interpretar a Floria?.
R: Buscaba a una actriz con una presencia natural y que pudiera aprender a realizar las tareas de enfermería con tal naturalidad que pareciera que llevaba más de una década ejerciendo. Como vivo en Estados Unidos, el casting con Leonie se hizo por Zoom. En el momento en que apareció en pantalla y pronunció su primera frase como Floria, supe que era ella. Fue un momento verdaderamente mágico: encarnaba al personaje que llevaba tanto tiempo imaginando, lo completó y lo hizo perfecto de inmediato.
P: El futuro de la enfermería es sombrío: en Suiza habrá un déficit de 40.000 profesionales de aquí a 2040. Tu película muestra de forma muy clara lo que significa en la práctica ese concepto tan abstracto de "escasez de personal". ¿Cómo esperas que reaccione el público ante TURNO DE GUARDIA?
R: Espero que la película sea entretenida, porque te lleva en una especie de montaña rusa. Pero, al mismo tiempo, muestra lo que supone trabajar en esta profesión. Para muchas personas, una enfermera o un enfermero está presente al inicio de su vida, pero también al final. A menudo son las primeras y últimas personas que nos tocan. Normalmente los encontramos cuando nuestra vida, o la de alguien cercano, atraviesa una situación de crisis. Me gustaría recordar al público lo agradecidos que podemos estar de tener a nuestro lado, en ese momento, a alguien profesional y empático. Y deberíamos ser conscientes de que su lucha por mejores condiciones laborales también es nuestra lucha: todas y todos somos potenciales pacientes.
P: En TURNO DE GUARDIA el público vive el día a día de Floria de manera directa y trepidante, y su carrera contrarreloj provoca incluso un desasosiego físico en quien la ve. ¿Cómo surgió esta idea de plantear la película así?
R: Llevaba tiempo buscando un enfoque adecuado para este tema. Durante mi investigación, me encontré con el libro "Nuestra profesión no es el problema, son las condiciones", de la enfermera alemana Madeline Calvelage. En él describe con gran viveza un turno de noche ordinario, y me atrapó por completo. En apenas cinco minutos, mi corazón latía a toda velocidad. Se leía con la tensión de una novela de suspense, a pesar de que narraba la rutina diaria de la enfermería.
Esto me inspiró para crear una película que contara la historia de un solo turno desde la perspectiva de una enfermera, pensada para atrapar al público en un nivel visceral y físico. Desarrollar los personajes y diseñar una estructura que condujera a una escalada dramática convincente fue un proceso largo y meditado. Optamos deliberadamente por mantener esa perspectiva inmersiva de principio a fin. Hubo mucho cuidado en encontrar la manera de narrar la historia para que el espectador sienta que es la propia enfermera, experimentando en primera persona toda la intensidad.
P: Los papeles secundarios son muy diversos y en la película descubrimos incluso nuevos talentos. ¿Qué era importante para ti a la hora de repartir los personajes de apoyo?
R: La diversidad responde a que vivimos en una sociedad diversa y una planta de hospital refleja precisamente eso. La enfermedad y la muerte pueden afectarnos a todas y todos; al final es lo que nos iguala.
Llevamos a cabo un casting muy minucioso. Me parecía esencial que la mayoría de actores no fueran inmediatamente reconocibles de otras películas o series, por eso algunos son incluso no profesionales o tienen más experiencia sobre el escenario que en pantalla. Algunas de las enfermeras y del equipo de reanimación que aparecen en la película son profesionales reales: enfermeras y médicos.
P: La mayor parte del rodaje tuvo lugar en un hospital vacío. ¿Qué retos supuso esto?
Tuvimos que equipar por completo un hospital desmantelado, una tarea complicada que fue posible gracias a la ayuda de Nadja Habicht, nuestra asesora especializada. Nadja, que también entrenó a Leonie, aportó un conocimiento valiosísimo que ninguno de nosotros tenía.
Además, el hospital debía resultar atractivo visualmente sin parecer artificial: un espacio con un diseño cuidado pero que a la vez transmitiera naturalidad. Lograr ese delicado equilibrio fue el mayor reto para el equipo de diseño de producción.
