"Cuando tenía unos seis años, viví la experiencia de una amistad imaginaria muy intensa con una niña… de mi edad, más o menos. En una ventana de mi antigua habitación, que daba a la calle Allende, eché el aliento sobre uno de los cristales de arriba y, con los dedos, dibujé una puerta. Esta puerta, con la imaginación, la cruzaba rápidamente y sentía una felicidad muy intensa, corría campo a través hasta una lechería llamada Pinzón. Entraba por la letra “o” de Pinzón y bajaba hasta las entrañas de la tierra, donde siempre me esperaba mi amiga imaginaria" - Frida Kahlo. Extracto del diario de la artista.
Los personajes
FRIDA
Es una niña curiosa y brillante que vive en el barrio de Coyoacán, en la Ciudad de México, a principios del siglo XX. Sus primeros años de vida están marcados por la enfermedad de la poliomielitis, condición que le obliga a recluirse temporalmente y que le genera una discapacidad de por vida. Algunos compañeros y compañeras de clase utilizan este hecho que la hace diferente al resto para acosarla y mofarse de ella. Es en esta época, a la edad de seis años, cuando se inventa una amiga imaginaria que le acompañará en los momentos de máxima dificultad para darle fuerza. Con ella construye un universo creativo único y liberador. Su hermana pequeña Cristina y su perra Chiquita también son un importante apoyo para ella, además de buenas compañeras de aventuras.
Sus diarios y cuadernos representan un refugio para Frida, ya que le permiten escribir, dibujar y tener un soporte visual para expresar sus emociones frente a las adversidades que afronta y que le permiten desarrollar una gran capacidad de resiliencia.
Frida tiene mucho interés por la herencia zapoteca familiar y el contexto social de México que le ha tocado vivir. Cuando es adolescente entra a estudiar en la Escuela Nacional Preparatoria, donde comienza a implicarse políticamente formando parte del grupo Los Cachuchas, llamados así porque utilizaban gorras de tela como signo de subversión contra el rígido código de vestimenta de la época. Esta niña y adolescente se convertirá en una gran pintora, una figura universal, referente artístico y símbolo feminista.
MATILDE Y GUILLERMO
El padre de Frida es un hombre amable, cariñoso y positivo, que se dedica a la fotografía. Es una de las personas que la anima a experimentar con el arte cuando le propone pintar y colorear algunas de sus fotografías en blanco y negro. Guillermo es un padre que impulsa los deseos de su hija y, el día que Frida le cuenta que quiere ser médico, le alienta a perseguir su sueño.
Matilde es una mujer más exigente y pragmática. Su padre (el abuelo de Frida) era del valle de Oaxaca, y su familia era de origen zapoteca, pueblo indígena prehispánico de donde sale la leyenda de la cinta roja que Matilde le cuenta a su hija, como símbolo de la fuerza de las raíces de Frida. Entre otras divinidades, el pueblo zapoteca adoraba por encima de todas, a Cocijo, dios de la lluvia. Ante Frida y Cristina, Guillermo es cordial, amoroso y expresa lo que siente, mientras que Matilde es más firme. Aunque en la intimidad la madre se muestra más protectora y, en cambio, Guillermo es partidario de dejar mayor libertad a sus hijas.
MUERTE
Es un personaje que hace varias apariciones a lo largo de la película e irrumpe como una amenaza cuando, de pequeña, Frida cae enferma, afectada por la poliomielitis, y en el momento en que sufre un accidente, en la edad adolescente.
La celebración del Día de Muertos, con el ritual de las ofrendas en el cementerio y la creación de los altares con flores, velas y comida en honor de las personas difuntas, que vuelven del más allá, nos muestra la importancia que el culto a la muerte tiene para el pueblo mexicano desde tiempos prehispánicos y perdurando hasta nuestros días.
Entrevista con los directores
P: Hola, Frida es una adaptación libre de los libros infantiles escritos por Sophie Faucher e ilustrados por Cara Carmina.
André Kadi: Hace muchos años que Karine y yo queríamos trabajar en un proyecto sobre Frida Kahlo. Cuando Florence Roche nos enseñó los libros infantiles de Sophie Faucher y Cara Carmina, nos pareció que hablar de Frida desde la infancia sería una gran idea y que era muy original mostrar su mirada de pequeña ante las adversidades que tuvo que vivir. La propuesta gráfica era interesante y podía adaptarse para hacer una película de animación. Además, todo el conocimiento que Sophie Faucher tenía de la obra de Frida Kahlo fue muy valioso para el proyecto.
Karen Vézina: Como a mucha gente, hacía más de veinte años que me fascinaba la obra de Frida Kahlo y tenía la idea de realizar algún proyecto basado en ella, aunque no sabía cómo enfocarlo. Estos libros nos ayudaron mucho a decidir por dónde queríamos ir y fueron un buen punto de partida.
P: Los diarios de Frida Kahlo son una fuente de inspiración a la hora de crear la libreta de la pequeña Frida y, al mismo tiempo a través de la animación permite dar saltos en el tiempo adelante y atrás.
KV: Sí. Si tuviera que elegir un solo objeto para definir a Frida, mi primera elección sería su libreta. Sus diarios y las recopilaciones de cartas fueron una de las primeras cosas que leí para intentar entender a la artista.
AK: Exacto, y lo más fascinante de los diarios de Frida es que son tan apasionantes artísticamente como sus cuadros. La libreta nos permite explicar que Frida escribía mucho y que también le servía de soporte visual para expresar sus emociones.
P: Cristina Kahlo, la sobrina nieta de Frida Kahlo, y Perla Labarthe, la directora del Museo Frida Kahlo son grandes entusiastas de vuestro filme.
AK: Sí, estábamos muy nerviosos antes de proyectar el largometraje por primera vez en el Festival de Cine de Morelia y en Ciudad de México en octubre del año pasado. En 2023 habíamos ido a Ciudad de México para encontrarnos con Perla Labarthe, que había leído una primera versión del guion y había visto algunas imágenes, pero su visión y experiencia del tema que trata nuestro filme, la infancia de Frida Kahlo, fueron muy valiosas para nosotros. Nos dio muchísimas ideas e hizo muchas sugerencias. Además, sus comentarios sobre algunos detalles fueron de gran utilidad a la hora de finalizar el guion con sus autoras.
KV: Este viaje de exploración fue también clave para el aspecto visual del proyecto. Grabamos y fotografiamos miles de referencias que enriquecieron el universo visual del filme. Hay cosas que son difíciles de imaginar y sólo ocurren si se han experimentado en persona. Pasamos mucho tiempo en Coyoacán y en la Casa Azul para poder reproducirlas lo mejor posible en el filme.
AK: Después de todo esto, fue muy emocionante volver a presentar la película en el lugar donde todo había empezado. Hicimos una proyección en la Casa Azul, presentada por Cristina Kahlo, y fue mágica. Cristina estaba tan emocionada como nosotros; Perla también, que ya nos había acogido el año anterior. Les estamos muy agradecidos a ambas.
P: ¿Cómo representasteis las obras de Frida Kahlo? En el filme vemos detalles e influencias de estas obras en su mundo imaginario.
KV: Sí, éste fue uno de los retos de la película. Queríamos mostrar algunas obras de Frida pero había cosas que eran difíciles de enseñar para las criaturas.
AK: Por eso decidimos que aparecieran en su mundo imaginario, que fue el inicio de lo que más tarde se convertiría en su universo pictórico, ya que ella siempre decía que no era surrealista, sino que se limitaba a pintar su realidad.
P: ¿Nos podéis hablar de la elección de la paleta de colores?
AK: Las ilustraciones y los personajes de Cara Carmina eran de colores muy vivos. Fueron el punto de partida de los primeros fondos y decorados que creamos y las primeras pruebas de aminación.
KV: El viaje a México del año anterior nos inspiró mucho y, a partir de ahí, ajustamos los colores y la luz de las diferentes horas del día. En todas nuestras producciones siempre cuidamos mucho la dirección de fotografía y la composición para enriquecer las paletas de colores de manera que cada secuencia sea inmersiva.
AK: Además de las imágenes de México, también teníamos un espacio magnífico para jugar, el mundo imaginario de Frida, que podía ser muy diferente al resto del filme.
KV: Sí, totalmente. En este caso, la gente que conozca su obra podrá reconocer paletas y esquemas de colores específicos de algunos cuadros de Frida Kahlo.
P: Exploráis la creatividad y la autoaceptación a través de la historia de una niña que está enferma y tiene poliomielitis.
AK: En sus cartas, Frida a menudo decía que había un antes y un después de la polio, que no debemos olvidar que podía ser mortal, y eso la marcó toda la vida. Los momentos en que debía aislarse es cuando desarrolló la profundidad y madurez que dieron forma a su carrera.
KV: En una proyección especial que hicimos en Annecy en junio del 2024, Olivia Ruiz leyó un extracto del diario de Frida que lo ilustra muy bien: «Cuando debía tener unos seis años, viví la experiencia de una amistad imaginaria muy intensa con una niña... de mi edad más o menos. En una ventana de mi antigua habitación, que daba a la calle Allende, eché el aliento sobre uno de los cristales de arriba y, con los dedos, dibujé una puerta. Esta puerta, con la imaginación, la cruzaba rápidamente y sentía una felicidad muy intensa, corría campo a través hasta una lechería llamada Pinzón. Entraba por la letra “o” de Pinzón y bajaba hasta las entrañas de la tierra, donde siempre me esperaba mi amiga imaginaria.»
AK: Cuando volvimos a Canadá al cabo de unos días, decidimos añadir esta secuencia.
P: Frida es una superheroína con el poder de la imaginación.
KV: Sí, realmente sí lo es. A mí ya me impresionaba Frida con todo lo que sabía de ella. Pero si antes ya encontraba que era una mujer fascinante, ahora también he descubierto a una niña fantástica y resiliente.
AK: Tratamos de imaginarnos cómo se convirtió en artista después de todas las adversidades que vivió.
P: Habladnos del papel del padre de Frida, sobre todo de la escena en la que anima a Frida a colorear una foto, y del papel de Matilde, la madre de Frida. Por lo general, de cómo queríais representar a su familia.
KV: El padre era un artista, fotógrafo, en contraposición con Matilde, que era más severa y pragmática. Él era amable, cariñoso y siempre positivo. La escena en la que propone a Frida que pinte una foto es, para nosotros, sin lugar a dudas uno de los momentos más decisivos de su vida.
AK: También es el día en que Frida le dice a su padre que quiere ser médico. Me gustan mucho las diferencias de cómo lo reciben los dos, porque no reaccionan por igual a las adversidades que le tocan vivir a Frida.
P: ¿Por qué escogiste la leyenda zapoteca que sale en el filme y por qué decidisteis incluir la libreta?
AK: Decidimos incluir la libreta de inmediato porque era un elemento central de la vida cotidiana de Frida Kahlo y no podíamos no incluirla.
KV: Además, era esencial visualmente mostrar a Frida dibujando y escribiendo. Poder utilizar su libreta como elemento de transición para pasar de una época a otra nos pareció muy buena idea.
AK: En cuanto a la leyenda zapoteca, el padre de Matilde, que era la madre de Frida, era del Valle de Oaxaca. Su familia era zapoteca y nos pareció relevante mencionarlo. Más adelante descubrimos que sus orígenes también eran importantes para Frida, porque los vestidos tan emblemáticos que llevaba provenían de esta herencia zapoteca, y también las cintas rojas. A medida que investigábamos sobre el tema, todo encajaba, tanto el nombre tradicional de la gente zapoteca, «el pueblo de las nubes», como la leyenda de Cocijo, el Dios de la lluvia y del viento. Los inicios del siglo XX fueron complicados en México y una parte de la población quiso acercarse a sus orígenes y a sus culturas ancestrales. Frida Kahlo fue una gran embajadora.
KV: La cinta roja también nos sirvió para estructurar la historia, como símbolo de la fuerza de las raíces de Frida.
P: El futuro compromiso político de Frida Kahlo se deja entrever cuando se muestra su curiosidad en el mercado y cuando descubre a las mujeres zapotecas y los frescos.
AK: Matilde acogía a simpatizantes zapatistas en la cocina de su casa cuando Frida era pequeña. Quizás esto la llevó a implicarse políticamente cuando comenzó la Preparatoria, con sus amigos Cachuchas. Cuando Frida tenía seis años, los zapatistas empezaban a ser más visibles en México y esto provocó enfrentamientos entre la población. Nosotros queríamos mostrar ese tipo de tensiones pero sin tomar partido. Ocurría algo parecido con las mujeres que se vestían a la europea, en recuerdo de la colonización española. Otras mujeres redescubrían la belleza de los tejidos y de los motivos ancestrales. El mercado era el sitio perfecto para mostrar esta complejidad.