Tercera y última entrega de la saga 'Downton Abbey'.
Entrevista a Julian Fellowees (Guionista / Creador / Productor)
P: ¿Por qué querías recuperar el universo de Downton Abbey para una tercera película?
R: Al final de la segunda película, nos despedimos de nuestra querida Violet. Queríamos dejar claro que, aunque ese momento marcara el final de un miembro de la familia, no era el final de la familia en sí. También quería mostrar que las familias como los Crawley, que han sobrevivido en el mundo moderno, han tenido que redefinirse, acostumbrarse a una nueva forma de hacer las cosas e intentar ver si podían lidiar con ello. Los hay que han fracasado estrepitosamente, pero quiero pensar que los Crawley son una de esas familias supervivientes que han logrado conciliarse con el mundo moderno.
P: ¿En qué situación nos encontramos a los Crawley y al personal de la casa al comienzo de la película?
R: A los Crawley les va bastante bien. A pesar de los tiempos que corren, marcados por el cambio, siguen siendo una gran familia en una gran casa. Se respira un aire de cambio en sus relaciones con la servidumbre y con la gente de a pie que vive en el pueblo. Las dos guerras mundiales redujeron las distancias en lo que a trato social respecta y las familias aristocráticas quedaron muy desubicadas tras cada una de ellas. La película trata sobre esos tiempos de cambio. Una de las tramas es que Mary se divorcia, y lo que espero que sorprenda al público es comprobar hasta qué punto el divorcio era algo que no llegó a aceptarse hasta mucho después.
P: ¿Cómo afecta a la casa el divorcio de Mary?
R: Un divorcio era una forma bastante dramática de demostrarle al resto de tu familia que vivías en un mundo diferente al suyo y que las cosas habían cambiado. No era algo aceptable. La imagen que se proyectaba hacia el exterior era de un nivel de felicidad casi espeluznante y se escondía absolutamente todo lo que estuviera pasando tras esa fachada. El divorcio convierte una desavenencia escondida en algo público porque, antes de que se normalizara, nadie sabía ningún trapo sucio de las clases pudientes, y así era como les gustaba que fuera. No les importaba despertar envidias, pero no querían que nadie los compadeciese.
P: Se hace mucho hincapié en lo de pasar el testigo a la siguiente generación en la película. ¿Serán capaces de estar al nivel de sus predecesores?
R: Cada generación reinventa el modo de vivir de estas casas, de modo que Andy, por ejemplo, que asume el papel de Carson, encontrará su propio modo de ser mayordomo. No tiene un sirviente que lo ayude, ni es un rol que se vaya a recuperar. Del mismo modo, las doncellas de cocina son historia, y Daisy adoptará las obligaciones de la Sra. Patmore sin contar con esa ayuda adicional. Había que reinventar todo ese modo de vida. Cuando yo era joven, seguía existiendo la «Temporada Londinense» con bailes de debutantes, y yo participaba en todo aquello. Me encantaba, pero cuando aquello acabó, fue un adiós para siempre. Así es la vida. Inventamos cosas, las disfrutamos un tiempo y luego se acaban o las hacemos de otro modo, y eso es lo que intentamos transmitir en Downton. Seguirá su curso, pero no será lo mismo que Downton Abbey en 1912. Esa forma de vida ha acabado y algo nuevo vendrá a reemplazarla.
P: ¿Qué impacto tuvo la sensibilidad norteamericana en Inglaterra en ese momento?
R: Siempre he creído que los americanos de la década de 1890 tuvieran muchísima influencia en las clases privilegiadas de Gran Bretaña. La mayor parte de las «princesas del dólar» llegaron tras la Guerra de Secesión estadounidense, cuando habían florecido grandes fortunas y tener una hija casada con un aristócrata inglés se consideraba una maniobra muy inteligente. Las mujeres americanas no habían sido educadas como las jovencitas británicas; no estaban acostumbradas a sentarse en silencio en espera de que alguien las hablara y a guardarse sus opiniones para sí mismas. Las estadounidenses no creían en eso. Tenían sus propias opiniones y las expresaban de un modo totalmente contrario a la costumbre de las inglesas, de modo que relajaron las formas en sociedad, en cierto modo.
P: ¿Por qué decidiste incluir a Noel Coward en la historia y qué le aporta a la película?
R: Descubrí que la obra de Noel Coward BITTER SWEET se estrenó en Londres en 1930. Capturó perfectamente en sus obras el estado de ánimo del periodo en el que estaba viviendo. Comprendió quién era su público y sabía exactamente lo que este quería. Me pareció que expresaba maravillosamente bien la dirección hacia la que el mundo se encaminaba. Supo comprender lo que entretenía a su público, lo que le asustaba y qué cambios se avecinaban. Me cautivó su ingenio y me pareció que podría aportar una modernidad benévola a los Crawley sin que se sintiera como una amenaza. A Coward le gustaban estas grandes casas y las familias que habitaban en ellas, pero eso no cambiaba el hecho de que tales familias no fueran tan modernas como lo era él. Me gustaba lo que eso podía aportar.
P: ¿Por qué era importante incluir un evento social como Ascot en la película?
R: En mi veintena y treintena, Ascot era un evento muy de moda en el calendario social y nadie se lo perdía. Era la expresión definitiva de la sociedad en estratos, en la que había un grupo en cabeza que era la alta sociedad. Luego, el grupo justo de debajo quería formar parte del estrato de más arriba, pero no podía. Luego había otro estrato por debajo al que no le preocupaba demasiado su posición en la sociedad, pero que asistía igualmente. Lo inusual de Ascot era ser un lugar de referencia para todas esas diferentes capas de la sociedad en un único evento. Era una expresión de la Gran Bretaña de clases y me pareció divertido incluirlo en la película porque era justamente cuando la sociedad comenzaba a desintegrarse. También nos permitió mostrar que Lady Mary no podía acceder al reservado real a causa de su divorcio. Quería mostrar aquello como el momento en que las clases más altas, como grupo social, tuvieron que aceptar que era el momento de dejar atrás esas costumbres tan anticuadas. A Mary y Edith, como los miembros más jóvenes de la familia, les cuesta mucho menos lidiar con la situación y aceptarla que a su padre.
P: ¿Cuál fue tu primera inspiración para crear Downton Abbey?
R: Escribí el guion de una película llamada Gosford Park, que estaba ambientaba en una fiesta de caza del año 1932. En lo que a personajes respecta, incluía a personal de la casa, además de los invitados y su propia servidumbre. El productor, Gareth Neame, me preguntó si me plantearía escribir sobre ese tipo de ámbito para televisión. Gosford Park es una película muy oscura en la que la mayoría de los personajes no son felices, pero tuvo muy buena acogida, y me enorgullece decir que gané un Oscar por aquel guion. Sin embargo, al principio no pensaba que la gente querría ver un ambiente tan decadente una vez por semana. Me di cuenta de que tendría que mostrar una versión diferente de ese mismo mundo, y quería incluir a personas nacidas en diferentes circunstancias, con más variedad escaleras abajo que en la propia familia. Eso me permitió servirme de mis propios prejuicios y plantear que la mayoría de la gente intentamos hacer las cosas lo mejor posible. Creo que eso le imprimió a la serie una especie de energía revitalizante, en contraste con esa otra aura más deprimente, y nos ha ido muy bien así.
P: ¿Pensabas que Downton tendría tanto recorrido y que conectaría tanto con tantísimas personas en todo el mundo?
R: La respuesta corta es que no, claro. Nos propusimos hacer una serie en un momento en el que la mayoría de la gente pensaba que los dramas de época eran un género muerto y que no había público para ellos. Por suerte, el encargado de este tipo de producciones en ITV, Peter Fincham, no opinaba lo mismo. Encargó un piloto de inmediato y luego nos encargó seguir. Comenzamos a reunir al reparto y, echando la vista atrás, el hecho de que pudiéramos hacernos con los servicios de todas nuestras primeras opciones para el reparto ya debería habernos indicado que estábamos a las puertas de algo extraordinario. Maggie Smith nunca había participado en una serie, pero, una vez que la reclutamos a ella, a Hugh Bonneville y a Jim Carter, estaba claro que íbamos a atraer a un reparto de excepción. Era un factor muy importante para nosotros, porque significaba que nuestros actores secundarios también iban a ser de mucha categoría. Ya tuvimos desde el principio un par de pistas de que habíamos hecho algo especial cuando, con nuestro segundo episodio, un hito que suele ir acompañado de algún bajón de audiencia, la nuestra creció en un millón de personas, nada menos. De ahí en adelante, las cifras siguieron creciendo y creciendo, y fui plenamente consciente de que habíamos creado una serie extraordinaria. La gran sorpresa vino cuatro meses después, cuando se emitió en América del Norte y fue un éxito arrollador. Les encantó. El público norteamericano lo cambió todo y, de pronto, nos emitían en todo el mundo. Ahora ya siento el proyecto muy completo. No digo que nunca volveremos a ver Downton Abbey en ningún otro formato, porque nunca puede decirse «de esta agua no beberé», pero estoy plenamente satisfecho con haber desarrollado el proceso de manera natural y adecuada con el concepto y el reparto originales.
Entrevista a Simon Curtis (Director)
P: ¿Cómo ha sido regresar para dirigir esta tercera película?
R: Muy emocionante porque, como director, me encanta trabajar con actores y en este caso hablamos del mejor reparto británico que pueda haber, sumado a las increíbles estrellas invitadas que tenemos. En otras palabras, un sueño hecho realidad.
P: ¿Cuál es tu recuerdo más feliz de Downton o tal vez la escena que más orgulloso estás de haber dirigido?
Diría que la escena de la muerte de Violet, cuando fallece y su funeral. Fueron momentos muy muy emotivos, no solo porque el guion de Julian era fabuloso y la interpretación de los actores sublime, sino porque además funcionó a muchísimos niveles. El reparto estaba despidiéndose de una de las mejores actrices de todos los tiempos, los personajes decían adiós a su matriarca y, en torno a la cama, estaban todos esos actores y actrices que tan bien se conocían entre sí y sabían perfectamente quiénes habían perdido a miembros de su familia en el tiempo que habían trabajo juntos. Fue realmente extraordinario y muy intenso. Y ahora, por supuesto, tras la muerte de Maggie Smith, la última secuencia de la última película tiene un impacto adicional y casi sobrecogedor. En esta película, la sombra de Violet pende sobre los personajes y sé que hablo por todo el mundo cuando digo que trabajar con Maggie ha sido un punto álgido no solo de nuestra carrera profesional, sino de nuestra vida.
P: ¿Cómo es de significativo para ti que este sea probablemente el último capítulo de Downton?
R: Le ha conferido una intensidad especial a todo. Hablamos mucho sobre el final de Downton, pero es igualmente difícil para el público, porque se están despidiendo de estos personajes para siempre. Para los actores, es el fin de un proyecto extraordinario. Para los personajes, no es necesariamente el final, e intentamos no mezclar esos conceptos demasiado.
P: ¿Qué podemos esperar de esta última película?
R: Es un retrato creado con amor de los personajes adentrándose en la década de los 30, un momento histórico que nos da la ocasión de indagar a fondo en las emociones de los personajes al final de la historia que estamos contando. La trama central es que Lady Mary se divorcia, cosa que es todo un escándalo en la época, sobre todo para una familia de esa posición social. La familia y Mary están lidiando con las consecuencias de que se hayan hecho públicas las noticias de su divorcio, lo que se suma a las dificultades financieras de los Crawley y la encrucijada de Robert al darse cuenta de que tal vez sea la hora de pasarle las riendas de Downton a su hija. Personalmente, Mary me parece una mujer de negocios impresionante y más que capaz de afrontar el desafío.
P: Vemos a Harold, el hermano de Cora, llegar de nuevo a Downton con su amigo, el Sr. Sambrook. ¿Cómo afectan las sensibilidades y actitudes norteamericanas a la unidad doméstica?
R: Siempre hemos tenido un pequeño toque americano en Downton Abbey con Lady Cora, y, de hecho, ese fue uno de los puntos de arranque de Julian para la serie. Era una de esas mujeres estadounidenses de la época que se casó con alguien de la aristocracia inglesa. En esta película, vemos al hermano de Cora, interpretado por Paul Giamatti, de vuelta en la historia, y se trae a un amigo llamado Gus Sambrook, interpretado por Alessandro Nivola, que aporta consigo una actitud que desarma a la aristocracia inglesa.
P: ¿Qué otros personajes nuevos puede esperar el público descubrir en la película?
R: Es muy emocionante para mí que algunos de mis actores favoritos se hayan unido al reparto. Joely Richardson es maravillosa. Tenemos a Simon Russell Beale que interpreta al rival de Lady Merton en el comité para la Feria del Condado, y con Paul Giamatti y Dominic West volviendo a la palestra, creo que no podríamos haber reunido a mejor elenco de estrellas.
P: ¿Fue muy difícil encontrar a un actor para interpretar a Noel Coward?
R: Llevaba unos 25 años tratando de hacer una película sobre Noel Coward, así que me entusiasmó verlo convertido en un personaje incorporado al guion. Fue todo un reto dar con un Noel Coward, no como un tipo entrado en años como la mayor parte de la gente lo recuerda, sino como un treintañero, cuando era como el Harry Styles de su época. Dar con Arty Froushan para interpretarlo fue la suerte de nuestra vida. Lo hizo espectacular, investigó todo lo que pudo y ofreció una versión muy auténtica de Noel Coward con 30 años. Mi padre publicó The Noel Coward Diaries hace algún tiempo y le dieron un pastillero de plata que perteneció a Coward con las iniciales NC inscritas. Me aseguré de mostrar semejante reliquia en pantalla, claro.
P: ¿Qué nos deparará el futuro de Downton con todos los jóvenes adoptando nuevos roles?
R: Uno de los temas de esta película es el paso del testigo de una generación a la siguiente. Cuando Robert da un discurso en el que pasa las riendas de Downton a Mary, también está legándole la casa a George, su hijo. Todo eso te transmite cómo diferentes generaciones dan un paso al frente en el futuro, y quién sabe lo que les ocurrirá a esa casa y a esa familia con la Segunda Guerra Mundial en el horizonte.
P: ¿Puedes describirnos las nuevas localizaciones que el equipo de producción visitó en esta película?
R: Una de las localizaciones nuevas clave fueron las carreras de Ascot, que rodamos en el circuito de Ripon Racecourse, en Yorkshire. Fueron unos cuantos días apasionantes con carreras de caballos de verdad, 11 cámaras y más de 300 extras ataviados con sus mejores galas. La película comienza en un teatro en el que Guy Dexter aparece en una obra de Noel Coward con la familia Crawley ocupando las mejores localidades, y algunos de los miembros del personal viendo la misma obra desde el gallinero. Nuestro director de fotografía, Ben Smithard, y yo hemos trabajado juntos ya en varias ocasiones y siempre nos entendemos a la perfección. Eleva cada uno de los momentos de la película y me hace sentir muy afortunado de trabajar en el mismo equipo que él.
P: ¿Qué hace que los guiones de Julian sean tan mágicos?
R: Julian tiene una gran humanidad y confiere a todos los personajes dignidad, ingenio y calidez, independientemente de su clase social, sexo o edad. Me encantan esos pequeños momentos de humanidad entre los diferentes personajes, con la fuerza añadida de que, muy a menudo, se trata de sus últimos momentos juntos.
P: Cuéntanos cómo los departamentos de peluquería, maquillaje y vestuario han elevado el valor de esta producción en concreto.
R: El diseño de peluquería, maquillaje y vestuario es extraordinario, y Nosh (Anne Oldham) y Anna (Robbins) son las mejores diseñadoras que podríamos soñar. En esta película, han echado realmente el resto, y ha sido muy emocionante ver los diseños de atuendos, peinados y maquillaje que llegaban al set cada día, dejándonos a todos sin habla.
Entrevista a Hugh Bonneville (Lord Grantham)
P: ¿Dónde encontramos a Robert al comienzo de la película?
R: La tercera película está ambientada en 1930, así que el tiempo ha sido implacable desde la segunda película. Al comienzo de Downton Abbey: Una nueva era, ya daba la sensación de que soplaban vientos de cambio y de que Robert le iba a entregar el control de las propiedades a Lady Mary. Pero el caso es que le está costando decidirse. Es reacio a soltar las riendas aunque sabe que es lo que debe hacer, porque se da cuenta de que su principal papel en la vida ha sido mantener el statu quo en Downton Abbey. Le hace plantearse cuál será su propósito cuando eso ocurra. Es una cuestión que puede afrontar cualquiera que tenga que jubilarse, cómo va a ser ese nuevo capítulo, y por eso es un poco reacio a dar ese paso.
P: ¿Qué es lo que finalmente prepara el camino para que Robert le entregue el control a Mary?
R: Pese a haberse atrincherado en que todo debería quedarse como es, acaba dándose cuenta de que es hora de avanzar con los tiempos. Las circunstancias que rodean el divorcio de Mary y el trato que esta recibe por parte de la sociedad, todo sumado a la muerte de su madre, le han llevado a darse cuenta de que es hora de cambiar su vivienda de Londres por otra de menor tamaño y de entregar al fin las llaves de Downton Abbey a Mary.
P: ¿Cómo responde Robert al divorcio de Mary y el trato que esta recibe por parte de la sociedad?
R: Lo que siempre me ha gustado de Robert es que es una persona tan rancia y conservadora como su entorno, pero, a la vez, esconde una mente liberal y un carácter justo. Cuando se trata de asuntos del corazón, siempre es muy compasivo con las circunstancias de Mary, dado que ella suele meterse en situaciones complicadas. Salir de un divorcio en esa época era muy diferente a lo que supone en la actualidad, respecto a la respuesta social. Hay una escena en la que se humilla públicamente a Lady Mary en el baile de Lady Petersfield por estar divorciada, porque un miembro de la realeza no puede estar en la misma estancia que una divorciada. Eso se convierte en un giro importante de guion, porque Cora y Robert quieren marcharse de allí con Mary, pero ella insiste en que se queden. Julian tenía muy claro que, en sociedad, por mucho que te preocupase la situación de tu hija, no podías ofender a la realeza de ese modo, como si nada. Fue muy incómodo para mí como actor y, de hecho, todas las fibras de mi ser me empujaban a actuar de otro modo, pero eso representa lo encorsetado que era todo entonces y lo diferentes que son ahora las cosas.
P: ¿Crees que Robert se ve reflejado en Mary?
R: Creo que, en cierto modo, Robert ha vivido un poco a través de Mary, en cuanto a que es un hombre nacido en su posición. No ha tenido otra elección que ser quien se ocupe de Downton Abbey mientras le ha correspondido ser el guardián y custodio de la propiedad. En el caso de Mary, aunque sea la mayor, técnicamente no le corresponde heredar esa posición, por lo que no ha nacido con ese inmenso sentido de la responsabilidad. Creo que secretamente la admira; si no su rebeldía, al menos sí su capacidad de asumir riesgos y de abrazar la vida. Creo que es una persona mucho más conservadora por condición que por instinto y que ha tenido que cumplir con su deber. Aunque le frustran las escapadas de Mary, su preocupación por ella es sincera. Sabe que, bajo cualquier apariencia, hay simplemente una persona que busca amor, así que se muestra mucho más compasivo de lo que podríamos esperar.
P: ¿Qué tal está llevando Robert la muerte de su madre al comienzo de la película?
R: Ha pasado el suficiente tiempo como para que la familia haya superado el periodo de luto, de modo que creo que solo quedan los buenos recuerdos. Se habla de ella con mucho afecto, incluso en tono jocoso. En algún punto del guion, alguien menciona que va a ir a «pasar el fin de semana» y Robert le responde que se alegra de que su madre no esté viva para no escuchar esa expresión, en referencia a la cita «¿Qué es un fin de semana?» de la serie de televisión. Ni qué decir tiene que preside sobre toda la familia con su retrato en la entrada, así que su presencia siempre se deja sentir.
P: ¿En qué punto está la relación entre Cora y Robert al comienzo de esta película?
R: Como tuvieron un susto importante por temas de salud en la última película y son conscientes de que toca dar paso a otra fase de sus vidas, creo que ahora están en un punto en el que se sienten satisfechos. Cora es totalmente consciente de que a Robert le cuesta mucho progresar. Mantienen una gran familiaridad entre ellos y él se siente muy cómodo con los roles que cada uno juega en la dinámica de la relación. Es una asociación muy sólida y plácida, sin llegar a ser complaciente. Vemos que es el momento de partir en pos de una nueva fase de su vida con total satisfacción.
P: ¿Cómo reacciona Robert al regreso de Harold, el hermano de Cora, y las malas nuevas que trae consigo?
R: Robert y Cora se casaron en un principio en una suerte de transacción financiera en la que ella pasaba a ser Lady Cora a cambio de que una sustancial fortuna pasara a manos de Downton Abbey. Luego se enamoraron y así progresó la historia, pero ahora Downton afronta una crisis económica. El tejado se cae a cachos, pero todo el mundo confía en una inyección económica de la difunta madre de Cora. Cuando Harold llega tímidamente para transmitir que tal vez no quede tanta fortuna como esperaban, es cuando se produce la verdadera crisis, porque todo el mundo contaba con esa herencia y el futuro de Downton está en juego. Robert no le tiene ninguna simpatía a Harold. A él siempre le ha parecido una causa perdida, así que comprobar que los ha dejado en la estacada de nuevo no le supone ninguna sorpresa; le resulta absolutamente irritante que ponga en peligro a Downton y el bienestar de la familia Crawley.
P: ¿De qué modo ayudan Carson y Bates a Robert a decidir que legar la propiedad a Mary es una buena decisión?
R: Hay una escena muy bonita entre Carson y Robert en la que le pido consejo a Carson sobre qué hacer respecto a dejar las riendas a Mary. Es muy consciente de que Carson ha sido también una figura paterna para Mary y quiere saber lo que piensa él de todo ese asunto. A Carson le conmueve que Robert le pida consejo, pero también le sorprende que no sepa ver por sí mismo lo bien preparada que está su primogénita para el trabajo. Robert siempre ha visto a Mary primero como su hija y luego como gestora de la propiedad. Que quiera dejarse aconsejar por Bates en asuntos domésticos es un momento muy emotivo de la película. Nos acordamos de la época en la que ambos personajes se conocieron, en la Segunda Guerra Bóer, y le doy las gracias por salvarme la vida. Es un instante muy bonito.
P: ¿Qué es lo que Robert echará más de menos de vivir en Downton?
R: El concepto de la casa de la condesa viuda, en cierto modo un poco al margen, pero dentro del terreno de la propiedad, es un cambio muy cómodo y poco dramático para las familias como los Crawley: ya no están al volante, pero siguen a bordo del vehículo. Podemos imaginar que Robert y Cora visitarán la casa muy a menudo, y desde luego para las comidas. Creo que echará de menos el ambiente de la casa, pero que sabrá crear un nuevo hogar en la otra vivienda. Lo que no creo que eche de menos son algunas de las tensiones y los estreses que conllevaban sus responsabilidades. Disfrutará de los beneficios de su posición sin los inconvenientes, y me parece algo muy recomendable cuando cumples determinada edad.
P: ¿Cómo ha sido la experiencia de recibir a otros actores en estas películas?
R: Es maravilloso que actores de semejante calibre hayan querido venir a participar en este proyecto a lo largo de los años, y esta película en concreto no es una excepción. Hemos contado con un joven actor de un talento increíble, Arty Froushan, que ha interpretado a Noel Coward y que dejó a todos de piedra cantando cuando leímos los guiones. Consigue encarnar totalmente el espíritu de Noel Coward y es absolutamente glorioso. Ni qué decir tiene que a alguien como Robert le resulta incomprensible esta clase de personaje, aunque Noel Coward se convierte luego sutil pero maravillosamente en un elemento clave de la trama. Contar de nuevo con Paul Giamatti actuando con nosotros ha sido muy divertido, y también es un placer trabajar con Alessandro Nivola interpretando a su colega de Nueva York, Gus Sambrook. También nos ha deleitado Dominic West volviendo para retomar su papel, y contar con la participación de Joely Richardson como Lady Petersfield me ha encantado. Simon Russell Beale se une en el papel del gruñón organizador de la feria del condado, y todas las dinámicas que acontecen entre él y Penelope Wilton, Lady Merton, fueron un absoluto regalo para los sentidos.
P: ¿La magnitud de esta película es mayor con la variedad de localizaciones que habéis visitado?
R: Nos unimos a la familia durante la «temporada» anual, lo que permitió al equipo de producción ser atrevido en cuanto a los eventos a los que asistía la familia; por ejemplo, van al teatro, a Ascot, a la Feria del Condado y al baile de Lady Petersfield, y representar todo eso a nivel cinemático era muy importante para Ben [Smithard], nuestro director de fotografía, y Simon [Curtis], el director. Lo pasamos estupendamente en Ripon, que fue nuestro circuito de carreras de Ascot, y allí estuvimos rodando tres días. Siempre es una pesadilla logística para el equipo de localizaciones y de producción, pero, por suerte, nos hizo un tiempo espléndido. Creo que fue la semana con mejor tiempo de ese verano en Yorkshire, donde también rodamos la Feria del Condado en un recinto ferial que hay cerca de Harrogate. Contamos con varios cientos de extras tanto en Ascot como en la feria, así que fue toda una hazaña.
P: ¿Qué tienen los guiones de Julian para darnos momentos tan mágicos?
R: Recuerdo la primera vez que trabajé con Julian en una película titulada De una época a otra, y, entre toma y toma, hablábamos de un guion que estaba escribiendo sobre una casa de campo. Cuando leí el primer guion, descubrí montones de personajes, cada cual con su propia voz, cosa que no es nada habitual. Tiene mucho oído para los diálogos y, al final de ese episodio, quería saber lo que pasaba luego. Creo que ha sabido plasmar eso en pantalla. Hay algo que recuerda a los culebrones y también algo de compulsivo en sus guiones, y se deja sentir una propulsión hacia delante. Me llevó unos cuantos episodios dar con el quid de la cuestión, y creo que tenía que ver con la narrativa. Creo que su gran destreza, y esto ha sido algo que ha dicho él mismo en muchas ocasiones, es que escribe desde una posición predeterminada de que la gente trata de ser buena y, que, por supuesto, a veces hacen cosas malas, pero a menudo, tienen algún motivo para comportarse de ese modo. Hay gente psicópata en el mundo, claro, pero, en conjunto, la gente trata de sobrevivir y cuidar de los suyos, y de portarse lo mejor posible con los demás.
P: ¿Cuál es la magia de Downton Abbey?
R: Creo que en Downton Abbey hay un sentido de la compasión subyacente a todo, que se trata de hacer lo correcto incluso cuando la cosa se tuerce. Ese es su gran legado. Lo que el público nos ha venido transmitiendo a lo largo de los años es que la serie ha significado algo para ellos y su familia, que ha conectado por la dinámica de su narrativa, y eso nos hace sentir muy orgullosos. Todo eso se lo debemos a los guiones de Julian.
Entrevista a Laura Carmichael (Lady Hexham)
P: ¿En qué punto encontramos a Edith y Bertie en esta película?
R: A Edith y Bertie les va muy bien y son muy felices juntos. Me encanta que Bertie siempre haya apoyado tanto a Edith. En la última película, vimos que ella tenía ganas de volver a trabajar y Bertie la animó a ello. Bertie está muy orgulloso. Le va muy bien como marqués de Hexham y se siente muy asentado en ese papel. Tiene consejos que ofrecer a Robert, pero a este le cuesta mucho aceptarlos de su yerno. Es un marqués con una mentalidad muy avanzada y está dispuesto a ayudar en todo lo que haga falta.
P: ¿Cómo es la relación entre Lady Edith y Lady Mary al comienzo de esta película?
R: En esta película, vemos a Edith y Mary bastante unidas. Edith está apoyando discretamente a Mary y ambas lo pasan bien juntas. Edith expresa lo mucho que se preocupa por su hermana y trata de buscar formas de reintegrarla en sociedad. Hay amor auténtico entre ellas, y ha hecho falta toda una montaña rusa de situaciones y emociones a lo largo de los años para llegar a este punto. Creo que, una vez que ambas se asientan en la vida familiar, son capaces de perdonarse por las cosas malas que han hecho y recordar que, a fin de cuentas, son familia. Cuando una de ellas está en apuros, independientemente de cómo haya sido la relación en el pasado, saben que siempre van a cubrirse las espaldas.
P: ¿Qué nos dice la actitud protectora de Edith con su hermana sobre su crecimiento a lo largo de los años?
R: Con el paso de los años, Edith se ha labrado su propio camino como joven independiente. Se centró en la revista cuando no parecía que el matrimonio fuese a ser una opción posible para ella. Se forjó una carrera profesional, y ese logro la convirtió en una persona mucho más dulce y feliz. Somos testigos de cómo su vida de periodista y propietaria de la revista hace que cobre poder y fuerza. Eso se traduce en que se ve capaz de mostrar bondad hacia Mary. No es tan insegura como lo fue en el pasado, y por eso quiere dar un paso al frente y usar su influencia y posición para echar una mano cuando Mary tiene problemas.
P: Con el divorcio y la situación de Mary, ¿qué crees que hubieran hecho Violet y Sybil?
R: Creo que, en esta situación, Sybil hubiera expresado compasión y dolor por Mary. Probablemente la familia sienta una ira discreta y callada por Henry por haber destruido el matrimonio. Sybil se habría puesto sin duda del lado de Mary y hubiera apoyado que se independizara de él. Violet se hubiera quedado impactada y devastada, pero lo cierto es que luego siempre nos sorprende. Violet quería mucho a Mary y creía absolutamente en el poder de las mujeres, incluso en esta situación.
P: ¿Quién es el Sr. Sambrook y cómo se siente Edith acerca de él?
R: El Sr. Sambrook llega con el tío Harold y es un personaje un poco misterioso. La familia no sabe muy bien de dónde ha salido. Tienen muchas preguntas sobre las propiedades de su abuela y sobre qué está pasando con el dinero. Todos pueden imaginarse que gran parte de ello se ha perdido y quieren entender qué papel ha jugado Sambrook en el asunto como amigo y asesor financiero de Harold. Varios de los miembros de la familia ya tienen sus sospechas. Tom, Edith y Bertie quieren indagar un poco en su pasado.
P: ¿Qué nos dice esta situación sobre Edith?
R: Hay una escena genial entre Edith y Sambrook que me encanta. Me emocioné cuando lo leí, porque pone de relieve el poder de Edith en ese momento y muestra que no tiene miedo de usarlo. Entiende la influencia que tienen en sociedad tanto Bertie como ella y no tiene reparos en amenazar a Sambrook con arruinar su reputación tanto en Inglaterra como en Nueva York. Demuestra lo lejos que ha llegado y lo fuerte que es.
P: ¿Cómo es tu vestuario en esta película y cómo ha sido el proceso de colaboración con Anna Robbins?
R: El vestuario es siempre una parte muy importante y divertida del proceso. Trabajar con Anna [Robbins] es la primera interacción cuando vuelves a la película, y planificar los apasionantes looks que está diseñando es siempre muy emocionante. Los diseñadores siempre quieren superarse y esta película no es una excepción. Ahora que estamos en los años 30, hay un cambio en la silueta. Son más ajustadas y atrevidas. En las escenas de Ascot, fue espectacular ver a tanta gente junta tan bien vestida.
P: ¿Cómo de estrecha es tu colaboración con Anna [Robbins]?
R: Después de todos estos años, Anna nos conoce muy bien y confiamos en que nos presente diseños que sabe que nos quedarán bien. Entiende cómo funcionan las texturas, los colores y las paletas. Lo tiene todo en esa genial mente creativa que posee, y se implica a fondo en la historia. Hay momentos en esta película en los que quiere intercambiar los diseños de Edith y Mary. Por ejemplo, cuando Mary se siente vulnerable y le pide ayuda, va vestida de un color que normalmente sería más propio de Edith, y viceversa, un detalle que me parece muy ingenioso. Anna siempre aporta toques así de divertidos y realmente se ha superado con este proyecto.
P: ¿Cómo fue rodar las escenas de Ascot?
R: Ascot fue muy divertido. Rodamos en el circuito de carreras de Ripon, donde recreamos el mundo de Ascot. Había muchísimos extras, un vestuario asombroso y carreras de caballos solo para nosotros. Fue muy emocionante. Ver a todo el mundo así junto es muy emocionante. Entendimos totalmente por qué iba a ser una parte tan importante de la película cuando vimos lo bien que quedaba todo. Fue muy especial.
P: Hay muchos personajes nuevos en esta ocasión. ¿Podrías hablarnos de algunos de ellos y de los actores que los interpretan?
R: Tenemos a Paul Giamatti y a Alessandro Nivola uniéndose al reparto esta vez, que ha sido maravilloso. Han aportado una energía increíble, diferente y muy divertida al rodaje. Nos encanta tenerlos con nosotros. También ha sido genial contar con el personaje de Noel Coward en la película. Se trata de un papel emblemático, y Arty [Froushan] ha estado brillante. No puedo ni imaginarme lo intimidante que puede ser tratar de interpretar a Noel Coward. Es un actor totalmente temerario y extraordinario, por no hablar de su inmenso talento tocando el piano y cantando. Ha sido genial tenerlo con nosotros.
P: ¿Cómo ha sido volver a trabajar con Simon Curtis?
R: Es genial tener a Simon de vuelta. Siempre ha sido como parte de la familia de Downton porque está casado con Elizabeth McGovern, así que lo conocemos desde el comienzo de la serie. Siempre ha sido una persona amable, generosa y comprensiva. Por eso, fue muy natural cuando entró a formar parte del equipo para dirigir; además, es un director de los que se preocupan por los actores. Intenta que todo el mundo se sienta cómodo y escuchado. Se sabe la historia de principio a fin y quiere capturar todos esos momentos, explotar el material para sacarle todo el jugo posible.
P: ¿Qué es lo que hace que el talento de Julian sea tan especial y por qué sus guiones son tan auténticos?
R: A todos nos gustaría saber cuál es la magia de sus historias. Es un hombre increíble, con una gran capacidad expresiva y muy considerado. Siempre nos sorprende con estos momentos en el guion. Me encanta leerlos y siempre me emociona descubrir qué nos tendrá preparado. Siempre hay joyitas ocultas; él sabe cómo hacer que un personaje cobre vida en poco tiempo y eso es un verdadero regalo.
P: ¿Cómo ha sido leer el guion sabiendo que es el último capítulo?
R: Todos pensábamos que nos estábamos despidiendo con la serie y luego llegaron las películas, que han sido todo un regalo y una especie de bonus para todos nosotros. Creo que aún no me he hecho a la idea de que este es el capítulo final. Probablemente sea más consciente con el paso del tiempo, pero la cosa es que todos queríamos que fuese lo mejor posible para poder despedirnos en condiciones.
P: ¿Cómo fue tu primer día de rodaje de la serie?
R: El primer día rodé una escena que luego no llegó a incluirse en el montaje final de la serie. Era una escena mano a mano con Hugh en la que tenía que llorar. Estaba aterrorizada; habíamos recibido la noticia de que el Titanic se había hundido y de que el primo Patrick, del que Edith estaba enamorada, había muerto. Hugh fue muy amable e hizo que fuera una experiencia muy especial y disfrutable. A continuación nos tocada rodar una escena de desayuno, y Jim [Carter] también fue un cielo. Al ser actores con tanta experiencia, probablemente fueron capaces de detectar que estaba aterrorizada, y me ayudaron muy dulce y sutilmente a encontrar mi propia voz. Siempre he sentido ese apoyo, de ellos y de todos. Ha sido una forma muy especial de aprender a manejarme en el set.
P: ¿Hay alguna escena específica, una localización o una trama de la que tengas recuerdos especialmente gratos?
R: Me encantaba el set de la oficina del periódico, donde Edith trabajaba con Gregson. Recuerdo que estaba muy emocionada porque suponía un cambio radical para Edith y un mundo que parecía solo nuestro. Fue una gran experiencia, con máquinas de escribir por todas partes y gente entrando y saliendo; sentí que Edith podía dominar todo ese espacio.
P: En lo que respecta a tu personaje a lo largo de la serie, ¿cuáles dirías que son los mejores y los peores momentos de Edith?
R: Bueno, creo que su peor momento es cuando la dejan plantada en el altar. Fue todo un golpe, pero a partir de ahí fue cuando se encontró a sí misma, se puso en pie de nuevo y descubrió el mundo como mujer independiente. En cierto modo, fue un catalizador para ella, al igual que la muerte de su amada hermana Sybil; fueron momentos devastadores. Su punto álgido sería casarse con Bertie y, a pesar del golpe cuando se enteró de que ya tenía una hija, todo acabó funcionando bien, fueron felices y comieron perdices.
Entrevista a Jim Carter (Sr. Carson)
P: ¿Dónde encontramos al Sr. Carson al comienzo de esta película?
R: Los años de Carson en Downton Abbey ya forman parte del pasado y se está asentando en una cómoda jubilación. En cierto modo, Carson es Downton Abbey. Ha trabajado ahí cincuenta y pico años y ha encarnado el espíritu chapado a la antigua del lugar. Ha sido su hogar la mayor parte de ese tiempo y ser mayordomo es un buen trabajo con estatus. Además, por si fuera poco, se le da bien. Quiere mucho a toda la familia, especialmente a Lady Mary, y, como ya he dicho en alguna ocasión, es el padre de la casa en el piso de la servidumbre.
P: ¿Cuál es la relación de Carson con Andy? ¿Cree que está preparado para el trabajo?
R: Ha sido un viaje extraño para Carson, porque se había jubilado ya en la última película y Thomas Barrow había tomado el legado como mayordomo, así que ya había pasado el testigo en una ocasión. Sin embargo, volvió para acompañar a Lord Grantham a Francia y luego volvió a tomar las riendas cuando Barrow se fue para ser el ayudante de cámara/acompañante de Guy Dexter. Para él, Andy es una versión joven de sí mismo: una persona muy recta. Es un hombre honrado y creo que Carson es consciente de que le ha transmitido sus conocimientos a Andy, o el Sr. Parker, como ahora debemos llamarlo, y que eso lo convierte en buen candidato para el trabajo.
P: ¿Carson cree que Lady Mary está lista para tomar las riendas de la propiedad?
R: Carson no tiene ninguna duda de que Lady Mary tiene madera para ello y es capaz de bregar con los problemas que está teniendo en su vida personal. Ella es consciente de lo que supone gestionar la casa y la hacienda porque ha aprendido de su abuela y de Carson.
P: ¿Cómo se siente Carson respecto al divorcio de Mary?
R: Carson, al ser fiel a los valores tradicionales, está obviamente disgustado con el divorcio de Mary, porque, a su modo de ver, nadie debería divorciarse. Las parejas deberían permanecer casadas pese a cualquier dificultad, aunque no se lleven bien. La diferencia en su caso es que no culpa a Lady Mary. De hecho, Lady Mary es totalmente inocente, a su modo de ver. En todo caso, Carson ha sabido adaptarse al teléfono y la electricidad, así que acabará aceptando la idea del divorcio.
P: ¿Cómo reacciona el Sr. Carson cuando los invitan a Daisy y a él a unirse al comité de la Feria del Condado?
R: Cuando recibe una invitación para formar parte del comité, Carson debe afrontar un pequeño dilema. Siente una deferencia natural por las clases altas y, como tal, no está en su naturaleza rebelarse o hablar más de la cuenta, pero también una enorme lealtad por Daisy. Cuando se da cuenta de que lo que Daisy dice es razonable, eso le da fuerzas para alzarse por lo que considera correcto ante Lady Merton y Sir Hector. No creo que hubiese salido de él generar ese tipo de agitación, pero de Daisy sí, y eso, es mi opinión, es una señal de cómo están cambiando las cosas entre las diferentes clases.
P: ¿Cómo va la relación entre el Sr. Carson y la Sra. Hughes?
R: La Sra. Hughes sabe lidiar con el carácter anticuado y gruñón de Carson. Suaviza su lado más severo y está tratando de que haga las paces con su vida de jubilado. Tras 50 años de dedicarse a lo mismo, entiende lo difícil que debe de ser para él conformarse con descansar.
P: ¿Qué es lo que más echará de menos el Sr. Carson de trabajar en Downton?
R: Carson echará de menos la rutina. Como sabe cualquier que se haya dedicado a un trabajo de servicio, dedicas una inmensa cantidad de tiempo a una labor y una familia, así que cambiar esa rutina es todo un desafío. Para el final de la película, se ha resignado al hecho de que ha empezado una nueva vida. Su anterior vida ha estado enteramente dedicada a los demás, así que apañárselas por su cuenta ahora es complicado y le costará adaptarse.
P: ¿Cómo ha sido volver a trabajar con Simon Curtis como director?
R: Siento una gran afinidad por Simon Curtis porque crea un gran ambiente en el set. Es amable, con sentido del humor y, gracias a su experiencia en el teatro, no se corta a la hora de darnos indicaciones a los actores. Hay directores que vienen más de la tele o el cine y se concentran en el lado técnico de dirigir, pero Simon puede hacer ambas cosas. Es capaz de llevar a cabo la parte técnica del trabajo y puede conectar con los actores de un modo del que estamos muy agradecidos. Trabajé por primera vez con Simon en una serie llamada Cranford y luego de nuevo en estas películas, y me ha encantado estar de nuevo a sus órdenes.
P: ¿Recuerdas la primera vez que viste Highclere Castle?
R: Totalmente. Cuando llegas a las tierras de Highclere Castle, pasas por un puente y llegas a unos terrenos con ovejas pastando. Luego ya subes la colina y allí, un poco como en los créditos de apertura de la película, se divisa de pronto el castillo. Piensas: «¿Dónde está el castillo?». Y, de pronto, ahí está, erigiéndose orgulloso sobre la colina, y cada vez que lo ves te dices: «Ah, qué bien pensado». Siempre se te pasa por la cabeza cuando lo ves. Es muy cinematográfico.
P: ¿Guardas buen recuerdo de alguna localización, escena o trama en particular?
R: Mi recuerdo más bonito trabajando en la serie es caminar por la orilla de la playa con Phyllis Logan de la mano. En primer lugar, porque afianzaba una bonita trama que llevaba cuatro temporadas cocinándose, pero también es un recuerdo personal precioso. Para mí, fue una escena muy bonita. En segundo lugar, lo mejor de rodar esa escena fue ver al equipo técnico teniendo que meterse al agua con los pantalones remangados por las rodillas mientras avanzábamos hacia ellos con las olas salpicándoles por el pecho, y todo intentando no reírme.
Entrevista a Raquel Cassidy (Srta. Baxter)
P: ¿Cómo les va a Baxter y al Sr. Molesley?
R: La respuesta corta es que no se están comunicando demasiado bien. Se enamoró del hombre que era antes de ser guionista, pero ese carácter se ha disipado al ponerse a escribir. La profesión se le está haciendo cuesta arriba. Es un hombre torturado, pero ella solo anhela que sean felices. Es una mujer que ya tomó un camino equivocado en el pasado y que ha tenido la oportunidad de enmendarse, así que sabe perfectamente lo valioso que es tener lo necesario para vivir y ser feliz. Nunca pensó que encontraría esta clase de felicidad. Y claro, cree que el hombre al que ama no sabe cómo ser feliz. Es descorazonador, porque no sabe cómo franquear esa distancia.
P: ¿Cómo se siente Baxter respecto a la nueva profesión de Molesley?
R: Le genera sentimientos encontrados, porque está claro que a él le emociona mucho. Tienen un gran cartel de su primera película en el salón. Y ya ha hecho otra película más. Le va bien, pero es como si no fuera capaz de disfrutarlo, como si solo sufriera el proceso. En cierto modo, ella estaría dispuesta a renunciar a todo eso si él fuera capaz de aceptarlo. Es un arma de doble filo, pero ella le ha prometido ser su compañera y no piensa abandonarlo. Lo que pasa es que no sabe cómo sacarlo del hoyo.
P: ¿Qué le parece que Molesley vuelva a ser sirviente y qué le motiva a hacerlo?
R: Baxter opina que si lo hace para ayudar, estupendo, que podría ser incluso divertido, pero sabe que no lo hace por eso. Molesley mira con desdén al servicio, lo cual es insultante, teniendo en cuenta qué tampoco es que haya tenido tanto éxito. Lo que tengo claro es que si ella fuera capaz de salvar a Molesley de sí mismo, desde luego que lo haría, porque él es muy dado a humillarse para entretener a todo el mundo, y eso no es algo que Baxter le desee.
P: ¿Qué cualidades ve Baxter en él?
R: Es un buen hombre. Tiene un gran sentido de la justicia y de lo que está bien y está mal. Es amable. Se preocupa por la gente. A ver, él fue quien la salvó. Sin él, es probable que ella no hubiera hecho lo correcto atreviéndose a hablar con Cora. No habría sido capaz de hacerlo y, por tanto, no seguiría en la casa. Es su salvador. Es una persona bien intencionada y con mucho talento. Sabe escribir guiones preciosos llenos de momentos de amor y redención. La lista es infinita. Lo cierto es que es un hombre excepcional.
P: De la familia, con quien más relación tiene Baxter es con Cora. ¿Qué tal lleva Cora el divorcio de su hija?
R: Cora está devastada por lo que está viviendo su hija. No come ni duerme. Es una situación terrible para ella. La sociedad la ha dado de lado totalmente, y eso es lo que peor lleva. Que la sociedad le dé la espalda es la peor pesadilla de Cora para su hija. Y Baxter trata desesperadamente de ayudarla.
P: ¿Cómo ha sido ver incorporarse a todos los nuevos actores y el reparto que los interpreta?
R: Contamos con nombres y personalidades increíbles en esta película, como Simon Russell Beale y Paul Giamatti, a quienes no había tenido el placer de conocer en persona. Luego contábamos con actores y actrices que vinieron para uno o dos días, como Lucy Black, que ha interpretado a un personaje fabuloso. Nunca ha habido mejor ejemplo que esta película de que no hay papel demasiado insignificante. Siempre enriquece la experiencia que se unan nuevas caras al reparto, porque aportan una energía novedosa.
P: ¿Qué pensaste al leer el guion, sabiendo que era el último?
R: Estoy como que no quiero creérmelo. No creo que vaya a ser la última película. Creo que nos quedan por hacer... ¡al menos seis! Es muy triste. La gente ha alzado la voz y ha dicho cosas increíbles en su favor, lo que ha sido muy conmovedor. Estoy enormemente agradecida de haber formado parte de todo esto. Todos damos cosas por hecho en determinadas ocasiones, así que muchas veces tienes que recordarte que Downton Abbey es todo un fenómeno. Me gusta honrar eso.
Entrevista a Brendan Coyle (Sr. Bates)
P: El Sr. Bates ya lleva mucho tiempo siendo ayudante de cámara de Lord Grantham. ¿Qué opina de que Robert le pase el testigo de todo a Lady Mary?
R: Apoya a Lord Grantham y entiende que Robert haya aceptado que es el momento de pasar página. Hay una escena muy emotiva entre ellos en la que Bates le dice a Lord Grantham que es un honor servir de ayuda de cámara y de mayordomo en la casa de los Grantham. Se respira un ambiente de despedida a algo o alguien por parte de todos los personajes.
P: ¿En qué situación nos encontramos a Anna y Bates en esta película?
R: Están muy felices y esperando un segundo hijo. La vida les sonríe, pero, de nuevo, se percibe cada vez con más claridad que estos personajes están despidiéndose de algo. Estamos diciendo adiós a Downton Abbey, pero al menos nos trasladamos a la casa de la difunta condesa viuda, así que estaremos juntos.
P: ¿Crees que esta pareja ya solo tiene cosas buenas por delante?
R: Han tenido sin duda sus momentos difíciles a lo largo de los años, pero el público los adora y queríamos que tuvieran un final feliz. Los espectadores siempre han conectado mucho con Bates y Anna y han querido lo mejor para ellos, así que esperemos que los malos tiempos sean cosa del pasado.
P: Se percibe que las diferencias entre clases se están desdibujando. ¿Qué opina el Sr. Bates al respecto?
R: Bates es una persona muy circunspecta y nunca se sabe lo que piensa. No deja entrever gran cosa. Es muy leal a Robert; le salvó la vida en la Guerra de los Bóer. A su vez, Robert le salva la vida a Bates dándole un empleo y asegurándose de que no le falte de nada. Hay mucho afecto entre la servidumbre y la familia. Eso es algo que ha estado presente desde el principio, pero el cambio social es inevitable y nada puede detener eso. A la aristocracia le cuesta cada vez más contar con personal para estas grandes casas y están teniendo que vender muchas propiedades para ir subsistiendo.
P: ¿Cómo ha sido volver a trabajar con Simon Curtis al mando?
R: Es fantástico retomar el contacto con Simon; es un profesional muy respetado en la industria y en la familia de Downton Abbey. Es un director de actores con mucha experiencia en el teatro, así que entiende a la perfección a los actores y los guiones, y la gente lo adora; es un auténtico placer trabajar con él.
P: ¿Qué tiene el guion que hace que el universo de Downton sea tan adictivo para el público y los fans?
R: Julian tiene una mente extraordinaria y es un gran pensador y orador. Además, es brillante escribiendo personajes y tramas. El modo en que entrelaza múltiples tramas para diversos personajes es fascinante. Es un creativo maravilloso.
P: ¿Cuál fue tu primera escena de Downton Abbey y con quién actuabas?
R: Recuerdo muy bien mi primer día porque fue en Highclere Castle, aunque no fuese una gran escena. No era especialmente exigente para mí desde el punto de vista emocional, pero era la primera vez que encarnaba al personaje delante de las cámaras. Todos estábamos tratando de encontrar nuestro camino en esta serie y nuestra situación en ella. Mi escena era en la biblioteca de Highclere, con Hugh. No recuerdo lo que tenía que decir, pero sí que recuerdo preguntarme si estaba suficientemente erguido y si estaba pronunciando todo como es debido. Recuerdo sentirme abrumado por todas estas ideas agobiantes e intentar empaparme de la grandeza del entorno.
P: ¿Recuerdas cómo te sentiste la primera vez que viste Highclere Castle?
R: Había visto las imágenes del departamento del arte cuando se estaban preparando para el rodaje. Recuerdo ver fotos de los interiores y los exteriores, pero nada te prepara para esa primera vez que cuando te aproximas al castillo. Cruzas esas puertas y es un camino lleno de curvas hasta que lo ves aparecer. Es un edificio impresionante que se convierte en un personaje muy significativo desde el comienzo de la serie hasta la última película.
P: ¿Te imaginabas cuánto fervor despertaría Downton Abbey, cuánto tiempo más duraría o el impacto que tendría en tu vida?
R: Creo que nadie se habría podido hacer idea del impacto que iba a tener por aquel entonces. Cuando empiezas a rodar algo, nunca sabes cómo va a conectar con el público ni si va a tener realmente fans. Lo que sí sabíamos es que era un buen guion con personajes fabulosos. Maggie Smith formaba parte del reparto, así que esperábamos que a la gente le gustara tanto como a nosotros, pero no teníamos ninguna certeza.
P: En todo el tiempo que has trabajado en Downton, ¿cuál te parece la trama más memorable o cuál te ha dejado mejor recuerdo?
R: Para mí, la trama más significativa ha sido el desarrollo del romance entre Bates y Anna. Estaba muy bien escrito, con mucha mesura; es una historia de las de antes y romántica, y llevó su tiempo. Fue un proceso muy delicado al que el público respondió muy bien. Mi amistad y relación profesional con Joanne Froggatt (Anna) ha sido fantástica. Nos entendemos totalmente como actores y sabíamos lo que queríamos conseguir y crear. Me encantaban los pequeños detalles. Tuvimos una trama muy pronto en la serie, cuando su romance era solo incipiente. Anna se ponía enferma y Bates le llevaba una bandeja con unas flores y un té, aunque estaba prohibido pasar al cuarto donde dormían las mujeres. Todo muy clandestino en el nombre del amor. En esa escena se juegan mucho.
Entrevista a Michelle Dockery (Lady Mary Talbot)
P: ¿En qué situación nos encontramos a Lady Mary al comienzo de la película?
R: Al empezar la película, está a punto de dejar de ser Lady Mary Talbot. Está separada y lista para divorciarse oficialmente. A pesar de ello, se encuentra bien. En la última película se pudo ver el comienzo de un cambio de guardia. La muerte de Violet supuso el final de una era. Robert está asumiendo esa realidad. Se ha hablado mucho de que Mary se va a hacer cargo de todo, pero no de dar el paso de verdad. Todos siguen afligidos por la muerte de Violet, y Robert se resiste a ceder el testigo. Ha sido una transición suave, pero esta película trata sobre el cambio.
P: ¿Está Mary lista para ello?
R: El divorcio ha abierto un nuevo capítulo en su vida. Es intimidante, pero está lista para embarcarse en algo nuevo. Ha aprendido de los mejores, de quienes la rodean, recibiendo un gran apoyo de Tom Branson, y todos ven que está preparada. Para Robert, ha llegado el momento de dejarlo. Ella es muy independiente y tiene fuerza para superar cualquier obstáculo que se le presente.
P: ¿Qué supone ser una mujer divorciada? ¿Cómo notamos ese impacto en Mary?
R: Tiene un impacto enorme. En esa época, se condenaba a las mujeres al ostracismo. Subestimé mucho eso cuando leí el guion por primera vez. No me podía creer que esa fuera la actitud que la gente tenía por aquel entonces hacia las mujeres divorciadas. Es un gran impacto cómo tratan a Mary. Ella suele ser la reina de la fiesta y tiene un gran estatus en esos círculos, así que lo que ocurre supone todo un terremoto. Como mujer de hoy, no comprendes cómo podía ser esa la actitud hacia ella. Tuvimos que aceptar eso y servirnos de todo lo que se pone en juego. El resultado es genial porque sitúa a Mary en un camino en el que tiene que mantener la cabeza alta cuando la expulsan de las fiestas, y a partir de ahí se tiene que recomponer. Su familia la ayuda a gestionar ese comportamiento de la sociedad. Resulta muy interesante.
P: ¿Cómo lleva Mary la ausencia de Violet?
R: Su abuela la preparó bien. Mary es sensible, pero no lo demuestra. Ha sido educada para no mostrar sus sentimientos, para no ser tan transparente. Así que la vida continúa para ella, aunque se muestra sensible con su padre por el proceso de cambio que atraviesan. Pero ella, como siempre hacen los británicos, tira para adelante. Solo quiere dar continuidad al legado. Pero, a la vez, Mary forma parte de una nueva generación, y en esta película vemos cómo esa generación más joven da la bienvenida a los cambios, y la actitud de Mary respecto al estatus y la jerarquía dentro de la casa es ligeramente diferente. Hay una escena maravillosa al final en la que invita a Thomas a la sala de dibujo porque ya no trabaja en Downton Abbey, sino que es el mánager de Guy Dexter. Aunque, por supuesto, todos sabemos que tienen una relación amorosa, lo cual es genial. Mary lo invita arriba porque... ¿qué pega puede haber? Ya no trabaja para la familia. Ese gesto es bastante inusual. No creo que pasara con mucha frecuencia. Son cambios muy importantes para que el público vea que el tiempo pasa y las cosas cambian.
P: Sambrook es una nueva y misteriosa figura en la vida de Mary. ¿Cuál es la primera impresión que tiene de él?
R: Cuando conocemos a Sambrook, a Mary la acaban de expulsar del baile de Lady Petersfield, así que se siente muy vulnerable, y se encuentra pasando una noche tranquila en la casa de Londres, esperando a que llegue su tío Harold. No se espera que aparezca Sambrook. Le atrae mucho y, como se siente vulnerable, se comporta de forma un poco arriesgada. Él la anima con esa actitud neoyorquina de «¿Te vas a divorciar? ¿Y qué? Celebrémoslo. Es un nuevo comienzo, una nueva etapa de tu vida». Aparece en la vida de Mary justo en el momento en que ella necesita dejarse ir y pasárselo un poquito bien. Es genial ver que Mary siente esa chispa con alguien. Sambrook es misterioso y tiene algo difícil de definir. A Mary le gustan los chicos malos, aunque no quiera admitirlo. Creo que disfruta estando con alguien menos formal, alguien diferente a su círculo aristocrático.
P: ¿Cómo ha sido contar con Noel Coward como personaje en la película?
R: La referencia a Vidas privadas es brillante. La vi hace poco en el Teatro Donmar, con Laura Carmichael en su reparto. Cuando leímos el guion de Julian, las referencias a esa obra eran interesantes porque se sugiere que la idea para Vidas privadas nace del divorcio de Lady Mary. Es un gran detalle. Creo que el público va a disfrutar con eso. Coward, como Sambrook y Guy Dexter, aporta una energía diferente y una actitud más relajada hacia la gente y sus decisiones.
P: ¿Cómo es la relación entre Lady Mary y Lady Edith en esta película?
R: Edith y Mary han madurado, desde luego. En las dos películas anteriores vimos que habían crecido. Ya no viven en Downton, y pasar tiempo separadas probablemente ayuda. Siempre se han querido mucho, pero ha habido épocas en las que no llevaban demasiado bien. Ahora las dos son diferentes, y se llevan mucho mejor. Vemos a Edith ayudando a Mary a capear esta época difícil. Como en cualquier familia cuando las cosas van mal, la familia está ahí para apoyar. Edith da un paso adelante y ayuda a Mary. Me encanta la relación que tienen, y me encanta que todavía se lancen pullas y se chinchen.
P: ¿Cómo ha sido trabajar con Laura en lo que podría ser la última vez?
R: Pasamos tanto tiempo juntas en nuestra vida privada que no parece un adiós. Nos lo hemos pasado genial. Han sido 14 años; hemos crecido juntas. Ambas éramos veinteañeras cuando empezamos Downton. Nos ha dado muchísimas alegrías. Somos como hermanas, nos hemos apoyado mutuamente. Ha sido muy importante en esta película, especialmente porque sabemos que es la última, saborear cada segundo. Fui muy consciente cada día que fui a trabajar, y quise empaparme de todo ello.
P: ¿Con qué momento te quedarías de esta película o de todo Downton Abbey?
R: Ha habido tantos momentos a lo largo de los años... En esta película, fue muy especial estar todos juntos cuando rodamos en Harrogate, haciendo las escenas de Ascot y de la Feria del Condado. Tanto la familia como el servicio salen en la escena, y es una ocasión para estar todos juntos. A algunas personas, como Jim, no las he visto tanto en esta película porque Carson y Mary no interactúan tanto. Pero ha habido cientos de buenos momentos a lo largo de los años. Mientras hacíamos la última lectura del guion, todos nos acordábamos de la primera. Recuerdo que llegaba un poco tarde y pensaba que me iba a traer problemas, pero nadie se dio cuenta porque al principio todos estaban presentándose y conociéndose. Me senté al lado de Maggie, y yo estaba aterrorizada, pero fue un encanto conmigo. Siempre nos trató genial a Laura, a Jess [Brown Findlay] y a mí, como si fuéramos sus nietas. Cuando pienso en aquella época y en dónde estamos ahora, veo que ha sido un viaje increíble para todos.
P: En la película ya estamos en los años 30. ¿Cómo ha cambiado el vestuario de Mary?
R: Anna Robbins, nuestra extraordinaria diseñadora de vestuario, tuvo licencia para meterse un poco más en los años 30 de modo que quedara patente el cambio. Las formas son ligeramente diferentes. Las cinturas son más altas, con largos un poco más arriesgados y mostrando un poquito más de tobillo. Me encanta que esta vez los colores de Mary hayan cambiado ligeramente. De hecho, ella y Edith se los han intercambiado. Mary lleva tonos más rosas, un poco más vulnerables. En cada temporada o película, Anna Robbins se supera, y este año es el mejor, especialmente en Ascot. Todo el mundo tiene un aspecto maravilloso, y los sombreros son alucinantes. Ver todos esos vestidos y trajes juntos era como mirar un cuadro. El vestido rojo de Mary para el baile de Lady Petersfield es espectacular. Desde el primer boceto hasta el toque final con las joyas, fue increíble ser testigo del proceso creativo, porque pude estar con Anna desde el principio y ver cómo empieza y cómo termina. A veces los vestidos cambian; sin embargo, con ese, Anna tenía una visión muy clara de cómo sería. Para Mary es un momento de sentirse como una reina. Tiene su toque cliché que vaya con un vestido rojo y que se vaya a descubrir que está divorciada. Pero Anna contaba con permiso para sobrepasar un poco ese límite. La paleta de colores funciona maravillosamente con Cora y Edith; Cora en azul aciano, y Edith en azul y rojo. El conjunto queda precioso.
P: ¿Hay algo de Downton Abbey que querrías llevarte a casa?
R: El tesoro que tengo de Downton es el perrito de peluche que Mary le da a Matthew en la estación de tren en la segunda temporada. Donal, nuestro gran diseñador de producción, me lo dio. Lo divertido es que tengo un perro de caza tipo lurcher que es exactamente igual a ese muñeco. Casi parece que Julian pudo ver que iba a tener un perro así en el futuro, igual que el que Mary le entrega a Matthew. Es alucinante. Lo guardo con mucho cariño, es muy especial.
P: También tenemos personajes que regresan, como Harold. ¿Cómo ha sido tener a Paul Giamatti de vuelta?
R: Ha sido fantástico. Lo pasamos muy bien durante la cuarta temporada con Paul y Shirley MacLaine, así que tenerlo de vuelta ha estado genial. Me encanta Harold, y me encanta que siempre decepcione un poco a Cora. Siempre viene anunciando que hay algún problema. Sambrook y él aportan una energía estadounidense diferente, un poco más adelantada que la de los británicos. Ven las cosas de forma un poco diferente. Son más relajados. Traer esa energía es emocionante y fantástico para nosotros, que estamos en un entorno bastante formal. Paul es un actor brillante y muy generoso. Me ha encantado su regreso.
